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Moneda de cuatro caras. por contrateMCarey

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EL REENCUENTRO DE ARIEL

Ariel corrió al baño tan fuerte como sus pies se lo permitieron, su cuerpo se estremeció cuando recordó que aquel baño al cual él estaba corriendo era el mismo lugar en el que su historia con César había comenzado, terminando besándose tras una disputa por la cual ambos podrían haberse terminado odiando.

“Si tan solo no hubiera ido al baño en aquel entonces tal vez no estaría regresando justo ahora” pensaba Ariel mientras más se acercaba a César.

Su trote le había conducido a la entrada del baño, apenas dio dos pasos en el interior pudo ver a César mirándose al espejo apoyándose por la iluminación blanca del espacio.

—César —llamó Ariel a su exnovio sin poder expresar ninguna emoción ya que el shock de verlo había sido demasiado.

—¿Ariel? —le replicó César volteando a verle sorprendido.

Ambos clavaron sus ojos fijamente en el otro, el torrente sanguíneo llenó a Ariel de emociones que provocaron éxtasis en su persona, una mezcla de tristeza, felicidad, excitación, nostalgia y melancolía lo llevaron a perder el conocimiento de su ser y encontrar una vieja versión de sí mismo en los ojos de César, la única persona a quien en verdad había llego a amar. Esa pérdida de conocimiento y el surgimiento de sus emociones lo llevó a acercarse lentamente hacia César, quien respondía del mismo modo, cada paso conectaba con mayor profundidad las respiraciones de ambos y sin darse cuenta ambos se envolvieron en un beso.

Dicho beso significó para Ariel más que sólo compartir saliva nuevamente con la persona con quien había estado tres años de su vida, para él fue una carta que nunca se había atrevido a escribir la cual declaraba cuánto había extrañado a esa persona que lo había hecho feliz durante tanto tiempo aunque todo fuera una mentira, dicha carta se leía sola al compás de cada respiración que ambos compartían al juntar sus labios, fue una carta efímera la cual pretendía ser de larga duración, pero ésta terminó de leerse para que Ariel y César pudieran verse aún más frente a frente.

—No importa lo que diga, aún te extraño —dijo Ariel a César.

—Y yo a ti, por eso vine aquí, sólo quería que vinieras por mí —correspondió César abrazándolo.

Ariel y César gastaron tiempo conversando, platicaron sobre cómo los había tratado la vida y todo lo que habían hecho los dos meses en que no se habían visto, pero su charla se vio interrumpida por un apagón en todo el campus el cual los dejó totalmente a obscuras.

—Estamos a obscuras, dudo que alguien más venga al baño, no se ve nada.

—¿Qué insinúas? —preguntó César.

Ariel tomó la mano de César, cerró la puerta del baño y lo atrancó contra una pared en donde comenzó a besar su cuello, la sensación de adrenalina y los gemidos de César crearon un ambiente propicio para que Ariel pudiera introducir su pene bastante duro en el recto de César, quien arañaba la espalda del saco de Ariel como una señal de placer. Ambos se consumieron en el acto perdiendo la noción del tiempo, cada gemido de César provocaba en Ariel el deseo de embestirlo con más fuerza  hasta el grado de hacer sus piernas temblar, los roces constantes y la práctica al natural propiciaron que el orgasmo no se diera hasta pasar veinte minutos en los que el apagón siguió.

Después de consumar el coito Ariel se recostó con César en el suelo, en dónde ambos estuvieron abrazados un par de minutos hasta que volvió la luz al plantel.

—¿Sabes? Me odio a mí mismo por no poder resistirme a ti, no puedo creer que después de todo aún te extrañe.

—Ariel, también te extraño pero creo que ya no me amas y creo que lo que acaba de pasar lo demostró.

—Sí, lo sentí cuando te besé, fue nostalgia, tristeza, alegría, excitación, fue todo menos amor.

—Yo también sentí lo mismo pero Ariel, yo aún te amo.

—¿Qué dices?

—Digo que creo que nos extrañamos pero que tú ya no me amas ¿Has conocido a alguien más?

—Para nada, yo en verdad siento que aún te amo, por favor no te hagas ideas tontas.

—Entonces ¿Tú crees que estamos destinados a estar juntos?

—Parece que mi cuerpo sólo quiere estar contigo —respondió Ariel abrazando con fuerza a César.

—Lamento todo lo que te hice, prometo que la próxima vez será diferente, en cuanto estemos juntos no volveré a mentirte.

