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RDragón por MiRoApril

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¡Que días más aburridos! Sin su computadora se había limitado a utilizar su móvil, con suerte lograba hablar con sus amigos y aunque le permitía realizar las video llamadas no era lo mismo, era la costumbre de verlos por la computadora, en fin, se conformaba con eso, quería recuperar lo que era suyo a toda costa.

 

No entendía que tipo de tecnología existía en la academia para dejar al inspector tener acceso a todo lo que él podría visitar por internet, quizás era por ello que durante los exámenes ninguno intentaba siquiera tomar el móvil y navegar en la red. ¡No tenía lógica! ¿Cómo iba a saber el inspector que intentaban copiar? Podía pasar fácilmente como información para un informe o algo parecido, una tarea, no necesariamente para un examen, ¿Qué creían los demás? ¿Qué Seung Hyun tenía súper poderes o algo así?

 

Por otra parte, esa noche no tuvo de otra que tocar su cuerpo con lo que le daba su imaginación. Por más que se la paso pensando luego del orgasmo no entendía la razón de que el rostro masculino del inspector apareciera en esa fantasía sexual que lo llevo a sentir placer. Claro que en ese momento no pensaba tan tranquilo como lo hacía ahora, era algo parecido a unos gritos en su cabeza, imaginarse a el mismo corriendo por lo que era “su pensamiento” con las manos alzadas y  repitiendo una y otra vez, ¡Me masturbe pensando en un hombre!

 

La orientación sexual no era un tabú para él, aceptaba todo tipo de gustos, lo respetaba y no era de esos que decían con facilidad “Lo respeto pero que este lejos de mi” Odiaba esas personas, para su mala suerte la mayoría se trataba de hombres, pensar que una persona homosexual podía gustar de ellos simplemente por ser del mismo sexo. ¿Es que eran el centro del mundo? Si, el también tenía su ego, era guapo, conseguía chicas, pero no por eso todas morirían por él, así era también con los homosexuales, ver a alguien del mismo sexo no quería decir que lo llevara a enamorarse al cien por ciento. Eran unos idiotas que tenían un maní como cerebro. Pero saliendo del tema del tabú, no había imaginado el verse con un hombre, no por asco o algo por el estilo, sino porque siempre sintió que debía llevar la cabeza y con una mujer era fácil hacerlo. Mierda, no sabía cómo explicarse con tantas cosas en su cabeza.

 

Por más que intentaba calmarse de camino a la oficina de Seung Hyun no podía quitar esa puta sensación de su cuerpo, de sentirlo sobre él. Toda su humanidad había caído sobre su cuerpo. Culpaba al estar excitado, seguramente era por esa razón que su cuerpo se vio obligado a sentir tal sensación, un cosquilleo que lo recorrió desde su parte baja hasta su estómago, como aquellas locas mariposas de las que hablaban cuando se enamoraban, solo que él creía que era nada más una sensación carnal, sexo.

 

Tomaba un descanso cada unos cuantos pasos, se arrepentía cada vez que daba uno, era algo parecido a dar un paso y retroceder cinco, claro, no literal. Entre más cerca se encontraba, más nervioso se sentía, no sabía cómo aclarar la situación o como disculparse, podría pedir un castigo, aunque no estaba interesado en estar aseando el castillo. Por otra parte necesitaba la computadora para continuar sus estudios, excusa que el mayor no creería, lo daba por hecho, pero con intentar no perdía nada.

 

 

No le temía a ser castigado o algo por el estilo, de hecho eran los nervios de recordar esa caída sobre su cama y para peor, lo que su cabeza le hizo imaginar cuando no tenía implemento visual para conseguir un orgasmo, no entraría en detalles de lo que imagino pero solo podía decir que tenía cierta curiosidad de lo que el inspector ocultaba bajo esas telas. Por otro lado, pensaba en hacer pasar esas penas como el sentirse avergonzado por ser descubierto viendo porno, ya que era obvio lo que estaba haciendo, su realidad era que no estaba para nada avergonzado, masturbarse era algo natural, el cuerpo lo pedía y el se lo daba, incluso era terapéutico, habían tantas razones para tener un orgasmo.

