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La Verdad Pasajera por cravatnaitospain

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Me desperté al día siguiente, a la tarde-noche. Más o menos a la misma hora a la que había vuelto el día anterior. Eso quería decir que había dormido unas 24 horas del tirón.

 

Miré la hora en mi móvil y no me sorprendí en absoluto. En parte era lo que quería, desaparecer durante un tiempo. Aunque algo dentro de mi deseaba que hubiera sido más tiempo.

 

Salí de mi habitación algo mareado. Cuando duermes durante tanto tiempo es inevitable sentirte aturdido. Miré brevemente al pasillo de las habitaciones o al salón pensando en cómo reaccionar si me encontraba con Jake o con Neil. Me sentí aliviado al comprobar que ninguno de los dos parecía estar en casa. Por una parte me intrigaba saber dónde estaban, pero por otra deseaba que tardaran en volver.

 

Al acercarme a la concina oí unas voces que identifiqué rápido: Mi madre y su marido. Suspiré aliviado y sonreí. Me apetecía pasar el rato con ellos, como una familia.

 

-         Hola. - entré intentando no asustarles. - Buenas… tardes

 

Mi madre y John se sorprendieron al verme.

 

-         Hola cielo. - mi madre se acercó y me dio un abrazo y una taza de café. - ¿Qué tal estas, Tyler?

-         Con ganas de matar a mi novio y a mi ahora hermano. - suspiré cansado. - ¿y vosotros dos? ¿Qué tal fue el resto de la ceremonia?

-         Oh, nos fue bien. - John sonrió un poco. - Aunque no estuvimos mucho, también nos fuimos poco después de que tú te fueras. Estábamos… agotados.

-         Lo comprendo…

 

Nos quedamos en silencio. Creo que los tres recordábamos el incidente de Neil y Jake, y como nos había marcado el día.

 

-         ¿Habéis hablado con Jake o con Neil?

 

Negué con la cabeza soltando un sonoro suspiro.

 

-         Lo único que hice desde que volví es dormir. Me he despertado ahora de hecho. - tomé un sorbo de café antes de continuar. - Como mínimo habré dormido un día entero… ¿Y vosotros? ¿Hablasteis con ellos?

-         De Neil solo sabemos que sale con amigos y que apenas ha estado por casa en todo el día… En cambio, Jake vino este mediodía para preguntar como estabas. Le dijimos que dormías. - dio un sorbo a su taza de café y me miró. - Se quedó un rato hablando con nosotros y luego se fue.

-         ¿puedo preguntar de que hablasteis?

-         de ti, sobretodo. - suspiró. - Y de lo mucho que se arrepentía de lo que había hecho. Dijo que no tendría que haber sucumbido a las provocaciones de Neil.

-         Al menos lo admite… - miré al suelo. - No sé qué voy a hacer con él, la verdad.

-         ¿Quieres decir que estás pensando en cortar con Jake? - me preguntó John.

-         ¿Que? No, no, no. No lo decía por eso. Simplemente… que necesito hablar con él. Poner los puntos sobre las íes y dejarle claro qué quiero permitir y qué no en esta relación.

 

Mi madre me miró con una sonrisa y me puso una mano en el hombro.

 

-         Así me gusta hijo. Me gusta que pienses así. Y, sobre todo,  que tengas claro que el tener una pareja no implica perder tu libertad de decir qué te molesta y qué no.

 

*****

 

Tardé unos días en querer hablar con mi novio y decirle todo lo que pensaba. Pero cuando llegó el momento de decírselo, se quedó callado durante toda mi charla, y no añadió o me negó nada. En algún momento me recordó a un perrito con las orejas agachadas.

 

-         Por favor… No te quedes callado. - suspiré. - Al menos… dime que es lo que piensas. 

-         ¿Cómo quieres que añada algo? - me miró - tú ya lo has dicho todo. He sido un mal novio,  he tratado mal al que fue tu mejor amigo, no he tenido en cuenta lo que sentías al respecto… Es un hecho y no puedo cambiarlo.

