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¿INOCENTEMENTE ERÓTICO? por Algodon de azucar3096

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Notas del capitulo:

Debo confesar… estoy muy nerviosa de subir este capítulo, mando un saludo a todas las personitas que apoyan la historia de verdad gracias por su apoyo y cariño y un gran abrazo a las lindas personitas que me dejan un comentario para motivarme y seguir escribiendo.


cyan


izumo18

El reloj marcaba las 9 de la noche mientras un tranquilo azabache comenzaba a guardar sus cuadernos en la mochila-


-Ya es tarde, es hora de irme –Dijo calmadamente mientras seguía guardando sus cosas-


-¿Tan pronto? –Pregunto el peli-morado mientras hacia un puchero- quiero que Muro-chin este más tiempo conmigo


-Lo lamento Murasakibara-san pero si espero más tiempo las calles se pondrán muy obscuras.


-Puedo llevarte…


-Prefiero caminar, además pasamos toda la tarde estudiando su inglés, creo que es fue tiempo suficiente.


-No es suficiente, el tiempo con Muro-chin nunca es suficiente –Volvió a hacer un puchero mientras cruzaba los brazos y fruncía el ceño, ya habían pasado algunas semanas desde que el azabache nuevamente comenzó a vivir en su apartamento y como había prometido cada día aunque fuera unas horas venia a visitar al gigante, ciertamente la situación entre ellos dos había mejorado bastante puesto que el dialogo era mucho más fluido, el azabache toleraba en mayor medida la presencia, actitud y mimos de mayor, mientras que el gigante había logrado controlar sus impulsos y brindarle su espacio al pelinegro, de hecho prácticamente no lo había tocado a excepción de unos cuantos besos fugaces en los labios y uno que otro abrazo. Por lo regular cuando el azabache venía a la mansión, platicaban de cómo les había ido en la escuela, veían películas, comían juntos o más bien el azabache acompañaba a comer al peli-morado ya que el menor apenas y tocaba bocado, también recientemente lo estaba ayudando a estudiar con su inglés, ya que aunque el gigante era bueno hablandolo había algunos cuantas palabras y modismos que se le dificultaban.


-Joven Atsushi deje de hacer berrinche el joven Himuro tiene razón ya es muy tarde lo mejor será que se vaya de una vez-Dijo entrando a la sala con una bolsa en las manos la cual entrego al azabache- aquí tienes es tu despensa para la semana-


-No es necesario Arata-san yo puedo comprar mi propia despensa- Decía un poco alterado y avergonzado-


-Tonterías, es deber del joven amo tener bien atendido a su pareja, ¿no es así Atsushi?


-Podría tenderlo mejor si viviera en la mansión –Dijo mientras volvía a hacer puchero-


-Deje de poner esa cara y despídase del joven Himuro-Regaño el hombre de mayor edad mientras jalaba la ojera del gigante y lo hacía levantarse del sillón-


-Haaa… eso duele Ara-chin-Se quejó el gigante- está bien, está bien,  me despediré…


-Bien dicho –Sonrió satisfecho- bueno yo me retiro nos vemos después joven Himuro


-Buenas noche Arata-san… -Dijo el azabache mientras se reía levemente de la situación que acababa de presenciar, para después posar su mirada grisácea en el gigante que estaba en frente de el-


-¿Mañana vendrá Muro-chin?...


-Si –Respondió tranquilamente-


-¿Lo promete?


-Si- Volvió a responder tranquilamente, no era de extrañarse escuchar esa pregunta ya que todos los días el gigante se la hacía-


-¿De verdad lo prometes?... –Nuevamente pregunto mientras con sus manos rodeaba la cintura del azabache para abrazarlo-


-Sí, de verdad lo prometo –El azabache le miro a los ojos y le dedico una pequeña y cálida sonrisa, en las semanas que había transcurrido había logrado aprender unos cuantos trucos, para calmar al ansioso e impulsivo gigante, el primero era siempre darle las fresas de sus pasteles, segundo siempre tener dulces a la mano y cuando decía siempre era siempre, tercero intentar no exaltarse abruptamente ante sus berrinches y cuarto tratarlo como a un niño aunque no lo fuera.


-De acuerdo entonces estaré esperando con ansias que Muro-chin vuelva-Lentamente el gigante fue acortando la distancia entre sus labios para depositar un casto beso, durando apenas unos cuantos segundos- ya quiero que regreses


-Jeje Hasta mañana Murasakibara-san –El azabache tomo sus cosas y con las mejillas un poco sonrojadas se retiró de la mansión para emprender el rumbo hacia su departamento, mientras pensaba en todo lo que había sucedió en los últimos meses, a veces seguía un poco desconcertado en cómo había llegado a la situación en la que se encontraba, llevo su mano derecha hacia sus labios y recordó como el gigante lo había besado momentos atrás, aun se le hacía un poco incómodo tener ese tipo de acciones, pero ya no le eran tan desagradables como en un principio, de hecho comenzaba a pensar que el gigante era muy tierno cuando controlaba su carácter, no quería hacerse ilusiones pero si la situación seguía de esta manera el estar al lado de peli-morado sería mucho más fácil de lo que había creído, incluso hasta le podría gustar.


