Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

RDragón por MiRoApril

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No era un niño para comenzar a pensar en los sentimientos, menos para dudar de lo que hacía. No se retractaba de darle una vuelta por completo a su vida, no era menor de ser un vampiro, su vida humana había quedado atrás, ¿Por qué no vivir de cero? Ya nadie además de aquellos en la academia le conocían, ni familia, ni nada, entendía igualmente que en su trabajo difícilmente tendrían noticias de él, seguro MinAh también se encargó de ellos. Ya le sorprendía que para ese segundo semestre no enviarán a otro tipo para el control de esa academia, el puesto se suponía que le pertenecía, esas eran las palabras de la directora y tal parecía que la mujer cumpliría con lo prometido, una vez que estuviera lo suficiente entrenado, le devolvería su puesto, su vida volvería a la normalidad, en cierta parte. 

 

Los sentimientos hacía Jiyong no sabía cómo explicarlos. Realmente no se consideraba un tipo tan joven, a pesar de su edad, para tener esos momentos de confusión tipo adolescente enamorado. No estaba confundido, él estaba seguro de lo que sentía. Tenía una atracción más allá de lo sexual por ese chico, si bien todo había comenzado justamente por el deseo sexual, esa tensión que se produjo en ellos por culpa del maldito sol rojo, no los llevo a más que notar que entre ellos podía ocurrir algo con o sin sentimientos, esta última opción no calificaba para ambos, al menos no por su parte.  

 

Nunca creyó en el amor a primera vista, sabía que debía existir un intercambio de información con la persona para poder sentir una mínima atracción, de lo contrario no era sentimientos, sino lujuria, atracción sexual, que podía ser saciada nada más con un encuentro de roces y darle fin a la tortura del cuerpo; una vez más, ese no era su caso. Se escuchaba como un viejo si daba ese tipo de consejos, pero con su experiencia de vida podía dejar en claro que era o no un deseo. Al cabo de haber tenido el encuentro sexual con el menor, no sintió esa satisfacción, no debían mal interpretarlo, se refería a la insatisfacción de haberlo hecho… ¿Dos? ¿Tres veces? Pues quería más, no creía poder darse por conforme. En cuanto a lo que sintió, era perfecto, ahí si era cuando decía que estuvo ve principio a fin satisfecho con todo lo que sus cuerpos provocaron entre roces. 

 

Se había perdido en la suave piel del menor, podía decir que era mucho mejor que tocar a una mujer, o el ya no observaba objetivamente al chico. Cuando una persona se enamoraba, difícilmente podía encontrar un punto objetivo de la contraria, ya que todo pasaba a ser perfecto, cada movimiento, cada acción, cada palabra, todo lo vería perfecto en él, así era como justamente vio al menor aquella noche. Se perdió en los roces, en el contacto, en sus besos, no podía siquiera compararlo con las mujeres que había tenido un encuentro sexual. Para empezar había disfrutado mucho más, no quería ir a los minutos o horas que paso junto con el menor porque superaban aquellos encuentros. ¿Cómo era que le decían los adolescentes? Cierto, rápiditos. Eso era lo que hacía en sus encuentros en la ciudad, en su antigua vida, saciarse uno al otro y ponerle fin, no tuvo un segundo encuentro con nadie más, todas eran diferentes, además lo hacía una vez a las mil quinientas. 

 

Le tomo tiempo dejar al menor, de hecho quería pasarse la noche a su lado. Ya no podía dormir, el tiempo ya no era algo que debía de estar midiendo, siquiera sabía si servía el reloj que llevaba atado a su muñeca,  sino fuera porque este le guiaba en el día a día no lo tendría siquiera en ese lugar, de hecho, siquiera debería tenerlo. No tenía responsabilidades, no debía de ir a ‘ciertos horarios’ a un lugar en específico, ya definitivamente no servía de nada traerlo, hasta que volviera a retomar su vida humana, no servía la tecnología en él. 

Como decía, no quería dejar al menor, cierta parte de él seguía preocupado con todo lo ocurrido, Jiyong pudo morir y a nadie parecía importarle más que a YooBin y a él. Jamás entendió que ocurrió, si los humanos podían salvar vidas no debería dudar de que fue otra cosa similar, más no era un idiota, tenía un buen razonamiento, intentaba buscar la lógica de todo, no había forma de pensar que las criaturas se complicaran en algo tan sencillo como mantener a un humano con vida; si hasta ellos mismos los incitaban a matarse entre sí. ¿Dónde estaba el maldito liquido negro? ¿Por qué no funcionaba en Jiyong? ¿Por qué se preocuparon a tal nivel? Estaba tan seguro que estos podían dejar el cuerpo del menor tirado esperando la muerte como si nada, era un humano más desperdiciado, un experimento, pero aun así se esforzaron en mantenerlo con vida, que no había duda de ser YooBin quien interfirió en la decisión. 

 

Seguía teniendo sus dudas y muchas preguntas que demorarían meses, quizás años y hasta siglos resolverse, la vida sobrenatural siempre sería un misterio para aquellos que habían sido transformados, si no eran criaturas por naturaleza la duda existiría siempre. Por más que tuviera un pequeño lazo con la menor, refiriéndose a YooBin claramente, no creía que esta fuera capaz de resolver sus dudas, comenzando por algo tan sencillo como el hecho que jamás tuvo amistades. Lo había notado desde que la vio pasearse por los pasillos en las clases diurnas, habían mujeres que solían estar solas, pero se caracterizaban por tener un carácter fuerte, probablemente sombrías, con un estilo diferente, pero YooBin era todo sonrisas, voz amigable, la típica humana rodeada siempre de amistades, sino eran amistades eran pretendientes; incluso en ese pequeño detalle el plan de MinAh fallaba. ¿Por qué? Porque ellos no conocían la vida humana. 

 

Si los vampiros no sabían de sentimientos, ¿Qué ocurría con las otras razas? Comenzaba a entender todo poco a poco, si no a esas alturas no fuera uno más de los transformados de la academia, podría identificar a las criaturas con nada más que la mirada, las características no eran exactamente a un libro de adolescentes, probablemente eran muy diferentes, pero el análisis iba en el comportamiento, no solo en sus expresiones o características físicas. Una criatura fácilmente podía mezclarse con los humanos, YooBin era un ejemplo, pero Hero no podría hacerlo, aun cuando se mantenía como maestro en la academia, era quien más llamaba la atención por nada más que unas gafas oscuras que no dejaba de lado jamás. 

 

En fin, termino todo ese razonamiento entre tantas preguntas que se hizo de camino a Ypsilon, donde extrañamente llego como un humano cualquiera, caminando, pensando y suspirando como un idiota por recordar al menor y por saber lo que probablemente sentía. Para empezar no era un adolescente para reclamar inmediatamente el sentimiento como ‘enamoramiento’. Si, sentía algo más allá de la atracción sexual, pero el amor a primera vista no existía, le faltaba aun conocer al menor y Jiyong también debía de entenderlo. Lo que existía entre ellos iba como aquellos le llamaban ‘gustar’, ‘atracción’, ‘conexión’, en otras palabras, antes de un ‘Te amo’ iba un ‘Te quiero’. Lo siguiente, dejo de todos modos al menor, a duras penas debió dejarlo, porque necesitaba pensar y no se refería en dudar de lo que había hecho, estaba más que asumido. ¡Si, le gusto! ¡Lo quería!, fin del tema. Pero mientras estuvieron juntos, Jiyong no notó como aquellas succiones que había realizado en su piel se borraron con facilidad, como si de un vampiro se tratará, una habilidad muy característica de ellos. 

