Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Verdad Pasajera por cravatnaitospain

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Los días pasaron, y yo seguía en el hospital. Tenía ganas de irme de una vez. No hacía nada, apenas tenía fuerzas para moverme de la cama y estaba francamente aburrido. Además de que no paraban de hacerme pruebas, pero no me daban ningún resultado. Todo lo que iba saliendo de los exámenes, se lo decían a mi madre, y ella, a medida que pasaban los días, iba poniendo más cara de preocupada.

- No te preocupes. – me dijo mi madre. – El medico aun no me ha dado ningún resultado concluyente. No hay nada de qué preocuparse.

Mentía, se le veía en los ojos. Además, días atrás le oí hablar con el médico de que había una posibilidad de que tuviera una enfermedad poco común en mi cuerpo. Entonces… ¿Por qué mi madre no me había mencionado nada de momento? ¿Para no preocuparme? Yo también estaba nervioso por saberlo.

Aun que cualquier preocupación que tuviera se disipaba en el momento en el que Neil venía a verme. El pobre, a pesar de los problemas que tenía y de que se tiene que quedar temporalmente en nuestra casa debido a los problemas con su madre, cada día encontraba un hueco para verme, aunque fueran solo 5 minutos. Yo lo agradecía, pero en el fondo me sentía mal por él.

- No te preocupes. –me dijo Neil. – No estoy tan mal ahora. Puedo venir a verte siempre que quiera.

“No te preocupes”… ¿Por qué todo el mundo me decía eso últimamente? Y… ¿Por qué parecía que la gente me mentía cuando lo hacía?

Pero aun que me mintiera, nada ni nadie podía apagar mis deseos crecientes de ver a Neil. Es como si…. No, no puede ser. ¿Enamorado? ¿YO? Imposible. Pero… ¿Y si fuera verdad? No me había dado cuenta hasta ahora, pero mi mente solo estaba llena de imágenes de él, o de su voz, o de su olor… Maldita sea. Creo que he caído en sus garras.

*****

- Su hijo no tiene nada grave. Esta casi curado.

Cuando el médico pronunció esas palabras, un gran alivio me recorrió todo el cuerpo.  Creo que hasta lloré.

- Pero… -dijo mi madre, algo extrañada. - ¿Y los resultados de las pruebas que me iba diciendo, doctor?

- Eso fue lo que nos alarmó en un principio. –Dijo el doctor, totalmente tranquilo-  Debido a esos esos extraños resultados, erróneamente llegamos a mirar esos datos con la perspectiva equivocada, sin darnos cuenta que lo que tenía era muy común. – Me miró con una sonrisa.- A veces, hasta nosotros nos equivocamos. Sentimos las molestias que les hemos causado.

Sonreí. No lo hacía porque estuviera bien ni porque no tuviera nada grave, sino porque la franqueza con la que el doctor había hablado con nosotros, me había hecho muy feliz. Por un momento, pensé en hacerme doctor, para hacer feliz a la gente como él lo había hecho con nosotros.

- Y una cosa más. – dijo el doctor cuando estaba a punto de irse. – Su hijo tiene una preocupante tendencia a tener fiebre muy frecuentemente, y cuando la tiene suele ser muy alta, rozando a veces los 40 grados. –Mira a mi madre- no sé si será heredado o no, pero debería controlar eso.

Tras decir eso, se fue. 

- ¿has oído eso, cielo? – dice mi madre con una sonrisa de oreja a oreja. – Dice que ya casi estas bien. ¡Podrás irte dentro de poco a casa!

Le sonreí. Estaba muy contento. Pero…

- Mamá, ¿puedo preguntarte una cosa?

- Claro, hijo. ¿Qué pasa?

- ¿Por qué no me dijiste lo que te había dicho el médico? – Le pregunté - ¿Es que pensabas que no podría asumirlo?