-         Pensé que opinabas diferente…

-         No… - negó con la cabeza. - Sé reconocer mis errores… Y más si te afectan a ti.

 

Asentí sin saber que decir. Estaba enfadado con él, pero en parte me daba pena. Era obvio que él lamentaba como se había comportado pero… había algo en su actitud en ese momento que me daba mala espina.

 

-         ¿te ocurre algo?

 

Le acaricié la mejilla mientras esperaba respuestas, las cuales llegaron en forma de besos y caricias. Era como… si quisiera cambiar de tema cuando la conversación se centraba en él.

 

Decidí dejar el tema de momento, aunque era obvio que algo ocurría con Jake. Le tendí la mano y le miré con una sonrisa.

 

-         ¿Nos vamos a casa?

 

*****

 

Al día siguiente, John llegó a nuestra casa con una sonrisa de oreja a oreja.

 

Justamente ese día era uno de los pocos en los que Neil y yo soportábamos estar en la misma habitación que el otro, aunque cada uno estaba en una punta del salón mirando a nuestros móviles.

 

Yo hablaba con Jake. No parábamos de enviarnos mensajes cursis que a mí me hacían tener una sonrisa boba en el rostro. Tenía la impresión de que Neil me miraba de reojo, pero yo no le hacía ni caso. No obstante sí que levanté la cabeza al oír la voz de John.

 

-         Familia, tengo que daros una buena noticia.

 

Mi madre, que había estado todo el rato en la cocina, se asomó al  escucharle.

 

-         ¿De qué se trata? - le preguntó.

 

John se tomó varios segundos antes de contestar. Parecía que quería crear expectación, por lo que nos daba la impresión de que no era solo una “buena noticia”.

 

-         ¡Vuelvo a tener trabajo!

 

Aquello fue como un soplo de aire fresco para todos. Sentí como si la tensión que se había acumulado el resto de los días desapareciera de golpe. Me levanté, contento, y me fui a abrazarle y a felicitarle.

 

Neil y mi madre hicieron lo mismo, pero con Neil procuré no cruzar miradas ni acercarme mucho.

 

-         Pero, ¿cómo ha sido eso? - preguntó mi madre, aun emocionada.

-         Ha sido muy extraño, Jake me llamó hoy y…

-         ¿Jake? - interrumpió Neil. - ¿hablas con Jake habitualmente, papá?

 

Inevitablemente, le fulminé con la mirada.

 

-         ¿hay algún problema con eso? - le solté con el tono más duro que pude encontrar.

-         N-no… - miró a su padre. - Solo que me sorprende.

 

John, que predecía que se avecinaba otra discusión, intervino de nuevo:

 

-         Lo que quería decir es que Jake me llamó y me dijo que la recepcionista de la academia donde él da clases se marcha a final de mes y que necesitan a alguien urgentemente. fue a su jefe y le habló de mí. Me llamaron y les llevé el currículum. No tardaron en llamarme para una entrevista… ¡Y hoy me han confirmado que el puesto es mío! ¿no es genial?

 

Nunca había visto a John tan feliz. Estábamos todos contentos por él. Aunque Neil, más que contento, estaba sorprendido porque la persona que consiguió que su padre volviera a tener trabajo era nada más y nada menos que mi novio.

 

-         ¿Jake… ha hecho eso?

 

El tono de incredulidad de Neil me molestó un poco. Era como si no creyera que Jake podía hacer algo bueno por alguien. Como… si pensara que era un monstruo.

 

En vez de contestarle, solo resoplé y me centré en John y en su buenísima noticia.

 

*****

 

-         Sé lo que has hecho.

 

Jake me miró sonriendo mientras seguíamos caminando.

 

-         No sé a qué te refieres.

-         Tu sonrisa indica lo contrario.

 

Le aplasté los mofletes con una sonrisa.

 

-         Bobo…  Hablo de lo que has hecho por John. - bajé la mirada. - Ha sido… un detalle por tu parte. Gracias.