 

No fue necesario preguntarle a ninguno de los vampiros por la ubicación de su líder, podía sentirlo desde que ingreso al castillo. No sabía si era o no una habilidad, pero podía sentir la presencia de otras criaturas a cierta distancia, ubicarlos nada más por ello, así como hizo para dar con Jiyong. Hero en comparación a sus transformados del clan, tenía una presencia poderosa, se notaba en ella los años que tenía de vida, la experiencia, incluso causaba cierto escalofríos, el vampiro era capaz de matarlos a todos con un simple pestañear, de eso estaba seguro. 

 

Tampoco utilizo sus poderes para llegar a él, era la maldita costumbre de haber sido un humano en su vida pasada, porque no seguiría llamando la misma vida a lo que estaba viviendo actualmente, era literal volver a nacer, ¿Por qué no llamarlo por lo que era? Una vida nueva. 

 

Toc-Toc.

 

Toco la puerta del vampiro tan solo dos veces, podía haber hablado, susurrado, incluso nada más esperar a que este le abriera la puerta de la oficina, era su líder, sabía probablemente desde un principio que se dirigía a él, ya que sus pensamientos lo debían de delatar desde que ingreso a ese castillo. 

 

La puerta se abrió por sí sola, lo esperaba de un vampiro como ese, no se molestaría en abrirla por su cuenta. 

 

Hero estaba ahí sentado como acostumbraba en el alfeizar de la ventana con un libro en sus manos, a diferencia de verlo siempre con esas gafas, estas estaban sobre el escritorio, por lo que imagino que esos ojos dorados estaban presentes en la oficina. 

 

—Pregunta. —Dijo sin más. No se dio el tiempo de verlo y mucho menos en buscar entra tantos de sus pensamientos para conseguir la pregunta indicada, imaginaba que era porque tenía tanta información en ella que no buscaría como un idiota el tema que quería tratar. 

 

—¿Sabes que salió mal con la transformación de Jiyong? —Comentó luego de ingresar a la oficina como todo un humano, cerró la puerta tras él y se encamino a la primera silla que encontró para sentarse y observar en la dirección del vampiro. — Esa vez hasta MinAh parecía sorprendida… No entiendo como paso tan poco tiempo para darle el alta, si había estado al borde de la muerte. ¿Tiene algún sentido aun para una criatura? 

 

—Lo de Jiyong fue normal. — Inició el vampiro sin quitar la mirada de ese libro. — Siempre tenemos humanos que terminan muriendo por no soportar la transformación. Kibum sabe lo que hace, jamás se equivocó, tampoco culparía a Jiyong. — El sonido de la cubierta del libro resonó en la habitación al momento en el que este la cerro nada más con su diestra. — Jiyong se mantuvo vivo por la daga, mantenía su alma con nosotros, pero aun así, su cuerpo fue el problema. Eso es lo que no nos ha dado respuestas. 

 

El vampiro termino de pie dejando que el libro levitara desde su mano hasta el estante, donde se reubicó por sí solo, moviendo unos cuantos para darle un espacio a ese. Hero por su parte camino tranquilamente rodeando su escritorio para ubicarse tras él. 

 

—Kibum ya debe estar investigando su sangre, un humano no puede sobrevivir a algo como eso. — El veterano se sentó en aquella silla encuerada y ubico sus codos sobre la madera para mantener la mirada fija en él. — Desde que sobrevivió sabemos que la transformación tuvo un mínimo efecto, la pregunta que tenemos es, ¿Cómo? Y ¿Por qué? —Tomo una pausa. — Como ya debes saber, no pudimos hacer nada más que atención ‘humana’ Kibum trabajo con sus habilidades para curar su cuerpo, apenas estuvo algo estable intento realizar una poción. No creas que es algo de brujos, así le llama a sus creaciones, pero son a base de habilidades de MinAh que le permitió manipular. Imagina las plantas del jardín, pero con nuestra sangre. No creas que esas plantas son normales, si le llaman el jardín de la directora deberías hacerte una idea. 

 

No podía hacer más que intentar unir la información con aquella ya desarrollada en su cabeza, pero aun así no encontraba el sentido, la lógica. La única respuesta que tenía era que Jiyong de todos modos fue transformado, que podrían ser o no efectos de la transformación, después de todo él también vivió una mierda cuando Hero cambió su vida, no esperaba que fuera menos para otras razas. Pero, ¿Por qué mantenía esa presencia de humano?, incluso su aroma, todo en el parecía ser humano a excepción de lo que vio cuando estaban en el acto sexual. 

 

—Apenas ha pasado una noche desde que le dieron el alta. —Observo a Hero con su expresión seria, confundida. — El ya no es humano. No estoy seguro de que la transformación saliera bien, se sigue sintiendo en él esa parte humana, como si estuviera cambiando muy lentamente. Pero hay otras habilidades que no te toman el tiempo de desarrollarse. 

 

Hero enfocó sus ojos dorados en él, pudo sentir una corriente fría recorrer su cuerpo, se sentía tal cual estar desnudo frente a él, esos ojos lo veían todo, casi como un rayos x. De la nada las imágenes de aquella noche comenzaron a aparecer frente a sus ojos, en una mezcla con apenas una opacidad del cincuenta por ciento sobre la imagen original del vampiro con sus ojos dorados. El veterano estaba viendo sus recuerdos sin permiso alguno. Antes de celar el momento en el que vio el rostro de Jiyong sumergido en el placer, el vampiro se detuvo en una sola imagen casi como en cámara lenta, sin llegar a los inicios de la escena, todo había ido en retroceso hasta ese momento. 

 

—Ya no es humano. — Recalco eliminando el efecto de tenerlo atrapado en sus recuerdos. — Pero si se sigue sintiendo como un humano. —El vampiro se negó dejándose caer sobre el respaldar del asiento. — No puede ser mitad humano, no trabajamos con ese tipo de híbridos, además tienen otro proceso de transformación y Kibum no cometería un error tan grande como ese. — Negó el vampiro encontrándose con su molesta mirada. 

 

—No vuelvas a mirar mis recuerdos sin mi permiso. — Amenazó inmediatamente como si todo el tema principal desapareciera.

 

—Cuando aprendas lo suficiente, bloquea tus recuerdos, mientras no me digas que hacer. —Habló Hero con esa voz sombría que a medio mundo causaba escalofríos, el no era la excepción de sentirlo, el vampiro causaba más terror al sentir su potente presencia. — No me limitaré a usar mis habilidades porque un transformado me lo impide. Además estas acá por algo diferente, no me importa ver a su novio desnudo o no, creí haberte dejado claro que nadie a excepción de uno había logrado algo en mi, ¿No? Deja de actuar como humano y concéntrate. Que necesitamos tú razonamiento en esto. 

