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RDragón por MiRoApril

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No se detuvo a pensar en ningún momento en el encuentro con el menor. El vino producía un efecto diferente en cada persona. ¿Persona? Humano, en cada humano. Por su parte no era solo el hecho de ponerlo un poco más “alegre”, sino que le ayudaba a pensar pero estando relajado. No llenaba sus pensamientos, no colapsaba por tanta información, dejaba que esta fluyera poco a poco mientras la charla con el menor continuó a lo largo de la noche. 

 

Durante el día, había descansado. Durmió como todo un bebe producto del vino, un efecto segundario que si algunos no conocían lo que era beber vino en esas cantidades, seguro no sabían lo que era dormir apenas se tocaba la almohada. ¿Su trabajo? ¿Para que preocuparte? No había renunciado, no lo habían despedido, ni ascendido, ni nada. El trabajo se hacía solo en realidad. MinAh siempre lo hizo y no necesitaba de su ayuda para que así se mantuviera, por ende ya la preocupación por llenar papeles, mantener ese lugar al pie de la letra, no existía. Interés en la academia no tenia y no iba a tener desde que sabía toda la verdad, a menos eso si lo disfrutaría de aceptar ser una criatura. 

 

Si debía acostumbrarse a la vida nocturna, no estaba teniendo problema. Había despertado para cuando el sol se perdió por completo. Lo que quería decir que llevaba dos noches de su vida y no vio la luz del día. Comenzaba a ponerse en el tema de ser parte de todo ese circo de animales exóticos. No a propósito claramente, lo había conseguido simplemente por pasarse desvelado con el menor, a quien siquiera lo estaba viendo como un estudiante molesto, Jiyong era agradable ahora que le conocía bien, el chico no había tenido intensiones de llevarlo a esa locura, todo era parte del plan de MinAh y su hija, ellos no tenían la culpa. Así como él había visto a Jiyong como parte de la locura de la directora, el menor creyó por un momento que él era una criatura más. 

 

No había tenido en mucho tiempo esa sensación de no querer hacer absolutamente nada. Se había quedado un largo momento viendo el techo de su habitación, en poco debía estar en el castillo de la luna frente a Hero esperando sus nuevas órdenes. Ya no solo tenía una cabeza sobre la suya, habían dos. Quien sería su líder y MinAh.  ¿Qué había sucedido? Jiyong había subido en categoría o él había bajado en rangos. A decir verdad, ya no le importaba, se sentía libre, no tenía que pensar, ya que si lo hacía jamás pararía. Su decisión de ser parte de todo eso era cuestionarse la vida, lo que menos deseaba era comenzar a pensar si lo que había hecho estaba bien o no. Solo intentaba pensar en los beneficios que tenía ser un vampiro. 

 

Nada parecido a los libros, la verdadera raza vampírica finalmente seria parte de él, aunque toda criatura debería tener su debilidad. ¿Cuál sería la del vampiro? ¿La famosa estaca de plata o madera? Alejarse de las cruces y cosas de dios. ¿Dios existía? ¿La religión como se creó? ¿Realmente había alguien más poderoso que esas criaturas? ¿Qué MinAh? 

 

Su cuerpo estaba tan relajado que incluso bajo el agua caliente de la ducha. Podía sentir la libertad, ¿Qué humano no querría acabar con esa esclavitud al trabajo? Se trabajaba para juntar dinero y tener una buena vida tras la jubilación. Aquellos que ganaba como los poderosos les importaba una mierda el ahorro, otros tenían siempre la mano apretada con las cuentas cerradas como si existiera una vida después de la muerte para mantener el dinero ahí. Disfrutar de la vida era casi imposible con los altos precios que tenían no solo objetos, sino también alimentos. Así en el mundo se van acabando las posibilidades de seguir vivo, los animales se extinguían, incluso los insectos, ya no había criatura en la tierra que soportara a los humanos, el mismo no lo hacía. ¿Eso lo había impulsado a dejar de ser uno? La mentalidad que tenían, tan cerrada al avance, generación tras generación era una nueva mentalidad que debía remendar los errores de los anteriores de los humanos. 

 

¿Los humanos sabían su extinción si las abejas dejaban de existir? ¿Se habían detenido a pensar que ser vegetarianos no solo era por la salud de ellos, sino por el mundo? Si existían más vegetarianos, existiría más ganado, más áreas verdes, menos contaminación, el cáncer podría dejar de existir, pero incluso eso no lo entendían. Al final de cuantas había estado evitando pensar y fue lo que más hizo en todo el tiempo que estuvo duchándose. Frente a su armario ya asombrado de sus pertenencias desaparecías, más existía un traje blanco como los alumnos de la clase nocturna, aunque más elegante, demostrando que se trataba de otra autoridad, aun así se consideraba un alumno más. Estaba retrocediendo en el tiempo. 

 

La desaparición de sus cosas no le sorprendió. En algún lugar irían a dar, seguro era cosa de Hero, pues estaba más cerca del inicio de jornada de los nocturnos. Tomo el traje y asumió que debía ser su nuevo uniforme. Ya era parte de ellos, ¿No? 

