Después del percance que tuvimos con Akashi decidí no tocar el tema de los moretones por el resto del día, no quería incomodar a Himuro-kun pero eso no significaba que me dejara de preocupar por ese asunto, de hecho estaba más preocupado que otros días puesto que me había comentado que después de clases saldría con alguien, aunque no lo pareciera me alteraba la posibilidad que saliera lastimado nuevamente, sinceramente le había tomado un gran aprecio y creía que nadie debía ser tratado de esa manera tan horrible, en ese momento a mi mente llego la imagen de como el azabache me había defendido de Akashi, si él había tenido el valor de defenderme de tal vez la persona más intimidante e influyente de la escuela era obvio que yo también le defendería, aunque no tenía muy en claro de quien debía defenderlo… mi mayor sospechoso era ese grandulón de cabello morado el cual después de una pequeña investigación descubrí que se llamaba Murasakibara Atsushi pero algo no encajaba es decir Himuro-kun a pesar de ser muy tranquilo y soportar grandes abusos dentro de la escuela ante un situación grave era de armas tomar y dudo mucho que dejara que se aprovecharan de él tan fácilmente, debía haber otra razón por la cual dejaba que lo trataran de esa manera lo que me había llevado a pensar que estaba enamorado de su agresor, era completamente evidente que esas marcas en su cuerpo eran marcas territoriales de las cuales su único propósito era hacer notar que el azabache ya tenía dueño y de ser así… dudo que el de ojos grises se dejara tocar por alguien que no le interesará, de repente a mi mente llegaron todos esos rumores en los cuales Himuro-kun se vendía a cambio de dinero pero me reusaba a creerlo mejor dicho no quería creerlo, pero como lo dije anteriormente algo no encajaba con mis teorías y debía averiguar que era, llegue en donde se encontraba nuestros casilleros y noté como Himuro-kun abría el suyo…¿no hay dulce?... me sorprendió un poco que el día de hoy no recibiera ese obsequio tan habitual desde hace un mes, intente pasarlo por alto y me acerque para darle los buenos días.
-Buenos días Himuro-kun
-Buenos días Kuroko-kun hoy te he hecho caso y no te he traído dulces-Me sonrió gentilmente mientras me mentía-
-No, se preocupe además ya me estaba comenzando a sentir mal del estómago-Decidí seguir su mentira me dolía enormemente que no me tuviera la confianza suficiente como para contarme sobre sus problemas pero no quería exaltarme decidí guardar la compostura –Himuro-kun… -De la bolsa de mi pantalón saque unas pequeñas galletas envueltas en una bolsita de celofán con un pequeño moño plata y las extendí hacia el azabache- muchas gracias por haberme defendido, de ahora en adelante estoy en deuda con usted.
-¿He?...no era necesario, de verdad no fue nada, además eso es lo que hacen los amigos -El rostro del ojo gris se ruborizo completamente-
-¿Amigos?...-Ya había escuchado a Himuro-kun decir esas palabras cuando me defendió de Akashi pero apenas las estaba comenzando a procesar el hecho de que el me considerara como su amigo me volvía realmente feliz- sí, tienes razón de ahora en adelante seremos grandes amigos- le sonreí ligeramente y volví a extender la bolsa de galletas para que las tomara, a lo que el azabache algo tímido estiro su mano para tomar el obsequio pero por un descuido la bolsa cayó al suelo, al instante ambos bajamos para recogerla haciendo que nuestras manos se juntaran-
-Lo siento, fue mi culpa… que torpe soy-Dijo el mayor con un leve sonrojo-
-No te preocupes, creo que las galletas están bien-Le sonreí gentilmente para tranquilizarlo, sin embargo al dirigir mi vista hacia sus manos logre apreciar como nuevamente en sus muñecas tenia moretones fuertemente marcados los cuales eran escondidos por la camisa del uniforme, esto era preocupante pero ya tenía más pistas, ayer había salido con alguien lo más seguro es que esa persona lo hubiera lastimado- Himuro-kun…puedo preguntarle ¿con quién salió ayer?
-…
-Tatsuya!...
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De repente la plática fue interrumpida mientras un alto pelirrojo de piel bronceada se acercaba rápidamente al azabache, abrazándolo con gran entusiasmo y le daba pequeñas vueltas en el aire para después bajarlo y acariciarle el cabello, estas acciones indicaban que existía una gran confianza entre ellos-
-Al fin te encuentro, te estuve buscando toda la mañana-Dijo animadamente el mayor-
-Taiga, suéltame… te he dicho muchas veces que no hagas este tipo de cosas en la escuela- Evoco nerviosamente el azabache mientras sus mejillas se ruborizaban ligeramente- además para que me buscabas si apenas ayer nos vimos.