 

A veces no entendía como era que Hero lograba ponerlo en su lugar, aun con el posible odio que le tenía a su líder, además del respeto por su poder, el veterano tenía experiencia en la vida, no como un humano, sino más que eso, podía llegar a decir palabras llenas de sabiduría y tenía razón, no podía andar con celos cuando importaba la vida de Jiyong. ¿Por qué se molestaría con un vampiro que no podía sentir absolutamente nada además de estar con pareja, porque eso se lo había dejado claro la última vez que hablaron. 

 

—Lo siento. — Carraspeo reubicándose en su asiento para retomar su postura una vez más seria. —Tengo unas teóricas que prefiero hablar contigo y precisamente que me ayudes a bloquear mis pensamientos por un tiempo al menos. —Aun sin tener sus pulmones en funcionamiento, tomo aire y soltó un suspiro, ‘imaginario’, una sensación humana más que aún mantenía. —  Primero quiero que me cuentes del dragón rojo… ¿Cómo fue que MinAh lo mató? —Soltó para empezar. 

 

—¿Si sabes que ya se a qué te refieres, no? —Hero arqueo una ceja para retomar la postura anterior, con sus codos sobre el escritorio. — Sé todo lo que pasa por su cabeza, por eso te pedí concentración. 

 

Volvió a sentir un escalofríos recorrer su cuerpo, ese vampiro podía llegar a ser tan siniestro. ¿Por qué mierda aún no se acostumbraba a ello? 

 

—MinAh mató a ese dragón con ayuda de un demonio como distracción. El demonio claramente murió al ser la carnada, mientras la híbrida se encargó de todo. 

 

—¿Están cien por ciento seguros de que está muerto? 

 

—Si con eso te refieres a que quemamos el cuerpo y lo vimos hacerse cenizas frente a nuestros ojos. —Hero se encogió de hombros asintiendo en un ligero movimiento de su cabeza. — Si. Incluso fue un festín. El dragón murió en su forma natural, una criatura de cinco metros de alto aproximadamente, el largo ni lo recuerdo, no pude calcularlo con esa maldita cola que tenía, además…—Apretó los labios ligeramente. —  El hijo de puta casi me mata. 

 

Seung Hyun no pudo evitar abrir sus ojos sorprendido de escucharlo, no sentía miedo en Hero, sino ira, la tensión en sus labios y su mirada dorada que llegaba a brillar con fuerza. 

 

—Supongo que te tomo por sorpresa…—¿Cómo iba a dudar de un vejestorio como Hero? ¡Su poder era enorme! No estaba exagerando, MinAh tenía la misma presencia, aunque el verla a ella no causaba escalofríos como encontrarse con la imagen sombría de su líder. YooBin, ella también, sentía su poder, no al nivel de los líderes, menos de su madre, pero si por sobre los transformados. ¿Cómo pudo un dragón vencer a Hero? 

 

—Él era mucho mayor que MinAh. Sabes que las criaturas toman fuerza con entrenamientos y el paso de los años, ¿No? Bueno…—Tomo una pausa solo para relamer sus labios como hacía de costumbre el vampiro veterano. — No fue sorpresa, sabíamos que iba a atacar la academia en cualquier momento, estábamos preparados, pero aun así no pudimos con él. 

 

—¿Pudimos? 

 

—Los líderes. —Comentó. — Hara, Kibum, Rain, Joon y yo. Nos atrapó en una de sus habilidades, luego de casi matarnos. No quiere decir que no le hicimos daño, de hecho estábamos por vencerlo cuando nos enveneno. Nos tuvo inconscientes hasta que MinAh consiguió una cura. 

 

—¿Los enveneno? Mierda. —Se quejó. Era claro que esa parte de la historia difícilmente iba a conocerla, no era algo que contaran a cualquiera, solo les daría más debilidad a los líderes. 

 

—Estaba tan mal herido que huyo con su lame suelas. Era una quimera mitad escorpión, mitad león. —Bufó creando una mueca en sus labios. — No habíamos entendido como era que ese tipo se había unido a la academia siendo ‘humano’, su presencia nos diría inmediatamente que era una criatura, pero utilizaron el veneno del dragón para darlo como ‘muerto’. Es por eso que cuando nos enveneno todos nos creyeron muertos. Perdimos nuestra presencia, nuestro aroma, todo lo que indicaba que estábamos vivos. MinAh incluso nos dejó a todos casi sepultados en las profundidades de la academia, unas catacumbas.  Luego notó que el veneno solo era producto de la rosa negra, un muy mal uso de la rosa déjame decirte, si ese dragón la hubiera implementado bien, estaríamos realmente muertos. 

 

Más y más información. ¿La rosa negra? Recordaba ver rosas negras en la academia, ¿Eran de la misma procedencia? ¿Eran venenosas? Aun cuando llegaban más dudas, más respuestas tenía, entendía  por qué a academia la llamaban la rosa negra, podía entender los cultivos que MinAh tenía en el jardín. Todas las criaturas realmente estaban vinculadas a la naturaleza, eran dueñas de la tierra antes que los humanos. ¿Qué le esperaba a esa raza cuando lo sobrenatural se cansara de estar oculto? 

 

—No se llama así por lo que crees. —Corrigió el vampiro inmediatamente ante sus pensamientos. — Retomando el tema…—Llevo su mano hasta su rostro para deslizarlo hacia sus cabellos y desordenarlos por completo. — Yo también pienso lo mismo que tú y mi deber en estos momentos sería ir hasta MinAh y darle la información. 

 

—¿¡Qué!? ¡Espera! —Exaltado, se puso inmediatamente de pie corriendo la silla hacia atrás mientras ubicaba ambas manos sobre el escritorio. — Jiyong es inocente. El no lo sabe. ¿Leíste sus pensamientos? ¿Viste sus recuerdos? Él vivió toda su vida como un humano normal, ¿Cómo estas tan seguro de que es así y no Kibum equivocándose en una transformación? ¿Eh? 

 

Hero tomo la misma reacción, golpeo con tanta fuerza el escritorio que este se vino abajo dejando a Seung Hyun sin afirmarse en absolutamente nada, pero aun así manteniendo su mirada fija en el veterano, con su ceño fruncido. La batalla era obvia, el perdería, moriría, pero no sin dar pelea, no dejaría que mataran a Jiyong, era inocente, lo sabía. 

 

Lo  imagino desde un principio. ¿Cómo era que sabía tanto de la historia del dragón rojo? Dudaba que fuera YooBin quien se lo contó todo, además de eso, existía un ‘abuelo’ que estuvo contando la historia al menor, lo que quería decir que ese abuelo no solo había estado ahí para vivirlo o verlo con sus propios ojos, era incluso más sospechoso. Sabía toda la historia, desapareció de la vida de Jiyong. ¿Qué más recordaba de todo lo que hablo con el esa noche embriagados en su oficina? 