-         Ya te lo dije ¿no? - Se encogió de hombros. - John me cae bien. Independientemente de los problemas que haya tenido con su hijo, él es un buen tipo y no se merece lo que le pasó.

 

Asentí sin apartar la vista de él.

 

-         Ese es un gesto que te honra… ¿Pero me vas a decir que no hay un segundo motivo para hacer eso?

 

Nos quedamos en silencio, lo que me hizo darme cuenta de que había dado en el clavo.

 

-         No hace falta que hagas esto para que te perdone. - le miré serio. - Ya te dije que me molestó de lo que pasó en la boda y tú ya me pediste perdón, así que todo zanjado.

-         No es solo por tí. - suspiró - Bueno, principalmente es por tí, pero… También lo hice por John y tu madre. Soy el novio de su hijo, y ya los considero mi familia. Pero, sobre todo,  no quiero que piensen que su hijo está con un tío cualquiera que no tiene ningún reparo en liarse a puñetazos. - hizo una mueca. - Quiero demostrarles lo que valgo, que no soy una mala persona, y que los quiero como si fueran mis propios padres.

 

Sonreí ante sus palabras, dejando a Jake desconcertado.

 

-         ¿Que? ¿Que he dicho?

 

Negué con la cabeza y le di un beso. Realmente no tenía nada que decir.

 

*****

 

Llegamos a casa poco después. Entramos por la puerta con una sonrisa, haciendo el tonto y dándonos besos y caricias, pero nos cortó el rollo el hecho de darnos cuenta de que Neil estaba en casa.

 

-         Hola. - nos dijo algo seco.

-         Hey… - Jake intentaba conversar con él. - ¿Que hay?

-         bah, bien. - El tono de Neil era más bien pasota. - Sobreviviendo.

 

 El ambiente se volvió tenso por un momento. Yo me encontré atrapado entre ellos dos. Me aclaré la garganta y miré a Neil.

 

-         ¿Dónde están nuestros padres?

-         Comprando. - me contestó enseguida. - Tu madre está tan contenta por lo de mi padre que se ha ido a comprar un montón de cosas. Y, obviamente, ha arrastrado a mi padre con ella.

 

Neil y yo sonreímos.  Me aliviaba el hecho de que, al menos, él y yo tuviéramos algún momento de buen rollo… Aunque fueran breves.

 

-         Y hablando de eso… - se levantó del sofá. - Tenemos que hablar.

 

Tragué saliva, y juraría que Jake también lo hizo. El tono y las palabras me daban mala espina. Inconscientemente me puse en frente de Jake, como si quisiera separarlos.

 

-         Neil,  si vas a decir algo malo sobre lo que ha hecho Jake, es mejor que te calles.

 

Mi tono era más serio de lo que pretendía, pero tenía una explicación. Estaba tan harto de las peleas y los malos rollos entre ellos que ya me ponía en alerta a la mínima que veía que podría haber un conflicto.

 

-         Tyler, por favor. - bufó molesto. - no voy a pelearme con él… ¿Es que ya no tienes confianza en mí?

-         No, ya no. - le contesté al segundo. - Me he cansado de vuestras peleas de niños. Peleas en las que, por cierto, siempre hay alguien en medio. Casi siempre soy yo, pero el día de la boda también metisteis de por medio a dos personas que solo querían celebrar el día más feliz de su vida. - Me empecé a enfadar. - Si, exacto, nuestros padres. Por vuestra culpa, tanto ellos como yo, tenemos un amargo recuerdo ese día… ¡Y lo vamos a tener para siempre porque sois tan estúpidos que solo miráis por vuestros propios problemas!

 

Empecé a alterarme demasiado, por lo que Jake me cogió del brazo.

 

-         Tyler… Tranquilo. No vale la pena alterarse ahora.

 

Su tono relajado me tranquilizó un poco, pero seguía queriendo arañarle la cara a Neil de la rabia.

