Ese día… fue el más doloroso de nuestras vidas.
Cuando Jake, Leo y William llegaron a donde estábamos nosotros, apenas se sorprendieron por ver a Neil abrazándome y llorando. Por lo visto, ya intuían que lo que había pasado era bastante gordo. Aunque no descubrieron lo que pasó inmediatamente, ya que yo no sabía cómo contarlo, y Neil no estaba para decir ni una palabra. Simplemente les di el teléfono de Neil para que leyeran el mensaje por ellos mismos.
Y todo lo que pasó después fue realmente duro, sobretodo las primeras semanas. El padre de Neil iba casi cada día a declarar a los juzgados por la muerte de su exmujer. Esta había escrito una carta justo antes de suicidarse haciendo responsable a su exmarido de la supuesta depresión que sufría. Depresión que, por cierto, casi nadie se había enterado que tenía.
Con la muerte de su madre, Neil se enteró de que, ese supuesto embarazo que anunció cuando sucedió todo el conflicto de sus padres, en realidad era una mentira inventada por la madre. Desconocemos el motivo, aunque todos coincidimos en que probablemente lo hizo para romper su matrimonio.
Todo ello fue bajando el ánimo de todos, pero sobretodo de Neil y de su padre. Mientras tanto, todos hacíamos lo posible por intentar animar a Neil y distraerle mientras pasaban estos duros momentos. pero, después de casi dos semanas, a todos se nos agotaban las ideas y, después del chasco que nos llevamos cuando le hicimos la fiesta de despedida a Neil, se nos quitaron las ganas de hacerles más fiestas sorpresa. Tanto llegó a afectarnos, que Jake y yo teníamos broncas constantes. No salíamos de una que ya nos metíamos en otra.
Poco a poco… nuestro amor se fue debilitando.
*****
Casi dos meses después desde que empezó esta historia, un juez declaró la inocencia del padre de Neil y, por fin, la paz volvió al grupo. Pero no todo era perfecto, después de todo: a causa de este problema con la justicia, el padre de Neil perdió su trabajo en Alemania y ambos se tuvieron que volver a quedar aquí... Todos los miembros de su familia por parte de madre declararon que no querían volver a tener relación con ellos, ni con Neil ni con su padre. Además, ambos cayeron en un pozo del cual nos fue muy difícil sacar.
A causa de haber perdido su trabajo, el padre de Neil no pudo seguir pagando la casa donde vivían, por lo que nosotros los acogimos en la nuestra. Aunque a Jake no le hizo mucha gracia el tema pero, dentro de lo que cabe, lo “aceptó”.
Hablando de Jake, Neil le confesó entre lágrimas que me pidió darle un beso cuando se enteró de lo de la muerte de su madre. Me esperaba una reacción más exagerada, pero Jake dijo que lo entendía. Aunque, cuando estábamos solos, me llegó a confesar que le dolió un poco. Pero, aun así, me dijo que lo entendía perfectamente. O eso parecía.
Poco después, empezaron las clases del nuevo curso. Neil no tuvo más remedio que volver a asistir a clases aquí, ya que no volvería a Alemania en un tiempo. pero, como tenía miedo de empezar en un curso en el que no conocía a nadie, le rogó encarecidamente matricularse en el mismo instituto en el que estábamos Leo, William y yo.
Ese fue el punto en el que Jake explotó.
- Tranquilízate, ¿Quieres? - bufé, molesto por su reacción.
- ¿Cómo quieres que esté tranquilo, Tyler? - su mirada irradiaba rabia e indignación por partes iguales. - ¡Es tu exnovio, vive en tu casa y, sobretodo, te rogó que lo besaras! ¿crees que podría estar tranquilo?
- Y también es mi mejor amigo. Pero te has olvidado de algo aún más importante, Jake. - le miré, bastante serio. - Su madre ha muerto, acusaron a su padre de maltrato y de haber provocado el suicidio, y además él se ha quedado sin una casa a la que ir.