 

‘Mierda’ Pensó. Se estaba maldiciendo él mismo por no recordar nada, el maldito vino había borrado sus recuerdos, más bien debían de estar ahí, pero hacer un ligero intento por recordarlo era sobre esforzarse. 

 

—Kibum jamás cometería un error. — Gruño entre dientes el vampiro. Sus ojos dorados cambiaron frente a los propios a ese rojo sediento de sangre, su sangre. — Tu noviecito ya es una maldita criatura, ¿Estas feliz? 

 

Estaba tan furioso que sus colmillos no demoraron en aparecer, una vez más pensaba en que era una batalla perdida, no tenía oportunidad con un vampiro como él, pero de todos modos lo estaba enfrentando. ¿Por qué le enfurecía tanto? Estaba diciendo la verdad, el mismo lo había pensado, lo tenía previsto, iba con aquella idea en su cabeza para conversarlo con el vampiro, pero aun así estaba retándolo por culpar a Jiyong de lo que probablemente no sabía de su vida. 

 

Busco el cuello del vampiro para tomarlo entre su mano, lo quería ahorcar con toda su fuerza, destrozarlo, escuchar como sus huesos sonaban y se rompían en su mano, más ninguno de esos movimientos llego. No podía mover ni un solo musculo, en frente, estaba Hero con una sonrisa victoriosa, ambas manos en sus bolsillos y sus ojos una vez más en ese dorado al retomar la postura recta. 

 

—¿Te olvidas de quién soy? —Hero rio en burla para rodear el escritorio. 

 

Solo podía seguirlo con su mirada, hasta que su campo de visión se acabara. Hero desapareció aun manteniéndolo bajo ese efecto de su cuerpo, ¿Cómo no lo pensó antes? El vampiro era capaz de bloquear todo contacto de su cerebro con sus extremidades, podía sentir su cuerpo, más no moverlo. 

 

—….—Sus intentos de hablar también eran en vano, su boca estaba de igual forma paralizada. <¡Mierda!, deja moverme maldita sea.>> Pensó con obvias intensiones, el vampiro lo escucharía. 

 

—Deja de intentar hablarme por tus pensamientos y concéntrate más. — La sombría voz se escuchó tras su cuerpo. 

 

No sabía lo que Hero intentaba, solo escuchaba ruido, sonidos contra la madera. Seguro estaba en el estante en busca de un libro, era lo único que estaba tras su cuerpo además de la puerta. 

 

El vampiro se mantuvo en silencio obligándolo a quejarse una y otra vez en sus pensamientos, que este ni se molestó en escuchar. Pronto vio frente a él un libro abierto resonar contra la madera del escritorio ya tirada sobre el suelo. 

 

—Tómalo como entrenamiento y levántalo. — Ordenó el veterano sin permitirle moverse. ¿Cómo se suponía que debía de…? Pero Hero lo miro casi matándolo con sus ojos puestos en él. Claro, la telequinesis. 

 

Aun cuando podía sentir el libro, le era incomodo intentar moverlo sin dirigirlo con su mano, apenas había aprendido a mover objetos tan simples como piedras y debía hacerlo con sus manos, como si fuera una extensión de esta para hacerlo. 

 

—¿No querías destrozarme el cuello? —Se burló el vampiro. — No puedes ni esforzarte por tu novio. 

 

En ningún momento se quejó de que este llamara el menor por una etiqueta que obviamente aun no tenían, no era un niño para estar corrigiendo al vejestorio y entendía que el vampiro tampoco era inmaduro para intentar joderlo con algo tan simple como eso, Hero había asumido lo obvio solo por las imágenes que vio en sus recuerdos, igualmente dudaba  que le importará al veterano saber la verdad tras lo ocurrido con Jiyong. 

 

—Débil. — Dijo entre dientes el vampiro finalmente liberándolo de su tortura. 

 

Había estado enviando tantas señales de movimiento a su cerebro mientras se encontraba atrapado en la maldita habilidad del vampiro, que una vez liberado cayó literalmente sobre el libro y ese escritorio. Una vez más la burla del vampiro, quien siquiera sonrió o rio, eso era peor, su burla era silenciosa. 

 

—Ahora lee. — Ordenó una vez más. 

 

Maldijo entre dientes acomodándose en el suelo tras perder rápidamente el dolor de su cuerpo con el contacto de la madera. El golpe había sido fuerte para cualquier humano, para un vampiro siquiera un rasguño. De mala gana tomo el libro y echo el primer vistazo. En una esquina se encontraba una ilustración nítida de lo que podría ser incluso una fotografía, más se notaba que había sido dibujada a base de pinceles y un poco de tinta. A su lado, le acompañaba un nombre, otros datos, pero el titulo fue lo primero que llamo su atención. ‘Dragón Rojo’ 

 

—Ese es el tipo que está muerto. Te doy asegurado que no puede estar vivo. — Hero se recargo contra el marco de la ventana con sus brazos cruzados y la mirada baja observándolo aun tirado en el suelo. — ¿Jiyong te describió a su abuelo? —Preguntó el vampiro sin mover ni un solo musculo. — Pasamos tanto tiempo pendientes de matar a ese dragón que no pensamos si dejo descendencia. En realidad. — Tomo una pausa. — Es prácticamente imposible, el solo pasaba oculto en el bosque con su subordinado y no recuerdo que las quimeras masculinas fueran capaces de concebir hijos, los dragones… —Pensó por un momento. — ¡No! ¡Claro que no! Es imposible. Nunca estuvo en la ciudad, no estaba acompañado de ninguna humana o de otra criatura. — Hero apretó los dientes. — Se suponía que él era el último dragón. Al menos en este lado del mundo. 

 

Seung Hyun se encargó de observar al tipo detenidamente, el chico era joven a l igual que todos los líderes, tampoco era una gran sorpresa, de hecho debía de esperárselo, pero así era menos probable de encontrar algún parecido con la familia del menor, peor aún, solo lo conocía a él, menos podría asegurar que este tenía una conexión con ese dragón. Por otro lado además de intentar encontrar un mínimo rasgo similar al de Jiyong y aun teniendo en cuenta que Hero estaba en todo momento leyendo sus pensamientos, estaba temiendo por la vida del menor, ¿Qué tal si descubrían que realmente era descendiente de los dragones? ¿Qué tal si había sido uno todo ese tiempo y Jiyong no tenía ni idea de eso? Sin embargo, no tenía mucho sentido que este viviera toda su vida como un humano, en algún momento sus habilidades debían de manifestarse, estas surgían por naturaleza, no era como si al creer que se era humano no iba a intentar algo sobrenatural, eso era la diversión de los niños, fingir tener ‘súper poderes’. 