 

¿Dónde estaba? Cierto. El cáncer. Una de las enfermedades mortales que existían en los humanos, enfermedad que tenía cura. ¿Es que aun creían que no la encontraban? ¡Que mentira más grande! Estaba seguro que existía, pero estaban sobre poblando la tierra, entre más humanos, menos alimento había, menos espacio donde vivir, menos beneficios. No había nada mejor que hacer que eliminarlos de alguna forma. ¿O creían que el ataque a áfrica con esa extraña enfermedad era normal? El virus se encontraba en estados unidos, encapsulado. ¿Cómo termino allá? Lo gracioso era que siempre existió cura, pero a los medios se dio a conocer todo lo contrario. El virus había sido creado con su cura con esa finalidad, acabar con la población. ¿Por qué en vez de ayudar con la alimentación recurrieron a la muerte?  ¿Las criaturas pensarían igual? 

 

Hero veía a los humanos como ganado, eran alimento como ellos lo hacían con los animales. ¿Estaba igualmente cerrado ese pensamiento? Por otro lado estaba MinAh, quien protegía a los humanos para transformarlos en criaturas, pero era un proceso de selección, aquellos que no eran capaces de ser transformados, volvían a ser parte del ganado. Su conclusión fue de esta esta forma. Si las criaturas estuvieron antes que los humanos, estos eran un error al mezclar razas, así comenzaron a reproducirse con más facilidad que una criatura, eso quería decir que todos los humanos tenían una parte “criatura” en ellos, la transformación era solo acabar con la parte humana y despertar aquel mínimo porcentaje de sus primitivas raíces. Por ende aquellos que no pasaban la selección… Era simplemente porque eran a cien por ciento humanos.  ¿También temían el peligro de la extinción de aquellos que lograran ser transformados? 

 

Al ver a lo lejos el cuerpo del vampiro en espera de su llegada, apago literalmente su cerebro. Hero podía leer sus pensamientos y no estaba de humor para escuchar cada una de las respuestas a sus preguntas, mucho menos si estaba en lo cierto o no. Por el momento le parecía mejor ser una criatura que seguir en el mundo de los humanos donde gobernaban los poderosos por el dinero, donde siquiera se sabía si era real o no que ellos gobernaran, seguro era otro caso de Hitler, donde su rostro no era nada más que una estrategia publicitaria para hacer temer al mundo, tras el existían quienes jugaban a tener un títere. Después de todo a quien deseaban matar era a la imagen principal, ¿Quién sospecharía más allá? 

 

Las criaturas mantenían una jerarquía por sus habilidades. Quien era más poderoso se o ganaba, por entrenamientos, por esfuerzo, por querer ser mejor. Si no se quería ser absolutamente nada, solo debían quedarse como transformados y seguir las ordenes de más arriba. ¿No? 

 

—Nunca dejas de sorprender. ¿Eh? Seung Hyun. —Lo interrumpió Hero. 

 

Había intentado dejar de pensar pero le era imposible cuando apenas estaba iniciando su vida de elegido. 

 

—Tus habilidades mentales se desarrollaran muy rápido por lo visto. Con ese pensamiento podrías entender incluso la creación del mundo. 

 

—¿No estas exagerando? —Preguntó. 

 

Hero negó. 

 

—No soy de dar chistes. Deberías saberlo. No tengo la cara de un payaso. —Pronunció en seco el líder vampiro. — Te falta mucho por aprender de lo que podemos hacer. 

 

Y esas palabras le recordaron a MinAh y su charla. Hero podía ver el futuro. Presente y pasado. ¿A eso se refería con resolver la creación de la tierra? 

 

—Bien. Te explicaré. —Inició el vampiro. — En el castillo de la luna están los elegidos que deben entrenar para ser transformados. En tu caso no lo necesitas. 

 

—¿Es por la edad? —Pregunto inmediatamente. 

 

—No tiene nada relacionado a la edad. Al contrario. — Aclaro el vampiro. — Podrías estar perfectamente aquí con el resto, pero a diferencia de ellos, tu pareces saber lo que has aceptado. 

 

—¿Entonces?...

 

—Tu aceptaste la realidad, ellos aún viven una fantasía. 

 

 

En cuestión de segundos se encontraba caminando al interior del bosque prohibido, siendo guiado por el vampiro veterano. 

 

No pidió explicaciones, en realidad no las necesitaba, ya a esas alturas lo que hicieran con él sería cualquier cosa menos matarlo, y así como estaba pensando, tal parecía que su transformación no estaba tan lejana a diferencia de algunos elegidos. Probablemente sería una criatura antes de Jiyong, y eso que el menor mucho antes que él sabía de todos los secretos de la academia. Aunque este desde que se encontraba con YooBin el supuso que tenía algún conocimiento, la verdad no era así, de lo tanto que hablaron durante la madrugada, exactamente había salido ese tema, terminando por dejar claro que no solo YooBin le había soltado toda la información el día del carnaval, sino que también le recalco el hecho de ser nada más que solo amigos. Esa información por parte del menor estaba de más, pero asumió que era por el efecto del vino que se lo había dejado tan claro, aunque lo había comprendido la primera vez que se lo menciono. 

 

Su mirada seguía la espalda de quien era ahora su líder. Su cabeza se llenaba de preguntas una vez más, todas aquellas que en cualquier momento Hero podría interrumpirle y responder una por una en el mismo orden. ¿Era ese vampiro tan poderoso? Si era el más poderoso de los vampiros en su jerarquía, entonces, ¿Los vampiros eran más débiles que los híbridos?, estos por tener a MinAh. ¿Qué había con las otras razas? ¿Existía alguien al mismo nivel que la híbrida? 

