DEDOS DE POLLO
Los gritos y risas se oían casi como un coro junto al aleteo y cantico de los pájaros que habitaban en los frondosos árboles del campus escolar. La mañana había estado cargada con Matemática IV, y sentía que si no se daba un respiro terminaría teniendo un colapso emocional.
Vamos, no era sencillo seguirles el ritmo a esos chicos con cunas de oro que lo tenían todo fácil. Chanyeol suspiró ante ese pensamiento, quejarse de ninguna manera solucionaría sus problemas económicos, y aunque odiara de cierta forma esos niños mimados, de hecho se había hecho muy amigo de uno. En ese momento ladeó la mirada a su costado, verificando si Baekhyun no se había movido. Una sonrisa imperceptible se asomó sobre sus labios cuando lo vio dormitar, con el libro de Algebra sobre su regazo y un poco de saliva sobre su mentón.
¿Cómo podía existir un chico como él? En lo personal, Chanyeol no consideraba lindo a ningún hombre, pues era normal que lucieran ‘atractivos’ o ‘guapos’ no ‘tiernos’ y ‘lindos’. No lo había pensado de esa forma jamás, pero su percepción había cambiado desde que conoció a Baekhyun. Definitivamente algo en él había cambiado, cuando le vio siendo acosado por un degenerado esa noche cerca de la tienda de convivencia. De espaldas se miraba igual a una chica, y si era sincero consigo mismo, una chica bastante de su tipo. Alta, de piernas largas, y jodidamente linda.
¿Cómo su ideal había terminado siendo un hombre?
No pudo evitar soltar una carcajada. Ni siquiera podía sentirse enfadado, ver a Baekhyun era sumamente entretenido.
Era como observar un video de “Cachorritos bebés haciendo cosas tiernas.”
De pronto sintió como la cabeza de un dormido Baekhyun se apoyó contra su hombro, mientras dormitaba.
“Ah, en serio las matemáticas no son lo suyo, lo dejaron en coma.” Se relajó apoyando su espalda contra el árbol, adoraba las áreas verdes de ese espacioso lugar, siempre se sentía la genial sensación de libertad al ser rodeado de altos robles. Miró de reojo a Baekhyun apoyado en su hombro y simplemente le dejó ahí.
Se quedó en esa misma posición por casi dos minutos enteros, hasta que Baekhyun se volvió a remover deslizándose sobre su regazo. Chanyeol se sorprendió un poco cuando el castaño apoyó su mejilla contra sus muslos.
—Mierda… —Murmuró intentando moverlo, pero lucia tan cómodo, que en el futuro se odiaría si le despertase de un buen sueño. Suspiró dándose por vencido, de todas maneras, no hacía nada que estuviera ahí.
El cielo continuó claro y lleno de nubes, era algo verdaderamente hermoso, y como si el cielo le respondiera el pensamiento una fuerte briza le removió el cabello, volteando las páginas de los libros y levantando las hojas caídas. Chanyeol silbó algo asombrado con una sonrisa, e inmediatamente volvió su mirada a Baekhyun con intenciones de contarle aquel espectáculo, pero este dormitó como si nada importara más que dormir como un oso en hibernación. Chanyeol sonrió casi enternecido, y solo en ese momento notó una hoja verde sobre su cerquillo. Y casi había querido hacerle un selfie para luego molestarlo, pero de alguna manera al verlo así, detenidamente y cerca… su boca era bastante bonita.
Levantó su mano cuidadosamente y apartó la hoja de su cabello, acariciando suavemente con sus dedos admirando su expresión mientras dormía, con la boca ligeramente abierta y sus párpados cerrados con esas pestañas castañas y cortitas. “Ese lunar de ahí… también es muy lindo.”
Pensó fuera de sí, deslizando su gran mano por su mejilla rozando sus labios rojos con su pulgar, el contacto húmedo de ellos sobre su dedo le hizo estremecerse, y algo problemático creció en sus pantalones.
“¿Qué haces? Debes detenerte…”
Chanyeol ignoró su propio raciocinio cuando descendió las palmas por su cuello largo y terso, vio su piel estremecerse con el solo toque y aquello le incitó a continuar.
¿Qué había debajo de esa camisa? La curiosidad le estaba matando, afiló la mirada notando la mancha rosa en su pecho, era un circulo perfecto de un tono pálido y lindo, ciertamente aquello le parecía excitante. Era incorrecto hacerle esto a su amigo mientras dormía, pero… ¿por qué sus manos no querían detenerse?
Hábilmente desajustó la corbata, mientras Baekhyun se removía sobre su regazo suavemente entre sueño.
“Es muy suave…” Pensó mirando con ojos entrecerrados cada reacción, era hipnotizante. Su respiración se volvió pesada y en algún momento dejó de pensar correctamente.
Acarició la línea de su clavícula con su pulgar y admiró como su piel pálida tomo un tono rojizo al tiempo que se erizaba.
—Mgh...— gimió como un cachorrito. Sí, efectivamente había sido un gemido de cachorro.
Chanyeol devolvió su atención a su boca, y al encontrarla entre abierta, no pudo detener su impulso de presionar sus dedos entre sus labios, e inesperadamente, el castaño los recibió entre sus dientes rozando casi imperceptiblemente su lengua sobre la yema de sus dígitos.
—Qui...quie...—siseó dormido.
Chanyeol agradó los ojos recuperando su compostura y quitó sus dedos ensalivados, y completamente avergonzado de su comportamiento, susurró una disculpa, pero en realidad Baekhyun ni siquiera había despertado del todo, pues sólo balbuceaba incoherencias mientras hablaba dormido.
El alto frunció el ceño interesado en lo que diría alguien como Baekhyun mientras dormía, se acercó sutilmente para oír lo que murmuraba.
—Quiero… pollo frito… —dijo en tono gruñón, Baekhyun.
Chanyeol ni siquiera pudo sentirse ofendido por haber sido confundido con patas de pollo frito.