 

—Si en el remoto caso que Jiyong tenga una relación con este… ‘Dragón Rojo’. — Recalco sus palabras en lo que se ponía de pie cuidadosamente dejando a un lado la gran molestia y el enojo a su líder por todo el encuentro anteriormente relacionado al menor. — ¿Qué le harán? —Pregunto con su mirada fija en los ojos de su líder. — MinAh querrá matarlo, ¿No es así? —Si sus sospechas eran acertadas, la híbrida querría acabar con la raza, más por el peligro que corrieron y no arriesgarse a recibir otro ataque. ¡Pero no tenía sentido! Si Jiyong era un dragón, ¿Por qué matarlo a él? Vivió su vida humana, no sabía utilizar sus habilidades, dudaba que supiera al menos transformarse en su naturaleza, ¿Qué peligro corrían con un inexperto? 

 

—El caso es que, no sabemos cómo va a reaccionar Jiyong si lo que creemos es real. Tu conoces más a los humanos, ¿Cómo reaccionan cuando atacan a un familiar? —Hero lo observo directamente a los ojos.

 

—¿Crees que Jiyong pelearía por este sujeto si fuera su abuelo? 

 

—No lo sabemos. Yo no lo creo así. Pero no tienes idea de los problemas que nos ha traído esa raza, probablemente sea lo mejor que se quedará como esta, extinta. —Comentó el vampiro. 

 

—¿Te das cuenta de lo que dices? No tiene sentido. 

 

Hero negó. 

 

—Piénsalo bien Seung Hyun. —Volvió a resonar la voz del vampiro en la oficina. — No pensamos en Jiyong como una amenaza, pero si ese dragón dejo descendencia, deben haber otros dragones buscando la línea sanguínea de ese tipo. Por ende…

 

—Venganza. 

 

 

No tenía mucho tiempo. Bloquear los pensamientos no era algo que durara para siempre, menos cuando su cuerpo tenía la habilidad de resolver cada problema antinatural de su raza cuando se presentará. Hero se encargó de bloquear sus pensamientos para darle la oportunidad y buscar en su oficina en la academia los papeles de Jiyong, investigar sobre la familia, que en realidad solo necesitaba la dirección de su casa e ir hasta la ciudad a investigarlo el mismo. Podría dejar a Jiyong en manos de YooBin perfectamente mientras él se encargaba de resolver todo ese problema. 

 

No entendió porque el vampiro lo estaba ayudando, menos cuando le hablo de su deber y obligación de informarle a la híbrida cada uno de sus movimientos. El veterano siempre fue un vampiro sombrío, incluso cuando lo conoció de humano no le daba otra sensación que escalofríos, peor fue conocer la historia tras su liderazgo en Ypsilon, el vampiro se hacía de temer, que fuera diferente con él no  quería decir que tuviera un  mejor trato, es que el vampiro podía hablar con alguien lo suficientemente maduro como él, la conversación no se basaba en estupideces, los demás eran solo niños transformados, entre dieciocho, diecinueve, quizás algunos con veinte años pero seguían esa línea de adolescentes inmaduros no llegaban a estar en la línea de jóvenes adultos. La madurez para ellos llegaría con el pasar de los años, la transformación no lo llevaba como paquete incluido. 

 

Lo entendió tarde, el vampiro no lo estaba ayudando, simplemente hacía ‘ojos ciegos’ a todo lo que estaba haciendo. Hero no admitiría estar ayudando nada más porque él sentía algo por un humano y que tras de todo ese tipo sombrío, frio como un iceberg, inexpresivo, había una criatura de pura raza que sintió una vez en su vida emociones positivas, como el amor. 

 

Su presencia podrís ser sentida por MinAh, eso era obvio, estaba seguro que la híbrida noto su presencia a un kilómetro de distancia, aun así el continuó su camino. Con las clases una vez más iniciadas y ya el medio día siendo reclamado por el sol, necesito sus gafas oscuras que utilizo desde que salió de Ypsilón. A los pocos segundos estaba en la entrada de la academia, con los jardines repletos de humanos, muchos se fijaron en él, por qué llevaba gafas oscuras, no podía leer sus pensamientos pero era obvio, seguro lo compararon con Hero, pero no le importo detenerse a observar quienes recordaban su rostro y quienes no, los alumnos seguían siendo los mismos y no le habían visto las primeras semanas por obvias razones, por otro lado, no parecía ser que MinAh contratara a otro inspector. Al llegar a la oficina el lugar se encontraba tal cual lo había dejado, incluso con una capa de polvo que no se molestó en limpiar para buscar los papeles necesarios. 

 

Reviso las carpetas aun manteniendo su concentración en la presencia de la mujer unas cuantas puertas más lejos que la propia, esta se movía con naturalidad, por su oficina, e incluso reapareció de la nada en el piso de arriba, lo que el suponía era el cuarto de la mujer, o aquel en el que tenía una biblioteca con unos experimentos que ella llamaba pociones. No le importaba cuanto demoraría la mujer en ir por él, debía ser más rápido, pero cuando estaba más apurado era cuando menos recordaba donde había dejado las cosas, y con eso había olvidado donde mierda estaba la carpeta con los archivos de la clase de Jiyong. 

 

¿MinAh era capaz de ir a su oficina a notar lo que estaba haciendo? O lo que hizo en realidad, esperaba salir antes de ser descubierto, no tenía tiempo, el bloqueo de sus pensamientos desaparecería en cuestión de minutos. 

 

—A la mierda. — Se quejó tomando todas las carpetas y tirándolas al suelo para buscar aún más rápido el nombre del menor entre los papeles. Era desesperante poder leer todos los malditos nombres de los estudiantes a excepción de él. — Aquí…—No se dio el tiempo de abrir el archivador, simplemente arranco la hoja, la doblo en cuadrados pequeños y la metió en su ropa. Ahí fue cuando lo entendió todo… Los humanos lo habían estado observando por su uniforme, aquel de la clase nocturna. — Mierda…—Volvió a quejarse, ya no tenía tiempo para hacerlo todo a la ligera, tenía que utilizar su velocidad para salir directamente al bosque. 

 

Por más que paso la opción en su cabeza, no lo hizo, si un humano se le cruzaba en frente solo se expondría, y con eso lograría perder la cabeza, quizás peor que eso, Hero le prendía fuego a su cuerpo. Tal cual ingreso, salió, con todas las miradas en él, ¿Cómo no había notado que estaban observando su cuerpo y no sus gafas? 

 

Apenas ingreso al bosque, su velocidad lo llevo a las profundidades de este, lo necesario para tomar el papel de su abrigo y desdoblarlo hasta tener la información que necesitaba. Tenía la dirección del menor, el nombre de sus padres, toda la información humana necesaria para ubicarlo, hubiera deseado tener imágenes de sus padres para asegurarse de ver líneas de expresión similares al dragón, pero si no las encontró comparándolo con el rostro de Jiyong, ¿Cómo lo haría con sus padres? El dragón era tan joven como Jiyong para cuando alcanzo la madures y no envejeció, por ende no existía ningún parecido en el rostro humano. 

 

Tenía muchas dudas con respecto a la raza, no se quería dar por vencido hasta obtener toda la información necesaria, igualmente Hero daba por hecho que por más pruebas que encontrara de la inocencia de Jiyong, no podrían detener a MinAh y su decisión. El veterano no le temía a la mujer, entre los vampiros, Hero era el más poderoso y el segundo en obtener el dorado en sus ojos en toda la maldita historia de su raza, aun faltando por entrenar, la única diferencia con la híbrida eran los años de experiencia, podían incluso ser igual de poderosos, pero el no estaba para enfrentar a la mujer. Arriesgarse por una criatura tan débil como lo era Jiyong, no valía la pena, solo crearía una guerra entre los vampiros y MinAh y ellos solo buscaban reestablecer la raza pura. 

