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100 f*cking reasons why por MarLe514

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Notas del capitulo:

Los amolo~

012

 

Chanyeol se dejó caer de espaldas sobre la arena, mientras respiraba forzosamente por la boca. Baekhyun apareció un segundo después arrodillándose a la altura del alto con una sonrisa triunfante.

—¿Te rindes? —Preguntó con una linda mueca.

Chanyeol intentó levantar el brazo para atraparlo, pero Baek volvió a escurrirse. —Vale, me rindo. —Dijo agotado, sentándose. —¿Que dices si vamos por unas cervezas? —sonrió.

Baekhyun iba a decir algo, pero terminó asintiendo. —Yes!

El alto se puso de pie sacudiéndose el polvo de mar. —Temo volverme una mala influencia para ti. —Dijo divertido, empezando a caminar, Baekhyun caminó junto a él. Chanyeol era mucho más alto, y estar a su lado le brindaba una sensación cálida de protección.

 

Cuando llegaron, el bar aún no abría sus puertas, y Sehun simplemente limpiaba las cosas en la barra, distraídamente.

—Hey, Sehun, dos botellas aquí. —Dijo Chanyeol levantando la mano, cuando se sentó en una mesa pequeña de la esquina, a su lado estaba Baekhyun, quien tomó rápidamente la carta para hacerse un poco de aire.

Sehun los vio desde su posición detrás de la barra y asintió. Tomó dos cervezas de la heladera y se acercó a ellos.

—Aquí tienen. —dijo dejando las bebidas, Baekhyun le sonrió, y Sehun se inclinó sobre el alto murmurando. —Espero que hayas olvidado tu idea de emparejarnos.

Chanyeol soltó una risa apartándolo. —Eso quedó en el pasado amigo, así que relájate. Sólo vinimos a tomar algo, sin necesidad de mostrar una ID. —sonrió con todos su dientes. —Además, Baek cogió una fascinación por la cerveza. —comentó.

Sehun hizo un amago de sonrisa y los dejó solos. Las cosas en el bar eran bastante tranquilas por la tarde, no habían más que once personas en total, algunos clientes habituales y otros que sólo pasaban por algo de charla y licor. Suspiró desajustándose el corbatín.

Las cosas en su vida privada eran un jodido caos, pero debía mantenerse invulnerable en el trabajo, no debía pensar en esa persona. Se arrodilló sacando los vasos tequileros de la despensa inferior y los colocó en fila sobre la barra, y en ese momento su mirada cayó sobre la mesa de la esquina donde estaba el par de bobos, quienes conversaban sin parar, riéndose, y jugueteando.

Sehun los observó en silencio por tres minutos enteros, y mientras los miraba una conclusión fue formándose en su cerebro.

 

A Sehun sólo le tomó tres minutos darse cuenta de algo.

Baekhyun estaba enamorado del idiota de Chanyeol.

El pálido puso sin cuidado el vaso sobre la mesa sin despegar sus ojos de la escena.

—Sehun, mierda, ¿estás bien? —El robusto dueño se acercó al él. —Deja eso…

—¿Qué? —Preguntó volviendo a la realidad. Y un ligero ardor atravesó la palma de su mano, en ese momento, y sólo en aquel instante notó que el vaso se había roto y que los vidrios se habían incrustado en su piel. —Ah, está bien, yo lo arreglaré. No te preocupes.

Se quitó los residuos con una toalla, no había sido nada demasiado serio, y sólo lo vendó descuidadamente, con el quit que estaba detrás de la barra.

Se sentía algo desconectado, y cuando volvió la vista la irritación continuó. Esa mirada que ponía Baekhyun cuando observaba a Chanyeol, ah… la conocía tan bien.

Chascó la lengua dejando su trabajo a medias, enviándole una significativa mirada al alto, que al momento de entenderla se puso de pie y caminó hacia la barra.

—Sehun, ¿pasa algo? —Preguntó el alto apoyando sus codos. —Oh, rayos, ¿qué le pasó a tu mano? —Notó enseguida la herida vendada, preocupándose de inmediato.

El alto e inexpresivo chico, lo miró directamente a los ojos. —¿Qué estás haciendo ahora? —Preguntó en tono severo.

Chanyeol frunció el ceño oficialmente confundido. —Estoy intentando embriagarme. —Contestó en tono relajado.

Sehun se frotó la frente. Sabía que Chanyeol no era esa clase de persona, pero tenía que confirmarlo. —No hagas esto. —dijo.

El alto se paró rectamente. —¿Hacer qué? —escudriñó, poniéndose serio.

Sehun bajó su mentón y le miró desde abajo con su mirada filosa, un habito que sólo mostraba cuando iba muy enserio. —Baekhyun no luce como un chico que le atraigan las mujeres. —masculló. —Así que estoy preguntando. ¿Qué estás haciendo ahora?

Yeol se cruzó de brazos. —Eso ya lo sé. Él me lo dijo. —Agregó, comprendiendo ligeramente el rumbo de la conversación.

Sehun mostró su expresión más enfada. —¿Y no piensas que actúa diferente cuando está contigo? —masculló luciendo sereno.

Chanyeol esta vez eliminó todo rastro de seriedad. Por fin había captado la idea completa. —Espera…—dijo, levantando ambas manos. —Tú… ¿piensas que está coqueteándome? —Soltó una carcajada, dejando a Sehun completamente despistado. —No, no, no, no. —Aseguró negando. —¿Baek y yo? Nop. Él mismo me dejó claro que le gustaba otro sujeto. —Completó apoyándose en la barra. Por supuesto había pensado en esa suposición, pero todas esas ideas se habían esfumado cuando el bajito le dijo que tenía a alguien que ya le gustaba.

Sehun encarnó una ceja. —Ah…—murmuró. —Bueno, ahora casi parece como si estuvieras decepcionado. —Se burló.

Chanyeol agrandó los ojos. —¡Ya te dije que sólo somos amigos! Además, lo sabes. Amo a las mujeres. —Aseguró sosteniendo una sonrisa nerviosa.

El chico se sintió mucho más aliviado al oír aquello. Tal vez lo estaba tomando demasiado personal, tal vez, estaba comparando esa situación con la que le había ocurrido a él. Tal vez. No lo supo, pero la sensación de enfado no se fue.

Incluso siendo su amigo, Chanyeol no tenía derecho de ilusionar a un pobre chico cuando no sería correspondido. Pero suponía que sólo había malinterpretado las cosas.

—Tienes razón, ese pobre chico estaría perdió contigo. —Coincidió dándole la espalda para volver a la barra, y en ese momento vio al bajito sentado en el suelo intentando esconderse en el otro costado de la barra. Sehun arrugó su entrecejo mirándole desde arriba. —¿Qué haces ahí?

