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Anti tú por Sirius-Severus

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Notas del capitulo:

De nuevo espero que os guste el capítulo. En abrazo enorme. 

No tardó ni quince minutos en escribir las respuestas a las cartas de sus amigos. Aunque no tenía nada interesante que contarles debía de responderles las cartas. Tampoco tenía nada mejor que hacer aquella mañana, no es como si tuviera mil planes por delante. Esta allí, en el cuarto, sin hacer nada y al menos haciendo aquello se entretenía un rato.

Primero cogió la carta de James y la puso sobre la mesa, para poder ver de nuevo lo que le escribió el de gafas. Sin más, comenzó a escribirle.

"¡PRONGS NO ME ODIES, HERMANO!

Sabes que yo también quiero estar allí contigo y joder a tus primos. Por supuesto que mi moto es mejor. Tu primo no entiende  sobre las cosas buenas.
Me va mejor con esa persona pero aún hay cosas quearreglar, ya os contaré cuando todo esté bien.

¿Los has matado ya o qué? ¿y con Lily? ¿Os vais a ver en las vacaciones en una cita al estilo muggle?

Tío, ya te echo de menos y sólo han pasado unos días... si es que si estuvieras aquípodríamos liarla en el colegio.

Por cierto dile a tu madre que no demuestretantadebilidad por mi, que te pones celoso. No, ahora en serio, dale las gracias a tus padres por todo.

Atte: Padfood

PD: te debo la vida por dejarme la capa de invisibilidad. No sabes lo bien que me va a venir aquí. Eres el mejor."

Lo echaba de menos. Era su mejor amigo, su otra mitad, sin él el hacer bromas no tenía tanta gracia. Y encima el pobre tenía que soportar a muggles en su familia. No podía tenerlo todo en la vida.

Esta vez cogio la carta de Remus, la volvió a leer y se dispuso a responderle.

"Amargado estarás tú, querido Moony.

No sabes lo que me alegro de que puedas pasar unas Navidades tranquilas, tío. Ya era hora de que dejaras de jugar a los lobitos, ¿no?

Eres como un críopequeñocon los regalos, amigo. Pero cuando nos veamos te daré el mío, que no te vayas a pensar que no te voy a comprar algo. 

A mi todo me va bien, no es tan aburrido como pensabaquesería, al menos hay más gente de la queesperaba. Sigo pensando en lo de Regulus. Tal vez lo haga.

Atte: Padfood.

PD: estaré esperando tu respuesta con todos los regalos de tus padres.

PD2: ¿sabes algo se Peter?"

Cerró los sobres rápidamente, los selló y se acercó a su lechuza.

-Esta es para James- le susurró a su lechuza mientras le ataba una de las cartas a la pata y la otra carta a la otra pata -y esta para Remus.

Acarició a la lechuza unos segundos mientras esta cerraba los ojos.

-Ten cuidado- y dicho aquello el pequeño animal alzó el vuelo hasta perderse en la espesa niebla.

En nada volvería a tener otra carta de cada uno. De Peter aún no sabía nada, quizá porque siempre había sido poco hablador y no sabía qué decir en las cartas, pero estaba seguro que a Remus sí se las enviaba. Básicamente porque si no lo hacía el castaño lo iría a buscar a su casa y le haría escribirlas todas delante suya.

************

Aquella noche era la cena de Navidad y nada más entrar al Gran Comedor era notorio el ambiente. Había un banquete allí montado e incluso los adornos eran diferentes a los de los dias anteiores. Acababa de comprobar lo que le habían dicho sobre la cena. Era cierto que ese día profesores y alumnos cenaban en la misma mesa. Todos juntos.

Bueno, al menos estaba Snape. Tenía claro que se sentaría junto a él. Seguro que si aquello lo hubiera dicho en voz alta y delante de los otros tres merodeadores estos lo hubieran mirado con los ojos como platos y sin poder hablar. Lo habrían llevado a la enfermería y estarían llorando a moco tendido porque lo habían hechizado y ya no era el Sirius Black que ellos conocían.

No pudo evitar sonreír ante aquella imagen mental que se acababa de montar en unos segundos y sin más se acercó a la gran mesa.

La suerte por una vez en la vida estaba de su parte y había un sitio libre junto a Snape aunque cierto era que había bastantes sitios libres aún pero bueno, para él aquello había sido buena suerte.

-Hey- le saludó sonriendo a lo que sólo recibió una mirada seria por parte del menor.

-Hola Black- una chica de Ravenclaw se sentó a su lado y le sonrió coqueta. Hizo lo mismo de vuelta haciendo un ligero movimiento de cabeza -no sabía que pasarías las vacaciones aquí.

-Ajá- no tenía demasiado interés en ella precisamente, más bien le daba igual pero debia ser educado -es una suerte- esto lo dijo mirando al menor, el cuál frunció el ceño negando con la cabeza.

