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100 f*cking reasons why por MarLe514

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004

 

Baekhyun mordisqueó su labio inferior cuando el señor Huang, estacionó el auto frente a la residencia de los Park. Era una casa bonita con estilo oriental.

—Joven, hemos llegado. —Informó el hombre de excéntrico bigote.

 

El castaño asintió algo indeciso, de pronto empezaba a arrepentirse. No quería admitirlo, pero estaba actuando como un demente. La noche anterior no había podido dejar de pensar en lo mal que seguramente estaría pasándola Chanyeol con la mano fracturada. No había contenido sus instintos psicópatas cuando contactó a los miembros de la construcción exigiendo la información personal de Chanyeol, para así dar con su dirección.

Se golpeó las mejillas dos veces recobrando un poco de valentía.

—Adelántate, Huang, pasaré a la escuela más tarde. —Dijo, tomando su mochila sobre su hombro.

Incluso se había despertado dos horas antes del ingreso para poder ayudarle temprano en la mañana.

 

El viejo y elegante Huang asintió poniendo en marcha el coche.

 

Baekhyun tragó sílaba acercándose al umbral de la entrada, mirando todo con curiosidad. Había un lindo carillón de viento colgando en el techo, este vibró en suaves campanadas al mismo ritmo de la briza de la mañana.

La atmosfera era completamente diferente que en su casa. Se detuvo frente a la entrada y golpeo la puerta casi sin querer ser oído.

“Bien, si no abre en tres segundo, solo corre de nuevo a casa.” Se dijo así mismo. Pero lastimosamente la puerta se abrió. 

Tras ella el alto apareció con el pelo húmedo, una toalla en las caderas, y algo de jabón en la mejilla.

—¿Baekhyun? —Preguntó completamente sorprendido.

 

El castaño ni siquiera parpadeó cuando observó el amplio y desnudo pecho del alto frente a sus ojos, tenía las mejillas tan rojas que incluso algo de vapor empezaba a salir de sus orejas.

 

—¿Qué haces aquí? —Preguntó el alto sonriendo algo confundido.

 

Baekhyun sintió la garganta pastosa, no podía auricular palabra, por lo que se cubrió el rostro con la mano y jadeó. —Solo… quería ayudar…—Murmuro. —Tu… tu mano, ¿si-sigue lastimada?

 

Chanyeol levantó su mano derecha, aún tenía una venda y el yeso, lo meditó un segundo y sonrió enternecido, al ver sus orejas tan rojas como una señal de tránsito. —No tenías que venir hasta acá. —Dijo amablemente.

 

Baekhyun apretó los ojos y se animó a levantar la cabeza. —¡Por supuesto! ¡Tengo que expiar la culpa ayudándote en lo que sea! —Gritó.

 

Chanyeol soltó una risa. —De acuerdo, pasa…— Se hizo a un lado dejando un pequeño espacio para que Baekhyun entrara, y el castaño casi muere de un infarto en el camino.

 

Caminaron hasta el interior, estaba un poco desordenado, se notaba la usencia de una mujer pues era usual el desorden en un chico.

—Se silencioso, mi abuelo está durmiendo aún. —Comentó Chanyeol adentrándose por los pasillos de su hogar.

 

Baekhyun parpadeó confundido. —¿A-adonde vas? —Preguntó tímidamente.

 

El alto ladeo el rostro mirándole sobre el hombro. —Me estaba dando una ducha. —Dijo simplemente. —Vas a ayudarme, ¿no? —Inquirió mostrándole su muñeca lastimada.

 

Baekhyun enrojeció nuevamente. —¡Y-y-yo lo haré!

 

Chanyeol soltó una risota. —Baek, despabila, solo estoy bromeando. —Confesó secándose las lagrimitas.

 

El castaño infló las mejillas completamente humillado. —Eres cruel. —Siseó.

 

Chanyeol lo observó un segundo. —De hecho, si voy a necesitar tu ayuda, ven. —Le tomó del brazo y lo arrastró al cuarto de baño.

—¡Pe-Pero qué! —Gritó completamente víctima de su agitado corazón.

 

En ese momento Yeol le cubrió los labios con su dedo. —Shh. Dijimos que nada de ruidos fuertes. —Recordó.

 

Baekhyun recargó su espalda contra la puerta del baño sintiendo su pulso elevarse hasta las nubes.

 

Chanyeol se dio vuelta y sacó la crema de espuma del espejo tomándola, y extendiéndola hacia el bajito. —Necesito afeitarme. Ayúdame. —Pidió con su ronca y sensual voz.

 

Baek perdió un segundo la fuerza en las rodillas, pero tomó el pote de crema. —Cla-claro…

 

El alto se sentó en la taza. —Procura no arruinar mi bello rostro, —pidió con una sonrisa chueca, —o las mujeres del mundo nunca te lo perdonaran. —Bromeó.

 

—Muy gracioso. —Siseó aun con la cara roja, hiperventiló, deseando que el temblor de sus manos se detuviera. Pero la mirada atenta del alto no dejaba que se concentrara. —¿Pu-puedes cerrar los ojos? —Pidió.

 

El pelinegro sonrió y unos segundos después cerró los ojos. —¿Así está mejor?

 

—S-sí. —Murmuró Baekhyun.

 

—¿Pretendes besarme? —Preguntó burlón Chanyeol.

 

Baekhyun enrojeció aún más y lo golpeó. —¡No es divertido! —Masculló.

 

—Lo siento~

 

El castaño suspiró profundamente y después de prepararse emocionalmente tomó el afeitador, pero antes de siquiera hacer algo, su vista cayó sobre los labios del alto. Él tenía los ojos cerrado y una expresión pacifica en el rostro.

