Cuando las todos se levantaron de la mesa después de comer, Naruto subió a ver a su hermano, y viendo que se encontraba bien protegido contra el frío, lo acompañó al salón, donde sus amigas le dieron la bienvenida con grandes demostraciones de alegría. Naru nunca las había visto tan agradables como ahora, durante la hora que estuvieron a solas su conversación era por más interesante, podrían describir con esmero el banquete, relatar con humor anécdotas y reír con ingenio de los comentarios acerca de sus conocidos.
Pero cuando los caballeros entraron, Deidara dejó de ser el centro de su atención, la señorita Hinata volvía constantemente la atención hacia Sasuke, y no pudo evitar decirle algo antes de que él diera más de cuatro pasos, él se dirigió directamente con Deidara para felicitarlo por su mejoria, y el señor Hyuga también hizo una ligera inclinación, diciendo que se alegraba mucho, pero la verdadera efusión y calidez se manifestó en la felicitación de el señor Itachi. Él se mostró jubiloso y lleno de atenciones para con Dei. La primera media hora de la paso avivando el fuego para que Deidara no sufriera por el cambio de temperatura, y él accediendo por petición de Itachi se colocó junto a la chimenea, alejada de la puerta. Itachi se sentó a lado de él y prácticamente ya no habló con nadie más. Naruto que se encontraba en el rincón opuesto, observaba todo con gran satisfacción.
Después de tomar el té, el señor Hyuga invito a su cuñado a jugar, pero fue en vano, la señorita Hinata sabía que a Sasuke no le gustaban los naipes, y el señor Neji vio pronto rechazada su propuesta. Ella le aseguró que nadie tenía ganas de jugar, y el silencio general se hizo. Al ver esto el señor Neji no le quedó de otra que tirarse en el sillón a dormir. Sasuke tomo un libro y la señorita Hinata le siguió, la señora Hyuga prefirió jugar son sus pulseras y sortija y en ocasiones intervenía en la conversación de su hermano con Dei.
La señorita Hinata que estaba más ocupada en observar los progresos de Sasuke que leer su propio libro, no paraba de hacerle preguntas, a pesar de sus esfuerzos no conseguía hacerlo hablar, el se dedicaba a responder con monosílabos y seguía con su lectura. Finalmente, al ver que sus esfuerzos fueron inútiles, hizo a un lado el libro que había elegido solamente porque se trataba del segundo tomo del que Sasuke leía, bostezo y dijo:
-¡Qué agradable es pasar la tarde así! En mi opinión no hay mayor placer que la lectura, en compañía de un libro uno se aburre mucho menos
Al ver que nadie comentó de ello, volvió a bostezar y miró a su alrededor en busca de entretenimiento, pero cuando al escuchar que su hermano hablaba con Deidara de un baile, de pronto se volvió a él y preguntó:
-¿Así que realmente piensas dar un baile en Netherfield? Yo te aconsejaría que antes de decidirte consultaras los deseos de los presentes, mucho me engañó si no hay entre nosotros alguien para quien el baile resultara más bien un castigo que diversión -lo dijo volteando a ver a Sasuke
-Si lo dices por Sasuke -exclamó su hermano- puede irse a la cama si esa es su opción, antes de que comience la fiesta. Pero el asunto del baile es cosa resulta, y quiero enviar las invitaciones cuanto antes.
-Los bailes me gustarían mucho más -replicó ella- si fuera de otro modo, pero encuentro algunos de ellos bastantes aburridos. Sería mucho más razonable que en lugar de bailes se ofrezca una velada en las que se pueda conversar
-Es probable que eso esa más favorable pero querida Hinata, eso ya no sería un baile
Al ya no tener conversación todos se dispusieron a irse a sus habitaciones a dormir. La mañana siguiente, Naru y Deidara, le enviaron una nota a su madre, suplicándole que le enviase el coche ese mismo día. Sin embargo la señora Namikaze había calculado que la estancia de sus hijos en Netherfield duraría hasta el siguiente martes, cuando Deidara cumpliría una semana de estar ahí, por lo que no se avenía en sus planes a recibirlos antes de tiempo. Así que su respuesta no fue la que los jóvenes querian, o por lo menos no fue el gusto de Naruto, quien ya estaba impaciente por regresar a su casa. Por lo que decidieron manifestar sus deseos de dejar Netherfield y pedir a Itachi que les proporcionará su coche. La noticia provocó exageradas manifestaciones de contrariedad, Hinata y Tenten insistieron en que se quedarán por lo menos hasta el día siguiente, lo que ellos tuvieron que aceptar. A pesar de su actitud positiva la señorita Hinata estaba molesta por aquella dilación, pues los celos y antipatía que le inspiraba Naru eran más grandes por mucho su afecto por Deidara.
El dueño de la casa sí le causó una pena verdadera el que Deidara expresará su deseo de marcharse inmediatamente y por ello le insistió en la inconveniencia del viaje, argumentando que todavía no se encontraba bien, pero Deidara obstinado en lo que creía que obraba buen, solo decidió esperar hasta el siguiente día.
Por su parte Sasuke tomó la noticia con satisfacción, pues consideraba que Naruto había estado ya bastante tiempo en Netherfield. Él le atraía más de lo deseable, a demás que la señorita Hinata se mostraba descortés con Naru y con él más acosadora de lo que solía ser. En vista de ello decidió vigilar su propia expresión procurando que no se le escape ninguna frase de admiración o cualquier otra cosa que pudiera despertar en Naru la esperanza de que pudiera influir en su felicidad. Fiel a sus propósitos apenas y le dirigió la palabra durante todo el sábado, a pesar de estar media hora solos en la biblioteca él se dedicó solo en su libro.
El domingo tras el servicio religioso de la mañana, tuvo lugar la despedida tan deseada por casi todos.
El señor Itachi les proporcionó el coche como prometió, durante la despedida la señorita Hinata estuvo más cortés con Naruto y más cariñosa con Deidara diciéndole que sería un placer volver a tenerlo en Netherfield. Todo se volvió especial cuando Itachi se acercó a Deidara.
-Hasta pronto señorito Namikaze, espero volver a tener el honor de su visita nuevamente -le dijo, inclinándose ante él y ayudándolo a subir al choche- igual para usted señorito Naruto un placer
-El placer fue mío señor Itachi -se inclinó en forma de despedida- señor Uchiha un placer -volteo a ver a Sasuke y de inclinó.
Naruto dispuesto a subir al coche, se sostuvo del filo del asiento para tomar impulso, su sorpresa fue, al ser tomado delicadamente de la mano por el señor Sasuke, para ayudarlo a subir, volteó e inmediatamente sus miradas chocaron, Naruto por un momento se sintió desvanecerse pero el señor Uchiha corto el contacto tan rápido como fue iniciado, al ver a Naruto sentado y se dió la vuelta para entrar a la mansión, pero no sin antes pensar en el toque delicado de las manos del Namikaze y el pequeño choque de corriente que sintió.
Todo esto observado por unos ojos grises y fríos, que demostraban celos y molestia. Quién dueños de tales pensamientos creía que ya habían estado demasíado tiempo en Netherfield y creí que ya era momento de volver a Londres.