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El Emperador y el pirata por reydelosPK2

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Conspiración


Se le podía ver caminando por el reino trueno. Su cabellera dorada flotando por los vientos que provenían de norte, algunos mechones cubriendo sus ojos, los cuales rápidamente liberados con sus dedos finos. Alzo la mirada para ver la torre del castillo con expresión expectante. Sujetando con una mano su espada como si la indecisión de atacar o no desatara en su mente una lucha violenta, y porque no admitirlo: era una duda caótica.


Su madre fue traído al reino Fuego por ser ella la reina, por hallarse cerca para dar asilo y curación a los heridos de Trueno y Celeste, por hallarse en óptimas condiciones para albergar a los demás reyes. Pero ser la reina no significaba que pudiera liberar a su madre de su actual situación: Los reyes venían a decidir el destino del dador de vida.


Una disputa se llevó a cabo por causa de su madre entre Trueno y Celesta, El reino nieve fue destruido por acción de su madre, Saburo rey planicie fue asesinado. Y la cereza del pastel que su madre dio a luz al demonio (Fenrir) que causaba estragos en tierras calientes (Pompeya, Fuego y Zafiro) que resultaba ser el hijo del rey de Celeste. El otro pese a ser más calmado no dejaba de ser un demonio y ser nada más y nada menos que el hijo del rey de Trueno que curiosamente era su padre.


-¿Qué haces?-Preguntaba Yuuki contemplando a su hermana con aquella expresión de duda mirando a torre.


-Nada- respondió desviando la mirada en dirección de su hermano adoptivo: ¿Valía poner en riesgo la vida de Yuuki en una guerra perdida? Se cuestionó, pues su ejército no sería nada a comparación de la unión de los ejércitos de los otros reinos.


-Mmm…- Mugió el menor comprendiendo que ese nada era mucho, pero como siempre su hermana lo dejaba fuera- Me alegra que regresaras a casa sana y salva- el menor fue sincero y Marflow sintió la culpa golpear su pecho.


-Yuuki…-Llamo dudosa, mirando como Yuuki la miraba curioso, atento a lo que dijera- El hombre que llevaron a la torre… él es…


-Tu madre-Se adelantó el menor mientras Marflow la miraba a sombrado- Brian y Judas me contaron toda al historia… ¿Qué se siente volver a ver a tu familia?- Pregunto el menor mirando maldecir en murmullo a su hermana jurando golpear hasta la muerte a Brian y Judas, que manía de meterse donde no les llaman.


-¿Qué se siente?…- comenzó a analizar arqueando las cejas- Felicidad… si, se siente bonito volverlo a ver y sentir su energía reconfortante rodeándonos… Rabia. No es como lo recordaba y tengo hermanos… son muy extraños, quizás por tener diferentes padres… No sé cómo explicarlo… es confuso pero no tan desagradable como creí que seria.


-¿Vas a abandonarnos?-Revelo su mayor temor, un temor que de por si también asechaba a Judas y Brian.


-No lo sé…- confeso y el menor guardo silencio mirando la torre.


“Eh allí el que sin saber te dio a quien llamas familia y eh allí quien te la puede quitar”



Judas y Brian caminaban por todo el reino de Fuego, les fascinaba revisarlo como si fueran inspectores: a detalle. Para correr y criticar a la reina y exigirle más esmero en su puesto, claro que Marflow les ignoraba y de vez en vez intentaba golpearles por metiches, mas eso la obligaba a tratar de mejorar y también de meterse en el reino de zafiro y Pompeya para criticarlos de igual manera.


Sin embargo esta vez se metieron donde no debían, caminando por el gran coliseo, ese usado específicamente para el entrenamiento de guerreros y de lucha para entretenimiento del público, miraron abajo en los pilares a Cristal caminado acelerado girando a cada momento, como escapando de algo. “¿De qué?” “¿Por qué?” Se preguntaron buscando con la mirada a Salo que era el único que tenía relación con Cristal en ese reino, el resto de nieve había muerto.  Grande fue su sorpresa a aquel zorro siguiéndole y escondiéndose detrás de los pilares cada que Cristal daba media vuelta y buscaba con la mirada a algún intruso.