Lucía tan apuesto, era tan atrayente que su mano se levantó y la aproximó lentamente. Quería tocarlo, acariciar un poco su piel.

 

“No… maldición, Baekhyun, detente, joder.”

 

Pero su cuerpo estaba separado de su mente, llevó su dedo índice sobre la punta de su nariz y la tocó. En ese instante Yeol abrió los ojos.

—¿Por qué tardas tanto? —Preguntó.

 

Baek ahogó un grito de sorpresa y golpeó a Chanyeol con su dedo.

 

El alto se quejó. —¡Auch, ¿qué fue eso?! —Se quejó algo adolorido.

 

Baekhyun entró en pánico. —E-era un mosquito, estaba quitándolo. —Mintió.

 

—¿Un mosquito? —Repitió Chanyeol confundido.

 

—S-sí, ahora cierra los ojos, voy a empezar. —Masculló desviando la mirada. Baekhyun esparció algo de crema para afeitar sobre las mejillas y mentón de Chanyeol. Podía sentir el escozor de algunos vellos pequeños contra sus palmas y era estúpidamente electrizante.

Tomo con algo de duda la cuchilla y la paso sobre su mejilla con mucha suavidad. Chanyeol ni siquiera parecía asustado de ser cortado por el torpe de Baekhyun. De hecho, lucia muy relajado.

 

Ambos estaban en silencio y solo el alocado corazón de Baekhyun retumbaba marcando un ritmo acelerado, mientras él pretendía ser todo un experto.

—Whoa, estoy tan celoso, nuestro Chanyeol incluso se afeita. —Murmuró el bajito intentando romper la tensión. —Yo no tengo vello en ninguna parte. —Murmuró deshonrado.

 

Chanyeol sonrió ligeramente. —¿Ni siquiera ahí abajo? —Preguntó en tono pervertido.

En ese momento Baekhyun rojo como tomate, movió su mano y la navaja cortó.

 

Chanyeol soltó un gruñido.

 

Veinte minutos después…

 

—Lo siento, lo siento, lo siento…—Baekhyun estaba de rodillas frente a un Chanyeol con una curita en el mentón que solo sonreía.

 

—Dije que está bien, ya deja de lloriquear. —Murmuró colocándose la chaqueta. —Además tener cicatrices es genial, ya verás como las chicas se pegarán a mí. —Dijo en tono divertido.

 

Pero eso a Baekhyun no le aliviaba nada. Bajó la cabeza, completamente deprimido. —Solo te traje más problemas, realmente lo siento.

 

Chanyeol puso los ojos en blanco, tomó el casco de su motocicleta y se inclinó hasta la altura del castaño. —Si continúas disculpándote te besaré. —Amenazó con una burlesca sonrisa tonta. —Ahora nos vamos, ya es tarde. —Y sin esperar otra disculpa o replica le colocó el casco sobre la cabeza, cogiendo su mano y empezando a caminar hasta la salida.

 

Baekhyun agradeció infinitamente tener el casco puesto, pues cuando Chanyeol tomo su mano, seguramente su rostro debía estar super rojo.

.

.

.

Cuando llegaron a la escuela, Baekhyun casi se negó a soltar la cintura del alto, había sido el viaje en motocicleta más increíblemente alucinante de toda su vida. La espalda cálida de Chanyeol era tan amplia y había podido sentir sus abdominales en todos los “alto”. Jesús, se sentía terrible por haberlo disfrutado.

 

En toda la primera hora de clase, no había prestado atención en absoluto. Solo pensaba en como Chanyeol y él se hacían más y más cercanos.

 

Quería conocer más al alto, ser su amigo, ser más…

 

—Byun. ¡Byun Baekhyun! —Llamó por cuarta vez su profesor.

 

Chen le dio un golpe y solo en ese momento el castaño se puso de pie de inmediato. —¡Presente! —Gritó de la nada.

 

Todos en el salón se rieron de él.

 

El maestro frunció el ceño. —Si vas a estar en las nubes te sugiero que salgas de mi clase. —siseó el profesor cerrando su libro.

 

Jongdae lo miró extrañado, pero con una sonrisa burlona.

 

Baekhyun suspiró tomando sus cosas y saliendo del salón. —Lo siento. —murmuró cerrando la puerta tras de sí.

 

“Oh Dios mío, Park Chanyeol sal de mi mente.”

.

.

.

Los días transcurrían rápidamente, cuando Baekhyun estaba junto a Chanyeol, sentía que las horas que pasaban juntos no eran suficiente, y aunque quería aprovechar la excusa de ayudarle en todo, debido a su lesión, nunca bastaba. Había invertido todo su tiempo libre ideando excusas para verlo y conversar de bobadas, por teléfono, por e-mail, en persona, incluso encuentros en el sanitario. El día que Chanyeol debía quitarse el yeso estaba cada vez más cerca, y el castaño temía regresar al inicio donde ellos no eran tan cercanos.

En la escuela, Baekhyun corría al salón del alto justo a la hora del almuerzo, ya que estaban en clases diferentes, era uno de los momentos donde podían estar juntos, y aunque Chanyeol casi siempre estaba rodeado de personas, el alto siempre se hacía a un lado para seguirle en la hora del almuerzo.

 

Chanyeol abrió la boca, sentado en la mesa al aire libre. —Aah…—Dijo, insinuándole a Baekhyun que quería comer algo.

 

El castaño tragó saliva algo acalorado, cuando tomó los palillos y puso algo de comida en su boca.