- ¡No, no! – me dijo mi madre enseguida. – Es solo que… No quería que te disgustaras ni que te afectara la noticia…

Suspiré.

- Mamá… ¿es que no ves que es peor así? Ya me estaba empezando a crear paranoias… ¡Pensaba que era realmente muy grave!

Mi madre me miró y me abrazó.

- Lo siento, hijo. – me dijo suavemente. – No quería que tu corazón sufriera más de lo que ya ha sufrido.

- Esta bien, mamá… No tiene importancia.

Suspiré y le devolví el abrazo. No añadí nada más.

*****

Me dieron el alta días después. Mi madre me llevó a casa, donde Neil estaba esperándome.

- ¡Por fin te han dado el alta! ¿Cómo  estas…?

No le dejé continuar, ya que le di un abrazo tan fuerte que no terminó la frase. Pero… ¿Qué estaba haciendo? Ese abrazo me había salido solo. Creo que dejé a mi madre un poco extrañada.

- ¡Sí que le echas de menos, hijo! ¡Si le viste ayer!

Sonreí y me alejé de él. Neil me sonrió y nuestras miradas coincidieron durante un segundo y la apartamos enseguida. El corazón se me aceleró al instante… ¿y esta sensación?

El teléfono sonó.

- Ya voy yo. – dijo mi madre.

Se levantó del sofá donde estábamos los tres sentados para coger el teléfono, mientras que yo seguía estirado, apoyando los pies en el regazo de Neil. Aprovechando que mi madre no estaba, mire a Neil. Casualmente, él también lo hizo. Sin dejar de mirarle, sonreí.

- ¿Qué ocurre? – me preguntó.

- Nada… - dije. – es solo que… te echaba de menos.

Se rio.

- ¡Si ayer fui a verte!

- Ya, pero… quería verte más.

Suspiré. No sabía porque, pero estaba triste. Volví a mirarle durante un segundo, justo para darme cuenta de que se estaba acercando a mí con la clara intención de darme un beso. Mi corazón se aceleró de repente. Quería que me besara… quería que lo hiciera ya… Pero para nuestra desgracia, mi madre vino justo en ese momento.

- Chicos… me tengo que ir.

- ¿Qué? –dije, sorprendido. - ¿Porque?

- Me han llamado del trabajo. –Dice cogiendo la chaqueta mientras hablaba.- Uno de los profesores de primero se ha puesto enfermo, y sus alumnos tienen un examen, y no hay ningún profesor disponible para supervisar el examen… Así que tendré que ir yo.

Se despide de nosotros y se marcha. Justo antes de salir por la puerta, se gira para mirarnos.

- Neil… - dice mirándoles a los ojos. – Cuida de Tyler… ¿vale?

- Lo haré. –dice Neil al momento.

Nos dijo adiós con la mano y cerró la puerta. Neil se giró para mirarme, mientras empezó a reírse.

- ¿Qué? –dije.

- Que nos han vuelto a interrumpir.

Suelta una risita. Sin poder evitarlo, empiezo a reírme yo también.

- Es que… tenemos muy mala suerte. –dije.

Eso provocó aún más risas entre los dos. En un momento, nuestros labios llegaron a estar igual, o incluso más cerca que antes de que mi madre interviniera.

- ¿Qué…? –dije yo sorprendido. -¿Qué pasa?

- Que ahora estamos solos. – me dijo. – ya no volverán a interrumpirnos.

Me besó, pero no un beso normal, sino que profundizó aún más de lo que ya estaba acostumbrado. Por un momento noté que me faltaba el aire pero, por otro lado, no quería que parara. Logré que mi boca se despegara de la suya e intenté recuperar el aliento.

- ¿Y eso?

- Me debes una explicación.

- ¿Una explicación de qué? – le pregunté-

- ¿Que ha sido lo de antes? ¿Lo de “Quería verte más”?

Me quedé callado. Sinceramente, ni siquiera sabía porque había dicho eso.