—¿Lo juras?

—Lo juro, la próxima vez te diré con quién me meto —contestó César.

—¿Qué?

—Que ya no te mentiré, desde ahora te diré con honestidad con quienes me acuesto —reiteró César.

Ariel se levantó del suelo del baño al escuchar que César había reiterado su respuesta con cinismo, no pudo evitar sentirse tonto por haber abandonado a su amigo con alguien que era un completo desconocido para él sólo por ir a buscar a alguien quien nuevamente le estaba decepcionando.

—¿Sabes? Acabas de hacerme notar que no quiero volver contigo jamás, sólo quería concluir todo lo que habíamos dejado inconcluso pero ya que lo hicimos hazme el favor de irte a la verga.

—Ariel, yo…

—Cállate, y por favor vete a la verga —dirigió Ariel a César mostrándole el dedo medio mientras salía del baño.

LA CITA INESPERADA DE DANTE

Incluso a pesar de que habían compartido poco tiempo juntos Dante ya había descubierto una parte nueva de su persona gracias a Jeff, gracias a él había notado que su capacidad social era mucho más amplia de lo que se había atrevido a creer, el tiempo que habían compartido había sido muy ameno para los dos.

Jeff guió a Dante a través de toda su escuela para mostrarle el lugar después de que éste fuera abandonado por Ariel, ambos habían compartido una charla bastante somera pero divertida la cual había abordado temas simples como los géneros de música que ambos escuchaban o lo que les gustaba hacer en sus ratos libres, el recorrido había terminado con ellos centrado en la plaza centras del instituto estando totalmente solos y expuestos a la luz de los escasos faroles.

—Entonces tocas guitarra, impresionante —reconoció Jeff a Dante.

—No más impresionante que cantar, yo siempre quise hacer eso.

—No es tan difícil, créeme, no te costaría nada aprender pero yo he intentado tocar guitarra un par de veces y ha sido un fracaso.

—¡Esa es otra cosa en común! —señaló Dante con gracia—, yo he intentado cantar en el pasado y de igual modo fracasé.

—Tal vez deberíamos reunirnos un día y complementarnos, tú tocas la guitarra ya que yo no sé y yo te canto ya que tú no sabes.

—Podría ser.

Un apagón en el campus interrumpió la conversación entre Dante y Jeff quienes no podían ver al otro a pesar de que ambos se encontraban sentados juntos.

—Esto sí que es obscuridad —dijo Dante.

—Lo sé ¿No te da miedo?

—Un poco.

—Entonces abrázame —sugirió Jeff—, yo te cuido.

Dante no pudo evitar sentirse cautivado por la propuesta de Jeff por lo que accedió, enredó sus brazos a lo largo de su pecho el cual era bastante ancho, Jeff le correspondió de la misma manera sujetándolo entre brazos.

—No cambiaría este momento por nada, lo último que esperaba al venir aquí era encontrarme con alguien como tú —susurró Jeff al oído de Dante.

—Creo que te precipitas, apenas nos hemos tratado unos minutos.

—Y han sido lo mejor de mi día.

—Yo creo que…

—¡Shhh! —calló Jeff buscando los labios de Dante en la obscuridad para poner su dedo sobre ellos—. No digas nada, sólo vivamos esta noche.

Jeff puso sus labios sobre los de Dante, quien sintió a su corazón palpitar de pasión después de mucho tiempo en el que sólo había sentido los labios secos y vacíos de una persona que sólo lo besaba considerándolo como un objeto para desahogar sus deseos lascivos. Ambos no despegaron sus labios  durante todo lo que duró aquel largo apagón, ni siquiera prestaron atención a los gritos de todos los que festejaban en el gimnasio, por un momento Dante se permitió dejar de pensar y vivir el momento el cual se volvía mágico a pesar de ser con un desconocido.

Ambos separaron sus labios al volver la electricidad, Dante pudo ver a Jeff de frente y entonces, ya con las luces iluminándolos, lo invadió la sensación de que algo estaba mal en lo que hacía.

—Jeff, creo que debemos detener esto —pidió Dante.

—Claro, sin problema —accedió Jeff soltando a Dante de sus brazos—. ¿Mi aliento es malo?

—No, para nada, es sólo que yo no sé si me siento listo para vivir una experiencia nueva, ni siquiera aunque no nos conozcamos.

—Está bien, creo que entiendo.

—Y yo creo que debería buscar a Ariel —continuó Dante.

