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Luchando por lo que amas 2.0 por Neo neru

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Notas del capitulo:

Lamento la tardanza, han pasado tantas cosas, pero lo prometido. Espero les guste, cualquier cosa, dejen su comentario.

Visiten la página de face: NeoNeruFanfics

 

Según yo, sólo corregiría ortografía y algo de redacción, pero ño... Los amo muchísimo

Neru

Pasó  un mes de lo ocurrido entre Thor y Loki. El menor trataba de no prestarle mucha atención, mientras Thor intentaba lo contrario;  Loki sabia que esto no duraría así para siempre, seguía en la necedad de que era confusión de su hermano.

 

El día siguiente sería su primer  día en el colegio, vaya la redundancia, y como dijo Odín, ambos estarían en la misma escuela y mismo salón,

 

Loki preparaba su mochila con sus útiles escolares y algunos libros con los cuales se entretendría en su tiempo libre. Un guardia entra a su habitación con una libertad, que incluso incomodó al joven Dios, se hubiese quejado, sino hubiese visto el papel que tenía en mano, papel que se notaba que venía de su padre.

 

–Joven, su padre me pidió de favor que le entregara esta hoja, donde vienen sus materias.

–Muchas gracias, puede retirarse–extendió la mano para recibir aquel recado, mostrando una suave sonrisa, que permitió que el guardia se fuese con tranquilidad–. A ver, qué materias hay en esta escuela–dijo con un poco de pesadez mientras se sentaba en su cama a lado de  su mochila, dándole la espalda a la puerta

Materias: Primer año

° Pelea  con armas

° Pelea a cuerpo

° Identificación de armas

° Construcción de armas

° Estrategia militar

° Herbolaria

° Geografía universal

° Astronomía

° Lenguas de Midgard

° Leyes universales

° Conocimiento de razas

° Culturas antiguas de Midgard

 

–Bueno, al menos aprobare un poco mas de la mitad de mis materias–dijo Loki entre dientes, tallando un poco su rostro. Sin embargo, tras escuchar un pesado respirar sobre su cuello,  se quedó estático; tragó saliva, carraspeando, volteando lentamente a sus espaldas para observar su puerta…puerta semi abierta, donde se asomaban un par de orbes azules, que parecían canicas. Loki nota cómo éste desliza sus dedos en la puerta, cual cazador viendo a su presa; iba a abrir ésta. El dios de la mentira se puso de pie, a paso veloz, logrando no sólo tomar  el portón, sino también machucar los dedos del grandote para hacer que quitara mano.

 

–¿Qué deseas Thor?–bufó con elegancia y petulancia, haciéndose el desentendido con el machucón que le dio.

 Thor agitaba  su mano, conteniendo la lagrimita.

 

–Sólo…Sólo quería ver cómo estabas, hace mucho que… pues no platicamos como antes….

 

–¿Y…?

–Me gustaría que… que  pudiéramos hacer como si esto no hubiera pasado nada, sí mostrar mis sentimientos, mi amor hacia ti ,significa perderte, prefiero ocultarlos y protegerte como mi hermano menor, y seguir como éramos antes..-

 

Loki frunció el ceño achicando la mirada, un tanto sonrosado, pero incrédulo.

 

–¿Hablas en serio?

 

–¡Claro!–dijo dedicándole una sonrisa–aunque, bueno…si quieres algo más, mi cuarto está disponible–dijo sin poder evitarlo, recargándose en la puerta, mostrando esa característica coquetería y ego.

 

–Adiós Thor–bufó azotando la puerta en su cara.

 

–A-Ah, no…espera, no quise decir eso, no es como sí sólo te viese como un pedazo de carne que me gustaría nalguear, digo, si te gustan esas cosas, ¿quién soy yo para juzgarte, verdad? Ah, me refiero…

 

–Thor, eres un asco-gruñó tapándose los oídos, horrorizado del cómo se expresaba tan vulgarmente.

 

–Hermano, abre la puerta–respondió Thor, un tanto autoritario pero realmente preocupado.