-¿Himuro-chan?... –Escucho que le llamaban justo cuando abría la puerta del apartamento-


-Buenas noches Chinami-san –Dijo mientras hacia una reverencia ante la presencia de una mujer de edad mayor-


-Es un alivio verte nuevamente, estaba comenzando a preocuparme, pensé que te había sucedido algo-Dijo con voz angustiada-


-Gracias por preocuparse-Dijo con una nueva reverencia y una ligera sonrisa- lo que sucede es que he pasado las noches en casa de un compañero debido a la tarea de la escuela.


-Ya veo, me alegre saber que Himuro-chan estan responsable, pero intenta descansa más.


-Si lo tomare en cuenta, nuevamente gracias por preocuparse.


-Para eso son los vecinos, que tengas buenas noche Himuro-chan


-Igualmente –Vio como la mujer se alejaba lentamente, bueno al menos la mentira de las tareas serviría para justificar su ausencia, eso sin duda facilitaría su vida-


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AL DÍA SIGUIENTE EN LA CAFETERÍA


-Habían pasado varias semanas desde que reforzaron la seguridad en cuarto de cámaras, y aunque había pensado en muchas alternativas para ingresar todos sus planes siempre se quedaban a medias, viera por donde lo viera era completamente imposible entrar a ese lugar, además el hecho de que esa maldita zanahoria andante lo estuviera vigilando a sol y a sombra solo empeoraba mucho más las cosas, debía pensar en alguna solución lo más pronto posible, para comprobar la inocencia del chico del lunar y además que también debía liberarlo del gigante, aunque ahora que lo pensaba en las semana pasadas había parecido como si fueran una pareja de lo más normal, aunque claro no podía olvidar que el mismo había escuchado como el gigante prácticamente había admitido que compraba al indefenso plebeyo, bueno… tal vez no de forma tan clara pero eso había dado a entender -


-kao…Takao…deja de hacer eso sonido-Dijo un poco molesto un azabache de cabello corto mientras lo sacaba de sus pensamientos, al parecer el de mirada afilada se encontraba sorbiendo de la pajilla de un jugo de caja cuando ya se había terminado el líquido dentro de ella causando un molesto sonido para el senpai-


-Jeje lo lamento Kasa-chan-Sonrió mientras dejaba la caja vacía en la mesa y se disponía ver detenidamente su charola con comida, mientras nuevamente se quedaba pensativo- ¿Creen que Himu-chan este bien?...–Pronuncio de manera quedita atrayendo la atención del senpai azabache y del castaño ojos chocolates-


-¿Takao-kun sigue pensando en eso?... –Pregunto preocupado el de mirada chocolate-


-Ya deja ese tema por la paz Takao, tú mismo nos dijiste que Murasakibara había anunciado ante toda la escuela que era su novio.


-Si pero también les dije que de alguna forma lo está obligando a serlo, bueno al menos eso creo… -Esto último lo dijo en un susurro-


-¿Y qué crees que podríamos hacer? –Cuestiono el castaño-


-Ustedes dos no harán nada –Dijo el mayor con una voz severa haciendo que los otros dos pusieran una mirada de tristeza al sentirse regañados- no, no, no hagan eso…-Rápidamente su semblante enojado se relajo era inevitable ser tan débil ante la mirada triste de los menores- ¡demonios!... saben que si se acercan a él podrían salir perjudicados.


-Pero es que simplemente ya no podemos quedarnos con los brazos cruzados mientras Himu-chan es lastimado.-Dijo afligido el halcón-


-Eso es verdad… -Secundo el castaño- ya no podemos quedarnos sin hacer nada


-…-El mayor no dijo palabra solo se concentró a suspirar profundamente- y entonces… ¿cuál es su plan?


-Primero debemos encontrar una forma de comprobar su inocencia y hacer que recupere su beca, estoy casi seguro que alguien intento incriminarlo pero no tengo la menor idea de quien pudo haber sido después de todo la escuela está llena de personas que lo detestan.


-Ok y entonces… ¿alguna idea para comprobar que es inocente?