 

Entre paso y paso había llegado a la bendita oficina, un par de golpes anunciaba su presencia más el hombre no salía por la puerta. El hecho de que este no se encontrara en la oficina era otra oportunidad para ingresar, aunque dudaba que estuviera abierta la cerradura, no tuvo el temor de intentarlo al menos dos veces.

 

—¿Se te ofrece algo? — Pregunto el hombre a sus espaldas.

 

Sobresaltado se volteó encontrándose con el cuerpo del más alto, su boca no se abrió para dar excusas, era claro a lo que iba.

 

—Venía a conversar con usted.

 

—Pude notarlo. —Dijo pasando a su lado.

 

Seung Hyun se encargó de abrir la puerta de su oficina antes de volver su atención a él.

 

—Si está cerrada por más que intentes abrirla no lo lograras. —Advirtió antes de mostrar la palma de su mano en dirección al interior. — Pasa…

 

 

Si no tenía su mirada en el rostro ajeno sus nervios no aparecerían, esa era la deducción que tenía, más el solo pasar a su lado y rozar su cuerpo dejo que sus nervios afloraran odiando inmediatamente el cosquilleo que tenía en su brazo por el mínimo roce que habían tenido.

 

—Debo suponer que estas aquí por la computadora, ¿No?

 

Asintió.

 

—Pues, confiscar significa apropiarse la autoridad competente de una mercancía por estar prohibida. Te la devolveré cuando entiendas que no debes navegar en ese tipo de páginas. —Advirtió el adulto.

 

—Si tomamos sus palabras mi computadora está completamente permitida, lo que debería hacer es evitar la conexión a la red. ¿No es así?

 

—No puedo privar a los demás por un error tuyo.

 

Seung Hyun había tomado asiento frente a él, estaban separados nada más por un escritorio, lo cual para él era bastante cerca y para el inspector no parecía ser nada, mucho menos el haber caído sobre su cuerpo.

 

—La quiero devuelta. —Exigió.

 

—La devolveré el lunes.

 

—¿Eh? ¿Qué haré este fin de semana?

 

—Hay muchas cosas que puedes hacer. — Seung Hyun cruzo sus brazos sobre el escritorio si quitar la mirada de él.

 

—¿Nunca se masturbo? Es normal ver porno. Si no podemos coger al menos podemos tener una ayuda para masturbarnos, ¿No?

 

—Como no existen institutos que tengan campus, este es el primero y el único hasta ahora, le es aplicada la regla que se comparte en general, así que como sabrás, está prohibido.

 

—Maldita sea... —Se quejó. — Voy a recuperarla de todos modos…

 

—Te ganaras un castigo mayor.

 

—Si planea tenerla hasta fin de año compraré otra.

 

—Y si vuelves a hacer lo mismo, volveré a tu habitación.

 

—¿Ah si? —Rio leve. — Me tendrán envidia.

 

—¿Hm?

 

—Tendré toda su atención señor inspector. Apuesto que estarán todas celosas…—Rió leve.

 

La gracia claramente solo le entretenía a él, Seung Hyun no se molestó siquiera en mostrar una expresión de disgusto, era todo un adulto aburrido. Termino dándose por vencido mientras observaba lo que le pertenecía atrás del asiento contrario, que ganas tenía de tomarla y huir de ese lugar, era su último año de estudio, solo debía acatar todo para salir ileso.

 

Un intento en vano. Primero YooBin estaba desaparecida y ahora no tenía computadora, ¿Cómo se supone que se divertiría ese fin de semana? Además, esa noche era el baile, tenía en mente ir solo, buscar alguna chica, jugar entre roces, quizás conquistar a un par si es que se le daba la posibilidad y no se encontraba el sombrío de Hero, pero los ánimos desaparecían cuando pensaba en que sería de YooBin, ¿Por qué ya no lo buscaba?