Se sentía como una pareja desea forma. Alimentar a Chanyeol era una de las cosas que se había dispuesto a hacer, y por supuesto un sueño que deseaba hacer realidad. Y aunque el alto no lo necesitase en realidad, aprovechar un poco de la inocencia de Baekhyun le parecía algo realmente divertido. Pues aun no le había dicho la verdad acerca de su lesión, que no requería de ayuda para realizar nada, pues su muñeca herida era la derecha, y felizmente Chanyeol era zurdo, y podía hacer sus cosas sin problema.

 

Pero ver a alguien como Baekhyun tan arrepentido, simplemente no había podido rechazarlo.

Y bueno, podía sacar algo bueno de eso, ahora era consentido como un crío.

 

Baekhyun lo miró de reojo, todo parecía tan surreal. Chanyeol era muy abierto con él, no parecía guardarse nada y actuaba con naturalidad. Le gustaba mucho esa parte del alto. La forma en que lo miraba era sincera y sin intenciones ocultas.

Chanyeol era realmente el tipo más amable que había conocido. No se imaginaba a nadie que pudiera soportar su torpedad sin quejarse o darle la espalda. Una sonrisa tonta se asomó en sus labios, sin ninguna razón, simplemente se sentía completamente feliz de estar al lado del alto.

 

—E-esa es mi botella. Iré por una para ti. —Dijo poniéndose de pie, con claras intenciones de correr hasta la máquina de bebidas.

—Nah, está bien. —Restó importancia, tomándola y dándole un sorbo al pico.

—Eso… eso es…—Baekhyun tartamudeó viendo casi en cámara lenta los labios de alto rosar con la botella y beber el agua, incluso tragó saliva al notar las gotitas resbalar por sus comisuras.

 

“Be… beso indirecto…”

 

—Oye, Baek… ¿por qué estas tan rojo? —Preguntó un refrescado Yeol, mirándole preocupado. Se alertó llevando su enorme mano a la frente de Baekhyun y la tocó. —¿Tienes fiebre?

 

Baekhyun sintió la calidez de su mano y su pecho se hizo un desastre.

 

“¿Por qué… por qué con tan solo dos palabras ilusionas mis días?”

 

—¡C-cállate! —Chilló cubriendo sus mejillas con sus manos.

“¡No mires esta parte vergonzosa de mí!”

 

—Quédate aquí, iré por medicina. —Afirmó empezando a caminar.

 

Baekhyun se colgó de su brazo, aferrándose. —¡En serio estoy bien! —Afirmó, aunque el rosa de sus mejillas desmentía su afirmación. —¡Son alergias, alergias! —Mintió. —Además yo estoy cuidando de ti. — Dijo algo cabizbajo. —No te preocupes por mí. —pidió en murmuro.

 

El alto se sentó nuevamente mirándole. —En unos días me quitaran el yeso y todo estará arreglado. —Movió su mano derecha mostrándosela, y con ello intentando confortarlo, pero Baekhyun se sintió aún más machacado.

 

Forzó una sonrisa y asintió. —Eso es genial. —Su voz tembló, pero se aclaró la garganta mirando hacia otro lado. No quería que terminara, no quería que eso terminara. ¿Qué excusa inventaría para después? Quería verlo, quería estar más cerca, incluso estando junto a él en esos momentos lo extrañaba.

 

Chanyeol vio en el rostro del bajito mucha preocupación, y no pudo ignorarlo. —¿Baek…? —Quiso iniciar, pero el castaño saltó de su asiento, sorprendiéndolo.

 

Baekhyun se armó de valor e infló su pecho, soltando lo que había estado planeando desde que habló con su amigo Kyungsoo. —¡Mañana veamos una película en mi casa! —Gritó, golpeando con ambas manos la mesa, haciendo a Chanyeol retroceder un centímetro por la repentina cercanía que había impuesto, inconscientemente.

 

El alto quedó mudo por unos segundos, pero luego soltó una risa. —Estaba preocupado por gusto…—Murmuró alborotándole el pelo. —Bien, pero yo elegiré la película. —Alegó con una actoral cara refinada.

 

Baekhyun chascó la lengua. —Tu elegirás algo pervertido, seguramente. —Masculló, conociendo ya un poco más al alto. Era un chico amable, con linda sonrisa, y un corazón que no le cabía en el pecho, pero… era un pervertido completamente.

 

Chanyeol se rio fuertemente, abrazando con un brazo su cuello. —¿Es esa la impresión que tienes de mí? —Preguntó fingiendo ofensa, mientras lo ajustaba más fuerte a su pecho. —¿Eso crees de mí? Estoy muy indignado…

 

Baekhyun soltó una risita, disfrutando secretamente la posición en que se encontraba, pero lo ocultó muy bien con un quejido. —¡Ya suéltame, estas sudoroso!

 

El alto lo ignoró. —Mi sudor es como perfume, Baekee. —Siseó en tono burlesco, abrazándolo más cerca de su cuerpo.

 

 

 

Un poco más lejos sentado en el palco de la torre A, Chen los observaba mientras bebía yogurt de fresa, cuando se lo terminó, aplastó el empaque con su mano y lo lanzó.

 

Kyungsoo estaba a su lado jugando con su móvil.

 

—Míralos, parecen unos idiotas. Me dan asco solo verlos. —Dijo con mala cara.

 

El pálido se encogió de hombros. Kyungsoo era el “cómplice” de Baekhyun, pues este le ayudaba a contener a Jongdae para que no perturbara sus preciosos momentos con el alto. Era algo así como la versión barata de Jonh Watson de Sherlock.

 

—¿Por qué estas tan irritado? —Preguntó con su voz monótona, el pelinegro, sin apartar la vista del boss que intentaba derrotar. —De todas formas, solo molestabas a Baekhyun. —Dijo.