 

—Existió un tiempo un consejo de criaturas. De todas ellas…—Ahí estaba. No había esperado que salieran de su boca, Hero comenzó a responder. — Había un representante, tenía que ser el más fuerte. En ese consejo estuvo mi padre. Al morir debía ir yo… El consejo no tuvo un representante vampiro desde ese entonces… —Hero seguía manteniendo el paso delante de él. — Existen criaturas más poderosas que yo, que MinAh, pero hay diferencias, pueden tener un alto rango, pero todo se demuestra en batalla. 

 

—¿En otras palabras?

 

—MinAh es la más poderosa entre las criaturas. Ella no solo tiene un alto rango en su raza, es una combinación de todas ellas. No tiene ni dos ni tres razas, tiene un poco de cada una, todo por su ascendencia. Era como si planearon crear una criatura como ella. —Explicaba el vampiro sin detener el paso. 

 

—¿Qué hay de YooBin? —Pregunto con curiosidad. — Es su hija, ¿No? 

 

—El error que MinAh cometió fue tener descendencia con un vampiro y no con otro hibrido. YooBin tiene ese poco de todas esas razas, pero al ser su padre un vampiro, potencia más ese lado de ella. No sabemos que puede llegar a ser de ella más adulta. Apenas tiene un siglo, no es nada para una criatura. 

 

—Entiendo. —Dijo corto y preciso. Cada vez comprendía más de la directora y a quien se suponía que le serviría desde el día que sería transformado. — ¿Qué hay de mí? ¿Cómo será todo el asunto de la transformación?

 

—Los humanos siempre son curiosos. — Soltó Hero. 

 

—Lo pensara o lo dijese de todos modos escucharías la pregunta, no es curiosidad, es querer una respuesta, si no quieres decirlo puedo esperar a que lo expliques por tu cuenta. 

 

La respuesta si sorprendió al vampiro, no en forma de un reto, sino que Seung Hyun era uno de tantos que creían poder pasar sobre él hasta el momento que lo conocían como líder. 

 

—Saberlo no quiere decir que quiera responderlo, decírtelo es cosa mía, así como puede llegar el día y no sabrás lo que ocurrirá, porque de todos modos tiene que ocurrir.  Ya no tienes marcha atrás, sabes las consecuencias. 

 

Tal y como esperaba una respuesta del vampiro. Ahora entendía el odio que tenía Jiyong hacía él, aunque lo que el sentía era más neutro que un odio o un aprecio, no tenia de otra que pasar tiempo al lado de quien sería su líder si planeaba ser un buen vampiro, de lo contrario se quedaría estancado como todos los que le hablo el veterano. ¿Sería que al sentir tanto poder no querría nada más? Después de todo, tendría inmortalidad, fuerza, velocidad, no dependería de la comida, ¿Para que necesitar más? 

 

Al cabo de unos minutos más llegaron a un castillo poco iluminado en medio del bosque. Poco iluminado porque este a diferencia de los otros no tenía luz como energía eléctrica, sino que tenía antorchas rodeando el lugar. La entrada era aún más tétrica que ver la gran puerta de la academia. El castillo no era igual de grande, pero sus dimensiones se asimilaban bastante, probablemente a diferencia de los cuatro pisos de la academia, este tenía nada más dos, y siendo obligado a que así fuera, como si hubieran tirado obligadamente los últimos pisos, aunque mantenía torres en uno que otro lado. El castillo si era medieval en todo sentido. 

 

Ingresaron cuando las puertas se abrieron solas por la cercanía del vampiro, eso supuso, a menos que este las abriera con su telequinesis, si es que tenía una habilidad como esa, en realidad no tenía muchos detalles de las habilidades que podía conseguir al ser un vampiro. El interior tal como el exterior era en el mismo estilo, no tenía combinaciones de arquitectura en comparación a los otros castillos, este mantenía la vieja estructura de los primeros siglos de la vida humana. La iluminación en el interior era exactamente igual, lo sorprenderte era el fuego que no terminaba quemando el techo hasta ponerlo negro como comúnmente o naturalmente debería ocurrir. En cuanto a muebles, era exactamente igual, medieval, como si estos hubieran sido hechos a mano, incluso temía el sentarse sobre ese sofá que intentaba ser de la época actual, pero claramente no lo era, ¿Qué tal si se sentaba y esa cosa se caía al suelo? No por como si eso fuera hecho de la prehistoria, con ramas y hojas, sino porque eran muebles digno de un rey, y los reinos eran de una época de siglos atrás. 

 

—Bienvenido a Ypsilon. — Hablo Hero interrumpiendo el silencio en el que había caído por estar con la mirada perdida por todo el lugar. 

 

Para empezar, había una gran sala para dar paso a diferentes pasillos. Estaba seguro que ese lugar era todo un laberinto. Si apenas pudo con la academia, ahora tendría que estudiar un nuevo castillo para no terminar metiéndose en problemas. ¿También tenían piso prohibido ahí? ¿Habitación prohibida? 

 

—Dejaré que estudies el lugar unos días. Mis elegidos estarán trayéndote comida. No quiere decir que te tendré encerrado. Solo necesito que te quedes mientras resuelvo unos asuntos con MinAh, la próxima vez que nos veamos será para tu transformación. —Aclaro el vampiro. — Una vez que dejes de ser humano si estarás encerrado. Como ya debes imaginar, la sed de un vampiro no controlable los primeros días, si te acercas apenas unos kilómetros a la academia, la sangre humana te llamara. Incluso desde aquí puedes oler a los humanos, es cosa de acostumbrarse. 

