Un mes.
Un maldito mes había pasado y él no consiguió avanzar ni un poco con Yeye, ¿cuál era el motivo de este terrible suceso? La respuesta, el maldito chino con complejo de madre protectora que no lo dejaba solo. Fueron dos semanas en las cuales no se presentó a clases y cuando volvió, parecían pareja, algo que lo exasperaba.
-Estúpido Hangeng
-¿Sigues celoso? –interrogó Kangin.
-¡¿Cómo no estarlo?! El imbécil no deja de acosarlo
-Es su amigo Kyunnie
-¡No lo defiendas Siwon, que me cabrea aún más!
-No lo estoy defendiendo, simplemente digo que…
-¡Ya! ¡No sigas!
-Pero Kyu…
-¡Que ya! ¡Maldita sea conti…
-¿Kyuhyun?
-Yesung…
Lo miró con el mayor amor posible, la molestia que antes estaba desapareció, dejando en su lugar una tranquilidad sorprendente, sus amigos no hicieron más que sonreír burlonamente.
-Creo que es mejor irnos Siwon, tenemos que comprobar la temperatura en la azotea
-Digo lo mismo Kangin, últimamente pareciera que refrescara más en ese lugar, debe ser por la altura
-Sí, vámonos…
Se retiraron dejándoles un poco de intimidad, Yesung alzó un poco su cabeza para mirarlo debido a la diferencia de altura.
-¿Estás ocupado? –preguntó un tanto tímido.
-Para ti nunca –y le guiñó un ojo causando un rubor en el pelinegro. –Me alegra verte… te extrañe
-Yo…
También te extrañe.
Borró ese pensamiento de su cabeza, no podía pensar en esas cosas, una persona que estaba sucia no merecía el cariño de alguien como el castaño.
-Tú… ¿qué?
Se acercó peligrosamente, una fragancia embriagadora inundó las fosas nasales de Kyuhyun, podía volverse adictivo a ella sin problemas.
-Na… nada –dio media vuelta dispuesto a irse, una mano se lo impidió, el agarre era lo suficientemente fuerte para dejarlo ir pero no tanto para llegar a lastimarlo.
-¿Seguro? –el aliento chocó en su nuca, un escalofrío recorrió la columna vertebral de JongWoon. –Porque… yo no creo que me vinieras a buscar por “nada”
Pasó saliva nervioso y decidió que era mejor hablar.
–Tú… más bien, yo…
Deja de tartamudear. Deja de tartamudear.
Se repetía mentalmente, el otro, por el contrario, disfrutaba del nerviosismo de él, sentirlo temblar entre sus brazos era una sensación realmente excitante.
-¿Qué ocurre amor?
-No quiero sonar interesado, ni mucho menos molestarte pero… Kibum me dijo que tú eres muy bueno en los números y yo… estoy teniendo problemas en cálculo, así que…
-Necesitas mi ayuda –finalizó Cho mientras afirmaba más el agarre, si es que era posible.
Yesung solamente asintió, no se creía capaz de articular palabra. En cuanto a Kyuhyun, una sonrisa triunfadora se asomó en su rostro, se le acababa de presentar la oportunidad de su vida y él, como buen jugador, no iba a desaprovecharla.
-Acepto
-¿En serio? –se volteó con rapidez quedando frente a frente, sus alientos chocaban y una vez más, pudo apreciar los ojos chocolates de ese muchacho.
-Pero con una condición –otro centímetro cerca, estaban a nada de besarse.
-¿Cu… cuál?
-Ya lo sabrás
Y lo besó, tan tierno, tan delicado, que Yesung podía asegurar que flotaba, no pensaba en nada, los labios de Kyu eran suaves y deliciosos, al sentir como lo besaba con cuidado, deseó que ese, fuera su primer beso. Pudo apreciar la lengua del mayor en su interior, explorando la boca con parsimonia, tomándose todo el tiempo del mundo para detallarlo. Cuando el aire clamaba por hacer acto de presencia se separaron, el primero en abrir los ojos fue Kyuhyun, quien sonreía extasiado, una ternura lo llenó al notar como el menor aún mantenía su boca entreabierta y la mirada brillosa.
-Me gustas Yeye…