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100 f*cking reasons why por MarLe514

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008

 

Kyungsoo no había podido estar tranquilo luego de esa primera impresión con él. Jamás había llegado tan lejos, como para sentir su cuerpo cerca del suyo, estaba seguro que él ni siquiera sabía de su existencia, pero aun así, no podía dejar de adorarlo. ¿Era verdad? Realmente ambos se habían visto frente a frente.

El pelinegro se había saltado las clases ese día, la ansiedad desquiciante de volverlo a ver era sinceramente más poderoso que su ambigua personalidad obsesiva, pues según su fuente de información Jongin tenía ensayo de luces y puesta en escena hoy a las doce del mediodía.

Era imposible intentar parecer relativamente normal cuando la mayor parte de su tiempo libre la invertía en seguir a ese chico a todas partes. De hecho, no había cosa que no supiera de él. Su nombre, su apellido, donde vivía, que le gustaba, qué hacía, donde estudiaba, qué hacía.

Kyungsoo sopló su cerquillo, anotando en su libreta el itinerario de hoy colgado en el área de vestidores.

“Está tan cerca.”

No parecía ser del todo real, había seguido la carrera de Kim Jongin desde hace casi un año, cuando este debutó en el gran teatro de los Kim. Había sido tan deslumbrante, cada parte de él, su actuación, sus movimientos, sus gestos. Era el Dios del escenario, definitivamente la estrella más resplandeciente.

 

[Flashback]

Sus padres discutían como siempre en el coche, mientras Kyungsoo escuchaba a Chopin por los auriculares. Era un evento de beneficencia auspiciado por los Kim en el gran anfiteatro. Kyungsoo estaba aburrido, el talento de esa época le parecía deprimente, y lamentaba demasiado haber nacido en esa era tan decadente y sin los ilustres magos de la actuación y el espectáculo como Los hermanos Marx, Charles Chaplin, Humphrey Bogart y Erich von Stroheim, entre otros reconocidos ases del espectáculo.

—Llegamos, señor Do. — Indicó el chofer con su usual mirada seria.

Kyungsoo miró de reojo a sus padres, eran importantes médicos en el país y siempre tenían expresiones clínicas y serias, justo como la suya. Nadie podía culparlo de ser tan indiferente a las emociones a una edad como la suya, por supuesto era debido a sus padres.

Bajó del coche desconectando sus auriculares y quitando el polvo inexistente del saco de su elegante traje. Las cámaras aparecieron casi como moscas capturando a la radiante familia Do en la pasarela. Era un evento de inauguración por beneficencia muy importante para los medios.

“Detesto a las multitudes.”

Pensó sintiéndose completamente incómodo. Había sido obligado a ir a esa absurda demostración de talentos barata.

—Joven Kyungsoo, olvidó su bufanda en el auto. —Su chofer se acercó tendiéndosela.

Kyungsoo observó la prenda con algo de desdén, odiaba que tomaran sus cosas sin su permiso, pues el sentimiento de nauseas invadía su pecho. —Déjalo. —Mascullo intentando mantener su mirada en alto. Habían tantas cosas que le molestaban, tantas que si no era cuidadoso podría evidenciarse frente a las cámaras.

Sus padres eran ambos médicos de renombre, por lo que cuando Kyungsoo empezó a reflejar imperceptibles síntomas compulsivos, lo notaron de inmediato.

Un pequeño Kyungsoo de seis años de edad odiaba ser tomado en brazos, que cojan sus juguetes, y lavaba sus manos cada diez minutos como un reloj programado. 

Por supuesto fue tratado por sus mismo padres para reducir esos aspectos obsesivos. Pero al no encontrar la bomba que activó aquel trastorno, solo habían podido reducir sus hábitos, pero no eliminarlo.

Algo como abrazos, caricias, besos, todo era repulsivo a su vista. Incluso que sus cosas sean tomadas por otras le parecía desagradable.

Siguió a sus padres hasta la zona exclusiva y reservada para ellos, era amplio, podría decirse que el mejor lugar para admirar el espectáculo.

—Podrías fingir estar feliz. Las cámaras están observando. —Siseo su madre mirándole de reojo.

Kyungsoo nunca había sido un chico receptivo o complaciente, pero esta vez intentó sonreír.

El show empezó con una comedia de la época barroca, bastante simplona para su gusto.

El publico reía de vez en cuanto y aplaudía como monos entrenados, Kyungsoo tenía las piernas cruzadas y el mentón apoyado sobre su palma abierta, evidentemente aburrido.

“¿Cuándo va a terminarse?”

 

—“¡Esperad, miradme, mi lady!”—De pronto una voz potente resonó en el silencio del escenario, las luces se apagaron repentinamente.—“¡Estoy de rodillas a tus pies!”

Kyungsoo sintió un estremecimiento subirle por la espalda cuando aquella voz se infiltró en sus oídos, y una incomodidad se instaló en su pecho. Se sentó correctamente en el asiento y observó con atención el escenario, intentando ubicar a aquella persona, pero las luces continuaban tenues.

“¿Qué es esto…? ¿Por qué me siento tan ansioso?”

