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Anti tú por Sirius-Severus

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No. No se iba a levantar de la cama. Se iba a morir del asco allí por el resto de su vida. Se lo merecía, por gilipollas. Si se levantaba tenía que ver a Snape y era lo último que quería hacer. Joder, que lo había besado. Cuanto más lo pensaba más ganas de morirse le daban. No podía ser tan estúpido... familia de los Black tenía que ser.

¿Qué cojones tenía en el cabeza para hacer eso? Si es que no era normal lo que había hecho y menos todavía el que le gustara el beso. Se tapó la cabeza con la manta y deseó que llegara el verano y no tuviera que verlo y pudiera seguir con su vida como siempre. Quería su vida de hacía meses. Su vida tranquila.

Y para colmo tenía a sus tres amigos encima suyo queriendo saber qué había pasado la noche anterior porque cuando volvió al cuarto comenzó a dar patadas a todo lo que pilló. Solo quería que lo dejaran tranquilo de un vez. Por Merlín, que había besado a Snape, bastante que sólo había dado patadas y no había quemado todo Hogwarts. Pero claro, no podía decirles eso porque sería humillante y lo tomarían por loco.

Definitivamente ahora sí que estaba jodido y no sabía qué hacer.

-Sirius.

-Otra vez... que no, Remus, deja el tema- tanto James como Peter y Remus habían estado preguntándole qué le había sucedido, qué le había dicho la persona misteriosa con la que se veía por las noches para llegar de aquella manera, pero no quería hablar de ese tema. Más bien no quería hablar de nada. James y Peter se habían cansando de preguntarle porque parecía que hablaban con una pared y habían optado por bajar al gran comedor a desayunar. Pero Remus parecía no rendirse.

-Pero...

-¡Que no quiero hablar! ¡Joder!- sabía que estaba pagando su frustración con Remus, lo sabía de sobra y se frustaba consigo mismo por ello, pero lo último que quería era sentirse presionado para hablar. Sobre todo porque no sabía lo que sentía en ese momento.

-¡Ni joder ni nada! Si llegas y la lías como hiciste anoche no puedes pretender que no te preguntemos- que sí, que tenía razón, si eso lo sabía pero no pudo contenerse en el momento, ¿qué culpa tenía?

-Ya me habéis preguntado todos quinientas mil veces y he dicho que no quiero hablar- se levantó de la cama y se vistió rápidamente. Necesitaba salir de allí lo antes posible o lo soltaría todo -¿tan difícil es entender un puto "No quiero hablar del tema"?

Sin más salió de la habitación dando un portazo y dejando al castaño sorprendido a la par que molesto y preocupado.

Necesitaba saber qué hacer o sentir en ese momento. Necesitaba una respuesta. Llegados a ese punto le daba igual cuál, pero necesitaba una porque se iba a volver loco. No había podido dormir en toda la noche y le dolía tanto la cabeza y los ojos que estaba por autohechizarse con un "desmaius" y poder así dejar de comerse la cabeza aunque fuera tan sólo por unos minutos.

Maldito el momento que decidió aceptar el trato. Maldito el momento en el cuál no pensó que eso podría traerle situaciones incómodas y absurdas. Porque todo era tan absurdo que parecía irreal. Y era sumamente frustrante ver que no tenía el control sobre la situación. Lo había perdido por completo en el momento en que besó al Slytherin y sabía que ya no había vuelta atrás porque eso no era un sueño del que nadie se enteraría, no, aquello era la realidad. La pura y dura realidad. Y la realidad era que estaba jodido. 

Aunque no quisiera ni verlo, tenía que hablar con Snape. Tenía que hacerlo porque tenía que asegurarse de que este no quisiera joderlo con lo del beso. O no quisiera contárselo a todo el mundo, que era otra de las opciones que rondaban por su cabeza.

De verdad que tenía que aprender a controlar sus instintos porque parecía que su lado animal ganaba al humano y eso le traía problemas como aquel.

De dirigió al gran comedor y se sentó junto a Peter. Evitó hacerlo junto a James porque este seguro que le volvería a preguntar. En la mesa de enfrente estaba Snape y se miraron por unos segundos. Le hizo un leve gesto con la cabeza para que saliera al pasillo. Vio como este alzó una ceja y continuó desayunando.

