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RDragón por MiRoApril

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—Eh.. Jiyong. Voy a estar lejos por un tiempo, ¿Si? Hero va a transformarme hoy, y debo mantenerme alejado de la academia hasta controlar mi sed de sangre. Nos vemos, ¿Si? No creas que te abandoné.

 

Se estaba volviendo loco. 

 

—Nos vemos, ¿Si? No creas que te abandoné. 

 

Esas palabras. 

 

—No creas que te abandoné. 

 

Lo estaban torturando. 

 

 

 

No había pasado día en el que no pensará en Seung Hyun. YooBin comenzaba a creer realmente en todo lo que decían los libros humanos sobre el corazón y ese tipo de estupideces, pues había exagerado en el número de días que había dejado de ver a ese hombre. No sabía si era curiosidad o preocupación lo que sentía. Semana y media en la que no lo había visto, no sabía si este seguía con vida, si había o no sobrevivido a la transformación. ¿Ya era un vampiro? ¿Estaba muerto? Si fuera así, ¿YooBin se lo diría? 

 

Las enseñanzas en la academia eran cada vez más aburridas. Conocía de principio a fin la historia de ese lugar, incluyendo la estructura. ¿Por qué era una combinación de arquitectura? La academia a lo largo de su historia había recibido más de un ataque. Los ataques no eran precisamente de los mismos alumnos, en su tiempo fueron de parte del consejo en venganza por no tener a MinAh entre ellos. En otros tiempos se trató de Hero y una disputa con Taec, el líder de los lycans en aquellos tiempos. Una quimera también ataco la academia. Eran criaturas con mezclas de animales, realmente increíble, las ilustraciones que pudo ver aquel día en esa clase, le dejaron con la piel de gallina. ¿Realmente podía existir una criatura de ese tamaño? YooBin siempre resolvía sus dudas, agregándole que los lycans miden lo mismo y a veces más. Dos metros o más era el tamaño de esas cosas, y la quimera que había atacado la academia no era nada más ni nada menos que la famosa mezcla de un escorpión y un león. 

 

Ahora lo entendía todo. MinAh no podía gastar sus energías por completo reparando todo el castillo, eso la dejaría tan débil que podrían aprovecharse de atacarla y acabar con su vida. Por ello las reparaciones las realizaba por la zona dañada al tiempo en el que se encontraban. Así decidió darle ese aire confuso de diferentes épocas donde nadie entendiera la razón de esa combinación, todo era completamente intencional en ese lugar. Y no había que olvidar el ataque más grande a la academia, el dragón rojo. 

 

Siempre pensó en el dragón rojo como aquellos que mostraban en las películas, capaces de usarlos como transporte, donde la diferencia entre el tamaño con un humano si bien era notoria, no era demasiada. Mientras que las ilustraciones que enseñaban en esas clases no podían asustarlo más. Hablar con YooBin se había convertido en “estudios” sin notarlo su curiosidad o más bien ese temor en el realizaba preguntas al azar cada vez que le enseñaban algo nuevo, la menor era quien quitaba todo el enredo de su cabeza ocasionado por tanta información. El dragón rojo no era una criatura tan poderosa al nivel de la hibrida, su ventaja era su tamaño. El tamaño de la academia, en esa altura, la mitad del largo de esta, sin incluir la cola del dragón… Si, ese tamaño tenia aproximadamente el dragón rojo. MinAh a su lado era una hormiga. 

 

¿Cómo no temerle a lo sobrenatural ahora? Cualquiera diría que era genial vivir en un mundo así, se tiene habilidades, inmortalidad, ya no necesitaban de lo básico por lo que un humano podía morir, era una vida perfecta para dejar las quejas. Pero, ¿Pensaron en el peligro? El peligro humano no era nada en comparación a ese mundo. Mundo en el que apenas estaba comenzando, era prácticamente nacer de nuevo, aprender desde cero, así como a hablar y caminar, pero con sus habilidades, y reconocer su cuerpo. La cantidad de razas… No la conocía, solo cinco de ellas. ¿Las demás?... ¿En que peligro podían ponerlo? 

 

Existieron días en los que no podía dormir. Extraña la frase, cuando siempre la ocupo reemplazando el día por noche, era la naturaleza del humano, descansar cuando la luna aparecía, su mundo nuevo, despertaba al salir la luna. Es más, ellos no dormían, si descansaban lo hacían de una forma diferente, pero su cabeza siempre estaba trabajando. Él dormía, porque no tenía de otra, aun no era transformado, aun no creía en todo lo que le estaba pasando. Cuando se sentía sumergido en su nueva vida, cerraba los ojos, dormía y volvía a despertar en un mar de confusión. 

 

—Quedan unos pocos…

 

La voz de YooBin se escuchó tras su espalda mientras el aún mantenía su mirada en el suelo. La vista era perfecta. Se encontraba en la terraza de la academia, terraza, techo, como se supone que le llamen, para él no era nada más que un lugar vacío con apenas unas barandas donde podía apoyarse y evitar caer, solo que se encontraba sentado al borde del lugar, ignorando por completo lo que representaba esa baranda, un “peligro puedes caer” 

 

—¿Qué pensaran mis padres?... —Soltó en un suspiro suave. 

 

Las vacaciones de verano habían llegado, podía sentir ese calor provenir del sol quemando su piel aun cuando estaba perdiéndose entre las montañas para desaparecer dando el fin de ese día. Dos días habían pasado desde que el primer semestre de clases había acabado. Increíblemente jamás pregunto cómo era la clase de “evaluación” que tenían las criaturas con sus clases, no parecía necesario, pues desde que habría tenido alguna advertencia de su amiga, ya que no creía tener el suficiente conocimiento para aprobar ese año. Pero no parecía interesarle a nadie. 