—“¿Por qué insiste en alejarme, bella dama?” —continuó con hablando con esa melódica y suave voz atrayente y sensual.

Kyungsoo tragó saliva tensándose sobre el asiento.

“¿Quién? ¿Quién es?”

—“Estoy aquí. Miradme.”—Pidió.

Kyungsoo dirigió la vista al único faro de luz que se encendió en medio del estrado y la imagen que sus ojos apreciaron se imprimió permanentemente en sus retinas.

El chico que vestía una gran capa roja y blandía una espada, le robó el aliento.

En toda la obra, Kyungsoo no pudo apartar la mirada de aquel hombre. Sus ojos, sus labios, su cuerpo entero. Definitivamente su voz… que pareció hablar únicamente con él, le enamoraron.

Y había sido un interés simple en un inicio, cosas como sus datos personales, o verlo salir y entrar del teatro, pero un año después, aquello no era suficiente. Mientras más obtenía, más deseaba.

De esa forma, Kyungsoo se volvió el acosador de Kim Jongin.

[End flashback]

 

Kyungsoo había ido por una botella de agua, ese día era uno bastante caluroso, y no se había movido de ese lugar frente a la puerta trasera, para poder ver a Jongin salir como de costumbre.

Pero al parecer hoy se estaba tomando más tiempo de lo usual, miró su reloj por segunda vez. —¿Qué sucede? —Se preguntó asomándose.

 

—Sí, lo sé, estos bichos raros del teatro se han apoderado de la ciudad. —De pronto una voz ajena le llamó la atención, haciéndole girarse en su dirección.

Eran tres sujetos que caminaban despreocupadamente por el callejón, tenían muy mala pinta.

—Ah, se creen la gran cosa. En especial ese mocoso nuevo, oí que tuvo que hacer algunas cosas sucias para entrar en el elenco siendo tan joven. —Siseó uno de ellos con tono perverso.

 —Joder, eso es asqueroso. —Estalló en una risa el otro. —Ya decía que era imposible escalar tan rápido.  Así que se la mamó a uno de arriba… ¿eh? ¿Quién mierda eres tú— ¡Ugh!

Kyungsoo había encestado una patada en el estómago de uno, callándole, mientras respiraba forzosamente. —¡¿Cómo… puedes hablar así de mi Dios?! —Masculló con la garganta seca.

—¿Quién demonios eres, enano? —Preguntó uno mirándole con sorpresa.

El pelinegro cerró sus puños a cada lado, jamás había sentido tanta rabia e impotencia. ¿Cómo podían decir basura tan a la ligera?

 —¡No permitiré que lo difamen! —Gritó mirándoles con rencor.

“Ustedes no lo conocen… Ustedes no saben nada.”

 —Bueno, ya tuve suficiente de ti. —El chico que había estado encorvado por el golpe se ergio y le tomó del cabello tirando con fuerza, para encestarle su puño.

Kyungsoo jadeó e inmediatamente su nariz sangró.

—Oh, joder, es como porcelana. Solo lo toque y se quebró. —Se burló con sorna.

—¿Con esa fuerza ridícula piensas enfrentarnos? —El rubio que se había mantenido callado le tomó del cuello y lo golpeó con su rodilla. —Ahora que recuerdo… ¿dijiste que ese imbécil era tu Dios? —Sonrió sardónicamente. —¿Dónde está tu Dios ahora? —Preguntó tirando de su cabello.

Kyungsoo sintió las ganas de vomitar por lo cerca que se encontraba, y la sangre que escurría de su nariz estaba mareándole. Ahora que lo pensaba con caridad, había sido estúpido enfrentarse a ellos, pero… había sido inevitable al oírles hablar de esa forma de Jongin. Era inaceptable para él.

—No… me toques. —Masculló mirándole con desprecio. —Prefiero morir… a que pongas tus asquerosas manos sobre mí. —Alegó aparatándolo débilmente.

—¡¿Qué dijiste?! —Refutó indignado. ¡¿Quién mierda se creía ese bastardo?! —¡Te mataré!

Pero antes de que su puño cerrado impactara sobre la mejilla del peligro, alguien más apreció de la nada, empujando el rostro del agresor son la suela de su bota.

—Tres contra uno es barbárico. —Comentó con un tono de voz melódico.

Kyungsoo reconoció el color de su voz y su pecho se estrujó, obligándose a verlo. Tuvo que levantar la mirada pues estaba de pie junto a él.

—Ah, mierda, este es…—murmuró uno apuntándolo. —Creo que deberíamos irnos. —Siseó empezando a caminar en dirección contraria.

—Me las vas a pagar. —Dijo el rubio limpiándose la mejilla, empezando a andar.

Jongin miro a la izquierda algo confundido. ¿Había hecho algo para espantarlos?

Ladeó la vista hacia el rincón y notó a Kyungsoo encogiéndose sobre su cuerpo del dolor. Su mirada se relajó al ver al pequeño y se puso de cuclillas. —Oh, eres el chico que me robó un beso. ¿viniste por más? —Preguntón con una suave sonrisa.

Kyungsoo se tornó tan rojo como un cartel incandescente, estaba… a solo una pulgada.

“¿Viniste por más?” Su nariz sangró más fuerte ante la idea pervertida.