-¿Ayer?...-Al escuchar estas palabras el cuerpo del peli-celeste perdió el equilibrio por unos segundos sin embargo se encargó de disimularlo, ese comentario podría indicar que el pelirrojo era el abusador de Himuro, pero algo no cuadraba con esa teoría, parecían llevarse realmente bien como para creer que el pelirrojo abusaba del azabache.
-¿Quién eres?-Cuando el peli-celeste salió de sus pensamientos se dio cuenta que la penetrante mirada escarlata se encontraba clavada en él lo que lo hizo estremecerse ligeramente-
-Oh… Taiga permíteme presentarte a Kuroko Tetsuya es mi compañero de clase, Kuroko-kun él es Kagami Taiga mi mejor amigo
-Es un placer conocerlo Kagami-Kun- Extendió su mano hacia tal vez su nuevo sospechoso-
-El placer es mío-Al unir sus manos ambos lograron sentir un tipo de corriente eléctrica que atravesaba todo su cuerpo, ocasionando que sus miradas se cruzaran en busca de alguna respuesta a esa sensación extraña que les acababa de ocurrir, ¿Qué estaba pasando?...
Tras el apretón de manos el ambiente se llenó de un silencio incomodo el cual fue roto por el azabache-
-¿Para qué me buscabas Taiga? –Evoco en un tono tranquilo pero con un deje de nerviosismo, el cual fue captado rápidamente por el peli celeste activando sus alarmas, ¿Por qué razón el azabache estaba nervioso ante esa persona?-
-Al parecer hoy Akashi también nos dará la tarde libre quería invitarte a mi departamento para jugar videojuegos-Dijo esbozando una gran sonrisa- Si gustas tú también puedes venir –Esto último lo dijo mientras miraba al peli celeste el cual por un instante se descoloco al sentir la mirada rojiza encima de él, ¿pero qué demonios le pasaba?-
-Lo lamento pero hoy no me encuentro disponible, pero gracias por la invitación - El menor hizo una reverencia- Himuro-kun me adelanto al salón
-¿Eh?... está bien... –No quería juzgar rápidamente pero la actitud tan despreocupada del pelirrojo no encajaba con el perfil de un abusador además la forma en la que se comportaba el azabache en frente de esa persona era un poco extraña pero más que estar intimidado parecía que estaba muy feliz de verlo, si antes las piezas no encajaban ahora todo estaba peor pero no se rendiría llegaría al fondo de esto a como diera lugar, de repente recordó esa extraña sensación que le invadió al unir sus manos con aquel pelirrojo no pudo evitar hacer un puño con su mano intentando tranquilizarse, todo indicaba que esto se le estaba saliendo de la manos.
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-Taiga… ¿estás bien?... –Dijo el azabache para bajar de las nubes al mayor el cual se encontraba preguntándose que había sido esa extraña sensación que tuvo con el peli celeste-
-¿Eh?... si, bueno que te parece si nos vamos a mi casa después de la escuela-Dijo sonriente el mayor-
-Lo amento… tengo un proyecto y debo trabajar en él, hoy no podre acompañarte-Agradecía enormemente que el peli celeste se haya ido ya que así podía mentir con libertad acerca de la tarea y es que era más que obvio que el peli morado se encontraba en la escuela y era solo cuestión de tiempo para que lo comenzara acosar nuevamente así que aunque le doliera debía estar lo más alejado que se pudiera del pelirrojo para evitar algún problema-
-Ya veo es una lástima… -El semblante del pelirrojo entristeció un poco al escuchar la negativa de su compañero sin embargo fue rápidamente sustituido por una sonrisa para no hacer sentir mal al menor- bueno será para la próxima ¿de acuerdo?