 

—Es cierto…—Soltó YooBin  sentándose a su lado. — Nunca te lo dije porque no lo preguntaste. —La menor fijo la mirada en él. — Cuando pasan a ser parte de nuestro mundo… Borramos su memoria. Ellos ya no te recuerdan. 

 

Sus ojos inmediatamente se abrieron. 

 

—¿Cómo que borraron su memoria? —Pregunto de inmediato. 

 

 

Ella asintió. 

 

—Si, ya no te recuerdan. Lo hacemos con todos. ¿Recuerdas la carta que te enviaron de invitación? 

 

—Si…

 

—Bueno, esa carta tenía un efecto de aroma. Mamá utiliza sus habilidades de esa forma, ¿Cómo le dicen ustedes?... ¿Hechizo? —Arqueo la ceja. — Algo así. Entonces, los humanos al olerla entran en un trance, y es por eso que aceptan…

 

 

Ahí fue cuando lo recordó, sus padres hablando en ese tono robótico, sin sentido. Él lo había notado, más lo dejo pasar en el momento, todo iba tan rápido, la sorpresa de la academia, un nuevo año escolar, el cambio, dejar a sus amigos, todo… ¡Sus amigos! 

 

—¿Taeyang? ¿SeungRi? ¿Ellos?... —Pregunto de inmediato fijando la mirada en los ojos de la contraria. 

 

Asintió. 

 

—Ellos también te olvidaron. 

 

Al escucharla, soltó un pesado suspiro. Ya no quedaba nada para el en el mundo humano, si no podía aprovechar su inmortalidad con sus seres queridos, ¿De que servía ser una criatura? ¿Por qué a ellos no los llamaron? 

 

—Solo me quedas tu como amiga. —Volvió su mirada al suelo, debía sentir vértigo por esa altura, pero ahí estaba, eran peor los sentimientos de vacío en su pecho. 

 

—Primero Seung Hyun, ahora mi familia, mis amigos…—Volvió a decir mirando a la nada. — Tampoco encontré a Daesung. No sé qué hicieron con él, si es una criatura o borraron su memoria y lo mandaron a la ciudad. 

 

—¿Daesung? —Pregunto la menor. — ¿El chico con el que hablabas de Hero? —Ladeo ligeramente la cabeza de forma pensativa. 

 

—¿Realmente me seguiste a todos lado? 

 

Ella rio. 

 

—Era mi trabajo. Es mi trabajo seguirlos. — Corrigió. — Tengo que analizarlos, algunos pueden verse perfectos a simple vista pero su cerebro es un desorden, no podemos tener humanos así. 

 

—Hm.. —Su expresión no había cambiado en todo el día. Estaba desanimado, su cabeza una vez más estaba procesando información, estaba harto de tener sorpresas en su vida y que le afectaran de tal forma. 

 

Ese año había sido todo un cambio, pero con una montaña rusa de emociones. Era agotador, tener que pasar de la felicidad, a sentirse como mierda con un gran peso encima. 

 

—Está en Iota. —Hablo nuevamente la menor interrumpiendo el silencio y con esto sus pensamientos. 

 

—¿En Iota? —Alzo sus cejas volviendo su mirada a esta. 

 

—Si. —Afirmo mientras alzaba su mano, extendiendo su índice y apuntando a la profundidad del bosque. — Iota es el castillo de los demonios. Se encuentra bastante lejos, pasando Eta. La presencia demoniaca altera bastante a los humanos, mientras más lejos mejor, además de que ellos se alimentan de su negra aura, ya sabes, cualquiera de los siete pecados capitales. Y los humanos los tienen todos. 

 

Se quedó observando detenidamente el bosque, incluso con esa altura era imposible ver los castillos, muchos menos Eta, el centro de batallas. ¡Ese lugar era enorme! ¿Cómo podía desaparecer de la vista aun cuando se encontraba en lo más alto de ese castillo. Siquiera pensó que los arboles podían ser capaces de ocultar tal lugar. ¿Cómo llegaban a medir esa altura? Más no calentó su cabeza, dedujo que tras todo debía estar la híbrida, después de todo ella era la más poderosa del lugar, si podría realizar reparaciones al castillo, podía alterar lo que se le diera la gana. 

 

 

—Con que por eso desapareció. —Soltó en un suspiro. — Al menos me queda alguien. —Esta vez sonrió observando la profundidad del bosque. — Entonces hay castillos para cada raza… ¿Sigma es el nuestro, no? —Pregunto en voz baja. 

 

—Si. Los castillos están ubicados alrededor de la academia y de Eta como un centro. — YooBin acerco su dedo al espacio que les separaba, llevo de polvo y perfecto para dibujar. Realizo un circulo en medio, y otro frente a ese. Alrededor escribió iniciales rodeando ambas circunferencias. I, S, Y, B, Z, L — Los ángeles están al otro extremo de los demonios, los lycans contra los vampiros y los híbridos lejos de los doppelgangers. —Luego, trazo líneas conectando así las letras. — Iota lejos de Zeta, Ypsilon de Beta, Lamda de Sigma. 

 

—¿Doppelgangers? —Preguntó apuntando la L. — ¿Esas criaturas existen también? ¿Aquí con nosotros? 

 

—Existieron. —Corrigió la menor elevando la mirada a lo que ya eran los últimos rayos de sol. — La única que quedaba aquí en Corea, pidió la ayuda de mi madre. Con el ataque del dragón rojo ella también desapareció. No ha vuelto, aunque mamá dice que está en una misión para asegurarse de la destrucción completa del dragón. 

 

—Oh.. —Asintió sorprendido al relato. — Y esas criaturas… ¿Qué se supone que son? 

 

YooBin rio alzando su mano para crear frente a él un espejo que se mantenía perfectamente levitando. 