-…-El de mirada afilada se quedó pensando por un momento si era buena idea comentar el plan de infiltrase en el cuarto de cámaras, después de todo Kasamatsu era demasiado protector y era casi un hecho de que se negaría a aceptar ese plan, lo más conveniente era callarse por el momento e intentar buscar otra opción de comprobar la inocencia del chico del lunar o al menos planear con más detenimiento su plan principal para revelarlo después- no se me ocurre nada… -Mintió-


-Ahora que lo recuerdo –Interrumpió el castaño- cuando intentaron atacar nuevamente a Himuro-kun en la cafetería, me encontraba con Aomine y a este le llego un mensaje en donde decía “El plebeyo ha vuelto, está en la cafetería” –Los ojos afilados se sorprendieron completamente, al igual que los del senpai sin embargo el asombro de este último fue porque le paso algo similar con el rubio, y lo más probable era que a los demás alumnos en la biblioteca también hubieran recibido ese mensaje ya que eso explicaría por qué todos se habían ido tan de repente-


-A mí me paso algo similar, con los chicos que se encontraba en la biblioteca al parecer a todos les comenzaron a llegar mensajes para que se dirigieran a la cafetería.-Omitió al rubio en su comentario-


-Eso es genial, si logramos saber quién es el remitente de ese mensaje tal vez podamos encontrar a quién intento inculpar a Himu-chan.


-Bueno pero nadie te asegura que el remitente de ese mensaje sea la misma persona que haya inculpado a Himuro del robo.-Le menciono el senpai-


-Bueno no, pero por el momento es nuestra única pista.


-Debemos obtener ese número, Sakurai lo dejo en tus manos-Dijo emocionado el halcón-


-¿Y por qué a mí?


-Porque tú eres el único que puede hacerlo, debes convencer a Aomine que te de ese número, no debería ser difícil para ti después de todo solo debes actuar un poco cariñoso-


-Ha… yo…-Las mejillas del castaño se ruborizaron, estaba bien que ante Aomine y los demás actuara de una forma más rebelde, pero ante sus amigos seguía siendo un dulce conejito-


-Bueno ya que todo está decidido dejemos este tema de lado –El azabache mayor intento cambiar de tema para que el castaño dejara de sentirse incomodo, mientras se planteaba la posibilidad de también intentar conseguir ese número telefónico aunque eso significara acercarse al rubio.


-Bueno entonces cambiando de tema, han notado que todas las chicas de la escuela últimamente tiene cortes de cabello raros, ¿estarán yendo al mismo estilista?-Cuestiono el de mirada afilada-


-Quien sabe…-Dijo algo risueño el castaño-


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ESE MISMO DÍA EN LA MAÑANA


-Ya me voy Ara-chin, Kou-chin –Se despedía el gigante mientras tomaba su mochila y comenzaba a caminar hacia la salida, cuando escucho que el teléfono comenzaba a sonar-


-¿Mansión Murasakibra?,  ¿Quién habla? –Pregunto el mayor- ¿Señorita Shisuat?... –Inmediatamente el hombre dirigió su mirada al de cabello morado con algo de preocupación-


-Yo me encargo… pueden retirarse -Dijo tranquilamente mientras tomaba el teléfono- ¿Qué quieres?...-Dijo sin ganas-


-Mooo… que frio…-Pronuncio la mujer con una voz caprichosa- al menos podrías preguntar como estoy


-¿Cómo estás?... –Dijo sin interés-


-Aburrida, ¿Cuándo vienes a verme? –Pregunto con un tono coqueto-


-Estoy muy ocupado…


-Siempre estas ocupado y eso me pone de malas-Dijo un poco molesta-


-Que lastima…


-Quiero que vengas a verme


-No puedo…


-Entonces iré yo –Dijo con decisión-


-No puedes hacer eso –Dijo irritado-


-Si puedo y lo hare si no vienes a verme –Dijo en un tomo aún más caprichoso-


-¿En dónde estás?...-Suspiro profundamente para tranquilizarse-


-En New York-Se escuchó una pequeña risita juguetona por parte de la mujer-


-Me tomara todo un día llegar…


-No me importa, si mañana mismo no estás aquí yo iré a buscarte –Sin más la llamada se cortó-


-Que fastidio…


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DE REGRESO EN LA ESCUELA


Caminaba rumbo hacia la cafetería para almorzar, me sentía un poco incómodo, hace ya bastantes semanas que no me encontraba solo en los pasillos escolares, Murasakibara me había mandado mensaje diciéndome que llegaría tarde y que no podríamos almorzar juntos, al principio no le di importancia pero ahora que caminaba por los pasillos con miles de miradas despectivas hacia mi persona en mi estómago se comenzaba sentir una especie de vacío, nunca imagine que el gigante fuera capaz de hacerme sentir protegido, tal vez inconscientemente estaba comenzando a sentir una dependencia hacia su persona, aunque pensándolo bien era lógico ya que era mi única compañía dentro de la escuela puesto que por mi propio bien intentaba mantenerme lo más alejado posible de Taiga en parte para borrar mis sentimientos hacia él y también para intentar no molestar a Murasakibara, en cuanto a Kuroko pocas veces venía a la escuela debido a que se encontraba atendiendo algunos asuntos de su empresa y los pocos días que asistía los pasaba al lado del pelirrojo, ciertamente ya me era mucho menos doloroso el verlos juntos pero aún me era difícil, sin embargo estaba feliz por ellos realmente parecía como si estuvieran hechos el uno para el otro, metido en mis pensamientos no me di cuenta de cómo llegue a la cafetería y una vez más al momento de percatarme como todas las miradas se posaban en mi volví a sentir un vacío en mi estómago, al parecer mi ansiedad por sentirme solo comenzaba aumentar, casi al instante percibí como mi mano comenzó a temblar ligeramente  y la sensación de vacío dejo de invadir mi estómago para mudarse a mi pecho, de repente los recuerdos de la vez que me atacaron en ese lugar surcaron mi mente, como había sido golpeado y humillado todo lo estaba recordando tan vívidamente, ¿Qué me estaba pasando?, claramente comenzaba a asustarme pero lo disimulaba perfectamente bajo mi rostro de póker, estaba a punto de retirarme del lugar cuando una voz me llamo en un grito.


