En cuanto se fue Shun Mime y Sorrento salieron corriendo hacía la biblioteca, Bud los seguía flotando. Los tres estaban entusiasmados por conocer al famoso fantasma de la biblioteca. Cuando estaban por llegar a la biblioteca Sorrento vio que Kanon iba pasando por ahí y sin pensarlo dos veces, dio media vuelta para buscar donde esconderse. Mime siguió su camino, junto con Bud buscó al fantasma sin obtener resultados, de pronto su celular comenzó a vibrar.
-¿Hola?
- Mime, soy yo. Sorrento.
- ¿Qué pasó dónde estás?
-Me atrapó Kanon, estoy en el vestidor.
- ¿Quieres qué vaya a sacarte?
- No, estoy bien. Me sacrifico por el equipo, es más importante ayudar a Bud. Estamos muy cerca de lograrlo.
-Sí, lo sé. Entonces te veo en el cuarto.
- Ok, adiós.
-Bye.
Mime se había separado de Bud, extrañado comenzó a buscarlo.-Bud, Bud, Bud- llamó con voz queda.- ¿Dónde estás Bud De Alcor?
-¿Conocisteis a Bud?- Mime escuchó que alguien preguntaba detrás de él. Se giró suavemente y pudo ver a Syd frente a él.
- Ammm… pues- el pelirrojo no sabía que decir.
- Él murió hace mucho, no me hace gracia que repitas su nombre- lo miró severo.
- Sí, por desgracia el murió hace mucho… pero verás eso no significa que no siga siendo mi amigo- reflexionó un poco.- Aunque bueno en realidad yo nunca lo vi cuando estaba vivo.
-No me gustan las bromas- se giró y cuando se disponía a partir sintió el agarre de Mime.
- Todavía puedes verlo si tú lo deseas- Mime lo miraba suplicante.- Te aseguró que él quiere hablarte.
- Tú…- Syd bajó la mirada.- Mis padres siempre me dijeron que él no existía, que eran solo imaginaciones mías que tenía que superarlo y seguir adelante.
-Te entiendo, mis padres también eran severos conmigo. Pero ven te mostraré que no son imaginaciones.- Tomó la mano de Syd y juntos caminaron por diferentes pasillos.
Llegaron a la sección de mitología nórdica. Ahí estaba Bud flotando cerca de otro fantasma, este tenía los ojos azules y el cabello rubio. Mime le señaló a Syd donde se encontraba su hermano gemelo. Este de inmediato comenzó a llorar. Le alegraba mucho saber que no eran alucinaciones que después de todo su hermano siempre estuvo junto a él, aunque lo ignoró muchos años lo seguía acompañando.
Mime jaló de nueva cuenta la mano de Syd y lo llevó hasta afuera de la biblioteca. Como el mayor seguía llorando, el pelirrojo lo abrazó y dejo que el llanto del contrario fluyera. Jugó un poco con el corto cabello de Syd, aunque considerara a ese joven un muchacho malcriado e impertinente no lo podía abandonar, no así. No ese día.
-¿Has hablado mucho con Bud?- preguntó el Alcor.
- Algo así, yo y un amigo lo estamos ayudando a encontrar pareja- Mime se separó de Syd.- Es por eso que no deje que te le acercaras más no quería que fueras mal tercio.
-¿Pareja? ¿En serio?- Syd no acababa de comprender.- Bueno suena algo que haría Bud.
- Jeje sí, lo sé.
-Cuidadito con hablar mal de mí- Bud apareció justo entre los dos chicos.
-Bud yo, perdonam… - Syd fue callado por un dedo ilusorio de Bud.
- No hay nada que perdonar hermanito, en lo absoluto.
- Pero deberas yo…
-Shhh shhh. Nada. Ahorita no estoy de humor para soltarme chillando.
-¿Aceptó ser tu pareja?- preguntó Mime.
- Pero Mime mira que adelantadito eres, jeje- se rascó la nunca.- Tendremos una cita mañana.
- ¿Cómo será una cita entre fantasmas?- preguntó Syd.
- Mucho mejores que las tuyas. Por cierto me gustaría que me enseñaras un poco como conquistar.
-Entonces ¿soy libre?- preguntó el pelirrojo.
- Pero que va, nadie escapa de la amistad Mimecito- se acercó a Mime y susurró.- Además mi hermano ya te echó el ojo.