- Tyler, ¿Qué es lo que sientes por mí?

Me quedé en blanco, no sabía que decirle. ¿Por qué? En mi cabeza sentía unas cosas que ahora mismo no podía describir en palabras.

- No lo sé… Ni siquiera lo tengo claro. – Suspiré- Lo único que tengo claro es que, cada vez que te ibas del hospital después de haberme venido a visitar, contaba las horas para saber cuándo venias de nuevo… Cada vez que me pinchaban o me hacían una prueba bastante dolorosa, siempre me imaginaba que estabas a mi lado protegiéndome para que no me pasara nada… Cada vez que cerraba los ojos, deseaba con todas mis fuerzas que lo primero que viera al abrirlos fueras tú. No sé si a eso se le puede llamar cariño, o…

- … “amor”.

Tragué saliva. El solo hecho de oír esa palabra me ponía nervioso. Él se dio cuenta y me puso una mano en el corazón.

- Te conozco, y se perfectamente que no te quieres enfrentar a esa palabra… -pone su frente contra la mía- pero, si te das cuenta, tu corazón da más información que tú mismo… -coge mi mano y la pone en mi corazón, junto con la suya.- Esto no lo hace el cariño… lo hace el amor.

Sonreí

- … Puede ser. – admití yo. – Pero aún tengo dudas…

Vi que poco a poco se le iba formando una sonrisa en sus labios.

- … Pues vamos a despejar esas dudas.

- ¿Qué…?

Antes de que me diera cuenta, me había tumbado en el sofá y se había puesto encima mío.

¡¿Qué haces?! –dije yo, alterado.

- Ayudarte.

- ¿Ayudarme a qué?

- a despejar tus dudas.

- ¿Pero qué…? ¡Para!

- Cállate.

Me calló con un apasionado y profundo beso, como el de antes.

- Ngh… - dije yo, intentando respirar.

Me dejó ir poco después. Su mirada estaba llena de pasión, pero también tenía un poco de tristeza y seriedad.

- ¿Qué… que ocurre? – dije yo, suavemente.

- Te amo.

¿Eh?

- Te amo. –volvió a repetir. – ¿Es que no te has dado cuenta ya? Siempre estoy pendiente de ti, te beso, te abrazo, dormimos juntos… ¿Qué más pistas tengo que darte? ¡Creo que una vez hasta te lo insinué!

Le miré. No sabía cómo reaccionar.

- Lo siento, yo… -suspiré- no me había dado cuenta de eso… Perdóname.

Ladea la cabeza con una sonrisa.

- No tiene importancia. –dice, sin perder esa sonrisa. – De todos modos, hace tiempo que tengo asumido que tu no sientes lo mismo… -suspira.

- Neil…

- ¿Si?

Sin saber porque, le besé. El beso no era tan profundo como los que me daba él, pero ya era mucho viniendo de mí. Al separar nuestros labios, su cara fue de sorpresa.

- Sé que ya te lo he dicho antes, pero te lo vuelvo a repetir: no sé lo que siento. Solo sé que pienso en ti día y noche. No sé si a eso se le llamará amor o no. Ahora mismo mi cabeza está tan confundida que apenas puedo controlar según que emociones…

Me miró atentamente. No sabía si me estaba escuchando o simplemente me miraba, pero el caso es que no movió ni un musculo.

- Tyler… Te propongo una cosa.

- ¿Qué cosa?

- Dame una hora. Solo una. – Me dijo, seriamente- Te prometo que en ese tiempo conseguiré que tus dudas se disipen y tengas aún más claro que es lo que sientes por mí.

Empecé a intuir que era lo que iba a hacer, pero no quise negarme. Es más, en el fondo lo deseaba.

- Está bien. – Asentí. - ¿Qué es lo que tengo que hacer?

Sonrió y me cogió de la mano.

- Ven conmigo. –me dijo, levantándose del sofá.