Jongin agrandó los ojos. —Oh, vas a desbordarte. —dijo tomándole entre sus brazos y levantándolo de repente.

—Kyaa. —Kyungsoo se aferró a sus hombros al ser levantado.

Jongin caminó tranquilamente dentro del edificio. —Vamos a un lugar tranquilo. —Dijo suavemente.

Y el pelinegro se encontró sin aliento, y entre los brazos del tipo que había estado asechando durante tanto tiempo. Y… extrañamente, su toque no le resultó repulsivo, sino más bien, dulce.

 

 

Cuando el alto se detuvo habían llegado a la azotea. —No puedo ponerte en mi camerino. —Dijo sentándose junto a él, cerca de la sombra, ahí arriba el viento soplaba fuerte y era agradable contra la piel. —Has causado bastantes problemas ahí.

Kyungsoo se sonrojó al oír aquello. ¿Acaso…? Jongin sabía que era él quien hurtaba algunas cosas de su camerino.

El moreno le miró de reojo. —Está bien. —Le restó importancia al verlo compungido y avergonzado. —Siempre creí que era lindo tener a alguien así detrás de mí. —Murmuró, sacando un pañuelo de su bolsillo trasero, para limpiar la sangre de su nariz.

Kyungsoo sintió como un volcán estallaba dentro suyo. ¿Él creía eso?

De pronto la mano del moreno tocó su mejilla, y elevó su rostro dejando un poco más a la vista su nariz. —¿Sueles causar muchos problemas? —Preguntó rompiendo el silencio, demasiado cerca.

El pelinegro tragó saliva con el pulso a mil. Sus mejillas se calentaban por segundo y era vergonzoso.

—¿Por qué lo hiciste?—Preguntó Jongin de la nada, deteniéndose en sus labor de curarle. —Pude oír un poco de su charla… ¿Por qué lo hiciste?

Kyungsoo frunció el ceño. —¡No puedo perdonar a alguien que difama a mi estrella! —Alegó con convicción.

Kai observó sorprendido su determinación y solo un segundo después soltó una risa. —Eres verdaderamente un tipo singular.

“Él… acaba de sonreír frente a mí.”

—¿Cuál es tu nombre? —Kai se acomodó sobre sus pantorrillas mirándole con un gran signo de interrogación en el rostro.

Kyungsoo observó esa expresión linda y deseó poder fotografiarlo, pero se contuvo. —Kyungsoo…—Susurró avergonzado. ¿No le parezco extraño? ¿Sabe que soy un stalker?

Kai asintió. —Bien. Kyungsoo, yo soy alguien que ha trabajado duro para llegar hasta aquí, y soy muy agradecido con todo en mi vida. —Dijo. —Por eso amo a mis fans y a quienes me aman. —se giró encarándole, demasiado cerca. —Por eso, te concedo la oportunidad de pedirme lo que sea.

Kyungsoo agrandó los ojos ante la sorpresa y la anticipación. “¿Lo que sea…?” La epifanía de su sueño se manifestó en su cerebro y un vigoroso sonrojo adornó sus mejillas. —Ah… esto…

Kai frunció ligeramente el ceño sin entender su balbuceo. —No puedo entenderte. —Dijo con suavidad. Nunca había conocido a alguien tan extraño como a ese muchacho y realmente quería saber más de él.

Kyungsoo tragó saliva con las manos sudorosas. “¿Qué pasa conmigo? Yo… no soy así... ¿Por qué… con esta persona?” Se inclinó sobre Jongin y con la mirada nublada murmuró. —¿Sa… salir conmigo? —Jadeó mirando al suelo.

“¡I-Idiota! ¡Idiota!”

Jongin se mostró sorprendido al principio.—Un romance, ¿cierto? —murmuró. —Nunca he tenido eso en la vida real. —Alegó mirándole con ojos afilados a Kyungsoo. —Bien. Intentémoslo. —Dijo en tono decidido.

Kyungsoo parpadeó patidifuso. “¿Es una broma? ¿Es una broma, verdad?”

—Eso está bien para ti, ¿verdad? —Preguntó el moreno sonriéndole.

“Estoy soñando.”

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Mansión Do

Kyungsoo no había podido dormir en toda la noche pensando en lo de esa tarde. ¿Lo había conseguido? ¿Había logrado acercarse a Jongin?

Se sumergió en la tina de agua caliente haciendo burbujas con su boca, mientras un sonrojo furiosos atacaba sus mejillas.

“¿Ahora estamos saliendo?”

Sus padres como era de esperarse no estaban en casa, no había alguien que le esperase en casa, y tampoco habían pasatiempos que le llenaran la cabeza. Desde que vio a Jongin por primera vez, una necesidad insana de verlo le había hecho seguir adelante. Era como si se estableciera una rutina. Podría sonar estúpido, pero… verle actuar ese día, le había salvado.

Y ahora, ahora estaba más cerca de él.

“Podremos hacer las cosas que hacen las parejas…”

Cerró los ojos dejándose consentir por el agua sobre su piel.