-Estar aquí es demasiado aburrido, mañana podríamos ir tú y yo a solas a Hogsmade para tomarnos algo- le dijo la chica sonriándole y apoyando la barbilla en una de sus manos.

-Me viene un poco mal- respondió sonriendo y bebiendo de la copa -quizá otro día.

-Te tomo la palabra- agradeció que justo aparecieran los profesores y se sentaran a la mesa. Le dio un poco la espalda a la chica mirando a la puerta pequeña por la que en breves debiera de aparecer Dumbledore.

-¿No puedes estar ni cinco minutos sin tontear con alguna chica?- si él no había sido, vamos, si hasta la había rechazado desde el primer momento.

-¿Estás celoso? Si le he dicho que no- le sonrió al menor tratando de picarlo un poco -pero podríamos ir tú y yo si quieres.

-Ni en tus mejores sueños- Snape vio entrar a Dumbledore por la pequeña puerta de los profesores y sentenció -antes voy con esa chica que contigo.

-Vamos, estar en el castillo dos semanas sin salir ni una sóla vez nos va a matar de aburrimiento.

-No te creas, yo lo llevo perfectamente- pues debía de estar acostumbrado a estar sólo porque él se aburría demasiado.

Cuando iba contestarle Dumbledore llegó a la mesa y no le dejó replicar.

-Bienvenidos un año más a la cena de Navidad- hizo un breve pausa mirando a todos los presentes y ppr último lo miró a él -es un placer contar con nuevas caras en un día tan especial.

-¿Esto lo hace todos los años?- le preguntó susurrando a Snape miemtras Dumbledore seguía con el discurso, y este se encogió de hombros ligeramente.

-Sí, y da otro de año nuevo.

-Genial- soltó irónico y rodó los ojos. Joder, no es que Dumbledore le cayera mal, pero estaba de los discursos hasta el mismísimo y tener que escuchar otro diciendo las mismas cosas le daba demasiada pereza.

-Y por último, espero que disfruten de esta maravillosa cena que nos han preparado los elfos cuidadosamente y- alzó la copa sonriente y exclamó- ¡Felíz Navidad!

La cena estaba transcurriendo con total normalidad. La verdad, no era muy diferente a lo de todos los días, sólo que había más comida y estaban a la mesa con los profesores, pero no era para extraño. Es más, los profesores hablaban entre ellos al igusl que el resto de alumnos. Así resultaba más cómodo para todos.

-Oye, ¿te puedo preguntar algo?

-Ya lo estás haciendo- dejó el tenedor en la mesa y se dio cuenta de que el menor no era de comer mucho. Quizá por eso estaba tan delgado.

-No es lo mismo.

-¿Qué es?

-¿Por qué cenas aquí y no en casa con tus padres?- podía sonar entrometido y sí, lo era, pero quería saber el por qué no estaba con su familia.

-Porque sí.

-Vamos, no seas rancio. Estamos en Navidad, día de alegría y blablabla, todo se basa en estar con la familia pero tú estás aquí. Y no es el primer año que no vuelves a casa.

-¿Me espías o qué?- hombre, para ser sincero había sonado como eso, pero no era así. También sabía de otros alumnos que no regresaban a casa por Navidad y ni hablaba con ellos, simplemente son cosas que se saben sin más.

-Puede- Snape lo miró seriamente y no puedo evitar sonreirle -era broma, era broma. ¿No estás agusto en casa?

-No es asunto tuyo- tal vez no lo era pero tenía curiosidad. Si se ponía a pensarlo, sabía muy poco del menor y no le gustaba sentir eso. Quería saber más. El menor era como un misterio que quería resolver.

-Vamos, que no- si las miradas matasen en ese momento sería polvo -puedes decirlo, ya sabes que yo con mi familia no me llevo especialmente bien.

-Vaya, no tenía ni idea- el tono irónico del menor le hizo gracia. Era la persona más irónica que había conocido en toda su vida.

-Y bien, ¿te llevas mal con tus padres?- lo vio dudar entre si contestar o mandarlo a la mierda, pero finalmente Snape optó por la primera opción.

-Con mi padre.

-¿Y eso?- quería saber el por qué aunque no era que le sorprendía, si no regresaba a su hogar en las vacaciones debía ser porque tenía problemas en casa.

-Es un muggle que odia la magia. Odia todo en general. Menos beber, eso le encanta- ¿era alcohólico? Joder, aquello sí que no se lo esperaba. Y tener un padre que odia la magia tampoco. Si no podía hablar con sus padres sobre magia y encima no había tenido ni tenía en el presente amigos, ¿qué clase de infancia había tenido? ¿cómo había descubierto que era mago? ¿cómo se lo habían tomado sus padres?

-¿Y con tu madre?- tal vez la madre de Severus no era tan repelente y arisca como la suya. O eso esperaba porque si era como el padre...

-Está muerta- lo miró con los ojos muy abiertos. Mierda, ¿para qué preguntar? Si es que estaba claro desde un principio que si no lo había nombrado era por algo.

