Obsesión
La obsesión suele ser el principio del fin para muchas personas. Para ambos quizás el único camino a la liberación.
-Y… ¿Cómo era?-Interrogo el retratista para poner los afiches de se busca.
Thor no supo cómo responder, el hombre que faltaba a su colección de cráneos, bueno no le vio la cara, sabía que era varón, sabía que era joven, que tenía ojos verdes. Más de eso no sabía. Por más que torturo a los restantes piratas ninguno se mostró dispuesto a hablar. Eso le pareció extraño incluso para esos piratas.
Sabía que los piratas eran hombres que cumplían un código de honor, pero ese código era reescrito de acuerdo a su ambición. En este caso por más que se les ofreció la libertad ninguno dijo palabra alguna.
-Y que puede tener ese hombre para que su vida valga más que la tuya. Piénsalo: libertad, dinero… que más puedes querer.
El pitara en turno bajo la cabeza. Que más podían querer… nada. Quizás de ser otro de la tripulación o el mismo capitán le hubiera traicionado. Pero se trataba de Loki. Él bebe que cogieron en medio de una tormenta en las tierras congeladas del norte. Ese niño que según su capitán era hijo de las sacerdotisas de la nieve, pues nadie más viviría en semejantes condiciones. Lo tomaron y por miedo a represaría de esas entidades lo criaron. Lo que en un inicio nació como una obligación impuesta por su capitán, con el tiempo se volvió en cariño.
Cada uno de esos hombres de apariencia asesina y descuidada habían criado al niño durante estos 17 años. Obviamente nació el cariño y notaron como el menor era diferente del resto, un niño que aspiraba a ser filósofo, que solo aprendió a leer y a interpretar cartas, que supo hacerse de pergaminos y libros con los cuales empleaba sus conocimientos y aprecio otras lenguas. Un chico curioso que pese a ser de aspecto delicado también solía ser fuerte.
Cada uno en su inicio odio a Loki, cada uno compartió con él y descubrió su ingenio y sus travesuras infantiles. Miraron hacerse un hombre y como todo padre sintieron orgullo del menor. Nadie se molestó cuando el capitán le ayudo a escapar. Asus ojos Loki no era un pirata, era solo el hijo que criaron y desearon hacerle un futuro digno de un genio de su talla.
Laufey como capitán se auto nombro el padre de Loki. Sin duda lo era. Su capitán aun siendo un hombre de pocas palabras era su padre a ojos del menor que lo respetaba y obedecía sin reclamo alguno.
“Vive y se feliz…”
Desearon mentalmente cada uno en el momento del interrogatorio, cuando pasaron a ser torturados y finalmente asesinados. Thor pese a ser un chiquillo no tenía mucha paciencia.
…
-¿No recuerda algo más?-Volvió a preguntar el artista y Thor solo lo tomo de su túrbate y lanzo lejos de su vista
-Si recordara algo más te lo diría maldito insecto. Dibuja lob que se pidió y no me hagas perder más el tiempo- concluía
Mato a todos los piratas que capturaron, incluso mando a sus generales a capturar a otros para saber si alguno de estos había albergado al tripulante del navío de Laufey. Nadie supo responder, pues si sabían de quien hablaba el monarca, pero nadie lo conoció realmente, ese pirata jamas mostraba el rostro y nunca acompañaba al resto de los piratas en las cantinas. De hecho existían varios rumores sobre que era una mujer, o quizás un hechicero.
Laufey y el resto de su tripulación tampoco hablaban mucho de el en público. Solo replicaban que era extraño, amante de libros, jamas de mujeres o bebida. Sin embargo después de expresar sus quejas cambiaban de tema ante la mirada de Laufey que indicaba que el silencio era lo prudente.
Buscaron por semanas y meses más nadie dio con el pirata faltante.
-Y que harás entonces hijo mío- Thor alzo la mirada en dirección de su padre- ¿no sería mejor olvidarlo?
-Padre yo soy desde ahora el emperador de Asgar. No puedo dejar que una basura se burle de mí. No dejare que nadie desafié mi autoridad. Si yo digo que el sol es la luna y la luna el sol, así será. No dejare de buscarle pues debe morir. Todos deben saber quién es su emperador. Respetarle y temerle pues el siempre cumplirá su palabra. Y mi palabra fue clara: los mataría a todos incluso a sus familias.
-Y pasara una vida buscando a un ser cuya cara ni conoces. Existen palabras que uno debe cumplir otras se las pueden omitir… solo pierdes tu tiempo.
-Bien…-repuso Thor riendo sarcásticamente, para mirar a su padre fijamente antes de girar y ver a sus generales- pues apresad a todo aquel que sea joven y tenga ojos verdes y dedos largos y delgados.
Todos los generales se miraban los unos a los otros sin saber cómo responder. Todos miraron a Odín el padre de Thor quien era el único que supera al emperador, era el verdadero que por capricho nombro a su hijo emperador adjunto antes de tiempo para instruirlo en el manejo de sus reinos.