“Cosas como acariciarnos… tomarnos de las manos.” Suspiró llevando sus dedos sobre sus labios. “Besarnos…”

Mordió su labio inferior sintiéndose avergonzado, pero, bueno, no era la primera vez que imaginaba algo como eso. Kim Jongin era el principal autor de sus fantasías. Todas y cada una de ellas. Ya quería que mañana llegara.

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Teatro “KINGTHOM”

—Aah…—Jadeó.

Se secó el sudor con el dorso de la mano, sin aliento, sus piernas dolían, definitivamente no podía seguir el ritmo de Jongin.

“¿Romance? ¡Esto no se acerca ni siquiera un poco!”

¿Alguna vez han sido estafados? Se que sí, cuando piden una alfombra por EBay y termina siendo un trozo sucio de tela. Bueno, Kyungsoo definitivamente había sido embaragiñado.

Ahora que era su pareja, ni siquiera se habían dado un beso. Jongin le había pedido hacer tantas cosas, traer botellas de agua, o toallas, calentadores, parches.

“¿Pareja? ¡Asistente diría yo!” Pensó Kyungsoo exhausto de correr de un lado hacia el otro. Jongin realmente era un chico ocupado y dedicado a su trabajo, siempre sostenía una sonrisa amable y hablaba formalmente y con respeto a sus superiores, siempre era el que trabajaba mas duro y permanecía hasta tarde en los ensayos. Adoraba ayudarle en ese aspecto, pero esta situación no era muy diferente a como estaba antes, tal vez se había hecho falsas ilusiones.

Kyungsoo bajó la mirada algo cansado, y sin aliento, entregándole la bebida que le había pedido.

Pero cuando Jongin la recibió notó la expresión entristecida en su rostro. —Gracias. —Dijo con una hermosa sonrisa, revolviéndole los cabellos, deslizando su mano hasta su nuca, y frotando ligeramente con su pulgar en una caricia bastante intima. —Eres el mejor. —Agregó alejándose y volviendo al escenario.

El pelinegro quedó con un hilo de voz, y el pecho infartado.

“Esto… lo vale, joder.”

 

Después de media hora había llegado el momento del descanso, todos agradecieron el trabajo arduo y dejaron el estrado para que el personal de limpieza se haga cargo. Kyungsoo estaba tan exhausto que dormitaba en las primeras butacas. Nadie podría culparlo, era pequeño y se notaba bastante frágil.

—Oh, parece que el cachorro que recogiste se quedó dormido. —Comentó una mujer, era la estrella de la obra, KyoMin con una sonrisa enternecida, intentando acariciarlo, pues era imposible no hacerlo, debido a lo lindo que se veía.

Jongin llegó hasta la zona y suspiró. —Está bien, yo lo llevaré conmigo. —Se rascó la nuca. —Por alguna razón no le gusta que las personas lo toquen. —murmuró recordando las veces en las que su expresión cambiaba cuando alguno de sus colegas le ponían la mano encima, ya sea de pura casualidad o para atraer su atención.

Ella soltó una carcajada. —Pero, lucía bastante feliz cuando lo mimabas. — Recordó la mujer, haciendo un ademán. —Bueno, nos vemos mañana, pequeño Jongin. —Se despidió.

 

Kai hizo una venia y cuando estuvo solo lo observó en silencio, estudiando cada facción suya, cuando de pronto se removió, lo tomó en sus brazos. —No podemos quedarnos aquí. —Murmuró, llevándolo escaleras arriba como si nada.

 

Kyungsoo abrió lentamente los ojos, el arrebol en el cielo naranja le hizo suspirar. Era verdaderamente un espectáculo, la manera en que las nubes tomaban un color rojizo al ser iluminados por los rayos de sol. Se removió ligeramente y solo en ese entonces notó que estaba sobre el regazo de alguien, detuvo cada movimiento paralizándose, cuando unos dedos fríos le acariciaron la mejilla aleatoriamente.

—Despertaste. —Murmuró el moreno. —Creí que estabas en coma. —Dijo seriamente.

Kyungsoo se removió hasta quedar bocarriba mirándole. El brillante cielo hacia destacar el rostro de Jongin tan increíblemente que lucia como un ser divino. Estar en esa posición, con la persona que más le gustaba a Kyungsoo se le hacía casi imposible. ¿Era una falacia? ¿Debería despertar pronto?

Y cuando ese momento llegue… ¿tendría algún arrepentimiento? 

Jongin detuvo sus mano cuando Kyungsoo se sentó junto a él. —¿Qué sucede? —Preguntó.

—Soy muy feliz estado a tu lado, yo en serio creo que es increíble, pero…—El pelinegro mordió su labio inferior en su habito nervioso. —Nosotros…—jadeó aclarándose la garganta. —No parecemos una pa-pareja…—Murmuró.

Kai le observó en silencio. —¿Eso crees?

—Ah… no… no quiero decir que… bueno las pa-parejas se be-besan y… eso. —Tartamudeó sonrojándose. ¿Por qué demonios estaba sacando ese tema de la nada?

Jongin asintió. —¿Besos? Está bien. —Alegó acercándose a Kyungsoo tanto que este tuvo que retroceder, apoyándose en sus palmas.

—¿Que… estas?

