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Blue: Cruel intentions por ritsuka10

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El pecho de JunHong quedó expuesto, una lengua se enrollo en los erectos pezones rosas, los succiono, los chupo para continuar el recorrido por el largo cuello, dejó marcas rojizas. Las manos del omega se elevaron para atrapar el rostro del mayor, acariciaron sus masculinas facciones, en un desesperado movimiento trato de capturar esos labios pero el alfa se negó al intercambio. YongGuk se deshizo de su propia camisa, continuó con la del menor, ambos quedaron descubiertos de la parte superior, pezones eran continuamente torturados por dientes, labios salvajes, gemidos fluían entre la semi abierta boca del omega.

 

Bang saltó fuera de la cama se bajó los pantalones para sacar su palpitante erección, la cual masturbo para hacerla más grande, con un movimiento de manos le indicó al menor acercarse. Jun, quien había caminado hacia el borde de la cama, saltó fuera de ella y se agacho para gatear hacia el personaje, abrió la boca para succionar el miembro, ese pedazo de carne caliente ingresó a su cavidad bucal hasta que la punta tocará su garganta. Al sacarla enrollaba su lengua en la longitud, la punta se deslizaba desde la base hasta al final, donde un liquido preseminal goteaba, chupo, degusto ese vibrante pedazo. YongGuk miraba fijamente la forma que esos labios le aplicaban sexo oral, sus dedos ingresaron entre las hebras castañas, le fascinaba observar al omega disfrutar de ese miembro, lo besaba, acariciaba, lo pegaba a su mejilla. Las lamidas se volvieron más salvajes, el orgasmo aparecía como una fuerza tratando de salir de su interior, terminó de correrse dentro de esos labios, el omega trato de tragar la mayor parte.

 

—Eres un buen chico.— Mencionó el alfa agachándose para limpiar la comisura de los labios.— Ahora quítate los pantalones como me gusta.

 

El omega asintió para ponerse de pie. Bang tomó asiento al borde de la cama mientras observaba al chico, que le daba la espalda, Jun contoneaba las caderas, sensualmente bajaba el pantalón de la pijama, dejaba ver que debajo de la prenda no llevaba ropa interior. Zelo obligaba a su cintura crear movimientos eróticos hasta terminar de quitarse los pantalones quedando desnudo ante el hombre, se giró para mirarlo de frente, con sus propias manos se auto acarició, los muslos, piernas, el vientre hasta bajar a la erección, se masturba ante la mirada lujuriosa de su dueño. Eran morbosos esos ojos que lo tocaban, lo acariciaban, el menor volvió a dar la espalda se agacho para dejar su trasero expuesto en el aire, se arrodillo sobre la alfombra, se puso en cuatro, abrió las piernas y con sus manos separó los glúteos dejando ver su entrada.

 

—Estoy mojado Sr Bang.— El omega se lubricaba así mismo, estaba excitado y goteaba la alfombra persa favorita del mayor. —¿Le gusta?

 

Uno de los dedos del omega peleaba por tocar ese punto rosa. Bang relamió sus labios caminó hacia su presa, se arrodillo para llevar la punta de su lengua a esa entrada, lo penetró con fuerza logrando que un gemido escapara de la garganta del atacado, lamió las paredes expuestas, chupo con perversidad, lo embistió continuamente. Jun no logró continuar separando sus glúteos ya que necesito sus manos para mantener la posición, un hijo de saliva escapaba por su boca, gemía, gritaba de deseo. Las manos de Bang se dirigieron al miembro para masturbarlo, hundió su nariz entre esos firmes glúteos.

 

YongGuk no soportó más así que se colocó detrás del hombre, sin previo aviso lo penetró con fuerza, ingresó en esas apretadas paredes que lo succionaba como una aspiradora. Lograba tocar las entrañas del menor que se aferraba a la alfombra.  Ambos protagonistas de ese cortometraje para adultos gritaban, gemían sin importar que personas a su alrededor los escuchara, eran dos bestias hambrientas tratando de contener sus insaciable sed. Las embestidas se volvían más fuertes, la pelvis del alfa pegaba en ese blanco y firme trasero, el sonido resonaba por la habitación mientras el omega mordía su mano.  

 

—Tu cuerpo parece succionar.— La grave voz decía.— Te encanta tenerme dentro de ti ¿Verdad?.—Le cuestionó para morder nuevamente la herida vieja del cuello.— Eres mio Zelo.— Clavó los dientes con fuerza logrando que sangre brotará.—Eres solo mio.