 

—Los doppelganger comúnmente los conocen por ser una imitación de ti. Así como dicen que hay otro igual a ti en alguna parte del mundo, como otra dimensión y todas esas cosas. —Esta vez el espejo cambio de forma formando un cuerpo. — Pero eso es lo que escriben los humanos. Tienen la habilidad de tomar tu forma, pero su verdadera habilidad es imitar. —En la mano de la mujer se formó una espada del mismo material que la figura humana, el cual parecía ser cristal. Al mismo tiempo que ella lo formo la figura formo el propio. — Así, como un espejo. Si combate contra mí por ejemplo, puede imitar mis habilidades, pero tiene sus debilidades. Hay habilidades que pueden retener en su memoria, pero otras se borran, como si se trataran de un código. 

 

—Ahora entiendo porque son enemigos naturales de los híbridos…—Hablo despacio tomando la figura frente a él para ubicarla sobre el mapa que había creado la mujer. — Los híbridos son combinaciones de razas y ellos pueden imitarlas. 

 

Ella asintió. 

 

—Estas entendiendo más nuestro mundo. 

 

—¿Nuestro? 

 

—Claro. —YooBin se acercó a tomar su mano para acariciarla. — Ya eres uno de nosotros. 

 

—Pero aun no me transforman. 

 

—No es necesario, ya sabes todo, debes sentirte como nosotros. Y aun estas dudando. —Esta vez hablo hacía la luna. — Kibum está esperando transformarte, pero sigues dudando de todo, no soportaras  la transformación si sigues creyendo que estas en un cuento. Te dañaron, conociste ETA, el hombre al que amas puede ser un vampiro en este momento y tu sigues dudando… 

 

—Es muy complicado creer que…—Se detuvo girando su mirada rápidamente a esta. — ¿El hombre al que amo? Espera.. Espera. —Se negó tragando en seco. — No me gusta Seung Hyun, apenas lo estoy conociendo, lo vi un par de veces, de hecho compartimos un poco antes de que se fuera con Hero, no sé nada de él además de recordar su rostro y que es capaz de sonreír a pesar de querer mostrarse serio siempre, es como si imitara a Hero pero se ve que tiene más sentimientos que ese vampiro. Me cree un niño pequeño a su lado, me ve como un estudiante más y…

 

YooBin sonreía moviendo sus pies contra el muro del castillo. 

 

—Es lindo el amor humano. —Soltó un suspiro suave. — Incluso puedes sonrojarte. ¿Sabes el tiempo que me toma maquillarme? 

 

—¿P-Porque lo haces? —Si, intentaba cambiar el tema.

 

—Hm.. Me gusta como ustedes tienen la habilidad de sonrojarse. Por mi parte vampiro no puedo. Mamá si puede, aunque solo me lo ha dicho, no la he visto jamás así y…¡Los ángeles también! Los lobos… Y algunos híbridos. —Comentó alzando su dedo como si estuviera enumerando cada una de las razas con aquella habilidad. — Y no sé qué es el amor. Nunca me enamoré. 

 

—¿Qué sientes por mí? . —Le pregunto directamente sin darle rodeos al tema. 

 

—Cariño. Sé que es una amistad. Puedo sentir cualquier emoción, solo que el amor aun…—Negó. — Es difícil. 

 

—Solo es el mismo sentimiento, pero más fuerte. —Explicó. 

 

—Entonces, ¿Qué sientes tu por mí? —YooBin era igual de directa que él para hacer preguntas. 

 

—Cariño. —Respondió inmediatamente formando una sonrisa en sus labios. — Eres muy hermosa, tierna y en todo este tiempo te tome un gran cariño, eres como mi hermana. Y la primera mejor amiga que he tenido. — Soltó una suave risa. 

 

—Eres muy lindo Dragón…—YooBin bajo su mirada a sus manos que se acariciaban, apenas unos segundos antes de volver a ver sus ojos. — Entonces, ¿Qué sientes por Seung Hyun? 

 

Su corazón de inmediato comenzó a latir, sus nervios aparecieron, ¿Por qué YooBin realizaba ese tipo de preguntas? Le había dejado bastante claro que no sentía absolutamente nada por el inspector, que ahora siquiera era inspector, no sabía cómo tratarlo, si mantenerle respeto o no, la diferencia de edad era grande y aun cuando le pidió tratarlo como tal, ¡Era complicado! 

 

—No digas nada. —Interrumpió la menor sus pensamientos. 

 

—¿Q-Qué?... —Trago en seco. Su mirada no podía mantenerla en la mujer, la bajo hasta la mujer de cristal que no se había vuelto a mover. 

 

—Que no respondas. No necesitas hacerlo. 

 

—P-Pero…

 

YooBin volvió a reír leve. 

 

—No sé de sentimientos humanos Jiyong, pero puedo escuchar tus pensamientos, tu corazón, siento tu nerviosismo. —Le hablo mientras deshacía el arma que sostenía con su otra mano y con esto la mujer de cristal .— Conmigo no hiciste lo mismo. 

 

—¡Claro que me pongo así! Crees que me gusta un hombre y es el inspector. Además eso no significa que me guste, la pregunta me sorprendió. — Intento excusarse. 

 

—¿Sabes?... Existieron humanos que se enamoraron de los líderes. Un par de mí o de SeungHo. —Esta vez YooBin le acerco la mano a su pecho dando un ligero empujón que le puso nervioso, pues podía caer de esa altura. De inmediato se aferró a ese borde. — Actuaban exactamente igual. 

 

—Pero… —Pensó por un momento. Miro los ojos ajenos, para los humanos hablar a los ojos mostraba sinceridad. — Yo no siento algo por él. No lo conozco aun. 

