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¿INOCENTEMENTE ERÓTICO? por Algodon de azucar3096

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Notas del capitulo:

Hola un poco tarde pero aquí les traigo el nuevo capítulo, lo lamento pero es que mi computadora se trabo y espere a que se recuperara, en fin no digo nada más y los dejo con este nuevo capítulo.


No sin antes agradecer a todas esa lindas personitas que leen la historia, sinceramente agradezco su apoyo, también les mando un súper beso a las personitas que dejan un comentario, sus palabras me motivan a escribir.


Cyan


Lucy


izumo18


Paty

-Himu…ro…joven… joven Himuro…-Escuchaba a lo lejos como lo llamaban mientras lentamente abría los ojos, siendo cegado momentáneamente por la claridad que entraba de las ventanas, con dificultad intento enfocar la vista en aquella persona que le hablaba mientras tocaba ligeramente su hombro-


-¿Arata-san?...-Dijo somnoliento-


-Jeje… ¿Qué hace durmiendo en la sala joven Himuro?-El de mayor edad sonrió levemente al mirar como el azabache frotaba uno de sus ojos con el dorso de su mano mientras dada un pequeño bostezo, esa era una escena completamente adorable-


-Me siento incomodo dormir en esa habitación tan escondida, además desde la última vez que vimos películas Murasakibara-san no entra a la habitación, así pensé no tendría nada de malo dormir aquí… ¿hay algún problema?... –Dijo mientras hacia un pequeño mohín esperando no ser regañado-


-Por supuesto que no –Le sonrió el hombre- pero para la próxima vez puedo darte una habitación en donde te sientas más cómodo, además prometo que no estará para nada escondida-


-Gracias Arata-san –El pelinegro le sonrió-


-No tiene que agradecer joven Himuro, pero bueno… el desayuno ya está listo, ¿gusta que le sirva?


-No tengo hambre pero muchas gracias-Contesto rápidamente el pelinegro-


-Joven Himuro no ha estado comiendo adecuadamente y eso puede ser perjudicial para su salud, puede volver a enfermarse


-No se preocupe realmente estoy bien, es solo que de verdad no tengo mucho apetito


-Si usted lo dice…-No muy convencido el mayor se quedó pensando por unos segundos sinceramente le preocupa que Himuro se volviera a enfermar pero si el azabache no quería comer no podía hacer gran cosa- dígame… ¿le guastaría ayudarme a hacer un pastel de chocolate?, asi podría entretenerse un poco en lo que el joven Atsushi despierta.


-Me encantaría


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La mañana se fue preparando la mezcla para el pastel de chocolate, además de platicar de cosas triviales, como las tareas de la escuela y los quehaceres del hogar, alguna que otra receta para compartir y de los platillos favoritos del azabache, una vez que el pastel se encontraba en el horno prosiguieron a limpiar calmadamente la cocina-


-Pensé que el chef de la mansión también se encargaba de hacer los postres…-Comento el pelinegro mientras secaba los utensilios que había lavado recientemente-


-Regularmente si lo hace pero a veces a mi también me gusta ayudar en la cocina, ¿Sabes?... este es el pastel favorito de Atsushi-Dijo mientras cortaba las fresas que adornarían el pastel-


-Ya veo…-Respondió el azabache sin mucho interés mientras seguía con su labor, es verdad que en las últimas semanas el Peli-morado no lo había tratado mal y la relación entre ellos estaba mejorando,  incluso podría decirse que ya se estaba acostumbrando a la situación actual, pero aun tenia algunos sentimientos encontrados-


-Lo solía preparar la abuela del joven Atsushi… -Prosiguió contando- su nombre Anzu y era la persona más cariñosa y compasiva que podrías conocer, ayudaba a quien se lo pidiera, no le importaban las clases sociales, ni las cosas materiales… tenía una cálida sonrisa y los hermosos ojos del joven Atsushi, también era muy paciente, amable, todos en esta casa la adoraban.