Se miraron y pusieron a analizar el porqué de tal comportamiento. Rodaron los ojos llegando a la misma conclusión:


“Ese demonio quiere con el general” suspiraron comprendiendo el calvario que viviría el pobre chico de Nieve, como si lidiar con Salo no fuera bastante pesado ya.


Un halcón atrajo la atención de ambos y Brian le silbo al reconocerlo. Era su halcón mensajero.


-¿Cuando llegan?-Pregunto Judas


-Dentro de dos días- repuso Brian y Judas le miro chueco


-¡Dos días!- Exclamo molesto.


-Mi ejército no es como el tuyo o el de los demás reinos. No me baso solo en el número de soldados. Me baso en la eficacia de mi armamento, mis maquinas son algo lentas, pero créeme que serán un contrincante casi invencible.


-¡¿Y de qué sirve ser invencible si llegaran cuando Nos asesinen?!-Se quejaba Judas negando con la cabeza-Al menos mi ejercito llegara esta noche, son simples soldados que se valen de su destreza y habilidades… nada de mujeres caprichosas con equipaje corpulento e ineficiente


-¡Estas llamando ineficiente a mis bebes!-Reprochaba el insulto disimulado de Judas


-¡Eso mismo, que siempre eres Así, cuando se te necesita de verdad siempre llegas tarde con alguna tonta arma que no sirve para nada!


-¡Cállate, no te vi quejarte cuando mis maquinas construyeron tu represa en dos meses, siendo que con tus hombres hubieras tardado un año!


-¡Sí, pero tardaron tres meses en ser llevadas y armadas en la boca de la montaña!


Ambos varones comenzaban una típica pelea.



Salo al igual que Brian y Judas miraba con detenimiento el asecho de Fenrir a Cristal. Deseo intervenir, pero aun necesitaban de ese tonto demonio de tierra para hacer frente a los demás reinos, al igual que todos supuso que una lucha podría ser el desenlace de esta reunión donde decidirían el destino del dador de vida. Suspiro molesto y siguió su camino en dirección… Se detuvo al comprender que no había lugar al cual marchar: su reino fue destruido. Negó con la cabeza, no era momento de actuar cual inmaduro, tenía mucho que pensar no podía dejarse llevar por sentimentalismos.


“No se pueden cometer los mismos errores… ”


Se dijo recordando que por su desmedido amor a Cristal descuido su reino y por tal acción lo perdió todo. Culpar al chico no lo podía hacer, todo fue culpa suya y como rey asumiría las consecuencias. 


“Nada es tuyo, pues con nada viniste al mundo y con nada te iras… De que te sirve aferrarte a cosa banal, si lo que uno debe cultivar es el espíritu que es eterno, no así  lo terrenal”


Rememoro las enseñanzas de su padre. Y controlando su respiración abandonaba su forma joven y volvía a la anciana de 79 años.



Cual perros en celo que ronda una casa, Dante y Thor seguían esperando el momento oportuno para matarse o entrar a esa habitación. Jormundgender se mantenía en pie cual guardia de seguridad, Marflow fue clara: nadie podía irrumpir el sueño de su madre y él de acuerdo estuvo, pues sí. Su madre estaba muy débil y necesitaba descansar.


-Mejor márchate del reino de mi hija- Comenzó Thor otra nueva disputa.


-No eres quien para decirme que debo o no debo hacer. ¿Qué, tiene miedo que al despertar se marche conmigo al verme?


-Ja. Deja de decir tonterías. Ikol jamás se fijaría en un simple humano como tú- acuso Thor, mirándole de arriba abajo.


-¡Loki!-Corrigió Dante mirando serio a Thor. Ambos parecían leones a punto de saltarse el uno al otro- Tú no decides por él.