Kai le miró a solo una pulgada de su cara, tomándole el mentón con sus dedos, y obligándole a permanecer. —Solo tengo que besarte… ¿verdad? —Susurró sobre su boca.

Aunque Jongin mostrara increíbles expresiones de amor, odio, tristeza, alegría, miedo, sorpresa, venganza y soledad, en el escenario. Era realmente un inútil en la vida real.

—Ngh, espe— Kyungsoo se atragantó con sus propias palabras cuando la boca de Kai hizo acto de presencia sobre sus labios, moviéndose con habilidad, y forzando su lengua dentro.

Jongin juntó su boca, mirándole con los ojos entrecerrados, mientras el bajito cerraba los ojos fuertemente. Su rostro acendrado era realmente bonito.

—Aah… ngh, mgh…—Kyungsoo apretó los ojos con un furioso sonrojo, su cuerpo…, su cuerpo estaba calentándose, la lengua de Jongin sobre la suya fregándose con fuerza. Sus pulmones estaban quedándose lentamente sin aire.

Jongin se apartó solo un poco, con un hilo de saliva colgando de su mentón. —Respira por la nariz. —Susurró en tono grave volviendo a su boca deseosamente.

Kyungsoo jadeó entre el beso aferrándose a la espalda de Jongin, se sentía tan pequeño entre sus brazos, tan seguro. Era increíble. Realmente increíble.

¿Debían detenerse? ¿Debian acabar con eso? 

“Baekhyun… ¿es esto estar enamorado?”

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—Hey, loser, ¿en qué termina esa mierda de Robocar Poli? ¿Al final Helly es aplastada por una roca? Por favor dime que sí… Oye, ¿qué pasa? —Pero el tono de Jongdae cambió radicalmente cuando vio el rostro pálido de Baekhyun.

“Esa expresión…” Chen se apresuró en llegar hasta el bajito.

Chanyeol le tomó de los hombros, lucía tan frágil, mientras contenía sus lágrimas. —¿Baek, qué sucede? —Preguntó histérico, al no recibir una respuesta. ¿Qué le había sucedido para dejarlo en ese estado?

Baekhyun apretó los puños a cada lado, con impotencia. Ni siquiera había podido dormir un poco. —A-ayúdame… alguien está chantajeándome…—Titubeó con lágrimas en los ojos y temblando del miedo.

 

Chanyeol permaneció con la boca abierta.

En cambio Chen le tomó del brazo arrastrándolo lejos de las miradas curiosas. —Andando. —Masculló hacia el alto, quien no tardó en seguirlos. El castaño solo se detuvo cuando las mesas de ajedrez hechas de cerámica, en la parte trasera de la escuela aparecieron frente a sus ojos.

El lugar estaba desolado y lleno de hojas secas por todos lados.

—Ahora habla. —Dijo Chen deteniéndose en seco.

Baekhyun se sentó y apoyó su rostro entre sus manos. —No… no lo sé. —Jadeó. —Ese número está cifrado…

Chanyeol frunció el ceño. —¿Quién haría esto? —Masculló luciendo evidentemente enfadado.

—¿Con qué planea chantajearte? —Preguntó Jongdae sentándose frente a Baekhyun.

El pálido tragó saliva. —Ah… eso…

—Dijiste que planea hacerlo, ¿verdad? —Insistió. —Muéstrame el móvil, tal vez pueda rastrearlo, de alguna manera. —Alegó extendiendo la mano.

Pero Baekhyun se aferró a sus móvil, con ansiedad, enviándole una mirada furtiva a Chanyeol, y Jongdae lo notó rápidamente, entrecerrando los ojos luciendo muy ofendido.

—¿Qué demonios significa esto? —Preguntó con una sonrisa enfadada. —¿Quiere decir que estoy quedando fuera? —Chen se levantó bruscamente. —¿Que mierda es lo que no me puedes decir a mí, pero sí a este? —Señaló al alto.

Chanyeol se frotó la cara, no era el jodido momento para esto.

—No… no es así…—Se apresuró en decir, tomando la mano de Chen, pero este se zafó.

—Creí…—Jadeó de pie y sin mirarle a la cara. —Creí que estábamos juntos en esto. Parece que estaba equivocado. —Tomo su mochila y se adelantó sin oír una palabra del castaño.

Chanyeol suspiró, de alguna manera entendía que Baekhyun no quiera rebelar su secreto, pero, tal vez ya era momento de dejar de avergonzarse de ello. —Baekhyun…—susurró, como si intentara decirle algo, pero antes de continuar vio como este temblaba.

—Yo… aun tengo miedo. —Confesó aferrando sus manos a sus pantalones.

El alto lo observó, y supo cómo el maldito que le estaba chantajeando, había podido atrapar a Baekhyun tan fácilmente.

Era porque Byun Baekhyun se comportaba como una presa y parecía tan sencillo aprovecharse de eso.

Chanyeol se puso de pie también.—Aprende a pararte sobre tus propios pies, cada uno vive su propia vida, no puedes esperar que alguien venga para resolver tus problemas en cada momento. —Dijo en tono severo. Odiaría que el bajito se encontrara con algo peor, por el simple hecho de ser victima de sus propios miedos.