Lentamente de cada uno de los reinos de Asgar fueron apresados los jóvenes que cumplían con la descripción dada por Thor. Cada noche Thor visitaba los calabozos y hablaba con cada uno de los presos y lo iba descartando. A los que no se oía igual a la voz que recordaba tenía el encapuchado. O su piel era más oscura o sus dedos presentaban cayos o marcas. Esos eran los afortunados que eran puestos en libertad. El resto seguía preso.
Odín molesto por al obsesión de su hijo en un acto de furia los mando a ejecutar, así Thor no sabría si había dado con el correcto o no, pero la misma incertidumbre le haría abandonar su búsqueda pues no había otras tierras donde el encapuchado podía esconderse.
Sin embargo esa duda se mantuvo en su cabeza, pues Thor juraba que pese a que los sospechosos tenían los ojos verdes, ninguno se asemejaba a ese par de esmeraldas que recordaba. Quizás por las sobrias celdas o solo por su imaginación. Thor solo sabía que esos ojos verdes se clavaron en su inconciencia cual ambición que deseaba poseer. Tanto fue así que en mujeres solo se enfocó en las que poseían ojos esmeraldas. Thor hasta esa fecha siempre tubo todo lo que quiso y no haber cumplido con su capricho de ver muerto a todos esos piratas, de tener duda de saber si había matado al encapuchado se sembró en su mente que por primera vez no tenía algo que quería, al no tener imagen de la cara, simplemente gravo en su mente esos ojos verdes jurándose que algún día de no estar muerto los tendría, pues de estar aun con vida ese pirata de los sacaría de sus orbitas y los guardaría celosamente en un frasco para la eternidad.
A la edad de 20 años Thor Odison se casó con una mujer de cabellera dorada y ojos esmeralda de nombre Aly.
…
Loki apenas si llego a esa isla y en ella permaneció por un buen tiempo antes de aventurarse a las tierras del reino Trueno, donde las críticas del nuevo emperador eran perturbadoras. Cada rumor le ponía los pelos de punta. Saber que ese hombre deseaba darle caza termino por concretar su decisión: debía matarle pues de no hacerlo jamas podría reiniciar su vida. Rápidamente se acercó a un bar de mala muerte y busco a Meraldy la mujer favorita de Laufey. Le comentó quien era y esta supo reconocerle pue de niño Laufey alguna vez lo presento como su hijo. Comprendiendo la crítica situación Meraldy supuso que Loki debía de huir de imperio.
-Olvida tu tonta idea de vengarte Laufeyson- regaño la mujer al moreno- olvida a tu padre o al resto. Empieza una nueva vida lejos de estas tierras. Que si te quedas aquí dime muchacho: ¿Qué puede hacer un don nadie contra un emperador?- empujaba en dirección de su recamara- he de vestirte con mis mejores galas. Como mujer nadie te molestara. Mañana mismo te embarcare en el barco carguero y hablare con Marcus, es el capitán y buen amigo mío, él te llevara a otras tierras que no pertenezcan a este imperio. Tu padre me replicaba una y otra vez que tenías buena cabeza- concluía tirándole ropa de mujer encima para luego jalarle del brazo para que la viera a la cara- chico, no eches a perder tu vida por una empresa perdida. Tu padre decía que en esta vida se gana o pierde, jamas hay intermedios. Si quieres vengarte véngate pero cuando puedas ganar. Si sales perdiendo no sirve de nada- concluía encerrándolo en su habitación con llave. No correría riesgos. Meraldy quizás fue la única mujer en la que Laufey confiaría pues sabía que su máximo anhelo era ser madre y ese anhelo jamas se cumpliría pues no podía dar vida, su cuerpo estaba seco.
Loki fue puesto en la embarcación y la mujer de mala vida se despidió con lágrimas en los ojos, cual madre despide a un hijo que va a la guerra.
Loki Laufeyson marcho al reino celeste. Un reino independiente y participe de la alianza de los reinos libres del norte. Los reinos que pese a ser minoría en ese continente, estaban libres del dominio del imperio Trueno.
Solo en la recamara de un cuarto que alquilo se deshizo de sus prendas femeninas. Era hora de empezar una nueva vida y buscar una forma de ejecutar su venganza.
Pesador como era no le fue difícil encajar en el círculo de filosos y políticos del reino celeste que protestaban por las barbaries que cometían el nuevo emperador. Calificarlo de inmaduro, de irrespetuoso, sin duda era su pasatiempo favorito. Loki como estratega día a día trazaba su nuevo camino en la política. Comprendiendo que solo con dominando la alianza de reinos libres podría derrotar a ese tonto emperador. Y es que las amenazas de guerras eran el pan de cada desde que Thor gobernaba y dejaba de respetar los límites fronterizos y lanzaba su tonto discurso:
Yo gobernare todo el continente y antes de ver canas en mi cabellera el mundo.
Arrogante. Así lo consideraron los demás reyes, mas Loki deseaba que lo vieran como una potencial amenaza a su paz. Sacarlo del trono quería. Matarlo ansiaba… simplemente no se detendría.
Loki a la edad de 23 años ya era parte del consejo de reino Celeste bajo el mandato de Demetrio II, hombre de 55 años cuyo hijo Dante de 21 años era instruido por el mismo Loki y oros tres consejeros.