-…-El azabache se quedó unos segundos en silencio antes de hablar- ¿Puedo preguntar qué sucedió con ella? –Pregunto algo intrigado el azabache-


-Cuando el señor Hideki falleció, su esposo y abuelo del joven Atsushi –Explico calmadamente el de mayor edad- la salud de Anzu-sama decayó, pero nunca lo demostró, siempre aparentaba ser muy fuerte ante el joven amo, bueno… ante todos…-La mirada del mayor se entristeció levemente- ella siempre le sonreía al joven amo e intentaba reconfortarlo, siempre hacia lo que fuera para que Atsushi no estuviera triste, cuando el final de su vida estaba cerca ella me comento que de lo único que se arrepentía era de no lograr vivir más para cuidar del joven Atsushi, que se sentía muy triste porque a pesar de intentar ser fuerte sabía perfectamente que lo dejaría solo, debo confesar que a veces yo tengo el mismo miedo… tengo miedo a que algún día mi cuerpo no resista más y deba dejar a Furihata y al joven amo solos… bueno –El mayor volteo su mirada hacia al azabache- pero creo que gracias a ti ya no debo preocuparme por eso-Le dedico una ligera sonrisa haciendo que el azabache se ruborizara por completo y no supiera que decir-


-Ha… yo…-Las mejillas del azabache se pusieron rojas- ¿puedo peguntar acerca de los padres de Murasakibara-san? -Pegunto un poco nervioso el azabache mientras intentaba cambiar de tema- es decir en todo el tiempo que he estado aquí no los he visto, además que tampoco hay fotos de ellos en la sala.


-Al Joven Himuro no les gusta que hablemos de ese tema…


-Comprendo…-El azabache se quedó pensativo por unos segundos antes de seguir hablando- también he escuchado que una mujer llamada Shisuat lo llama seguido, ¿se trata de algún familiar?...-La verdad es que el pelinegro no sabía exactamente por qué preguntaba esto, pero ciertamente en las últimas semanas había notado como el gigante atendía las llamadas de esta mujer, causándole intriga-


-Digamos que ese también es un tema del cual no me corresponde hablar-El mayor le sonrió-Kouki se encuentra en el jardín, me harías un gran favor si llevaras esto -Le entrego una charola en donde había una  jarra con agua, algunos vasos y unos cuantos bocadillos-


-De acuerdo…-Algo le decía al pelinegro que eso de llevarle la merienda al castaño solo era una excusa para dar por terminada la plática, sin embargo intento no darle más importancia, aunque debía admitir que ahora se encontraba más intrigado que antes-


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EN EL JARDÍN


Un tierno castaño se encontraba lleno de tierra mientras con delicadeza intentaba limpiar una jardinera llena de flores, la cual se encontraba rebosante de follaje y su suelo cubierto de una gran capa de musgo.


-Furihata-kun-Escucho como el azabache le llamaba-


-¿Se le ofrece algo joven Himuro?...-Dijo el castaño mientras se levanta y se dirigía hacia el de mirada grisácea-


-Arata-san me pidió que le trajera esto –El azabache le sonrió y en una mesa de jardín cercana coloco la charola y comenzó a servir el agua en los vasos-


-Déjeme servir a mí, ese es mi trabajo joven Himuro –Dijo un poco alterado-


-Yo también tengo manos Furihata-kun, además tu siempre cuidas de mí, tómalo como un gracias-Le sonrió mientras le entregaba el vaso con agua-


-Es... está bien…-Dijo apenado el castaño mientras sus mejillas se sonrojaban-


-¿Estas arreglando la jardinera? –Cuestiono el azabache mientras se acercaba a las flores-


-Sí, pero… la verdad es que no sé muy bien cómo hacerlo, las plantas no son lo mío –Dijo un poco triste el de mirada chocolate-


-¿La mansión no tiene un jardinero?... –Pregunto mientras comenzaba a quitar el musgo y algunas piedras que aplastaban los brotes de flores-


-Sí, pero…


-¿Pero?...-El azabache dejo de hacer lo que estaba haciendo y dirigió su mirada al castaño-


-Esta era la jardinera de abuela del joven Atsushi, ella siempre se encargaba de cuidar las flores de este lugar, pero desde que ella falleció el joven amo no quiso que nadie más procurara las flores, mi abuelo dice que es porque piensa que nadie más podría cuidar de este lugar como lo haría Anzu-sama, pero es que entre más tiempo pasa, las flores comienzan a morir por falta de cuidado, intente hablar con el jardinero para que las salvara, pero se negó ya que tenía miedo que el joven Atsushi lo despidiera, he hecho lo posible para mantener con vida las flores a escondidas del joven Atsushi, pero la verdad es que no soy muy bueno con la jardinería.