Baekhyun abrió los ojos atónito. Jamás había esperado algo así del alto. Su pecho se había desinflado en un santiamén.—¿P-por qué eres… tan cruel? —Susurró, con la garganta seca.

Chanyeol le miró conteniendo sus ganas de abrazarle. —Para que seas más fuerte… y no dependas de nadie salvo de ti mismo. —Alegó mirándole desde arriba.

Baekhyun sollozó aún más, secando rápidamente sus mejillas con sus mangas. —¿Puedes… —hipó. —estar a mi lado… mi-mientras me hago más fuerte? —Pidió temblando por los estragos del llanto.

“¿Por qué quieren hacerme daño? ¿Qué he hecho?”

Chanyeol mordió su labio inferior en una manera de control, pero su faceta de chico rudo se desplomó, cuando vio sus lágrimas furtivas salir sin control.

“¿Por qué es tan difícil dejarlo sólo?”

El alto rodeó a Baekhyun en un abrazo protector, sintiéndose arrepentido por hacerlo llorar. —Lo haré…—dijo apoyando su mentón contra su coronilla. —Hasta que puedas hacerlo sólo, estaré aquí. —Susurró.

Baekhyun apretó los ojos, acurrucándose contra su pecho.

“De verdad… quiero poder protegerme por mi propia cuenta... Y dejar de ser un problema para los demás.”

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Jongdae llegó a clase, echando humos. Se sentía literalmente mierda de perro. ¿Cómo jodidos había sido dejado de lado? ¿Era un puto secreto que solo podía saber Park?

Estaba tan furioso, que entró patentado carpetas y sillas. Baekhyun incluso estando tan frágil y lloroso, podida sacarle de quicio.

Una risa de atrás hizo que el castaño mirara sobre su hombro. —Vaya humor, comentó con una sonrisa sarcástica. —¿Qué pasó? ¿Tu noviecita y tu pelearon? —Preguntó refiriéndose a Baekhyun.

Y Chen abrió la boca para contestar algo que seguramente le dejaría llorando por horas, pero algo en su cerebro se activó. —¿Qué? —Graznó con una mirada escéptica.

El pelinegro se encogió de hombros. —Solo especulo, ya sabes hoy ni siquiera entró a clases. —Dijo con una sonrisa.

Jongdae lo observó por un segundo entero, y luego formuló una mueca cínica. —Ah, ese perdedor. —Dijo acercándose. —Él y yo ya no somos amigos. —Alegó.

El pelinegro arqueó una ceja. —Ah, eso si que es una sorpresa. —Aplaudió. —Supongo que ya lo sabes, por eso te alejaste. —murmuró.

Chen afiló la mirada, asintiendo. —Sí, sí. —Masculló sentándose junto a él, dejando su móvil junto al suyo. —Estar cerca de las personas débiles es lo que más odio. —agregó. —Tú debes entenderme, ¿o no, Lee Seungjae?

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Baekhyun había decidido regresar a casa solo, se sentía terrible. No había entrado a clases, pues Chanyeol le había dicho que eso solo le causaría más tensión. Si bien el alto le había prometido hablar con Jongdae para explicarle, no sentía que fuera correcto, tal vez… simplemente debía admitir la verdad.

Se frotó la cara sintiendo el temblor dejarle sin fuerzas.

“¿Por qué debería? ¿Por qué debo ser forzado a admitir algo que es solo mío? ¡No tiene el derecho de obligarme a hacerlo, no tiene el derecho de chantajearme por eso”

Todo era tan malditamente injusto.

Kyungsoo no daba señales de vida, Jongdae estaba enfadado con él por no contarle la verdad, y Chanyeol parecía algo cansado de su debilidad.

¿Por qué todo parecía tan destruido?

Estaba siguiendo las indicaciones del alto, no respondía a ningún mensaje enviado y había bloqueado su número. No se dejaría amedrentar.

Tenía que ser fuerte.

“Solo un poco…”

En la soledad del sendero, Baekhyun se dejó caer sobre un banco, el viento removió las hojas en el suelo. Las personas pasaban junto a él, ignorándolo.

“Aprende a pararte sobre tus propios pies, cada uno vive su propia vida, no puedes esperar que alguien venga para resolver tus problemas en cada momento.”

—Tiene razón… sólo causo problemas a los demás. —Susurró.

Y casi como si fuera una invocación un mensaje llegó a su bandeja de entrada, con un nuevo número.

Desconocido: ¿Sabes? Te esperé todo el jodido día. No es una buena idea intentar ignorarme, marica de mierda. Mañana te presentaras en tu escondite secreto del amor, el salón de música. Y si realmente ya no te importa que tu secreto sea divulgado, por lo menos hazlo por Park. Estoy seguro que no necesito hacer mucho para echar a un becado.

Te estaré esperando. Esta vez no faltes.

 

Tomó su móvil entre sus dedos, mientras sus lágrimas empapaban la pantalla del móvil. Todo esto había ocurrido por su culpa, ahora Chanyeol también saldría perjudicado debido a él. Definitivamente no podía permitirlo.

Estaba cansado de ser pisoteado.