 

–¡Lárgate!–canturreó, sentándose nuevamente , dando la espalda a la puerta para seguir alistándose para el día de mañana.

 

–¡Loki!–gruñó, golpeando más la puerta, pero nada–Abre o la abro.

 

–Ibri i li ibri–le arremedó, para voltearse, sin embargo…al joven Loki, palideció del susto, al ver cómo se derribaba la puerta.

 

–Loki, hablaremos, te guste o no…–dijo acercándose, con esa característica brusquedad que hacía a Thor, el bruto que todos conocemos.

 

–¡Mamá!–chilló, queriendo que Frigga viniera a su rescate, pero nada–¡Mamí! –gimoteó ahogadamente,  se puso de pie tirándose al suelo…para arrastrarse cual serpiente, bajo la cama.

 

–¡NO TE HARÉ NADA, SÓLO QUIERO HABLAR CONTIGO, TENER UNA RELACIÓN SANA, MALDITA SEA! –gruñía gritando, abalanzándose sobre él, logrando tomar sus piernas.

 

–¡MAMÁ!–gritaba a todo pulmón, tratando de patearlo,  mientras se arrastraba bajo la cama…logrando que sin querer sus pantalones se bajaran.

 

–Mierda, trato de ser buen hermano…¡LOKI!

 

–Tú no eres buena persona, eres un idiota, ¡MAMÁ!

 

Thor, logró jalarlo fuera de la cama, encimándose sobre él, sentándose sobre él. Tomó sus muñecas.

 

–Escúchame bien.

 

–¡Mamá!–gritó histérico, hasta que un pellizco leve en el pezón le calló- . ¿Qué diablos haces?-dijo tranquilo, achicando la mirada. Eso lo había tomado en curva.

 

–¿Ya te apagué?–preguntó tontamente, viendo a su hermano más calmado.

 

<<Splat>>

Loki y Thor terminaron sentados en la cama, ya más tranquilos, Thor teniendo la marca roja de la mano de Loki en su mejilla, de tremendo bofetón que le dio.

 

–Tienes tres segundos para hablar, antes que saque–bufó pellizcando su entreceja.

 

–Quieroestarcontigodeverdadtequieroymeheesfozadoestosmesesparapoderhacerlotalveznoseataningeligenteperonotoquemeevitasynoquieroqueseaasíporfavorseamoscomoantesperdonamepoerdóname¿síííííííiíí?– logró decir de corrido, para después tomar una bocanada de aire.

 

Loki arqueó una ceja, algo sorprendido. Suspiró un poco, tallándose la cara. Sí, quería y admiraba a su hermano, pero shh…no se lo digan a nadie. Pero también está consciente, que para sobrevivir en el GRAN reino de los dioses, como lo eran los Aesirs, debía mantenerse a lado del rubio.

 

–Está bien, somos compañeros de batalla ¿no?–le miró desde abajo, con ese par de bondadosos ojos verdes, con una sonrisa ladina–.Un día seremos reyes, y gobernaremos juntos ¿no?

 

–Los mejores reyes–rió un poco, rodeándole con un brazo por el cuello.

 

–Bien, es hora de dormir. Mañana debemos madrugar, anda…vete–dijo dándole un torpe golpe en el hombro, queriendo parecer varonil y rudo, y más que nada, querer estar en la misma comunicación que Thor ; sin embargo, el rubio, feliz se la quiso regresar, tirando a su hermano.

 

–¡Hasta mañana!–canturreó feliz, saliendo de ahí.

 

Loki se quedó en el suelo, soltando un pujido de dolor.

 

Al día siguiente, cuando apenas el sol se asomaba, Loki estaba cambiado y desayunado; tomando sus cosas y esperando en la cocina a su hermano. Frigga llegó para hacer el desayuno, será una diosa, pero no perdería la oportunidad de pasar ese tiempo con sus pequeños en su primer día de escuela.

 

–Buenos días querido hijo.

 

–Buenos días madre–habló tranquilo, mientras estiraba su ropa, tras colgarse su mochila.

 

–No me diste el placer de darte de desayunar, amor–habló Frigga,  haciendo un puchero

fingido, mientras acariciaba la cabeza de su hijo.