 

JunHong echó la cabeza hacia atrás, el lazo con el alfa se hacía más fuerte cuando tenían sexo, lo seguía mordiendo, la marca nunca cicatrizaba debido a que el alfa reafirmaba una y otra vez su poder sobre él.  Sus hombros fueron besados, su nuca, las embestidas debilitaban sus piernas. La punta del miembro tocaba sus entrañas y ese interruptor que lo llevaban al límite, ambos personajes terminaron manchando la alfombra.

Bang cayó a un lado del omega después lo acomodó en su pecho donde lo tomó por el rostro, beso su frente, sus mejillas, sus manos se deslizaron al pecho, acaricio esos pezones, los pellizco causando un leve quejido que pareció encantarle.

Guardó entre sus manos la del menor, deposito un beso en el dorso para después dirigirla a su entrepierna. Ese miembro nuevamente estaba erecto. JunHong se puso de pie para subirse en el mayor, con ambas manos llevo la erección a su entrada, lo montó, se agacho para mirar el rostro donde el alfa le regalo un beso en la punta de su nariz, con una sonrisa le indicó continuar.

JunHong montó al hombre, movía sus caderas de arriba hacia abajo, se auto penetraba ante la poderosa mirada del mayor, abría sus piernas, su propio miembro saltaba ante las auto embestidas. Esa segunda ronda era un preámbulo de una noche cargada de pasión.

El CEO parecía nunca saciarse, deseaba poseer cada día, cada hora el cuerpo menudo del omega, no estaba en celo pero su mente vagaba en fantasmas lujuriosas, se volvía en un adicto al sexo.  

 

foto banglo

 

JunHong trato de moverse lo mínimo, era extraordinariamente extraño que el alfa después de una sesión de sexo se quedara a dormir en la misma cama, la rutina consistía en bañarse e ir a dormir a su cama sin compañía. El omega dormía en un cuarto anexado a la habitación principal de YongGuk, se conectaban por medio del vestidor, un escondido pasillo que fungía como puente.  

El aliento del alfa golpeaba la nuca del omega quien no podía conciliar el sueño, de reojo se percató como el hombre se había quedado completamente dormido, admiraba su fuerza física, en las mañanas tenía el hábito de salir a correr por lo menos 3 veces a la semana, por lo que escuchaba era un hombre ocupado, juntas, proyectos, conferencias, entrevistas, no tenía un lapso de tiempo sin que este estuviera agendado.

YongGuk soltó el agarre para girarse del otro lado, dejando en libertad al omega quien respiró más tranquilo, en los seis meses esa sería la quinta vez que el hombre caía tan cansado que no se molestaba en irse a su habitación.  Esos pequeños tropiezos le recordaban que el gran YongGuk era un ser humano, una mediana sonrisa se dibujó en el rostro de Zelo.

 

El Sr. Bang fue amable al recogerlo, es duro con las reglas y etiquetas impuestas a cada casta pero no es cruel, ni mucho menos sádico, disfrutaba del sexo salvaje con toques de perversión pero trataba de actuar educado sin dejarse llevar por su naturaleza. “Zelo” el nombre artístico con el que JunHong Choi se hacía conocer en el burdel tuvo muchos amantes obsesionados con él, unos “normales”, otros “lascivos” y uno que otro “educado” pero ninguno se podía comparar con el Sr, Bang, y su forma tan extraña de comportarse.

YongGuk dormía boca abajo en el extremo que le correspondía de la cama, la mano derecha estaba estirada y posaba en el pecho de JunHong. El omega nunca encontraría los adjetivos perfectos para describir a ese alfa, a veces amable, otras cruel, no era violento era más que nada frío, distante, su mirada de indiferencia golpeaba la médula de cualquier persona. Ese hombre era el arquetipo que Jun tanto odiaba.

 

Delicadamente el menor poso su mano sobre esa piel morena, la fue deslizando poco a poco hasta dejarla sobre su vientre, una suave caricia inundó su cuerpo.  Sería el primer y último contacto que padre e hijo tendrán, esos meses viviendo en aquella mansión le enseñaron al omega ser egoísta, vengativo y pensar en su futuro, ahí estaba su oportunidad para ser libre. presionó con más fuerza el agarre, todo sería diferente si el Sr. Bang no se opusiera con tanta fuerza.

 

YongGuk revisaba el botiquín detrás del espejo de baño, buscaba unas aspirinas para calmar el dolor de cabeza por curiosidad abrió un frasco donde estaban píldoras anticonceptivas que el omega debía tomar para evitar un embarazo indeseado. El frasco contaba con una píldora, aquella imagen encendió una terrible sensación en el estómago del alfa. El solo pensamiento de que Zelo por error quedará preñado lo aterro a tal grado de perder la cordura, caminó en dirección a la habitación donde el omega dormía.