Baekhyun dio un salto, volviendo a la realidad. —Ah… sólo… s-se me cayó algo…—tartamudeó con la garganta seca.

Chanyeol se giró mirando a Baekhyun aparecer frente a él. —¿Estás bien? —preguntó enseguida al ver su rostro descompuesto y su aura super desorientada.

El castaño no pudo verlo a los ojos. —Creo… que bebí demasiado. —murmuró caminado al baño.

—No luce muy bien. — Chanyeol y Sehun se miraron entre sí. —Creo que debería dejar de beber. —agregó.  

 

 

Baekhyun empujó la puerta del baño, sus mejillas estaban rojas y su pecho se apretaba con fuerza cada vez que respiraba. Se sentía tan avergonzado. Tan… mal. Se apresuró al lavado y mojó su rostro antes que las lagrimas aparecieran.

«¡Ya te dije que sólo somos amigos! Además, lo sabes. Amo a las mujeres.»

¿En qué demonios estaba penando? ¿Qué esperaba?

Eso era lo único que obtendría. Sólo eran amigos… además, Chanyeol nunca lo vería de otra manera.

«Lo sabes. Amo a las mujeres.»

Baekhyun dejó el agua escurriendo mientras levantaba lentamente el rostro, mirando su reflejo en el espejo, rápidamente apartó la vista sintiendo el dolor en su estómago vacío.

“¿Sólo porque nací varón…? ¿Yo ni siquiera tengo una oportunidad?”

 

Se secó las lágrimas, con el papel toalla e intentó que sus ojos lucieran normales, se había tardado mucho en el baño, y no quería que nadie fuera a buscarlo. Afuera el cielo se había tornado gris y claramente avistaba una noche lluviosa.

Volvió a tocar sus parpados con sus dedos, repitiendo una y otra vez. —Que no descubra que has llorado, que no descubra que has llorado, Baek. —se dijo así mismo. Cuando salió el bullicio natural le acogió, ahora el bar estaba más lleno y vivo. Intentó pasar entre las personas hasta la barra, al momento que divisó a Sehun se acercó. —¿Chanyeol…?—Preguntó con la garganta rasposa.

El alto parecía muy ajetreado con las ordenes por lo que sólo murmuró. —Mesa de pool.

Baekhyun asintió, yendo a la zona de jugadores, el ambiente estaba lleno de humo y risas, Chanyeol era alto así que lo localizó rápidamente. Estaba de pie, apoyando su peso contra su palo, a su lado estaba una atractiva chica de pelo castaño y liso.

Baekhyun quiso volver sus pasos y correr a casa, pero, nunca dejaría de ser esa polilla que iba directo a la luz.—Creo que ya… ya debería irme. —Comentó cuando se puso frente al pelinegro.

Chanyeol dirigió su mirada a él, y esa sonrisa pícara que había llevado en toda su conversación con aquella mujer, desapreció. Dejó el palo a un lado y asintió. —Te acompaño. —dijo inmediatamente.  

—¿Heh? No~—chilló la chica aferrándose al brazo del alto, era claro que ella tenía un objetivo.—Acabamos de encontrarnos, no puedes irte.

Baekhyun apartó la vista. Envidiaba a esas mujeres, poder actuar de manera linda, sin ser vistas como algo extraño y conseguir lo que quería con su propia fuerza. Era algo que realmente admiraba de ellas.—Descuida, Huang, vendrá por mí. —Dijo dándole la espalda y empezando a caminar más rápido.

“¿Qué estás haciendo? ¿Eres un masoquista? ¡Sólo debiste irte, maldición, eres un idiota, ¿lo sabes?” Era doloroso mirar.

No escuchó cuando el alto lo llamó, caminó a paso firme hasta la puerta y llamó a su chofer, mientras se aferraba  su móvil. —Por favor… rápido… sácame de aquí…—pidió.

.

.

.

Baekhyun había vuelto a casa, había permanecido en silencio en todo el camino de regreso, ahora, también tenía un gran chichón en la cabeza por el golpe que le propinó su chofer cuando fue a recogerlo. Baekhyun había aceptado su destino sin replicar, pues sabía que había hecho mal al escapar y preocupar a todos.

Felizmente, Huang no preguntó porque estaba llorando, sólo lo abrazó y le ayudó a subir.

Tal como esperó su padre le esperaba sentado en el sillón con los brazos cruzados y su frívola mirada sobre él.

Tembló como un pollito mojado. Bien. “Adiós mundo cruel.”

—Ve a tu cuarto. —Alegó el hombre.

Baekhyun se paró recto, y atemorizado caminó como un soldado sin replicar, sólo agradecía que ya no tuviera más heridas de las que recuperarse. Cuando se encerró en su habitación, apoyó su espalda contra la puerta.

Sabía que las palabras de Chanyeol no habían sido con la intensión de lastimarlo, pero… ahora mismo, no podía convencer a su corazón de lo contrario.

Cuando escuchó su móvil identificó el número de Jongdae y aunque no deseaba contestar lo hizo, porque si bien todo se había derrumbado para él, afuera, el mundo continuaba, y de hecho mañana tenía la batalla de bandas.

Descolgó, después de tomar una gran respiración.—¿Qué haremos? —Preguntó Baekhyun arropado, llorar le había dejado con la nariz tapada.

Chen se frotó el mentón, mientras jugaba fulbito de mesa. —Tal vez ¿deberíamos enviar a algunos matones?

—¿Soy yo o todos tus planes envuelven una horrible red de mentiras? —Alegó con los ojos blancos el bajito, limpiando su nariz con un pañuelo.

—Sólo eres tú. —contestó el otro, encogiéndose de hombros.

Kyungsoo no estaba disponible, y por ello todo se reducía a oír los disparates de Jongdae.

—Ah, no puede ser, ahora que lo recuerdo, Minseok está quedándose en mi casa por estos días. —Suspiró. —Tal vez también intente arruinarlo.

—Dijiste que no había hecho nada tan malo por ahora. —Recordó Baekhyun, haciéndose bolita.

—¡Lo sé! Pero me aterra aún más cuando está en silencio y quieto. —Se quejó Chen, sintiendo el escalofrío recorrer su espalda.

—Ahora estás exagerando. —Aclaró.

Chen entrecerró los ojos.—Vamos, nadie planea un homicidio en voz alta.

—Yo me encargaré de mi padre, tu encárgate de él. —Pidió Baekhyun, desde el teléfono. Sus ojos se cerraban solos. Y el cansancio le estaba dejando fuera de juego.

—¿Cómo debo hacer para que luzca como un accidente? —Chen preguntó en tono casual, alistando sus cosas en su mochila.