 

–No quería molestarle madre, eso…y deseo llegar temprano.

 

–Ah, la emoción del primer día ¿no es así?–rió por lo bajo, feliz por su hijo.

 

–Sí…la emoción del primer día–carraspeó de manera disimulada, avergonzándose internamente por su mala mentira.

 

–Bien, entonces nos vamos de aquí en diez minutos. Uh, ¿y tu hermano? Debería estar aquí, mínimo para desayunar.

 

–Hay muchas cosas que Thor debería…pero–se calló de golpe, al sentir la mirada de su madre–Oh no, no, no, no…madre, con el debido respeto, pero somos adultos y como adultos…

 

–Amor, apenas estás entrando en la pubertad, sigues siendo un niño igual que ti…

 

–Técnicamente somos adultos,  si consideramos a la edad que padre tuvo su primera guerra–volvió a callar al ver cómo su madre le miraba con reproche–.Iré a ver qué puso la marrana–dijo con completa resignación, saliendo de ahí arrastrando los pies.

 

Loki se postró frente a la puerta de su hermano, arrugando la nariz, pues sentía el hedor de la habitación salir por la ranura inferior de la puerta. No conocía lo que era el desodorante, jabón o higiene al parecer. Tomó una bocanada de aire, abriendo la puerta. Sintió el aire apestoso ser escupido de la habitación; sus ojos lloraron y pudo jurar, que sus pestañas se quemaron. La pubertad estaba cogiendo duro a Thor, siendo el rubio una pasiva tragona de hormonas.

 

Loki entró como pudo,  cubriéndose parte del rostro con su antebrazo, mirando al suelo con cuidado de no pisar nada; si tenía suerte, sus pulcros zapatos, tocarían la ropa tirada, pues Thor tenía un campo minado de comida, desperdicio y otros objetos de “alta radicación”.

 

Se paró junto a su cama, viendo el cómo Thor estaba hecho bolita bajo su colcha. Volteó  a su espalda, notando las densas cortinas que oscurecían el cuarto.

gran ventanal que era cubierta por una enorme cortina que impedía la luz, Loki abrió de un solo golpe ésta.

–¡LEVANTATE! –bufó irritado, tirando de las cobijas. Peló los ojos,  mientras que podía jurar que en su cabeza escuchaba “oh, oh, oh it´s magic…you know, never believe it”. La luz reflejó en la dorada y desnuda piel de Thor, el ´cual sin gloria ni pena, se extendió cual verdolaga, dejando ver a de-ta-lle, cada rincón, desde el túnel hasta la marmota.

Loki se retorció en el aire, gritando afeminadamente, tratando de cubrir sus ojos a la vez que caía. Thor por su parte, se removió apenas, estirando las patas.

 

–Mierda, tápate por  amor a Odín.

 

–¡Loki, ese lenguaje!–gritó su madre, desde la cocina.

 

–¿No te gusta?–bufó coqueto Thor, acomodándose cual Pamela Anderson en calendario de “viking-nes”, briendo más las piernas dejando ver la luna llena.

<<SPLAT>>

–Un no bastaba–gimoteó Thor, sentado y solo, mientras sobaba su abofeteada mejilla. Voltea con tranquilidad al reloj, viendo que efectivamente…pasaba la hora de la que debió haberse levantado–.¡Se me hace tarde!–chilló, parándose de golpe.

 

–Buenos días, amor–canturreó Frigga, siempre risueña, mientras se acercaba a su hijo para acomodarle la ropa mal puesta. Mientras que Loki, le metía un pan a la boca–. Hijo…–le reprendió con suavidad.

 

–Vámonos –refunfuñó, adelantándose para subirse al carruaje.

 

–Descuida madre, desayunaré en el colegio–dijo tras escupir el pan, riendo para darle un bocado y salir.

 

Pisaron finalmente el gran piso de mármol, escalera abajo que daba al gran pórtico de la enorme construcción. Loki, a diferencia de Thor que entró a prisa para encontrarse con sus amigos, éste se quedó unos instantes para admirar la belleza del lugar, parecido al palacio de Drottningholm.