-¡Himu-chan!


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-No te vez nada bien, ¿Qué rayos sucede contigo Aomine? nanodayo… -Cuestiono tranquilamente el peliverde mientras acomodaba sus gafas-


-Haaa… no he tenido sexo en semanas eso es lo que pasa –Contesto molesto el moreno mientras daba una mordida a su hamburguesa-  ese maldito de Sakurai ha alejado a todas las chicas de la escuela de mi


-Vaya el gran Aomine está siendo vencido por un pequeño conejito –Dijo burlón el de mirada dorada mientras comía una poco de flan-


-Cállate rubia-Le dijo furioso- el único que puede vencerme soy yo, es solo que no he tenido ganas de contratacar- Y era verdad ya que de alguna forma muy retorcida al moreno le fascinaba ver esa faceta tan rebelde del castaño, sin embargo eso no quitaba el hecho de que por su culpa se encontraba frustrado sexualmente y eso era un problema serio-


-Te venció –Dijeron al unísono tanto el peliverde como el rubio-                 


-Cállense –Grito iracundo- lo que pasa es que ustedes están celosos porque aunque sea para hacerme mal mi lindura si me hace caso y a ustedes ni siquiera las cucarachas los quieren.


-… -Ambos se quedaron callados, desafortunadamente el moreno tenía razón ya que ni Kasumatsu ni Takao parecían tener el más mínimo interés en ellos, tal vez Sakurai solo se estaba intentando vengar del moreno pero bueno al menos el moreno tenía su odio, no que ellos no tenían absolutamente nada, ni siquiera un pequeño sentimiento de lastima.


-Jeje –Rio el moreno victorioso al no recibir ningún tipo de respuesta, de repente el trio noto como el azabache del lunar ingresaba a la cafetería haciendo que todas las miradas se acapararan en él, está de más decir que por sí solo el azabache siempre recibía miradas despectivas pero esta vez no era simplemente por el sino por el hecho de que se encontraba solo- Murasakibara no está con el –Dijo un poco sorprendido el moreno-


-Tal vez ya se cansó de ser su novio nanodayo –Dijo el peliverde mientras nuevamente se acomodaba los lentes, ciertamente para todos había sido una sorpresa que el gigante lo anunciara como su novio aunque claro pensándolo un poco el peli-morado ya había dado algunos indicios de que se sentía atraído por el chico del lunar, además que el de lentes ya los había visto en una escena un tanto comprometedora sin embargo nunca se imaginó que se volverían pareja.


-Ojala Murasakibara se aburra pronto de él y lo bote como la basura que es… -Pronuncio el rubio dejando a los otros dos completamente impactados, jamás habían escuchado al de mirada dorada tan molesto hacia una persona-


-Wooo… ¿Qué sucede rubia? –Cuestiono juguetón el moreno- recuerdo que antes tú eras uno de los primeros en defender al plebeyo y mírate ahora  lo aborreces a morir, incluso me contaron que el día del ataque no hiciste nada por defenderlo y eso que tu querido Kasamatsu te lo pidió.


-Yo no ayudo a zorras…-Dijo más molesto mientras con su cuchara apuñalaba repetidamente el flan que estaba comiéndolo dejándolo hecho un desastre, no podía evitar odiar a Himuro, solamente de imaginarlo en el los brazos de SU senpai lo hacía hervir de rabia.


-Lo mejor será acostumbrarnos a su presencia, ese chico al parecer jamás se ira de la escuela.


-¿A qué te refieres? –Cuestiono el rubio-


-Es lógico cuando no puedo engatusar a Kagami corrió con Murasakibura y cuando Murasakibara se aburra de él y lo deje buscara a alguien más.


-Puede que tengas razón…-Dijo pensativo el moreno-


-Claro que la tengo, ahora solo falta ver quien o quienes serán los siguientes tontos que caigan en su juego.