*****

Mi corazón iba desbordado debido a lo que estaba sintiendo mi cuerpo. La mezcla perfecta entre dolor y pasión estaba irrumpiendo en mi interior y colándose en mis entrañas.

- Neil… - dije, al mismo tiempo que recibía una embestida. – Mas… suave…

Me miró con una sonrisa y me besó la frente.

- Eres adorable. – me dijo, mientras examinaba atentamente mis reacciones mientras que empujaba cada vez más dentro de mí. .

- Calla… -le giré la cara, totalmente avergonzado.

Me besó en la mejilla suavemente, y me dijo:

- Si te duele mucho y quieres parar…

- No… -le interrumpí- No pares.

Sonrío ante mis palabras, a la vez que notaba como el ritmo aumentaba un poco. Me agarré a sus hombros. Estaba atrapado, no podía escapar de esas nuevas sensaciones que estaba experimentando, así que lo único que podía hacer era confiarle mi cuerpo y mis sentimientos aún sin definir a la persona más importante en mi vida.

El ritmo fue creciendo hasta que era totalmente frenético y difícil de asimilar. El silencio de la casa se vio irrumpido por el gemido que salió de mi garganta, que indicaba que mi pasión había llegado al máximo… y mi amor también.

*****

- Te odio. –dije, golpeándole con el cojín.

Le di la espalda y él se acercó a mí con cuidado, con miedo de que le volviera a golpear.

- Lo siento. – me dijo. – No pensé que te fuera doler tanto. Yo…

- ¿Doler? ¿DOLER? –Le interrumpí, incorporándome lo poco que me permitía mi dolorido cuerpo - ¡Pensé que me estaban taladrando el trasero!

Volví a darle la espalda, pero esta vez Neil me abrazó por detrás y me besó el cuello. Me dio un escalofrío.

- Perdóname… - me susurró. – Yo solo quería que supieras de verdad lo que era el amor.

- Pues el amor duele. –solté yo.

Nos reímos.

- Tienes razón. –me dijo, aun entre risas. – Para la próxima tendré más cuidado.

Le miré incrédulo.

- “La próxima”, ¿dices? Yo no te dejo que me vuelvas a tocar en un año.

Sonrió y me acarició la mejilla.

- ¿Y si te prometo que a la próxima no te va a doler tanto?

Le miré durante un buen rato. Realmente quería creerle, pero… ¿Y si no? ¿Y si volvía a ser igual que aquella vez? Suspiré.

- Bueno… -dije al fin. – Pero hoy no. Hoy ha sido un día muy largo.

Sonrió un poco.

- Está bien. – asintió y me abrazó. – Otro día, entonces.

La mala suerte hizo que yo cerrara los ojos justo en ese momento, ya que estuve a punto de confesarle que mis sentimientos hacia él eran todavía más fuertes… Otro día lo diré, ahora no.

*****

Con mucho esfuerzo, me senté en el sofá, ante la mirada burlona  de Neil.

¿Qué, te tiemblan las piernas? – dijo con una sonrisa.

- Una sola bromita más y te tragas la tele. – le dije, enfadado. – Sabes que esto es por tú culpa y encima te burlas.

Suspiró sin dejar de sonreír.

- Perdón…

Me abrazó y nos quedamos en silencio. Ninguno de los dos quería estropear ese momento con palabras, pero de eso ya se encargó el teléfono de Neil.

- Es un mensaje de mi padre… - dijo, mirando el teléfono.

- ¿Y qué dice?

- Me dice que mi madre le ha le ha puesto una demanda por mi custodia… -me miró- Me quiere separar de mi padre…

Le miré.

- Lo siento… - le dije. – Lo siento mucho.

Suspiró y me abrazó.

- No pasa nada… Ahora estoy bien… contigo estoy bien.

Suspiré y permití que mis labios se juntaran con los suyos.

- Tyler… te quiero.

 

Tenía razón. Ahora todo estaba bien.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).