-…-El azabache no sabía que responder-


-Anzu-sama siempre fue muy buena conmigo y con mi abuelo, así que no me gustaría que estas flores que ella tanto amaban se secaran, además que estoy seguro de que si estas flores llegaran a marchitar el joven Atsushi estaría muy triste…


-Entonces lo mejor será darnos prisa y salvarlas…-Dijo calmadamente el azabache mientras con sus manos comenzaba nuevamente a quitar las rocas y el musgo-


-¿?...-El castaño lo miro un poco desconcertado-


-Las flores están muriendo por exceso de humedad –Dijo mientras seguía concentrado limpiando el suelo de la jardinera- como las flores no se han podado el follaje es muy grande provocando mucha sombra haciendo que el suelo se mantenga húmedo, además el musgo que crece en suelo también contiene mucha agua y las piedras aplastan los nuevos brotes, solo debemos recortar el follaje, quitar el musgo y reubicar las piedras –Explico tranquilamente mientras le daba una cálida sonrisa al castaño- ¿Tendrás unas pinzas para podar?...


-Si –Dijo muy emocionado el castaño-


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-¡¡Muro-chin!!...-Un alterado peli-morado gritaba mientras bajaba las escaleras-


-¿Qué son esos gritos joven Atsushi?


-Ara-chin, Muro-chin me abandono, no esta es su cuarto, debo ir a buscarlo, no dejare que se escape-Dijo mientras comenzaba a caminar rumbo a la salida a paso apresurado-


-El joven Himuro se encuentra en el jardín con Kouki, así que por favor tranquilizase-


-¿Qué el que?... –El peli-morado frunció el entrecejo, si bien es cierto que en las últimas semanas había reprimido sus impulsos y celos todavía le costaba mucho controlar su ansiedad cuando el azabache se encontraba lejos de él, y la verdad despertarse y encontrar la habitación del chico del lunar vacía no era la mejor forma de empezar su día- yo no le di permiso para salir dela habitación –Dijo mientras se disponía a ir por el azabache-


-Joven Atsushi por favor contrólese –Dijo molesto mientras detenía el caminar del gigante- escuche, el joven Himuro comienza acostumbrarse a su presencia y al hecho de vivir en la mansión, así que no lo arruine-Sus palabras detuvieron el andar del gigante-  dígame… desde la última vez que hablamos…  ¿lo ha intentado tocar?...


-…-La mejillas del gigante adquirieron un ligero tono rosa- Desde que supe que su cuerpo era puro no lo he tocado más… además escuche el consejo de Ara-chin y estoy intentando controlar mis impulsos y mis celos, pero me es muy difícil-Hace un pequeño puchero- yo quiero comerme a Muro-chin ya…


-Jeje…-El mayor se rio ligeramente- se un poco más paciente Atsushi, te aseguro que si sigues así poco a poco Himuro-chan comenzara a acercarte a ti, aunque también creo que lo mejor sería que le dieras su espacio


-¿A qué se refiere Ara-chin?


-Bueno que lo dejaras salir de la mansión


-Eso nunca –Dijo molesto el gigante-


-Comprende aquí el joven Himuro se siente como un ave enjaulada, estoy seguro que si le dieras un poco más libertad y confianza él se sentiría mucho mejor.


-…


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-Terminamos… -Dijo completamente cansado el castaño, mientras limpiaba el sudor de su frente-


-Si –Dijo el azabache mientras le sonreía amablemente, ambos estaban cubiertos de tierra y sudor, había sido muy difícil limpiar y podar toda la jardinera pero al fin lo habían logrado y las flores se veían realmente hermosas-


-Se ve asombroso –Dijo el castaño mientras admiraba las flores la cuales se veían llenas de vida y color- ¿Cómo sabe tanto sobre plantas joven Himuro?....