De repente sintió como un nudo se le formaba en la garganta y le ahogaba. Tuvo que beber agua. El tono que el menor había empleado era tan duro que incluso pudo notar que había odiado decir aquellas dos palabras en voz alta. ¿No había hablado con nadie acerca de ella o de su muerte? ¿Lily lo sabía? Debía de saberlo, había sido su única amiga, tenía que saber aquello por narices.

Aunque quería abrazarlo en ese momento no lo hizo. No tendría sentido hacerlo allí en medio de la cena. Además, Snape tomaría aquel gesto como una muestra de que sentía pena por él y no le gustaría para nada. Pero lo que sí hizo fue posar una de sus manos en la espalda del menor y moverla suavemente como tratando de mostrarle que lo sentía.

Lo mejor sería cambiar el tema para que el ambiente no fuera tan oscuro como estaba siéndolo. Quería saber más del menor, quería hacerle tantas preguntas que sentía que se le amontonaban en la boca, pero aquel no era ni el momento ni el lugar adecuado.

-¿Y con Remus qué tal? Sé que ahora os lleváis bien.

-Bien- lo vio rebuscar entre la capa y sacar un sobre -hoy me llegó esto de su parte.

-¿Qué? ¿Te envías cartas con Remus?

-Él me la ha enviado, ¿no ves que aún está cerrada o estás ciego?

Remus le estaba enviando cartas. Remus a Snape. Ni puta gracia le hacía, la verdad.

-Amm ya veo- cogió el tenedor de nuevo y siguió cenando. Se había puesto de mala hostia. ¿De qué iba Remus? Vale, sólo era una carta, una maldita carta de mierda, pero Remus sabía que aquello le molestaría. De hecho, su amigo sabía que Snape estaba en el colegio, y que él también lo estaba. Sabía que se picaría al saber que se carteaba con el Slytherin y aún así lo hacía y en su cara. ¿Con qué intención?

-¿Qué pasa Black? ¿ahora eres tú el celoso?- el menor lo miraba medio sonriente, orgulloso de tener completo control sobre la situación.

-¡JÁ! ¿celoso de qué?- no estaba celoso. No, no lo estaba porque sabía que jamás pasaría algo entre los otros dos pero tenía sentimientos encontrados.

-Me lo advirtió Lupin- soltó Snape de repente mientras continuaba cenando.

-¿El qué?

-Que te pondrías celoso.

-Que no estoy celoso, no hay motivos para estarlo- y era verdad, no estaba celoso porque sabía que no podría pasar algo entre los otros dos, pero era dificil de explicar lo que sentía -espera, ¿qué te dijo exactamente?

-Que te molestaría que habláramos porque según él...- el muy cabrón no podía tener la poca decencia de dejar aquella frase a medias. Si la había soltado que la dijese entera.

-Según él, ¿qué?

-Según él yo te gusto- maldito Remus de mierda, lo mataría. Lo mataría lentamente. Es que estaba por levantarse y hacer que su lechuza volviese con la carta que le había enviado a Remus y enviarle otra en la que únicamente pusiera "Que te follen. Por mamón". El cabrón estaba haciendo aquello para que se diese cuenta de que le gustaba Snape, conocía a Remus de sobra y lo estaba haciendo por eso. Y parecía el más inocente... chs, anda que si la gente supiera.

Y es que aunque fuera verdad que le gustaba Snape era imposible que Remus lo supiese, ¿no? No lo había hablado con él por lo cuál no había manera de que lo pensara.

Necesitaba darle la vuelta a la situación y dejar de lado a Remus.

-¿Y si fuera verdad qué?- ya que había salido el tema quería seguir por esa línea.

-¿Eh?

-Pues eso, que si me gustaras, ¿qué pasaría?

-Deja de bromear. Este no es el sitio- quizá no era el sitio ya que estaban aún a la mesa con el resto de presentes pero aquel tema lo volvería a abordar sin lugar a dudas.

**************

Después de la cena ambos habían salido juntos del Gran Comedor para dirigirse a la sala de los Menesteres.

Ni la noche de Navidad se libraba de "trabajar" para Snape, aunque no se le hacía tan pesado como al principio. Además, sería muy triste irse a su cuarto y verse allí sólo aquella noche. Prefería mil veces estar allí.

-Black, corta esos ingredientes como ya sabes- le dijo señalando la gran mesa nada más entrar en la sala de los menesteres.

-Sí, señor- respondió sonriendo y haciendo una reverencia con la varita en mano. ¿Dónde habían quedado los días en los que iba malhumorado y con ganas de asesinarlo? No se reconocía a sí mismo teniendo aquella actitud pero joder, se sentía feliz. Y hacía mucho tiempo desde la última vez que se sintió así.

-Estúpido- lo escuchó susurrar aquello y volvió a sonreír. Si es que hasta le resultaba gracioso cuando lo insultaba.

-Oye- Snape hizo un gruñido como respuesta pero no lo miró -¿cómo está Regulus?