 

—¿Cuántas veces te he dicho que debes tener el frasco lleno? .—El hombre jalo del brazo al omega para arrastrarlo fuera de la cama.— ¿Hace cuánto que no las tomas? .—Lo sujeto fuertemente de ambos hombros obligándolo a mirarlo a los ojos.—Contesta.

 

Jun se quedó sin palabras, el miedo lo invadió de pies a cabeza, era la primera vez que ese alfa actuaba tan violento, regularmente usaba un tono más duro o una mirada gélida para transmitir su molestia pero en ese segundo lucia desubicado. Es como si le hubieran dado la peor noticia de tu vida, el fin del mundo se acercaba y el sujeto estaba perdido en los abismos del miedo.

 

—Mañana iremos al Hospital. —Soltó al omega para hablar consigo mismo, daba un discurso que lo calmara.— Si estás preñado lo vas abortar.—Se giró para señalar el vientre del menor.— No dejaré que una casta sucia tenga a mi heredero.— Lo volvió a tomar por los hombros.— Tú solo estás para complacerme y no para tener a mis hijos.

 

JunHong se ofendió y le hirieron aquellas aseveraciones, era consciente que el alfa estaba comprometido con otro personaje de su casta, pero hasta ese momento YongGuk había sido tan amable, tan equitativo que sus palabras fueron un par de bofetadas directas al rostro, ahí estaba el recordatorio que solo era una ramera más en la lista de un alfa.

 

—Muchos omegas tienen hijos de alfas.—Jun cometió el error de por primera vez llevarle la contraria al mayor, llevaba viviendo 4 meses con él y creyó tener los suficientes derechos para enfrentarlo.— No hay ley que los prohíba, serían tus hijos legítimos.

 

YongGuk dio un paso hacia atrás asqueado por la idea, era sumamente cuidadoso cuando el lado emocional lo sobrepasaba pero en esos segundos perdió los estribos, no, no, él tenía prohibido tener hijos con omegas o betas, los bastardos estaban vetados en la Familia Bang.  Las imágenes de su hermano Nam se aglomeraron en su cabeza “No seas un idiota como yo. Somos Bang hermano, eso mata lo más bello que llegamos a tener” . Sacudió la cabeza, él no cometería errores, él no caería donde sus hermanos lo hicieron, él sería perfecto, sublime, el ideal sucesor del emporio Bang.  

“YongGuk, tu eres mi esperanza hasta ahora no me haz traicionado” él era el heredero perfecto, el indicado, Natasha falló al caer ante un beta, Nam también se alejó maldiciendo su apellido, YoungWon era su único rival porque YoungJae era un cordero asustado, quien vivía temeroso de su padre.

 

—Quiero que te quede en claro una maldita cosa.—Clavo las uñas en los desnudos hombros del chico de piel blanca.—Tú eres un prostituta más, eres una asquerosa zorra que me envolvió con su aroma, no aspires a ser algo más.— Sus ojos se encontraban inyectados de sangre.— No significas nada para mi, solo Kim tendrá el honor de ser mi pareja, la madre de mis hijos.—Llevó la vista al vientre del menor.— Si haz cometido el error de engendrar un hijo mío, lo arrancaré de tus entrañas y te exterilizare como a un perro.

 

En esos 4 meses el alfa nunca se mostró agresivo hasta ciertos instantes era cariñoso, aunque claro era un ávido amante de respetar las reglas.  JunHong se quedó con un nudo en la garganta, el dolor en su piel por esas huellas no eran nada, le tuvo miedo, terror a ese sujeto que parecía estar a segundos de  enloquecer. YongGuk soltó al chico al verlo palidecer más de lo normal, caminó hacia el tocador donde miró sus ojos, era idéntico a su padre, tiró todos los objetos sobre el mueble, luchaba por no ser como ese monstruo pero anhelaba su reconocimiento.  Los recuerdos pesaban en su espalda, quería arrancarse el cabello, salir corriendo para gritar, él no terminaría lastimando a alguien como Nam lo hizo.

 

JunHong supo que él solo era uno más en la lista de amantes del alfa, aunque lo hiciera sentir especial con pequeñas migajas de cariño no lo era, esa era la naturaleza de un  casta alta.  Al siguiente día de la pelea lo llevo al medico este comprobó que no estaba esperando un bebé. Eso había sido un par de meses antes, ahora su condición era distinta. Aquellas palabras solo era una razón de las tantas que Jun tenía para huir de esa casa, sus sospechas sobre su embarazo fue la último empuje para animarse a dar el paso necesario para huir.