-Cuando vivía en America mi madre y yo siempre nos la pasábamos arreglando el jardín, antes de que ella se casara con mi padre trabajaba en un invernadero de flores así que me enseño mucho acerca de la jardinería-


-¿Puedo preguntar en donde se encuentran los padres del joven Himuro?...-Dijo algo nervioso el castaño pero curioso-


-Mi madre trabaja en una empacadora a las afueras de Tokyo y mi padre es dueño de una pequeña inmobiliaria en America –Al mencionar el trabajo de su padre el azabache noto como el rostro del castaño denotaba confusión, puesto que tal vez no era el trabajo más remunerado de todos pero ciertamente era un buen trabajo con el cual se podía mantener dignamente a una familia y tener alguno que otro lujo- Están divorciados  –Dijo tranquilamente el azabache haciendo que la sorpresa inundara al castaño- ellos se divorciaron hace ya tres años, debido a eso mi madre y yo decidimos venir a vivir aquí y no recibimos ningún tipo de apoyo financiero por parte de mi padre.


-Lamento haber hecho que el joven Himuro recordara cosas tristes-Dijo mientras ponía una cara de arrepentimiento-


-No te preocupes estoy bien…                 


-¿Qué paso aquí? –La voz monótona del gigante retumbo en los oídos de los menores causando una especie de escalofrió en ambos, mientras tanto la mirada purpurina contemplaba la jardinera completamente restaurada, con las flores perfectamente podadas, la tierra reactivada, libre de musgo y rocas.


-Joven Atsushi -El castaño se sobresaltó inmediatamente, no se le había ocurrido en los posibles problemas en los que se meterían por haber limpiado la jardinera, rápidamente el azabache noto como el nerviosismo y pánico comenzaban a invadir el cuerpo del castaño-


-Fue mi idea –Dijo velozmente el azabache en un intento de proteger al castaño por una posible mala reacción del peli-morado- Furihata-kun me advirtió que no era una buena idea limpiar la jardinera pero no le hice caso, me di cuenta que las flores se estaban marchitando y creí que era una pena dejarlas morir, de ante mano me disculpo si fui impertinente y estoy dispuesto a aceptar el castigo que quiera imponerme. -La penetrarte mirada purpurina se posó en el azabache rápidamente-


-Eso no es verdad…-Rápidamente el castaño interrumpió- la idea de limpiar la jardinera fue mía joven Atsushi así que si alguien debería ser castigado seria yo –Dijo con determinación el castaño colocándose enfrente del azabache buscando protegerlo, al terminar de decir estas palabras la mano del gigante se levantó y los ojos chocolates se cerraron esperando lo peor pero en su lugar obtuvo un suave caricia en la cabeza-


-Gracias Kou-chin…


-¿?...-La mirada del castaño denotaba un poco de confusión pero a su vez alivio al notar que el gigante no estaba molesto, incluso se veía un poco feliz-


-Las flores se ven realmente lindas… -Decía con su característica voz- creo que An-chin le hubiera encantado verlas así, no sé porque no lo hicimos antes…-la mirada purpurina se entristeció por unos segundos- de verdad muchas gracias Kou-chin –Le sonrió ligeramente haciendo que el de cabello chocolate se sonrojara-


-De hecho fue mi idea, pero el joven Himuro fue el que las rescato, es muy bueno con la jardinería-Dijo mientras dirigía su mirada al azabache-


-¿Eso es cierto Muro-chin?...


-Pues me gustan las flores…y  tengo entendido que era la jardinera de Anzu-sama y al parecer todos en la mansión la adoraba así que no podía permitir que las flores que ella amaba se marchitaran así como así –Dijo el azabache un poco avergonzado, al escuchar esto el peli-morado se acercó lentamente al menor y deposito un tierno y casto beso en sus labios-


-Muchas gracias Muro-chin… -Le susurro mientras acariciaba su mejilla-


-No fue nada… -Dijo un poco sonrojado mientras miraba avergonzado hacia otro lado-


-Wooo el rostro del joven Himuro se puso rojo-Dijo el castaño avergonzando más al pelinegro y haciendo que el gigante soltara una pequeña sonrisa-


