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100 f*cking reasons why por MarLe514

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016

 

La fiesta había terminado hace mucho, los empleados de la casa recogían hasta el último indicio de suciedad, la orquesta había terminado de empacar y agradecía al ama de llaves. Había sido una celebración estupenda, se podría decir que la mejor fiesta en lo que iba del año, seguramente sería tema de conversación en la escuela, seguro. La comida había estado deliciosa, la banda sonora espectacular, todo había sido perfecto, salvo por el hecho de que la persona que debía estar disfrutando su propia fiesta había desaparecido como humo antes del cierre.

Chen no había podido sacar de su cabeza la idea de que algo andaba mal, porque había visto como Baekhyun escapaba en la parte trasera de la motocicleta de Park Chanyeol, y nada bueno podía resultar de ello, por eso el castaño había esperado a que todo el mundo estuviera demasiado ocupado con algo para regresar a la mansión Byun. En su propia mente no podía estar en paz consigo mismo pensando en la posibilidad de que Baekhyun… no hubiera regresado a casa esa noche.

Vio de reojo la hora en su reloj de pulso, llevaban más de las dos de la madrugada, se sintió realmente estúpido por hacer algo tan excesivo como eso, pero no había encontrado otra resolución. La preocupación seguía picándole los sesos hasta dejarlo desgarbado y susceptible. Tenía un terrible presentimiento, sabía que algo había sucedido en esas cuatro horas en las que Baekhyun se había marchado de la fiesta y temía que fuera aquello que estaba pensando.

Tocó la puerta con el nudillo de su índice, esperando impaciente. Por fin se había deshecho de esa incomoda ropa elegante, y había vuelto a su particular estilo sencillo. Una camiseta de cuello en v blanca, una chaqueta verde de estampas y unos jeans negros.

—Oh, vaya sorpresa, Joven Jongdae…—El cálido tono de voz de Ema, la ama de llaves resonó en la puerta principal con un toque de confusión.

Chen sonrió, encogiéndose de hombros con ambas manos dentro de sus vaqueros. —Ema, pensaras que soy un tonto, he dejado algo importante olvidado en la habitación de Baekhyun. —dijo sin ápice de culpa por mentir tan descaradamente.

Ema se frotó el mentón soltando un suspiro pesado. —El amo ya debería estar en la cama, y estoy bastante ocupada ahora…—sopesó dejando entrever por la puerta que ella se encargaba de las decoraciones y el arreglo de la sala principal.

El menor asintió comprensivo. —Descuida, puedo ir yo mismo, no me tomará mucho. —repuso amablemente.

El rostro de la mujer se ilumino. —Adelante.

Chen avanzo por la glamorosa entrada dirigiéndose rápidamente escaleras arriba, tras su espalda la voz de Ema iba amortiguándose con cada paso hacia adelante. Aún tenía las manos en sus bolsillos cuando se detuvo frente a la puerta de color blanco, que conocía tan perfectamente. No se movió de su lugar por un momento, sus dedos dudaron sobre la perilla. ¿Qué estaba dispuesto a hacer?

En esos momentos cuando ya había llegado muy lejos se ponía a pensar en lo excesivo que había actuado. ¿realmente se colaría a su habitación solo para asegurarse que había regresado a casa? Se sentía como un acosador, esperado fuera de su casa y preocupándose por los pequeños detalles.

Chen se froto la cara. ¿Ya había enloquecido por completo? ¿Qué demonios pasaba con él?

Se dio vuelta con intensiones de regresar sus pasos, se sentía ridículo.

“No, Baekhyun no pudo hacer nada estúpido anoche…” se convenció a sí mismo, pero una idea nueva se atravesó en sus pensamientos, haciendo que tome la perilla entre sus manos. Era una pérdida de tiempo negar lo que parecía tan… obvio. Empujo la puerta con cuidado, evitando generar algún sonido, y de esa misma manera entro con sigilo a la habitación en penumbras, la suave pero constante respiración de Baekhyun le indico que dormía.

Apoyo la espalda contra la puerta cerrándola de ese modo, y en ese mismo lugar le observó sin ninguna expresión en su rostro apacible.

Baekhyun se removió entre las sabanas murmurando algo inteligible, idéntico al quejido de un cachorro.

Chen sonrió sin gracia caminando hasta la cama y siendo especialmente cuidadoso en no generar mucho ruido cuando estuvo a menos de un metro, se detuvo reclinando su peso sobre la mesita de noche del bajito, movió la mano a ciegas y encendió de un toque la lámpara de luz amarilla que ilumino tenuemente la zona izquierda de la habitación. Observo el semblante pacifico en el rostro del bajito.

Una expresión dulce bañó su usual mueca sarcástica cuando acercó sus dedos a su mejilla apartándole el pelo. —En serio… creo que he perdido la cabeza…—susurró sin poder despegar sus ojos de él. Había estado actuando demasiado raro esos últimos días. Se sentía demasiado consciente del castaño como si… como si…  “¿Probablemente es porque me gustas?” El pensamiento de repente hizo que su mano se cerrara en un puño y se apartara del bajito. La sorpresa le había azotado tan fuerte como un bate de béisbol. Sacudió la cabeza intentando suprimir esos sentimientos, nuevamente. —Agh, ¿qué estoy haciendo? Maldito loco, vuelve a casa…—Cuchicheo alocándose el pelo, dio media vuelta con intenciones de marcharse, pero las suelas de sus botas negras tropezaron con un doblez en la alfombra haciéndole agazaparse contra el mueble. Jadeo con los dientes apretados. —Menuda salida triunfal…—se felicitó en un gruñido bajo, pero todo rastro de gracia se desvaneció cuando un movimiento brusco en la cama advirtió que el chico que dormía había despertado.

La voz adormilada de Baekhyun por fin se hizo audible, y la luz más brillante de la habitación se encendió dejándole en evidencia.

—Ah, estabas despierto, me has pegado un susto de dioses…—Masculló desviando la mirada a la puerta, pensando en mil formas de escapar de esa situación.