Dentro de la habitación hacia dormido el dador de vida. Envejecido con la piel cual uva pasa, y de color traslucido, visible eran todas sus venas recorriendo su cuerpo. Sus labios secos, agrietados y arrugados. Se entre abrían susurrando algo inentendibles, pues hablaba otro idioma, el idioma de los muertos, más sus llamados parecían suplicas y a duras penas elevaba una mano tratando de tocar algo.


“Gaia…” Nombro al final de sus murmullos.


Cual brisa el viento entro por la ventana y acaricio su rostro. Cual brisa misma marcho lejos como mensajero que viene entrega y marcha sin miramientos.


Abrió los ojos y aspiro como aspira un recién nacido, sintiendo llenar sus pulmones del vital elemento. Con desesperación cual ahogado que no sabe si será su última bocanada de aire. Y sintió la energía rejuvenecer su cuerpo y llenar de vida cada célula.


Miro dudoso esa habitación y sus ojos se posaron sobre el enorme ventanal de vidrio catedral, y en el puesto una curiosa imagen:


Dos ángeles arrodillados ante un hombre vestido de guerrero con capa larga y opulenta, con una corono, elevando en una mano una espada y en la otra sujetaba una cabeza de demonio y bajo sus pies imponentes el resto del cuerpo del demonio.


Los ojos que recuperaron su color verde brillaron en tonalidad verde eléctrico, su rostro inexpresivo frunció el ceño y alzo el mentón como artista que ve con inferioridad y critica una pintura, pues podría hacerlo mil veces mejor.


Alzo la mano e intento romper tal insulto, mas no pudo, entonces comprendió que seguía sin energía mágica. Suspiro Mirando por la ventana donde estaba. Se hallaba en lo alto de un castillo, en una de las torres. Y desde esa distancia noto a un ejército acercarse… Supuso que no se hallaba salvo.   


Rio. Mientras idealizaba un plan. Y en ese lapso de tiempo oyó con claridad las voces de dos conocidos a su pesar: Dante y Thor.



Marflow fue quien dio las instrucciones. Ambos acataron, deseaban hablar con Loki y no asustarle y que en imprudencia el demonio hiciera algo en contra de su vida.


El primero en entrar al salón de juntas fue Thor para cólera de Dante.


Entro calmadamente con una sonrisa triunfante al salón, vio como esa gran habitación de pilares altos, de vitrales que permitían una excelente iluminación compaginaban con la alfombra de terciopelo, las sillas rusticas de madera, y esa meza larga y rectangular que lo dejaba a distancia fastidiosa de Ikol que se hallaba sentado en el otro extremo. Analizo brevemente el humor del moreno al momento de elevar su silla para sentarse y en un acto sorpresivo dejo su silla y camino en dirección de Ikol.


-Mejor ni te me acerques- protesto Ikol al ver el descaro del rubio pretencioso como una amenaza.


-¿Me tienes miedo o…?- rio pícaramente al ver como su presencia y cada acto suyo seguían afectando al demonio como la primera vez que se vieron- ¿aún te pone nervioso mi cercanía pues me sigues amando?- concluyo tomando al silla adjunta a la de Ikol, sin abandonar su sonrisa, posando sobre su mano derecha su mejilla, cual despreocupado y enamorado miran a su pareja, deseosa de oírla hablar y dar a conocer sus sentimientos.


-No has cambiado para bien…- Acuso Ikol frunciendo el ceño, aguantando las ganas de tomar aquellos mapas y cartas sobre la meza y golpearlo. De con sus manos ahorcarlo y dar muerte de una vez por todas- Te has vuelto más irritante- remarco molesto- incluso mi otro yo te odia a muerte…


-Fuuu- soplo conteniendo sus escusas, pues solo eran escusas, nada justificaba el daño hecho por su otro yo que desconociendo la razón de sus pasiones le tomo contra su voluntad y aprovecho de su vulnerabilidad- Bien lo admito. Fui un cretino, mas no me arrepiento, arrepentirme sería lo mismo que negar a mi hijo y no voy a hacerlo.  Más tú también obraste mal. Pudiste decirme que tuvimos una hija en vez de desaparecer y esconderte detrás de Thanos y tus otros hijos- Se sentó recto y miro a Ikol con seriedad- De haberlo sabido… quizás las cosas serían diferentes.