 

—Si eso es todo, puedes retirarte. —La voz ronca del inspector lo saco de sus pensamientos.

 

Justo al momento en el que se puso de pie noto una identificación con las letras “Bin” Escritas en hangul, ¿Sería la misma Bin que conocía? Por curiosidad nada más se acercó a tomar el dorado metal para leerlo completamente. “Shin Yoo Bin” ¿Cuántas YooBin podrían existir en esa academia?

 

—¿Por qué tiene esta identificación aquí? —Pensaba en hacer una especie de juego de palabras, algo como “Ya trae estudiantes a la oficina” Refiriéndose  a una guarrada de tener sexo en ese lugar, pero prefirió guardar sus palabras solo por el hecho de tener que mencionar a su amiga si es que se trataba de ella. — ¿La encontró tirada? Yo podría…

 

—No es de tu incumbencia.

 

—¿No? —Arqueo una ceja. — Podría ayudarlo a buscar a su dueña.

 

—No es necesario, yo debo encontrarme con ella en persona. —Sonó su voz con ese tono de superioridad.

 

—Oh… ¿Chica en problemas? —Rio leve.

 

—Claro que sí. Y en bastantes.

 

Si YooBin no le buscaba podría ser esa la razón, se ocultaba del inspector. ¡Ahora todo tenía sentido! Ya entendía porque faltaba a clases. Si un estudiante no tenía su identificación era inmediatamente enviado al inspector, por ende su amiga no solo había perdido su identificación, sino que se había metido en problemas.

 

—Hm… Muy bien. Como quiera. —Dijo sin más acercándose una vez más al escritorio. — Vendré por mi computadora el lunes. —Dejo en claro.

 

Estiro su mano dejando la identificación en tal lugar logrando hacer el ruido al caer que deseaba, así se aseguraba que Seung Hyun, quien no le estaba tomando atención en ese momento por unos malditos papales, escuchará, solo eso le indicaría que había devuelto la identificación al lugar, más no era así, la guardo en su bolsillo al llevar ambas manos a estos como si fuera natural en él.

 

Existió algo positivo. No recordó en ningún momento lo que realmente había hecho con la imagen del inspector esa noche, tampoco se dedicó a ver su ropa, eso quitaba de su cabeza algunas dudas, debió ser cosa de su imaginación nada más y la excitación que no se veía satisfecha con unos cuantos videos. ¿Cómo se suponía que debía estar si en pleno juego con su erección había aparecido el inspector en la puerta de su habitación? Aunque sus pantalones de pijama eran holgados, bajo esa tela siempre existió una erección.

 

Era poco tiempo, lo entendía, pero sentía cierta conexión con YooBin, desde un principio fue así, como si esta le entendiera en todo, cada aspecto de su vida era comprendido por ella, aun cuando no se conocían más allá de las sonrisas, sentía que debía cuidar de ella, era menor, por ende como buen Oppa cuidaría de la menor, ¿En que otro problema se metería si robaba una identificación para entregarla a su dueña? Solo llamaría más la atención de Seung Hyun, tampoco era como si nunca hizo bromas en los institutos, ese estaba por salvarse, pero si el inspector podía confiscar algo que no era suyo por estar prohibido, el también podía hacerlo, la identificación era de Yoo Bin.

 

 

Luego de salir de la oficina apresuro el paso a las escaleras, Seung Hyun notaría que le faltaba la identificación e iría por él, por ende bajo apresuradamente las escaleras. Ya escuchaba tras el los pasos. Corrió por los pasillos y a lo lejos vio esa cabellera castaña.

 

—¡Dragoncito! —Le llamo la mujer animada.