—Lo más probable es que siga en el baño.

—Si es así entonces volveré contigo, te busco en la fiesta —dijo Dante comenzando a apartarse.

—¿Por lo menos puedo tener tu número?

—Le diré a Ariel que te lo mande, lo juro —prometió Dante sabiendo que no cumpliría su promesa.

ESTA NOCHE FUE UNA MIERDA

Ariel y Dante se encontraron en uno de los innumerables pasillos al aire libre del instituto, al verse ambos sonrieron y una sensación de alivio recorrió sus cuerpos.

—¿Cómo te fue con César? —preguntó Dante.

—Te lo cuento sólo si nos largamos, ya no quiero estar aquí—pidió Ariel.

—No podría estar más de acuerdo.

En el auto tanto Dante como Ariel le contaron al otro su experiencia con su acompañante generando diferentes reacciones en cada uno, mientras que a Ariel le extrañaba que Dante hubiera dejado pasar una oportunidad con Jeff a Dante le sorprendía que Ariel y César no hubieran vuelto.

—Bueno, por lo menos tú ya viviste mi fantasía de ponerle duro a alguien en un baño —dijo Dante.

—Y tú cumpliste la fantasía de muchos estando con Jeff, no puedo creer que lo dejaras ir.

—Es un tipo muy guapo, es atento, es talentoso y no es nada hueco pero estando con él nuestro lapso de menos de una hora me di cuenta de que la próxima vez que intente algo con alguien quiero conocerlo bien, mi error con Bernardo fue dejarme llevar y no quiero que pase de nuevo.

—Ya veo.

—Por cierto ¿Tienes algo con que limpiarme esta grasa de zapato del rostro?

—Sí, en la guantera también hay toallitas de bebé ¿Sirven?

—Sí.

Dante tomó las toallitas del bebé de la guantera y comenzó a pasarlas por su rostro para desmaquillarse, mientas se desmaquillaba Ariel tuvo que frenar el auto a cusa de un alto en el semáforo, entonces Dante de reojo vio su reflejo en el espejo lateral, el ver su reflejo rompió alguna fibra en su corazón y comenzó a llorar frente a Ariel sin poderlo ocultar comenzando a derramar lágrimas cual diluvio.

—Dante ¿Qué te pasa? —preguntó Ariel extrañado, pues nunca había tratado al lado vulnerable de Dante,

—Cuando yo vivía con Bernardo él me golpeaba y constantemente tenía que maquillarme para salir sin que la gente me viera extraño, fue así como aprendí a maquillar y a difuminar tan bien para ocultar los golpes, es sólo que estoy llorando porque no recordaba lo que es desmaquillarse y ver tu rostro totalmente sano.

—Eso es lindo —dijo Ariel en verdad sintiendo sus palabras, pero a su vez procurando ocultar de Dante que ya conocía esa información—. Así como eres no dudo que encuentres pronto a alguien.

—No puedo creer que te cuente esto a ti.

—Está bien, si quieres algo como recompensa por haber abierto una parte tan importante de ti te puedo contar que yo antes era un alcohólico.

—¿Tú? —interrogó Dante sorprendido.

—Sí, de hecho dejé de beber justo el día en que te conocí, ese día me di cuenta de que mi adicción tenía consecuencias en otras personas y decidí cambiar, tal vez tú estás cambiando pero de un modo diferente.

—Supongo que sí —contestó Dante secando sus lágrimas—. Sé que el tiempo de conocernos es poco pero quiero que sepas que eres un gran amigo, y que aunque no duramos ni una hora en tu reunión este ha sido un día divertido.

—¿En serio?

—Sí, nunca me habían dejado solo con un apuesto y completo extraño con quien terminé besándome y descubriendo que aún no estoy listo para algo nuevo, en serio me divertí.

—Me alegra que así sea, tú descubriste que estás avanzando pero a tu ritmo.

—Y tú que nunca debes caer con un ex de nuevo porque no cambian.

El par de amigos continuó hablando hasta que Ariel llevó a Dante hasta la puerta de su casa, grandes cosas los habían esperado después de su peculiar cita.

Notas finales:

Son las 05:30 am, no he dormido y debo despertar a las 10:30 am, no he revisado nada y escribí dos capítulos en una anoche, si hay errores me los indican para que los corrija cuando tenga tiempo. Gracias y creame, sólo dejé esto un tiempo por mi cumpleaños, esta historia la voy a terminar.


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