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El Emperador y el pirata por reydelosPK2

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Momentos…

 

Al inicio como para muchos todo era oscuridad. Igual que toda criatura abrí mis ojos y en ignorancia mostraba miedo ante el mundo.

“Sin nada nacen y sin nada morirán…”

Oí el susurro de una extraña presencia que llenaba de calidez y calma mi cuerpo.

“!Mamá!”

Como toda criatura la reconocí como mi madre, mi creadora: Gaia. La vida.

Sin cuerpo, sin forma, más clara cuál es la energía de la vida. Para mí lo más bello que jamas había sentido. Deseos de mantenerme envuelto en su presencia me invadían cual droga, como si de ese ser dependiera mi existencia y así lo hacía.

“Sin nada nacen y sin nada morirán…”

Nuevamente replicaba Gaia, alce mi mirada y vi a los otros demonios levantarse de las piedras. Eran iguales y a su vez diferentes a mí. Cada uno con colosal presencia y habilidades sorprendentes que de la nada su mera presencia revelaban. Vi atrás de ellos otros demonios más ya creados pero de diferente forma, otros que dirigían caravanas de extrañas criaturas cuyos lamentos parecían eternos, todos caminando entre los ríos de lava, entre las cavernas sombrías, todos con esas miradas apagadas, con heridas marcando su piel, con pies descalzos sobre el ardiente suelo negro… otros más halla rodeados de comida, corriendo tras la opulencia de alimentos más al llevar bocado alguno a la boca esta cambiaba de forma y se volvía insípida y dura cual metal quebrando y pudriendo sus dientes… Los desdichados parecían solo hallar el dolor y la desesperación a manos de los otros demonios que habitaban el averno.

-entonces ese es tu plan…- Repuso un extraño hombre sentado en un trono de fuego. Sus ojos rojos miraban fijamente las nuevas creaciones. Hombre de cuerpo escultural, vestido con túnicas elegantes blancas y negras de bordes dorados, con un rostro perfecto mostraba una sonrisa divertida, sus manos finas de dedos largos tamborileaban divertidos sobre su trono- Vienes al averno a pedirme esculturas de metal negro  cual demonios esculpo según tus exigencias y tu asignas vida a cada uno… hijos tuyos sin duda. Hermana mía: invencibles guerreros pues no hay ser vivo o metal alguno que pueda dañar el metal negro. ¿Qué gano yo con todo esto?

-Diversión-Dijo Madre y un largo silencio se formó entre ambos.

-¿Diversión?… ya tengo bastante de ese tipo de diversión- señalo su reino

-¿Qué pides entonces?- otro silencio, ese ser cerraba los ojos analizando que podría pedir a Madre que no pudiera el obtener por voluntad propia.

-tu reino… el mundo de los vivos- expreso con calma y seriedad

-Esa no es decisión tuya. Claramente se te dio el reino de los muertos, El averno.

-Es aburrido reinar a los muertos, una eternidad de oír sus lamentos. ¿No te aburres de reinar a los vivos?

-No- dijo madre con la misma calma y seriedad que mostraba el hombre que según la conversación delataba como su hermano.

-Gaia…- le llamo levantándose de su trono de fuego- Algo de interés debes ofertarme. Recordaras el libre albedrío, vas en contra de ese dictamen. Fueron creados para gobernar tu mundo y de ellos dependerá llegar al reino de los cielos o caer en mi averno. Tus accione sobran. Siempre supiste que tu mundo estaba condenado a la destrucción y el renacimiento.

-Yo me he hecho cargo de ese mundo desde que se fue. ¿Yo he dado vida y Ellos que han hecho con todo lo que se les ha dado? ¡Están acabando conmigo!

-Bien…- repuso dándole la espalda, su hermana parecía ciega en su esmero de poner ornen en su mundo-Pero recuerda que si causan más mal que bien serás tu quien desaparecerá y volverá polvo. No puedes interceder por ellos, tener contacto más que este. Sera tu castigo por tu osadía.

Gaia acepto y miro al último demonio creado, el más pequeño y en el dejo rastro de su esencia.

-Tú serás el Dador de vida…- concluyo.

El extraño ser miro la última lama creada por Gaia y como esta fue puesta en aquella escultura de metal negro.