 

—¿Cuánto tiempo se supone que estaré encerrado? —Pregunto inmediatamente. 

 

—Eso depende de tu control. Hay neófitos que se han quedado un año. — Soltó como si nada. 

 

No era cosa de magia, ni destino, ni nada eso. Su cabeza solo trajo el recuerdo de Jiyong. Entonces, ¿No lo vería por un tiempo? Después de todo lo que había pasado era el único que le había entendido, aunque entendía que debía haber otro transformado o humano que se sintiera de la misma forma, pero tal parecía que todos aquellos que decidían transformarse cambiaban, como si fueran a obtener el mayor regalo de la vida que los dejaba por sobre todos. Entendía que la inmortalidad era un gran obsequio, pero era como volver a nacer, ¿Por qué todos tenían que sentirse en un cuento de hadas? Cambiaban sus cuerpos, no sus personalidades. 

 

—En ese caso. ¿Puedes darme la oportunidad de ver a alguien antes de mi transformación? —Pregunto sin miedo alguno. 

 

—Bien, te llevaré cuando sea el día. 

 

 

Así, termino en ese castillo, encerrado como una rata de laboratorio. Al menos así se sintió en los primeros momentos, pues estaba solo, pocas veces escuchaba ruidos y el mismo creía que podían ser almas vagantes en vez de los otros vampiros que debieran encontrarse en ese lugar, tampoco era como si hubiera estado buscándolos. Tal y como le dijo Hero, él se dedicó a recorrer el castillo, cosa que a pesar de creer recorrerlo en un corto tiempo, bien se había equivocado, ese lugar era enorme, se había perdido más de una vez, dio vueltas por unas cuantas horas e incluso termino en otra biblioteca, no gigantesca como la academia, pero esta era un cuatro con unos cuantos estantes repleto de libros. Su curiosidad no se detuvo ahí, el tomo un par de libros para matar el tiempo, creyendo que podían ser de utilidad para cuando su transformación se realizara, si bien estaba en lo correcto, había dado con unos diarios, diarios que a su parecer pertenecieron a otros vampiros. 

 

Fuego. El fuego era la principal debilidad de un vampiro, pero aun así tenían la posibilidad de dominar el elemento, era casi imposible acabar con la criatura, si se practicaba la dominación del fuego, podía evitar quemar su cuerpo, así el elemento jamás sería una debilidad. Pero el mismo diario relatado por un inexperto vampiro, hablaba de los tantos que habían muerto en los entrenamientos para el dominio del elemento, no era cosa sencilla. No conocía el nombre del vampiro que escribió el diario, solo existían unas letras que parecían ser de su nombre y apellido, no describía si era hombre o mujer, solo relataba el día a día en lo que era un entrenamiento con Hero. Ese vampiro había estado entrenando con el veterano siglos atrás, lo deducía por la calidad del papel, y porque el diario era un manuscrito con una letra a mano redondeada y ligada, a diferencia de la actualidad donde la mayoría había optado por escribir en mano imprenta, tal cual una máquina de escribir. Los símbolos tenían curvas, estaban bien redondeados, no eran palos secos. Sin duda debía ser de uno o dos siglos atrás, pero tampoco había dado con todos los diarios para saber qué había ocurrido con ese vampiro, si es que finalmente era libre o había muerto en los entrenamientos. 

 

Los ojos. Muchos vampiros quedaban ciegos siendo completamente inútiles al mundo. Tal como Hero se lo había advertido, las habilidades de un vampiro estaban por sobre todo en los ojos. El libro explicaba la diferencia entre algunas criaturas a los vampiros. Los ángeles necesitaban sus manos para llevar a cabo todas sus habilidades, los demonios también, eran algo así como criaturas opuestas en todo sentido pero sus habilidades eran similares. Los demonios eran seres oscuros e impuros, mientras los ángeles eran puros y seres de luz. Los híbridos seguían siendo un misterio, había visto a MinAh utilizar las manos así como lo noto el vampiro, pero este también noto que la mujer podía atacarlo con la mirada, e incluso su respiración era un ataque grave para una criatura. Los lobos, su nariz y oídos, eran una parte esencial para ellos. Sin duda ese vampiro se había encargado de recolectar información. Lo que le quedaba claro era que este era un transformado, por el miedo que sentía a los entrenamientos, de ser un vampiro como Hero, no le temería a absolutamente nada. 

 

 

No noto como los días se le vinieron encima, tampoco eran demasiados, estaría exagerando de ser así. Esa noche donde se encontraba con el cuarto diario de ese vampiro en sus manos leyendo con una tenue luz de una vela en un escritorio a la ventana para observar del paisaje. Apareció como siempre el vampiro sin aviso alguno, sin invitación, sin importarle absolutamente nada. Por un momento creyó que hablaría con respecto a los libros, pero este simplemente ignoro lo que tenía en sus manos tras un vistazo analizador. Sus instrucciones fueron recorrer el lugar, ¿No?, eso estaba en el castillo, podía leerlo, ¿No? 

 

—Hay una batalla de entrenamiento. ¿Quieres ir? —Pregunto como si acostumbrara a realizar invitaciones como esa. — Es tu ultima oportunidad de salir de aquí. Te transformaré esta madrugada. 