 

Tomo su muñeca sin decir más y corrió junto con esta hasta dar con un salón vació, no lo pensó dos veces, la metió junto con él en el lugar y cerró la puerta para perder al inspector de vista. Bien, si se había metido en problemas, aunque no podía decir que eran los grandes problemas.

 

—Agh…Agh..Dios. —Se quejó la mujer sentándose en el suelo. — ¿Qué mierda hiciste? —Pregunto con la respiración entrecortada.

 

El por su parte se dejó caer desde la puerta al suelo recuperando el aliento, entre el susto de ser perseguido y la corrida necesitaba tomar aire con urgencia.

 

—Nada grave, eso creo. —Rio leve.

 

—¿Nada grave? —Acompaño la risa. — Te perseguía el inspec…

 

—Si, bueno…—Rasco su nuca. — Me confisco mi computadora. — Se quejo.

 

YooBin inmediatamente comenzó a reír.

 

—No quiero saber porque lo hizo.

 

¿Tan obvio era?

 

—¡Yaaah!

 

Y la mujer rio más.

 

—Eres demasiado obvio. —Siguió soltando en carcajadas.

 

—Shhh… Nos puede oir.

 

—Ya está lejos. —Aseguro.

 

—¿Cómo lo sabes, eh?

 

—Bueno… —Relamió sus labios antes de acomodarse. — ¿Por qué huiste?

 

La tranquilidad de YooBin llego de inmediato, mientras el aún estaba recuperando el aliento. Se terminó reacomodando en el suelo mientras buscaba en su bolsillo dichosa identificación.

 

—Le quite esto. —Mostro el metal dorado.

 

—Oh… ¿Lo tenía él?. —Pronunció sorprendida. — Creí haberlo perdido.

 

—¿Si? ¿No estarás haciendo travesuras sin mí?. — Arqueo la ceja.

 

—¿Por qué buscaría problemas? —Río leve.

 

—Hm.. Quizás porque estuviste desaparecida toda la semana. ¿Segura no te ocultabas de él?

 

La mujer negó.

 

—Estuve enferma. No me moví de mi habitación.

 

—¿No? —Pregunto extrañado. —No tienes muchas amigas, ¿No? Fui a buscarte y nadie te conocía.

 

Entonces YooBin sonrió una vez más.

 

—Somos demasiadas, es imposible que conozca a todas, ¿No crees?

 

—Cierto, muy cierto. —Relamió sus labios mientras jugaba con la identificación. — Bueno, ten… —Extendió el objeto.

 

—Gracias. — Dijo en casi un susurro antes de guardar su identificación en el bolsillo.

 

—¿No deberías…?

 

Su mirada fue inmediatamente hasta el abrigo de esta, ahí estaba la misma identificación, con el mismo nombre escrito en hangul. ¿Qué debía preguntar? ¿Era Shin YooBin? O ¿Tenía dos identificaciones?

 

—¿Hm?

 

—¿Tienes dos?

 

La mujer asintió con simpleza.

 

—En mi habitación había solo una.

 

—Oh, bueno…—Tomo una pausa mientras se ponía de pie. — Ya ves que soy una despistada, perdí uno, puedo perderlo de nuevo…

 

—Ya veo…

 

Se apoyó sobre sus rodillas para seguir a la menor y levantarse, probablemente ya era seguro salir de ese lugar, peor sería que el inspector los encontrara a ambos encerrados en un salón a solas.

 

—Entonces… —Se acomodó la ropa. — ¿Iras conmigo al baile?

 

—¿Realmente quieres perder la oportunidad de invitar a alguien mejor? —Cuestiono YooBin.

 

—¿Por qué dices eso? Quiero ir contigo, sino, ¿Por qué te estaría invitando?

 

—Bien, bien, entiendo. —Relamió sus labios. — Si.