 

—Eso es lo que dices. Aun cuando tu cuerpo reacciona así. Quizás intentes parecer tranquilo, pero sigo escuchando tu corazón Jiyong. — Aclaro YooBin. — ¿Cómo te sentiste cuando hablaste con él? Cuando me lo dijiste… Estabas muy feliz, avergonzado pero feliz… 

 

Termino apretando los labios. ¿Por qué creía que la menor tenía razón? Era imposible si él no lo sentía, ¿Podía estar confundido? No tenía nada en contra se enamorarse de un hombre, pero, ¿Sentir algo con todo lo que le estaba pasando? Pero claro, él había puesto un ojo en el inspector la primera vez que lo vio, el tipo no tenía la culpa de ser atractivo, más creía no verlo con “esos ojos” para cuando pensó eso, ahora, ¿Qué pensaba? 

 

Su mirada se fijó una vez más en ese mapa, algunas letras habían sido borradas por la mujer de cristal al quedar sobre ellas, pero seguía distinguiéndose esa Y asignada para Ypsilon. Si ellos se encontraban en la academia, ¿A qué lugar debía dirigirse? ¿Norte o Sur? ¿Cuál era el frente de la academia? Sin notarlo estaba pensando en el castillo de los vampiros, en Seung Hyun otra vez, y aunque se encontraba extraño por todo lo que sentía había hablado YooBin, no podía evitar preocuparse. Era un ser humano, la preocupación existía, al menos por quienes él consideraba buenas personas. 

 

—¿Lees mis pensamientos? —Miró a la menor. 

 

—Me dijiste que no lo hiciera. 

 

—Pero acabas de decir que leías mis pensamientos. —Recalco arqueando una ceja. 

 

—Lo hice mucho antes. Para que veas que incluso en esos tiempos ya notaba tu interés por Seung Hyun. 

 

Trago otra vez. 

 

—D-Deja el tema de Seung Hyun…—Carraspeo. — ¿Dónde están los castillos del sol y la luna?  —Apunto el mapa. 

 

—¡Oh! Los olvide. — Rio leve acercando su dedo para dibujarlos cerca del circulo central. —Ahí…

 

De inmediato busco con su mirada los castillos, estos se encontraban en la parte trasera de la academia, por ende… Ypsilon estaba de ese lado, directamente desde la salida trasera de la academia. 

 

 

 

A diferencia de la clase diurna, los seres nocturnos mantenían sus “clases” pues era todo lo que necesitaban saber previó a ser transformados, lo que ocurriría muy pronto para aquellos que habían llegado con él, mientras los nuevos tendrían tiempo en ese lugar aprendiendo todo lo que él ya sabía. Se suponía que debía de ir por un entrenamiento de espadas que cancelo con YooBin, tras bajar del techo del castillo. 

 

Si YooBin no mentía, entonces no había leído sus pensamientos, por lo que no sabía lo que tenía planeado y menos que él le había mentido con respecto al entrenamiento. 

 

Tal y como lo pensó hace unas horas atrás, espero que se diera la media noche para tomar la espada con la cual practicaba, era el único mecanismo de defensa que tenía para lo que tenía en mente. Sabía que era peligroso, por algo a los humanos no se les permitía ingresar al bosque, mientras no fueran criaturas era difícil poder defenderse, siquiera sabía el porque les entrenaban con armas, no tenía sentido que lo hicieran si no existía oportunidad contra una criatura normal. 

 

No necesito dibujarse un mapa, no podía ser tan difícil seguir una línea recta, aunque no tenía brújula, su móvil no funcionaría en el bosque, era claro y no tenía idea de si llegaría o no al castillo, menos si es que podría volver. Tendría que espera a que el sol saliera para poder guiarse con el norte, por otro lado, YooBin si no le encontraba seguiría su rastro, confiaba en que esa mujer no le dejaría morir al pasar dos días. 

 

Armado de valor termino saliendo del castillo de la luna. Algunos debían encontrarse en la academia, otros en el castillo, probablemente algunos en el bosque, ya no sabía que harían en realidad cuando no habían humanos en la zona, además de los elegidos y a ellos no podían tocarle un pelo. La alimentación no sabía en que se basaba, de hecho no le había preguntado a su mejor amiga como debería alimentarse, pensar en beber sangre, comer carne y ese tipo de cosas le causaban cierto asco, era extraño que luego todo eso podía generarle apetito, cuando en ese momento de solo pensarlo sentía el estómago revuelto. 

 

Ingreso al bosque caminando directamente desde la salida de la academia, no podía perder el paso. Mientras más se adentraba al lugar, más sorprendido estaba de cómo crecían los árboles. La luz de la luna no le servía en absoluto, cada vez era más oscuro el lugar y su mirada aun acostumbrada a la penumbra, ciertas parte del suelo no podía distinguirlas, ahí era el problema por el cual había estado a nada de caerse en varias oportunidades. 

Media hora, una hora. ¿Qué tal lejos quedaba ese castillo? ¿Ya estaba perdido? Escucho un par de veces el aullido de unos lobos, el miedo recorrió su espalda como una corriente fría. Si eran lobos, no criaturas estaría en peligro, más podía defenderse con la espada. Si eran criaturas y no lobos, no podían tocarle, pero ¿Qué tal si eran como el vampiro del carnaval? Algunos perdían el sentido humano, disfrutaban de sentirse poderosos y terminaban de esa forma, podía entenderlo, más temía por ello. 

 

Fueron sus pensamientos que le llevaron a mantener su espada firme frente a él. Ahora si estaba temiendo a los aullidos. Pero no quiso quedarse quieto, continuó, devolverse era ser consciente que estaría una hora más caminando solo, pero continuar podía ser estar más cerca de ese castillo, lo que quería decir que Seung Hyung, si era un vampiro, podía mantenerlo a salvo. 

 

¿Desde cuando pensaba en ese tipo como un protector? 

 

Necesito tragar en seco por el miedo, tomar aire y evitar sus pensamientos que le recordaran a la conversación con la menor en esa tarde de ocaso. 

 

Continuó. No podía ver el castillo, por más que caminara, y si consideraba el horario, había sido cerca de media hora, quizás cuarenta y cinco minutos más los que estuvo caminando en esa dirección. Sabía que tenía que esperarse sonidos extraños en el bosque, más cuando estaba tan lejos del castillo que le daba protección, pero no espero unos sonidos como esos. 

