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Solo Por Ti por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

PAREJA: Bill/ Regulus


DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3


ADVERTENCIAS: Es un AU (universo alterno) En un mundo sin magia donde se rigen bajo las normas del Omegaverse. Hay relación chico-chico, sexo explícito y probablemente palabras altisonantes. Están advertidos!


CAPÍTULOS3/4


RESUMEN: Casarse con la chica de sus sueños era lo que seguía en esa etapa de su vida o es lo que Bill creía, pero, si tanto amaba a su prometida ¿Porque no podía dejar de pensar en Regulus Black? Aquel hombre que vendiendo todo de sí para ser alguien importante, ignoró en el camino su propio corazón…


Notas de la Autora: Hola hermosas personitas! Finalmente y después de muchísimo tiempo estoy nuevamente publicando esta historia, la cual como siempre resulta, fue mucho muy difícil retomar... Pff** pero en fin! Me disculpo de antemano por lo extraña, rara y diferente que haya quedado, procuré adaptarme a lo que ya había escrito pero pues por el tiempo dificulta que quede con fidelidad, sin embargo se los traigo con mucho afecto!


Mil gracias por comentar: mestefaniab mil gracias! Te adoro! :D


A leer se ha dicho!

 


La Única Excepción

III

Un maravilloso deseo era lo que pedía.

Imposible en todo sentido, inalcanzable por la atadura en su cuello que el mismo se realizó y muy utópico si lo pensaba con tranquilidad lejos de sus hormonas desenfrenadas de un sentimiento que nunca experimentó.

Estaba jodido.

La pila de documentos en su escritorio entre más disminuía de una columna y aumentaba la otra, más se sumía en sus pensamientos caóticos sin dejar de teclear en su ordenador.

Fueron solo tres días que no veía a Regulus a causa de su celo y comenzaba a desvariar. Lo afectó de la peor manera posible tras aquella muda apuesta que estaba seguro ya que nada volvería en su vida a ser igual y se maldecía por eso.

¿Porque accedió en primer lugar? Por tonto.

Toda experiencia sensorial decantaba en él. Su aroma floral manando de cada poro de su piel clara piel, su candor brillante e intoxicante, su cínica sonrisa... incluso sin proponérselo, sus cabellos rizados aun cosquilleaban su mejilla.

Nunca fue una persona apasionada por algo que no fuera su trabajo o alguna actividad recreativa, pero con un solo beso consiguió despertar mucho más de lo que en sus 27 años jamás sintió. Amor cegador y embriagante, celos corrosivos y delirantes, una profunda comprensión, calidez y un peculiar instinto de protección.

Era novedoso, excitante y una terrible traición a su ahora prometida que de enterarse se le rompería el corazón.

Jamás fue afecto a mentir pues al hondear la bandera de la honestidad en todo lo alto le hacía considerarse un buen personaje de sociedad, pero ahora al poner todo sobre la balanza; su persona y su moralidad podían irse al carajo.

No lo diría, no le diría a nadie su sentir, que cual veneno toxico y nocivo como era, corrompería todo lo que le fue entregado sin siquiera pedirlo.

"No pasó nada" Fue lo que le dijo a Fleur y lo sostendría. Fue solo un momento de debilidad que sucumbió a aquello que deseó hacer nada más ver aquellos ojos de profunda soledad que indagaban en su alma con una voracidad que solo podía temblar ante su escrutinio.

-Deja de una buena vez lo que estés haciendo, Billy- Aquella voz en su oreja lo erizó de pies a cabeza. Tuvo que carraspear para que no se le notara la ansiedad.

-Mi jefe me tiene trabajando como esclavo, lo siento- tecleó con más fuerza de la necesaria, acallando el martilleo absurdo de su corazón. La ufana sonrisa le pareció nueva y fresca como si hubiera sido la primera vez que la veía, que prefirió desviar la mirada.

-Descuida, tu jefe te da permiso de acompañarme-

-Pero aún falta sacar la cotización del siguiente mes, jefe. Las forma de la "j" a la "m" aun no estan ordenadas y revisadas por contaduría... y ya ni hablar de los informes del tercer trimestre… créame, no puedo hacerlo-

-No te preocupes bombón, que esto corre por cuenta del vicepresidente- el guiño en su ojo le dio a entender que le acarrearía después serian serios problemas.

Tal parecía que las condenas de su alma mortal seguirían subiendo al paso que iba.

…≈~°°*°°£Ï3°°*°°~≈…

El aire fresco movía su cabello y no sabía exactamente como accedió llegar ahí donde descansaba en la cima del risco que ambos acababan de trepar.