 

–Vaya…–susurró embobado, empezando a cambiar sólo un poco de parecer, sobre entrar a esa escuela.

 

El colegio contaba con grandes jardines, para los amantes de la lectura, de terracería para los entrenamientos, salones enormes para clases y talleres; también una laguna, con peces de todos los colores habidos y por haber,  pero eso no importaba, lo que destacaba entre esa belleza, era una biblioteca –no tan grande como la escuela de Lagu o Peorth- , pero sí era una construcción imponente de al menos unos mil metros cuadrados.

 

Loki tomó una bocanada de aire,  sonriendo tiernamente, sintiéndose más animado. Se acomodó su mochila, para entrar a paso decidido a los solitarios corredores, al parecer era el único interesado en ver las instalaciones y no los campos de entrenamiento. Llegó a la intersección de los pasillos, acercándose a la pizarra donde designaban a los alumnos, en el grupo/salón indicado. Su dedo encontró su nombre, empezando a ver si conocía a alguien más dentro de su salón.

 

–Veamos….estoy con, uh..–su cara se puso pálida, incluso amarillenta, no sólo al leer el nombre, sino al escuchar una ronca voz.

 

–Vaya, vaya… –bufó un chico pelirrojo, de piel entre bronceada y rosada; fuerte y grande como Thor, sólo que con una apariencia más brutal, siendo esos ojos negros lo que más destacaba de su pecoso rostro, los cuales miraban a Loki como una presa.

 

–Grimm…–trató de decir con su usual petulancia, y orgullo, sin embargo la voz le tembló.

 

–Tres años, para ser precisos–bufó burlón, acorralando a su presa, dejando que ese aroma varonil mezclado con la piel de sus prendas, invadiera el aire. Azotó su mano contra la pared, dejando arrinconado al joven dios.

 

Loki tragó saliva, miraba fijamente a Grimm, sin embargo, no pudo evitar ver su desnudo brazo. Lleno de cicatrices, índices de un entrenamiento duro.

 

–Vaya, ¿tres años? Quién diría que se pasaría tanto tiempo, y yo sin sentirlo…mi…gran…amigo–gimoteó con un nudo en la garganta, encogiéndose, tratando de mantener la calma.

 

–Recordemos los viejos tiempo, nada cómo empezar con el pie correcto la mañana–jadeó cerca de su oído, mientras apretaba su puño, sin embargo el sentir una mano ajena en su hombro, le interrumpió. Volteó, frunciendo el ceño de inmediato.

 

–Que grata coincidencia, estaremos en el mismo salón–bufó burlón, con una gentil sonrisa, nada más ni nada menos que Thor. Loki no pudo disimular, soltando un aliviado suspiro.

 

–Thor–gruñó Grimm, sin poderlo evitar. Se apartó de inmediato, removiendo su mano  al mover su hombro.

 

–Grimm–respondió con dulzura.

 

Grimm salió de ahí, un tanto irritado por la presencia del rubio, retirándose a paso pesado. Miró a Loki sobre su hombro, advirtiendo que eso no había acabado.

Loki temblaba, sus piernas apenas le sostenía. Apenas reaccionó, tomó carrera a su salón, sin poder tomar en cuenta a Thor.

 

–No necesito que me defiendan–bufaba mientras caminaba mirando hacia el suelo–, no necesito que me defiendan ¡NO NECESI…!–soltó un pujido, estrellándose con una puerta que se iba abriendo.

 

–¿Uh?–se asomó una amigable y femenina, notando confusión al mirar a todos lados. Al ver a Loki tirado, aturdido–.¡Ah!, lo siento, lo siento…–gimoteó realmente apenada, tomándolo para levantarlo–.Espera, es usted de primero, ¿no es así?

 

–Sí señorita, soy…de primero–bufó sobándose, tratando de enfocar la vista. Lo primero que vio, fue a esa mujer hermosa, de cabellera rubia y ojos verdes, que tenía una gentil sonrisa adornándole el rostro. Quedó inevitablemente embobado.