 

-         Tyler… ¿Puedes darme una última oportunidad de enmendar mis errores y hablar con Jake? Va a ser lo último que te pida.

 

Me aparté, muy a mi pesar, y dejé que hablaran. Tenía que admitir que Neil había dicho algo con lo que estaba totalmente de acuerdo: esa iba a ser la última oportunidad que le iba a dar.

 

-         Jake… Debo decirte algo. - empezó Neil. - Fuiste mi amigo durante un lapso breve de tiempo en el que yo estaba en otro país, alejado de los que eran mis amigos y mis seres queridos… Estaba solo en un lugar desconocido. Tú me ayudaste con el idioma y las costumbres de allí… Y debo decirte que sin tú no hubiera podido soportarlo. Por eso te doy las gracias.

 

El tono y las palabras que lo decían hicieron que mi cuerpo se relajara. Tenía la idea de que Neil iba a vomitar insultos como si no hubiera un mañana, incluso algún que otro puñetazo. Me sorprendieron gratamente todas esas palabras, e hicieron que me sintiera bien después de mucho tiempo.

 

Sin embargo esa sensación no duró mucho ya que, después de unos segundos de silencio, Neil volvió a abrir la boca.

 

-         Sin embargo… - continuó con un suspiro. - Cuando Tyler me vigilaba para que no cayera en las garras de mi madre otra vez, tú ni te molestaste en preguntar qué pasaba. Solo diste por sentado que Tyler y yo estábamos tenido una aventura. ¿Porque en ese momento no confiaste en nosotros?

-         Porque tenía un presentimiento. - Contestó Jake. - Y el paso del tiempo me ha demostrado que estaba en lo cierto. Así que, por favor, no me hagas recordar lo que pasó.

-         Por supuesto. - dijo Neil con una sonrisa sarcástica. - Sé que, hasta el día que me muera, tú vas a estar ahí recordándonos ese y los otros muchos errores que hemos cometido.

 

Se hizo el silencio en todo el salón. Neil se impacientó al ver que no obtenía respuesta alguna por parte de Jake.

 

-         ¡Oh, venga ya! ¡Él te quiere, pedazo de idiota! Es cierto que un primer amor no se olvida nunca… ¡Pero es obvio que su corazón es tuyo! ¿O es que eres tan estúpido que no lo ves?

 

A pesar de su forma de decirlo, Neil había dado en el clavo: Yo quería a Jake. Por mucho que Neil y yo hubiera sido mi primer amor y no pudiera olvidarlo… ya había otra persona que hacía que mi corazón se acelerara.

 

Sin embargo, Jake no opinaba lo mismo.

 

-         ¿no lo entiendes, Neil? Tyler y tú me recordáis a esa leyenda de 'el hilo rojo del destino'. - suspiró y me miró, algo triste, para después volver a mirar a Neil. - Dicen que las personas estamos conectadas a otras a través de un hilo rojo del destino. Y se dice que, por mucho que esas personas se alejen, un día u otro volverán a juntarse. Es cosa del destino…

-         Yo no creo en el destino. - contestó Neil tajante. - Cada uno se crea su propio camino con sus acciones.

 

Jake se quedó algo sorprendido por sus palabras. Suspiró y se dejó caer en el sofá, sin mirarme ni a mí ni a Neil.

 

-         Entonces dime una cosa… - su tono era apagado y triste. - ¿Qué tipo de acciones he hecho yo para merecerme tanto sufrimiento en cada una de mis relaciones?

 

Neil y yo nos miramos. No sabíamos que responderle. Yo me sentía culpable por hacerle sufrir, y no hacía falta ser adivino para ver que Neil sentía lo mismo.

 

Me senté a su lado, en silencio y le cogí de la mano. Deseé con todas mis fuerzas que eso fuera suficiente para calmar su dolor. Pero sabía que no, que era mucho más complicado que eso. 

 

Haría falta mucho más.

 

 

CONTINUARÁ…

 

 

 

 

 

 

 


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