-Jeje De acuerdo –Le sonrió gentilmente-
-¡Oh!... Casi lo olvido –De su mochila saco una pequeña cajita de color plateado y se la entrego-sé que no te gusta aceptar obsequios… y bueno realmente no te gusta aceptar nada pero te suplico que aceptes esto…
-Pero…
-Por favor Tatsuya acéptalo te lo ruego –La voz del pelirrojo se notaba un poco nerviosa y triste ante lo posibilidad de que el azabache se negara a su petición-
-Está bien… pero solo aceptare esto –No muy convencido tomo la caja de regalo y la abrió encontrando en su interior un anillo puesto en una cadena, dicho regalo lo descoloco por completo y dirigió un rostro de confusión hacia el pelirrojo-
-Es un regalo para sellar nuestra promesa –Le mostro como de su cuello colgaba una cadena con un anillo idéntico al que le había regalado- Estos anillos sellaran nuestra hermandad y nos recordaran que podemos contar con el otro a pesar de no estar juntos- el pelirrojo se acercó tomo la cadena y se la coloco al azabache- eres muy importante para mi Tatsuya
-Taiga… -El azabache abrazo con fuerza al mayor aferrándose de su cuello y ocultando su rostro en su pecho mientras sus ojos se cristalizaban, una parte de él aún estaba triste porque su amor jamás seria correspondido pero al menos podía tener cerca al pelirrojo a su lado aunque fuera como su hermano, unas pequeñas lagrimas humedecieron el pecho del mayor-
-Tatsuya!...-Dijo con preocupación mientras lo retiraba de su pecho para ver sus ojos cristalinos- ¿estás bien?...
-Sí, es solo que me entro una basura en el ojo-Limpio las pequeñas lagrimitas asomantes y le sonrió ligeramente- Muchas gracias Taiga
-Tatsuya eres tan lindo –Lo abrazo fuertemente y le da algunas vueltas en el aire-
-Taiga ya te he dicho que no hagas ese tipo de cosas en la escuela-
-Sí, lo siento, lo siento…-le dice algo nervioso mientras le sonríe, cuando de repente siente unos cálidos labios en su mejilla, el azabache le había dado un tierno beso lo cual lo dejo completamente desconcertado puesto que el menor no era de mostrar ese tipo de actos en público-
-De verdad muchas gracias Taiga, nos vemos luego- El azabache se retiraba algo nervioso y feliz del lugar mientras ignoraba que unos celosos y furiosos ojos lilas habían observado aquella empalagosa escena-
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La hora del almuerzo llego y como suponía Himuro-kun me había dicho que no podría almorzar conmigo porque debía ir a ver a la maestra Shisoka en la biblioteca, aunque la verdad no creía ni una sola palabra de esa absurda excusa así que algo dudoso decidí seguirlo, no era difícil debido a mi poca presencia nadie se daría cuenta de mi ligero acoso, hasta ahora todo parecía normal, efectivamente el azabache se había dirigido hacia la biblioteca aunque espero un momento a unos metros de la entrada vigilando que nadie estuviera alrededor después de unos momentos prosiguió a caminar pero no entro a la biblioteca sino que más bien se desvió por una especie de pasadizo que estaba entre los árboles, sinceramente nunca antes había notado ese acceso, estaba a punto de seguirlo nuevamente cuando sentí como una grande y fuerte mano me sujetaba bruscamente del brazo para detenerme-
-¿Por qué estas espiando a Tatsuya? …
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Me asegure que nadie se encontrara cerca antes de entrar al jardín secreto, mi cuerpo se sentía pesado, mejor dicho aprisionado y es que tal vez era cierto, tal vez era un prisionero. Entre sin más demoras al jardín y ahí se encontraba mi enorme carcelero Murasakibara Atsushi el cual fijo su perezosa vista en mi al momento de percibir mi llegada, no dije nada solo me dispuse a sentarme a su lado y comer lo más rápido posible para irme de ese lugar, por su parte el mayor parecía más distraído de lo normal, no decía palabra alguna, incluso apenas y estaba probando el chocolate que tenía en la mano, al decir verdad parecía algo decaído no es que me preocupara, de hecho agradecía por que al menos tendría un almuerzo tranquilo, o al menos eso quería creer.
-Ya he terminado de comer así que me retirare –No obtuve una respuesta alguna así que supuse que estaba bien el retirarme, me levante y di algunos pasos pero inmediatamente sentí como una gran fuerza descomunal tiraba de mi brazo haciendo que cayera en el suelo justo entre las piernas del gigante morado, posteriormente sentí como sus brazos se enredaron en mi cintura y su cabeza fue recostada en mi hombro, mientras recargaba todo su cuerpo en mi espalda haciendo que mis mejillas se pusieran rojas y mi corazón comenzó a latir rápidamente ¿que pretendía hacer?- ¿Murasakibara-san?...¿qué está haciendo?... –No obtuve respuesta- está a punto de tocar la campana debo irme -Seguía sin obtener respuesta alguna- Murasakibara-san…
-Atsushi…-Soltó sin ganas mientras seguía calmado en la misma posición-
-¿Eh?...