 

Se detuvo en seco apuntando la espada a la nada, la oscuridad no le permitía ver nada más allá de la posición en la que se encontraba, por ende no sabía qué tipo de criatura seria la que se encontraría si daba un pestañeo.  Los sonidos no eran nada más y nada menos que gemidos. ¡Eran gemidos! Retrocedió un par de pasos dando con una rama en el suelo, estaba en el bosque, habían miles, ¡Y el pisaba una! El sonido que el provocó acabo con los gemidos, luego fue que escucho una simple palabra que parecía ser una advertencia. “Un humano”…

 

Corrió. Corrió por su vida en la misma dirección que debía estar el castillo Ypsilon, no pensó en ese momento en encontrarlo, sino en refugiarse entre los árboles, subir a uno, lo que sea. Olvidaba que estaba tratando con criaturas, subir a un árbol no sería de ayuda alguna, pero fue un pensamiento que le tranquilizo al pensar en refugio y estar a salvo. 

 

Necesitaba asegurarse si lo estaban siguiendo, con una rápida mirada hacia atrás, noto que se encontraba solo, de haberle seguido una criatura hubiera dado con su cuerpo en cuestión de segundos, pero parecía ser el sexo más importante que nada. En cuanto giro su mirada, dio con algo. Lo que ocurría en las películas siempre lo creyó como escenas “arregladas” nada de eso podía pasarle, no era un idiota, era imposible dar con una muralla  por andar distraído. Con todo lo que estaba viviendo últimamente, comenzaba a considerar las películas más realistas de lo que creía. 

 

Había dado con algo duro, su rostro se estampo contra este, pero nada le ocurrió, porque no se trataba de una muralla, una pared de cemento ni nada de eso. Era una persona. Una “persona”. Que de solo ver esos ojos rojos como linternas, notó que tenía en frente a una criatura. 

 

 

—L-Lo siento…—Se disculpó.

 

Retrocedió de inmediato, arrastrándose por el suelo. El sujeto no parecía darle importancia, esa fue otra oportunidad para ponerse de pie, tomando la espada que había caído a su lado y correr, esta vez en dirección contraria. 

 

¿Cuándo sabía que le estaban siguiendo? 

 

Calcular no pudo, pues después de unos cuantos pasos solo sintió como tomaban su cuello y lo acorralaban contra el tronco de un árbol. 

 

Había pensado en esos árboles con una lógica más sobrenatural, ¿Cómo hacían para esconder los castillos? Tal y como lo pensó, estos iban en crecimiento con la profundidad del bosque. El diámetro del tronco de ese árbol era cerca de dos metros y medio, enorme, su cuerpo  había quedado centrado en medio de este con los pies en punta por la altura contraría, ya que lo había tomado del cuello a la altura de los propios brazos ajenos. 

 

—N-No.. Espera. — Dijo a duras penas. —S-soy… Un elegido. 

 

Buscar protección en el rango que tenía era la única opción de salvarse. 

 

El cuerpo dejo de ser completamente negro cuando se acercó a él, y la luz de la luna que caía entre unas cuantas hojas le ilumino, pudo ver su rostro. 

 

—Seung… Hyun…

 

Estaba sorprendido. Los ojos de este estaban completamente rojos. A juzgar por el golpe que le dio al dar con él, que no se movió ni un solo centímetro, el cómo lo alcanzo sin esfuerzo alguno, esa fuerza en sus manos… No sabía si sentir felicidad, tranquilidad o miedo. Tenía en frente a quien buscaba, estaba “vivo”, transformado, pero no parecía encontrarse en todos sus sentidos. 

 

— Voy a estar lejos por un tiempo, ¿Si? Hero va a transformarme hoy, y debo mantenerme alejado de la academia hasta controlar mi sed de sangre.

 

 

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Aun no podía controlar su sed? Se lo preguntaba como un idiota, tenía el cuerpo frente a él, con esos ojos rojos, sediento pero aun así paso por su cabeza un par de preguntas con poco sentido. Su espada la traía para defenderse de aquellos que deseaban atacarle, más no espero que el mismo Seung Hyun fuera uno de quienes le atacarían. 

 

—Seung Hyun. Soy Jiyong, vuelve en si… Vamos. No quieres beber mi sangre. —Le dijo con normalidad. 

 

Pero el mayor no respondió. 

 

—Seung Hyun…—Le llamo una vez más. 

 

¿Debía sentirse tranquilo? Pudo ver en el rostro ajeno como este sonrió, más no era una sonrisa cualquiera, estaba llena de… ¿Malicia? ¿Lujuria? Porque no era normal siquiera para alguien que estaba a punto de atacarlo. Algo de alivio llego cuando la mano del ex inspector de la academia se movió hasta su hombro, la siguió con la mirada, pero antes de que esta llegara, noto el brillo proveniente de su boca.

 

¡Los colmillos! 

 

No tenía oportunidad contra un vampiro, de todos modos sus deseos de seguir viviendo lo llevaron a retirar el brazo de este con fuerza mientras se encontraba en movimiento a su hombro. Con su espada empuñada, su batalla inicio. 

 

No quería dañarlo, no quería hacerle nada. Se supone que todo iba perfecto entre ellos, serian buenos amigos, podrían volver a tener conversaciones como la última, ser más cercanos, era el único que le quedaba en ese mundo. Pero, ¿Por qué sentía su corazón romperse? A veces pensaba en el mismo como un cachorro, porque existían instintos dentro de él que le hacían reaccionar como un animal. Un cachorro no atacaría a quien le había tratado bien, era como atacar a su propio dueño, siquiera en defensa propia lo hacían, no se dañaba a quien se quería. 

 

—¡Reacciona! Maldita sea… ¡Seung Hyun! Por favor…—Le pidió casi un ruego. 