 

Esas palabras si llegaron por sorpresa. Su vida de humano era de nada más unas horas, siquiera estaba procesando la información, no sabía cómo era la famosa transformación y algo le decía que no era como la describía Anne Rice y mucho menos Stephenie Meyer. Si nada de lo que ocurría en ese mundo era como los libros, aunque estaban bastante cerca de la realidad narrada por ellas. La más alejada era la saga de crepúsculo, si no fuera porque los vampiros bebían sangre todos por igual, hubiera estado realmente errónea. En su opinión también le disgustaba la creatividad de hacer “brillar” a una criatura, ¿Qué creían que eran? ¿Unas piedras preciosas como un diamante? ¿Una esfera disco? No tenía sentido. Y las habilidades, aunque geniales, era una imparcialidad enorme entre vampiros y lobos, siquiera por el tamaño los lobos podrían ganarle a unos vampiros con habilidades extrañas. En cuanto a Anne, esa mujer se había dedicado a buscar una lógica increíble, casi parecía real todo lo que describía, nada muy alejado de la realidad, unas cuantas diferencias como el exponerse al sol, y el hecho de que fueran criaturas muertas,  no estaban muertos, era una raza, como un animal. No solo la transformación los reproducía. 

 

—Claro. — Dijo con tranquilidad cerrando el libro. Había aprendido aún más de la raza que llevaría a partir de la primera luz de sol que iluminara la mañana. 

 

—Ven, acércate. — Le llamo el vampiro desde la ventana. — Es claro que no te cargaré hasta allá. Vas a marearte un poco pero…—El veterano toco su hombro y lo obligo a pestañear. — Es el primer efecto de teletransportarse.

 

En ese mismo pestañear había aparecido en un nuevo lugar, con unas nauseas que no podía explicarse. ¿Cómo lo hizo? ¿Cómo llego hasta ahí? Quería preguntarse si era real el poder realizar ese tipo de habilidad, pero el diario no decía absolutamente nada de ello y claro, con todo ese mundo que estaba descubriendo era difícil pensar que no era real. Pues se encontraba en una estructura parecida a un enorme coliseo, la estructura era muy similar, solo que este tenía la forma de un estadio y… En realidad pensar cuando intentaba estabilizar su estómago era de lo peor. 

 

—Nos vemos cuando acaben los encuentros. No será demasiado, aprovecha el tiempo. — El vampiro no era que desapareciera de nueva cuenta, pudo ver su silueta subiendo ese lugar hasta la cima, apenas una sombra pero lo hizo, por un momento incluso recordó el efecto del dementor en las historias de Harry Potter, pero era algo más de su cabeza y el maldito efecto de la transportación. 

 

Su mirada reviso el lugar, pero no podía ver absolutamente nada, solo veía grandes muros que lo separaban del centro de lo que era ese coliseo, siquiera sabía cómo llamarle. ¿Se suponía que había una batalla? ¿Batalla de qué? ¿Era demasiado pedir que le dieran la información completa? Seguro por eso lo llamaban inteligente, porque terminaba de hilar solo toda la información por conclusiones propias, pues parecía que todas las criaturas disfrutaban de dejarlos con las palabras en la garganta para no responder preguntas de humanos idiotas como él. A ver si las cosa cambiaban cuando lo transformaran en un vampiro, seguro era peor, Hero lo ignoraría incluso para entrenar, ¿No? Ese diario lo decía, el vampiro no era bueno entrenando a los transformados, sus opiniones iban en ayudarlos a dar un paso, pues los demás debían hacerlo ellos mismos. Con razón la gran mayoría moría por intentar usar el fuego. 

 

—Se llama Eta. — Escucho no muy lejos de él. — Centro de batallas. Pero de ahí no puedes ver absolutamente nada. Deberías ver cómo va Jiyong.  

 

—¿Eh? ¿Esta en la batalla? 

 

YooBin asintió. 

 

La menor a diferencia del vampiro se acercó a él. Paso con toda la confianza del mundo su brazo alrededor de su cuello. 

 

—Espera. ¿No vas a teletransportarte, cierto? —Esta solo rio y negó. 

 

¿Cómo pudo olvidar que la mujer tenía una gran fuerza? Le levanto sin problema de la misma forma en la que llevaban a un borracho, pero era claro que no iba en ese sentido. Salto hasta una de las gradas altas, más no llego ni cerca de donde se encontraban los que deberían ser los líderes acompañando a MinAh. 

 

Su mirada estuvo unos cuantos segundos fija en todo el personal que se encontraba ahí arriba, cinco razas y la directora. Entonces, esos eran los otros líderes. Podía ver a la mujer con grandes alas blancas, el plumaje seguro tocaba el suelo, más no podía ver con detalle desde esa lejanía. El demonio presentaba los cuernos tal cual película de terror, imaginaba que también tenía una cola, por como lo describía la religión. Había un enorme lobo, aún más grande que aquel de la fiesta, aunque comparar recuerdos que había tenido bloqueados con volver a ver el animal podría hacerle exagerar. La mujer se encontraba en su forma lobuna, con el cabello blanco, y Hero, quien parecía ser como un humano cualquiera, podía desde ese lugar ver el destello de sus ojos dorados. ¿Por qué era precisamente esa batalla? 