Me encaré a Jake, harto de que no comprendiera la situación tan sumamente complicada por la que estaba pasando Neil.
- ¿Quieres que lo deje en la calle? ¿Es eso?
Negó con la cabeza y seguimos andando hasta mi casa.
- Solo te digo que tengas cuidado.
- No hace falta que me lo digas. - le contesté casi al momento, y de la forma más fría que me salió en ese momento. - Sé lo que hago.
- Yo no estaría tan seguro…
Mi pecho se llenó de aire, causado por la rabia que me estaba provocando esta conversación con Jake. Me paré en seco y le miré.
- Creo que deberíamos despedirnos aquí.
- Oh… - contestó Jake, sorprendido porque no le estaba permitiendo que me acompañara a casa. - Pensaba que… querías que te acompañara.
- He cambiado de idea. - le contesté, negando con la cabeza. - Quiero estar solo un rato…
- Oye… - dijo, acompañándolo de un largo y profundo suspiro. - Si es por lo de antes, yo…
- No menciones lo de antes. - le interrumpí. - por favor, te lo pido.
Sus ojos se clavaron en los míos. Ambos lo comprendimos todo con esa mirada. Estábamos mal. No, más que mal. Estábamos a un pequeño paso de romper. Su mano me acarició en la mejilla, y fue entonces cuando sus ojos pasaron a tener una expresión más bien triste… Casi como de arrepentimiento… O de lástima.
- Tyler… - me dijo con un susurro. - ¿Vas a llorar?
Sonreí, gastando las pocas ganas que tenía de hacerlo en ese momento.
- Aun que te dijera que no… estaría mintiendo.
Su expresión no varió cuando me tomó de la barbilla para darme un suave beso
- Ojalá… No provocara siempre tus lágrimas. - Me dijo con una sonrisa más bien triste. - Soy… un desastre de novio.
- Pues anda que yo…
Después de un melancólico beso, nos despedimos. Tal y como había vaticinado Jake, llegué a mi casa y me eché a llorar.
*****
Aquella misma noche, mi madre y el padre de Neil habían salido a cenar. A pesar de que el padre de Neil no le apetecía en los más mínimo, mi madre se empeñó en que salieran a comer juntos, ya que no era bueno que se encerrara en casa y que debía salir y divertirse y, palabras textuales de mi madre, “que mejor forma de distraerse que hacerlo conmigo”.
Así que Neil y yo nos quedamos solos esa noche.
Puede que, si Jake hubiera estado presente, me hubiera montado un follón por estar a solas con Neil… Pero, siendo sinceros, no tenía nada de ganas de dirigirle la palabra a mi novio… durante una temporada.
Neil pudo detectar que no estaba en mi mejor momento cuando me quedé parado mirando a la ventana de mi habitación durante casi media hora.
- ¿Estas bien?
Esa pregunta, por muy flojo que lo hubiera dicho, me pilló distraido, por que pegué un pequeño saltito al oirle.
- ¡¡Ah! - le vi reírse y creo que mis mejillas se volvieron de un tono rosado. - Perdona… Yo… No estoy en mi mejor momento que digamos.
Un suspiro profundo se apoderó de mí, justo antes de que Neil me pusiera la mano en el hombro y me dirigiera una sonrisa melancólica.
- Sé lo que es eso…
Por un momento, había olvidado que, quien realmente lo estaba pasando peor, era el propio Neil y que comparado con eso, mis problemas parecían insignificantes. Así que, opté por no darle más vueltas al tema… al menos durante aquella noche.
En vez de eso, me limité a mirar a Neil a los ojos y a preguntarle:
- ¿Quieres ver una peli?
Después de ponernos a discutir durante casi media hora sobre la peli que deberíamos ver, nos sentamos en el sofá y dejamos que nuestros problemas dejaran de ocupar nuestras mentes… Durante un rato.
Era lo único que podíamos hacer.
CONTINUARÁ…