-De haberlo sabido nada sería diferente- acuso Ikol- La masacre se hubiera llevado de igual forma… Tú te llamas rey mas no controlas a tu propio ejército. La ambición humana los hace peor que bestias en celo. Mas ni como ellas tienen sentido, buscando poder para tener cosas innecesarias y llamar felicidad al vacío que rige sus corazones… me dan lastima.


Thor rio poniendo una mano sobre la de Ikol, este le miro arqueando una ceja, mas no quito la mano.


-¿Qué haces?-Interrogo molesto


-Tratar de calmarte supongo…- excuso Thor- nunca supiste controlar tus emociones… aunque ahora que sé que eres el dador de vida comprendo ese lado tuyo. Y comprendo la manía de Thanos o tus hijos por protegerte. Ahora yo quiero protegerte y que te quedes a mi lado, Lejos de todo varón que amenace mi lugar como tu macho- elevo su mano para tocar esa cara pálida y fina, para ver a detalle esos ojos verdes que seguían mirándole desconfiado y molesto.


-Y piensas tu que con palabras dulces voy a perdonar tu traición, olvidar la muerte de mis 39 hijos, que casi mataras a…


-¡Ni me lo nombres!- Exclamo Thor en un ataque de Celos repentino que sorprendió a Ikol. Miro la silla car violentamente sobre el suelo y a Thor sujetándole de los hombros mirándole fijamente, para luego soltarlo y caminar en círculos enérgicamente, mientras se peinaba el pelo con sus dedos violentamente, tratando de calmarse. Lanzando murmullos y resoplos cual toro furioso- ¡Tú me has hecho algo!- Le miro acusadoramente- ¡Me has embrujado!- Exclamo en grito cargado para nuevamente acercársele y ponerse de rodillas mirándole fijamente- yo no solía ser así. Solía ser un simple humano preocupado por su familia, por su nación, buscando un lugar calmado para vivir en paz. Mas ahora mírame- tomo la mano de Ikol con demanda, exigiendo toda su atención, comprensión, absolución y aceptación- De no haberme seducido aquel día, no sería consiente de estos enfermizos sentimientos… he llegado a odiar a mi propia sangre por tu culpa, mi especie… Siendo yo quien debería haber matado a hielo y entregado el metal negro con voluntad, pero no… Tuvieron que engañarme, y hacer lo que todo humano sensato haría: matar a los demonios… hasta el último de ellos: sin asco, sin pena. Incluso mi hijo renuncio a mi apellido y tomo el de su madre por vergüenza, pasando a la gloria como Odison, siendo Turner olvidado.


-Y…- susurro Ikol mirándole indiferente- ¿Qué esperas tú que haga yo?-Libero su mano del agarre de Thor, más cuando la soltó nuevamente fueron aprisionada no una sino ambas manos por el rubio- pides que perdone tus acciones justificándolas- negó con la cabeza- querido mío- Nuevamente libero una de sus manos y la poso sobre la rubia cabellera de Thor acariciándole como si de uno de sus hijos se tratara- Has sufrido lo admito, me explicas ahora que jamás tuviste intenciones de traicionarme, o matar a hielo. Mas eso no cambia nada: mis hijos están muertos, tu sangre y especie te traicionaron y tú les traicionaste también… Nos hemos hecho tanto daño que nada puede cambiar el desenlace inamovible: los humanos y demonios jamás podrán vivir en paz. Pues un león puede jugar con un ciervo en tiempos de abasto, más en la hambruna no podrá evitar comérselo. Es nuestra naturaleza, para lo que fuimos creados- Concluía analizando su vida y su situación. Nada de sentido tenia alberga esperanza de perdón, venganza, amor u odio.