Como le jodía que pasaran de su cara en su propia cara.

Se levantó y con toda la cara de "como alguien me hable lo mato aquí mismo" se acercó hasta donde estaba Snape. Muchos Slytherin y Gryffindor se giraron a la espera de una pelea matutina al ver que se situaba junto al menor.

-Vamos fuera.

-No- pudo ver a James con el ceño fruncido dudando entre si levantarse y acercarse hasta ellos dos o quedarse donde estaba.

-Quiero hablar contigo.

-No, gracias.

-Snape...

-¿Has terminado ya, Black?- se dio la vuelta dándole la espalda. Se sentía humillado no, lo siguiente. Los pocos Slytherin que habían escuchado la conversación estaban anonadados al ver como Snape le respondía y él no lo humillaba allí en medio.

Estaba perdiendo los nervios por momentos. Se lo estaba poniendo más difícil de lo que tendría que ser. ¿Tanto le costaba salir un segundo? Es que luego le decían que buscaba pelea pero cuando iba de buenas le intentaban pasar por encima. Y eso sí que no lo iba a permitir.

Se inclinó un poco para que nadie lo escuchara.

-O sales fuera o te saco yo. Tú decides.

-Tranquilo, que tenemos un trato.

Le estaba cogiendo un asco al maldito trato que no era normal.

-¿Te digo por dónde me paso el contrato de mierda ahora mismo?

Su paciencia estaba acabándose por momentos y Severus seguía sin moverse de la mesa.

-Vamos fuera- volvió a repetir cerrando los ojos por la frustración.

Snape volvió a mirarlo con el ceño fruncido. Se estaba creando un ambiente tan incómodo que los Slytherin lo estaban notando y se alejaban sutílmente de Snape.

Cuando este se levantó y comenzó a andar rápidamente hacía la salida lo siguió. La capa se movía de tal manera que le daba un toque elegante.

Al salir lo cogió del brazo y lo guió hasta el aula 11, donde ya no se daban clases y podrían hablar sin interrupciones.

-¿Me vas a besar otra vez?- la sonrisa de suficiencia en la cara del menor le puso de las mala hostia. Que cabrón era.

-Más quisieras, gilipollas.

-Controla esa lengua, Black- lo estaba haciendo por joder. Se estaba riendo de él y se notaba que lo estaba disfrutando. ¿Controla la lengua por qué? ¿Por qué lo besó con ella? Le estaba dando la vuelta para dejarlo mal y manejar la situación. Y él pensando que lo insultaría o incluso lo hechizaría... vaya, el Slytherin era más inteligente de lo que pensaba y se estaba mofando de él.

-Ni puta gracia- sentenció dando un paso al frente -tenemos que hablar de... ya sabes.

-¿De qué?

-¿Te lo estás pasando bien?- definitivamente el arrepentimiento por haberlo besado lo sentía hasta por las venas.

-No lo sabes tú bien.

-Dejemos las cosas claras. No sé por qué lo hice- Snape alzó las cejas ante su respuesta -pero hagamos como si nunca hubiera pasado.

-Pero pasó.

-Y dale- no era tan difícil hacer como si nada, vamos, encima que se lo estaba poniendo en bandeja de plata para olvidar aquel "accidente", como había decidido llamarlo, Snape se lo ponía más difícil -Sí, pasó, ¿y qué? ¿no podemos hacer como si nada?

-Me metiste la lengua, ¿y me dices de hacer como si nada?- ¿tenía que seguir recordándole que le había metido la lengua? ¿Tanto le impactó? Ni que fuera su primer beso.

-Solo fue un...- no quería decirlo delante del otro porque si ya en su cabeza sonaba surrealista decirle frente a Snape sonaría mucho peor.

-Beso con lengua.

- Que sí cojones, no lo repitas más- se revolvió el cabello exasperado. Le estaban dando ganas de tirarse por la torre de Astronomía y acabar con aquella conversación para siempre -hagamos como si nunca hubiera pasado.

-¿Por qué lo hiciste?

Lo retó con la mirada porque había hecho la pregunta del millón. La pregunta que ni él mismo sabía responderse. Era el primero que quería o mejor dicho, necesitaba saber el por qué, pero no lo sabía.

Se apoyó en un pupitre dejando más espacio entre ambos sin apartar la mirada. No quería que pareciera que estaba algo inseguro en esa situación.