 

—¡Dragón! —Grito la menor a su lado obligándolo a desviar su mirada al escenario. 

 

¿Tenía tiempo para fijarse en los detalles? En como ese gran rompecabezas tenía una estación completamente diferente, como si varias partes de la tierra aparecieran en ese lugar. Detalles no podía buscar, pues su mirada estaba en YooBin, quien desapareció de su lado hasta llegar a la zona con roquerios. 

 

Como cualquier humano, por inercia quiso moverse del lugar para ir a auxiliar al menor, pero, ¿Cómo salía de ese lugar? Los escalones eran imposibles de subirse o bajarse por un humano, la altura podía matarlo, y mucho menos llegaría al lugar con ese gran muro que lo separaba. En ese mundo ser humano no servía absolutamente de nada. Para su suerte, YooBin tomo el cuerpo entre sus brazos y lo primero que hizo fue moverse en su dirección. Cuando elevo la mirada a los líderes, estos estaban aún inmersos en las demás batallas, parecía siquiera importarles que Jiyong se encontraba posiblemente en peligro de muerte, sino, ¿Por qué gritaría la menor? Si bien algunas mujeres eran exageradas, la menor no podría ser así, pues veía la vida de una forma diferente. 

 

—Seung Hyun. ¿Podrías sentarte? —Le pidió esta lo cual de inmediato hizo. 

 

YooBin acomodo la cabeza del menor sobre su pierna. Lo primero que hizo fue tocar el rostro de Jiyong, el seguía sin entender que estaba haciendo, si tomando la temperatura, viendo signos vitales, ¿Qué otra habilidad tenia ella? La vio buscar en su cuello un collar exactamente igual al que vio en Hero, de hecho podría ser el mismo pero tal parecía que entre criaturas llevarlo era normal. 

 

—Dale una gota de esto, ¿Si? —Ordeno la menor. 

 

—¡YooBin! ¡Trabaja! —Un grito tras ellos se escuchó. 

 

Ahí estaba Seungho parado en una de las murallas con otro cuerpo entre sus brazos. 

 

—¡Cállate! —Devolvió el grito la menor con el ceño completamente fruncido. — Ese idiota…—Maldijo antes de volver a verlo. — Dale por favor una gota, solo eso necesita. 

 

—Espera. — Detuvo a la menor tomando su brazo impidiendo su siguiente salto. — Este líquido Hero me lo dio para mi memoria. No creo que… 

 

—Ese líquido no es lo que crees, solo has lo que te digo, no necesitas saber más. Jiyong es un elegido hibrido, es de mi clan. —Fue todo lo que dijo la menor para terminar volteándose y realizar un análisis del campo. — Y hazlo antes de que empeore todo, ¿Quieres? Terminaras perdiéndolo. 

 

No pudo evitar arquear su ceja ante el comentario. 

 

—¿Qué se supone que estas imaginando? 

 

—Tu corazón suena como el de Jiyong cuando lo tienes cerca. —Comentó como una niña inocente volviendo su mirada a él. — Cuando los humanos se enamoran sus corazones laten así, ¿No? —Tomo una pausa. — Jiyong dice que el amor humano no es así, pero lo leí… ¿Ustedes mienten de su propia especie? —Pregunto con curiosidad. 

 

—El corazón humano late porque así debe ser, el que se acelere o no puede ser parte de la adrenalina. Como sorprenderme al verlo en este estado. 

 

Ella negó. 

 

—Cuando seas un vampiro escucharas el corazón de Jiyong, verás que no es así. 

 

Nuevamente, el misterio, preguntas sin respuestas, todas las criaturas eran iguales y YooBin no era la excepción. Le había dejado ahí con el pequeño frasco en su mano. Cuando sintió un líquido caliente sobre su pantalón es que reacciono, era obvio que no podría desviar la mirada de la menor con tantas dudas en su cabeza, la había seguido hasta una de las zonas, donde tomo otro cuerpo y lo saco de ese lugar en cuestión de segundos. 

 

Era la sangre de Jiyong que comenzaba a humedecer las telas de su ropa. La sangre. Estaba perdiendo demasiada, probablemente no estaría vivo de no ser porque estaban en un cuento de hadas, esas criaturas no les permitirían morir. Quito el sello del pequeño frasco y abrió la boca del menor, tomando su barbilla con bastante cuidado, toco sus labios y dejo caer una gota tal cual se lo había dicho la menor. Ese frasco fue casi vaciado con la gota. Al volver a sostenerlo, sellarlo es que noto la “magia que este tenía” Se volvía a rellenar por sí solo. ¿Qué clase de líquido era ese? 

 

Lo había escuchado respirar en ese silencio que le permitía estar apartado del resto. Quito la atención del collar para ver el rostro de Jiyong. Sus heridas, se cerraban como un efecto de película, poco a poco quedaba nada más la mancha de la sangre seca a un lado y por sobre de donde estuvieron en algún momento esas heridas. Seguía impresionado de lo que podía hacer ese mundo. Tenían una cura para lo que podía ser cualquier enfermedad humana, pero estos no lo compartirían al mundo. Seguro de hacerlo solo estallaban más guerras, el valor del líquido podría ser solo para millonarios o los altos rangos del gobierno, otros países lo esconderían, la religión iría en contra de algo poco humano y casi irreal. Era tal como decía la frase “demasiado bueno para ser cierto”

 

Fue cuidadoso y retiro los cabellos del menor de su rostro. ¿Siempre había existido ese cosquilleo cuando tocaba a Jiyong? Podría ser un efecto del líquido, probablemente este aún estaba actuando en el cuerpo ajeno, más no fue impedimento para que acabara retirando todo lo que podría impedirle la vista para cuando este abriera sus ojos. Que fue en menos de lo que creyó. Ya debía dejar de contar la diferencia entre un mundo y otro, debería empezar a vivir su nuevo mundo. 