 

–Bueno, entonces le gustará saber que tengo aquí un horario–canturreó divertida, extendiéndole un papel– y que sus clases joven Odinson, están del otro lado.

 

Loki tomó el papel, observándolo fijamente mientras su cara se coloraba de poco a poco. Asintió apenas, queriendo decir un “gracias”, pero las palabras se trababan.

 

–Es usted muy bonita,  ¿es una ninfa?–se le salió sin querer. Al darse cuenta, apretó los labios, queriendo mantener la seriedad y no delatar que había metido la pata, sin embargo, su cara morada decía otra cosa. La mujer rió enternecida.

 

–Una valquiria–rió entre dientes, extendiendo su mano–Hnos, consejera…para servirle.

 

–Un gusto –logró decir, sonriendo de lado y aceptando su mano–.Uh , una cosa más…¿Se puede usar magia?

 

–Creo que de paso te daré el reglamento–dijo extendiéndole un libro de bolsillo–.Página cuarenta, sección C.

 

Loki soltó un bufido, abriendo justo en la página, yendo a la sección justa. Tras varios murmullos, leyendo, llegó a la parte donde explícitamente decía: “Loki, nada de maga”

 

–Uh, vaya…esto es bastante explícito.

 

–Cómo dicen, hazte fama y échate a dormir–dijo la valquiria, riendo sin poder evitarlo, mientras juntaba sus manos.

 

–¿Y por defensa propia?

 

–Llama a algún profesor.

 

–¿Y si deseo practicar?

 

–Hay áreas designadas, toma un mapa de las instalaciones, y vaya a clases.

 

Loki se quedó en un estado, siguiente a la resignación, imaginando el color de sus víceras, cuando Grimm le aplastara.

 

El entrenamiento iba a dar inicio, los chicos estaban presente listos para la clase que con tanta ansia esperaban. Los jóvenes se removían, se empujaban de vez en vez, el barullo era algo que no paraba; mientras que Loki, se encontraba hasta el frente, tratando de prestar atención.

 

–Buenas días, soy su profesor Jon, y esto es combate con armas. Cómo obligación, deberían tener conocimientos previos, así que el objetivo de mi clase, es refinar sus técnicas. Hoy veremos que tanto han aprendido en sus hogares. Usaremos  lanzas sin filo…

 

–Pero eso serían sólo palos –se atrevió a comentar uno de los chicos.

 

–Qué alegría ver cerebritos este año–se burló sarcásticamente el profesor, sin poderlo evitar– .Será para que no se lastimen. Ah y por cierto,  seguro han leído el reglamento, pero queda prohibido el uso de magia…QUEDO CLARO–dijo eso último con severidad, mirando fijamente a Loki, provocando la burla de algunos–. Bien, asignaré parejas. Loki y Grimm…–comenzó con simpleza.

 

–No es mi día–musitó inexpresivo, “resignado” conteniendo el terror en su interior.

 

–Que suerte –bufó Grimm. en son de burla, acercándose para rodear su cuello con su fornido y apestoso brazo–Nos divertiremos, no te escaparás esta vez–susurró en su oído cual abusivo.

 

Las peleas empezaron. Loki se posicionó  frente a Grimm,  separando sus piernas, encorvándose y colocando el arma frente a él, mostrando notable inseguridad. Tragó saliva, para suplicarle a Grimm, que fuera gentil; ni abrió la boca cuando Grimm azotó la parte baja de su vara, en el rostro del menor. Loki pujó, sintiendo el sabor metálico de la sangre; dio unos pasos, queriendo retomar la postura, sin embargo otro golpe en el rostro atinó a casi tirarlo, dejando caer el arma sin poder evitarlo para cubrirse con las manos de los repetidos ataques del chico.

 

Loki estuvo a punto de suplicar que parara, pero la voz se le atoró en su garganta, al sentir un ataque contra su cuello. Quiso caer, sin embargo el impulso de cada golpe que recibía en su cuerpo.

