ALGUNOS AÑOS ATRÁS
-¿Qué es lo que sucede?- Decía un desconcertado peli-morado mientras observaba como la sala de la mansión se encontraba llena de paramédicos, Arata hablaba con ellos de manera afligida y sus padres observaban todo desde lo alto de las escaleras, su padre se mostraba un poco choqueado mientras su madre tenía los ojos llorosos y se ocultaba en los brazos de su marido, de repente se dio cuenta como en una camilla transportaban a su abuela la cual tenía un aspecto completamente agonizante, traía puesta una mascarilla respiratoria y en su brazo una intravenosa, al ser expectante de tal escena el gigante de cabello morado entro en aflicción y se acercó a la camilla lo más rápido posible- ¿Abuela?... –Dijo en un todo desesperado- ¿Qué paso?, ¿Por qué estas así?, ¿alguien explíqueme que sucede? –Gritaba suplicante mientras su voz comenzaba a quebrase y sus ojos comenzaban a ponerse acuosos- ¡Déjenla!, no se la lleven, no dejare que nadie la aleje de mi… -Dijo completamente molesto mientras intentaba alejar a los paramédicos que tiraban de la camilla- ¡SI NO SE ALEJAN JURO QUE LOS APALASTRARE!
-Atsu-Chin…-Pronuncio la señora de edad avanzada con un pequeño y débil hilo de voz- por favor cálmate…
-Abuelita –Al escuchar la voz de la adorable mujer se acercó a ella para tomar su mano con desesperación- ¿Qué te paso?... ¿Por qué estas personas te quieren llevar?, no entiendo nada y tengo miedo…-Las mejillas del gigante comenzaron a ser empapadas por grandes lagrimas que brotaban con desesperación de sus ojos-
-Atsu-chin no llores, todo estará bien, estos caballeros me llevaran a dar un paseo
-¿Pero mañana regresaras verdad? –Pregunto desesperado-
-Si… mañana regresare –Dijo dolidamente la mujer mientras su voz comenzaba a hacerse más débil-
-¿Lo prometes? –Pregunto aún más ansioso y desesperado mientras observaba que nuevamente los paramédicos comenzaban a tirar de la camilla-
-…-La mujer no emitió respuesta alguna-
-¿LO PROMETES?... –Volvió a preguntar pero nuevamente no obtuvo respuesta, haciendo que su ansiedad creciera y comenzara a correr detrás de la camilla siendo detenido inmediatamente por los paramédicos restantes, para posteriormente caer al suelo de rodillas mientras intentaba asimilar lo que estaba pasando- PROMÉTEMELO… PROMÉTEME QUE REGRESARAS…
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TIEMPO ACTUAL
Después de clases el azabache se apresuró a llegar a la gigantesca mansión no quería demorarse y hacer enojar aún más a la uva azucarada, con la respiración completamente agitada entro por la puerta principal topándose inmediatamente con un preocupado Arata.
-Joven Himuro, ¿Qué es lo que sucedió?, el amo Atsushi está completamente furioso y…
-Muro-chin…-Antes de que el mayordomo pudiera terminar de hablar fueron interrumpidos por la penetrante voz del gigante el cual con una mirada le indico al azabache que se dirigiera a su despacho, inmediatamente el azabache acato la orden, dejando aún más preocupado a Arata-
-¿Qué sucede?... –Dijo escueto el azabache mientras ingresaba a la gigantesca oficina y cerraba la puerta de la misma-
-Muro-chin debe firmar esto… -Dijo de manera floja pero autoritaria mientras colocaba en el escritorio unos documentos y tomaba asiento detrás del mismo.
-¿Qué es esto?... –Cuestiono el azabache confundido mientras tomaba el documento entre sus manos y comenzaba a leer-
-Es un contrato de compra-venta, en el cual se especifica que Muro-chin me pertenece hasta que ambos nos graduemos del instituto, también dice que tienes prohibido tener otra pareja, alejarte de mí o serme infiel por el tiempo que este contrato dure y que tu primera experiencia sexual también será mía, a cambio yo cubriré todos los gastos del instituto, alimentación, hospedaje, ropa y demás necesidades que puedas tener, aunque claro cada que yo gaste una gran cantidad de dinero en ti podre cobrármelo utilizando tu cuerpo de la forma que más me plazca, ya sean besos, abrazos, caricias o sexo, también existe una cláusula que especifica que si llegas a romper cualquiera de las condiciones impuestas en este contrato deberás regresar cada centavo que haya gastado en tu persona.
-Ni loco voy a firmar esto… -Dijo completamente molesto el azabache mientras tiraba el contrato al suelo y posaba su furiosa mirada grisácea en la purpurina-
-Si Muro-chin no firma el contrato entonces será mejor que se olvide de volver a estudiar en el instituto, es más yo me encargare que jamás pueda ingresar a ninguna universidad de Japón –Dijo serio mientras lo miraba de manera desafiante- así que sugiero que levantes ese contrato, lo firmes y vayas a alistarte por que esta noche la pasaras conmigo.