-Eso no es cierto. Pueden coexistir, o al menos tú podrías vivir a mi lado para siempre… Aun soy el emperador, aún tengo el poder de doblegar a los reyes, siempre y cuando tú me elijas y quedes a mi lado para siempre, créeme que si podría cambiar el mundo si me lo pidieras y correspondiera mi amor.


Ikol rio sutilmente iluminando la esperanza en Thor de recuperar su afecto y tener su perdón. Volver a empezar.


-Querido mío ¿De verdad podría confiar en ti?- cuestiono y Thor levantándose y dándole un beso en la frente no dudo su respuesta.


-Si.


Tocaron la puerta con violencia: claramente era Dante que ardía en la impaciencia de entrar y saber de Loki.


-Ese imbécil…- reprochaba en susurros Thor mirando con fastidio la puerta- dile que se marche y deje de molestarte. Nada tiene que hacer él cerca de tuyo- con su simple actitud se auto proclamaba pareja de Ikol, aun sin ser aceptado por el demonio que le miraba decepcionado.


-Déjale entrar. Debo hablar con él- Ordeno Ikol. Thor giro a mirarlo severamente


-¡No! ya te he dicho nada tiene que ver contigo


-Es el padre de mi hijo, fue mi pareja. Tiene mucho que ver conmigo- repuso parándose dispuesto de enfrentar Thor si era necesario, aun débil supuso que podría, más bajo su timbre de voz, no era momento de pelear- Si no te das cuenta de nuestra situación yo sí. No dejare que ninguno de mis hijos muera por tu imprudencia- concluyo su regaño levantándose cual ser intocable, avanzando sin miedo en dirección de la puerta.


Sintió como una mano fuerte le sujetaba y jalaba del brazo y otra aprisionaba su cintura acercándole cual imán a su cuerpo. Ikol miro con miedo y sintió extraño escalofrío al ver esos ojos azules.


El espacio parecía inmenso pese a estar pegados. Así lo sintió Thor deseoso de doblegarle e invadir sus labios. Reclamarle como suyo, borrando de su cuerpo todo rastro de Dante o Thanos. Como deseaba hacerle olvidar todo el pasado.   


Ikol no opuso resistencia, no le importaba mucho que se hiciera con su cuerpo siempre y cuando no llegaran a tener sexo. No se arriesgaría a tener otro hijo en por lo menos 50 años. Quizás por eso cuando los besos demandantes de Thor abandonaban su boca y buscaban bajar por su cuello y sus manos buscaban accesos bajo su ropa para acariciar su suave piel, sintió como Ikol comenzaba a mostrar resistencia y a tratar de imponer distancia con sus manos.


-Thor ya detente. No quiero- Expresaba el Demonio aun aturdido por la falta de aire que causaron sus besos, aun luchando por no soltar gemido mas era inútil pues soltaba uno que otro a regañadientes. Su cuerpo era honesto, siempre lo fue- Te recuerdo que no me quedan más fuerzas, si llego a quedar en cinta te aseguro que moriré igual que el niño. ¿Te arriesgaras?


Thor le soltó, reconociendo que tenía la razón, mas eso no le quitaba las ganas. A regañadientes le soltó.


-De acuerdo…- Le soltó, no sin antes volver a besarle- Pero eres solo mío. Recuérdalo cuando hables con ese idiota. Mejor mándalo a su reino que nada tiene que hacer en mi imperio- concluyo acercando sea al puerta y mirando como la manilla se movía ferozmente y Dante exigía entrar.


Abrió la puerta y le vio como si fuera poca cosa, pasando de largo. Ya había hablado lo necesario con Ikol y seguro estaba que fue exonerado de su pasado y aceptado en su presente y futuro.       