El aroma a pino fresco de las laderas y el viento gélido golpeaba su cara haciéndole entrecerrar los ojos. Llevaban más de cuatro horas en ese recorrido de senderismo que podía notar que ya estaba atardeciendo.

Cuando Regulus Black aseguró que se divertiría mucho, aquello nunca hubiese cruzado su mente. De hecho no podía inferir mucho de su estado de animo pues tan criptico y misterioso, no reveló nada de lo que había sucedido en su ausencia, ni siquiera se molestó en hacer preguntas.

Su padre muchas veces le pidió que no cuestionara algo si temía la respuesta, por tanto con mucha fuerza de voluntad lo siguió sin hablar y para su sorpresa, se había divertido como hacia años no lo hacia.

-¿A que sientes que vuelves a vivir?- suspiró dándole un trago a su botella de agua y se recargó hacia atrás sin perder de vista como las tonalidades turquesa y blanquecinas se fusionaban en una danza con las llamaradas moribundas del sol.

-No es exactamente lo que tenía en mente, pero si- asintió dejando que la briza acariciar su cara y revitalizara su cuerpo cansado –siempre lo imaginé como alguien que disfruta de los espacios cerrados, bares y ceremonias. Cosa snob o guarradas- soltó una risotada como aquellas que siempre le lanzaba a su llamada "inocencia" que era siempre un golpe a su orgullo al ser tratado como un crío.

-Soy más que eso querido Billy- estiró al aire ambos brazos –soy un hombre mucho más complejo de lo que creerías. Me encantan las caminatas, las emociones extremas, escalar… es excitante como una buena encamada; o incluso mejor- sonrió jovial.

-Una buena encamada. Su francés siempre me deja atónito- volvió a reír con ganas como si hubiera sido una buena broma –¿Y qué es lo que hacemos aquí? ¿No deberíamos estar ya en la compañía?-

-Te daré 3 razones por las que estamos aquí, guapo. La primera: adoro el último trimestre del año es cuando mis verdaderos socios que me admiran por mis habilidades y conocimiento, vienen a renovar los viejos negocios y realizar nuevas transacciones, por tanto en pocas palabras mi trasero podrá tomar vacaciones- Bill apretó los ojos para divertimiento del mayor.

No le gustaba sentirse aliviado por esas palabras, mucho menos imaginar su trasero que tantas veces había visto desnudo. No le gustaba y no lo aceptaría.

–En segundo: porque tenía tiempo que no tenía un momento para mí mismo y que mejor que haciendo lo que me plazca, compartiéndolo con mi muy competente asistente, con el corazón de un santo en un empaque de super estrella del heavy metal- chasqueó la lengua.

-Supongo que le deberá de dar mucho gusto al vicepresidente que me prefiera a mí que a el como compañía...-

-Y a eso va mi tercer punto. Ese bastardo le viene un buen castigo por violar la única regla que le tengo…- sus ojos amatista ardían e furia -¿Quién se cree al correrse dentro sin condón? ¡Odio que haga eso cuando estoy en celo! Bueno en general lo odio, pero a los socios no se les puede negar la gran cosa si quiero seguirles ordeñando dinero; pero esto no es de amigos... tuve que tragar píldoras como un completo imbécil- gruñó furioso -¡Pero me las ha de pagar!- Bill contuvo la repulsión que sintió.

"Así que por eso lo mando al cuerno y sus obligaciones…" medito apretando los puños. Si bien conoció al pelinegro vendiéndose al mejor postor, no le hacía ningún bien saber que sus detalles íntimos con alguien que le caía como un hígado y que para su sorpresa el sentimiento era mutuo.

-¡BARTY CROUCH ES UN MALPARIDO, GAMBERRO HIJO DE PU…!- tan pronto como pudo le tapó la boca.

-¡No grite! ¿Qué dirán los aledaños?- el mismo quería gritar, pero consideraba que no era la forma de hacerle pagar.

-Eres tan dulce Billy. No tengo vecinos de ninguna clase. Todo este maravilloso pedazo de paraíso es mío y solo mío- tuvo que frotar sus ojos ante tal revelación y miró con detalle el paraje que se alzaba.

Bosques, colinas y riscos. Ni una sola construcción mas que la de Regulus a al menos 50 kilómetros a la redonda. ¿Era humano a caso? ¿como podía costearse todo eso?

Sabía que la pregunta era tonta, pero no pudo evitar hacerla.

-¿Qué tan rico es?-

-¿En pocas palabras? Nado en dinero. Podría usar billetes de mil para encender mis cigarrillos o limpiar mi trasero sin problemas ¿quieres intentarlo?- sus perlados dientes brillaban mas que su futuro y negó con la cabeza

-Es una exageración...- el omega se alzó de hombros restándole importancia.