Y dicho aquello se hizo un largo silencio en la sala. Sabía que no le contestaría o que si lo hacía sería para decirle que se lo preguntara él mismo o que no era de su incumbencia. Pero le sorprendió cuando la suave voz del pocionista se escuchó clara.

-Bien- se giró para verlo pero Severus seguía concentrado en una de las pociones que se estaban cocinando allí.

-¿En serio?- nuevamente recibió un gruñido como respuesta -gracias.

-Habla con él- dejó de cortar los ingredientes y se apoyó de espaldas a la mesa.

-No querrá- miró hacia la ventana y el cielo se veía totalmente despejado -viene de familia lo de ser orgullosos.

-Black- tanto en la voz como en la mirada del Slytherin había reproche -si tan valiente eres como dices habla con él.

Sí, debería de hacerlo, de hablar con él a solas, sobre todo, como los hermanos que eran. Si Snape, que era su amigo hasta el momento le estaba diciendo que lo hiciera era por algo. Igual hasta se llevaba una sorpresa.

Cuando Severus se acercó a la estantería de libros él hizo lo mismo al ver trataba de alcanzar un libro de lo alto de la misma. Se situó a su espalda y susurró- ¿cuál?

Snape miró a su derecha encontrándose directamente con su mirada. Este volvió a mirar a la estantería cortando el contacto visual.

-El granate- su voz se escuchó algo nerviosa y no pudo evitar sonreír. Alzó el brazo y cogió el libro pero no se separó del menor. Es más, apoyó la frente en el hombro del menor.

-Black, ¿qué haces?- cerró los ojos y apoyó las manos a ambos lados del cuerpo de Snape, en la estantería.

-Hueles tan bien- susurró aspirando de su cuello, sintiendo como las puntas de su cabello le rozaban tanto la nariz como la mejilla. Y por eso no podía estar tan cerca del menor.

¿Qué maldito perfume utilizaba? Porque tenía un olor particular, uno que jamás había olido antes pero que era embriagante. Desbordante. Le daban ganas de morderlo para saber si sabía igual que olía.

-No sé qué coño estás haciendo conmigo pero me encanta- volvió a susurrar y cogiéndolo por la cintura le dio la vuelta suavemente para tenerlo cara a cara. Joder... estaba acabando con su cordura segundo tras segundo.

Con una mano le tocó una mejilla, acariciándole la piel, la cuál era más que suave.

-Para- no, no quería parar, sabía que el menor realmente no quería que parara. Pero no sabía porque se lo pedía si no era lo que quería.

-¿Por qué? ¿Por qué te empeñas en alejarte si también lo sientes? 

Ambos se miraron a los ojos y deslizó su mano hasta la nuca del menor pero no lo acercó para besarlo. No quería cortar el contacto visual. No en ese momento.

-Porque nos odiamos.

-No. Yo no te odio, ¿cómo podría hacerlo?- se mordió el labio inferior dudando en si hacerle la pregunta o no, aunque iba a hacerlo igualmente a sabiendas de que la respuesta podría no gustarle -¿tú sí?

-Debería- no lo odiaba. Aquella no había sido una respuesta concreta, es más, era una forma de decirle que tendría que ser así pero no lo era. No lo odiaba. No necesitaba saber más.

-Pero no es así- sonrió y acortó la distancia entre ambos. Cada vez tenía más claro que le encantaba tenerlo cerca. Verlo. Olerlo. Besarlo. Tocarlo. Todo le encantaba.

-No- y sin esperar más lo besó. Lo besó suave, lento, sintiendo como Severus le correspondía el beso al instante. Y sintió un cosquilleo en el estómago. Era una sensación extraña de satisfacción, nervios, alegría y una pizca de miedo ante la incertidumbre de lo aquello implicaba.

Aquel beso significaba tantas cosas, tantos cambios que no quería que aquello acabara jamás. Joder, Snape estaba haciendo algo maravilloso con él. Estaba despertándole miles de sensaciones y emociones a la vez.

Ya no era su sabor, su olor o su tacto, era todo lo que implicaba que el conjunto de aquellas cosas le hicieran sentir nervioso.

Sintió una leve mordida en el labio inferior y gruñó. No fue para alejarlo como rechazo, no, fue suave y caliente. Como señal de que le estaba gustando el beso. Se separó levemente del menor.

-Joder- susurró sobre su boca aún con los ojos cerrados y rozando ambos labios -no vuelvas a hacer eso o no me podré controlar, te lo juro.

Vale, aquello le había encantado. Snape le había mordido el labio inferior y lo había dejado embobado perdido.

Volvió a unir sus labios y a los segundos se separó acariciando los del menor con el pulgar.

-Mañana nos vemos a las diez. Iremos a Hogsmeade a comprar unas cosas.

No le dio ni tiempo a Snape para que respondiera y salió de la sala a toda prisa.