-¡Himu-chan ven a comer con nosotros! –Un sonoro grito dejo a los tres milagros completamente estáticos al reconocer perfectamente la voz que hacia la invitación-


-Demonios… -Pensaron los tres al mismo tiempo-


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-¡Himu-chan ven a comer con nosotros! –Grito alegremente el de mirada afilada mientras le sonreía ampliamente al chico del lunar-


-¿Takao que demonios estás haciendo? –Susurro Kasumatsu- ya les dije que pueden salir perjudicados


-Y nosotros dijimos que no nos importa y que ya no nos quedaremos con los brazos cruzados, de verdad lo queremos ayudar.


-Pero…-Intento objetar el mayor-


-Por favor Kasamatsu-senpai déjenos ayudarlo, además sabemos perfectamente que usted también se siente preocupado por él y la única razón por la que no quiere involucrarse es porque tiene miedo que nos suceda algo, pero ya no somos unos niños, sabemos cuidarnos y le prometemos que todo estará bien. –Dijo el castaño, dejando al senpai sin palabras-


-¡Himu-chan!...-Volvió a llamar  Takao-


-¿Himu-chan?... –Susurro levemente el chico del lunar dándose cuenta que era a el a quien se refería el chico que gritaba, sin pensarlo dos veces intento dirigirse a la salida ya que esto sin duda debía tratarse de una trampa-


-Himu-chan por favor no se valla y almuerce con nosotros-El de mirada afilada detuvo su escape tomándolo del brazo-


-… -Por su parte Himuro no respondió, con todo lo que había pasado no era capaz de fiarse de alguien-


- Por favor no desconfié, solo queremos almorzar con usted –Dijo Sakurai mientras se acercaba a los dos azabaches-


-…-Nuevamente Himuro no respondió-


-…-El castaño se quedó pensativo por unos segundos, sabía perfectamente que no sería nada fácil acercarse al chico del lunar pero si querían ayudarlo debía encontrar una forma de que este confiara en ellos a lo que casi inmediatamente le llego una idea a la cabeza- Somos amigos de Kasamatsu-senpai -Al oír esto Himuro dirigió su mirada a la mesa en donde hace unos momentos se encontraban sentados el de mirada afilada y el castaño, encontrándose con la mirada azul grisácea del senpai, al parecer por sus nervios no lo había notado antes, de hecho ahora que lo pensaba mejor esos chicos eran los mismos a los que el azabache mayor les había comprado dulces el día del festival- el comerá con nosotros así que no debe tener miedo –El cuerpo de Himuro comenzó a relajarse haciendo que Takao se sintiera un poco más tranquilo y comenzara a llevarlo hacia la mesa-


-Vamos Himu-chan siéntate


-Sí, Himuro-kun tome asiento-Las tres miradas se dirigieron a la penetrante mirada azul grisácea del senpai en busca de aprobación y aunque este no estaba muy seguro de aceptar no tenía la capacidad para negarse, después de todo adoraba a esos dos mocosos y ellos realmente querían ayudar  a Himuro-


-Toma asiento, que la comida se enfriara –Dijo serio mientras se concentraba a seguir comiendo-


-Si…-Dijo un poco emocionado el chico del lunar mientras tomaba asiento en la mesa, no estaba seguro si estaba bien acercarse a esos chicos pero bueno Kasamatsu senpai era la única persona que se había preocupado por defenderlo el día que lo atacaron así que quería pensar que al menos podría confiar en él, bueno en él y en sus amigos-


-Hola mi nombre Takao Kazunari –Dijo emocionado el de mirada afilada-


-Yo soy Sakurai Ryo es un placer conocerlo Himuro-kun


-El gusto es mío… -Dijo un poco sonrojado de las mejillas-


-Wooo… Himu-chan esta rojo, que lindo se ve, parece un tomate


-Ciertamente Himuro-kun es ve muy tierno –El azabache del lunar se puso aún más rojo al escuchar estas palabras-


-Niños no lo atosiguen o lo espantaran –Regaño el mayor-


-Lo sentimos…-Dijeron al unísono el Cataño y el halcón haciendo que el senpai se riera ligeramente-Por su parte aunque un poco incómodo Himuro comenzó a sentirse un poco feliz ante la posibilidad de tener nuevos amigos. Demás está decir que los milagros que se encontraban a algunas cuantas mesas de distancia se encontraban completamente molestos, aun no podían creer que el plebeyo estuviera comiendo en la misma mesa de esos tres, simplemente era una idea que no podían soportar, sin embargo poco podían hacer no querían causar un escándalo en plena cafetería. Sin duda el que se encontraba más molesto de los tres era el rubio el cual no paraba de fulminar con la mirada al senpai  el cual a pesar de percatarse de la intensa mirada del ojo dorado se empeñaba en ignorarlo haciendo enojar a Kise en mayor medida, sin pensarlo dos veces tomo su celular y le mando un mensaje al senpai.


