Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

TÚ NOMBRE por 691396

[Reviews - 24]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 


 


Cap. VII


 


 


Elección


 


 


Se sentía mal, tan débil ¿Cuánto había pasado? Miró su vientre, su expresión mostró aún más dolor, en pocos meses traería al mundo otra vida o tal vez en plural, esta vez era grande, el vientre más hinchado de lo que le era normal, los síntomas eran horribles, el niño, como cual parasito revoloteaba de forma violenta en su interior, más viendo el lado positivo, el sótano quedó atrás al igual que sus cadenas ¿Quién imaginaria que su libertad estaba en palabras falsas de amor sincero? Sólo pagó su orgullo, tuvo años para entrenarse como actor, ahora podía declamar amor eterno mirando a los ojos, podía demostrarlo con su cuerpo, podía “amar” a Sasuke con total libertad, sin mostrar el desprecio que le quemaba por dentro.


 


 


No fue presentado a los empleados, apareció como un fantasma en la casa, le dieron la autoridad de comandar, más no de salir ni socializar, más era un método más de seguridad, de todas maneras, ni una palabra de lo que sucedía en las tierras Uchiha podía ser divulgada, un contrato que les hacía perder mucho más que lo ganado en una vida lo impedía, para Naruto fue fácil adaptarse a ser un muñeco de mostrador, lo había sido la mayoría de su vida, lo único que cambiaba era la cantidad de ojos que lo observaban, sabia de los espías encubiertos en la servidumbre, no importaba; un año había pasado desde la batalla de su cabeza contra los azulejos, un año en que tal como la sangre que se iba por el desagüe, sus recuerdos regresaban, lo que había hecho, lo que Sasuke le hizo hacer, venganza, en su mente no había más que esa palabra y su significado, estaba cansado, se sentía viejo, no tenía nada que perder, jugaría al matrimonio feliz por el tiempo que fuera necesario, jugaría a la fiel esposa y madre dedicada; La verdad de sus sentimientos llegó con los recuerdos ¿Por qué insistía en bloquearlos? Su corazón estaba frio, más frio que el hielo, más que cero absoluto, no quería a esos niños, no quería a Sasuke ¡Dios! Ni se quería a sí mismo, veía a las criaturas como cadenas, como seres despreciables que le hacían miserable en el plano terrenal, aun así, sentía cierta obligación con ellos, no quería…no, no debía dejarlos con esa cosa a la que llamaban “Padre”, un padre no mata a sus hijos ni hace que la madre se los coma, ahora quedaban tres, el mayor y los recién nacidos.


 


 


¡Oh! El mayor, Reiji, el niño al que personalmente arruinó la vida, el primero al que le arrebató inocencia, quien, ahora le amaba, le deseaba de forma enfermiza, podía verlo en esos ojos, tan idénticos a los de Sasuke, le daban escalofríos; Reiji estaba enfermo, obsesionado, le compadecía, la criatura buscaba el calor de una mujer –Una madre –en él, a veces le sorprendía mirándolo con añoranza, con una inocencia extraña, corrupta, lamentaba lo que iba a hacer, pero ahora, en su nuevo yo, usaría cualquier cosa para ser libre y para desgracia de Reiji, éste se convertiría la principal herramienta.


 


 