DaeHyun miraba fijamente el jardín que se iluminaba gracias a las series de focos que el beta diseño, los hizo con tanto cariño para que Jae los disfrutará en las noches pero el alfa nunca se percató de ese detalle. Cuando llegaba a casa pasaba la mayor parte del tiempo en el estudio, no le preocupa si estuviera solo pero JB lo acompañaba. Siempre supo que ese alfa andaba tras el apellido Bang, dobló las piernas para abrazarse a las rodillas.

Entendía porque Zelo anhelaba marcharse de esa casa, era cansado mendigar muestras de cariño, era indignante ser tratado a veces como un consolador viviente,  en varias ocasiones él mismo deseaba cruzar ese enorme portón para jamás retornar , tener una verdadera vida, amar a alguien sin esconderse, sin ser un fugitivo.

 

 

Cerró los ojos, el enorme amor que sentía por YoungJae lo sobrepasaba, deseaba cuidarlo por más tiempo pero con el paso de los días se percataba que el alfa se parecía más a su padre, aún con todo el temor infundado en el interior intentaba ser como él. ¿Por qué YoungJae buscaba ser como ese bastardo?  si estuviera en su poder hubiese matado muchos años atrás a ese asqueroso personaje, no olvidaba las marcas que al alfa tenía a cada inicio del ciclo escolar.

 

DaeHyun miraba por la puerta del cuarto que compartía, por segundo año consecutivo con su amigo YoungJae, estuvo a punto de gritar para asustarlo pero la voz escapó al ver que el chico se quitaba la camisa y dejaba ver algunas heridas en su espalda, eran marcas de cinturones y algunos moretones de golpes, no eran muchas pero sí lucían dolorosas.

 

—¿JaeJae qué te pasó?.— Cuestionó el chico dejando sus maletas en el piso y correr a tocar las marcas.—¿Quién te lastimó?

—Deberías tocar antes de entrar.—El chico se molestó para ponerse rápidamente una playera.—No es nada.

 

El menor trató de minimizar la situación pero DaeHyun. El peleador por las causas imposible no se quedaría callado ante una injusticia, lo giró para sujetarlo por los hombros le cuestionó nuevamente el creador de tales marcas. El alfa se negaba hablar, fue una petición forzosa hasta que el beta entendió que el Sr, Bang fue el causante.

 

—Tu padre es una bestia.—Gritó el chico de cabellos castaños mirando el piso, apretaba los dientes, sus ojos estaban vidriosos.—Debemos acusarlo con el director.—El chico volvía a gritar arrastrando al menor en dirección a la puerta.—¿como puede hacerte eso?  es un animal.

 

—Cállate, él mi padre.—Le gritó deteniendo el andar del mayor, el cuerpo del alfa temblaba por el miedo de que su padre fuera citado por el director.—Fue mi culpa, me acobarde al último momento en un torneo.

 

Ese verano su padre lo había inscrito a varias clases de defensa personal, probó diferentes especialidades pero YoungJae era demasiado frágil. Los maestros le decían al sr Bang que el cuerpo de su hijo no tenía la fuerza suficiente para combates.  Al final logró inscribir a su heredero a clases de karate, el director de la institución era un alfa bastante agresivo, organizaba torneos internos donde se les permitía golpear sin piedad. El hombre aseguraba que el combate formaba el carácter de las personas.

 

—Tuve miedo al dolor así que mi padre me enseñó a no temer.— El chico indicó temblando, levantó la barbilla para lucir seguro de sus palabras.— Por favor no quiero que me saque del Colegio por ser un soplón.

 

DaeHyun se giró para abrazar a su amigo, el chico tembló y lloró en su pecho. ¿Como un padre es capaz de golpear a su hijo y aún así justificarse? el beta nunca entendí esa enfermiza relación entre padre e hijo. YoungJae no odiaba a su padre, le temía, le aterraba pero a veces dejaba entre ver que lo quería, en cierto modo lo admiraba y deseaba ser como él.  

No es extraño a veces los niños sólo buscan la aceptación y cariño de aquellos que fungen como figuras de autoridad y respeto. La madre de YoungJae murió joven por esa razón su único concepto de Familia se basaba en un padre autoritario y hermanos egoístas.

 

DaeHyun llevó la mirada al chico que salía envuelto en una pijama de seda blanca, tomó asiento en la mesa frente al beta. YoungJae tenía la vista en el jardín lleno de luces de colores, una mediana sonrisa se formo en su labios, dejó escapar un suspiro.