-¡Mas te vale que…!- quedo hablando al aire, toro sin dedicarle palabra alguna se marchaba a su recamara, necesita encargarse de algo.


Ikol miro a Dante y señalo una silla, con expresión calmada. Dante le miro curiosos, expectante a cada gesto de Loki.


-¿De que hablaron?-Pregunto. Loki lo miro fijamente y sonrió


- ¿Temes que pueda llegar sentir algo por él?


-No. eso es imposible, no después de todo lo que te hizo. Mato a tu familia, Su padre masacro a cientos de jóvenes por su obsesión de los ojos verdes… Dudo que alguien en sus cinco sentidos pueda perdonarle y amarle.


Ikol se sentó en otra silla cerca Dante y miro fijamente. Pese a ser de similar edad a Thor, de similar anatomía: eran diferentes. Thor la pasión, el desenfreno y la ironía. Dante el amor, la protección y la comprensión.


-Y tu… ¿Me amas siendo lo que soy ahora?- Ikol tomo las manos de Dante y miro fijamente su rostro se mostraba entristecido.


-Claro que te amo. Siempre lo he hecho. Desde que te conocí, aun sabiendo que eras un demonio mi amor por ti jamás se restringió.


-¿Ni siquiera al saber que fui tomado por ese hombre, que mi pasado tiene a Thanos como mi pareja y único? –Le soltó la mano y elevo su mentón para contemplarle mejor- Somos diferentes. Tú morirás en décadas, yo viviré cientos de años más. Aun amándote, cuando mueras buscare otra pareja para procrear más demonios, es mi naturaleza… ¿Crees que alguien como yo merezca tu amor?


-Claro que si- fue la respuesta segura de Dante que estremeció y lleno de culpa a Ikol.


-Muchacho…-dijo cual lamento- ¿Estás seguro de amarme y desear estar junto a mí pese mi naturaleza?


-¡Sí!- exclamo nuevamente ausente de duda.  “A ti también debería amarte y dejar a mi otro yo disfrutar junto a ti la felicidad…” Bajo su mirada y luego la cabeza para besar las manos de Dante. Símbolo de arrepentimiento, gratitud y respeto.


-Te digo esto muchacho. En mi viven dos.


-Lo sé- repuso Dante recordando la explicación atropellada que dio Thor sobre Ikol, sobre su pasado junto y el inicio de las armas de los reyes y generales.


-¿Y aun así… sabiendo que quien te amo no regresara, puedes jurar amarle?-se  sorprendió al ver la fuerza de tal amor.


-Si- dijo sin duda. Nada cambiaba que amaba a Loki y a Ikol le comprendía y en el fondo eran la misma persona, por lo mismo le amaría también, así de simple como amaba a su hijo.


-¿Y harías cualquier cosa por mí?- ambos se miraron fijamente. Y Dante asintió – Entonces… Mata a Thor- ordeno sin pena ni gloria. Dante rio asintiendo, claro que le mataría tenía ganas de hacerlo, pero sus hijos se los impedían, Salo e Iris también.


-Lo haré esta misma noche- indico animado Dante.


-No. Deberás esperar, que baje la guardia y confíen en mí, que se ciegue creyéndose triunfador y entonces matarle y dejarle caer de su pedestal. Yo te indicare el momento, y separare a mis hijos de tu camino.


Dante nuevamente asintió y atentamente escucho los planes de Ikol.



Cristal seguía en su búsqueda sin éxito. No se explicaba cómo era posible que después de años tratando de buscar verse libre de Salo, del reclutamiento de ser un general ahora seguía cual tonto buscando a Salo, creyéndose responsable de su vida y sintiendo el patriotismo y la moralidad de vengar a su reino.


Giro nuevamente y miro con desconfianza, ese demonio de tierra le andaba siguiendo, pero no se animaba a dar la cara. Era molesto. Al marcharse el sol miro la llegada del ejército de Pompeya, el primero que llegaba.


 


 


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