 

Su mirada dejo de estudiar el rostro de Jiyong para finalmente hacerlo con la “arena de batalla” El lugar era impresionante, no había forma de no sorprenderse con un lugar así. Calcular la dimensión de cada zona era difícil cuando ese lugar era simplemente enorme. Una, quizás dos, no, más de una hectárea. Siquiera sabía si estaba bien el calcular con ese tipo de medida, ese lugar lo tenía anonadado. Sin contar que increíblemente cada espacio tenía un clima exacto, no se veía involucrado con otro. 

 

Con el cuerpo removiéndose bajo el propio, su atención volvió una vez más a Jiyong. Al parecer lo único que marcaba su piel ahora eran esas manchas de su sangre, como la suciedad del suelo rocoso en el que fue encontrado por YooBin. 

 

 

—Despertaste…—Dijo en casi un susurro observando los ojos ajenos. 

 

—Seung Hyun…—Pronunció el menor con la voz algo quebrada. — ¿Estoy muerto?

 

—Algo me decía que preguntarías eso. —Sonrió al verlo más cuando este intento sentarse, se lo impidió apoyando sus manos sobre su pecho para mantenerlo recostado. — Ni lo sueñes, acabas de despertar.  

 

—¿Hm? Pero me siento bien. —Recalco el menor desde su posición. — ¿Hace cuanto estas aquí? 

 

—Lo siento. — Fue lo primero que soltó al recordar que este se encontraba batallando pero su atención no fue directamente a él cuando tuvo la posibilidad. — Llegue tarde, no pude verte… Solo vi cuando YooBin fue por ti. 

 

—Entonces, ¿Perdí? 

 

—En realidad, no lo sé. No sé como evalúan estos encuentros.  

 

—El tipo que lucho conmigo, ¿Esta bien?. — Pregunto esta vez. 

 

—Oh él… Sí. Digo, nadie fue en su rescate, supongo que sí. — Hablo como si el tema de las batallas fuera normal.

 

—Perfecto. — Se quejó. — Perdí. 

 

Soltó una suave carcajada observando al menor por un momento. 

 

—   N-No me mires así… 

 

—¡Dragón! 

 

YooBin llego a su lado abalanzándose sobre Jiyong para abrazarlo. Quizás el menor le había dejado claro que no existía relación alguna entre ellos, pero cualquier humano pensaría lo contrario. Igualmente eran cosas de cultura coreana, esa cercanía no se mostraba a menos que se tratara de una pareja y en cuando a las muestras de cariño en público, poco se veían en su país. 

 

—Me asustaste. —Se quejó YooBin. 

 

Jiyong intento una vez más sentarse a su lado y esta vez lo consiguió gracias a que YooBin se encargó de alejarlo de él. 

 

—Estas…—Susurro la menor acercando su mano al pecho de Jiyong. 

 

El claramente podía escucharlo, existía un gran silencio y digamos que el susurro de todos modos podría escucharse. 

 

—N-No. —Jiyong de inmediato aparto la mano de su pecho. Tenía que admitir que le causo gracia, más callo cuando YooBin le observo. 

 

—El de él también. —La menor lo apunto. 

 

—¿Eh? ¿Yo que? —Pregunto de inmediato. 

 

—Nada… Nada. —Insistió Jiyong. — YooBin solo cree que..

 

—Seung Hyun. Nos vamos. 

 

Esa voz. 

 

Hubiera tragado en seco de haber sentido miedo, más solo sintió una corriente recorrer su cuerpo, no por el hecho de escuchar la voz, ni menos por saber de quien se trataba, sino porque sabía lo que ocurriría cuando dejara ese lugar y no se refería a las náuseas que provocaría la tele transportación. 

 

—Claro. — Respondió a quien era su líder. — Eh.. Jiyong. — Lo llamo. — Voy a estar lejos por un tiempo, ¿Si? Hero va a transformarme hoy, y debo mantenerme alejado de la academia hasta controlar mi sed de sangre. —Perfecto, ya se escuchaba como todo un vampiro. —Nos vemos, ¿Si? No creas que te abandoné. — Rio leve tocando los cabellos contrarios con una leve caricia. 

 

Así camino por ese mismo lugar, metros más allá estaba parado Hero, era obvio que no lo esperaría más arriba o más abajo, a menos que pretendiera que saltara como un profesional de parkour o se matara en el intento, mucho menos se arrojaría a sus brazos. Apenas llego a su lado, el veterano realizo la misma acción de antes, esta vez el cerro los ojos con fuerza pues el mareo que se sentía era terrible, supuso que era por la forma en la que pestañeo y sus ojos, junto con su cerebro intentaron asimilar el cambio del lugar. Ahora que era consciente de lo que hacía el vampiro, además de evitar el observar el gran cambio, los efectos no parecían inundarlo por completo, eran bastante soportables. 