-Lo mejor será entrar a la mansión- Dijo el azabache intentando cambiar de tema-


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Ya era la hora de la cena y el azabache se encontraba sentado en uno de los sofás de la sala, mientras leía tranquilamente un libro, se encontraba en pijama, acaba de tomar un baño para quitarse la suciedad obtenida por haber limpiado la jardinera-


-Ara-chin dice que dentro de poco la cena estará lista –Dijo el peli-morado mientras se sentaba al lado del azabache-


-Gracias pero no tengo mucha hambre…-Dijo sin despegar la mirada del libro-


-…-El gigante no menciono palabra simplemente suspiro pesadamente mientras mirada detenidamente el rostro del pelinegro el cual se encontraba completamente absorto en la lectura, haciéndolo lucir más hermoso de lo común, sus ojos grasaseis yendo de una lado a otro siguiendo las palabras escritas en el papel, mientras sus largos y negros cabellos caían finamente por su rostro, aun se encontraban algo húmedos por el baño y sus labios se movían ligeramente repitiendo en leves susurros las palabras leídas, simplemente era una escena que embelesaba a cualquiera, de repente el gigante noto una pequeña mancha color café en la mejilla del menor, al parecer era un ligero rastro de tierra que el azabache no había limpiado bien, casi inmediatamente llevo su dedo pulgar hacia su boca para lamerlo ligeramente y después llevarlo a la mejilla de Himuro y delicadamente limpiar al mancha, dicha acción logro sacar al azabache de su lectura haciendo que un escalofrío le recorriera completamente al sentir el tacto del mayor-


-¿Qué sucede?... –Apenas logro pronunciar el menor mientras miraba al gigante un poco desconcertado-


-Una mancha…-Dijo tranquilo mientras seguía limpiando la mejilla del pelinegro-


-Yo puedo limpiarme…-Pronuncio avergonzado-


-Ya casi termino…-Dijo mientras se acercaba más al cuerpo del más bajo y le miraba cálidamente mientras seguía limpiando su mejilla-


-…-El azabache no discutió simplemente dejo que el peli-morado terminara de limpiarle, ciertamente en las últimas semanas Himuro era capaz de tolerar el tacto del gigante, lo abrazos eran más fáciles de soportar pero aún le costaba un poco corresponder a los besos del mayor sin embargo poco a poco comenzaba a acostumbrarse- las flores… ¿puedo seguir cuidando de ellas?...-Pregunto un poco nervioso-


-¿Eso te gustaría hacer?...-Respondió calmadamente-


-Si…-Asintió-


-Si eso quiere Muro-chin no lo voy a detener… -El peli-morado seguía limpiando cuidadosamente su mejilla-


-…-El azabache se quedó pensativo por unos momentos antes de proseguir- también me gustaría ir a mi departamento


-…-Al escuchar esto el peli-morado paro de limpiar la mejilla del menor y lo miro fijamente-


-Solo quiero ir por un poco de ropa y algunas otras cosas –Intento explicar el pelinegro-


-Yo te comprare ropa nueva y todo lo que quieras, no es necesario que te vayas de la mansión


-Pero hace mucho que no voy al departamento y los vecinos podrían notarlo-Claramente eso era algo malo para el azabache ya que podrían intentar contactar a su madre debido a su ausencia-


-…-El gigante le miro por unos segundos, realmente no le gustaba la idea de dejarlo ir ya que el miedo de que el menor intentara escapar de sus brazos lo invadía pero el consejo que le había dado Arata en la mañana no dejaba de asaltar su cabeza, tal vez era buena idea brindarle su propio espacio al pelinegro- Muro-chin puede regresar a su apartamento…-Dijo mientras hacia un puchero, mientras los ojos del menor comenzaban a iluminarse no podía creerse que el gigante hubiera aceptado su petición- pero con la condición que todas las tardes aunque sea por unos momentos Muro-chin vendrá visitarme