La oscuridad se convirtió en su mejor amiga la primera vez que lo hizo, era una experta en ocultar secretos, en este caso, sus errores –o lo que quedaba de ellos – esa noche en particular era cálida, desesperante, sudaba a chorros y la bolsa que arrastraba no era liviana, si no fuera porque le vació el vientre quién sabe cuánto más pesaría, suspiró al lanzarla al hueco, necesitaba un baño con urgencia luego de cubrir uno más de sus pecados, se perdió en pensamientos mientras caminaba, fantaseando con ver –aunque sea por un segundo –a su rubio ensueño, lo dudaba, eran las tres de la mañana y Sasuke estaba en casa, Naruto era resguardado por un dragón de flama inextinguible, más las cosas se le facilitaron cuando el tesoro se puso a la vista, podía verlo, a veces hablarle, tal vez algún día podría mostrarle su colección ¿Qué cara pondría Naruto? ¿Gritaría? ¿Correría? ¿Le felicitaría? Cada vez que pensaba en eso los nervios le atacaban ¿Le besaría? Se sonrojó cual tomate al imaginarlo, caminó lento, se escabulló como sólo él podía, no dejaría el encuentro a la suerte, necesitaba al menos un vistazo de ese ser para él fantástico y etéreo, celestial, demasiado para un simple ángel, era un dios, su dios, su único y maravilloso dios, quien le arrebató el aliento, quien se llevó su alma sin recibir resistencia; se apresuró, arrastrarse por el techo sin hacer ruido era difícil, pero todo valía cuando llegó, por un agujero casi invisible en el recubrimiento espió, más la cama estaba vacía, chistó con rabia ¿A dónde se llevaría Sasuke a Naruto? No le quedaba de otra, tomaría ese baño, pero ¿Cuál fue la sorpresa? Su cama no estaba vacía, uno zafiros le observaban desde allí, se quedó mudo, la garganta se le secó de inmediato, dos años sin que pudieran estar a solas era mucho tiempo, su cuerpo le ordenaba que se hiciera con esa piel, su corazón que besara aquellos labios, sentía morirse, el azul le paralizaba, esperaba una orden, Naruto le tenía amaestrado como a un cachorrito y como tal no dudó en ir cuando el otro levantó una mano, cayó de rodillas frente a él, abrazándole la cintura con fuerza, llorando sin razón, la mano que le acariciaba el cabello… el cuerpo al que abrazaba, por ese momento podía hacerse la idea de que era completamente suyo, no, al contrario, podía hacerse la idea de que él pertenecía a ese cuerpo, a todo lo que Naruto era.


 


 


Sintió más que nunca esa mirada sobre si, ese azul místico que le desnudaba, tenía preguntas y el rubio parecía saber cuáles.


 


 


-Tuvo una emergencia.


 


 


Susurró tan cerca de sus labios, el aliento le acarició el rostro ¿Qué hacer? ¿Debería romper la distancia? No tuvo que hacerlo, el mayor lo hizo por él, cerró los ojos, temblaba cual doncella inocente, las cosas se sentían tan diferentes fuera del sótano, tan… reales, se dejó llevar, sabía que su tesoro le amaba, que quería sentirle tanto como él, el tacto de esas manos le hacía delirar.


 


 


-N-No… -apenas podía hablar, apenas podía respirar, las joyas le miraron interrogantes, se apenó, el sonrojo era muy notorio y lo sabía, en esos casos odiaba su nívea piel –estoy sucio –un bufido fue su respuesta.


 


 


-Nunca lo estas para mí –el susurro le erizó la piel –ni nunca lo estarás –un nuevo beso, uno apasionado mientras las manos del adulto le recorrían sin pudor, mientras se metían en sus pantalones y le masturbaban –estoy en los últimos meses, no podemos hacerlo por completo –no escuchó, más asintió sin importarle que aceptaba, podía ser el diablo exigiéndole el alma, pero si tenía la forma del rubio, le respondería que era suya desde hace años, gimió cuando se sentía cerca, una lengua danzaba en sus clavículas, estaba caliente, tanto como la mano que se movía cada vez más frenética.


 


 


-¡Te amo!


 


 


No pudo evitar gritarlo cuando su semen manchó el pantalón, veía borroso, aun así, veía la sonrisa contraria, el mayor besó su frente.


 


 


-Yo también –otra sonrisa deslumbrante –ahora ve a bañarte –y lo dejó, más no importaba, su corazón latió con más fuerza, estar enamorado era, en definitiva, lo mejor de su vida.