 

—¡Seung Hyun! —Escucho su nombre a lo lejos en forma de advertencia para ocultar de inmediato el papel una vez más entre sus ropas. 

 

—¿YooBin? ¿Ji--yong..? —El nombre del menor fue imposible soltarlo con naturalidad. La presencia del chico no solo era diferente, sino que cada vez era más fuerte, no en poder, sino en anuncio de la raza. Ya no era humano, estaba seguro de ello y YooBin también entendía los sorprendido que estaba de notarlo. — ¿Tú? —Intento decir con naturalidad para cuando YooBin finalmente soltó a Jiyong dándole el espacio que supuso, era para que él se acercará. 

 

El cambio era drástico, increíble, apenas habían pasado horas desde que estuvo a su lado, cuando apenas lo seguía sintiendo como un humano más, incluso en sus ojos podía ver el cambio y estaba seguro que seguían manteniendo el mismo color que vio la noche anterior, más en ellos había un pequeño toque que hacía la diferencia, el poder.

 

—Soy un híbrido —Aseguro el menor en una leve sonrisa en sus labios que se mantenía a duras penas. 

 

—Pude notarlo. — Respondió de inmediato imitando la sonrisa, pero era imposible que su expresión no terminara en ese asombro y confusión que le generaba la transformación del menor. No debía de sorprenderle la rapidez con la cual paso de ser un humano a una criatura, le sorprendía que el proceso fuera ‘lento’, sin contradecirse en lo que pensaba. En si el proceso fue rápido, de verlo como humano a luego verlo como una criatura, pero en si para una criatura era lento dejar pasar horas para que la transformación se realizara cuando se suponía debía ser al instante. Extendió sus brazos a Jiyong con un solo propósito, que a ninguno debía de sorprenderle pero si podía ver en los ojos ajenos que no esperaba aquella acción de su parte, menos cuando habían compartido la cama. — Me alegro que todo fuera nada más un susto…—Soltó poco después de atraparlo entre sus brazos. Su aroma, su presencia, su cuerpo, era diferente. 

 

Alzo la vista a la menor observando sus ojos, YooBin seguramente estaba metida no solo en sus pensamientos, sino en los de él también, no era que sintiera como espiaba su cabeza, pero ante su expresión obviamente había dado con la información que soltó junto con Hero, difícilmente no daría con ella, si era en lo único que pensaba y en la protección de Jiyong. La menor termino apretando sus labios con un deje de tristeza para luego asentir. Esa fue la señal para que él poco a poco se separara de Jiyong y viera sus ojos, ahora lo entendía. Si ambos traían esa cara, ¿Cómo no se le ocurrió empezar por esa parte? 

 

—¿Qué ocurrió? —Pregunto intentando parecer natural, arqueo una ceja luego de separarse para ver el rostro de Jiyong. 

 

—Mi líder me atacó. — Bufó este con un tono de voz en una mezcla de enojo y confusión. — Apenas llegue fue todo tan extraño, literalmente me atacó… —Tomo aire soltando un suspiro suave y bajando la mirada. — YooBin también lo hizo. 

 

Su mirada rápidamente fue a la menor como si la estuviera acusando, a lo que esta retrocedió dos pasos, le fue gracioso, más por cómo está aún más fuerte que él pero el miedo de su mirada  la obligo a retroceder.

 

—¡No fue mi intención!... Lo juro…—Sonaron las últimas palabras casi quebradas. —Él…

 

—¿Lo atacaron por la misma razón? —Preguntó sin cambiar el ambiente con tal tensión.

 

YooBin asintió.

—Quiero saber que sucede. No lo entiendo. —Se quejó el menor apretando sus manos antes de volver a conectar su mirada con la propia. — Estoy harto de tanto misterio. ¿Por qué mierda no me explican nada? 

 

<<YooBin… ¿Estas escuchando lo que pienso? >> Pensó fuerte y claro sin quitarle la mirada al menor quien esperaba una explicación al menos de su parte.

 

YooBin  abrió los ojos inmediatamente, agradecía que estuviera a unos pasos de Jiyong, así no era tan obvio que estaban estableciendo una conversación lejos de tener la intención de responder a la duda que este tenía. 

 

—Dudo que tú lo sepas. — Jiyong se dirigió a él. — Pero sé que YooBin lo sabe y ella quería hablarme cuando estuviéramos juntos… 

 

<<YooBin, necesito que cuides a Jiyong, protégelo de tu madre. Hero... —Tomo una pausa. —¿Puedes leer mis recuerdos? >> 

 

YooBin asintió desde su posición. 

 

Tras una mirada al menor rápidamente, volvió sus ojos en ese color casi blanco que emanaba luz como su madre encontrándose con sus ojos. La vista se le nublo un segundo, y lo que pareció ser perder una conversación con Jiyong, no fue más que un pestañear para él. 

 

—No entiendo porque dijo que recordaba mi aroma. —Se quejó el menor girándose a YooBin. — ¿Qué ibas a decirnos? 

 

—Jiyong…—YooBin dijo con nerviosismo. — ¿Confías en mí? 

 

—¿Qué clase de pregunta es esa? —Tomo una pausa. — ¿Puedes dejar de jugar conmigo? Estoy odiando tanto misterio en este lugar. Por favor… No sé lo que me está pasando. No se siquiera si soy realmente un híbrido oscuro… 

 

—Responde. 

 

—Hazlo Jiyong. —Seung Hyun apoyó las palabras de la menor. 

 

—¿Tú?... —Jiyong cambió su expresión inmediatamente. Lo notaba, había estado fingiendo, era difícil asumir un nuevo cambio, peor si todos de la nada comenzaban a creer que él era el dragón rojo. Si, había entendido la historia a la perfección pero solo porque Hero y él ya sospechaban de la verdad. 

 

¿Jiyong sería capaz de engañarlos a todos? ¿Incluyéndole? Ese chico no podía ser el dragón rojo, vivir todo lo que paso, fingir sentir algo y de la nada olvidarse de todo, ¿No? ¿Por qué sentía un temor? ¿Y si todo era una mentira? 

 

No era un tiempo corto, cualquiera diría que un poco más de un semestre era poco tiempo para conocer a alguien, pero nadie estaba pensando lo que iba más allá de ese ‘uno’. Iban seis meses, más aquel que estaban terminando de vivir, siete meses. Veintiocho semanas. No iba a realizar el cálculo de los días, menos de las horas y mucho menos los minutos. En todo ese tiempo, ¿Realmente creían que no se podía conocer a una persona? Si, el también concordaba con la idea, era imposible que en tan poco tiempo se diera por conocida perfectamente la personalidad de una persona, pero la diferencia estaba en que ellos habían pasado todos esos días en el mismo lugar, viéndose las caras al menos una hora al día por los primeros meses.

