El menor se acomodó mejor en el regazo de su novio y volvió a acurrucarse en el cuello de este, sin perder de vista las pantallas en las que trabaja. Verlo trabajar le resultaba muy curioso e interesante, porque su rostro reflejaba todos y cada uno de sus pensamientos a medida que producía. La concentración del contrario era sumamente intensa y se le notaba la pasión que ponía en ello:
- ¿Estás incómodo, Tae? –le preguntó para dejar un pequeño beso en su cuello mientras seguía con la vista clavada en el programa y moviendo las manos a gran velocidad.
Taehyung negó en su pecho con suavidad y se frotó los ojos del cansancio:
- Estoy bien –afirmó.
- Deberías irte a dormir. Mañana tenemos una agenda bastante apretada –le comentó.
- No, debo asegurarme de que no te quedes hasta tan tarde –dijo decidido.
Vio la comida que había comprado sobre la mesa, servido con anterioridad para cenar ambos y estiró el brazo para alcanzar uno de los trozos de pollo. Lo llevó a la boca de su novio y este lo recibió con una pequeña sonrisa:
- Y de que te alimentes de algo más que no sea café. Desastre Min –sonrió un poco invadido por el sueño.
Yoongi en el fondo se sentía triste por la situación. Taehyung había adoptado el hábito de quedarse con él mientras este trabajaba por la noche para cuidarlo debido a que el mes pasado había sufrido una recaída a causa del sobreesfuerzo.
Era cierto, además, que no comía e ingería cantidades indecentes de café para amanecer al día siguiente, por eso, cada vez que iba a su estudio, compraba comida para que él cenara, ya que no lo hacía con los demás.
Aunque le preocupase que su novio no pudiese descansar con normalidad, no iba a negar que le gustaba tenerlo entre sus brazos mientras componía. Aquello también era una excusa para poder pasar tiempo a solas con su pareja, ya que nunca podían compartir más allá de unas miradas cuando la gente los rodeaba.
De repente, el sonido de la puerta lo interrumpió:
- Yoongi, ¿sabes dónde está Taehyung? –preguntó Seokjin al abrirla un poco.
El nombrado miró al cuerpo que respiraba apaciblemente sobre su pecho y sonrió. Su novio se había quedado dormido al final, después de tanto frotarse los ojos para resistir y tantos bostezos.
El mayor amaba verlo dormir. Su rostro se relajaba como el de un niño pequeño y le daba un aura de inocencia y dulzura. La belleza de Taehyung tenía un amplio espectro y, a estas alturas, él ya conocía todas y cada una de sus formas. Le encantaba y lo amaba con locura:
- No sé –le respondió-. Se habrá ido a dormir.
- Es que dijo que iba a comprar, pero no lo he visto más.
- ¿A estas horas? –miró el reloj de la pantalla.
En ningún momento se había girado para ver a su mayor a la cara y, por suerte, él tampoco podía ver a su pequeño dormir encima de él. Tampoco podía ver la sonrisa plasmada en su rostro, salpicada de un poco de diversión al estar mintiéndole. Pero sabía que era para guardar y proteger la relación que ellos mantenían:
- Sí, yo tampoco lo entiendo, pero es Taehyung –se encogió de hombros.
Yoongi miró la comida encima de la mesa y miró a su novio con ternura, ya que había balbuceado algo entre sueños:
- Se habrá ido a dormir y tú deberías de hacer lo mismo. Ya es muy tarde.
- Mira quien fue a hablar.
- Lo mío es normal –rio-. Anda ve. Si no está en el dormitorio iré a buscarlo –suspiró.
- ¿Seguro? –enarcó una ceja.
- Que sí, ve a dormir.
- Está bien, gruñón. Buenas noches –bromeó para después cerrar la puerta.
El mayor negó con la cabeza, sonriente, y guardó todo lo que había avanzado. Aún le quedaba mucho por hacer, pero no quería que Taehyung pasara una mala noche o algo por el estilo por su culpa, así que apagó todo y envolvió al menor con sus brazos sintiendo el calor agradable que desprendía su cuerpo:
- Mi amor –le acarició la mejilla-. Despierta, vamos a la habitación.
- Mm… -murmuró.
El contrario sonrió de nuevo ante su ternura y le besó el puchero que siempre se le formaba cuando dormía apoyado en algo:
- Vamos, tienes que acostarte ya en la cama.
- Hyung… Quiero dormir contigo –se quejó enterrándose más en su cuello.
- Cariño –dijo con pena-. Sabes que eso no es posible –le acarició la frente-. Anda o Seokjin me matará.
Taehyung pronunció más su puchero, pero obedeció y se levantó con un gran cansancio en el cuerpo que le impedía caminar del todo bien:
- No es justo –dijo adormilado cuando su novio se levantó de la silla para estirarse.
- Lo sé, pequeño –le sujetó el rostro mirando sus ojos cristalizados por el sueño-. Pero te prometo que algún día podremos hacerlo sin preocuparnos, ¿está bien?
El menos esbozó una pequeña sonrisa y asintió, aun sabiendo que sería casi una utopía, pero lo que importaba era la intención:
- Bien –se acercó a sus labios para besarlos con lentitud.
El contrario también cerró los ojos y movió su boca para encajarla con la de su pareja. Su beso de buenas noches, el que siempre se daban.
Pero a escondidas.