Supo desde siempre que esta travesía acabaría mal. Pero por que debían de preocuparse, su existencia era superior a la de los humanos o demonios, eran eternos: la vida y la muerte. Así lo asigno el creador de todo, el que dejo el mundo y durmió eternamente dejando su ultimo legado: el libre albedrío y a sus tres creaciones cuidar el rebaño: La vida, la muerte y el cambio. Mas el cambio se mantenía lejano a sus hermanos en lo que puede los humanos denominaron el cielo.  

 …  

Un intruso en el averno

Y El abrió sus ojos, despertando de su largo sueño al sentir las puertas de su reino abrirse.

Camino entre los miserables habitantes de su reino, cambio su forma a la de un simple anciano viejo y maltratado para llegar a su lado y no causar miedo al invasor.

-¿Tú…-dijo el hombre de edad avanzada a Thor que lo miro al inicio desconfiado, mas luego bajo su guardia. ¿Qué le podía hacer ese vejestorio?- … Estas vivo?

Thor recién se percataba del lugar, apenas si salió de aquella cueva. Lo que vio no fue para nada agradable. Su piel se puso de gallina y el miedo reino retrocediendo inmediatamente deseoso de huir. La mano del anciano le tomo de la muñeca para tratar de calmarlo más Thor se alejó y corrió en busca de la salida. Esto era imposible. Él no quería morir.

Por el brusco movimiento el anciano cayó al suelo y trato de levantarse a duras penas.

Thor que en su desesperación de regresar a la tierra entro a la cueva y volvió a salir para descubrirse en el mismo lugar que el anciano.  Varias veces trato de regresar pero en cada intento nuevamente llegaba al punto de partida. Cansado y recuperando algo de compostura dejo de correr y miro apenado al anciano que apenas si se terminaba de levantar.

-¿Ya te quedaras tranquilo y responderás a este viejo?-Pregunto

-yo… yo no debería estar aquí, esto fue un error, aún no he muerto y no merezco el averno: ¡merezco el cielo!- se santifico.

-Muchacho el orgullo no es vestimenta para el cielo. Estas en el lugar correcto-Repuso el anciano- Para el cielo debes cambiar tu alma y purificarla…dejar egoísmo y ambiciones… Poco lo han logrado

-¡No! ¡Es un error yo no merezco esto! ¡Si estoy aquí es por buscar liberar a mi gente de la amenaza de los demonios! –Comenzó a explicar su desventura y es que cuando Ikol le comento del averno jamas lo imagino así de tormentoso con ese ambiente que de la nada aplastaba tu cuerpo y quitaba toda esperanza. Asfixiante. Y según lo contemplaba y miraba sus niveles, mayor era su miedo de quedar atrapado en ese lugar.

-Ya veo… Así que un demonio es quien te ha indicado como llegar al averno, incluso te ha dado parte de su energía- Murmuraba el anciano con una sonrisa forzada reconociendo la esencia de Gaia, creyéndola traicionar su pacto- Para que puedas salir de este… ¡Qué muchacho tan afortunado!

-Ni tanto…- lamento Thor- Aun si consigo el metal negro del que Ikol hablo… ¿Cómo regresare al mundo de los vivos?-Se lamentaba Thor.

El anciano dejo por segundos brillar sus ojos denotando el color carmesí, más se calmó… Metal negro… lo único que podía atravesar y destruir el metal negro era el mismo metal negro del averno. Rio mirando su oportunidad de divertirse a costas de los errores de su hermana.

-Eso no problema ya que estas vivo y los vivos no pertenecen a este mundo. De no tener la protección del demonio de seguro ya hubieras muertos por los gases venenosos, más sigues vivo… - Soltó una breve carcajada- Debe confiar en ti aquel ser para dejarte venir por el metal negro.

-Si…- Dijo Thor con orgullo, elevando la cabeza. Tanto así que el anciano pudo jurar ver sus ojos iluminados de vida- Él me ama. Cuando todo esto acabe viviremos juntos, buscaremos una forma de que ambas especies puedan coexistir… Juntos lo lograremos.