 

Thor vio a lo lejos la escena, era evidente que el dios no se quedaría con los brazos. Apenas pudo, se dio la vuelta encaminándose a paso veloz hacia su hermano. Empezó a empujar a la gente que se le atravesaba, apresurando más su paso hasta empezar a correr hacia su hermano. Estaba a pocos metros, sintiendo que no llegaría; solo vio cómo su hermano iba cayendo, y Grimm, estando a nada de darle un golpe fatal.

 

–¡Loki!–gritó, poniendo en alerta al profesor, pero parecía demasiado.

 

Loki mandó al diablo las reglas, mascullando un par de palabras, convirtiéndose en una ilusión. Grimm casi cae, cuando su arma no hizo contacto; se irguió , mirando a todos lados, en busca de Loki.

El suelo tembló un poco, y de éste, emergieron tallos y enredaderas, aprisionando a Grimm. Éste gruñó, berreó y pataleó, mientras las plantas apretujaban su cuerpo hasta dejarlo inmóvil.

 

Thor se detuvo en seco, él junto con los demás, miraban absortos la escenas. Loki apareció a su lado, su cuerpo no aguantaba más. El rubio le tomó para que no cayera, viendo el cómo tosía sangre y respiraba con dificultad con esa cara hinchada que tenía.

 

–Odínson, lleve a su hermano a la enfermería–dijo el profesor, acercándose con cierta preocupación. No porque le agradase Loki, sino porque se trataba del hijo de Padre de Todo.

 

–Sí señor.

 

–Puedo ir sólo–bufó soltándose, apenas pudiendo ponerse de pie.

 

Thor no pudo decir más, mas bien, no quiso decir más. Se limitó como perro faldero, a seguir a su herido hermano. Jugaba nerviosamente con sus manos, queriendo decirle algo,  para animarlo pero su tonta cabeza no tenía ni idea de qué.

 

Loki se tambaleaba, tenía la cabeza gacha, se detuvo  mientras sus labios temblaban. Apretó los ojos, tratando de contenerse, pero un par de lágrimas salieron. Sus hombros se movían, soltando un per de hipos mezclados con sollozos.  Thor se apresuró, tomándolo para abrazarlo, mientras éste se soltaba llorando, tosiendo sangre. El rubio se apegó al pasillo, deslizándose para sentarse y poner a su hermano menor entre sus piernas, abrazándolo con todo el cuidado del mundo.

 

–Hermano…–comenzó diciendo, tratando de tener algunas palabras de ánimo.

 

–¡No quiero escucharte!, estoy harto, harto…no me digas que solo ha sido un mal día, porque el día apenas va empezando, y solo es el primer día de clases. Primer día de clases, y mi ropa está arruinada–gruñó en una fuerte rabieta, jalándose exasperado sus prendas–sucias, rotas y la sangre no se…–se quedó callado, achicó la mirada, volteando rígidamente como un muñeco de hojalata sin aceitar, a su hermano–.Te estás riendo. ¿Por qué te estás riendo?

 

Thor apretaba la mandíbulas, teniendo la cara roja, de que se contenía. Usualmente era descarado, impertinente e idiota, pero hasta él sabía que no era el momento.

 

–Nio…–gimoteó en un pujido.

 

Loki ya estaba alzando la mano lentamente, listo para abofetearlo por su impertinencia. Thor le miraba, encogiéndose entre sus hombros, deslizándose más. Para su suerte, Hnos, la valquiria, interrumpió el momento.

 

–¿Qué pasó?–gimoteó exaltada, al ver la cara que se cargaba Loki, si es que se le podía llamar así. Estaba tan hinchado, que apenas se le podía ver forma.

 

Loki  se encogió entre sus hombros, sin desear hablar sobre el asunto. Hnos suspiró, tomando como si nada al joven, cargándolo como un bebe. Loki tosió con más violencia, casi vomitando sangre.

 

–dios esto... esto es…–balbuceó de manera poco comprensible, arrastrando las palabras, finalmente desmayándose.

 

–Loki, Loki–musitó Thor, viendo a su hermano ya en camilla–¿Cómo te sientes hermano?

 

Loki se removió al oír la lejana voz de su hermano, abriendo de poco a poco los ojos. Ya podía ver mejor, su cara se había desinflamado notablemente.