 

El vampiro no hizo más que moverse a gran velocidad hasta él. Por acto reflejo levanto la espada, la movió contra algo invisible, porque no podía fijar su mirada entre tanta oscuridad con alguien que tenía esa velocidad. Cuando lo tuvo en frente una vez más, lo hizo, deslizo su espada contra el abdomen ajeno rasgando incluso la tela mientras el escapaba. 

 

Seung Hyun volvió a acercarse, la herida no parecía ser nada para él. Él, volvió a defenderse, empuño su espada y puso en práctica lo que había aprendido con YooBin. Era demasiado decir que había tenido una larga batalla, pues en el primer intento que tuvo de acercar el filo de esta, lo único que consiguió fue cortar su mejilla y parte de la mano que detuvo el arma. Para el vampiro era un almohadón tocándole, quizás algo menos pesado, ya que detuvo ese movimiento sin problema, sin dolor, sin expresión. 

 

Su espada fue retirada por este, aun cuando su mano parecía cortarse cada vez más que la empuñaba desde el filo, el vampiro logro romperla en pedazos, dejando así incrustaciones del objeto en su piel. Sacudió su mano y no le quito la mirada de encima en ningún momento. Todo lo hizo a “ciegas”, pues esos ojos rojos jamás dejaron de observar los propios.

 

Trago en seco mientras retrocedía, podría verlo relamerse los labios con deseo. Quería su sangre, estaba seguro de eso. Uno, dos, tres pasos dio. Al igual que antes, piso algo en el suelo que provoco un sonido de “alerta”, como si se le advirtiera al vampiro que su presa estaba huyendo. En un pestañear, estaba una vez más contra un árbol, el mismo tamaño y dimensión, quizás más alto, ya que ahora no veía nada más que ciertos rasgos a  los que sus ojos estaban acostumbrados por la penumbra, y claro, esos ojos rojos que parecían linternas, además de tener vida propia, ya que algo en ellos se movía al igual que el fuego. 

 

Cerro sus ojos, no tenía escapatoria. De todos modos había ido a ese lugar consciente del peligro, aun sin pensar que no saldría vivo, tenía ciertas esperanzas en su forma de usar la espada. Si con un neófito no podía usar sus técnicas, de nada servía enfrentarse a una criatura de mayor nivel, seguro materializaban la espada en la nada deshaciéndola de su propia mano, no le sorprendería. 

 

Preparado para su muerte. No tenía de que temer. Quizás por el dolor que sentiría hasta caer en negro, pero no estaba dejando a nadie que llorara su muerte, su familia no le recordaba, sus amigos mucho menos. YooBin era una criatura, seguro tenía conocimiento de la muerte y era otro significado poético de ella. Seung Hyun… Seung Hyun se sentiría culpable de matarle, pero no había nada más entre ellos que unas simples palabras, ¿Siquiera podía decirle amigo? 

 

Entre abrió sus ojos apenas para ver cómo se acercaba. Los colmillos del mayor eran afilados, parecían un par de agujas incrustados a su boca para darle la forma. No quiso ver sus ojos, solo su boca acercándose a él. ¿Dónde le mordería? ¿Su cuello? ¿Su rostro? ¿El hombro? No pensó en otro lugar por la posición. Como cámara lenta, se acercó hasta él. Finalmente pudo sentir sus colmillos… Estos no estaban incrustados en su piel ni en ningún lugar donde lograra sacar un poco de su sangre. 

 

La boca del vampiro estaba sobre la suya. 

 

Lo estaba besando, podía sentir el movimiento de sus labios desesperados por buscar que los propios se abrieran. El solo estaba sorprendido. Muchas cosas se movieron dentro de él, desde emociones hasta órganos que querían salir de su cuerpo, como su corazón por lo acelerado que se encontraba. El vampiro apretó sus hombros sacando un quejido de su boca, la oportunidad perfecta para que este ingresara su lengua y ese beso dejara de ser uno simple, estaba tomando temperatura. Pero él seguía sin corresponder. 

 

Las manos ajenas dejaron sus hombros, pues estaba delineando su cuerpo hasta llegar a su cintura. Sintió como le atrajo a su cuerpo. Llevaba tiempo sin sentirse así, tan nervioso o que se calentara por algo que no fuera porno o el cuerpo de una mujer. Cerró sus ojos y sus labios finalmente correspondieron el beso ajeno. ¿Había sido un error? De solo mover su boca contra la contraria, el vampiro comenzó a gemir entre el beso, estaba necesitado. 

 

¿Desde cuando un vampiro podía tener la piel caliente? ¿No se suponía que eran fríos? 

 

—Somos criaturas, como los animales. 

 

¿Podían los vampiros entrar en una etapa de celo? 

 

No estaba pensando en Seung Hyun como un felino, un cachorro o un animal que buscará sexo, en realidad no podía compararlo, pues seguía con ese pensamiento tan humano, era una persona, un ex inspector, un hombre de autoridad para él que había bajado su rango solo para formar una amistad que siquiera pudo disfrutar. 

 

¿Y ahora? 

 

El vampiro alejo sus labios de los propios dejándole con las mejillas calientes, no sabía si sonrojadas, falta de respiración, avergonzado, con los nervios encima y no comenzaría a hablar de sentimientos. 

 

Algo dentro de él quería más… 

 

Esos ojos rojos le miraron con lujuria. Cuando pensó que le volvería a besar, no ocurrió. Había una gran diferencia en sentir los colmillos contra su boca en un par de movimientos de su lengua, que sentirlos contra su piel. Así es, Seung Hyun clavo sus colmillos en su cuello cuando menos lo notó. Ahogo un grito contra la mano ajena, incluso perdido en su forma vampírica, el hombre pensó como un humano, para callar su grito, había tapado su boca. Que poco le duro en el lugar, ya que a los pocos segundos se encontraba jugando con sus labios y metiendo sus dedos en su boca. 