“Bastardo idiota, sólo muere. Ve y tírate por el río Han.”

Baekhyun se rasco los ojos con el dorso de la mano, tenía el pelo digno de un cantante de punk rock y la cara adorable con algo de baba en la barbilla. —¿Chen…?—balbuceó, confundido.

—Sí… lo siento. —siseó sin culpa mirando de reojo la ventana. Aún podía lanzarse por ahí.  

—Chen, ¿qué haces aquí…?—preguntó aun con rastros adormecidos en su voz ahora lenta y aletargada.

Desvió la mirada con una sonrisa nerviosa. —Ah, no es nada, sólo vuelve a dormir. —le aconsejo con impaciencia. Realmente esperaba que en la mañana siguiente Baekhyun creyera que había sido un sueño. Un sueño bastante extraño.

Pero no tenía tanta suerte, pues le castaño se había sentado en la cama para despabilarse mejor. —¿Dices que viniste todo el camino aquí, y en la madrugada por nada? —repitió mirándole suspicaz, y limpiando su baba con la palma.

“Joder… esto no está resultando nada bien…”

Suspiró rendido. —Vale, vale, sólo quería… comprobar algo, nada más. —masculló.

—¿Comprobar qué? —insistió.

“¿Por qué fuiste con Park Chanyeol? ¿Qué hiciste toda la noche con él?”

—No es nada. Te lo aseguro. —sonrió moviendo las manos con intensiones de desestimar sus palabras.

Baekhyun le envió una de esas miradas inquisidoras demasiado difíciles de eludir. —¿Piensas que soy estúpido? Ah, sabes, no respondas eso.

Chen se puso serio en un momento. Era como si no pudiera mantener su boca cerrada por mucho tiempo. —¿Estuviste con él? —preguntó tan fríamente que Baekhyun agrando los ojos ya sin rastro de somnolencia. 

—…—abrió la boca pero de ella ninguna palara salió. Su expresión había sido de sorpresa y sobretodo de ansiedad. ¿A qué iba todo eso?

—Claro que sí. Estuviste con él. —le completo la frase de forma disgustada, mirando el suelo, como si fuese mejor que ver la cara de su mejor amigo.

Baekhyun sacudió la cabeza mecánicamente sin comprender su enfado. —¿Ahora qué pasa contigo? ¿Desde cuando mis salidas nocturnas te quitan el sueño? —pregunto confuso y a la defensiva. Era habitual para él que el tema de Chanyeol le pusiera ultrasensible y Chen lo sabía mejor que nadie, por eso le dolía que usara ese pretexto.

“¿Preocupado? ¡¿Preocupado?!”

—¡Jah! ¿Te piensas que estoy preocupado? —le pregunto sarcástico con mirada histérica. —¡Estoy completamente enloquecido! —le recalcó frenético.

—¿Por qué? —Arrugó la frente con la mirada exaltada y por demás consternada. ¿Qué sucedía con su amigo esa noche? ¿Se había golpeado la cabeza con algo?

“Me gustas.”

Chen dio un paso al frente apuntándole con su dedo y juntado con fuerza sus mandíbulas. —No me tientes a decirlo. —Jadeó con los ojos en llamas y la respiración irregular. “Mierda, mierda, mierda… cierra el pico, Chen.” Se dijo así mismo. Sabía que una cosa más y todo se iría al carajo.

Baekhyun le miro aún más compungido. —¿Qué es? —inclinándose al frente, mirándole más claramente. —¿Es que algo te molesta? ¿Hice algo mal? Puedes decirme lo que sea, no más secretos, ¿recuerdas? —remembró con ansiedad, pues ahora mismo la expresión en el rostro de Chen le había hecho ablandarse demasiado rápido. ¿Qué le estaba causando tano daño? —Lo prometimos, somos amigos.

“Amigos… hehe, amigos…”

Chen frunció las cejas y tenso su mentón en un gesto herido, como si acabara de recibir una bofetada. —Maldición…—siseó bajando la mirada.

Baekhyun se puso de pie, tambaleándose al notar esa desolación en el rostro de su mejor amigo. Cualquier cosa que estuviera lastimándole tanto, quería detenerlo como sea. —Jongdae…—le llamó por su nombre en tono preocupado, como casi nunca hacía.

“Me gustas… bastardo idiota, me gustas… me…”

—Me gustas…—dijo en un hilo de voz irregular y grave cortando todo el asunto con una sola frase.

La densidad se hizo visible en el aire, y el silencio sepulcral se levantó como una espesa neblina. Estaba hecho, ya… se había arruinado todo. Siete años de amistad se habían terminado así en un segundo y por una frase que no había podido contener.  

Sus ojos se agrandaron en el segundo que su cerebro adormilado comprendió el significado de sus palabras, su boca no se movió, su lengua estaba seca. Baekhyun se detuvo ipso facto y sus rodillas casi impactaron contra el suelo de la sorpresa, pero se sostuvo del taburete de su cama tomando una gran respiración. Aquello había sonado como un murmullo inexacto. ¿Se había equivocado? ¿Seguía medio dormido?

Chen leyó su respuesta en su expresión le conocía tan bien como para poder saber lo que pensaba sin necesidad de preguntarle, se lamentó en silencio volteando su rostro, impidiendo que el bajito notara el daño que le había causado. Esnifo por la nariz sorbiendo los mocos y negó rápidamente.  —Vale, ha sido una tontería. Me voy. —Se apresuró en decir, atropellando sus palabras al momento de darle la espalda.

Pero la mano de Baekhyun le detuvo tirando de su chaqueta con beligerancia. —¡No! No, espera, Jongdae…

Era jodidamente peor de lo que había presagiado. —Deja de llamarme así. —Masculló con semblante enervado y los brazos tensos. Mierda, solo había tenido que mantener el pico cerrado. Ahora podía verlo claramente, como los cimientos de su amistad se desmoronaban uno tras otro.

Lo soltó lentamente sin dejar de mirarle a los ojos, de forma suplicante. —Chen…—Le llamó otra vez, auto-corrigiéndose.