Baek arrugó el entrecejo.—No estoy diciendo que lo mates, sólo habla con él, como una persona normal. —Masculló. En serio, su amigo era un idiota.

—Buuh. —soltó el castaño. —Cada vez que hablas escucho ese sonido que se reproduce siempre que Pacman muere.

—Sólo no hagas lo que tú probablemente harías. —pidió casi sonámbulo.

Chen frunció el ceño, en toda la llamada había sentido tristeza en la voz de su amigo. —¿Qué pasa contigo? ¿Desapareciste y ahora estas de malas? —Preguntó intentando lucir desinteresado. —Sabes que aunque sea vergonzoso, puedes… Huh, decírmelo.

Baekhyun se encogió abrazándose así mismo. —No es nada… sólo tengo muuucha hambre.

—Idiota.

.

.

.

Mañana sería la batalla de las bandas y Kyungsoo había logrado sacar algo de tiempo para ver a Kai, después de la escuela, pues sentía que el único que podía darle ánimos era su persona especial.  No sabía si era correcto invitarlo, estaba consiente que el moreno estaba muy ocupado, y seguramente algo como eso, solo lo ajetrearía de manera innecesaria.

Esa noche había ido a la ultima presentación de: “El Rey Bom” la obra a la que Kai interpretaba a un clérigo, pecador. La obra por supuesto lo había dejado al borde de la butaca. Nunca dejaba de sorprenderse de la versatilidad de el moreno. Era cómo mirar directamente al sol.

Suspiró mirando sus propias manos, estas tenían heridas que cubría con parches medicinales. Por supuesto no había superado su fobia a tocar directamente a las personas. Todas esas heridas eran causadas por el mismo cuando lavaba sus manos una y otra vez, luego de rozar el cuerpo de algún extraño en la escuela o la calle.

Se sentía tan raro, como un bicho insignificante. Deseaba tener la fuerza para lidiar con eso.

—Todo terminó. —La voz solitaria de Jongin le trajo a la realidad, haciendo que brinque sobre el asiento.

—Cla-claro. —dijo poniéndose de pie.

El cielo tenía extrañas nubes grises sobre ellos. Era primavera, pero sabía que llovería. Jongin soltó su mano un segundo, para tomar una sombrilla de su casillero, y ese segundo, fue tan inmenso para Kyungsoo que se asustó de si mismo.

“Quiero que me toque. Porque es su tacto lo único que me da calor.”

Y aquel pensamiento le hizo sentirse avergonzado. Jongin regresó junto a él, abriendo la sombrilla sobre ellos, y rodeó sus hombros.

—Andando. —Dijo. Kai era de esa forma. Cuando salía del escenario, la viveza exótica que lo caracterizaba se esfumaba. Su atractivo rostro se volvía plano y simétrico, y sus ojos, sus ojos desvelaban una frialdad que no era propia de su carácter apasionado. Pero este era realmente Kim Kai. En el escenario, era un personaje más, no el real.

Y si Kyungsoo se había arriesgado a llegar lejos, no se echaría para atrás por eso.

El camino de regreso, fue silencioso pero agradable. De todas maneras Kyungsoo no era alguien conversador, y alegre. Kai combinaba muy bien con él, el silencio que formaban juntos, en esos instantes le sabía perfecto.

A veces, pensaba que no se merecía estar con él. ¿Era justo? En el principio ni siquiera podía verlo directamente a los ojos.

Kyungsoo caminó entre los brazos del moreno, estaba lloviendo en plena primavera. Sus mejillas estaban rojas y su cuerpo se estremecía cada que el cuerpo del más alto rozaba el suyo por accidente. Estaban tan cerca, que incluso era estimulante.

Kai tenía los brazos levantados sobre el pequeño cuerpo de su novio, cubriéndolo con su chaqueta. La lluvia los había atrapado en medio del camino, y el moreno no había dudado en atraerlo a sus brazos para evitar que se mojara.

Literalmente llevaban un par de semanas como pareja oficial. Por supuesto, lo mantenían en secreto, y Kyungsoo estaba de acuerdo, pues no quería significar un problema más para su chico.

Jongin se detuvo frente al pórtico de un edificio, sacando incómodamente sus llaves, aun protegiéndolo de la lluvia.

Kyungsoo se sonrojó aún más por aquel acto tan caballeroso, y estaba tan sumido en el atractivo rostro de su novio, que no escuchó al auto que se acercaba a ellos a gran velocidad. De un momento a otro, el moreno dejó caer su chaqueta y lo estampó contra la pared, colocando ambos brazos contra la pared, sorprendiéndolo.

Kyungsoo cerró los ojos, debido al dolor, soltando un suave quejido, en ese instante un charco de agua se levantó como una cortina sobre ellos empapando a Jongin de pies a cabeza.

El pelinegro quedó sin aliento al verle jadear sobre él, con la camisa mojada revelando su cuerpo chocolate y bien trabajado.

—¿Te… encuentras bien? —Preguntó el más alto, mirándole.

Sólo pudo asentir como un bobo, retirando la mirada. Su corazón estaba a punto de estallar.

—Entremos. —Dijo, abriendo la puerta de su departamento, y dejándole pasar primero.

Kyungsoo vio el lugar cuando las luces blancas se encendieron; era exactamente como lo había imaginado. Bastante aseado, tenía un orden jerárquico y era muy bonito y espacioso. Pero… extrañamente sentía que estaba vacío, y… y algo frío.

Sacudió su cabeza, quitando esos pensamientos, y desvió la mirada encontrando a Jongin tras él, sacándose la camisa empapada. —Tomaré una ducha. Ponte cómodo. —Dijo con amabilidad, pero sin demostrarlo realmente en su expresión.

Kyungsoo asintió, mirando el suelo en todo momento. Sentía que ver su torso desnudo sólo le dejaría catatónico. Cuando escuchó la puerta del baño cerrarse, por fin pudo respirar con tranquilidad. Se dejó caer en su sillón y observó cada rincón con sus enormes ojos detallando el lugar en su mente. Lentamente una sonrisa se enanchó en sus labios.

Estaba en el hogar de su estrella. Oh… por… Dios…

Se lanzó sobre el sillón revolcándose contra los cojines, olían rico, de hecho olían a Kai. Quiso buscar algún lugar con suciedad, pero no había. Definitivamente alguien más se encargaba de la limpieza en ese lugar. Se puso de pie escudriñando el lugar, buscando algún portarretrato, si tenía suerte tal vez hallaría una fotografía de Jongin de bebé. Lamentablemente algo como eso no ocurrió. 

No se desanimó, la idea de ser traído a su casa de por sí le dejaba completamente feliz. ¡Estaba en el departamento de…!

Mierda, estaba en su departamento.

Kyungsoo dejó de dar vueltas en su lugar para ponerse serio.