-“Aléjate de esa zorra” –Leyó el azabache mayor, pero ni siquiera se inmutó-


-“Lárgate de esa maldita mesa” –leyó un nuevo mensaje pero siguió sin inmutarse-


-“Dije que te largues de esa mesa” –Leyó nuevamente otro mensaje y realmente molesto dirigió su mirada hacia el rubio y sin que sus tres acompañantes se dieran cuenta,  de manera muy articulada y pausada evoco un VE-TE-A-LA MI-ER-DA, el cual fue completamente entendido por el rubio haciendo que se levanta realmente furioso- Debo irme –Dijo iracundo el rubio-


-¿Ha dónde?-Cuestiono el moreno-


-Debo idear un plan


-¿Plan?... –Ahora cuestiono confundido el peliverde-


-Sí, para que alguien me obedezca…


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Faltaba poco para que el receso terminara, prácticamente no quedaba nadie en la cafetería a excepción de tres azabaches y un castaño y aunque había sido muy difícil el que Himuro entrara en confianza gracias a la actitud alegre de Takao esto se logró realizar, de hecho habían logrado tener una agradable platicaba acerca de cosas triviales, como sus gustos de música, su comida favorita, las materias de la escuela y los profesores, era la primera vez que Kasamatsu, Takao y Sakurai podían acercarse tanto al tímido plebeyo y todos estaban encantados son su personalidad-


-Himuro-kun casi no comió nada, ¿se encuentra bien?-Interrumpió la plática el castaño un poco preocupado-


-Si no se preocupe, es solo que casi no tenía hambre –Explico tranquilamente el del lunar-


-Bueno y hablando de comida nos encantaría que mañana Himu-chan volviera a comer con nosotros


-Me encantaría pero…-No alcanzo a terminar la oración cuando sintió como unas gigantescas manos se enredaban en su cintura-


-¿Qué sucede aquí Muro-chin?...-La monótona voz del gigante logro crispar por completo al del lunar poniéndolo un poco nervioso-


-Murasakibara-san pensé que ya no vendría –Dijo mientras se levantaba del asiento-


-Me apure con lo que tenía que hacer para venir a verte aunque fuera por unos momentos-Después de decir esto dirigió su mirada a los otros tres chicos los cuales sintieron un pequeño escalofrió recorrerles todo el cuerpo de pies a cabeza ante la intensa mirada purpurina-


-Ha… ellos son Takao Kazunari, Sakurai Ryo y Kasamatsu Yukio, me invitaron a comer con ellos –Se apresuró a explicar el del lunar algo nervioso rogando por que el gigante no se molestara-


-Ya veo…


-Si gusta usted también puede acompañarnos –Dijo rápidamente el de mirada afilada, ciertamente la presencia del peli-morado no le era agradable pero pensó que era la oportunidad perfecta para poder observarlo un poco más-


-…-El gigante se tardó unos segundos en responder, ya le era bastante difícil tener que controlarse cuando estaba solo con su Himuro como para sentarse en ese lugar y tener que compartirlo, estaba a punto de decir que no cuando vio la mirada suplicante del chico del lunar, sin lugar a dudas esa era una mirada deseosa y anhelante a la que no podía negarse, así que solo por esta vez podría intentar compartirlo, eso sí solo intentaría ya que no podía prometer nada mas- Quiero pastel…-Dijo sin muchas ganas mientras tomaba asiento-


-Si enseguida iré por el –Dijo alegremente el del lunar, tal vez realmente el gigante había cambiado- ¿ha ustedes se los ofrece algo? –Pregunto un poco emocionado y nervioso-


-Un pastel estaría bien… -Dijo con simpleza el senpai azabache, recibiendo una penetrante mirada purpura, sin duda de los tres chicos que estaban sentados en esa mesa el senpai era del que más desconfianza tenia, debido a que sabía de algunos rumores acerca de que había estado acosando a su Muro-chin cuando él no se encontraba en la ciudad y el hecho de que Himuro le hablara con tanta confianza solo empeoraba las cosas, a duras penas se controlaba cuando Kaga-chin estaba cerca de Muro-chin y ahora debia fingir compostura ante otras tres mugrosas moscas, si, moscas porque eso eran moscas esperando a que si distrajera para probar de su dulce.


-De acuerdo enseguida vuelvo –Dijo el del lunar antes de ir por los pasteles, demás esta decir que el ambiente en la mesa después de que se fuera se volvió completamente incomodo, nadie sabía que decir o como actuar en ese momento los cuatro chicos sentados ahí pensaron que esa situación seria un poco difícil de afrontar-


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-He escuchado que Himu-chan es realmente inteligente –Dijo el de mirada afilada mientras comía su pastel-


-Mis profesores siempre comentan lo mismo–Interrumpió el castaño-


-No es para tanto… -Dijo un poco avergonzado el azabache del lunar-


-¿Cómo que no es para tanto? Himu-chan tiene el primer lugar del cuadro de honor, sin duda es el alumno más brillante de toda la escuela.-Volvió a comentar eufórico el halcón-


-En verdad Himuro-kun es asombroso-Secundo el castaño-


-Gracias… -Respondió más nervioso el del lunar-


-Aunque ahora que lo recuerdo Kasamatsu senpai tiene el segundo lugar ¿verdad? –Cuestiono el castaño, a lo cual el senpai asintió sin mucho interés-


-Wooo… Kasa-chan también es asombroso.