Negó con la cabeza, con una sonrisa socarrona que no llego a sus ojos opacos. —Está bien, ahórratelo… —pidió. —Sé muy bien que estoy fuera del juego. —comento de forma trivial.

Baekhyun deformo su rostro en una meuca adolorida. —No está bien. —su voz salió como un hilo débil y rota. —No lo está... Nunca está bien cuando se trata de…

—¿Rechazo? —le cortó haciéndole más fácil el momento. —Mira, no quiero que cargues con esto, vamos, no quiero que sientas lastima o pena, sabes más que nadie que odio la clemencia. —se quejó. —Yo quise sentir esto, no es cosa tuya, es mi asunto, ¿bien? Ahora corta todo esto y dímelo en la cara. —le retó y aunque estaba esforzándose por no mostrar ápice de debilidad, cuando vio a Baekhyun llorar flaqueó. Todas sus defensas se debilitaron en un segundo y mordió su labio inferior cuando su voz salió. —Sólo puede ser él, ¿verdad? —preguntó en tono ahogado.

Baekhyun apretó los ojos llenos de lágrimas y cabeceó en un asentimiento.

Chen tomo una bocanada de aire parpadeando rápidamente para evitar el escozor en los ojos. —¿Así que las cosas se tornaron de esta forma? —sonrió sarcásticamente, la ironía era lo único que podía sacar de ese asunto. —Ambos miramos la espalda de alguien más, pero tú sólo tienes que dar la vuelta, y veras que estoy ahí, mirándote a ti. —dijo en tono resignado. —Hasta suena poético, qué mierda. Menuda situación…—murmuró.

Baekhyun sentía como la herida era frotada y no pudo culparle, sabía más que nadie que no podía controlar de quien te enamorabas, no podía culparle, pero… tampoco podía aceptarlo. —Perdona—

—Basta. —le calló con cansancio. —Somos amigos, la verdad… no tenía intención de decírtelo nunca. —confesó. —Hoy me has sacado de mis casillas, es todo. —se encogió de hombros de manera trivial.

El bajito levanto la mirada llena de lágrimas, ahora con una nueva expresión de sorpresa.

Chen elevo las comisuras de sus labios en una sonrisita triste. —¿Sabes? Siempre pensé que algo como esto no funcionaría…—suspiro sosteniendo su actuación. —Si debo escoger entre ambas… elijo ser tu amigo. —sentencio. —Ugh, que vergonzoso sonó. Te mataré si le cuentas a alguien que dije eso.   

Baekhyun se aferró a su brazo sin creerse ni por un segundo todo ese despotrico. —Chen, escucha…

—No, no. No vas a hacerlo de nuevo. —su voz fue demandante y frustrada.

El bajito frunció el ceño. —¿H-hacer qué?

El moreno chascó la lengua. —Liderar con los problemas de todo el mundo y hacerlos tuyos como el mártir de la novela. Te lo he dicho ya. Estos sentimientos son cosa mía, no quiero que cargues con esto, ¿vale? —le miró directamente a los ojos como si se lo pidiera.

—Tu… tu eres mi amigo, Chen… no puedo hacer como si no me importara. —jadeó con la voz estrangulada.

El moreno apretó los ojos levantando su mano para silenciarlo. —¿Quieres hacer algo por mí? —preguntó tomándole por los hombros. —Has como si hoy no hubiera ocurrido jamás. —susurro con intenciones de marcharse.

—Chen. —llamo severamente el bajito haciéndole girarse frente a él.

El moreno tenso la mandíbula. —¿Te divertiste mucho esta noche? Apuesto que sí…—le cambio el tema yendo por la tangente, sabía que estaba dando un golpe bajo, pero solo así logro que Baekhyun se callara. —Nos vemos en la escuela, Baek. —dijo antes de dar media vuelta y desaparecer tras la puerta. 

—Chen… ¡Chen!

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.

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—Aquí estabas, ¿por qué no respondiste?

Baekhyun tenia el rostro pálido y las marcas de ojeras negras estaban sobre sus parpados evidenciando su falta de sueño.

—Baekhyun, hey... ¿Está todo en orden? —fue una sorpresa encontrarle completamente solo a mitad del campus en la mesa más alejada y con la mirada ida. —¿Qué sucede? —inquirió tenso. Lo sabía había sido una idea estúpida permitir que Chanyeol pusiera sus manos sobre su amigo. —¿Ocurrió algo esa noche? ¿Chanyeol te hizo algo? —cuestionó con sus enormes ojos negros y voz hosca.

—¿Qué? ¡No! —Baekhyun sacudió la cabeza como si el nombre de Chanyeol le hubiera sacado de su ensañamiento. —No, él no hizo nada… yo… no se trata de eso…—murmuró sonrojado.

Esta vez el pálido encarno una ceja completamente perdido del asunto. Si no se trataba Chanyeol ¿qué era lo que tenía a Baekhyun en las nubes? —Entonces, ¿qué es? —presionó al instante.

Baekhyun bajo la cabeza mirando sus propios dedos sobre la mesa con una nueva expresión consternada en el rostro. —Es Chen. —susurró. Y verbalizar sus ideas le hizo sentir aun más culpable. Sí, ahora el nombre de su mejor amigo le ponía miserable.

—¿Pelearon? —Kyungsoo encarnó una ceja esperando que continuara.

El castaño apretó los dientes recordando la frase “Me gustas” salida de los labios de su amigo. —N-no… no exactamente. —murmuró desviando la mirada. —Pero, no quiere ver mi cara, de eso estoy seguro…—dijo desanimado. Chen no había respondido ninguna de sus llamadas y textos, le había enviado al buzón de voz y sus mensajes a spam, ni siquiera el kakaotalk. Todo el fin de semana anterior había echo como si él no existiera, estaba evitándolo lo daba por hecho. Tampoco se había presentado a clases.  

—¿Qué hizo esta vez? —preguntó monótonamente.

El castaño sacudió la cabeza. —N-no fue él… exactamente quien hizo algo malo…—balbuceó.