 


 


¿Qué tanto más podía ennegrecer su alma? Tal vez la respuesta estaba en el semen que se iba por el desagüe, en el agua que golpeaba su piel o en los gemidos de su hijo ¡Oh! O tal vez en el movimiento frenético de su mano sobre la intimidad ajena, así que, Naruto ¿Cuánto más puedes carbonizarla?


 


 


Una sonrisa fingida no es respuesta, lagrimas jamás sueltas menos, ni tú lo sabes ¿Cierto? Las heridas en tu alma son tan grandes que no sabes si es alma con grietas o grietas con alma ¿Qué es más grande? ¡Oh! Cierto, el daño es más grande, los verdugones son enormes, por eso el virus entró tan fácil, por eso buscas libertad por destrucción, no solo arruinas al mocoso al que masturbaste, también a lo que queda de ti, también a Sasuke, a los gemelos y a los que esperas, eres una piedra de obsesión, el foco del cataclismo de un clon, eres nocivo o al menos eso es lo que piensas ¿Crees que eres el centro de todo esto? ¡Iluso! Eso es lo que eres, no te creas tan importante, tal vez seas la Helena de Troya de esta historia o la Rapunzel sin largo cabello ni rey que la abandone, estás sólo y lo sabes ¿Cuándo perdiste lo último de humanidad? ¿Cuándo dejó de importarte el lazo de sangre en una unión carnal? ¿Fue tal vez cuando tuviste que profesar mentiras? ¿Fue cuando descubriste el pasatiempo de tu hijo? O ¿fue cuando descubriste la cabeza del que consideraste familia en un frasco? ¿Fue por eso? ¿Por la verdad descubierta de que aquel que parece un animalillo en tus manos eliminó a tu amado hermano? ¿Por el estado de la cabeza en un frasco de formol? ¡Ríe Naruto! No con esa sonrisa plagada de tristeza, ni la otra de lascivia ¡Ríe como antes! Cuando Sai te amaba, como cuando el nombre de Sasuke no aparecía en tu memoria ¡Ríe! Aun sabiendo que tu hijo lo violó antes de matarlo ¡Ríe! Porque fue tu culpa que él muriera ¿Qué tanto tienes que perder ante tu verdugo? ¿La falsa libertad a la que te aferras? ¿O el falso amor que la sangre te da? ¿Cuántas cerezas obtuviste? ¿Te sentiste bien al ver esos ojos? Tenían once años, cada uno de ellos, de quienes estuvieron en tu vientre, de quienes esperaste por casi un año con anhelo, esperanza y deseo, uno puro, uno de amor, no con la lascivia con la que tu esposo te ve, ahora Naruto, mira lo que hiciste, recuerda a ese niño sonrojado, jadeante, que pide más de tu mano, más de tu toque ¿Qué es lo que ves en él? Ignora que es la réplica del villano, ignora lo oscuro de sus ojos, recuerda su brillo, el enamoramiento, el daría su vida por ti, incluso más ¿Algún día le dirás quién le dio a luz? –Ja –perdona mi desvarío, ambos sabemos la respuesta, más no quien nos lee y así será por un tiempo ¡Decide rápido! ¡Dime! ¿Qué harás con ese niño? ¿Qué harás con Sasuke? ¿Qué harás contigo mismo? no, no Naruto, no dejaré que te rindas, elimina esos pensamientos, los suicidios no me gustan, a menos claro, que me harte tu actitud, quédate tranquilo, estás en la gracia de Dios, en mi gracia, así que ¿Qué harás mi rubio? Con ese niño que después de un sonido dulce se recostó en tu pecho, que repite casi incansable que te ama ¡Oh! Le respondes, le besas, le acaricias ¿Es esa tú respuesta? Te di la oportunidad, rubio, tu destino ahora está sellado ¡En verdad te di a elegir! Y, aun así, elegiste el infierno.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).