Le gustaba Snape. Le gustaba y a Snape le gustaba él. Y aún le quedaba semana y media a solas con el menor y medio año en el colegio para dejar fluir todo.No tardó ni quince minutos en escribir las respuestas a las cartas de sus amigos. Aunque no tenía nada interesante que contarles debía de responderles las cartas. Tampoco tenía nada mejor que hacer aquella mañana, no es como si tuviera mil planes por delante. Esta allí, en el cuarto, sin hacer nada y al menos haciendo aquello se entretenía un rato.

Primero cogió la carta de James y la puso sobre la mesa, para poder ver de nuevo lo que le escribió el de gafas. Sin más, comenzó a escribirle.

"¡PRONGS NO ME ODIES, HERMANO!

Sabes que yo también quiero estar allí contigo y joder a tus primos. Por supuesto que mi moto es mejor. Tu primo no entiende  sobre las cosas buenas.
Me va mejor con esa persona pero aún hay cosas quearreglar, ya os contaré cuando todo esté bien.

¿Los has matado ya o qué? ¿y con Lily? ¿Os vais a ver en las vacaciones en una cita al estilo muggle?

Tío, ya te echo de menos y sólo han pasado unos días... si es que si estuvieras aquípodríamos liarla en el colegio.

Por cierto dile a tu madre que no demuestretantadebilidad por mi, que te pones celoso. No, ahora en serio, dale las gracias a tus padres por todo.

Atte: Padfood

PD: te debo la vida por dejarme la capa de invisibilidad. No sabes lo bien que me va a venir aquí. Eres el mejor."

Lo echaba de menos. Era su mejor amigo, su otra mitad, sin él el hacer bromas no tenía tanta gracia. Y encima el pobre tenía que soportar a muggles en su familia. No podía tenerlo todo en la vida.

Esta vez cogio la carta de Remus, la volvió a leer y se dispuso a responderle.

"Amargado estarás tú, querido Moony.

No sabes lo que me alegro de que puedas pasar unas Navidades tranquilas, tío. Ya era hora de que dejaras de jugar a los lobitos, ¿no?

Eres como un críopequeñocon los regalos, amigo. Pero cuando nos veamos te daré el mío, que no te vayas a pensar que no te voy a comprar algo. 

A mi todo me va bien, no es tan aburrido como pensabaquesería, al menos hay más gente de la queesperaba. Sigo pensando en lo de Regulus. Tal vez lo haga.

Atte: Padfood.

PD: estaré esperando tu respuesta con todos los regalos de tus padres.

PD2: ¿sabes algo se Peter?"

Cerró los sobres rápidamente, los selló y se acercó a su lechuza.

-Esta es para James- le susurró a su lechuza mientras le ataba una de las cartas a la pata y la otra carta a la otra pata -y esta para Remus.

Acarició a la lechuza unos segundos mientras esta cerraba los ojos.

-Ten cuidado- y dicho aquello el pequeño animal alzó el vuelo hasta perderse en la espesa niebla.

En nada volvería a tener otra carta de cada uno. De Peter aún no sabía nada, quizá porque siempre había sido poco hablador y no sabía qué decir en las cartas, pero estaba seguro que a Remus sí se las enviaba. Básicamente porque si no lo hacía el castaño lo iría a buscar a su casa y le haría escribirlas todas delante suya.

************

Aquella noche era la cena de Navidad y nada más entrar al Gran Comedor era notorio el ambiente. Había un banquete allí montado e incluso los adornos eran diferentes a los de los dias anteiores. Acababa de comprobar lo que le habían dicho sobre la cena. Era cierto que ese día profesores y alumnos cenaban en la misma mesa. Todos juntos.

Bueno, al menos estaba Snape. Tenía claro que se sentaría junto a él. Seguro que si aquello lo hubiera dicho en voz alta y delante de los otros tres merodeadores estos lo hubieran mirado con los ojos como platos y sin poder hablar. Lo habrían llevado a la enfermería y estarían llorando a moco tendido porque lo habían hechizado y ya no era el Sirius Black que ellos conocían.

No pudo evitar sonreír ante aquella imagen mental que se acababa de montar en unos segundos y sin más se acercó a la gran mesa.

La suerte por una vez en la vida estaba de su parte y había un sitio libre junto a Snape aunque cierto era que había bastantes sitios libres aún pero bueno, para él aquello había sido buena suerte.

-Hey- le saludó sonriendo a lo que sólo recibió una mirada seria por parte del menor.

-Hola Black- una chica de Ravenclaw se sentó a su lado y le sonrió coqueta. Hizo lo mismo de vuelta haciendo un ligero movimiento de cabeza -no sabía que pasarías las vacaciones aquí.

-Ajá- no tenía demasiado interés en ella precisamente, más bien le daba igual pero debia ser educado -es una suerte- esto lo dijo mirando al menor, el cuál frunció el ceño negando con la cabeza.

-Estar aquí es demasiado aburrido, mañana podríamos ir tú y yo a solas a Hogsmade para tomarnos algo- le dijo la chica sonriándole y apoyando la barbilla en una de sus manos.