Se cruzo de brazos esperando más que una explicación a medias. —Baekhyun no estoy entendiendo nada.—suspiró.

Rehusó la mirada del pelinegro, ¿tal vez era mejor mantenerlo en secreto? ¿Qué si Chen no quería que nadie más lo supiera? Pero realmente eso le estaba matando. No sabia que hacer ahora. Chen era importante para Baekhyun, joder, era su mejor amigo, eso era más que importante, y realmente quería ayudarle, odiaba saber que era infeliz, que… había tenido que desconectarse del mundo sólo para evitarlo.

No sabía si podría soportar mucho tiempo sin Chen en su vida, o por lo menos sin reconciliarse. Estaba en medio de un dilema sin resolución.

¿Qué debía hacer? ¿Qué debía hacer ahora?

Se jaló los cabellos consternado. Cada noche no había podido pegar un ojo pensando en Jongdae, en sus palabras. Tenia tantas dudas.

¿Por qué yo? ¿Cómo pasó? ¿Desde cuándo? ¿Podemos seguir siendo amigos? ¿Cómo te sientes? ¿Me perdonaras algún día?

—Baek… hey, Baekhyun, no llores. —la voz estrangulada de Kyungsoo le saco de su ensoñación. Ni siquiera había notado que lloraba. La mirada preocupada y ansiosa del pálido le hizo frente.

Baekhyun llevo sus manos a sus mejillas húmedas y las secó rápidamente.

Kyungsoo era terrible consolando a las personas por lo que se quedo quieto en su sitio sin poder moverse como hubiera deseado. —Baek, está bien, puedes decírmelo. —le pidió preocupado.

Mordió su labio inferior ordenando sus ideas, buscando la mejor manera de poder decirlo con exactitud. —S-se apareció a mitad de la noche completamente enfadado y dijo… dijo…

El pelinegro leyó entrelineas, agrandó los ojos mientras una perfecta “o” se formaba en sus labios de corazón. —¿Él te lo dijo? —la sorpresa parecía implícita en su voz.

Encarnó una ceja. —¿Cómo?

Hizo una mueca culpable. —Yo lo sabía. —admitió. —Que le gustas a Chen. —murmuró.

Baekhyun boqueó como un pez fuera del agua. —¿Tú… lo sabías? —jadeó. —¿De-desde cuándo? —sacudió la cabeza de forma brusca. —¡¿Cómo es que era el único idiota que no lo sabía?! —preguntó histérico golpeando la mesa con sus pequeños puños.

Kyungsoo exhaló mirando al cielo. —Baekhyun no tienes que saber—

—Quiero escucharlo. —le atajo con voz firme.

—Desde la batalla de las bandas. Ese día.

[Flashback]

—Tengo que verlo...—jadeó Chanyeol caminando en dirección al camerino.

Chen se interpuso en su camino, frenándole. —¿Por qué? ¿Quién te crees que eres? Él estaba perfectamente antes de que aparecieras, y lo seguirá estando cuando desaparezcas. —Masculló mirándole a los ojos. —Así que, si aún no tienes claro porqué tienes que verlo, sólo piérdete. —siseó.

Chanyeol dio un paso cerca quedando a centímetros de Jongdae imponiéndole su altura y con un aura asesina murmuró cerca de su rostro. —He estado pensando... que no puedo romperte la cara porque eres amigo de Baek, pero ahora, estás tentándome demasiado. —amenazó sintiendo la misma aura en Chen que Kyungsoo. Estaba frente a un rival.

Jongdae alargó su sonrisa y con su dedo empujo el hombro de Chanyeol provocándole. —Vamos, chico rudo, quiero que lo intentes, así tendré una buena excusa para apuñalarte.

La guerra de miradas se intensifico, bastaba un movimiento en falso para empezar a lanzar puños, pero la puerta repentinamente se abrió mostrando a un Kyungsoo sorprendido. —¿Qué... está pasando? —Se cruzó de brazos, si había alguien experto en leer la atmosfera ese era el pelinegro, y aquello apestaba a sed de sangre. Kyungsoo se quedó con la boca abierta de la impresión al ver la expresión en el rostro de Jongdae jamás había actuado de esa manera. Se interpuso entre ambos y los separó colocando su mano sobre sus pechos calientes. —¿Perdieron el juicio? —Masculló con una mueca enfadada, mirando directamente a Chen, como si hablara en un idioma que solo el moreno podría entender.

Chen descubrió su propio comportamiento y chascó la lengua, haciéndose a un costado. ¿Qué demonios ocurría con él? ¿Por qué estaba tan furioso? ¿Por qué…? ¿Por Baekhyun?

Chanyeol olvidó todo y se acercó al castaño que estaba sentado, abrazando sus piernas. —¿Por qué... estas llorando? —su voz se oyó débil, cuando se arrodilló junto a él.

Baekhyun levantó la cabeza rápidamente y el color subió por sus orejas. —Chanyeol, vete por favor...—Pidió dándole la espalda.

Chen frunció el ceño viéndole ovillado, las ganas arrebatadoras de tocarlo, de abrazarle estaba volviéndose un loco, avanzo un paso con intensiones de ir por él, pero Kyungsoo lo arrastro fuera, tomándole de la camisa.

—Chen…

—Tengo que ir…

—Chen.

—Él necesita que yo…

—No, escúchate ahora. —Kyungsoo se llevó ambas manos a la cara preocupado y llena de sudor. No podía creer que sus dos amigos estuvieran en esa situación, esto era más que malo. Era terrible. Suspiró. —Chen, tu idiota, estas enamorado de Baekhyun. —le dijo por fin, lo había estado sospechando desde hacia años.

La expresión del moreno denotó una mezcla de confusión, ira, molestia, desconcierto, sorpresa, y por último resignación. Abrió la boca para refutar, pero no había palabras que pudiera decir. Bajo la mirada al suelo.