 

Chen abrió la boca para refutar, pero ni siquiera el mismo sabía porque estaba enfadado. —Ugh, cierra la boca. No quiero escuchar tus preguntas capciosas, ni nada. —Se quejó, apartando la vista de ambos chicos que tonteaban como unos idiotas.

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Era el día, era el más importante día. Baekhyun había abierto los ojos incluso antes que el despertador sonase. No había conseguido dormir el día anterior por la ansiedad, y sus uñas mordisqueadas lo evidenciaban.

No podía con su nerviosismo, nunca se había sentido tan angustiado. Por lo que cuando se quitó las sábanas de encima lo primero que hizo fue tomar el radio comunicador, que usaban Kyungsoo, Jongdae y él desde que eran unos niños, y colgarse de la frecuencia del pálido.

 

—¡Necesito ayuda, Soo! Cambio. —Dijo empezando a sudar. Sonó el debido “bip” pero solo oyó el ruido de la estática. —¡Sé que estás ahí, mal amigo! Cambio. —Insistió empezando a sentir las lágrimas de cocodrilo aglutinarse en sus ojos.

 

—Espero que sea jodidamente bueno, estaba teniendo un sueño increíble. —Se quejó Kyungsoo desde la otra línea. Su voz se oía rasposa y adormilada.

 

Baekhyun frunció el ceño. —¡Debes decir cambio, luego de terminar de hablar! Cambio. —Se quejó.

 

—Lo que sea. —Masculló sentándose. —¿Qué quieres?

 

—Di el maldito cambio. Cambio. —Siseó, haciendo un pequeño berrinche.

 

—Te mataré si no me dices que jodidos quieres. Cambio. —Amenazó aterradoramente.

 

Baekhyun tragó ruidosamente saliva, imaginándose las maneras en las que el bajito podría cumplir su advertencia, pero luego sacudió la cabeza, concentrándose. —Hoy viene Chanyeol a ver una película, no sé qué debería hacer… Necesito tu ayuda. Cambio. 

 

Kyungsoo gimió completamente derrotado. —Voy para allá. —E iba a cortar la comunicación, pero Baekhyun volvió a pedir la frecuencia. —¿Qué quieres? — masculló.

 

—No dijiste: cambio. —Dijo.

 

Kyungsoo lanzó el radio contra la pared más cerca y Baekhyun supo que no era una buena idea despertar a Kyungsoo muy temprano por las mañanas.

.

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—¿Este? ¿Me queda bien? —Preguntó el castaño saliendo de su cuarto de baño.

 

Kyungsoo le miró de reojo. —Eso es horrible. —Dijo simplemente. Baekhyun el mal gusto de un avestruz. Un jean cualquiera y una camiseta, incluso con todo el dinero que poseía todo su guardarropa estaba lleno de esa mierda. —Preferiría usar el uniforme escolar que tu asquerosa ropa. —Admitió Kyungsoo con su despiadada sinceridad.

 

Baekhyun cayó de rodillas en un: Wasted.

—¡¿Por qué eres tan cruel?! —Chilló.

 

El pelinegro se encogió de hombros, poniéndose de pie, y caminando hacia la puerta.

 

Baekhyun frunció el ceño, aun con lagrimitas en los ojos. —¿A dónde vas?

 

—De compras, por supuesto. —Dijo.

 

Tres largas horas de búsqueda, sudor y sangre después…

 

Habían visitado las mejores tiendas de ropa en el país, pero nada parecía ajustarse a los gustos corrientes de Baekhyun, pero Kyungsoo no se rendiría, le había asegurado que le ayudaría a encontrar algo presentable y después de mucho esfuerzo y de visitar muchas tiendas de ropa, ZARA pudo complacer la excéntrica afinidad del castaño y así lograron encontrar un atuendo digno para una primera no-cita.

 

Baekhyun estaba contento con sus compras, pero Kyungsoo parecía un muerto en vida, completamente agotado y respirando forzosamente, anotó mentalmente, jamás acompañar a Baekhyun de compras.

 

Cuando volvieron a casa Kyungsoo se largó maldiciéndole y deseándole mucha desdicha. Pero Baekhyun sabía que esa era la forma amable de su amigo de desearle buena suerte.

El problema del atuendo estaba solucionado, y ahora solo quedaba el 70% restante, para lograr una no-cita perfecta.

Según ese Vblog de consejos confiables, había leído que, para una cita en casa. Se lanzó sobre su cama, tomando su Tablet y buscando en sus marchadores la página tan popular entre las chicas, y cuando encontró el cachet, lo abrió, empezando a empaparse de ese místico y casi ancestral conocimiento.  

—Veamos… —Murmuró leyendo la colorida plantilla con corazones flechados y cupidos.

 

«Espera a que no haya nadie en casa, de esa forma ambos tendrán más privacidad y la química aflorará de inmediato ;)»

Baekhyun asintió completamente de acuerdo.

«Nada es más encantador que seducirlo por el estómago, y qué mejor que un estofado hecho por ti misma.»

Rodó por la cama. ¿Se-seducirlo?

«Procura que el ambiente este limpio, no queremos dar una impresión equivocada.»

Hizo un puño con la mano y asintió fervientemente, dejaría todo impecable.

«Intenta colocar algunas velas, las velas aseguran un ambiente romántico. ¡Te lo aseguro!»

Se cubrió el rostro, dando algunas patadas a las almohadas. ¡Las velas son importantes!

«Escoge una película de miedo, así tendrás la oportunidad de cogerle la mano sin parecer algo extraño.»

