-¡SE ESTÁN BESANDO! ¡AHHH!
Gritaban a la par desde el techo de un edificio, parecían colegialas enamoradas actuando de esa manera, pero no podían evitarlo, su amigo los estuvo molestando por mucho tiempo por no ver a su amado pelinegro.
-¿Crees que Kyunie se le confiese? –preguntó más calmado Siwon mirando a su alrededor, realmente fueron a la azotea.
-Puedo apostarlo –aseguró Kangin, revisó su celular al sentirlo vibrar dentro del bolsillo de su pantalón.
-¿Quién te mensajeas?
-¿Eh? Oh… nadie, nadie –respondió inquieto, sin verlo.
-Entonces, ¿Por qué estás tan nervioso?
-¿Yo? ¿nervioso? Pff, para nada
-Te conozco Kangin y sé que cuando ocultas algo evitas mirarnos
-¡Eso no es cierto! –gritó, observando a otro lado.
-Mírame –demandó con aquella voz autoritaria que ponía cada vez que regañaba a Heechul o a Ryeowook.
-No tengo porque hacerte caso
-Kangin…
-¡Adiós! –y huyó.
-¡¿A dónde vas?!
-¡A evitar que plankton se robe la fórmula secreta de la crangueburguer!
Siwon lo perdió de vista, la excusa que le dio fue de tipo Sungmin y eso era algo que no iba con su personalidad.
-¿Con quién te estás viendo Kangin?
…
Bendito seas Kibum.
Pensaba Kyu mientras se recargaba en una banca de la escuela con una sonrisa boba, le pareció demasiado adorable la reacción de su Yesung después de besarlo.
Flash back.
Se miraban el uno al otro, sin parpadear, ambos sonrojados y con demasiadas preguntas en sus cabezas, el primero en romper el silencio fue el menor.
-¿Tú?... ¿por qué lo hiciste?
-Ya te lo dije, me gustas
-No me conoces…
-Eso lo sé, por eso quiero acercarme a ti –le tomó las manos sin titubear. -Para conocerte, estoy seguro que me encantarás… más de lo que me fascinas ahora
Le dedicó una sonrisa, una que aceleró el corazón de JongWoon, no sabía que hacer o cómo actuar, nunca creyó que un chico se fijaría en él, mucho menos uno como ese castaño.
¿Qué se supone que haces cuando un chico te dice aquellas palabras?
-¿Me dejarás acércame a ti Yeye? –volvió a sentir un suave toque en su mejilla y no pudo evitar cerrar los ojos, era la mejor sensación que había experimentado.
¿Debía responderle ahora?
No tenía idea de nada, así que actuó por inercia y decidió que era mejor escapar.
Kyuhyun no sabía que sucedió, pensaba en volver a probar esos labios carnosos del pelinegro pero este salió corriendo de la nada, desapareciendo de su vista. En otras circunstancias hubiera tomado aquello como una negativa, sin embargo, su chico le correspondió el beso y eso solo podía significar una cosa.
-Yo también te gustó Ye
Fin del flash back.
Ahora era tiempo de desarrollar un plan, él era considerado un prodigio en el instituto, por eso debía pensar meticulosamente las cosas, para evitar posibles arpías que quisieran meterse en su relación y para lograrlo necesitaba la ayuda de muchos.
-Es hora de reunir a los Super Junior
…
¿Qué había hecho? ¿Cómo fue que le correspondió al beso?
Ya en sus cinco sentidos (y escondido en uno de los baños) es que se ponía a razonar las cosas y asimilaba la magnitud de lo hizo.
¡Besó a uno de los más populares del colegio frente a toda la población estudiantil!
Estaba en problemas, podía apostar que en cuanto se descuidará lo atacarían. Aunque… eso no le importaba mucho, porque… lo quería, la primera vez que lo vio algo dentro de él se encendió.
-Quizás… me enamoré
Quizás tú te enamoraste, pero ¿y él? Piensas acaso que alguien con una educación de primera podría fijarse en ti, sólo porque te besó no significa que te quiera.
No le hagas caso Yesung, si lo hizo es seguro que siente algo por ti, lucha por lo que deseas.
Sus interiores luchaban y el segundo pensamiento fue el que más prevaleció, tener a alguien quien lo apoyará en las buenas y en las malas no sonaba tan mal, una persona con la cual podía desahogarse, experimentar el lado bueno de la vida y… las caricias, de esas que te hacen sentir amado, las manos de Kyuhyun eran suaves y con un solo toque lo mandaba a las estrellas, a diferencian de Seok.
-Ahh ¿Qué se supone que deba hacer?
-¿Jongie? ¿eres tú?
-¿Henry?
Salió del cubículo y se topó con un pelirrojo que se sonaba una nariz del mismo color de su pelo.
-Henry… ¿Por qué lloras?