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Era un día tranquilo, solo los clubes asistían ese día, por lo que todo era demasiado callado, Baekhyun sentía sus manos sudorosas y su presión sobre cien.

Chanyeol y Chen no sabían que estaba haciendo, no había respondido sus mensajes, y no quería meterlos en más problemas. Tragó saliva cuando divisó el letrero de: “SALÓN DE MÚSICA”

Quería ver el rostro de ese maldito, y enfrentarlo cara a cara, giró la perilla y entró. Las ventanas amplias dejaban entrar la luz, el silencio era insólito y aplastante.

“¿Qué…?”

—Wow, así que estas aquí.

Baekhyun dio un brinco al oír una voz a sus espaldas y cuando se giró, descubrió la pedante sonrisa de Seungjae, que trabo la puerta con una silla. —Me sorprende que tuvieras las agallas para ignorarme estos días, pero al parecer, sabes en que posición estas. Eso es bueno.

Baekhyun tensó la mandíbula. —¡¿Por qué?! ¡¿Por qué me haces esto? —Gritó con los ojos saltones y las manos hechas puño de la furia.

El soltó una risa sardónica. —¿Por qué? Todavía preguntas. Es simple, si lo ves de este modo. Porque te odio. 

“¿Por qué me odias?”

—¡Vete al infierno! —Bramó el castaño lanzando su puño cerrado sobre su cara, volteándosela.

El alto apretó los dientes sintiendo su mandíbula dañada, la ira se acumuló en sus sienes y se lanzó sobre Baekhyun, tomándole con fuerza por los hombros, estampándole contra la pared.

—¡Agh! —Baekhyun jadeó escupiendo un poco de saliva por el violento golpe, sintiendo el vacío en su estomago y el dolor extenderse por todo su cuerpo. Iba a deslizarse hasta el suelo, pero la poderosa mano del pelinegro le mantuvo de pie cogiéndole del saco escolar.

—Siempre estas rodeado a por esos amiguitos tuyos, pero ahora estas completamente solo. —Masculló con superioridad. —¿Que se siente, Byun? Que ni siquiera puedas proteger tu propio cuerpo. —Siseó.

Baekhyun se forzó a no llorar. —De-déjame en paz…—Masculló sin fuerzas.

Su cuerpo se sentía como una bolsa de agua, era tan extraño, el dolor se incrustaba en sus entrañas, y las burbujas aparecían.

“Ayúdame… ayúdame…”

—Yo decidiré eso. —Aclaró encestando su puño contra el rostro de Baekhyun tres veces, y luego su rodilla contra su estómago, haciéndole jadear del dolor. —No, no te desmayes, aun no he terminado. —Le tomó del cabello observando su rostro ensangrentado. —Tu familia es bastante adinerada, ¿verdad? Eres de la élite. —sonrió de forma chula. —Pero ahora solo eres un pedazo de mierda que no tiene valor.

“¿Por qué? ¿Por qué tengo que ser tratado de esta manera? ¡¿Por qué?!”

El castaño sentía todos sus huesos molidos, Seungjae no había tenido ni siquiera un poco de misericordia al darle esa paliza. Cada movimiento era doloroso, además la sangre que escurría de su ceja bloqueaba su visión. Cuando el alto le soltó, Baekhyun se desplomó cayendo sentado al suelo, sin fuerzas.

Seungjae se acercó dos pasos, y bajó su cremallera, justo frente al rostro del bajito.—¿Has hecho esto con Park? —Preguntó con un tinte perverso en la voz. —Apuesto que sí… En serio, me dan asco los gays, pero, haré una excepción contigo. —Siseó.

Baekhyun tensó la mandíbula. Era débil, sí, era más bajo que el resto, podía no ser bueno luchando… pero seguía siendo un hombre. Era un hombre orgulloso, de apellido Byun. Y ningún Byun sería humillado de esa forma tan grotesca. No importaba que haría, o si tendría que arrancarle el pene con los dientes, no sería amedrentado. Jamás sería una carga para nadie.

“Aprende a pararte sobre tus propios pies, cada uno vive su propia vida, no puedes esperar que alguien venga para resolver tus problemas en cada momento.”

Y cuando el chico le tomó del cabello para obligarle a hacerlo, un raudo golpe en la puerta mandó a volar la cerradura. Seungjae rápidamente se acomodó los pantalones pensando que se trataba de algún maestro, pero no podía ser, Seungjae había planeado esto para que nadie se interpusiera en su camino.

Cuando sus ojos identificaron al enorme chico de cabellos azabaches aparecer tras la puerta, Chanyeol miró en dirección a Baekhyun y sus pupilas se contrajeron por la imagen.

Baekhyun ni siquiera podía respirar correctamente.

“Estoy siendo salvado…”

El alto entró con pisadas fuertes y rápidas, dirigiéndose hasta el pelinegro, quien tembló por la mirada asesina en los ojos del chico.

 —¿Qué hace—¡Agh! —intentó hablar, Seungjae, pero en ese momento Chanyeol tomó el respaldar de una silla, que estaba en medio de su camino y se la arrojó con tanta fuerza que lo mandó al suelo. Él tosió sangre pues la silla metálica le había reventado el labio además del punzante dolor en el pecho. Aquello se había sentido como un proyectil.