 

 

 

Se tomó el tiempo necesario para cambiarse después de una larga ducha. El día había sido aburrido en si, después de entrar con YooBin a las clases, sin duda se había arrepentido de no quedarse paseando por la academia, es que no entendía que tenía de buena la historia, aunque en otras oportunidades la maestra contaba anécdotas más interesantes que llamaban su atención, en esa oportunidad el tema principal era sobre los tres reinos que se crearon en la península coreana, Gouryeo, Silla y Baekje, hablo principalmente de la guerra que perdió Gouryeo por su ambición y como los otros reinos continuaron su expansión en conjunto. Al menos algo había aprendido mientras intentaba no dormirse, el resto parecía aburrido.

 

¿A quien le importaban los reinos de siglos anteriores? Aunque por un momento pensó que la historia podría ligarse a ese edificio, ¿Qué tal si la academia era un antiguo castillo de uno de esos reinos? Se había perdido la parte sobre la posición actual de esos reinos en la actualidad, por ende no tenía idea, con suerte lograba recordar los nombres, que principalmente era lo importante.

 

Se arregló por última vez contra el espejo, perfumó y salió a la espera de su mejor amiga. Tal y como esta le pidió, se quedó en la entrada del castillo, así como la esperaba para ir a clases, ahí estaba. Las parejas salían, uno que otro iba solo así como mujeres iban elegantemente con la cabeza en alto, mejor solas que mal acompañadas o algo así decía la postura.

 

Reviso por última vez el móvil, apenas habían pasado cinco minutos de su llegada cuando YooBin apareció en el pasillo con su vestido en color blanco ajustado hasta la cintura. Tenía encajes en los hombros y parte de su pecho, pero tampoco era demasiado revelador, pese a lo corto que se encontraba de enfrente, su parte trasera era más larga, aun así el largo no llevaba a sus tobillos, tan solo hasta la altura de sus gemelos terminando en punta.

 

—¿Por qué me miras así? —Preguntó revisando su vestido. — ¿No se visten así? Digo… Es así como se visten ahora. —Se corrigió ella misma.

 

En comparación a otras, ella se había arriesgado con un vestido de un tono poco buscado, siempre eran rojos u negros, la idea de parecer “peligrosas” como si los colores aumentaran el libido de los hombres, pero YooBin iba perfectamente en color blanco.

 

—Te ves muy bien…

 

Y no eran todas las palabras que deseaba ocupar. Era su mejor amiga, no podía pensar en ella de forma sexual, era sincero, nadie lo creería pero así era, no pensaba en cogérsela ni nada por el estilo, pensaba en que dirían los demás al verla, probablemente todos los pensamientos que no aparecieron en su cabeza.

 

—Tendré que protegerte de esos vampiros. —Dijo entre risas.

 

—¿Eh? —Pareció sorprendida.

 

—¿Qué? Así la mitad del instituto querrá comerte.

 

La menor río.

 

—Idiota.

 

No espero más para ofrecer su mano.

 

—¿Vamos?

 

YooBin asintió.

 

Luego de tomar su mano caminaron con tranquilidad hasta el salón con una tranquilizadora charla, en ella el que YooBin dijera que su amigo dragón lo protegería. Había tomado su nombre para jugar con él, aunque no se quejaba, le recordaba a la historia de su abuelo y siempre le gustaron los dragones, por muy inexistentes que fueran.

 

Como cualquier baile, existía la música, luces, escenario y todo lo que debía hacerse. Era normal. Lo primero que hizo al llegar fue buscar con su mirada a los estudiantes “nocturnos” pero todos estaban vestidos con normalidad y era obvio que no conocía a todos los estudiantes diurnos, ¡Eran demasiados! Jamás encontraría a un estudiante de la luna entre tantas personas, no solo existía el ambiente del salón, sino que también el del jardín del ángel, por ende podían estar en varios lugares.

 

El único momento que los unían a ambos y no existían diferencias para notarlos.