-…- El azabache no dijo nada, no podía, no tenía otra opción más que obedecer al gigante, su orgullo estaba por los suelos y su dignidad destrozada en esos momentos se odiaba por ser tan débil, cerro los puños con gran fuerza, se tragó las palabras mordaces que quería pronunciar y con toda la fuerza de voluntad que su cuerpo podía emanar se inclinó para tomar el contrato en sus manos ponerlo en el escritorio y firmarlo, bajo la atenta mirada purpurina-
-Muro-chin es un niño bueno – Pronuncio el peli-morado mientras sonreía ladinamente y acariciaba la mejilla del azabache, sin embargo al momento de sentir el contacto del titán el menor se apartó de manera brusca mientras le dedicaba una mirada molesta, con sus ojos grisáceos al borde del llanto, dicha mirada hizo que el pecho del gigante se comprimiera al darse cuenta que nuevamente se había comportado como un idiota- Muro-chin…-Dijo con voz un poco suave mientras se intentaba acercar al azabache pero antes de siquiera moverse el menor salió corriendo del lugar-
-¿Joven Himuro se encuentra bien? –Pregunto preocupado Arata al notar como el pequeño azabache salía del despacho con las mejillas empapadas en llanto-
-… -El menor no emitió respuesta alguna simplemente se dedicó a subir las escaleras para dirigirse a su habitación-
-¿Qué has hecho Atsushi? –Pregunto serio el adulto mientras ingresaba al despacho del peli-morado-
-No quiero hablar Ara-chin –Dijo escueto el gigante-
-Atsushi dime de una vez qué está pasando, ¿qué le has hecho al joven Himuro?
-No le he hecho nada simplemente hemos plasmado nuestro acuerdo en papel
-¿En papel?... –Cuestiono algo confundido el mayor-
-Sí, lo hice firmar un contrato de compra- venta
-¿Qué? –Dijo completamente sorprendido el anciano- ¿pero como se te ocurre hacer eso? Y justo cuando el joven Himuro se estaba acostumbrando a la situación.
-Era la única forma de tenerlo siempre a mi lado, para que nunca me dejara solo, para que nunca se fuera –Dijo el gigante en un tono desesperado-
-Atsushi debes comprender que a las personas no se les puede tener a la fuerza, el joven Himuro debe ser libre y el mismo debe decidir si quiere estar a tu lado.
-…-El gigante no respondió-
-Sé que actúas de esta forma tan posesiva por lo que paso con Anzu-sama y también por que tus padres no fueron el mejor ejemplo de una pareja de enamorados, pero escúchame Atsushi tus celos, tu ansiedad e inseguridad jamás te dejaran ser felices.
-…-Nuevamente el gigante no emitió respuesta-
-El de mayor edad suspiro pesadamente al ver que el peli-morado ni siquiera se inmutaba ante sus palabras- Si quieres arreglar las cosas con Himuro será mejor que te disculpes de inmediato y deshagas ese contrato, pero no lo hagas simplemente porque yo te lo digo, hazlo si realmente piensas cambiar de actitud, si de verdad piensas confiar en el joven Himuro, solamente hazlo si quieres que Himuro sea tu pareja y no solamente tu zorra.-Después de pronunciar estas palabras el anciano se fue del lugar dejando atrás a un pensativo titán-
-Maldición…
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El azabache se encontraba sentado en la orilla de la cama mientras secaba su cabello con una toalla, ya había tomado un baño y se había puesto su pijama en otras palabras ya se había “preparado para el gigante”, suspiro pesadamente y en su pecho sintió una ligera opresión aun no podía creer como todo se había arruinado tan rápido, de verdad pensó que poco a poco la situación estaba mejorando pero simplemente se había equivocado, aunque claro después de todo era lógico ya que el simplemente era la puta del titán, un objeto sexual, estaba tan metido en sus pensamientos que apenas logro escuchar como la puerta principal de la habitación se abría dándole paso al gigante peli-morado el cual también se notaba que acaba de tomar un baño, inmediatamente la presencia del gigante lo hizo ponerse nervioso haciéndolo temblar un poco, por su parte el gigante solo se acercó lentamente tomo la toalla que tenía el menor entre sus manos se sentó detrás de él y de manera gentil y suave comenzó a secar el cabello húmedo del azabache, dejando al menor un poco desconcertado por su actitud, los minutos pasaron y el silencio cada vez se volvía más incómodo de repente el azabache comenzó a sentir como el gigante olfateaba su cabello de manera suave y pausada, deleitándose con el embriagante aroma del menor, dicha acción hizo que el azabache se estremeciera y se pusiera aún más nervioso, ya que hace varias semanas que no habían tenido este tipo de contacto tan íntimo, por otro lado la nariz del gigante comenzó a deslizarse por sus mechones para dirigirse a su delicado cuello mientras enredaba sus enormes brazos en la pequeña cintura del azabache aprisionándolo de manera un poco tosca pero gentil a la vez.