Ya tenía casi veinte nombres de películas en mente.

«La música es muy importante, crear un ambiente romántico con música es 100% confiable. Escoge una canción que exprese tus sentimientos, él entenderá la situación al instante.»

—Esto… es-es un poco atrevido…—Murmuro para sí mismo, pero continuó leyendo.

«Y, por último, en una cita no puede faltar el tan esperado beso. ¡No hay que ser tímidas, estamos en pleno siglo 21! ¡No está mal dar el primer paso! ¡Suerte!»

 

—¡¿Be- ¡¿Beso?! —Exclamó tomando sus labios con sus dedos.

 

—Joven, Baekhyun, ¿se encuentra bien? Le escuche gritar. —Nana Regina entró con aspecto preocupado.

 

El Cataño la miró y rápidamente la primera regla atravesó su cabeza, se puso de pie rápidamente y empujó suavemente a Nana Regina por la espalda. —¡Nana, tienes que salir, no puedes estar aquí! ¡Disfruta tu día libre! ¡Ve a la playa o al cine!

 

—Pe-pero… Jo-joven…— Exclamó la mujer siendo echada de la mansión.

 

—No puedes volver hasta mañana.

 

—¡Joven!

 

—Lo siento, Nana. —Dijo apoyándose en la puerta, y tachando mentalmente la primera regla. —Bien, ¿qué sigue? —Se preguntó.

 

Y por supuesto uno de los pasos más complicados era… Cocinar. ¿Cómo diablos iba a hacer eso? Nunca había estado lo suficientemente cerca de la cocina como para saber cómo encender la estufa.

—No hay que temer, Google podrá ayudarme. —Se consoló buscando una gran receta que conquiste el corazón de Chanyeol.

Buscó, buscó y buscó y por fin encontró la indicada.

—Pan comido. —dijo con una sonrisa triunfante. Corrió hasta el refrigerador y se aseguró de tener todos los ingredientes. —Bien, ya está muerto… no te asustes. —Se convenció tomando al pollo congelado, tragó saliva y leyó la receta. —Sazona al pollo con ajo, pimienta, sal, vinagre y algo de vino tinto… ¿eh? ¿vino tiento? —Se rascó la cabeza, pero después de pensar mucho recordó la guarnición de licor que tenía su padre. Fue corriendo por una botella y regresó.

 

Puso al pollo congelado en una bandeja y le echo todo lo dicho por la receta sin respetar las porciones pues no tenía ni idea de qué significaba: ¼. Sí, era un poco estúpido. 

 

—Ahora… Colocar dentro del pollo zanahorias picadas, brócoli y dos pimientos… Mhm no me gusta el brócoli… ¡Mejor tomates! — Tomó la pata del pollo y juntó las verduras. —Yo lo siento mucho, con permiso…—murmuró cuando metió el primer pimiento por el hueco del pollo rellenándolo. —Realmente lo siento…—Dijo apenado.

 

Cuando terminó aquello suspiró exhausto, cocinar era una tarea difícil. Encendió el horno y metió la bandeja con el pollo congelado y ultrajado.

Baek se quitó el sudor con el dorso de la mano y vio la hora en el reloj de la pared. Eran casi las cuatro, en dos horas Chanyeol estaría ahí.

 

—Ay no, debo apresurarme. —Siseó, quitándose el delantal, corrió hasta las alacenas y tomó todas las velas que encontró dos eran blancas y elegantes y las otras cuatro eran simples velas de cumpleaños. Por su puesto Baekhyun no sabía diferenciarlas, para el lucían iguales, todas eran velas.

Las colocó por toda la casa y las encendió, lucía bonito ante sus ojos.

—Ahora creen un ambiente romántico. —Las señaló con su dedo. —No pueden fallar. —dijo.

 

Luego seguía ordenar y dejar limpio todo. Hizo una carrera hasta su habitación y metió toda su ropa bajo su cama y estiró su cama, ocultando bajo las sabanas cualquier cosa que se hallaba encima, como el control remoto, su móvil y una media.

Por fuera todo parecía muy ordenado.

 

Cuando terminó, admiró su obra maestra con una sonrisa triunfante. Pero su olor corporal le hizo encogerse en su lugar. ¡Mierda! Había olvidado darse una ducha. Miró nuevamente la hora y chilló solo tenía una hora antes de que Chanyeol llegara.

Se desnudó ahí mismo y saltó hacia la bañera, no le importo el escozor en sus ojos cuando el estúpido y mentiroso shampoo de “no más lágrimas” cayó en sus ojos.

—Todo sea por Chanyeol. —Se consoló frotando sus ojitos.

Luego de un casi merecedor lugar en el libro Guinness como el baño más corto del mundo, Baekhyun salió empapado y con una toalla cubriendo su cuerpo escuálido y se colocó a tirones la ropa que había comprado. La bonita camisa de color celeste pastel, junto con los pantalones blancos ambos de algodón y de suave tela, volvió a comprobar la hora, suspiró agitado.

Tenía menos de media hora.

Fue hasta su armario y cogió sus tenis. Dejó la toalla sobre su cabello y salió corriendo, había estado tan apresurado que ni siquiera había quitado la etiqueta del precio de las prendas, que colgaban descuidadamente de la ropa.

 

Bajó a la primera planta y colocó algo de música del repertorio de su padre. Pero el sonido del timbre le hizo soltar el aparato. Su corazón dio un vuelco de anticipación, y caminó a tropezones hasta la puerta.

“Ay, Dios…”

 

Respiró profundamente y se plantó frente a la puerta, pero antes de abrirla notó que la toalla aún estaba sobre su cabeza, por lo que la lanzó lejos, y giró la perilla.