Kyungsoo supo que había sido duro, él no debía ser la persona que se lo dijera, debía haber sido el mismos quien lo descubriera, pero Chen era tan idiota que probablemente nunca lo haría por su cuenta. —Escucha…—empezó, pero el interpelado levantó su mano para callarle.

—A nadie. —masculló levantando la mirada, y viéndole con ojos felinos y penetrantes. —Kyungsoo, no puedes decirle a nadie. —le hizo prometer.

La expresión descolocada del bajito evidencio su desconcierto. —¿…qué? —susurró sin aliento. ¿Chen planeaba continuar con ello como si no lo supiera?

—Baekhyun esta teniendo suficiente ahora, no puedes decirle nada, ¿bien? —empezó a caminar en círculos.

—¿Qué estas diciendo? Esto no es algo que puedas ocultar sin más. Baekhyun necesita saber, o sólo se tornará peor.

—Yo lo arreglare, sólo dame tiempo. Hasta entonces, cierra el pico. —le miró con severidad. —Te aseguro que no me convertiré en un problema para él.

Kyungsoo agrandó los ojos. —¡Yo lo digo por ti! —jadeó.

—Sólo prométemelo, Kyungsoo.

[End flashback]

Baekhyun se cubrió la boca con la mano evitando que saliera el grito atravesado en su garganta. Tres meses atrás. Chen lo sabia desde hacia tres meses… tiempo suficiente. Tiempo donde Baekhyun la había pasado increíblemente mal, tiempo donde había lloriqueado junto a él por su desgarrador amor no correspondido por Chanyeol. Y todas esas ocasiones cuando Chen había tenido que verle estando con el alto, o esas otras donde hablaba imparable acerca de lo bueno que era.

Él lo había soportado sólo, sin decir una palabra.

“Somos amigos, la verdad… no tenía intención de decírtelo nunca. Hoy me has sacado de mis casillas, es todo.”

De pronto recordó las palabras que le dijo esa noche. ¿Pretendía hacer como si no pasara nada por mucho más tiempo? ¿Cómo es que “le había sacado de sus casillas”?

—Baekhyun, basta, no tienes que culparte, no sabías nada. —consoló el pelinegro.

—¡Eso! ¡Soy un estúpido! No tenia idea de nada, como siempre. —masculló. —¿Qué clase de amigo soy? —dijo con ironía y ojos llorosos. Chen podía ser un cabrón, pero siempre había hecho de todo por sus amigos. Chen era el mejor tipo que había conocido, nunca se tomaba nada personal, resolvía los problemas con su característico sentido del humor y por, sobre todo, él siempre había estado para Baekhyun en los peores momentos. —Soy lo peor…

Kyungsoo negó con la cabeza. —Ya es suficiente. —le cortó. —Esto es por lo que lo ha mantenido en secreto de ti. Siempre haces esto. —señaló. —Pretendes hacerte cargo de todo, culpándote siempre.

—Yo… no puedo hacer como si nada. —dijo con los dientes apretados y mirándole suplicante. —tu más que nadie debería saberlo. —le acusó. —Son mis amigos, mis mejores amigos. ¿Cómo puedo dejarlo solo cuando sufre?

—Ahora debes. —recalcó. —Sabes lo mucho que odia sentirse compadecido. —le recordó. Por supuesto que entendía esa necesidad de Baekhyun por ir a buscarle, pero Kyungsoo entendía también los sentimientos de Chen. Dejarle sólo ayudaría a recuperarse. —Sólo dale tiempo.

Baek enterró su rostro entre sus manos. —No… no contesta mis mensajes, en serio estoy preocupado. —susurró.

Kyungsoo asintió, sacó su móvil del bolsillo y tecleó rápidamente en la pantalla. Baekhyun levantó la cabeza viendo que hacia su amigo. El pelinegro recibió una notificación y extendió el brazo mostrándoselo.

Kyungsoo: ¿Dónde estás?

Chen: Isla Jeju. No se lo digas a Baekhyun.

El castaño bajo la mirada completamente devastado. —Esto es…

—Una mierda. —completó Kyungsoo. —Sé lo que te digo, sólo dale tiempo. Es obvio que no va a querer verte, pero es solo para calmar sus sentimientos.

Baekhyun dio un cabezazo a la mesa y permaneció en esa posición. —¿Por qué sucede todo esto ahora?

 

Kyungsoo intento sonreírle para darle ánimos, pero no fue nada convincente. —Vamos, Baek, no puedes hacerte cargo de todo el mundo.

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En la isla Jeju el calor entraba por el balcón, las olas golpeaban contra la orilla y el aroma de la playa llenaba la estancia, se oía desde ahí los quejidos de los insectos y las gaviotas, la habitación era enorme con techos altos, las paredes tenían un color rojo y el alfombrado era rustico, pero elegante. Sobre el sofá descansaba un vestido negro de tela brocado, más ropa esparcida por el suelo y las sabanas colgando de la cama.

—¿Quién era? —una suave voz femenina llego desde su costado.

Chen negó dejando el móvil sobre la mesita, poniendo los brazos cruzados en su nuca. —Nadie importante. —dijo con una sonrisa pícara.

Ella era una mujer hermosa con cabellos castaños, rostro perfecto y piel blanca. —Niño, no intentes mentirme. —le acarició el mentón con gesto conciliador. —¿Qué te preocupa? —preguntó mirándole con interés. Había estado encantada con su visita de improviso, había estado de gira y estaba estresada, Chen era demasiado joven sí, pero era un completo placer tenerle en su cama.

Kwon Boah le tenía un cariño especial a ese chico en particular, se habían conocido hacia un par de años atrás debido a sus padres y su relación con el mundo del espectáculo, Chen era un chico travieso y coqueto, completamente adorable a sus ojos. No había pasado mucho tiempo para que su relación se tornara de esa manera. Un poco de buen sexo. Pero a decir verdad Chen era su favorito de todos y estaba preocupada por él.