 

Como buen caballero fue hasta el “bar” para pedir por ambos unas bebidas que lograra ponerlos a tono en la fiesta, tampoco pidió algo tan elaborado para YooBin, no conocía que bebía y mucho menos si lograría soportarlo.

 

—Ten…

 

—Gracias. —Respondió tomando el vaso para llevarlo hasta sus labios. — Hm… ¿Qué es esto?

 

—Solo es Vodka condimentado.

 

—¿Vodka? —Pregunto.

 

—Si, ¿No te gusta? Puedo cambiarlo

 

Se acercó para tomar el vaso de la mujer pero esta lo retiro de inmediato.

 

—No, no, no. Esta bueno, es solo que no lo probé antes. —Rió leve. — ¿Qué es? ¿Un jugo?

 

—¿Jugo? —Sonrió con ternura. — Es alcohol.

 

—Alcohol…—Repitió. — ¡Oh! —Soltó una carcajada. —Solo bromeo…Se que es el vodka

 

—¿Si? Parecías no conocerlo.

 

—No es eso.

 

YooBin tomo el vaso con ambas manos antes de apoyarse contra la pared.

 

—Solo no acostumbro a beber ese tipo de cosas.

 

—¿No? —Se sorprendió. — ¿No sales de fiesta cuando estas en la ciudad? Pareces de esas divertidas que van a fiestas, eres muy divertida para ser solitaria.

 

La menor sonrió, parecía bastante feliz mientras negaba.

 

—Tengo otros planes a futuro como para ir a fiestas. Y mis padres son muy estrictos. —Apreto sus labios.

 

—¿Esos son los problemas de los que hablas?

 

—¿Eh? —Negó inmediatamente. — Es complicado. Veras…

 

YooBin perdió la vista en la nada mientras guardaba silencio. Al mismo tiempo el observo el lugar,  muchos bailando, otro bebiendo y riendo, no parecía ser una mala fiesta, pero tal y como lo pensó ahí estaban los maestros, al menos no se había encontrado con el inspector aun, siquiera sabía si estaba en el lugar. Se vestía formal todos los días, pero ¿Había elegido algo adecuado para esa noche? Algo en él deseaba ver que tan interesante se veía el hombre para las estudiantes, si de eso se trataba, llamar la atención, así como Hero lo hacía de varias estudiantes a las cuales rechazaba para ir a la pista de baile. Seguro ese viejo no sabía bailar.

 

La menor bajo la mirada sin continuar su historia, por un momento creyó que había tocado un tema que no debía en una noche tan buena, pero la sonrisa de la boca ajena no desaparecía.

 

—Será para otra oportunidad, ¿Si? —Dijo acariciando el rostro de su mejor amigo. — No es momento para decirlo ahora.

 

—Debe ser difícil, no te apresurare en contarlo…

 

—Es algo así.

 

—¿Quieres bailar?

 

Entonces YooBin volvió a perder la mirada en la “nada”

—¿Me esperas un poco? Iré a saludar a unas amigas. — Pronunció con esa sonrisa que denotaba felicidad.

 

—No demores ¿Eh? O me voy de cacería. —Bromeo.

 

—¡Yah! No puedes dejarme hoy, soy tu acompañante.

 

—Vale, vale, no te olvido. —Río.

 

Dejo que la menor se perdiera entre la multitud mientras el se quedaba nada más contra esa pared. Era tan aburrido estar solo, de hecho unas cuantas mujeres le estaban observando, pero la decisión más grande de un hombre era elegir con quien bailar si era un grupo de amigas, además del acercarse y recibir como siempre un “Pero no queremos que una de nosotras quede sola” Claro, o eran todas o ninguna. En fin, eligió ningunas.