 

Chanyeol estaba parado detrás de ella, y ladeó el rostro en su dirección con una sonrisa. —Esto es tan grande que casi me perdí en el jardín. —Dijo en tono divertido. Lucía taan apuesto con esa chaqueta de cuero y esos jeans clásicos.

 

Las piernas de Baekhyun temblaron y se forzó a pronunciar un torpe “Hola” Chanyeol por otro lado sonrió aún más grande, y entró. —¿Por qué toda esa formalidad? — Preguntó molestándolo.

 

Baekhyun contuvo el aliento, su pecho se ahogó cuando él pasó su brazo sobre sus hombros.

 

Chanyeol estiró el cuello en dos direcciones, arrugando la nariz. —Mhm, creo que algo se quema. —Murmuró.

 

Baekhyun agrandó los ojos despabilándose y aunque se odió por apartarse de los fuertes brazos de Chanyeol lo empujó para correr directo a la cocina.

 

Cuando llegó vio el humo negro salir de la puerta del horno y sintió las lágrimas aglutinarse en sus ojos.

El alto caminó a su lado pasando de él, fue directo al horno sacó al pollo quemado, aun congelado y ultrajado. Sacudió el aire con un secador esperando que el humo se dispersase.

 

Baekhyun ni siquiera había podido hacer nada al respecto. La cena estaba completamente arruinada, se sentía tan avergonzado, no podía mirar si quiera el rostro del alto.

Chanyeol abrió la ventana y cuando el oxígeno entró pudo notar el estado del horrible pollo. —Vaya, terrible final para ti amigo…— Dijo compareciente al pollo.

 

Baekhyun dio media vuelta y salió corriendo de la cocina. Aún tenía tiempo para ocultarse debajo de su cama, y fingir su muerte. Si. Pero en medio de su recorrido por las escaleras la gran mano de Chanyeol le tomó del codo, frenándolo.

—Hey, hey… está bien…—Le consoló, cuando vio sus ojos llorosos, Chanyeol se sintió terriblemente mal. —Está bien, ¿te asustaste mucho? —Preguntó acariciando su cabello y rodeándole con sus brazos, su cuerpo era tan pequeño que podía hacerlo sin problemas. De alguna manera tenía una debilidad por el llanto de ese chico.

 

Baekhyun tragó el nudo en su garganta. No permitiría que aquello arruinase su perfecta cita, se limpió rápidamente las lágrimas y negó. —En serio, en serio, quería comerme ese pollo. —Mintió con una sonrisa que batallaba con las lágrimas.

 

Chanyeol soltó una carcajada. —Eres un chico extraño, Byun Baekhyun. —Murmuró aun teniéndole en sus brazos. —Bien, ya que la cena se arruinó, ¿pedimos una pizza? —Preguntó con nuevo ánimo.

 

Baekhyun sonrió aún más grande y asintió. —¡Pizza! —Canturreó. ¿Por qué las cosas se pintaban tan lindas cuando Chanyeol simplificaba todo?

 

El alto frunció ligeramente el ceño. —Ah, ¿puedo preguntarte algo? —Murmuró mirando a su alrededor.

 

Baekhyun sorbió sus mocos asintiendo. —Sep.

 

—¿Es tu cumpleaños? —Preguntó. —¿Por qué hay tantas velas encendidas? No me digas que es parte de un ritual satánico…—Bromeó.

 

Baekhyun enrojeció. —¡No-no es nada! —Chilló soltándose del abrazo y corriendo a su habitación.

 

Chanyeol se tomó el estómago intentando calmar su risa. —Hey, Baek, no seas tímido…—Dijo subiendo también, en ese momento notó la etiqueta con el precio sobresaliendo en la parte del cuello de la camiseta del castaño y tiró de ella con su dedo. —¿La ropa nueva es parte del ritual también? — Murmuró con lágrimas en los ojos. ¿Cómo es que Baekhyun podía ser tan lindo?

 

Baekhyun se tensó tan rojo como un tomate. —Déjame morir, por favor. —Pidió.

 

—Hahahaha, no seas tan dramático…

 

 

Después del primer incidente, la atmosfera había mejorado mucho, Baekhyun había olvidado casi por completo esas absurdas reglas y se había relajado.

—Wow, tu colección de libros es increíble. —Murmuró Chanyeol viendo la biblioteca en su habitación.  

 

Baekhyun se encogió de hombros mordiendo su pizza. —Mi padre lo ordenó de esa manera, no me gustan los libros. —Dijo simplemente. —Coge el que quieras. —Dijo él sin prestar mucha atención.

 

—¿Eh, por qué? — Inquirió. A él le fascinaba leer, pero como no tenía una biblioteca muy amplia en casa, solo podía hacerlo en la de la escuela.

 

El bajito se encogió de hombros. —Soy muy estúpido para eso. —Respondió sinceramente. La idea de ir a la universidad no era una opción, el castaño no tenía el talento para el estudio, era demasiado difícil para él. Baekhyun dedicaba toda su pasión a la música, dónde era bueno.

 

Chanyeol asintió, mirando los nombres de todos los libros, él había leído muchos de ellos, pero uno en particular, se veía menos empolvado que el resto. —¿El faro? —Leyó la portada. —Aun no lo leo…

 

Baekhyun levantó la mirada con ojos grandes y ansiosos. —Ese es mi libro favorito. Es el mejor de todos. —Dijo.

 

Chanyeol sonrió y ojeó el libro, pero de él cayeron dos fotografías, se inclinó tomándolas. —¿Oh, eres tú? —Preguntó mirándolas.