-Dime Atsushi…-El color rojo había subido hasta mis orejas-
-No… no puedo hacer eso… no es correcto que le llame por su nombre de pila-
-Humm…-Un pequeño puchero apareció en su rostro mientras fruncía ligeramente el ceño, de repente sentí como mi cuerpo caía en el fresco césped y era acorralado por el enorme cuerpo del mayor- entonces ¿Por qué?... –Con una de sus grandes manos comenzó a acariciar mi mejilla, pasando su dedo pulgar por mis labios en una caricia suave y pura mientras me miraba añorante con esos penetrantes ojos purpura-
-¿Por qué?...-Pregunte un poco confundido-
-¿Por qué a Kaga-chin le dices Taiga?, ¿Por qué a Kaga-chin le besas?, ¿Le abrazas?, ¿le tocas? -su mano comenzó a descender desde mis labios a mi cuello pasando por mi pecho, para luego levantar ligeramente mi camisa y acariciar mi torso- ¿Por qué con el sí y conmigo no?...
-Eso a usted no le importa- Me levante inmediatamente dispuesto a largarme de ese lugar pero en vez de eso fui arrastrado bruscamente a los baños más cercanos, hace unos minutos la campana ya había sonado así que para mí fortuna o para mi desgracia no había nadie contemplando esta ridícula escena de la cual era protagonista, entramos a los sanitarios y sin ningún tipo de delicadeza me aprisiono contra los lavabos, haciendo que le diera la espalda y mi rostro quedara en frente del espejo-
-Ya estoy harto de que Muro-chin no se porte bien, estoy cansado de intentar ser bueno con el… creo que es hora de castigarlo…-Dicho esto sentí como los bonotes de mi camisa eran arrancados y mi corbata comenzaba a ser aflojada, comencé a removerme para quitármelo de encima pero me era imposible zafarme de su agarre, mi cuerpo cada vez estaba más aprisionado al lavabo y mi rostro se acercaba cada vez más al espejo, sentí como el cuerpo de Murasakibara se inclinaba y comenzaba a besar mi cuello y lamer el lóbulo de mi oreja, un pequeño quejido escapo de mis labios haciendo que los ojos purpuras se encendieran en lujuria- que lindo suena cuando Muro-chin hace esos sonidos… quiero oírlos más- Dicho esto mordió el lóbulo de mi oreja pero con el orgullo y la fuerza de voluntad que aún me quedaba logre contener el quejido que me había provocado su mordida cosa que al gigante no le pareció- Eso no es justo Muro-chin… abre las boca quiero escucharte- Sus largos dedos comenzaron a entrar en mi boca a forma de penetración provocando que salieran quejidos de esta mientras mi saliva humedecía sus dedos y comenzaba a caer por la comisura de mis labios, incluso por mi mentón. El peli-morado se encontraba fascinado por la vista tan completa que le ofrecía el espejo y los gemidos que lograba sacarme pero no le eran suficiente, el necesitaba más se inclinó nuevamente y comenzó a susurrarme en el oído- Muro-chin están tierno… - se recargo nuevamente sobre mi cuerpo haciendo que soltara un gemido algo fuerte provocando que su deseo se intensificara muchísimo más- Esto es malo Muro-chin… creo que esta vez te has metido es serios problemas- Dicho esto giro mi cuerpo para tenerme de frente me sentó en el lavabo colocándose entre mis piernas rasgo sin contemplación mi camisa y comenzó a morderme el cuello mientras de mis ojos comenzaba a brotar ligeras lágrimas de vergüenza e impotencia, sus gigantescas manos comenzaban a situarse en el botón de mi pantalón escolar con toda la intensión de arrancar dichos pantalones en cualquier momento-te are el amor justo aquí Muro-chin…- Al instante la puerta del sanitario se abrió dejando entrar a un apuesto rubio con los ojos cristalinos el cual se quedó en shock cuando se percató de nuestra presencia, rápidamente limpio sus lagrima y parpadeo para cerciorarse si era real lo que estaba viendo-
-¿Murasakibaracchi?
-¿Se-chin?...
Continuara…