-Hermoso…- el viejo se sentó a duras penas sobre el suelo y miro a Thor para luego negar con la cabeza. El amor era algo tan curioso que jamas podría experimentar en el averno- Lástima que solo seas mortal y mueras dejándole solo… Dudo que los humanos confíen como tú confías en los demonios… Recuerdo que les temíamos… tantas muertes: comen humanos. Difícil de creer que puedan coexistir. Yo no podría… Aquí en el averno aún siguen atormentándonos… por la eternidad ¿Cómo confiar en ellos o creer una existencia pacifica? Quizás seas el único que crea en ese espejismo. Hay cosas que simplemente no pueden ser- una pausa se manifestó entre ambos y Thor pudo ver la mirada melancólica del anciano y sintió pena por su alma. El anciano elevo la mirada al ver que el silencio perseveraba - quizás el demonio tenga buenas intenciones, más la verdad es clara: no pueden coexistir, no por la rivalidad entre especies… el tiempo pasa de diferente forma entre ambos. Los humanos vivimos una media de 50 años, los demonios he oído que llegan a vivir unos cientos de años, una eternidad a comparación de los humanos… Te olvidara y cuando su entusiasmo por la coexistencia acabe retomara su sendero y como el resto seguirá sembrando el miedo en los humanos.

-Ikol no haría eso.

-Es un demonio, fueron creados para eso… Así como los humanos fueron creados para reinar la tierra. No puedes cambiar el destino.

-Claro que sí. Ambos marcaremos una nueva era. Yo…- Thor enmudeció al notar que su piel comenzaba a envejecer, Estaba muriendo.

El viejo descubrió la sorpresa en la cara de Thor al notar su envejecimiento acelerado. Un muchacho algo ingenuo y terco… un demonio confiado… rara combinación de perseverancia e inocencia… que resultaría de tal unión: La crueldad de la realidad aplastando a ambos amantes. Podría ser divertido.

-Un día aquí equivalen a diez años en la tierra de los vivos, como tu cuerpo es de un vivo envejece según el mundo de los vivos.

-¡Diez años!-Exclamo asustado. Diez años había pasado ya en la tierra. Ikol… él no le advirtió de esto

-Para los demonios diez años, cien años no son nada, por eso se le olvido seguramente advertirte de tal percance.

-Debo regresar- dijo dando vuelta en dirección de la cueva

-Regresaras solo por el miedo de dejar a al demonio olvidarte o dejar de amarte al verte viejo y acabado… ¿Dudas de él entonces? ¿Y el metal negro… Viniste aquí por el cierto, por tu gente o solo por el demonio?

Thor nuevamente se paralizo, no sabía qué hacer.

-Calma muchacho, que no solo por viejo me he acercado a ti. He vivido aquí tanto que ya no recuerdo como fue mi vida en el mundo de los vivos. Mas si puedo alabarme por la sabiduría obtenida del averno en todos estos ciclos de confinamiento.

Thor le miro sorprendido y esperanzado.

-Muchacho me has hecho compañía y hablado de cosas que me devuelven la alegría, contagiado de tu ánimo y tus esperanzas entonces déjame compensarte…

Y así fue como Thor cargando al anciano camino por el averno y llego a unas betas de metal negro, de las que tomo una roca mediana que llenaban ambas manos.

-Entonces es el momento del adiós- dijo entristecido el anciano

-Eso creo

-Quiero pedirte un último favor  muchacho- Thor le miro pues no comprendía que favor le había hecho al anciano, pues  su parecer el anciano le hizo muchos favores a el- Tú tienes la parte de la fuerza de ese demonio que te permite entrar y salir del averno….- susurro- ¡Llévame contigo!- Thor alzo la mirada, no comprendía nada- Llévame contigo y te diré como puedes usar esa fuerza para volver tu alma inmortal y reencarnar en tu sangre… piénsalo… podrás estar con el demonio que amas por la eternidad y cumplir ambos sus sueños.

Thor no vio nada malo en llevar al anciano con él. Cargando el metal negro y al anciano marcho nuevamente a la cueva y esta se abrió dejándole regresar al mundo de los vivos y a su pesar de ver perdidos más de cuatro décadas no se sintió derrotado. Thor que marcho al averno con 30 años regreso de esta con una edad de 72.

Al llegar al mundo de los vivos vio el metal negro en sus manos, mas no llego a ver al anciano. La culpa lo invadió no pudo cumplir su promesa, pero si era como dijo el anciano: solo los vivos podían salir del averno.

De la traición

Balder quedaba mudo al oír a su padre y su tonta idea de unificar ambas especies, de la convivencia pacífica.