 

Baekhyun lo miró de reojo, y cuando divisó las fotos gritó. —¡Oh no! ¡No las mires!

 

Pero había algo como, psicología inversa, y Chanyeol las vio de todas formas. Una era un adorable Baekhyun de un año sin dientes, y el otro era uno más grande tal vez doce, completamente empapado y riendo, incluso a esa edad era tan delgado como una ramita.

 

Baekhyun le arrebató ambas y las guardó dentro de otro libro. —Le dije a Jongdae que las dejara en su lugar. —Masculló.

 

Chanyeol siguió con la mirada el libro y suspiró. —Eras realmente lindo a esa edad. —Comentó divertido.

 

Baekhyun se lanzó sobre su cama boca abajo cubriendo su rostro con una almohada. —Deja de burlarte de mí. —Pidió. ¿Tenía que ser Chanyeol quien viera esas vergonzosas fotos familiares?

 

El alto se presentó frente a Baekhyun quitándole la almohada de encima. —¿Me prestas este libro? —Preguntó agitando El Faro de P.D James.

 

El castaño asintió. —Te va a encantar. —Aseguró mostrándole su pulgar arriba. Cuando encontró lo que buscaba en el mar de películas amontonadas en su cama, tomó la casetera de una película que había comprado la semana pasado y alegó. —Que empiece la hora de terror con “El Escultor” —Agregó una voz macabra.

 

Yeol le arrebató el disco y simplemente lo puso en el DVD.

 

Comentando tonterías en medio de la película y comiendo la pizza de piña. Nada podía ser mejor que eso.

 

—Estoy seguro que ella morirá…—Murmuró Chanyeol recostándose contra la cama. Ambos estaban en el suelo viendo la enorme pantalla.

 

Baekhyun batallaba con el queso derretido, pero aun así mascullo. —¿Cómo lo sabes?

 

Chanyeol se encogió de hombros. —Mira su busto. —Señaló. —Las chicas de gran busto mueren primero. —Dijo con su basto conocimiento en bustos.

 

Baekhyun infló las mejillas completamente enfadado. —Eso es estúpido. —Riño.

Pero como si la película intentara llevarle la contra la rubia de grandes pechos cayó en la trampa de oso y perdió la pierna en un santiamén.

 

Chanyeol levantó los brazos, victorioso. —¡Te lo dije! Todo se trata de bustos. —Sonrió moviendo sus manos frente a su pecho, recreando los senos de una mujer.

 

Baekhyun se puso de pie indignado, y Chanyeol lo siguió con la mirada.

 

—¿A dónde vas?

 

—Ya no quiero verla. —Farfulló sentándose en la cama.

 

Chanyeol sonrió de costado ante esa nueva actitud infantil del más bajito. —Solo faltan unos diez minutos para el final…—Comentó intentando convencerlo de volver.

 

Baekhyun se cruzó de brazos sosteniendo su riña, sin poder evitar ser un testarudo enfermo de celos. Bien, joder, él no tenía busto y por ello Chanyeol no lo miraría. ¡¿Qué más Dios?!

 

El alto reclinó su mentón sobre su mano abierta y vio el adorable puchero de Baekhyun. —¿Acaso tienes doce? —Preguntó burlesco sin apartar su mirada de él.

 

Baekhyun se encogió de hombros. —En una escala del 1 al 10, cariño. —Masculló mostrando su faceta presumida, y solo un segundo después se arrepintió, pues Chanyeol había abierto la boca dramáticamente, viéndose completamente sorprendido y encantado.

 

—¡No puedo creer que hayas dicho eso! —Jadeó Chanyeol en el suelo sin poder dejar de reírse.

 

El castaño se golpeó mentalmente. El alto le había sacado un poco de sus casillas. —De-deja de molestarme. —Pidió rojo de la vergüenza.

 

Chanyeol se detuvo y lo miró tan seriamente, que Baekhyun se sintió intimidado por sus ojos cafés clavados en él.

—Es imposible no molestarte cuando eres tan adorable. —Dijo por fin, rompiendo toda la atmosfera.

 

Baek recuperó el aliento. —Ningún hombre es feliz siendo llamado adorable. —Se quejó.

 

El alto había dejado la película de lado, hace un buen rato. De alguna manera Baekhyun era mucho más entretenido. —No importa como lo vea, eres la cosa más adorable que he visto. Aww, creo que tendré diabetes…—Alegó fingiendo dolor abdominal.

 

Baekhyun le lanzó una almohada, pero Chanyeol la atrapó demostrando tener los reflejos muy desarrollados. —¿Qué eres un hombre lobo? —Jadeó el castaño completamente enfadado con el mundo por hacer a Chanyeol tan perfecto.

 

El solo se encogió de hombros. —Tal vez lo sea. ¿Debería morderte? —Preguntó en tono serio.

 

Baekhyun se estremeció ante la idea pervertida de Chanyeol poniendo sus dientes sobre su piel, pero agitó la cabeza alejando esos sucios pensamientos. —¡No juegues conmigo! —Chillo.

 

Chanyeol soltó una risa, poniéndose de pie y empezando a ver toda su habitación, era casi tan grande como su sala de estar, tal vez solo el baño sería de la misma dimensión que su habitación.

Tenía un mini-pinball y una consola gigante, aquello definitivamente le apasionó. —¿Podemos usar eso? —Señaló el PSP4, con la mirada ilusionada.

 

Baekhyun parpadeó patidifuso, atrapado en esa simple expresión y asintió como un bobo. —Te-tengo nuevos juegos en el armario…—Tartamudeó. —Los escondo ahí porque a Kyungsoo le gusta llevárselos. —Comentó.