-Lo siento… -Dijo escueto el gigante-
-…-El azabache no respondió-
-El gigante suspiro pesadamente – De verdad lo siento Muro-chin, pero es que no puedo controlarme cuando alguien se te acerca-Dijo a forma de berrinche mientras se abrazaba más fuerte a la cintura del azabache- no quiero que nadie se te acerque, te toque, te mire y juro que intento controlar mis impulsos pero simplemente me exaspera pensar en la posibilidad de que alguien te arrebate de mis brazos.
-…-El azabache siguió sin responder-
-Volvió a suspirar el peli-morado-Romperé el contrato…
-…-Las palabras del gigante habían sorprendió al menor pero intento disimularlo-
-Y puedes juntarte con las tres moscas de la cafetería…
-…-Himuro simplemente no podía creer lo que estaba escuchando, aunque no estaba seguro de creer en las palabras del gigante ya que simplemente podían ser una mentira, una simple trampa, un invento para “arreglar” la situación-
-Muro-chin respóndeme…-El más alto hizo un puchero mientras giraba el cuerpo del azabache para que quedaran frente a frente- sé que tal vez sea difícil que me creas pero de verdad quiero cambiar, no quiero que Muro-chin me odie, no quiero que Muro-chin me deje, porque de verdad deseo que Muro-chin este a mi lado.
-…-El pelinegro solo se dedicó a mirar a otro lado sin emitir sonido alguno-
-El gigante suspiro al no obtener respuesta- Mañana debo irme a los Estados Unidos-Al escuchar estas palabras el azabache dirigió su mirada hacia el gigante un poco sorprendido, de repente su cuerpo comenzó a sentir ansiedad justo como le había pasado esa misma mañana, también a su mente habían llegado los recuerdos del ataque que había sufrido en la cafetería, no sabía porque pero le asustaba el simple hecho de imaginar que ese evento se pudiera repetir nuevamente, definitivamente no le estaba agradando la idea de quedarse solo-
-¿Cuándo regresaras?... –Pregunto anhelante-
-No lo sé… puede ser en unos días o en un mes…
-…-La mirada del azabache se notaba ansiosa, preocupada y un poco triste-
-Intentare tardarme lo menos posible –El gigante tomo la barbilla del menor y la elevo para que sus miradas se conectaran- no debes preocuparte mientras estés a mi lado prometo que jamás nadie volverá a lastimarte-
-“Nadie excepto tu”…-Pensó el azabache mientras nuevamente se quedó en silencio ante las palabras del mayor y es que el permanecer al lado del gigante significaba ya no ser molestado por los demás estudiantes del instituto pero debía soportar los berrinches y maltratos de la uva azucarada, viera por donde lo viera su situación era un asco así que solo le restaba ser inteligente y elegir la mejor opción para su persona.
-Muro-chin…-Dijo anhelante el peli-morado mientras enredaba sus brazos en la cintura del menor y lo atraía hacia si para que sus cuerpos se juntaran- sé que me he portado mal pero quiero besarte… ¿puedo hacerlo?...
-…-Las mejillas del azabache se ruborizaron completamente mientras sentía como los labios del mayor se acercaban cada vez más a los suyos, estaban tan cerca que podía sentir el cálido aliento del peli-morado- si…-apenas pronuncio mientras sentía como la vergüenza le invadía por completo, mientras tanto un muy feliz Murasakibara unía sus labios en un tranquilo pero algo juguetón beso, afirmando con más fuerza su agarre en la cintura del menor haciendo que sus cuerpos se juntaran cada vez más, conforme los segundos pasaron el beso comenzó a ser más demandante la lengua del gigante había invadido la cavidad bucal del azabache probando su deliciosa saliva, sintiendo su cálido aliento, mientras jugaba con la pequeña y húmeda lengua del menor, sin duda el gigante estaba sumergido en éxtasis y como no estarlo después de todo Himuro era su afrodisiaco preferido, su dulce favorito, cuando el aire ya no les alcanzaba debieron separarse dejando un finito hilo de saliva entre sus bocas el cual desapareció después de unos segundos, sus respiraciones eran agitadas ambos intentaban controlarlas-
-Dime que eres mío… -Ordeno el gigante dejando sorprendido al azabache-
-Yo…no… -El menor miro hacia otro lado mientras sus mejillas se ponían aún más rojas-
-Dímelo por favor… necesito oírlo –Dijo suplicante mientras comenzaba a dan pequeños besos en el cuello del azabache-
-Haaa…-De los labios del menor se escapó un ligero gemido provocado por los besos del gigante, mientras su cuerpo se estremecía-
-Dímelo, necesito saber que me perteneces, dímelo por favor
-De verdad lo lamento pero no puedo hacerlo-Dijo temerosamente el azabache-
-…-El gigante no dijo nada simplemente se levantó de la cama y se dirigió a la salida- mientras me encuentre fuera de Japón puedes vivir aquí o en tu apartamento y como ya dije eres libre de juntarte con las moscas solo tengo una condición no quiero que por ningún motivo toque a Kasamatsu.
Continuara…