 

La sensación de la mordida…Dolorosa, sentir como le partían el cuello. ¿Cómo era que le succionaban la sangre? Podía sentir como recorría sus venas hasta concentrarse en la zona de su cuello, justo en ese momento, el vampiro busco una mayor profundidad de sus colmillos. Esa sensación… No fue de dolor. 

 

—Nhm… —Gimió. 

 

Su cuerpo tomaba temperatura con la sensación que provocaba esa mordida. Siempre creyó que era un mito, una fantasía, ¿Cómo una mordida? Más bien, ¿Cómo podía ser que el clavar dos enormes colmillos en la piel para desangrarle, se sentía tan bien? 

 

En ningún momento paso por su cabeza si sería transformado, si podía transformarse con una mordida, si el mayor lo mataría. ¿Cómo pensar cuando se estaba sintiendo tan bien? 

 

Extrañamente Seung Hyun dejo su cuello, pudo ver en su boca los restos de su sangre que relamió de sus labios. El aún se encontraba con la respiración agitada, con su mirada perdida en esos ojos rojos. Su mejilla aún tenía una línea de sangre por la cortada que permitió su espada. Deslizo su mano con delicadeza y pocas fuerzas que le quedaban hasta la zona y retiro con su pulgar, tal cual le estuviera acariciando, la sangre. No había cicatriz, no había cortada, solo una mancha de sangre que se había retirado junto con su pulgar. 

 

¿Qué tipo de señal fue esa para el vampiro? 

 

Solo tuvo los labios una vez más contra los propios, esta vez el sí gimió. El efecto de la mordida seguía en su cuerpo y ese beso se sentía más caliente. Era humano, tenían necesidades, no se había tocado en un largo tiempo y para que hablar de sexo, el placer no lo había obtenido por pasársela pensando en todo lo que cambio en vida, en lo que seguiría cambiando, en las costumbres que debía tener desde ese día. Todo era diferente, muy diferente. 

 

¿Quién diría que terminaría disfrutando de un beso caliente con quien había sido su inspector? 

 

—Seung Hyun…—Gimió contra su boca. 

 

Estaba odiando ser tratado como una mujer, ya que el vampiro busco más cercanía en sus cuerpos tomando sus brazos  y obligándole a rodear su cuerpo. Acepto solo de caliente, porque si no pensaba con la cabeza, lo hacía con su pene. 

 

—¡Jiyong! 

 

Había escuchado el llamado, más no podía dejar ese beso. 

 

Tanto tiempo estuvo YooBin insistiendo en sentimientos que él seguía negando, tanto a él como al vampiro y había llegado solo para separarlo.

 

Sin duda la mujer era su salvadora. 

 

Ya no se sorprendía de lo que esta podía generar. En forma de cristal formo un látigo que se ató al cuello del vampiro y lo alejo inmediatamente de él. Seung Hyun era su soporte, por ende al no encontrarse, cayó sobre sus rodillas, sus manos tocaron el suelo y su respiración intentaba regularse, así como su corazón y su temperatura. 

 

—¡Eres un idiota! —Hablo la mujer en un grito, un claro regaño. — ¡Y luego me dices que no estás enamorado! No tiene nada de malo que te guste un hombre, el inspector, Seung Hyun, pero no seas un idiota y entregues tu vida cuando aún eres un humano. 

 

Cuando alzo la vista, el vampiro estaba atado contra el tronco de un árbol con el mismo látigo de cristal que genero la mujer. Solo pudo recorrer su cuerpo, desde sus ojos hasta… Si, ahora lo entendía. El vampiro estaba excitado. Ese  bulto en sus pantalones lo podía ver con claridad. Lo había mordido solo para excitarlo. ¿Qué tal si YooBin no hubiera llegado? 

 

—Leíste mi mente…—La acuso. 

 

—¡No! ¿Qué me crees? Si me has dicho que no lea tus pensamientos no lo haré. Eres fácil de deducir cuando estas nervioso. —Le dijo está inclinándose frente a él tomando su rostro entre sus manos. — ¿Qué idiota comenzaría a preguntar dónde están los castillos del sol y la luna si no era para saber cuál era el norte o el sur? No soy tan tonta Jiyong, soy una criatura, es por eso que desde un principio no los puse en el mata. 

 

Soltó un suspiro pesado dejándose caer sobre los brazos ajenos. 

 

—¿Por qué siempre tienes que salvarme?.. —Estaba débil. ¿Cuánta sangre había bebido Seung Hyun?

 

Su mirada seguía en ese vampiro que se removía con fuerza intentando romper el látigo. ¿Por qué no hablaba? ¿Era tan animal ser una criatura? 

 

—Eres mi amigo, idiota. — Volvió a insultarle provocando que una sonrisa apareciera en sus labios. 

 

Intento levantarse, en realidad quería llegar donde el vampiro. ¿Podía hacerlo entrar en razón? 

 

—No te muevas. Seung Hyun bebió parte de tu sangre. 

 

—Lo sé. — Sonó débil. — Y me dejo excitado. 

 

Esa maldita mordida lo había dejado con ese efecto en su cuerpo. ¿Era otra habilidad de los vampiros? 

 

YooBin soltó una suave risa. 

 

—La mordida no te excita más que al calvarse los colmillos. El efecto de tu cuerpo es solo por la pérdida de sangre. 

 

Abrió sus ojos. 

 

—Entonces… 

 

—Te excitaste por Seung Hyun. —La mujer seguía siendo directa para decir las cosas, avergonzándolo aún más. 

 

—No, no… Él. —Trago en seco sentándose en el suelo. — El me beso, el me ataco…

 

—Oh sí. — Soltó como si fuera costumbre. — Pasa una vez al mes. Los vampiros tienen un día que llaman “Sol rojo”, porque sus ojos brillan como el sol y toman ese color rojo. 