 

Chanyeol abrió las puertillas de su armario y como supuso era tan grande como su baño.

 

Baekhyun soltó todo el aire que había almacenado en sus pulmones cuando lo vio desaparecer tras la puerta.

“¿Que haré? ¡Es tan apuesto cuando sonríe!” Rodó un poco por la cama.

 

—Baek…— Chanyeol apareció nuevamente.

 

Baekhyun aclaró su garganta. —Escoge el que más te guste…—Murmuró, pero cuando notó lo que Chanyeol traía en sus manos sus ojos casi salieron disparados de sus cuencas.

 

—¿Aun conservas esto? —Preguntó el alto moviendo el uniforme de chica en sus manos.

 

El castaño saltó de la cama y corrió a la velocidad de la luz, intentando arrebatarle la prenda, pero por su puesto Chanyeol lo anticipó levantando el brazo, impidiendo que llegara.

 

—¿Por qué lo has conservado? —Preguntó mirándole desde arriba.

 

Baekhyun sentía su cara tan roja que en cualquier momento se echaría a llorar. —E-es un error… no sé por qué esta aquí… —Tartamudeó con la mirada cristalina. ¡¿Por qué demonios no lo había lanzado a la basura cuando regresó?!

 

—Póntelo. —Y Chanyeol se lo pidió con esa voz tan sexy y ronca que le ponía los pelos en punta. —Solo una vez quiero verte con eso.

Baekhyun detuvo cada musculo de cuerpo. —¿…eh? —Soltó, sin parpadear. ¿Había escuchado bien? Debía estar alucinando cosas. Sacudió la cabeza, y aprovecho ese segundo de distracción del alto, para arrebatarle el uniforme, y con las mejillas encendidas se ocultó en el armario.

 

Chanyeol lo vio desaparecer y supo que tal vez se había pasado, caminó rápidamente al cuarto conjunto, pero Baekhyun había cerrado las puertas con seguro. —Hey, Baek, lo siento en serio, estaba bromeando, no te pongas así…—Se disculpo, pero no hubo respuesta. —Hey… —llamó. —Lo acepto soy una marmota idiota, ¿puedes salir de ahí? —Preguntó sintiéndose culpable. De alguna manera había llevado la broma un poco más lejos de lo que había planeado. 

Al no oír respuesta el alto se maldijo así mismo, alejándose de la puerta y frotándose la cara.

Baekhyun era muy lindo, pero también alguien super susceptible, y le preocupaba haberlo herido de alguna manera.

 

Chanyeol se sentó en la cama, el bajito era muy testarudo, pero también debía salir en algún momento, ¿cierto? Por lo que, en vez de presionarlo, simplemente le dejo estar, tomó una revista para pasar el rato mientras le otro decidía salir. Y su análisis había sido correcto, pues luego de solo unos diez minutos, la perilla se removió.

Levantó la mirada, con una mueca aliviada. —Por fin salis… Ah, te lo pusiste. — Dijo con los ojos como platos pegados al chico que acabada de aparecer.

 

Baekhyun traía puesto el uniforme, mientras sus orejas ardían en un rojo satín al igual que sus mejillas. —¡¡Tu dijiste que lo hiciera!! —Se quejó ante la sorpresa del alto. Ahora se sentía verdaderamente estúpido.

 

“¿Porque soy un chico tan jodidamente débil cuando estoy contigo?”

 

Chanyeol parpadeó dos veces ante la declaración y con la estupefacción aun vibrando en su cerebro. —¿Entonces harás cualquier cosa que diga? —Preguntó, acercándose.

 

Baekhyun se avergonzó casi al instante, negando frenéticamente. No había querido decir aquello. —¡Claro que no, i-idiota! —Chilló, retrocediendo unos pasos, por simple inercia. —Esto es estúpido, iré a ca-cambiarme. —Jadeó intentando volver al cuarto detrás de sí.

 

—Aún no. — Alegó Chanyeol, y al momento que Baekhyun tomó la perilla para abrir la puerta, él la cerró de un golpe, colocando su brazo izquierdo a un costado de su rostro, como una prisión.

El bajito dio un brinco en su lugar, aquello le había cogido por sorpresa. —¿Qué… estás haciendo? —Susurró sin aliento Baekhyun sin tener el valor de encarar a Chanyeol, pero sintiendo su respiración sobre su cuello.

 

—Espera un poco, hay algo que aún no sé. —Murmuró, tomándole de la muñeca y su piel ardió en contacto, pero de pronto una brisa extraña en su parte trasera le hizo despertar. El idiota le había levantado la falta. —Oh, en serio es la ropa interior de un chico. —Dijo simplemente.

 

Baekhyun enrojeció como nunca antes y lanzó su puño contra el rostro del alto, que no se movió ni un centímetro.  

 

—Auch. —Alegó frotándose el mentón, pero sin perder su risa. —Hey, no te avergüences, ambos somos chicos. —Dijo.

 

Baekhyun tiró los pliegues de la falda hacia abajo. —¡¡Eres un idiota pervertido!! ¡Fui un tonto por hacerte caso! —Chilló.

 

—Lo siento, Baek, pero la curiosidad me estaba matando. —Se excusó.

 

Baekhyun se cubrió los oídos. —¡No voy a escucharte! ¡Idiota, idiota! —Siseó, esta vez entrando en el armario con éxito. Por supuesto Baekhyun no podía tomar enserio nada de lo que el alto hiciera, pues este lo veía como un simple amigo. Hacer ese tipo de bromas incluso es skinship, no tenía ninguna otra intención oculta.

 

Era más que obvio que Chanyeol no le miraba de esa manera, y probablemente, no lo haría jamás. 


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