 

—Claro que confió en ti. En ustedes… Son lo único que me queda. —Soltó con sinceridad el menor en una voz suave y tranquila, rendido, harto de todo. 

 

¿Qué vida era más complicada ahora? ¿La humana? ¿La sobrenatural? 

 

—Entonces, quiero que vengas conmigo. Te lo explicaré todo. Pero debemos dejar que Seunghyun se vaya. 

 

—¿Qué? —Reacciono inmediatamente el menor. — ¡No!... ¿No tenías algo que decirnos? 

 

—Seung Hyun ya lo sabe. —Explicó YooBin acercándose para tomar el brazo de Jiyong. — Vamos dragón… Tenemos que ir con Hero. 

 

—Te prometo que iré pronto. —Apoyó su mano en el hombro ajeno. El delicado cuerpo que había conocido durante la noche, ahora parecía tener una fuerza similar a la propia. — Ve con YooBin y te explicará todo. 

 

Su mirada se encontró una vez más con la de él, no necesito preguntas para saber el cuestionamiento que estaba generando en su cabeza. Negó, con un ligero movimiento de su cabeza para acercarse a él como si se tratará del amor de su vida, la pareja que siempre busco, como si ese sentimiento que tenía por el menor siempre fue de amor y no de una atracción que iba creciendo poco a poco. ¿O era que la situación estaba incrementando sus sentimientos nada más por el miedo? 

 

—Ya vuelvo…—Susurro antes de tomar la barbilla ajena y robar un suave beso del cual YooBin no se quejó de ser espectadora. Debía imaginar que la chica estaba acostumbrada a la diversidad sexual cuando las criaturas solo se trataban de animales. 

 

—No me gusta esto…—Confesó. Lo sentía. Era temor…

 

Casi como una escena apenas romántica, llena de sentimientos, donde podía sentir su corazón muerto latir con fuerza, temeroso y confundido. Las sensaciones lo inundaban a él más no había notado que todo lo que estaba escuchando de ese corazón no era el suyo, era el de Jiyong. Escuchaba como bombeaba la sangre, aceleradamente, su ritmo cardiaco, y ese toque de dolor al dejarlo. 

 

Sus manos se rozaron hasta que YooBin logro alejarlo por completo de él. ¿Por qué no sintió antes esa sensación? Era un nudo en su estómago, un cosquilleo que subía poco a poco por su pecho, no quería dejarlo, pero aun estando a su lado, solo sería un estorbo, no tenía el poder para protegerlo y aun cuando YooBin podía hacerlo, no podría vencer a su propia madre, menos al resto de los líderes.

 

Dejarlo fue más difícil de lo que pensó. Nunca creyó llegar a tal punto donde estaba actuando como si se tratara de su pareja, y no era oficial que así lo fuera. Para esa madrugada sentía nada más una atracción por el chico, ese ligero cosquilleo en su estómago con mariposas que le indicaba ese probablemente ‘es el indicado’ pero nada estaba escrito y él debía de conocer primero a Jiyong en todos los aspectos, más allá de lo sexual, sentir comodidad con él, que ya lo sentía, el saber que era un hombre, acostumbrarse a la idea de no tener una vida normal, que no serían una pareja normal, su vida ya no se basaría en pensar en el futuro, en familia, en hijos, sino en entrenamiento, en poder, en habilidades. 

 

 

¿Por qué no utilizo sus habilidades para llegar más rápido? Era simple, la misma situación de la academia la estaba volviendo a vivir, a diferencia que cambio sus ropas para ir hasta su vehículo y huir de la academia, aunque no era huir en sí, porque volvería a ese lugar por una sola razón, Jiyong. Si hasta ese momento se estaba preguntando que mierda sentía por el menor, más y más confundido se encontraba, había pasado de sentir una atracción por el menor a sentirse completamente extraño, necesitaba protegerlo, no deseaba que alguien más le pusiera una mano encima, aun si debía de luchar contra la misma directora. Su miedo era increíble, sentía que se había metido en una lucha de años, como si hubieran retrocedido a aquellos tiempos en los que la amenaza del dragón aun asechaba la academia. 

 

¿Cómo sabía que lo estaba haciendo bien? Siquiera sabía cómo haría para obtener la información que necesitaba. Los padres de Jiyong tenían la memoria borrada, no recordaban a su hijo, ¿Recordarían al padre de uno de ellos? ¿Aquel que contaba las historias del dragón al pequeño cuando apenas estaba creciendo? 

 

—Solo aparece en esa casa, notaras de inmediato quién oculto la información. No desconfíes de tus habilidades, deja de pensar como un humano Seung Hyun, eres un vampiro ahora, perteneces a mi clan, somos los más fuertes. Concéntrate. 

 

La voz de Hero resonaba en su cabeza, si estaba en lo cierto, más bien, si estaban en lo cierto, uno de esos padres había estado ocultando la naturaleza de su hijo, si ambos eran humanos algo extraño existía ahí, quizás, ¿Ser adoptado? El dragón se encargó de dar al menor en adopción para cuidar su identidad. ¿Podría ser Jiyong descendiente directo del dragón rojo? Peor aún, estaba imaginando cómo reaccionaría el menor ante la idea, ante la verdad que siquiera él sabía. Estaba rogando porque fuera un mal sueño, para su mala suerte no podía pensar que así fuera, sus ojos no se cerraban jamás en busca del sueño, solo para meditación. 

 

La velocidad a la que iba en su vehículo era impresionante, pero no podía dejar de acelerar, y era que la velocidad no solo la tenía en su propio cuerpo, sino  en la percepción de lo que existía a su alrededor, capaz de esquivar cualquier otro vehículo a su alrededor, incluso con el peligro de las curvas, iba por adelantado ante cualquier incidente que pudiera ocurrirle, al menos en esos datos no se habían equivocado al escribirlos, podían ser estereotipos de un vampiro, pero habían dado en el clavo. 

Ingresar a la ciudad fue otro tema, ahí apenas desacelero, para guiarse más con las calles y por la cantidad de vehículos a diferencia de la carretera. Además, debía actuar como un humano normal, por muy desesperado que estuviera en llegar pronto a la casa de los padres del menor. Por otro lado, estaba impresionado. No solo sentía toda la presencia de los humanos y que agradecía tener las ventanas cerradas, puesto que escuchar esos corazones latentes en sus pechos le abría el apetito; había criaturas en la ciudad. 

 

Debía de esperárselo, no siempre iban a estar encerrados en la academia, algunos ya debían tener la libertad de hacer sus vidas con normalidad y buscar seguir con la naturaleza, conseguir obviamente el propósito de la academia, generar descendientes para volver a recrear la raza pura entre las criaturas. Podía sentirlo, no reconocía algunas presencias ni olores, podían ser razas diferentes, otro tipo de criaturas y es que la academia solo tenía aquellas en peligro de extinción, así como los animales, en cautiverio hasta lograr repoblar. 