 

Entonces recordó ver ese fuego en los ojos contrarios ante la cercanía. 

 

—Todos somos como animales. Y este día es cuando más los afecta porque entran en una etapa de “apareamiento” por así decirlo. Hm.. —YooBin vio al vampiro atado en el lugar. — Pero para ellos es solo buscar placer. La sangre los llama. Todos tienen gustos diferentes en sangre, aunque a unos les gusta un tipo más que otra, pero hay un tipo de sangre que es parecido a una predestinación. Cuando existen sentimientos por otra criatura, esa sangre se hace deliciosa para un vampiro y es la que mejor los sacia y da fuerzas. 

 

—No empezaras con tus… 

 

Ella negó. 

 

—Hay muchas cosas que debería explicarte, pero es una raza que no es nuestra, y son secretos de ellos. Si Seung Hyun desea contarte luego, él lo hará. Deberías de preguntarle por tu sangre… 

 

—Y él…—dijo avergonzado. — ¿Cuánto recuperara la consciencia? 

 

—Seung Hyun debería estar bien. Pero hoy, como cualquier vampiro excepto Hero, están bajo este efecto. 

 

—¿Por qué Hero no? 

 

—Tiene más de quinientos años. 

 

Por un momento paso por su cabeza un comentario tan gracioso que el mismo sonrió, seguro YooBin no lo entendería. Por la edad solo dedujo que ese tipo era viejo, entre los humanos a los viejos era de saberse que necesitaban de ayuda para que se les erectara el miembro. 

 

—Sabe controlarse muy bien. Cuando no quiere hacerlo… Bueno. Aparece Hero. 

 

¿Aparece Hero? 

 

 

—No deberíamos…—Apunto al vampiro. 

 

—Oh claro. — La mujer formo una pequeña bolita luminosa en la palma de su mano y la lanzo directamente a la cabeza del vampiro, dejándolo inconsciente. 

 

—¡YooBin! ¡No me refería a eso! 

 

—¿Eh? —Le miro confusa. 

 

—No quería que lo dejaras inconsciente. Me refería a irnos para dejarlo libre. 

 

—¿¡Eh!? Solo pensé que no querrías que tu novio se cogiera a alguien más. —Soltó una vez más siendo directa. 

 

¿Por qué disfrutaba de avergonzarlo? 

 

 

 

Levantarse por la mañana había sido un dolor horrible… ¿Mañana? 

Levantarse por la tarde había sido un dolor horrible en su cuello, su cuerpo, en la vida en general. Cuando abrió sus ojos no se movió de su cama, de hecho se quedó observando el techo por un largo momento. Esa madrugada era una historia de libro que él jamás pensó vivir. 

 

El aparato móvil lo tenía bajo la almohada solo por costumbre, ya no servía de nada revisarlo. No tenía mensajes de sus amigos, no tenía absolutamente nada. Siguiera encendió la pantalla, solo utilizo ese fondo negro para ver su rostro. Estaba sin rasguño, sano, más el dolor seguía ahí. YooBin insistió en darle ese famoso liquido negro, pero él se negó.  No quería usarlo y terminar sin alguna razón que le recordara su nueva vida, quizás eso necesitaba para asumir lo que le ocurría. 

 

El dolor de su cuerpo era insoportable, las veces que Seung Hyun lo estampo contra los árboles, cuando cayó al suelo por el golpe, la falta de sangre, sin contar que había llegado a su habitación con el cuerpo aún caliente de recordar la mordida del vampiro. Y claro… No podía quitar el recuerdo de ese beso, que aun sin dolor ni rastros de este en su cuerpo, seguía sintiendo el contacto. 

 

Ducharse había sido una tortura. Retirar las telas sucias, dejar caer el agua sobre si piel. Aun siendo agua caliente su cuerpo se estremecía bajo esta, se estaba relajando su musculatura y más dolor le proporcionaba, aunque era un placentero dolor. Se tomó el tiempo de secar su cuerpo frente al espejo, manteniendo una toalla atada a su cintura. Su rostro, hombros y… 

 

—Mierda…—Se quejó observando la marca en su cuello. 

 

¿Qué creerían? Una pequeña marca, dos agujeros, una cicatriz… Ese lugar era una mancha entre violeta y rojiza, además de tener dos orificios que cicatrizaron durante la noche. Parecía una marcha de esas que dejaba la pareja cuando succionaba la piel con sus labios, pero a él lo había mordido un vampiro. Esa marca si le clavaba los pies al suelo en su realidad. 

 

Tomo su uniforme blanco, pues tenía varios de ellos, y era la ropa que debía usar en ese lugar por obligación, aun cuando no se encontraba nadie. Remango sus mangas hasta sus brazos, el sol seguía en el cielo, podía sentir el calor, usar camisa en esa época del año era un asco, pero claro, las criaturas no podían sentir la temperatura o más bien no les incomodaba porque no sudaban o ese tipo de cosas, y podían incluso estar con el saco de la academia. 

 

—¡Jiyong! —Se escuchó desde su ventana. 

 

Camino hasta asomarse por está encontrándose abajo a su mejor amiga acompañado de.. 

 

—¡Seung Hyun volvió! —Grito YooBin alzando su mano en saludo.

 

Sus nervios aparecieron de inmediato. El hombre vestía el mismo uniforme, pero completo, con saco y todo, la corbata bien arreglada, y además, traía gafas oscuras ocultando sus ojos del sol.  Su corazón comenzó a latir de inmediato, relamió sus labios por inercia, recordó los contrarios. ¿Seung Hyun lo recordaba? 

 

Retrocedió intentando regular su respiración. En cuestión de segundos apareció YooBin por la ventana, seguida del hombre. Ambos en su habitación. 

 

Ahí estaba, el hombre que lo había besado, quien revolvió sus emociones y… Le gusto. 

 


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