-Los dos tienen mucho en común, ambos son callados, ordenados, inteligentes, de cabello obscuro y ojos grisáceos –Menciono el castaño-


-Alucinas Saku-chan, Kasa-chan es un amargado y mala cara, mientras que Himu-chan es súper lindo y tierno-El de mirada afilada no dejaba de hacer un gran alboroto cada vez que hablaba-¿O usted que opina Himu-chan?


-He… yo… –El del lunar no sabía que responder se encontraba un poco nervioso, mientras sus mejillas se sonrojaban tenuemente debido a toda la atención que estaba recibiendo, dicho acto no pasó desapercibido para el gigante haciendo un pequeño puchero en protesta, no era justo ese sonrojo debía ser solo para el-


-Quiero las fresas de Muro-chin…-Dijo haciendo pucheros mientras su ceño estaba un poco fruncido-


-¿He?... si claro… -Respondió amablemente Himuro mientras comenzaba a darle las fresas de su pastel al gigante-


-Mooo... yo también quiero más fresas, es más quiero más pastel, Saku-chan dame todo tu pastel –Grito el de mirada afilada mientras intentaba arrebatarle el pastel al castaño-


-No Takao-kun este pastel es mío –Decía decidido el castaño mientras intentaba por todos los medios que su trozo de pastel no fuera arrebatado-


-No hagas tanto escándalo Takao, ten…  –Dijo el senpai de cabello azabache mientras le entregaba al halcón su trozo de pastel, quedándose el sin absolutamente nada, haciendo que el de mirada afilada se pusiera realmente contento al obtener más pastel y el castaño se sintiera aliviado al dejar de ser molestado, sencillamente esa era una escena conmovedora parecía como si se tratara de un padre cuidando de sus hijos, sin duda esos tres eran realmente tiernos-


-Puede tomar el mío…-Dijo el chico del lunar mientras colocaba su rebanada de pastel en frente del senpai dejando a todos en la mesa completamente sorprendidos sobre todo al peli-morado- casi no como cosas dulces así puede quedarse con el –Dijo mientras le dedicaba una alegre sonrisa al azabache mayor haciendo que la poca cordura que intentaba mantener del gigante peli-morado se agotara-


-Es suficiente…–Dijo mientras tomaba del brazo al del lunar y comenzaba a tirar de el-


-¿Qué sucede Murasakibara-san?-Pregunto un poco confundido-


-Si Muro-chin piensa que dejare que coquetee con otro en frente de mi está muy equivocado-Le susurró al oído-


-¿Coquetear?... –Apenas pronuncio mientras sentía como era prácticamente arrastrado hacia la salida de la cafetería dejando a dos pelinegros y un castaño completamente confundidos-


-Rayos…-Dijo el halcón mientras salía corriendo detrás de la pareja-


-Takao –Grito Kasamatsu siendo completamente ignorado por el azabache menor-


-¿Qué ocurrió?...-Cuestiono algo asustado el castaño-


-…- El mayor no respondió  ni siquiera el comprendía que acababa de ocurrir pero tal vez y solo tal vez Takao tenía razón y después de todo esa pareja no era normal, de hecho recordaba que la primera vez que había hablado con el del lunar este se encontraba gravemente lastimo del brazo se preguntaba si acaso el gigante había sido el causante de aquella herida, al parecer esta situación era más seria de lo que él había creído.


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-¿Murasakibara-san que sucede?... –Pregunto nerviosamente el azabache sin obtener respuesta mientras era prácticamente arrastrado por los pasillos- Murasakibara-san por favor no haga berrinche… -Se encontraba hablándole al mayor de una forma maternal para intentar calmarlo pero no obtenía respuesta y eso comenzaba a preocuparlo. Sin darse cuenta habían llegado a una parte realmente alejada de la escuela lo cual lo hizo estremecerse- ¿a dónde vamos Mursakibara-san?... – De repente sintió como el gigante lo soltaba del brazo para posteriormente acorralarlo contra la pared-


-No quiero que Muro-chin se vuelva a acercar a esas tres moscas–Soltó sin más el gigante-


-¿Moscas?...-Se confundió por unos segundos hasta percatarse que se refería a los tres chicos de la cafetería- pero… ¿por qué?...


-No finja Muro-chin, yo vi cómo le estaba coqueteando a ese maldito senpai.