-Sí, claro lo prometo, muchas gracias por aceptar  –El azabache estaba realmente feliz porque el gigante aceptara dejarlo salir de esa mansión que no se dio cuenta cuando su cuerpo se abalanzo sobre el mayor para darle un abrazo, provocando un escalofrió en el peli-morado debido a la repentina acción- haa… lo… lo siento…-El azabache rápidamente reacciono a lo que había hecho e intento alejarse pero los grandes brazos del mayor enredados en su cintura se lo impidieron, ante tal acción sus mejillas se habían sonrojado, el peli-morado no perdió tiempo para acortar la distancia entre sus cuerpos y sentar al azabache encima de el con una de sus piernas a cada lado de su cintura mientras le miraba a los ojos de manera penetrante, por su parte el azabache se encontraba completamente nervioso y un poco desconcertado por la situación, una parte de él se sentía temeroso del hecho de que el gigante lo tuviera aprisionado en sus brazos pero otra estaba calmada y le aseguraba que el mayor no le haría nada, sin saber porque llevo sus manos a las mejillas del gigante y las acaricio lentamente, el mayor cerro los ojos para recibir el toque tan cálido del menor, era la primera vez que el azabache por propia cuenta lo tocada de esa manera lo cual lo hacía completamente feliz, después de unos segundos abrió lentamente los ojos y dirigió su mirada a los hermosos labios de durazno del pequeño, esos labios que eran un afrodisiaco exquisito, un manjar que jamás se cansaría de probar, lentamente comenzó a acortar la distancia buscando probar el dulzor del azabache, mientras la mirada purpurina se perdía en la grisácea, mientras tanto el azabache comenzaba a ponerse nervioso al notar como la distancia entre ellos comenzaba a desvanecerse pensó en alejarse rápidamente del mayor pero ante la suplicante mirada purpurina dejo la idea de escapar de lado para recibir el beso del mayor, por única ocasión intentaría hacer su orgullo de lado y haría lo que el gigante quería, digamos que esta era su forma de pagar la amabilidad del gigante, el beso no era atrevido pero tampoco casto, digamos que era un beso intermedio, los labios de ambos estaban metidos en una apasionada danza pero no llegaba a ser vulgar, las mejillas del azabache se encontraban totalmente ruborizadas mientras con dificultad seguía los movimientos del peli-morado, por su parte el mayor movía sus labios ágilmente probando el dulzor de su lindo Muro-chin, tenía muchas ganas utilizar su lengua y recorrer toda esa cavidad bucal para probar su deliciosa saliva pero sabía que si hacia eso el menor se asustaría y se alejaría de él, y eso era algo que simplemente no le agradaría en esos momentos, después de todo tenía mucha suerte de que el menor hubiera aceptado ese beso, después de unos segundos el aire les comenzó a faltar forzándolos a separarse, ambos se encontraban muy agitados, y lentamente intentaban recuperar la respiración mientras se seguían mirando a los ojos, ninguno sabía que decir.


-La cena ya está lista joven Atsushi -Anuncio Arata mientras ingresaba a la sala haciendo que el azabache rápidamente se quitara del regazo del mayor y se alejara lo más que pudiera del gigante, por su parte el peli-morado dirigió una cara de molestia al mayordomo debido a que había asustado a su pequeño Himuro- ¿Interrumpo algo?...


-Tsk… no nada… -El peli-morado  se levantó molesto del sofá y comenzó a caminar en dirección del hombre mayor- Solo cenare yo… Muro-chin no tiene hambre…


-No tengo hambre pero puedo hacerte compañía…-Tanto Arata como Murasakibara dirigieron la mirada sorprendidos hacia el azabache- Dejare el libro en la biblioteca y en unos momentos te alcanzo –El azabache rápidamente salió del lugar dejando a un confuso pero alegre peli-morado de tras, al parecer Arata tenía razón y su paciencia estaba siendo recompensada.


Continuara…

Notas finales:

Bueno espero que el capítulo les haya gustado y espero para la próxima semana traerles dos capítulos, probablemente uno lo tenga para el miércoles y el otro para el domingo, intentare esforzarme para verles pronto, bueno me despido y ya saben que pueden dejarme un comentario dejando su opinión que siempre me motiva leerles.


También quiero decir que sé que muchas personitas intentan dejar un comentario pero la página les marca error sin embargo quiero agradecer su intento, de verdad me encantaría que la plataforma de amor yaoi fuera más eficiente en ese aspecto.


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