-Me viene un poco mal- respondió sonriendo y bebiendo de la copa -quizá otro día.

-Te tomo la palabra- agradeció que justo aparecieran los profesores y se sentaran a la mesa. Le dio un poco la espalda a la chica mirando a la puerta pequeña por la que en breves debiera de aparecer Dumbledore.

-¿No puedes estar ni cinco minutos sin tontear con alguna chica?- si él no había sido, vamos, si hasta la había rechazado desde el primer momento.

-¿Estás celoso? Si le he dicho que no- le sonrió al menor tratando de picarlo un poco -pero podríamos ir tú y yo si quieres.

-Ni en tus mejores sueños- Snape vio entrar a Dumbledore por la pequeña puerta de los profesores y sentenció -antes voy con esa chica que contigo.

-Vamos, estar en el castillo dos semanas sin salir ni una sóla vez nos va a matar de aburrimiento.

-No te creas, yo lo llevo perfectamente- pues debía de estar acostumbrado a estar sólo porque él se aburría demasiado.

Cuando iba contestarle Dumbledore llegó a la mesa y no le dejó replicar.

-Bienvenidos un año más a la cena de Navidad- hizo un breve pausa mirando a todos los presentes y ppr último lo miró a él -es un placer contar con nuevas caras en un día tan especial.

-¿Esto lo hace todos los años?- le preguntó susurrando a Snape miemtras Dumbledore seguía con el discurso, y este se encogió de hombros ligeramente.

-Sí, y da otro de año nuevo.

-Genial- soltó irónico y rodó los ojos. Joder, no es que Dumbledore le cayera mal, pero estaba de los discursos hasta el mismísimo y tener que escuchar otro diciendo las mismas cosas le daba demasiada pereza.

-Y por último, espero que disfruten de esta maravillosa cena que nos han preparado los elfos cuidadosamente y- alzó la copa sonriente y exclamó- ¡Felíz Navidad!

La cena estaba transcurriendo con total normalidad. La verdad, no era muy diferente a lo de todos los días, sólo que había más comida y estaban a la mesa con los profesores, pero no era para extraño. Es más, los profesores hablaban entre ellos al igusl que el resto de alumnos. Así resultaba más cómodo para todos.

-Oye, ¿te puedo preguntar algo?

-Ya lo estás haciendo- dejó el tenedor en la mesa y se dio cuenta de que el menor no era de comer mucho. Quizá por eso estaba tan delgado.

-No es lo mismo.

-¿Qué es?

-¿Por qué cenas aquí y no en casa con tus padres?- podía sonar entrometido y sí, lo era, pero quería saber el por qué no estaba con su familia.

-Porque sí.

-Vamos, no seas rancio. Estamos en Navidad, día de alegría y blablabla, todo se basa en estar con la familia pero tú estás aquí. Y no es el primer año que no vuelves a casa.

-¿Me espías o qué?- hombre, para ser sincero había sonado como eso, pero no era así. También sabía de otros alumnos que no regresaban a casa por Navidad y ni hablaba con ellos, simplemente son cosas que se saben sin más.

-Puede- Snape lo miró seriamente y no puedo evitar sonreirle -era broma, era broma. ¿No estás agusto en casa?

-No es asunto tuyo- tal vez no lo era pero tenía curiosidad. Si se ponía a pensarlo, sabía muy poco del menor y no le gustaba sentir eso. Quería saber más. El menor era como un misterio que quería resolver.

-Vamos, que no- si las miradas matasen en ese momento sería polvo -puedes decirlo, ya sabes que yo con mi familia no me llevo especialmente bien.

-Vaya, no tenía ni idea- el tono irónico del menor le hizo gracia. Era la persona más irónica que había conocido en toda su vida.

-Y bien, ¿te llevas mal con tus padres?- lo vio dudar entre si contestar o mandarlo a la mierda, pero finalmente Snape optó por la primera opción.

-Con mi padre.

-¿Y eso?- quería saber el por qué aunque no era que le sorprendía, si no regresaba a su hogar en las vacaciones debía ser porque tenía problemas en casa.

-Es un muggle que odia la magia. Odia todo en general. Menos beber, eso le encanta- ¿era alcohólico? Joder, aquello sí que no se lo esperaba. Y tener un padre que odia la magia tampoco. Si no podía hablar con sus padres sobre magia y encima no había tenido ni tenía en el presente amigos, ¿qué clase de infancia había tenido? ¿cómo había descubierto que era mago? ¿cómo se lo habían tomado sus padres?

-¿Y con tu madre?- tal vez la madre de Severus no era tan repelente y arisca como la suya. O eso esperaba porque si era como el padre...

-Está muerta- lo miró con los ojos muy abiertos. Mierda, ¿para qué preguntar? Si es que estaba claro desde un principio que si no lo había nombrado era por algo.