El moreno estaba desnudo bajo las sabanas, su pecho moreno subía y bajaba debido a su respiración, tenia la boca sellada pero su labio inferior sobresalía ligeramente en un mohín. Odiaba ser tratado como un niño por Boah, quien era mayor que él, era molesto siempre estar en evidencia cuando se trataba de ella. —En serio, noona, ¿no sólo podemos tener sexo sin una incómoda charla? —se quejó.

Ella soltó una risita acercándose lo suficiente para descansar su mejilla sobre su firme torso. —Tenemos todo el día para eso. Ahora es momento de la charla incomoda. —sonrió radiante.

Chen le miro de reojo. Boah era la mujer mayor más ardiente que había visto incluso con todos esos años encima su piel era preciosa y su cuerpo era una maravilla, pero incluso alguien tan despampanante como su noona no había podido arrancar todo ese dolor en su pecho que con cada segundo se hacia cada vez más y más pesado. Suspiró rendido mirando al techo.

—Fui rechazado. —confesó.

Boah asintió comprensiva, su expresión no había evidenciado ningún sentimiento de comparecencia le acarició el estomago con su largo dedo haciendo formas irregulares. —Esa chica no sabe lo que se pierde. —dijo con su voz hipnótica y picara.

Chen soltó una risa estrangulada, negando frenéticamente. Le era imposible pensar en Baekhyun de esa manera tan… carnal. El sentía más como un amor más sentimental, pero eso no significaba que en algún momento había deseado hacerlo.

—No… no es sólo una chica. —puso los ojos en blanco. —Era mi mejor amigo. —sopesó. —creo que lo he arruinado de verdad.

Boah se puso seria, apoyando su peso en su antebrazo para verle a los ojos. —Sé que ahora mismo el amor puede significar todo para ti, pero no es así, cariño. He vivido muchos más años que tú y estoy segura de que volverlas a enamorarte. —le acaricio la mejilla y rozo sus labios con su pulgar.

—Noona tal vez me enamore de ti. —comentó en son de broma. —Vamos a casarnos.

Ella soltó una risita. —Bueno, no sería bien visto casarme con un crio de instituto. —refutó ella. El quitó el cerquillo de la cara y la acunó con un cariño especial. —El amor no es definitivo, y viene de formas diferentes… te lo dice alguien que se ha divorciado tres veces. —sonrió con suficiencia. —Tal vez lo suyo deba permanecer como una amistad, tal vez debas luchar por volverlo realidad, no se sabe, eso vendrá con el tiempo. Pero te aseguro que un corazón roto no dura para siempre. —beso sus labios de forma superficial y dulce. —Mi chico, aun tienes mucho por experimentar, no dejes que esto termine con ese carisma que tanto me gusta.

Chen sonrió mirándole con ojos intensos. —Noona eres genial dando consejos.

Ella le devolvió una mirada resignada. —Esta noona va a consolarte, así que no te sientas mal y ve a arreglar las cosas con ese amigo tuyo ¿vale? —le rodeó con sus delgados brazos la cabeza atrayéndole a su pecho, y el moreno sonrió ladino colocándose sobre ella.

—¿Aun puedo quedarme contigo un par de días más? —pidió haciendo moritos.

Boah le rodeó con sus brazos. —¿Cómo voy a negarme?

Chen cerró la distancia juntando sus bocas en un beso apasionado.

“Noona sé que un corazón no dura para siempre… pero eso no significa que no duela ahora. Porque me duele hasta sangrar.”

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El calor que brotaba su cuerpo debajo de esas ropas de antiquísima época bañaba el inmenso lugar. Su voz era rítmica y suave aun cuando tenia esa tensión usual en sus frases.

Los asientos rojos en una infinita fila estaban vacíos, pero en la parte posterior del estrado los demás actores esperaban sus turnos atentos a cada palabra.

—¡Y por tu dulce amor me arrojaré al fuego! ¡Transparente Elena! La naturaleza en ti despliega su arte; pues a través de tu pecho me deja ver tu corazón. ¿En dónde está Demetrio? ¡Oh! ¡Y cuán bien le estaría morir al filo de mi espada!

La cándida de su voz aterciopelada lleno el auditorio, todos guardaron silencio al acto, conteniendo los alientos. Era música, era arte, cuando Jongin se movía en el escenario dejaba a todos embelesados.

—No digáis eso, Lisandro, no lo digáis. ¿Qué importa que él ame a Hermia? ¿Qué? A despecho de él Hermia os ama. Debéis estar contento. —una hermosa mujer de faldas le tomo de los brazos, siguiendo con la magnifica actuación, era Elena.

Los reflectores se balancearon siguiéndole en su camino de forma coreografiada y limpia.

—¿Contento con Hermia? ¡No! Me arrepiento de los fastidiosos instantes que he pasado con ella. No a Hermia, a Elena es a quien amo. —se alejó mirando al cielo. —¿Quién no cambiaría un cuervo por una paloma? La voluntad del hombre es guiada por su razón, y la razón me dice que sois más digna doncella que Hermia. Nada puede madurar antes de su estación, y yo, siendo tan joven, no he podido madurar a la razón sino desde este momento; someto ahora mi voluntad a mi razón, y ésta me guía hacia vos. Leo en vuestros ojos amorosas historias como escritas en el más rico libro del amor.

—¡Ah! ¿Y he nacido para sufrir tan cruel mofa? ¿Cuándo he podido merecer que me despreciéis de este modo? ¿No basta, oh joven, no basta que yo jamás haya alcanzado, no, ni siquiera pueda alcanzar una mirada afectuosa de Demetrio, sino que además habéis de escarnecer mi insuficiencia?

—Ese chico es oro puro. —murmuró un hombre de gafas inclinándose sobre el dueño del teatro, que hasta ese momento no había apartado la vista de la puesta en escena. —Es joven, pero talentoso. Es una sorpresa que no se haya incursionado a la televisión siendo tan popular como es. —dijo en tono sugerente.

El adulto de aspecto bohemio entrecerró los ojos. —Kai es un muchacho con mucha visión, y estoy seguro de que no está interesado en los parásitos de la pantalla. —alegó con su ego de artista a flor de piel.