 

La habitación no era la suya, estaba claro que Hero no estaría con rodeos sobre el tema de la transformación. El primer lugar en el que fijo su mirada fue la ventana, la altura era más de lo que podía ver en su habitación, por lo que imagino que estaba en lo que podía ser una de las torres del castillo de Ypsilon a menos que ese vampiro le llevara a otro lugar completamente diferente. Su nueva sorpresa fue la iluminación, que no provenía de ninguna antorcha, fuego o algo parecido, era la luna. El techo de esa habitación no existía, no estaba, había sido completamente demolido, retirado a la fuerza o con intensión, pero por la forma en la que las paredes variaban en tamaño, imagino que no había sido con la intensión más delicada. 

 

—Recuéstate en la cama. — Ordeno el vampiro. 

 

Para cuando noto la cama en ese lugar, cierto escalofrío recorrió su cuerpo, una corriente fría por el miedo que por un momento se apodero de él. ¿Cómo no sentirlo? Si esa sabana sobre la cama era blanca con manchas rojas esparcidas por varios lugares, ¿Por qué no simplemente usar una tela roja? Era buscar asustar a los humanos o que esa manta llevaba tiempo en ese lugar. 

 

Tomo aire ya resignado a su destino. Se acercó a la cama acomodándose como acostumbraba a hacerlo para dormir. ¿Sería algo como eso? Cerrar los ojos y volver a abrirlos como si hubiera descansado normalmente. 

 

—¿Necesitas que te explique lo que voy a hacerte? —Hablo Hero mientras remangaba las mangas de su camisa.

 

—No. — Si no lo escuchaba no temería. — Luego te lo preguntaré. 

 

Sin decir nada, el vampiro termino sobre su cuerpo en menos de lo que esperaba. Sus ojos completamente dorados habían tomado un color rojo profundo, justo en frente de los propios. Los colmillos, no los vio crecer de su boca, no sabía cómo ocurría ese cambio, si era lento o doloroso, como se deslizaban estos de su encía hasta quedar con esos centímetros de largo, incluso la puta de estos parecían haber tomado más filo en el proceso. 

 

Cerro sus ojos con fuerza cuando Hero obligo a su cabeza  a inclinarse hacia la izquierda, para cuando clavo sus colmillos, el grito de dolor fue ahogado sobre la mano ajena, apenas lo dejo salir el vampiro cerro su boca incluso impidiendo en cierta parte que respirara con naturalidad. Removerse bajo su cuerpo no estaba resultando, había una gran diferencia en la fuerza, no tenía escapatoria y ese dolor lo volvía completamente loco. Sentir como desgarro su piel, como estaba succionando su sangre. Era una locura sentir como el líquido caliente de su cuerpo se deslizaba por sus venas hasta concentrarse en esa parte de su cuello. Cualquiera creería que el dolor estaba disminuyendo, pero solo perdía la consciencia por la falta de sangre. ¿Qué clase de transformación era esa? ¿Era similar a la de los libros? ¿Cuándo dejaría de beber su sangre para convulsionar con el supuesto veneno que lo transformaba? 

 

La imagen de Hero con la boca embarrada en su sangre era borrosa, apenas podía enfocar su mirada en él. Su respiración ya no la estaba necesitando, era débil, demasiado. Ya no necesitaba moverse de s lugar, fuerzas no tenía siquiera para hacerlo. ¿Ahora era cuando se cuestionaba la vida? ¿Si estaba bien o mal lo que hacía? ¿Qué sería de él a futuro? 

 

—Aquí es cuando acostumbro a torturar a los humanos, haciéndoles creer que no los transformare y los dejaré morir, aunque con varios así fue. —Pronunció Hero sobre él. 

 

La mano del veterano se posiciono como si estuviera empuñando un objeto. Entre unas llamas de fuego, que de haber tenido fuerzas hubiera movido su cuerpo por acto reflejo ante la sorpresa, apareció una daga de plata, afilada, la luz de la luna se lo demostraba. 

 

—Creerán que tengo un nuevo favorito. —Volvió a interrumpir sus pensamientos el vampiro. — Eres al primero que le hablo con tanta normalidad, deberías sentirte importante. Y antes de que preguntes porque o cuestiones todos tus recuerdos conmigo, es porque a diferencia de cualquier humano, no vienes a nosotros con la idea de estereotipar a las criaturas. No tienes idea de cuánto odiamos los malditos estereotipos humanos. Además, eres inteligente, se puede tener una conversación lógica contigo. 

 

Si bien estaba escuchando al vampiro, su mirada no se perdió de esa maldita arma en su mano y lo que podía hacer con ella. La veía moverse con agilidad, girando en su palma, en sus dedos, todo un hábil portador del arma. Si lograra recordar todo lo que el vampiro le explicaba para cuándo terminara la transformación. ¿Seguiría realizándose tantas preguntas? 

 

—Nos vemos en la otra vida. 

 

Sus ojos se abrieron ante el nuevo dolor, no muy diferente de la mordida ajena, más la zona si lo era. La daga atravesó su pecho, por ende, su corazón. Fueron exactamente cinco segundos en los vio al vampiro salir sobre su cuerpo, morder su propia muñeca y dejar que su sangre corriera por la extensión de su brazo. 

 

¿Cómo se sentía la transformación? 

 

Ahora entendía porque las criaturas eran casi inmunes al dolor. Porque no había dolor más grande que ser transformado. 


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