-Yo no estaba haciendo tal cosa –Elevo la voz intentando defenderse -


-¿Ha no? ¿Entonces por qué le sonreíste y le regalaste tu pastel?


-Simplemente estaba siendo amable, jamás intentaría coquetearle


-Claro… y yo estoy ciego, no puedo creer que a fin de cuentas Muro-chin sea una puta- De repente el gigante sintió como un puñetazo le era propiciado en la mejilla dejándole un pequeño moretón-


-¿Cómo puede decirme eso?... –La voz del azabache comenzaba a cristalizarse- ¿acaso no recuerda que mi cuerpo solo ha sido tocado por usted?, ¿acaso no recuerda que soy puro?, usted mismo lo comprobó el otro día que me toco–Las mejillas del pequeño azabache se ruborizaron completamente al recordar aquella escena tan íntima que habían pasado los dos hace ya algún tiempo, para después posar sus cristalinos ojos grisáceos en los purpurinos, rogando porque el titán recapacitara, y es que debía encontrar la forma de tranquilizarlo no quería volver a la etapa de celos y abusos por parte del mayor no cuando todo parecía marchar tan bien-


-…-El peli morado se acercó al oído del azabache y le susurro- ¿y acaso tu no recuerdas que simplemente me ofreces tu cuerpo a cambio de dinero?... –Un escalofrió y vergüenza recorrió todo el cuerpo del azabache al escuchar esas palabras tan frías por parte del peli-morado al parecer en las últimas semanas todo había sido mentira y el gigante no había cambiado en absoluto, no sabía porque pero unas inmensas ganas de llorar comenzaron a invadirlo, pero no lo iba a hacer al menos no enfrente del gigante- me pregunto… ¿Cuánto tiempo tardaras para ofrecerte a un mejor postor?- La lengua del gigante comenzó a recorrer el cuello del azabache-


-Suélteme… -Dijo en un susurro el azabache ya no tenía fuerzas para defenderse, en ese momento estaba cansado física y mentalmente-


-No lo hare hasta que Muro-chin me asegure que no se acercara a esas moscas -El gigante seguía lamiendo su cuello mientras sus manos rodeaban la cintura del menor aprisionándolo-  


-¿Qué pasaría si me negara a obedecerlo?


-Muro-chin no quiere que revele sus fotos ¿o sí?...


-Dijo que no lo haría


-Dije que no lo haría porque no quería, pero resulta que ahora si quiero hacerlo-Dijo con una voz berrinchuda- y prometo que esta vez no borrare el rostro de Muro-chin ni el nombre del sitio web- La mirada purpurina se notaba déspota y fría causándole sentir tanta frustración al menor- estaré esperando a Muro-chin en la mansión-Dijo el peli-morado mientras comenzaba a alejarse-Ha… y escúchame bien, por tu propio bien quiero que te alejes de Kasamatsu –Dijo el gigante en un tono firme sin utilizar ningún tipo de abreviatura ni honorifico demostrando que hablaba en serio, mientras se retiraba dejando a un furioso y decepcionado Himuro el cual apenas lo perdió de vista no logro seguir conteniendo las lágrimas, mientras se deslizaba por la pared para quedar sentado en el suelo abrazando sus rodillas mientras de sus ojos brotaban más y más lágrimas, desde que conoció al peli-morado muchas veces había sentido ganas de llorar de hecho en algunas ocasiones había derramado unas cuantas lagrimas sin embargo esas lagrimas eran de ira, impotencia, vergüenza, pero esta vez era diferente era la primera vez que derramaba lágrimas de decepción… ¿pero decepción de qué?, había sido un completo tonto al pensar que Murasakibara cambiaria, que realmente se preocuparía por él y su bienestar, después de todo solo era un niño mimado el cual estaba acostumbrado a tener lo que quisiera, todos esos besos castos y esa suaves caricias eran una estúpida mentira, una farsa, un engaño y el muy idiotamente lo había creído, ¿pero por qué demonios se encontraba tan herido?, ¿Por qué demonios estaba llorando de esa manera?, tal vez en algún punto creyó que lo que había entre el peli-morado y él realmente… realmente podía funcionar…-El de lunar siguió llorando por un buen rato sin percatarse que unos ojos afilados habían estado observando todo lo sucedido-


Continuara…

Notas finales:

Por favor no me maten (corre a esconderse) sé que este final de capitulo puede parecer malo (y de hecho es muy malo) no hare spoiler pero diré que se necesitaba tener esta discusión o esta recaída en la relación, solo diré eso y aclarare que no volveremos al inicio, no perderemos completamente el avance de la pareja así que tranquilas y no se desesperen, les tendré un nuevo capítulo para el domingo para que esto mejore un poco. Por fas no me maten.


Recuerden dejar un comentario para motivarme a seguir escribiendo y creo que me seria de mucha ayuda saber que opinaron de este capítulo, solo por fas intenten no matarme. Recuerden que yo los amo.


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