—Holy… shit…—susurró, pensando en las probabilidades. ¡Tenía que tomar muchas fotos! Sacó su celular empezando a fotografiar todo para mantenerlo vivo en sus recuerdos.

En su tiempo juntos, Kyungsoo se había mantenido haciendo lo que normalmente haría en un día común; ir al teatro, ver a Kai, adorarlo y coleccionar más cosas suyas. La diferencia era que ahora podía acercarse bastante a él. Por supuesto los besos estaban permitidos, incluso los besos franceses, a los que poco a poco se iba acostumbrando, además de practicarlos mucho en su habitación, había visto muchas películas románticas, y también leído artículos. Please, podía sacar una tesis sólo de ese tema. Y aunque Kyungsoo no lo entendiera muy bien, a Jongin en serio le gustaban esos besos, por lo que estaba dispuesto a ser el mejor en ello.

El bajito se sonrojó furiosamente ante el recuerdo de uno.

No podía hacerle más feliz la idea de empezar una relación con el hombre que más adoraba en el planeta. Kyungsoo sentía que la energía que Kai irradiaba en el escenario era bellísima, la manera en la que le hizo sentir ese día, cuando parecía ser ignorado y despreciado por todo el mundo… él lo vio. O eso le hizo sentir.

Que era observado y apreciado.

Y Kyungsoo no pudo desechar ese sentimiento aunque lo intentó varias veces. Kai era algo increíble en su vida, y le gustaba la manera en la que su vida se tornaba ahora, con él en ella.

Jongin se puso de cuclillas frente al bajito.—Te estuve llamando. —De repente, la voz apagada del moreno le trajo a la realidad.

Kyungsoo parpadeó dos veces al notar lo cerca que se encontraban. —Ah… lo siento. —Dijo.

El moreno ladeó el rostro a su lado izquierdo, luciendo adorable. —¿Estás seguro? Ahora estas muy rojo. —Señaló, picando su mejilla con su dedo.

El pelinegro se apartó nerviosamente. —Di-digo que estoy bien. —Jadeó. Definitivamente no era él mismo cuando se trataba de esa persona. No podía pensar con claridad, y menos tomarse las cosas con calma.

Jongin continuó sentado sobre sus pantorrillas, mirándole seriamente. Tenía un pantalón gris holgado, y sólo una toalla alrededor de su cuello.

—¿En serio?

—Sí… estoy bien.

Kai le miró fijamente por un segundo entero antes de ponerse de pie. —Bien. —coincidió, con un susurro átono. Se acercó al sillón, donde estaba Kyungsoo, y puso su rodilla entre las piernas del bajito acortando la distancia de ellos, reduciéndola a cero absoluto.

—¿Qué hac—

Pero sus labios fueron atrapados por la boca de Jongin quien no le dio tiempo de pensar claramente lo que ocurría. Ambos siguieron el ritmo pasional y húmedo del besos, hasta que Kyungsoo llevó sus temblorosas manos a su pecho apartándole para tomar una gran bocanada de aire. Jongin pareció muy acostumbrado a esa manía del bajito, por lo que no reparó en descender con besos pertinentes y mordidas eróticas por su cuello y hombro.

—Mgh… Ah… Ka-Kai-ssi…—Jadeó sin poder articular palabra. Su vista estaba borrosa por las lágrimas acumulados. —Ah, ah, pa… deten…—suplicó, jadeante.

 

Jongin llevó sus hábiles manos por sus caderas levantando su suéter hasta las costillas. Jongin suspiró vaho por el calor que sentía su cuerpo, la vista del cuerpo menudo y pequeño bajo él le excitó ciertamente.

—Pa-para… Ngh… Ka-Kai…ssi…

Jongin se acercó a él, llevando su gran mano sobre la boca contraria, tapándola, y enterró su rostro sobre su pecho empujando su lengua caliente sobre sus pezones. —Deja de decir que me detenga. —Ordenó con tono gutural. La piel de Kyungsoo se derretía como helado en su boca, era caliente, era jodidamente caliente.

El pelinegro apretó los ojos sollozando, su cuerpo era un puñado de sensaciones ardientes que jamás había explorado. Esto… definitivamente no eran besos franceses.

Se sentía extraño. Tenía miedo… estaba asustado.

¿Por qué su cuerpo se comportaba de esa manera tan vergonzosa?

 

Jongin se separó un milímetro dejando su lengua ensalivada sobre su pecho. —Vamos a hacerlo. —Pidió con voz ronca, y mirada oscura.

Kyungsoo se estremeció, su pecho se había encogido a nivel molecular.

“¿Ha…cerlo?”

El pelinegro jadeó intentando que su voz saliera sin cortarse. —Yo… s-soy un chico… —Alegó entre suspiros. Su mente estaba en blanco, y sus pensamientos difusos.

Kai se inclinó sobre él, y los músculos de su abdomen se contrajeron haciéndole ver caliente y sensual. —Para mí no hay mucha diferencia entre ensayar y tener sexo, en ambos sudo un montón y se siente bien, así que no importa si eres un hombre o una mujer. —Contestó levantándole la camiseta.

En ese momento las lágrimas se detuvieron en sus parpados, y Kyungsoo sintió el ardor en una vieja herida de hace mucho años, abrirse. No supo en que momento, pero antes que el moreno pudiera tocarle, este lo apartó de un manotazo.

Estaba hiperventilando, aterrorizado y jadeante, aquello jamás había ocurrido con Kai, pero ahora… en ese instante, el que lo tocase directamente, le parecía…

“Asqueroso.”

Quiso pensar con claridad pero las lágrimas en sus ojos le bloqueaban su capacidad para ver. Se apartó rápidamente, dejando paralizado al moreno en su mismo lugar.

Sus ideas estaban revueltas y el pánico lo había hecho su presa. Su fobia por ser tocado directamente por desconocidos, eso jamás había ocurrido con Kai. Escuchó el abrumante latido fuerte de su corazón en sus oídos. Abrió la puerta, y salió del departamento completamente desolado, su garganta ardía y dolía, y no sabía por qué hasta que notó que estaba gritando con fuerza. La lluvia le empapó en segundos, sus piernas eran débiles y no llegó muy lejos, apoyó su peso contra un poste de luz y se hizo bolita.

Duele. Duele. Duele.

“Mi corazón duele.”

Sus pensamientos eran cien veces más fuertes, latiendo una y otra vez en sus sienes, y se acurrucó en su propia ropa, limpiando sus lágrimas que no dejaban de bajar.

¿Por qué había pasado todo esto? ¿Qué significaba todo eso?

Hasta ayer, todo parecía muy perfecto en su relación. Kai no era de esa manera… Kai… espera, ¿cómo era Kai? ¿Lo conocía realmente?