De repente sintió como un nudo se le formaba en la garganta y le ahogaba. Tuvo que beber agua. El tono que el menor había empleado era tan duro que incluso pudo notar que había odiado decir aquellas dos palabras en voz alta. ¿No había hablado con nadie acerca de ella o de su muerte? ¿Lily lo sabía? Debía de saberlo, había sido su única amiga, tenía que saber aquello por narices.

Aunque quería abrazarlo en ese momento no lo hizo. No tendría sentido hacerlo allí en medio de la cena. Además, Snape tomaría aquel gesto como una muestra de que sentía pena por él y no le gustaría para nada. Pero lo que sí hizo fue posar una de sus manos en la espalda del menor y moverla suavemente como tratando de mostrarle que lo sentía.

Lo mejor sería cambiar el tema para que el ambiente no fuera tan oscuro como estaba siéndolo. Quería saber más del menor, quería hacerle tantas preguntas que sentía que se le amontonaban en la boca, pero aquel no era ni el momento ni el lugar adecuado.

-¿Y con Remus qué tal? Sé que ahora os lleváis bien.

-Bien- lo vio rebuscar entre la capa y sacar un sobre -hoy me llegó esto de su parte.

-¿Qué? ¿Te envías cartas con Remus?

-Él me la ha enviado, ¿no ves que aún está cerrada o estás ciego?

Remus le estaba enviando cartas. Remus a Snape. Ni puta gracia le hacía, la verdad.

-Amm ya veo- cogió el tenedor de nuevo y siguió cenando. Se había puesto de mala hostia. ¿De qué iba Remus? Vale, sólo era una carta, una maldita carta de mierda, pero Remus sabía que aquello le molestaría. De hecho, su amigo sabía que Snape estaba en el colegio, y que él también lo estaba. Sabía que se picaría al saber que se carteaba con el Slytherin y aún así lo hacía y en su cara. ¿Con qué intención?

-¿Qué pasa Black? ¿ahora eres tú el celoso?- el menor lo miraba medio sonriente, orgulloso de tener completo control sobre la situación.

-¡JÁ! ¿celoso de qué?- no estaba celoso. No, no lo estaba porque sabía que jamás pasaría algo entre los otros dos pero tenía sentimientos encontrados.

-Me lo advirtió Lupin- soltó Snape de repente mientras continuaba cenando.

-¿El qué?

-Que te pondrías celoso.

-Que no estoy celoso, no hay motivos para estarlo- y era verdad, no estaba celoso porque sabía que no podría pasar algo entre los otros dos, pero era dificil de explicar lo que sentía -espera, ¿qué te dijo exactamente?

-Que te molestaría que habláramos porque según él...- el muy cabrón no podía tener la poca decencia de dejar aquella frase a medias. Si la había soltado que la dijese entera.

-Según él, ¿qué?

-Según él yo te gusto- maldito Remus de mierda, lo mataría. Lo mataría lentamente. Es que estaba por levantarse y hacer que su lechuza volviese con la carta que le había enviado a Remus y enviarle otra en la que únicamente pusiera "Que te follen. Por mamón". El cabrón estaba haciendo aquello para que se diese cuenta de que le gustaba Snape, conocía a Remus de sobra y lo estaba haciendo por eso. Y parecía el más inocente... chs, anda que si la gente supiera.

Y es que aunque fuera verdad que le gustaba Snape era imposible que Remus lo supiese, ¿no? No lo había hablado con él por lo cuál no había manera de que lo pensara.

Necesitaba darle la vuelta a la situación y dejar de lado a Remus.

-¿Y si fuera verdad qué?- ya que había salido el tema quería seguir por esa línea.

-¿Eh?

-Pues eso, que si me gustaras, ¿qué pasaría?

-Deja de bromear. Este no es el sitio- quizá no era el sitio ya que estaban aún a la mesa con el resto de presentes pero aquel tema lo volvería a abordar sin lugar a dudas.

**************

Después de la cena ambos habían salido juntos del Gran Comedor para dirigirse a la sala de los Menesteres.

Ni la noche de Navidad se libraba de "trabajar" para Snape, aunque no se le hacía tan pesado como al principio. Además, sería muy triste irse a su cuarto y verse allí sólo aquella noche. Prefería mil veces estar allí.

-Black, corta esos ingredientes como ya sabes- le dijo señalando la gran mesa nada más entrar en la sala de los menesteres.

-Sí, señor- respondió sonriendo y haciendo una reverencia con la varita en mano. ¿Dónde habían quedado los días en los que iba malhumorado y con ganas de asesinarlo? No se reconocía a sí mismo teniendo aquella actitud pero joder, se sentía feliz. Y hacía mucho tiempo desde la última vez que se sintió así.

-Estúpido- lo escuchó susurrar aquello y volvió a sonreír. Si es que hasta le resultaba gracioso cuando lo insultaba.

-Oye- Snape hizo un gruñido como respuesta pero no lo miró -¿cómo está Regulus?