Esperaron por su padre más de cuatro décadas. Vio a su madre envejecer y morir por la tristeza de no saber de su amado. En la época de hambruna morir a su hermana y el aun por ser joven no tener la fuerza de protegerla. Excuso la ausencia de su progenitor alegando su importante misión, misión que todos declaraban una locura y a Thor un cobarde que abandonaba a su gente y traicionaba su confianza.

Tanto lucho Balder por mantener el orgullo Turner en pie, tanto para que…  “Ha perdió el juicio” se dijo mentalmente, pues ningún humano diría semejantes tonterías.

-Y…-Comenzó a indagar- ¿ese metal negro del que hablas realmente es capaz de herir a los demonios?

-Si-Dijo con orgullo Thor confiando ciegamente en su primogénito, mientras Thor se enfocaba en de dar forma  al metal negro y volverlo un arma: un martillo.

Dejo a su padre en su labor. Camino por el pueblo y volvió a oír el rumor: Nuevamente aquel demonio aparecía en un pueblo vecino pidiendo dialogo. Rio pues le aprecia tan extraño… un demonio hablando de tonterías similares a las de su padre.  Corrió el rumor del arma de su padre y que esta pronto se finalizaría. Hablaron los guerreros y jefes de cada aldea y asintieron: era hora de probar la eficiencia de aquella arma. Balder aseguro que por el honor de su familia su padre demostraría que jamas fue un traidor o un cobarde y de ganar deberían de retribuirles y alzarlos en la gloria como los matadores de demonios. Jamas menciono las ideas de su padre y no dejo a nadie hablar con él, miro a su padre concentrado por días y noches enteras en concluir su creación.

Mandaron una carta al demonio: aceptaban un encuentro, una tregua para hablar de una forma de coexistencia.

Maquino el momento exacto. Armo el teatro de un ataque. Mientras hielo miraba molesto el alboroto que causaban los humanos sin razón vio entre la muchedumbre salir  a un hombre de edad avanzada con un martillo en mano. Rio menos preciando tal ataque, creyéndolo una burla. Pero en el impacto con el arma su piel se rompió cual cristal en pedazos que comenzaban a caer al suelo. Miro entre la muchedumbre a su madre camuflado cual humano y temió verle en peligro. En un último esfuerzo lanzo sus garras contra el hombre de misteriosa arma atravesando su pecho. Hielo había muerto.

Thor pudo verle por fracción de segundos mientras todos lo alababan y alzaban en sus brazos. Le noto: su mirada sombría, acusante. Quiso liberarse del acoso de la gente, y un dolor punzante le dio a saber que también fue herido. Balder rápidamente con su hijo llevaron a su padre al hogar y allí le cuidaron lo días siguientes.

Suponiendo que fue cruel broma del destino Thor acepto la muerte de ese cuerpo viejo, ya reviviría e hilvanaría  las cosas con Ikol

-Balder…- Llamo a su primogénito y confiando en que su hijo comprendería sus acciones comenzó su relato.

Caula balde de agua fría sintió la verdad. Traicionado por su padre… El hombre que respeto y pese a su ultimas ideas extravagantes siguió alabando cual héroe. Más solo era un traicionero que abandono a su familia, que engaño a su madre y a su especie con ese Demonio. No merecía nada de lo que ahora tenía. Ni el respeto, la glorificación del pueblo y su nieto. Solo era un traidor. Mas no dijo nada. Solo extendió las manos recibiendo el martillo de su padre y dejándole descansar. Jamas dejo que nadie le viera, que nadie atendiera sus heridas… le dejo agonizar y morir solo.

El Cambio.

Hacía en la cama agonizante, sintiendo la cruel traición de su sangre (Balder y su nieto Odín), decepcionado por recordar la mirada sombría de Ikol, deseoso de ir a buscarlo y pedir perdón, más se hallaba prisionero de su propia sangre que al verse con el arma y verlo al borde de la muerte despotrico contra él su odio y le juro acabar con cada demonio sobre la faz de la tierra.

Las puertas se abrieron y Thor pudo ver frente suyo a un joven de buena presencia y juventud viva. No supo quién era. Pues no era Balder, tampoco su nieto.