Kyungsoo tembló, el frio y la helada lluvia atravesaban su ropa como balas. Ni siquiera pudo culpar realmente al moreno. Él tampoco había sido sincero totalmente, siempre había modificado sus respuesta para complacerle, y haciendo demás para hacerle sentir bien. Kyungsoo no era de esa manera en absoluto.

¿Por qué… había arrastrado esa mentira tanto tiempo?

¿Por qué?

“Él me gusta.”

Y la respuesta llegó a su mente. Era irremediable, Kyungsoo estaba enamorado de ese chico, aunque no supiera nada de él, realmente. 

De pronto la lluvia se detuvo, el bajito levantó el rostro que había mantenido oculto entre sus piernas todo este tiempo, sólo para ver a Jongin de pie a su lado con una sombrilla, pantuflas, y semi desnudo.

Kai lo había encontrado fácilmente, después de todo Kyungsoo tenía piernas cortas, además de tener un pésimo sentido de la orientación.

—¿Qué quieres? — Espetó Kyungsoo de forma arisca. No sabía cómo le había dicho aquello a Kai, pero lo había hecho. Tal vez era su corazón destruido, o tal vez, estaba demasiado triste para sostener su amor obsesivo por él.

Kai se encogió sobre sus piernas mirándole directamente a los ojos, estos estaban rojos e hinchados y lucía muy herido. Él lo comprendió de inmediato. —Te lastimé. —Dijo.

Nunca había sido su intención. Realmente, no tenía idea de cómo funcionaban las relaciones amorosas. Kai solo había tenido sexo con personas quienes nunca se habían interesado en algo más romántico que follar. Nadie le había mostrado como se supone que funcionaba. Y él había aprendido aquello bastante bien. Las personas eran honestas cuando se trataba de sexo, siempre decían que les gustaba y lo que sentían. Era la única manera que Kai comprendía, y que podía demostrar lo que sentía.

Nunca esperó que aquello lastimara a la única persona que parecía amarlo realmente.

—Lo lamento de verdad. —Dijo sonando formal y sincero.

Kyungsoo tragó la arcada y las lágrimas, en una pose firme, que sabía no durarían. —E-eres un idiota…—señaló, al verle semidesnudo y como un cachorro bajo la lluvia. —No se supone que digas algo como eso a la persona con la que estas saliendo. —Jadeó. Que lamentable primera pelea de novios.

—¿Te encuentras bien? —Llevó su mano a su rostro pero se detuvo a la mitad, recordando lo que el bajito le había dicho acerca de su fobia. No quería incomodarlo otra vez.

Kyungsoo notó la expresión herida que Jongin hizo al retirar su mano, mordió su labio inferior indeciso, y su rostro se contrajo evitando que las lágrimas rodaran por sus mejillas. —Déja-déjame arrancar tu corazón del pecho… Eso me haría sentir mejor. —Sollozó con tono enfadoso. Bien, el mordaz Kyungsoo estaba en su modo natural.

Kai lo observó fijamente por unos instantes.—Está bien. —Dijo con voz impostada. Tomo la mano del bajito entre la suya y la llevó a su pecho.—Hazlo. Hazme daño.

Kyungsoo sintió como el hormigueo de su palma se extendía por todo su brazo. La sensación de antes ya no estaba, y sólo podía pensar en el suave palpitar del pecho del más alto.

—Muéstrame lo mucho que te lastimé. Enséñame a sentirme herido. —con ojos apagados, sostuvo con más fuerza su mano. —Enséñame a amarte, enséñame todo, Kyungsoo. —Pidió y su expresión de seriedad no cambio, pero el bajito pudo leerle entre líneas y un profundo dolor le aguijoneó el pecho.

Jongin… él de verdad estaba tratando duro.

Kyungsoo rebalsó más lagrimas mientras se lanzaba a sus brazos, Kai no dudó en atraparlo y aplastarlo contra su pecho. —Lo lamento. Hoy te lastimé. —susurró contra su oreja. —No volveré a hacerlo. —prometió levantándolo, en sus brazos con facilidad. 

El pelinegro se aferró a sus espalda, apoyando su mejilla sobre su hombro.—Bobo. ¿Pi-piensas que algo insignificante c-como eso me lastimó? —Respondió sin poder hacer a un lado su orgullo, pero no dejo de aferrarse a él.

Kyungsoo estaba enamorado de un muñeco de trapo que era hermoso a la vista de todos, pero que no sabía nada del amor, y si deseaba continuar con esa relación debía ser más fuerte.

—Volvamos. —Dijo el alto, caminando de vuelta a casa.

.

.

.

Su padre se había negado a la idea de permitirle ir al concurso, tachándolo de solo un gusto pasajero y que con el tiempo no significaría nada más que un capricho infantil. Había terminado engañándolo para poder ir. La sensación de estar haciendo algo malo, lo invadió.

Estar rodeados de todas esas personas le ponían los pelos de punta. Su cuerpo se sentía extraño desde ayer. Casi todo le afectaba, y odiaba ponerse tan sensible.

Sólo esperaba que el día se terminase rápidamente, no quería hacer enfadar a su padre.

Y de hecho, recordaba haber escuchado a su padre hablando con alguien por teléfono.

 

[Flashback]

Baekhyun bajaba las escaleras con su guitarra abrazada al pecho, pero al ver a su padre parado en la mitad del living, retrocedió, casi cayendo de espaldas.

“¡Aborta misión!”

Pegó su espalda al muro de las escaleras escondiéndose. Su respiración estaba a tope, y se sentía en un segmento de “Aliens” cuando ese monstruo olfatea la sangre.

Pero pese a su muy vivida imaginación, su padre no saltó sobre él para rosearle acido al rostro, por lo que frunció el ceño asomándose ligeramente. El atractivo hombre de traje caminada en círculos, mientras discutía por teléfono.

 

—¿Estás hablando en serio? ¿Sabes lo que está en juego? —Preguntó en tono serio. —Tu único trabajo es convencer al propietario. Necesitamos ese terreno para completar el proyecto. —alegó, desajustándose la corbata, dejando dos botones de su camisa suelta.

 

Baekhyun se sorprendió bastante al verle en ese estado, generalmente se mostraba inexpresivo y frívolo.

 

—No me preguntes que hacer, ese es tu trabajo, y quiero que lo hagas bien. ¿De acuerdo? —Continuó hablando.

 

El castaño sacudió la cabeza concentrándose en su misión: Huir de las garras de su padre.

Rodeó las escaleras, con la cancioncita de “007 Agente Secreto” en la cabeza. Y pudo huir sin ser visto.

[End flashback]

 

“¿Acaso, papá está en problemas?” pensó. Después de todo, sabía que no sólo había regresado a Seúl para castigarlo.