—Oh, por favor, no conteste por él. —sonrió con sus dientes blancos acomodándose las gafas. —Estoy convencido de que el chico es brillante y sabrá escoger.

—Pues, así como el exceso de golosinas trae al estómago la mayor náusea y fatiga; o como las herejías que los hombres abandonan, por nadie son tan odiadas como por los que sufrieron su engaño, así tú, exceso y herejía mía, sé odiada más que todo; ¡y aún más por mí que por otro alguno! ¡Y que todas mis facultades consagren su poder y su amor a honrar a Elena, y a ser su caballero!

El director de la obra apartó la mirada del productor de televisión, el hombre más codiciado de toda la farándula y tomo su megáfono. —Bien, quedémonos ahí por hoy. —gritó cortando la escena.

Kai volvió a su posición en un instante saliéndose del personaje en cuando los reflectores se apagaron las lagrimas que había estado revelando en la actuación se quedaron sobre sus mejillas ya sin ningún sentimiento en la expresión. Camino detrás del telón y se desvistió en silencio. Había sido un día largo y agotador.

—Buen trabajo, chico, estuviste increíble. —la voz de su coestrella llego de sus espaldas y el moreno solo atino a asentir, saludándole con respeto.

Tomo sus cosas y fue hasta su camerino, en el camino alguien se le atravesó y el libreto que tenia en manos cayo de forma estrepitosa haciendo volar las hojas por doquier.

—Aah, lo lamento, tanto. —dijo el hombre inclinándose. —Permíteme ayudarte.

El moreno tomo tantas de las hojas como pudo, sin rastro de emoción en sus facciones. En los momentos donde se sentía cansado solo quería ver a Kyungsoo.

De hecho, había estado pensando en el bajito todo el tiempo, la escena final de los celos de Liandro había salido completamente impecable cuando decía a Elena esas cosas, destilaba celos y amargura. Hasta entonces Jongin había construido sentimientos a base de lecturas y mucha práctica, pero ahora por fin podía identificar los sentimientos reales. Gracias a Kyungsoo había experimentado los celos, aquella sensación tan desagradable y potente que le dominaba.

Por eso su actuación había sido tan esplendida porque era real. Kyungsoo le hacia sentir cosas que nadie había podido.

—Eso sería todo. —la sonrisa del productor relampagueó, cuando extendió los papeles frente al moreno atrayendo su atención.

—Si…—murmuró poniéndose de pie, sin tomarle mayor importancia.

—Espera, espera. —se apresuró. —No nos hemos presentado. —dijo rápidamente tendiendo su mano. —Mi nombre es Choi Yungmin, el representante de las estrellas. —se autonómico estrechando su mano.

El moreno le miro sin rastro de sorpresa. —Ah, soy Kai. —dijo simplemente.

—Lo sé. —sonrió. —Y, de hecho, Kai… tengo una propuesta muy especial para ti.

El alto se cruzo de brazos. —¿Qué es?

Yungmin le tomo del hombro de forma familiar empezando a caminar a la par. —Dime chico, ¿qué opinas de la pantalla grande? —preguntó.

El moreno desvió la mirada frenándose. —No, gracias. —murmuró intentando zafarse, pero no le permitió escapar con tanta facilidad.

—Kai eres un chico talentoso, tu actuación es impecable, el publico merece verlo. —le miro a los ojos.

—El público puede venir aquí. —te atajó mirándole severamente. —Yo sólo me debo a mis fanáticos. —agrego con la única imagen de Kyungsoo en la mente.

Yungmin sonrió como un cazador al ver el punto débil de su presa y atacó ese lugar con fuerza. —Tienes a muchas personas detrás de ti, fanáticos que morirían por verte brillar en las pantallas. Piensa en las personas que te admiran, cuan felices serian…

Jongin torció el gesto de forma sorpresiva. Nunca lo había imaginado. Su novio coleccionaba sus fotografías y los anuncios en los diarios y revistas. ¿Podría ser que también le gustaría verlo en la pantalla?

“¿Esto… hará feliz a Kyungsoo?”

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—Relájate ¿está bien? —Kyungsoo le echo una mirada a Baekhyun. —Vamos, la escuela ya terminó, no puedes seguir escondiéndote aquí por siempre.

Baekhyun estaba de rodillas oculto tras la pared que daba a la ventana, Chanyeol había estado de pie frente al salón, esperando por el bajito por más de veinte minutos. El timbre del final había sonado y ya no quedaba nadie merodeando.

—N-no estoy listo. —admitió en medio de su pánico. Eran demasiadas cosas las que estaban ocurriendo al mismo tiempo. No estaba seguro de poder responderle a Chanyeol en esos momentos.

Kyungsoo puso los ojos en blanco acuclillándose junto a él. —¿Quieres que lo eche por ti? —preguntó. —¿Te está molestando?

Baekhyun agrandó los ojos tirando de la corbata de su amigo impidiendo que este se levantara. —¡No! —susurró con la cara enrojecida. —Es… nosotros estamos en una relación complicada. —murmuró. —Siento que si lo encaro voy a tocar fondo. —movió las manos exageradamente. Estiro el cuello mirando de reojo por el marco inferior de la ventana de su aula. Chanyeol lucia tan guapo como siempre, su camisa entallada y su corbata desajustada, esta vez había peinado su flequillo hacia arriba haciéndole ver completamente irresistible. Baekhyun miro sus labios y sus fuerzas flaquearon. Era estúpido decir que no moría por ellos, pero no era el mejor momento para iniciar nada. Su corazón aun estaba confuso, su mente estaba confusa. Todo era malditamente confuso.

Kyungsoo frunció el ceño. —No puedes huir de tus problemas toda la vida. —y después de eso tiro de su brazo sacándolo de su patético escondite.

—¡Soo, maldito traidor! —chilló, plantando sus pies al suelo y echando el cuerpo atrás impidiéndole seguir avanzando.

Chanyeol ladeo la cabeza al reconocer su voz y lo que encontró fue a Baekhyun siendo arrastrado. Baekhyun notó su mirada y sus ojos se encontraron en una fracción de segundo.