-Muchacho…- repuso el joven mirándole fijamente, Su cabellera era negra similar, sus ojos rojos y su piel bronceada-¿Quién eres?-Pregunto un agonizante Thor

- Eso ya no recuerdo… más puedo darte el nombre que me dieron al nacer en nuevamente en este mundo: Salo

-Nacer nuevamente…- susurro Thor

-Exacto… No recuerdas acaso que te pedí que trajeras contigo al mundo de los vivos… a cambio te daría el secreto de la reencarnación… pues tú al contar con la energía de aquel demonios protegiéndote y al pisar el averno cumples con los requisitos de hacer inmortal tu alma. Más te digo que el cambio es un ser complejo y suele borrar las memorias. Incluso a mí que provengo del averno no recuerdo quien fui… más te recuerdo a ti junto a mí charlando en el averno… La promesa. 

-Ya veo…- entre cerro los ojos- reviviré entonces yo…- replicaba Thor tocando la muerte y la inconciencia

-Si muchacho… entonces podrás ver la grandeza de tus acciones y vivir sus consecuencias…- concluyo Salo ayudando al alma de Thor a reencarnar en la siguiente de su descendencia que fue le hijo de Odín.

Salo miraba la luna cual lobo parecía hechizado por esta.

“Libre albedrio e ignorancia…”

Recordó las palabras de Cambio, ese ser que gobernaba lo denominado por los humanos como el cielo. Supuso que no estaba tan mal… Viviría fuera del averno… eso era lo que importaba, eso era lo que todas esas almas gritaban

“Con nada vienes y con nada te iras…”

Rememoro Otra voz que murmuraba en su cabeza con tono de mujer.

-Nada es nuestro… Y solo cuando ya no quede nada en el alma uno alcanza la iluminación…-Recordaba las enseñanzas que aprendió de un moje, las mismas que quiso aplicar a su reino, pero siempre había algo que deseaba: un arma, poder, Cristal, su reino, demonios, el conocimiento… Muchas cosas que le impedían llegar a la iluminación y ahora que perdió su reino algo dentro le instruía que era momento de alcanzar la luz. Era momento de renunciar, ya había perdido su reino, renunciado a Cristal, dejo caer su arma (Renunciaba a ella), renunciaría a todo…

-¡Salo!-Llamo Cristal finalmente encontrándole después de buscarle por horas.

Cual el despertar de un trance que hablaba cosas que no alcanzo a entender, despertó de su meditación y miro a Cristal. Arqueo las cejas sin comprender.

-¿Qué haces aquí? Eres libre… Te hacia lejos de este reino que será un campo de guerra- Contradijo al joven hibrido que llevó a su reino e hizo de él cuanto quiso.

-¿Qué pasa contigo?-Interrogo Cristal que le conocía como persona y amante. Salo dejaba de comportarse cual le conoció. Tan extraño tan distante-Tú no eres así…- acuso.

Salo rio. Allí su joven amante forzado. Allí una de sus posiciones más valiosas y a la cual le coto tanto renunciar.

-¿Y tú puedes decirme como soy?-Pregunto serio al joven. Cristal solo manifestó más preocupación. Tan extraño.

-eres un egocéntrico, egoísta, tonto, salvaje… amante de la historia y la geopolítica. Un sínico que pregona humildad y equidad más cuando pierdes los estribos destruyes lo que se pone en tu camino… un rey sádico diría yo, pedófilo...-Crista comenzaba a describirlo tal cual lo captaba.

Salo arqueo las cejas y rio levemente mirando su joven amante, sintiendo parte de su alma siendo nuevamente arrastrada a la vida cuando ya renunciaba a esta y decidía regresar al averno, pues su cuerpo viejo y cansado exigía descanso. ¿Cuantos años más engañaría a la muerte usando su arma? No lo supo, solo la miro en el suelo y la alzo volviéndola a poner en su funda que colgaba de su cinturón y abandono su forma vieja y demacrada caminando delante de Cristal.

-Vamos muchacho… aún queda ver el fin de esta odisea- dijo girando a verle y Cristal le siguió desconfiado.

Judas miro a Brian con esa extraña maquina voladora en forma de ave, que colgaba de una bolsa de aire avivada por un mechero, siendo las alas las que dirigían el vuelo en forma circular.