Sabía que Snape estaba esperando una respuesta y no se iría de allí sin recibirla, y lo entendía. Lo entendía porque si a él lo hubiera besado Snape de repente también habría querido saber el por qué después de partirle la cara, obviamente. Y de cagarse en todos sus antepasados.

-No lo sé.

Habría sonado mucho peor decir "en el momento me apetecía y por eso lo hice", ¿No? Sí, definitivamente habría sonado mucho peor. La cuestión era el por qué en el momento le apetecía besarlo. Por qué.

La risa sarcástica de Snape se hizo presente.

-¿De qué coño te estás riendo?- ni que hubiera dicho nada del otro mundo como para que se riera de esa forma.

-De ti, claramente.

¿De qué iba? La situación era bastante delicada de por sí como para tener que aguantar al otro riéndose de él.

-¿Te han dicho que eres un puto gilipollas?- su cuerpo le pedía a gritos que le metiera la cabeza en el váter y lo ahogara lentamente. Solo Snape podía sacar ese lado animal suyo. Lo sacaba de quicio.

-Muchas veces, no eres nada original- lo vio cruzarse de brazos y sonreír.

Respiró hondo intentando encontrar un ápice de cordura en su mente. Necesitaba relajarse un poco o lo mataría.

-Haz lo que te dé la puta gana- se acercó hasta situarse a un metro del menor -como si se lo quieres contar a Dumbledore, me la suda. Paso.

-¡JÁ! si te la sudara no habrías venido a hablar conmigo.

-Me están dando unas ganas de cerrarte la boca a hostias que no veas- y era totalmente cierto, verlo sonreír con suficiencia creyéndose con el poder de la situación lo estaba desquiciando.

-Pensaba que dirías de cerrarme la boca a besos.

-¡Cállate!- dio un fuerte golpe en uno de los pupitres. Se le iba a ir la cabeza en cualquier momento. Lo estaba llevando a su límite y bastante había aguantado ya como para que Snape siguiera picándolo. Si sabía de sobra que era capaz de partirle la cara allí mismo, ¿por qué seguía jodiendo? Se la estaba buscando él sólo -Lo del beso nunca ha pasado.

Se dirigió a la puerta, necesita salir de allí y respirar aire libre porque sentía que la cabeza le explotaría en cualquier momento del dolor. Maldito Snape. Solo él podía llevarlo hasta ese punto.

-Black- no, no podía ser que quisiera seguir con aquella conversación que no llevaba a ningún lado -como vuelvas a besarme te corto la lengua y se la doy de comer a la lechiza de Regulus.

El tono con el que dijo aquello sonó tan siniestro que hasta se giró para verle la cara. Efectivamente le estaba advirtiendo con la mirada.

-Y otra cosa, esta noche a las once en la parte trasera de la casa de Hagrid.

Genial. Encima esa noche tenía que volver a verle la cara. Si es que lo suyo era mala suerte o algo. No podía ser normal. La vida se estaba riendo de él. Hablaría con Firenze para que le dijera si veía su futuro tan trágico y oscuro como él en esos momentos.

Salió de allí dando un portazo. Aún le quedaba toda la mañana de clases y verse otra vez con él. Aquel día pintaba cansado y agobiante. Que ganas tenía de que acabara el curso de una vez y pudiera perder a todos de vista.

****************

La clase de transformaciones se le estaba haciendo de lo más incómoda. Le había tocado junto a Remus y llevaban toda la mañana sin dirigirse la palabra tras la pequeña discusión que habían tenido.

Cierto es que el castaño había intentado hablarle pero sus contestaciones eran secas. No le apetecía hablarle. Bueno, realmente no le apetecía hablar con nadie en general.

Y encima tenía a Minerva en su nuca vigilando cada movimiento suyo para cerciorarse de que no hiciera ninguna de las suyas. Que inocente si pensaba que haría una broma en su clase. No eran tan estúpido como para jugársela de esa manera. Y menos todavía cuando no había hablado con sus amigos en todas las clases anteriores.

***************

La sala común de Gryffindor no estaba tan llena de alumnos como solía estar. Se notaba que algunos aún no habían acabado los exámenes y estaban en la biblioteca estudiando.

Se sentó junto a la chimenea. No pasaron ni cinco minutos hasta que Remus se sentó a su lado.