Suspiró, afinando su guitarra. Tenía el número doce pegado en la chaqueta, aún quedaban muchas bandas antes de él, y eso sólo intensificaba sus nervios. Desvió la mirada a la entrega esperando que Chanyeol, apareciera, pero solo la cara de alguien más se presentó ante sus ojos, haciéndole olvidar su nerviosismo y cambiando por un sentimiento más cómodo.. sí, el odio puro y oscuro.

“Ese pequeño bastardo.”

—Tu… ¿qué haces aquí? —Baekhyun entrecerró los ojos, dejando el espacio de las bandas, para caminar hasta el alto chico de sonrisa petulante.

Hongkyu sopló el humo de su cigarro y lo arrojó al suelo pisoteándolo, cuando Baek estuvo lo suficientemente cerca.—¿Cómo estás? ¿Yo? Muy bien, gracias. —dijo en tono vivaz.

Baekhyun se cruzó de brazos mirándole fijamente, aún esperando una respuesta.

El atractivo chico suspiró. —Estaba por la zona y cuando te vi, no pude evitar seguirte. —comentó sin mucho ánimo. —¿Así que frecuentas lugares como estos? Eso me impresiona. —alegó.

Baekhyun sopló su cerquillo, cansadamente.—Pues ya deberías irte. —dijo mirando de reojo la puerta.

—¿Irme? —repitió ofendido. —¿Por qué lo haría? Vas a cantar ¿no es así? —tomó su cabello con suavidad y sonrió. —Quiero verte.

Baekhyun apartó su mano, mirándolo extrañado y algo nervioso. —¿Por qué… haces esto?

El ruido de los instrumentos siendo afinados y el bullicio habitual de un bar llenaron lentamente el silencio.

—Me interesas. —Soltó después con tono serio.

“¿Yo… le intereso?”

Baekhyun arrugó el rostro en una expresión perpleja.—¿Ah…?

Hongkyu no sonrió esta vez. —Te diré algo que aprendí hace mucho. —Murmuró, tomándolo sorpresivamente por la cintura, llevó su mano a su mentón y lo acerco a su boca, susurrándole en secreto. —Si no tomas lo que quieres ahora, vas a perderlo porque alguien más lo tomara por ti. Sinceramente no quiero que seas tomado por alguien más.

Baekhyun apartó su rostro, con las mejillas rojas. —Tú… deberías irte.

Sonrió de forma linda. —Estaré apoyándote, Baek. —Alegó.

 

Cerca de la puerta, Chanyeol logró distinguir a Baekhyun, y también al tipo que le tenía sujeto de la cintura, pero, en vez de saludarlo, volteó el rostro, fingiendo no haberlos visto. “¿Es él?” Pensó tratando de descifrar que era ese sentimiento de recelo que inundaba su estómago. “Así que ese chico también vino …”

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—¿Estás bien? Te ves muy pálido. —Kyungsoo escudriñó su rostro.

El castaño negó con una sonrisa floja. —E-estoy bien.. —murmuró, el dolor de estomago siempre era usual en cada presentación, pero hoy lucía bastante peor. ¿Por qué estaba tan nervioso? Había hecho esto antes. Así que… ¿por qué?

 

Las dos bandas anteriores a la suya, realmente se habían lucido, además el público parecía amarlos. 

El presentador hizo algunos anuncios y agradecimientos a los patrocinadores.

 

—Bien, ya es hora. —Chen sonrió como si nada arremangándose la camisa, y jugueteando con sus baquetas. Estaba a punto de subirse al escenario, cuando las feroces manos de Baekhyun le arrastraron de vuelta.

—¡No puedo hacerlo! —Chilló Baekhyun con los ojos saltones y el sudor frio en sus espalda. Tenía un presentimiento. Estaba en sus huesos, y su sexto sentido casi nunca fallada.

Chen tosió frotándose la garganta. —Oye, tranquilo viejo…—murmuró en tono sarcástico, pero un segundo después se puso serio cuando vio el rostro compungido del bajito.

—No… perdón… yo no…—tartamudeó completamente presa de su miedo irracional.

Kyungsoo suspiró pesadamente, acercándose a su amigo en silencio.

Jongdae observó a Baekhyun hiperventilar, no recordaba la vez en la que lo había visto siendo tan vulnerable como ahora, y aquella expresión desesperada, hizo que en lo más profundo de su pecho, quisiera protegerlo, sólo un poco.

 —Estará bien, Baekhyun. Esto no es diferente a cualquier presentación que hemos tenido. —Dijo Kyungsoo con una ligera sonrisa, que casi nunca mostraba.

—N-no sé si-si pueda hacerlo…—titubeó. —Esto… c-creo que en verdad no es una buena idea…

Chen tensó la mandíbula. —Oh, no…—Dijo, y cuando obtuvo la atención de Baekhyun le tomó del cuello de la camisa. —No, no, no. No te dejaré hacerlo. —Masculló. —Has trabajado duro para esto, y no permitiré que arruines esta oportunidad porque tienes miedo.

Kyungsoo tomó el hombro de Chen, pensando que esta vez sí se estaba pasando de la raya.

—Ni lo intentes, Soo. —Jongdae apartó rudamente la mano del bajito, volviendo sus ojos fijos al castaño que no dejaba de temblar como una gelatina. —¿Vas a echarte para atrás? ¿Después de todo lo que has avanzado? —Preguntó con mirada mordaz. —¿Crees que te dejaré hacerlo? —amenazó acercándose lo suficiente para oírle sollozar. —Ten el maldito valor de hacer las cosas que amas, por una vez en tu vida. Hazlo, y sólo de esa forma, no vas a tener arrepentimientos, ahora, mueve tu trasero al escenario, y has lo que mejor sabes hacer.

Baekhyun tragó saliva.

D.O puso su mano en la espalda del castaño. —Andando. —Dijo dando por cerrado el tema.

En ese momento cuando Baekhyun levantó la mirada vio a sus dos amigos caminar a la luz brillante del escenario, y por alguna razón su pecho se llenó de valor.

Tragó el nudo en su garganta y dio pasos vacilantes hacia el centro del estrado, una ovación bulliciosa le recibió.

Baekhyun tomó el micrófono, las personas estaban mirando, y las luces de colores hacían ver sus caras algo intimidantes. Tragó saliva, sintiendo la garganta seca.

Kyungsoo detrás suyo murmuró un: “Esta todo bien, Baek.”

Reafirmó el micrófono en su mano, sudorosa, y abrió la boca, dejando salir su voz al ritmo de la batería, quien empezó con un solo increíble, con redobles. Las luces le enfocaban y lo destacaban del resto, se sentía nervioso y algo extraño siendo observado por ese público, golpeó con la suela de su zapato marcando el ritmo en su cerebro, pero cuando llegó su momento para cantar, perdió la nota alta. La vergüenza lo invadió y tuvo el impulso de bajarse del escenario y llorar en el baño.  