El castaño se soltó del agarre de Kyungsoo y corrió en dirección opuesta a Chanyeol. El alto no dudo un segundo cuando empezó la carrera para seguirle, era mucho más ágil por lo que le atrapó en la puerta trasera que desembocada al estacionamiento. Cogió el aza de su bolso y tiró de él.

Baekhyun sintió como se quedaba sin aire por la correa de la mochila presionarle el pecho, y luego unos brazos le rodearon encerrándole en un abrazo.

—¿Por qué siempre debo ir tras de ti? —susurró Chanyeol detrás de su oreja con la respiración agitada.

Baekhyun apretó los ojos y los labios impidiéndose sentirse vulnerable. —Ahora… no. —suplicó.

El alto no deshizo su agarre, pero si le dio más espacio. —Déjame hablar, por favor… —pidió, y cuando Baekhyun no dijo nada al respecto continuó. —Esa noche cuando dije que te ayudaría a terminar con esto…—su voz se apagó. —Dime, Baekhyun… ¿Yo vengo incluido? ¿Vas a evitarme de nuevo? —la tristeza era palpable en su voz, y sus brazos perdieron la fuerza para seguir sujetándole.

Baekhyun se dio media vuelta encarándolo, y fue un error porque la expresión desolada del alto le aplasto el corazón. Sus manos se movieron de forma inconsciente para alcanzarle, pero se contuvo de tocarlo, y bajo la mirada.

—No quiero seguir lastimándote, Baekhyun, realmente… hacerte llorar es lo último que deseo. —le juró. —Pero… sé lo que sentimos esa noche en el muelle. Se que sientes lo mismo que yo, que me amas también.

Baekhyun levantó la cara rápidamente para encontrar los ojos del alto y su corazón se derritió.

—Pero también sé que ahora es imposible estar juntos, ¿verdad? —susurró desairado, dio un pequeño paso hacia el bajito y tomo su mano derecha de forma suave, casi como si le adorara. —Te daré todo el tiempo que necesites, te lo daré todo. Puedes tomar lo que sea de mí, pero… no me apartes de tu lado. —pidió. —Te perdí una vez, y no creo poder soportarlo.

Baekhyun sintió el nudo en su garganta del tamaño de un puño bloquearle la respiración. ¿Por qué estaba en medio de esa situación? ¿Por qué el mundo había conspirado de esa manera en su contra?

—No tienes que responder ahora… por favor piénsalo lentamente.

—Ya le has lastimado suficiente Chanyeol, no hay nada que pensar. —La voz hosca de alguien más interrumpió al alto.

Baekhyun dio un pequeño brinquito en su lugar al oír a alguien más a su espalda, en ese instante ocurrieron dos cosas a la vez, surgieron de tal modo que no podía saber cuál había sido la primera, pero Chanyeol ya tenia una mano sobre la camisa del cuello de Hongkyu y, este hacia lo mismo con Chanyeol.

—¿Qué demonios haces aquí? —graznó como si escupiera una maldición.

El ahora pelirrojo sonrió sínico. —Hey, no vine por ti, esto se trata de Baekhyun. —movió el mentón apuntándole.

El castaño entrecerró los ojos de forma amarga. —Bien, ¿por qué no te largas ahora? —sugirió y sonó demasiado a una amenaza.

—Eso lo decidiré yo cuando haya terminado con Baekhyun. —respondió mirándole tentativo.

—No tienes nada que terminar, lárgate ahora. —sacudió el brazo demandante. La tragedia se había convertido en ira insólita a través de sus venas. Verle la cara a ese imbécil era suficiente para sacarle de sus casillas.

El bajito se sintió ahogado en medio de aquella atmosfera tensa, los brazos de Chanyeol lucían rígidos y las venas se habían hinchado a través de su piel pálida. —Chan, para esto…— busco la mirada del alto, intentando calmarlo, pero la expresión en su rostro se tornó de súbito tan irascible que el bajito se trago sus palabras de manera brusca en mitad de la frase. Jamás le había visto tan enfadado y aquello le había intimidado.

—Apártate, por favor, Baekhyun, no quiero que salgas lastimado. —dijo con voz tensa, pero con la preocupación palpable en una fina capa en sus ojos feroces. —Voy a encargarme de este bastardo de una vez por todas.

—¿Es enserio? ¿Aun piensas culparme de todo? Como siempre sigues siendo un cobarde. —El otro alto sonrió de forma socarrona. —¿Por qué no dejas el pasado dónde debería? —preguntó de forma retórica.

—El que debió quedarse ahí, eres tú. —masculló. —¿A que has regresado? —siseó. —¿Tal vez vas a arrebatármelo todo como años atrás?

Hongkyu entrecerró los ojos verdaderamente afectado, mostro los dientes en una mueca histérica. —Yo lo vi primero. —se jactó hablando de Baekhyun. —Además, ¿qué derecho tienes de acusarme? Yo mismo vi cuanto daño le causaste.

—No es asunto tuyo. —le cortó.

—Tú en serio eres como una enfermedad, ¿no? Siempre estas destruyendo a las personas a tu alrededor, como lo hiciste con tus padres.

A Baekhyun se le descolgó la mandíbula y allí se quedó, tambaleándose, mientras intentaba recordar como se cerraba, ante sus ojos estaba ocurriendo un acto insólito.

Chanyeol le había encestado un cabezazo, Hongkyu se tambaleó hacia atrás con la nariz rota.

Baekhyun vio a ambos chicos mirarse con intensidad, como si fueran a desgarrarse el cuello de una mordida.

¿Cómo había terminado en medio de esa guerra?

 

Notas finales:

Notas Del Autor:

 

Hola mis preciosos lectores, como he prometido, estoy actualizando rápido~ rápido~

En serio me siento muy feliz de que mis historias gusten tanto, por favor continúen dándome su apoyo. Compartan, voten, comenten. Aprecio mucho eso.

OS AMOLO.

By: Alejandra •u•


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