-¿No me vas a hablar?- la voz de su amigo se escuchó baja ya que no quería que nadie más se enterara de aquella conversación y lo agradecía.

-No estoy de humor.

-Llevas meses sin estar se humor.

-Y los que me quedan.

-Mira, Sirius- lo vio cerrar los ojos intentando encontrar las palabras exactas - no sé si estás así de insoportable porque te han rechazado, por el tema de Regulus o yo que sé, porque no nos cuentas nada, pero te estás comportando como un idiota.

-¿Has dicho como un idiota?

-Sí.

-No tienes ni puta idea de nada, Remus- se levantó del sofá y acto seguido Remus hizo lo mismo. Señalándolo con el dedo le dio en el hombro varias veces -llevo meses durmiendo como la puta mierda, nadie de mi familia me habla, Regulus me odia, todos vais a vuestra puta bola y para colmo-

Se calló cuando se dio cuenta que estaba a punto de soltar todo lo de Snape y joderlo.

-¿Y para colmo qué, Sirius? ¿Qué?

¿Cómo iba a decirle lo de Snape sin decirle lo del trato? ¿Cómo iba a decirle que lo había besado y le había gustado? ¿Cómo iba a arriesgar a que sus propios amigos lo juzgaran? No podía. Pero sabía que estaba llegando a su propio límite. Que estaba aguantando demasiadas cosas él sólo y eso le estaba pasando factura.
Saltaba hasta con Remus, que era con el que menos había discutido de los tres en todos los años que se conocían. No podía seguir así pero tampoco lo iba a hablar con ninguno de ellos.

-Nada.

-Sirius sabes que podemos hablar de lo que quieras.

-Lo sé. 

Necesitaba hablar del tema de sus padres y de Regulus porque eso llevaba meses consumiéndolo. Sabía que las pesadillas que lo habían estado acosando cada noche se veían fomentadas en gran parte por toda la mierda que llevaba a sus hombros y de la cuál nunca había hablado. Ni siquiera con James. Siempre había hecho como si le diera igual el tema familiar pero no era así. Aunque se hiciera el fuerte y el que le daba todo igual era totalmente una fachada. Joder, que vale que podía ser un completo idiota pero en el fondo, muy en el fondo tenía sentimientos.

- Sirius...- cuando sintió la mano de Remus en su hombro se dio cuenta de que su amigo había notado que estaba tenso. Que estaba a nada de derrumbarse. No de llorar. Él no era de eso. Pero sí sentía el nudo en la garganta. Ese nudo que te llega a ahogar y te hace sentir indefenso.

Así se sentía. Indefenso. Jodidamente indefenso.

Salió rápidamente de allí, con Remus llamándolo a su espalda. Necesitaba aire libre. Dejar de pensar en la misma mierda de siempre. Al menos por unos minutos.

Y no tardó nada en salir fuera del colegio y sentir el viento helado de mediados de diciembre en todo el cuerpo.

Cambió a su forma animal. Necesitaba sentir esa sensación de libertad que sentía cuando se transformaba en Padfoot. Por eso le encantaba ser un animago, porque podía correr, correr y correr más todavía. Y alejarse de todo y de todos.

Se adentró en el bosque prohibido. Se encontró a todo tipo de criaturas que ya conocía de sobra y de las que era amigo. Cuando vio a los centauros se metió entre ellos para cabrearlos y que lo persiguieron, aunque cuando lo hicieron se quedaron atrás rápidamente.

Aunque le dolían las patas y sentía el cuerpo pesado del esfuerzo, no quería parar. No quería volver. ¿Y si hablaba con Dumbledore y le preguntaba si podía quedarse allí? De todas formas este sabía que eran animagos, qué más le daba. Ese viejo lo sabía todo. Todo de todo. Y seguro que también sabía que no estaba en el colegio. Pero eso tampoco es que le quitara el sueño. Más bien le daba bastante igual.

Cuando vio que hasta le estaba costando respirar paró de correr. Juraría que el corazón se le saldría en cualquier momento.  Le costó unos minutos recuperarse, y es que se había recorrido una gran parte del bosque prohibido. Al día siguiente tendría agujetas para dar y regalar.