“Él nunca pierde las notas altas.” Kyungsoo frunció el ceño confundido, pero le apoyó con el bajo.  

Baekhyun buscó entre toda la multitud el cabello negro de Chanyeol, su sonrisa en el rostro de algún chico, o sus ojos en el mar de personas.

La canción fluyó de sus labios como un trabalenguas que tenía bien aprendido, pero su cerebro estaba en otro lado. La canción estaba en el coro final, su corazón permaneció acelerado esperando encontrarlo, y lo hizo, no supo cómo, pero sus miradas se encontraron.

 

«¡Ya te dije que sólo somos amigos! Además, lo sabes. Amo a las mujeres.»

El recuerdo y sus palabras resonaron en sus oídos como si reviviera ese instante. También recordó a la chica de pelo liso, y la envidia que sintió. Los celos…

Un hincón doloroso hizo que perdiera otra nota, recuperándose casi al instante con una grave. Apretó la mandíbula. De pronto mirarlo se hacía doloroso, incluso físicamente.

 

Chanyeol lucía muy guapo ese día, de hecho resplandecía más que cualquier día.

“Chanyeol… ¿está bien seguir queriéndote?”

Chen lo observó tensamente desde la parte de atrás junto a la batería. “¿Qué pasa con él?” Se preguntó siguiendo la línea de la mirada de su amigo, y para su ingrata sorpresa, encontró a Park en la multitud.

Baekhyun continuó cantando la canción sin quitar sus ojos del alto. Ni siquiera un segundo. ¿Por qué le causaba tanto dolor mirarlo?

 

«Si no tomas lo que quieres ahora, vas a perderlo porque alguien más lo tomara por ti.»

 

En ese instante, y tan de repente como eso, Baekhyun dejó de cantar.

 

Kyungsoo se detuvo un momento después, y Chen golpeó los platillos con fuerza, apartando la mirada de su amigo. Porque definitivamente no podía siquiera verlo… en ese estado tan deprimente.

 

Baekhyun sintió su corazón martillar contra su pecho, y retumbar en sus oídos, no prestó atención al publico que hablaba, era como zumbidos, todos se preguntaban porque había dejado de cantar.

“Yo no puedo aguantarlo más. ¡Esto está asfixiándome!”

—Ho-hola… quiero… quiero cantar otra canción. —Su voz salió temblorosa.

Increíblemente el publico lo alentó.

Kyungsoo y Chen se enviaron miradas confundidas.

“Puedo decirte lo que siento por ti… frente a todas estas personas.”

Tomó nuevamente el micrófono, y con una gran aspiración cerró los ojos.

“Está bien. De todos modos, me arrepentiré si no lo hago.
Está bien, si lo hago, ¿verdad?”

Pero, aunque se animaba así mismo, por dentro arañaba las paredes de su subconsciente. «Estás cometiendo un error. No tienes que ser valiente, no tienes que decírselo. Puedes aguantar un poco más. No permitas que se vaya de tu lado. ¡No lo hagas!»

Y Baekhyun se convenció así mismo de que podía realmente hacerlo.

Chanyeol miró expectante, no sabía que tenía preparado Baekhyun, pero podía sentir que aquello había sido tan inesperado hasta para él mismo.

La flagrante conexión entre ellos superaba cualquier cosa. Y por instante sintió como si fueran los únicos en aquel lugar, por ese minúsculo momento donde sus ojos se cruzaron.

 

Mi vida es brillante…

Mi amor es puro…

Hoy vi un ángel.

 De eso estoy seguro.

Él me sonrió en el aquel momento.

Su dulce voz salió inundando el lugar, en una a capela suave y hasta desgarradora. El sentimiento asfixiante y la tristeza dejó boquiabiertos a muchos.

Kyungsoo no podía creerlo. Pero Jongdae, continuó el ritmo con golpes suaves al platillo. El pelinegro, se unió rápidamente saliendo de su estupor, dándole apoyo con su bajo.

 

Baekhyun sintió una rebosante sensación de alivio, y agradeció el apoyo de sus amigos, con un nuevo y lento ritmo, continuó. Aferrándose al micrófono, y sin importar ya, dejó fluir su voz.

“Siento pena por la persona que se enamore sinceramente de él.”

Apretó los ojos que poco a poco se llenaban de más lágrimas. Dolía. Estar enamorado, dolía increíblemente. 

Él no estaba solo.

Pero no perderé el sueño por eso.

Porque tengo un plan.

Su voz se quebró, dando paso al llanto.

 

Tu eres precioso, eres precioso.

Eres precioso, es cierto…

Vi tu rostro en un lugar lleno,

Y ya no sé qué hacer.

Porque nunca estaré contigo...

 

Mordió su labio inferior que temblaba y arrugó el mentón dejando salir sus lágrimas.

 

Si, él llamó mi atención,

Debió haber un ángel con un sonrisa en su cara,

Estoy flechado como un bobo, por ti…

Pero es hora de afrontar la realidad,

Nunca estaré contigo…

Nunca tendremos algo especial.

Aunque te ame hasta volverme loco…

 

Un escalofríos recorrió la espina dorsal de Chanyeol, al oír su voz desgarrada, la forma en la que temblaba en su lugar, casi incapaz de sostenerse. Chen dejó de tocar, y Kyungsoo también. El público guardó silencio.

“¿Por qué pones esa cara tan triste?” La desesperación y la ira eran sus aliadas. Ladeó el rostro a los costados, y su mirada se encontró con el mismo muchacho que había estado con Baekhyun un momento atrás. Estaba en el fondo, apoyado en la pared mientras fumaba.

Chanyeol los había visto hablar de algo, y Baekhyun lucía bastante extraño luego de eso. “¿Es él? ¿Te ha lastimado de esta manera?”

El alto entrecerró los ojos, mirándolo detenidamente, y sólo en aquel momento notó algo muy particular en su rostro. Ese imbécil no estaba prestando atención.

“Hijo de puta… en este momento deberías sentirte tan jodidamente afortunado.”

El alto sintió un bajón, caminó sin ser consiente, sus piernas se habían movido automáticamente, hasta el otro, y cuando lo alcanzó le tomó del cuello de la camisa.

Las venas de su cuello saltaron y levantó su puño contra su rostro, y Hongkyu jadeó ante el rudo y sorpresivo ataque.

 

 

Cuando Baekhyun levantó el rostro humedecido por las lágrimas, el público enloqueció. Aquello había sido un espectáculo de primera, había sido tierno y conmovedor.