 

Poco a poco se acercó más hasta su meta. En ningún momento dejo de seguir a aquellos a su alrededor, no por hambre ni deseo de sangre, era por encontrar una pequeña similitud con Jiyong, en caso de que uno de esos dragones pasara por aquellas calles, podría ser capaz de seguirlo y dar directamente con el culpable. Nadie le decía que no podrían arreglar las cosas hablando, pero tampoco estaba seguro que las criaturas disfrutaran de arreglar conflictos de forma humana, si tenían habilidades era para luchar con ellas, no para hacer sus vidas más simples. 

 

Reviso una vez más el número de aquella puerta, la casa de Jiyong era como se la esperaba, acogedora. Idiotamente se sintió como un yerno conociendo por primera vez a los padres de su pareja, quien insistía, aun siquiera era oficial, aun no hablaban de sus sentimientos, no hablaron nada en absoluto para aclarar todo lo que había ocurrido. Pero era un adulto, no estaba con rodeos, no pasaría por todo el proceso de ‘enamoramiento’ cuando ya sabía que existía algo en él que poco a poco iba creciendo, no lo negaba, sentía algo por Jiyong. 

 

Apenas se paró frente a la puerta, porque debió primero aguantarse todos los mareos y deseos de sangre. La población reinaba en humanos, a excepción de nada más una presencia extraña por el lugar, que siquiera podía concentrarse en saber si se asimilaba a la de Jiyong, era demasiada sangre humana, distintos tipos; ya entendía por qué los mantenían tanto tiempo en la academia, no estaban preparados para el mundo humano sin tener el suficiente control de su cuerpo. Era una locura, comenzaba a marearse y sus colmillos a aparecer. 

 

—Concéntrate en Jiyong, no pienses en otra cosa que no sea él. Te volverás loco con la sangre, querrás atacar a medio mundo, pero es tu naturaleza, no luches contra ella, solo hazla a un lado, tienes otra prioridad. Piensa como un maldito vampiro Seung Hyun. 

 

La voz de Hero una vez más apareció en su cabeza. Tenía razón en cada una de sus palabras, lo complicado apenas había comenzado, estaba luchando por mantener el control de su cuerpo, pero no podía contra los deseos de sangre, quería clavar sus colmillos en algo, lo que sea, necesitaba alimentarse. Aun con las gafas puestas, sus ojos cambiaron de color a ese rojo profundo por el deseo de sangre, no tuvo tiempo de controlar sus colmillos. Cubrió su boca inmediatamente evitando que alguien lo mirara, necesito apoyar su cuerpo contra el vehículo intentando parecer normal, como si estuviera esperando que alguien saliera de esa casa para recibirlo, más aún estaba luchando contra él mismo. Luchando… Luchando… 

 

Cerro sus ojos con fuerza, tenía que concentrarse. 

 

<<Jiyong… El me necesita. Me está esperando. Cálmate… No puedes perder el control por los humanos…>> Pensó. 

 

¿Cómo podía estar sintiéndose tan atraído por la sangre humana? ¿Si tenía a una criatura esperándolo en la academia con la sangre aún más deliciosa? Era un persona especial, podía lograr maravillas con tan solo una gota de él, ¿Por qué estaba sintiéndose débil con esos humanos? Había logrado controlarse en la academia, pero, ¿Ahí no? ¿Qué clase de inútil era? 

 

Cuando escucho la puerta de enfrente abrirse, su concentración volvió, no por arte de magia, sino porque fue obligado a dejar a un lado sus pensamientos por la sangre humana. Esa presencia en el interior de la casa, ese aroma, era… ¿Jiyong? Era más fuerte, más potente, con años de experiencia… 

 

—¿Si? ¿Necesita algo joven? —Preguntó el hombre desde el marco de la puerta. 

 

Ahí, tras él. Estaba una mujer con sus ojos fijos en él, con ese color semejante al fuego, entre amarillos y rojos, con una pupila muy diferente  a la humana, tenía una forma ovalada verticalmente, como si de un felino se tratara. Esos ojos… 

 

—¡Aléjate! —Se escuchó desde el interior siquiera como un grito, sino como una amenaza ronca. La mujer se acercó corriendo hasta el humano a quien abrazo por la espalda alejándolo del frente, deslizó su mano hasta apoderarse el marco de la puerta, una mano no muy característica en un humano. — ¿Qué hace un vampiro aquí? 

 

La mano de la mujer tenía escamas verdes amarillentas, unas garras negras, y un tamaño lejos de parecerse a un brazo normal. La blusa que traía arremangada hasta tres cuartos de su brazo, permitía ver como la piel humana poco a poco iba siendo consumida por las escamas, casi parecía un mal cuento de sirenas cuando veía la piel desprenderse y cambiar de color. 

 

—Responde. — Amenazó sacándolo de su trance. Estaba sorprendido, había vuelto a los inicios, donde no solo estaba conociendo una nueva criatura, sino que realmente no lo creía posible, menos existente. 

 

Por un momento pensó que podía ser algo diferente, otra especie de criatura, una similitud con el dragón, probablemente una quimera como le había explicado su líder, otra raza, un cambia formas, un doppelganger y es que había hablado tanto con Hero de las mil posibilidades que tenían antes de descubrir la verdad, que no creyó… Era la primera en su maldita lista de posibilidades y era la correcta. 

 

—Eres un vampiro de Hero. ¿Qué haces aquí? —Gruño la mujer como todo un animal. 

 

Si se preguntan por los espectadores. No los había. Los humanos dejaron de pasar a los alrededores, nadie había notado el brazo de la mujer, ni menos creyendo que esa era una discusión, porque no necesitaban alzar la voz para comunicarse, eran criaturas, y tal como lo había dicho el vampiro. Los humanos estaban tan inmersos en su realidad que no tomarían en cuenta lo que ocultaba la realidad que ellos habían creado. 

 

—Sí, soy parte del clan de Hero. —Aseguro obligándose a retroceder en un paso cuando la mujer volvió a amenazar. Mientras el hombre, quien debía ser su esposo, ya se encontraba unos cuantos metros alejados de él, temeroso, más seguro de quien era su mujer, una criatura. — Espere… Estoy aquí para hablar. No quiero atacarla. — Aclaro con ambas manos alzadas frente a ella. — Necesito su información, con urgencia… Soy Seung Hyun. Conozco a su hijo Jiyong.

 

La mujer arqueo una ceja frunciendo aún más el ceño.

 

—No tengo hijos. — Gruño una vez más la mujer. — No estoy para los juegos de uno de los vampiros de Hero. —La mujer parecía odiar a su líder, otra curiosidad que no podría evitar para preguntar al momento de establecer una conversación más tranquila y menos amenazante. 

 

—Señora Kwon… Tiene un hijo. Su nombre es Jiyong. En este momento está en la academia Black Rose. —Inició con calma no sin antes asegurarse que no existía ni un solo humano a su alrededor, sin siquiera observar, solo concentrarse en sentir. — Necesito que responda unas preguntas… Por favor. 

 

—De tener un hijo, no estaría allá. — Aclaro la mujer en un tono de burla. — De ser así el seria...

 

—Un dragón. 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).