-¡Woonie!
Unos brazos delgados lo estrujaron y después unos sollozos se oyeron, JongWoon se sorprendió, nunca creyó ver en un estado de tristeza a un niño tan tierno y alegre como Henry.
-¿Qué tienes?
-…
-Responde por favor, me… me estas asustando –acarició los cabellos rojos del niño, su actitud le recordaba a… no importa. –Henry…
-Kibum
-¿Kibum? –la imagen del pelinegro llegó a su mente, de aquel chico serio que traía loco a su amigo. -¿Qué te hizo? Porque él no parece ser alguien dañino
No parece como mamá y papá, ni como… Seok.
-Él… se molestó porque lo abrace frente a sus amigos y… me gritó que… que no me quería cerca de él y… y… ¡Me odia Ye! ¡Mi Kibum me odia!
El llanto se intensificó, Yesung no sabía qué hacer, conocía de la actitud del nene y del mismo “culpable” de la situación y por lo tanto llegaba a la conclusión de que este mismo, se hartó.
-Henry… no quiero hacerte sentir mal pero, tal vez te sobrepasaste
-¿Qué? –alzó la vista y pudo ver las ilusiones rotas, algo que lo quebró por dentro.
-Que… Kibum parecer ser de aquellas personas serias, las que no demuestran su cariño en público
-Alguien diferente a mí ¿cierto? –asentí. –Entonces… ¿él no me odia?
-Puedo apostar que no –le hablé con seguridad, vi como poco a poco sus ojos recuperaban el brillo.
-Tienes razón Ye, no debo darme por venci…
-¡HENRY!
Se sobresaltaron ante el repentino grito, un Kibum sudado y que hiperventilaba se encontraba en la puerta de los baños.
-¡Henry por favor perdóname! No quise gritarte, mucho menos decirte que te odio porque no es verdad, es sólo que amanecí de mal humor, Hyuk no me dejó dormir en toda la noche por sus ronquidos y…
-Shh –el pelirrojo puso un dedo sobre sus labios silenciándolo, JongWoon por otro lado se fue dándoles privacidad, sabía que sobraba. –Sé que no fue tu intención, más bien fue mi culp…
¡LO BESÓ!
El sabor a menta lo invadió por completo, quedó estático, desconocía los motivos de aquella acción y las dudas le llegaron, rompiendo el beso tan anhelado.
-No juegues conmigo por favor Kibumnie, no lo hagas –las lágrimas volvieron a aparecer, haciendo sentir mal al mencionado.
-No lo hago Ry
-Desde que te conocí me gustaste, no, fue más que eso, me enamoré de ti y tú… solamente me has dejado de lado, reclamando que te deje en paz, puede que nuestras personalidades no coincidan y que yo sea un niño inmaduro…
-No eres eso pequeño
-Entonces… ¿Por qué de repente gritas que me odias y luego me besas? –lo miró con los ojos entrecerrados, desconfiado del otro, algo que provocó el enojo del pelinegro.
-Porque… -no podía decírselo, la explicación era tonta y… cursi.
-Bien
No podía permitir que jugarán con sus sentimientos, su hermano muchas veces le advirtió de las personas que sólo querían jugar contigo, que una vez que te rompían el corazón era muy difícil salir adelante, porque fue el mismo Zhoumi quien vivió esa experiencia y él no se consideraba alguien fuerte como su hyung.
Kibum, por el contrario, no estaba dispuesto a permitir que se fuera de su lado, ¡claro que no! Después de todo, ¿cuándo se encontraba a un tierno niño que lo amará incondicionalmente?
-Antes de entrar al salón escuché como unos idiotas hablaban de ti –le sujetó fuertemente la muñeca. –Esos… decían lo tierno y sexy que eras, platicaban de cómo serías en la cama –apretó la mandíbula al recordar aquellas palabras, el coraje lo invadió al repetir la frase de aquel estúpido. –Intenté ignóralos porque se del amor que me profesas, luego de unos minutos llegaste tú y esperé el saludo que me das todas las mañanas, sin embargo tú… fuiste directo a ellos, regalándoles esa sonrisa que sólo es de mi propiedad, lo deje pasar, tienes el derecho de tener amigos, pero la gota que derramó el vaso fue que te descubrieras el torso frente a aquellos desgraciados, acepto que era necesario dado que estábamos en natación, es sólo que… ¡Joder Henry! Yo soy muy celoso e impulsivo, odio que los demás anden fanfarroneando de ti, de tu encantadora mirada, de tu tierno comportamiento, de… ¡de todo! ¡eres mío! ¿entiendes? ¡MÍO!
Volvieron a juntar sus labios y esta vez, Henry le correspondió gustoso, era la primera vez que se enamoraba y no importaba si él le rompía el corazón, se la jugaría por Kibum.