-¿Y eso?-Pregunto el rey de Pompeya curioso a su amigo- Es una regalo para Marflow-Fue sincero Brian y Judas no dijo nada, no sería ni la primera ni la última vez que Brian usara sus habilidades de ingeniería para crear extraños objetos para Marflow. Sinceramente le tenía envidia, él no era tan listo como  Brian, mas no le impediría su cometido… Seguro Marflow tenía la cabeza llena de preocupaciones, quizás ese obsequio la animara un poco.

Miro marchar a su amigo en busca de la chica. Camino cual alma en pena fuera del castillo en dirección del coliseo.

-¡Judas!-Llamo Marflow asuntando al pensativo Judas que quedo deprimido desde la partida de Brian. Irónico pensó  Judas, pues Brian la buscaba dentro del castillo, más la chica estaba fuera en el coliseo.

-¿Ocurre algo?-Pregunto despistado mirándola fijamente. Marflow arqueo las cejas.

-¿Se pelearon otra vez?-Le cuestiono pues era raro verles separados

-No que va, solo digamos que tenía otros asuntos, además debo ver a mi ejército y hablar con mis generales y consejero.

Marflow suspiro comprendiendo que todo apuntaba a un nuevo enfrentamiento donde sin quererlo termino metiendo a sus amigos.

-Lo siento…- se disculpo

-No deberías hacerlo. Ya sabes… si se mente con uno se meten con todos- rio Judas apoyándose sobre en un pilar- Marflow…- Llamo al achica rubia mirándola como si fuera la última vez que podría hacerlo. Al diablo la lealtad: era ahora o nunca.

Marflow le vio curiosa, raras veces les podía ver serios. Mucha tensión supuso. Nada la preparo para lo que se le venía encima.

-¿Quieres casarte conmigo?

Marflow parpadeo anonadada por tal pregunta. ¿En qué momento? ¿Cómo terminaron las cosas así?

Brian que desde lejos la vio y corría a reunirse con el dúo llego cercad e ellos y creyó buen momento para hacer una broma y esconderse en otro pilar sin saber que sería testigo de la propuesta de su amigo.

-Digo… si salimos de esta… - comenzó a disfrazar su propuesta por la vergüenza y el aparente rechazo de la demonio de fuego que no dejaba de verlo con lastima y es que esa mirada decía tanto y lastimaba más que las palabras- Sabes creo que es el calor del momento… ya sabes… tu y yo…

-Al fin te encuentro Marflow, te he estado buscando. Interrumpió Brian mirando a ambos fingiendo ignorancia-Mira lo que hice- mostro su invento ignorando la incomodidad en la expresión de sus amigos.

-Gracias, pero…-Dijo Marflow tomando el invento en mano, forzándose a sonreír para aparentar normalidad.

-Qué esperas: hazle volar- insistió Brian mirando seriamente a Marflow, y esta lo sintió cual reclamo. Chasque la lengua que demonios les pasaba a ambos, estaban cerca de una batalla, por le la fastidiaban con tonterías. ¿Debía decirles del plan de su madre?... que después de esta pelea demonios y humanos jamas volverían a convivir juntos. –Yo lo hare- arrebato el aparato de manos de Marflow y prendió el mechero dejando al ave volar en círculos. Miraron la bolsa de aire comenzar a quemarse pues en la prisa Brian no calculo la presión del fuego y lo pudo en alta intensidad y el ave  sin la bolsa de aire cayó al suelo rompiéndose en pedazos.

Los tres guardaron silencio mientras oían el sonar de unas trompetas que anunciaban la llegada de otro reino y su ejército.

Ikol miro a Marflow y esta saco de su pecho el fragmento de corazón que alguna vez le cedió su madre.

-Recuerda que hora eres mortal. No te dejes matar- dijo Ikol acariciando su mejilla, mientras miraba a Jormundgender- Es hora de regresar al averno…- repuso Ikol, pues si ya no podía tener más hijos abriría las puertas del averno liberando a cuantos demonios pudiera para acabar con los humanos y restaurar el equilibrio cual Gaia les encomendó.

Fuera de los muros del reino de fuego se asentaba el resto de los ejércitos y la comitiva de cada uno comenzaba  a entrar. Thor, Brian, judas, Salo, Marflow y Dante les miraban. Daba inicio la última reunión de reyes y en esta se decidiría el destino del demonio dador de Vida y de sus hijos.   

 

 

 


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