 

La puerta de uno de los balcones estaba abierta, el salón no se encontraba en el segundo piso, pero existían escaleras a pequeños balcones, no muy altos, sino casi a ras del suelo con vista a los jardines. Tomar aire no le haría mal, tampoco había bebido demasiado como para que el aire le hiciera algún daño y comenzara a embriagarse, por ende salió para observar el lugar y la diferencia entre los ambientes.

 

La música, el estilo de fuera era menos alocado que el del interior, existían piezas más suaves y románticas para las parejas, era una de las razones por la cual llevo a YooBin al interior, dudaba que la mujer se enamorara de él, después de todo actuaba con naturalidad, las mujeres suelen actuar con más delicadeza a la hora se sentir atracción por un hombre, al menos así lo había analizado y no necesitaba ser un experto eran estereotipos de las mujeres, no muchos eran incorrectos, por ende YooBin lo veía tal cual él la veía a ella.

 

—¿Tan solo? —Hablo una voz ronca a su espalda.

 

—No, solo espero a mi amiga. —Respondió como si nada.

 

—¿Viniste acompañado? —Pregunto el tipo apoyando su espalda contra la baranda.

 

—Claro, podías traer pareja, ¿Lo sabías?

 

—Si, pero al verte solo pensé que no estaban con pareja. Aunque solo sea tu amiga.

 

El tipo emanaba un aire parecido a Hero, con ese misterio además de ser algo inexpresivo.

 

—Soy HaMin. —Se presentó girando su mirada a él.

 

—Jiyong. —Hablo con el mismo tono suave.

 

—Jiyong…—Repitió formando una suave sonrisa. — Me pareciste muy dulce Jiyong. Eres muy guapo, ¿Te lo habían dicho?

 

—¿Eh?

 

—Lo que oíste.

 

—Bien, me lo han dicho, aunque nunca recibí ese tipo de cumplidos de un hombre. —Pronunció extrañado.

 

—¿No? Me agrada ser el primero.

 

Sin duda era un hombre extraño, pero como lo había dicho antes, no era de juzgar a las personas por su sexualidad y HaMin parecía estar coqueteándole, aunque al mismo tiempo solo parecía ser amistoso.

 

—Hueles muy bien Jiyong.

 

—No se como debería tomar esas palabras. —Rio suave.

 

—Solo acéptalas.

 

Asintió.

 

El tipo era más agradable de lo que creyó, terminaron fumando ambos en el balcón, siquiera sabía si era contra las reglas, pero ahí estaban ambos tranquilamente fumando mientras observaban a la nada, riendo y hablando de los maestros, entre ellos de Hero, justamente HaMin era uno de los que tanto odiaba al sombrío.

 

—¿Qué tiene con esos lentes? —Volvió a reír.

 

Si, el efecto de la bebida también estaba animando la charla.

 

—Yo pensé exactamente lo mismo la primera vez que lo conocí. De hecho intente muchas veces quitárselas.

 

—¿Si?

 

—Bien, digamos que no era uno de los alumnos buenos.

 

—Eras de esos que se creían lo mejor ¿Eh? —Volvió a soltar carcajadas.

 

—Soy bastante guapo, tengo que llamar la atención de alguna forma.

 

El sonido de las puertas lo obligo a girar su mirada, estas se habían cerrado de la nada, creyó que probablemente a alguien le molestaban sus risas alocadas por ende poco le importo quedarse ahí con HaMin.

 

—¿Te la estás pasando bien Jiyong? —Pronunció el tipo rodeando su cuello con su brazo para estar más cerca.

 

—Bastante. Me sorprende que aún no vuelva mi amiga..

 

—Debe estar ocupada, déjala que coquetee un poco.

 

—De hecho es lo que no quiero…—Dijo entre risas. — Debería cuidar de ella… —Pronunció antes de moverse.

 

 

YooBin le preocupaba un poco, quería saber de ella. Pero HaMin lo detuvo abrazándolo por la espalda.

 

—Quédate un poco más…

 

—¿Eh?... —Estaba confundido.

 

—¡Dragón!

 

 


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