A la vuelta recordó que había quedado con Snape aquella noche cuando lo vio cerca de la casa de Hagrid. Pero no iba a ir. No, no lo iba a hacer. No es que no quisiera, que también, es que se sentía agotado física y mentalmente. Y ahora que había conseguido despejarse un poco no iba a volver a discutir con el Slytherin. No. Iba a volver a su cuarto, a su cama, bajo sus mantas e iba a dormir aunque le costara la vida misma.

Snape lo vio y lo llamó con la mano. Se acercó cuando recordó que en ese momento no era Sirius, sino Padfoot, y que el menor no conocía nada de su condición.

Aunque lo hizo lentamente, se acercó y se quedó a unos metros de él.

-Cuánto tiempo- lo escuchó decir y se le acercó para tocarle la cabeza, a lo que retrocedió evitando el contacto -tranquilo, no voy a hacerte nada.

Sabía que no le haría nada siendo Padfoot pero era raro. Hacía ya semanas que no lo veía de esa forma y no iba a acercarse moviendo la cola. Por favor, ni que fuera un perro recibiendo a su dueño después de dos días sin verlo. No era esa clase de perro. Era de los que te muerden si los vacilas.

Se dejó tocar la cabeza dudando si morderle la mano o no. Pero cuando le rascó la oreja desechó esa idea por completo. Era su punto débil. Joder, que era un perro al fin y al cabo, no podías rascarle la oreja y pretender que te arranque un dedo. No, obviamente iba a dejarse hacer. Los instintos son los instintos.

-Buen chico- sintió los delgados dedos de Severus por la espalda y cuando lo miró este se agachó y lo medio abrazó.

No era desagradable, era... raro. Extraño. No sabía describir la sensación que le estaba produciendo el abrazo del menor. Podría escaparse pero lo hacía.

La cuestión era, ¿por qué coño estaba Snape abrazando a un "perro"? Si lo veía de esa forma era hasta graciosa la situación. Una persona tan fría dándole un abrazo a un animal. Por no hablar de que lo salvó de Bellatrix de ser asesinado y le dio de comer la primera vez que se lo encontró junto a Regulus en su forma animal.

Igual era de esas personas que son cariñosas con los animales pero odiosas con otras personas.

-Maldito Black- lo escuchó murmurar mirando hacia el colegio cuando se volvió a poner de pie. Lo vio frotarse los brazos. Sí, el frío se notaba aún más cuando estabas un rato quieto. Debían estar a no más de diez grados.

Vaya, que siguiera esperándolo a pesar del frío y de ser bastante más tarde de la hora a la que habían quedado tenía mérito.

Hasta se sintió culpable cuando lo vio acercarse las manos a la boca para calentárselas. Maldito Snape. ¿Por qué tenía que sentirse culpable? Mandaba huevos la cosa.

Se dio la vuelta con la mirada de Snape clavada en su espalda y se adentró nuevamente en el bosque. Lo mataría. Algún día lo mataría por hacerlo sentir mal y hacerle cambiar de opinión e ir a que lo tratara como un esclavo. Lo mataría porque jamás había sentido remordimiento por nada de lo que le había hecho y ahora no podía ni dejarlo plantado sin sentirse culpable. Por Merlín, ¿podía alguien devolverle la coherencia que estaba perdiendo?

Cuando observó que Snape estaba de espaldas volvió a salir pero esta vez en su forma humana.

-Tú.

-Llegas casi una hora tarde.

-Ajá- al verlo otra vez intentando calentarse las manos chasqueó la lengua, se quitó su propia capa y se la dio al menor -póntela.

Lo vio dudar unos segundos. Que se la pusiera porque si no lo hacía rápido se la quitaría y se la volvería a poner él.

-No la necesito.

-Tienes los labios casi morados, póntela de una vez- aunque parecía que iba a volver a quejarse, finalmente se la puso y comenzó a andar delante suya. Le hizo gracia ver como tenía que sujetarla con las manos porque le venía un poco larga.

No entendía cómo había salido sin un abrigo si aguantaba tan mal el frío. Seguro que lo había abrazado hacía unos minutos para coger algo de calor. Y es que encima siendo tan blanco como era los labios le resaltaban aún más y cuando se dio cuenta de que estaban entre rojos y morados no pudo evitar dejarle la capa. Estaba la situación como para llevarlo a la enfermería por una hipotermia. Slytherin tenía que ser.




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