Y dicho aquello se hizo un largo silencio en la sala. Sabía que no le contestaría o que si lo hacía sería para decirle que se lo preguntara él mismo o que no era de su incumbencia. Pero le sorprendió cuando la suave voz del pocionista se escuchó clara.

-Bien- se giró para verlo pero Severus seguía concentrado en una de las pociones que se estaban cocinando allí.

-¿En serio?- nuevamente recibió un gruñido como respuesta -gracias.

-Habla con él- dejó de cortar los ingredientes y se apoyó de espaldas a la mesa.

-No querrá- miró hacia la ventana y el cielo se veía totalmente despejado -viene de familia lo de ser orgullosos.

-Black- tanto en la voz como en la mirada del Slytherin había reproche -si tan valiente eres como dices habla con él.

Sí, debería de hacerlo, de hablar con él a solas, sobre todo, como los hermanos que eran. Si Snape, que era su amigo hasta el momento le estaba diciendo que lo hiciera era por algo. Igual hasta se llevaba una sorpresa.

Cuando Severus se acercó a la estantería de libros él hizo lo mismo al ver trataba de alcanzar un libro de lo alto de la misma. Se situó a su espalda y susurró- ¿cuál?

Snape miró a su derecha encontrándose directamente con su mirada. Este volvió a mirar a la estantería cortando el contacto visual.

-El granate- su voz se escuchó algo nerviosa y no pudo evitar sonreír. Alzó el brazo y cogió el libro pero no se separó del menor. Es más, apoyó la frente en el hombro del menor.

-Black, ¿qué haces?- cerró los ojos y apoyó las manos a ambos lados del cuerpo de Snape, en la estantería.

-Hueles tan bien- susurró aspirando de su cuello, sintiendo como las puntas de su cabello le rozaban tanto la nariz como la mejilla. Y por eso no podía estar tan cerca del menor.

¿Qué maldito perfume utilizaba? Porque tenía un olor particular, uno que jamás había olido antes pero que era embriagante. Desbordante. Le daban ganas de morderlo para saber si sabía igual que olía.

-No sé qué coño estás haciendo conmigo pero me encanta- volvió a susurrar y cogiéndolo por la cintura le dio la vuelta suavemente para tenerlo cara a cara. Joder... estaba acabando con su cordura segundo tras segundo.

Con una mano le tocó una mejilla, acariciándole la piel, la cuál era más que suave.

-Para- no, no quería parar, sabía que el menor realmente no quería que parara. Pero no sabía porque se lo pedía si no era lo que quería.

-¿Por qué? ¿Por qué te empeñas en alejarte si también lo sientes? 

Ambos se miraron a los ojos y deslizó su mano hasta la nuca del menor pero no lo acercó para besarlo. No quería cortar el contacto visual. No en ese momento.

-Porque nos odiamos.

-No. Yo no te odio, ¿cómo podría hacerlo?- se mordió el labio inferior dudando en si hacerle la pregunta o no, aunque iba a hacerlo igualmente a sabiendas de que la respuesta podría no gustarle -¿tú sí?

-Debería- no lo odiaba. Aquella no había sido una respuesta concreta, es más, era una forma de decirle que tendría que ser así pero no lo era. No lo odiaba. No necesitaba saber más.

-Pero no es así- sonrió y acortó la distancia entre ambos. Cada vez tenía más claro que le encantaba tenerlo cerca. Verlo. Olerlo. Besarlo. Tocarlo. Todo le encantaba.

-No- y sin esperar más lo besó. Lo besó suave, lento, sintiendo como Severus le correspondía el beso al instante. Y sintió un cosquilleo en el estómago. Era una sensación extraña de satisfacción, nervios, alegría y una pizca de miedo ante la incertidumbre de lo aquello implicaba.

Aquel beso significaba tantas cosas, tantos cambios que no quería que aquello acabara jamás. Joder, Snape estaba haciendo algo maravilloso con él. Estaba despertándole miles de sensaciones y emociones a la vez.

Ya no era su sabor, su olor o su tacto, era todo lo que implicaba que el conjunto de aquellas cosas le hicieran sentir nervioso.

Sintió una leve mordida en el labio inferior y gruñó. No fue para alejarlo como rechazo, no, fue suave y caliente. Como señal de que le estaba gustando el beso. Se separó levemente del menor.

-Joder- susurró sobre su boca aún con los ojos cerrados y rozando ambos labios -no vuelvas a hacer eso o no me podré controlar, te lo juro.

Vale, aquello le había encantado. Snape le había mordido el labio inferior y lo había dejado embobado perdido.

Volvió a unir sus labios y a los segundos se separó acariciando los del menor con el pulgar.

-Mañana nos vemos a las diez. Iremos a Hogsmeade a comprar unas cosas.

No le dio ni tiempo a Snape para que respondiera y salió de la sala a toda prisa.

Le gustaba Snape. Le gustaba y a Snape le gustaba él. Y aún le quedaba semana y media a solas con el menor y medio año en el colegio para dejar fluir todo. 


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