Chanyeol no le dejó recomponerse cuando plantó la suela de su zapato sobre su estómago obligándole a permanecer en el suelo, y un segundo después, se colocó a arcadas sobre su cuerpo.

—¡Esper— Quiso defenderse, pero Yeol le ensartó su puño sobre la cara, una, dos, tres, cuatro… —Es… ngh, pe… agh…

Chanyeol no podía pensar con claridad. —¿Hacerle tal cosa a alguien? No puedo perdonarte…—Masculló sin dejar de golpearle. —Eres un monstruo. —El impacto de los golpes y el sonido de la carne y la sangre aplastada resonaba en conjunto con los jadeos de Seungjae. —Desaparece.

 Baekhyun respiraba casi sin aliento, mientras frente a sus ojos la imagen borrosa de Chanyeol masacrando a ese chico, se repetía en cámara lenta.

“¿Qué es…?”

Baekhyun estaba en shock, ni siquiera podía hablar, todo era tan confuso, aterrador. Pegó más su espalda contra la pared, sin deseos de ver aquella escena, y ladeó su rostro hacia la derecha, viendo de soslayo a Jongdae cruzado de brazos junto al umbral de la puerta.

Jongdae le devolvió la mirada de forma fría, Baekhyun parpadeó y una lágrima se deslizó por su mejilla amoratada. Chen aparto la mirada de forma brusca y caminó a paso tranquilo hasta ambos en el suelo, y cuando estuvo frente a ellos, tomó con fuerza abrumadora el cuello de la camisa de Chanyeol tirando, para apartarlo.

—Agh. —El alto jadeó cayendo de culo en el suelo. Sus nudillos estaban llenos de moretones y sangre, pero no se había terminado, no.

—Tranquilizante. —Ordenó Chen mirándole con seriedad. —Idiota, puedes ser expulsado si haces algo así de loco… Realmente. —Suspiró mirando el estado de Seungjae. —Aunque dudo que quiera poner algún cargo contra ti, verdad? —Sonrió con malicia. —Ahora déjame hacerlo a mi manera.

Chanyeol respiraba forzosamente, mirando sus manos sucias, y solo en ese momento ladeó la vista hacia Baekhyun. Perdió el aliento, cuando se puso de pie, acercándose al bajito. —¿E-estas bien? —Preguntó preocupado, tomando su rostro con suavidad.

Baekhyun se estremeció ante sus toque, e inevitablemente sus ojos se llenaron de lágrimas. —Pe-perdón…—susurró. —Sigo… causándote… problemas…—sollozó.

 

Chen observó al par desde lejos, y suspiró rendido, volviendo la vista al muchacho en el suelo. Se encogió sentándose de cuclillas junto a Seungjae y chascó los dedos frente a él. —Hey, no te duermas…

El pelinegro abrió los ojos, lentamente sintiendo el dolor extenderse por todo su cuerpo. —Se que mi familia es patrocinadora de una marca tuya. —comentó, apoyando su mentón en su palma de forma relajada. —Descubrí que eras tu cuando hackee tu teléfono, en verdad estas obsesionado con Baekhyun ¿eh? —Murmuró en tono bajito. —Pero, ya no lo harás más. Puedo hacer que mi familia destruya a la tuya, en un santiamén, ¿sabes? —Le apartó el pelo ensangrentado de la cara en un gesto dulce. —No me hagas hacer algo terrible.

—¿… qué? —Jadeó sin voz.

Chen suspiró. —Dejémoslo como un accidente del que no se hablará. ¿Bien? —Sonrió. —Hoy te golpeaste contra un gran poste, sin policías ¿vale? —Rebuscó su teléfono en su bolsillo y lo desbloqueó. —Tomaré esto. —Murmuró, mientras eliminaba los mensajes y el vídeo. —Espero que no tengas más de esto, por tu bien. —Añadió, caminando hasta la salida.

Pero se detuvo a la mitad, mirándole por encima del hombro. —Y no vuelvas a acercarte a Baekhyun. —Gruñó con una mirada oscura.  

Seungjae tembló, ese chico… no era normal.

—Porque la próxima vez no tendrás tanta suerte. —Canturreó. —Andando. Ubiqué a Kyungsoo, dice que podemos usar una habitación en la clínica de su padre.

 

El alto tomó a Baekhyun en brazos, estaba tan preocupado. Pero agradecía haberlo encontrado a tiempo.

Chanyeol había trabajado duro intentando encontrar al infeliz, sabía que los habían descubierto ese día en el salón de música, así que solo tenía que hallar al imbécil que no había estado en clase a esa hora. Y ahora estaba más que claro, ese hijo de puta de Lee Seungjae siempre había intimidado a Baekhyun.

 

“Ese día pude sentir el calor de dos grandes amigos… y con ello en mente, pude cerrar los ojos y dormir.”

Notas finales:

Notas Del Autor:

Hola mis hermosos lectores~ Aquí está el nuevo capítulo ^^

Espero que sea de su agrado ♥

¿Alguna vez han tenido un Bully?

Os amolo

RW=AMOL

By: Alejandra 


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