Baekhyun miró a todos los lugares, pero no pudo ver el rostro de Chanyeol, y aquello le destrozo el corazón.

—Tenemos que bajar. —Dijo Kyungsoo, mirándole algo preocupado.

Baekhyun caminó junto al pelinegro, conteniendo las lágrimas en sus ojos, por tanto tiempo como le fue posible.

“Idiota, idiota, te lo dije. Sólo has empeorado las cosas.”

 

El siguiente grupo subió al escenario. Ellos caminaron en silencio tras bambalinas, no supo en qué momento, ni porqué, pero Baekhyun lloró con fuerza, aferrándose a Kyungsoo.

—Es difícil… incluso para un chico es duro…—Se quejó con su llanto vivo.

Kyungsoo tragó saliva tratando de mantenerse fuerte, solo dando palmadas a su espalda.

Jongdae esperaba en junto a la puerta, de brazos cruzados, y el mentón tenso. Escuchaba su llanto, sus quejas. El amor lucía mucho como una mierda ahora.

—Esto… apesta. —Masculló, para sí mismo, en ese momento los rápidos pasos del alto retumbaron. Chen levantó la mirada sin mucho interés, y sólo cuando identificó la cara de Chanyeol el mal humor se apoderó de su pecho. —¿Qué demonios quieres? —

El alto tenía el labio roto, era lo que se había ganado por empezar una pelea sin sentido con un cliente del bar, pero aquello no era de importancia ahora. —¿Dónde está? —Peguntó luciendo desesperado.

Jongdae sonrió con sorna. “Estás igual de enamorado que él… ¿eh?” —Eso por qué te importa. —espetó.

El alto enfureció su mirada. —Tengo que verlo…—jadeó.

Pero Chen se interpuso también dominado por el bajo instinto de los celos. —¿Por qué? ¿Quién te crees? Él estaba perfectamente antes de que aparecieras, y lo seguirá estando cuando desaparezcas. —Alegó mirándole a los ojos. —Así que, si aun no tienes claro porqué tienes que verlo, sólo piérdete. —Masculló.

Chanyeol dio un paso cerca quedando a centímetros de Jongdae imponiéndole su altura y con un aura asesina murmuró cerca de su rostro. —He estado pensando… que no puedo romperte la cara porque eres amigo de Baek, pero ahora, estás tentándome demasiado.

Jongdae alargó su sonrisa. —Vamos, chico rudo, quiero que lo intentes, así tendré una buena excusa para apuñalarte.

Y en esa guerra de miradas, la puerta repentinamente se abrió mostrando a un Kyungsoo sorprendido. —¿Qué… está pasando? —Se cruzó de brazos, si había alguien experto en leer la atmosfera ese era el pelinegro, y aquello apestaba a sed de sangre. Se puso entre ambos y los separó colocando su mano sobre sus pechos. —¿Perdieron el juicio? —Masculló con una mueca enfadada.

Chen chascó la lengua, haciéndose a un costado. Chanyeol olvidó todo y se acercó al castaño que estaba sentado, abrazando sus piernas.

 

Baekhyun agitó la cabeza, el malestar se iba extendiendo por todo su cuerpo y el escozor en sus mejillas le hizo sentir algo de mareado. De alguna manera se sentía estúpidamente triste y avergonzado. Ni siquiera sabía porqué se había armado de valor para cantar aquella canción tan importante para él, no sabía qué esperaba. Nada tenía sentido.

Encima, cuando quiso decir en el escenario el nombre de la persona que le gustaba, esta simplemente había desaparecido. Vaya corazón roto el que se había ganado.

 

—¿Por qué… estas llorando? —La voz de Chanyeol se oyó débil, cuando se arrodilló junto a él.

Baekhyun levantó la cabeza rápidamente y el color subió por sus orejas.—Ack, Chanyeol, vete por favor…—Pidió dándole la espalda. No, no, definitivamente no. Aun no estaba listo para verlo.

Chen frunció el ceño, pero Kyungsoo lo arrastro fuera, dándoles privacidad.

El arrugó su expresión en una compungida.—No voy a dejarte solo. —alegó.

Baekhyun secó su rostro con sus manos, aun sintiendo fresca la herida.—No quiero que me—

—No me importa, no me importa que digas querer estar solo… —le cortó, enfadado. —Cuando te vi ahí… sentí que estabas sufriendo. —murmuró tragándose el nudo en su garganta. —¿Por qué él es tan importante para ti? —preguntó.

Baekhyun lo escuchó, sus lagrimas se detuvieron en su camino, y masculló. —Porque lo amo más que a nada. —aseguró, aferrándose a la mano del alto.

Chanyeol tensó la mandíbula, recordando vagamente al sujeto del bar. ¿De qué habían hablado antes? Si se lo preguntaba ahora, seguramente sería muy inoportuno. Pero, ese sujeto… era malo para Baekhyun. Era terriblemente malo. Sintió el resentimiento crecer en su estómago. —Es bueno amar a alguien, Baekhyun. Yo te admiro por eso.— siseó, casi sintiéndose terrible por lo que diría, pero, había algo, una astilla en su pecho que le estaba haciendo actuar irracionalmente. —Pero hay que ser amado de vuelta, ¿comprendes?  

Baekhyun se limpió las lágrimas pero estas brotaban de vuelta con igual intensidad. —Es-estoy bien, solo mirándolo… Me gusta de esta manera… es…

—No. —Chanyeol le cortó enfadado, casi irritado. “¿Acaso no lo ves? ¿Lo difícil que es mirarte ahora?” —¿Crees que está bien que sufras de esa manera por él? —lo miró con seriedad.—¿Qué ha hecho para que lo quieras tanto? ¿Por qué es tan bueno, que debes sacrificar de esta manera tu felicidad? —Se quejó, apretando los dientes.

“¿Por qué deberías? ¡Él definitivamente no te merece!”

Baekhyun sonrió con lágrimas en los ojos,  y le acaricio la mejilla con suavidad y ternura. —Porque sé que él se preocupa por mi… a su manera siento que me ama… —susurró.  

Chanyeol entrecerró los ojos sintiéndose superado por su sentimiento de codicia y necedad. “¡¿Qué le preocupas?! ¡Entonces, ¿dónde está ahora?!”—¿Él… acaso corresponde tus sentimientos? —Preguntó con sus enormes ojos marrones mirándole fijamente, como cuchillas. —¿Él te ha dicho que le gustas, por lo menos una vez? —Masculló.

Baekhyun bajó la mirada apenado, sintiendo como la sal era roseada a su herida. —No…—admitió dolorosamente.

Chanyeol tensó la mandíbula. Y aunque no fue realmente su intensión, no pudo evitar que las palabras frías salieron de sus labios.—Entonces no te ama. 


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