 

–No…me quejo–jadeo, tratando de sentarse, Thor le pidió que no se moviera– ¿Qué hora es?

 

–Eso no importa, debes descansar.

 

–Deberías estar en clases.

 

–Mi deber real, es cuidarte y…

 

–No lo necesito–bufó amargamente y con orgullo–. No necesito depender de ti, seré fuerte–a pesar de quererse hacer el fuerte, su voz tembló. Sus ojos se acuaron, mientras su pecho se movía pesadamente.

 

Thor miró atentamente a su pequeño hermano, verlo vulnerable era un placer culposo que tenía, pues avivaba el instinto protector que tenía. Loki era la clase de persona que le privaba de ese gusto, con su orgullo, altanería y mentiras.

 

–Te amo, te amo demasiado–musitó sin poderlo evitar, acariciando su mejilla con el pulgar, limpiándole la lágrima.

 

–Basta–susurró, pasivamente.

 

–Solo quiero que lo sepas. No, necesito que lo sepas.

 

–¿Aun sabiendo que siempre habrá un no de mi parte?

 

–Te amaré hasta que me ames–sentenció decidido, pensando que los cuentos de hadas eran reales, y que siempre al final, uno conseguiría al amor de su vida.

 

 

 

Loki apretó los labios, frunciendo ligeramente los labios, sintiendo un fuerte sonroso. Thor le había robado su primer beso, ya el acto se había vuelto algo sin importancia. Suspiró pesadamente, desviando un poco la mirada, sintiendo un manojo de pensamientos en su cabeza.

 

–Te advierto, lo que haré, no cambia nada…–“tómalo como mi agradecimiento, y despedida” pensó para sí mismo.

 

Thor le miró con cierta confusión,  sintiendo sus manos sudar y temblar al ver cómo se acercaba de poco a poco. No estaba seguro de qué haría.

 

–Ya no te necesitaré–jadeó cerca de sus labios, musitando un “gracias” como último. La boca de Loki se unió con la de Thor, moviendo esos suaves pétalos sobre la experta boca del mayor.

 

Thor se quedó pasmado, sintiendo sus mejillas arder; el don juan se tardó en corresponder, sobre todo al ver que Loki intentaba en tomar las riendas del asunto. Poco a poco cerró los ojos, tomando de la cintura de su hermanito,  para apegarlo a su fornido cuerpo. Loki soltó un leve gimoteo, pasando sus manos al pecho de Thor.

 

El mayor empezó a mover sus labios, pellizcando entre éstos la boca de Loki, saboreando su aliento y metálico interior, que aun tenía un deje de sangre. Sentía su estómago temblar, como si miles de mariposas se azotaran en el interior de sus paredes. Sus manos bajaban, empezando a acariciarlo con un deje de vulgaridad, necesidad e instinto animal. Loki, por la fuerza que empezaba a sentir, sentía que le costaba respirar y mantenerse erguido, pues Thor parecía encimarse cual animal en celo.

 

–Thor–jadeó suplicante, tratando de apartarlo–. Me lastimas, Thor…–susurró, logrando que su hermano volviese en sí.

 

El nombrado, le miraba fijamente desde arriba, su pecho subía y bajaba de manera algo violenta, notablemente exaltado. Tragó saliva, tratando de controlar su sed…se apartó poco a poco, deleitándose de la apariencia erótica de su hermano, y el cómo habían quedado revueltas sus ropas.

 

–Lo siento, es que me…

 

–No hables, no lo arruines-bufó colocando su dedo en sus labios.

 

–Haré que…

 

–No sigas, y lárgate–bufó apartando su mano, acomodándose en la camilla. Thor asintió sin borrar su tonta sonrisa.

 

 

Grimm bufó una risa, recargado en el pasillo, a lado de la entrada de la enfermería. Le habían obligado a ir a disculparse con Loki, como dicen…fue por cobre y encontró oro. Claro que había cachado a esos dos hermanos en su ilícito acto. Las cosas no se quedarían así, fue lo que pensó divertido, ocultando el coraje que le tenía al príncipe.

Notas finales:

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