 

—Se ve hermoso el jardín.— El alfa indicó mirando al cielo, DaeHyun se puso de pie para abrazar al menor por la espalda.—Esta noche solo quiero dormir.— Mencionó cerrando los ojos, adoraba el perfume desprendiendo de la morena piel del mayor.—Pero no puedo si no estas a mi lado.

 

DaeHyun apretó ese cuerpo contra el suyo, él podía poner las manos al fuego por el alfa, juraba que era bueno, bajo esa fachada de déspota existía un encantador se humano dispuesto a vivir sin miedos. Beso el cabello de tonalidades oscuras, sumergió su nariz en las hebras negras, tenía la esperanza de estar a tiempo para evitar su transformación.  






HimChan echaba un vistazo a su compañero de trabajo, esa tarde tuvo que ir al estudio debido a que estaba atrasado en su próxima pasarela. Presentó a JongUp como un beta que trabajaría por una temporada como su asistente personal, un amigo de su Familia lo había recomendado, el chico trabajaría solamente para él. El diseñador agradecia que nadie pusiera en tela de duda sus palabras, era inimaginable que él tuviera un amante, su buen comportamiento y honestidad le crearon una reputación sagrada.

Era ampliamente conocida su relación con YongGuk, de hecho capturaba regularmente los títulos de revistas de corazón, una pareja perfecta, ideal y cargada de “amor”. Sacudió la  cabeza ellos poseían una planeada dinámica, apagaban su libido cuando la naturaleza lo requería, el ciclo de celo duraba un día, después cada uno se enfoca en sus actividades profesionales hasta que su instinto hiciera mella. El diseñador no necesitaba de más contacto y YongGuk tampoco parecía interesado en mantener una vida sexual más activa de la normal.

 

—¿Sr. Kim? ¿le duele la cabeza? .—El omega se acercó ofreciendo un vaso de agua, el alfa acepto el presente.— ¿Quiere que vaya por algún snack?  hay una cafetería en la esquina.

 

— No suena mal pero estoy a dieta.— Indicó el hombre dibujando un puchero en los labios, JongUp tomó asiento sobre la mesa para sujetarlo por el rostro.— ¿Cómo te has sentido?

 

JongUp contestó con una enorme sonrisa que cubría la mitad de su rostro, sus ojos se alargaban hasta desaparecer, nunca antes se había sentido tan útil como esas últimas 8 horas. Era torpe en algunos quehaceres pero se esmeraba en hacer su trabajo a la perfección, sus actividades no eran del otro  mundo, el solo hecho de saber hacer algo, tener una productividad lo ayudaba a sentirse vivo.

El omega no creía en la palabra amor, mucho menos a primera vista pero sabía que ese alfa le era el ser más importante en todo el mundo,  su tacto humano le dio esperanza. Deseaba hacerlo feliz, en el corto o largo plazo a su lado daría hasta el último aliento para complacerlo, él lo merecía.

 

—Me encanta estar a tu lado.—Confesó guardando ese rostro en su abdomen, Him cerró los ojos, era agradable sentir tanta ternura proveniente de un ser vivo.—Duerme un poco, yo cuidare de ti.

 

El diseñador cerró los ojos, nadie antes fue tan dulce, tierno y atento con él. Los alfas no tenían permitido ser tan emocionales, era una deshonra mostrarse vulnerables, las muestras de cariño cursis estaban vetadas en las más altas esferas de poder. Los sentimientos nublan el buen juicio de un líder, por ser un alfa se debe pensar en la cabeza y ser lógico los sentimientos son para los débiles.

 

HimChan caminaba a un lado de su pareja, después de cenar decidieron caminar por un parque para bajar un poco la comida. La pareja conversaba sobre los próximos compromisos que debían asistir, fiestas, cócteles,  eventos relacionados a la beneficencia. Habían anunciado su boda por lo tanto era su deber aparecer en las sesión de sociales en los periódicos nacionales. El diseñados echo un vistazo a su alrededor la mayoría de las parejas iban tomadas de la mano, se sintió tentado a imitar el gesto.   Se aventuró a alcanzar la mano de su pareja pero este rápidamente se negó sin armar alboroto.

 

—Te sudan las manos.—Se quejó, guardando sus manos en los bolsillos de su chaqueta.—Sabes que no me gustan las cursilerias.

 

El diseñador se disculpó y guardó las manos en sus bolsillos, fue un tonto al creer que ellos eran iguales a las castas inferiores, los sentimentalismos eran rasgos de flaqueza en el comportamiento alfa.  

 

Notas finales:

Espero les guste, muchas gracias por sus reviews!! muchas gracias


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