-Es lo que es. He trabajado toda mi vida para lo que tengo y estoy satisfecho- asintió y nuevamente apareció por escasos segundos aquella soledad que constreñía su corazón. Una soledad que no podría disipar sin exponerse en el intento; algo que no permitiría pese a que el honor en su naturaleza pedía a gritos arriesgarse.

-Entonces querido Bill ¿Qué prefieres?- nuevamente el cinismo tomó las riendas y pudo volver a respirar con normalidad -¿te regreso a la oficina a trabajar como esclavo junto a Barty? ¿o prefieres pasar un maravilloso mes conmigo antes de que termine el año?- la respuesta era obvia, pero prefería hacer rogar un poco más esos preciosos ojos amatista.

-No lo se. Mi salario no me da mucha libertad que digamos- sonrió juguetón con esa mirada clásica que siempre le dedicaba, listo para seguirle la corriente.

…≈~°°*°°£Ï3°°*°°~≈…

Dos semanas pasaron y el mes lucía prometedor. Cada día era diferente al anterior que adivinar, era imposible.

Trabajaba solo 3 horas en la oficina y las demás las pasaba exclusivamente en compaña de su jefe. No es que antes no lo hiciera al ser su asistente, pero ahora cada que asistía a trabajar, no le parecía como tal. Viajes a campiñas francesas, almuerzos en refinados restaurantes con demasiados alfas prepotentes que preferían ignorarle casi deseaban tragárselo al notar su naturaleza de beta, recorridos sublimes en lugares de Inglaterra donde jamas había estado. Idílico.

¿Porque lo hacían? No estaba seguro. Regulus aseguraba que era su forma de despejar su mente y que obraba grandes resultados en sus inversiones, mientras que su presencia le ayudaba a no cometer una locura contra Barthemus Crouch Jr quien cada vez que se cruzaba en su camino, parecía escupir fuego.

Mentiría si dijera que no eran unas agradables vacaciones de ser una agenda humana, un sirviente, el jefe de limpieza y espectador de puestas en escena solo para adultos, pero consternado censó que entre mas se divertía, mas se complicaban las cosas al regresar a casa, que las dudas y reproches de Fleur nunca tardaba en caerle.

Tenía la soga al cuello y cada momento se estrechaba medio milímetro mas que sabía que mas temprano que tarde terminaría por ahogarse.

Suspiró.

Las bebidas no faltaron, una tras otra, que las mejillas de Regulus estaban rojas y la sonrisa que siempre aparecía espontanea, ahora era mas frecuente.

Una tarde de jacuzzi no estaba en su panorama, mucho menos acceder a un juego extraño que le retó a jugar, muy parecido al "yo nunca" que no tenía ni idea de cuanto deseaba golpear su cabeza contra la fina pared de mármol por haber accedido a esa nueva especie de tortura enceguecedora.

"Por todos los dioses" se estremeció agradeciendo lo denso del vapor que hacia que su palpable erección no fuera obvia.

Era imposible evitar mirar a Regulus y por más que insistía en ser fuerte, sus ojos en automático regresaban a ver aquellos hermosos pezones; erectos y rosados que sobresalían del agua cálida en la que nadaban. No era la primera vez que lo veía desnudo, pero ahí solos, no podía concentrarse en nada más.

Eran preciosos, suculentos; que era como si gritaran con fuegos y luces "ponme en tu boca, Bill. Sabes que quieres hacerlo. Puedes apostar que soy delicioso… solo tienes que probarme"

Un comercial lascivo y muy terrible para su serenidad. El instinto salvaje quería dejarse llevar, pero la poca decencia y la imagen de Fleur en su mente lo frenaban.

-Que pervertido resultaste, primor. Mi cara está aquí. Aunque no me sorprende que estés tentado por mis pezones. No serias el primero-

Gruñó procurando que no se le notara la molestia por esa inferencia certera a su salvaje divagación y al mismo tiempo se recordó tutearlo como le exigió mas de una vez.

-Solo me admiro verte así sin nadie embistiéndote por detrás, manchando las formas que después yo tendría que recoger y desinfectar con cloro- rio divertido.

-¿A qué hacemos un gran equipo?- Bill arqueó una ceja incrédulo por tal "equipo" que formaban -es una ocasión especial- mordió su labio inferior –y me encanta que no estés cohibido mostrándome tus asombrosos pectorales. Tus horribles camisas de leñador no le hacen justicia a tu musculosa figura, ¡yum!-

-Hago ejercicio- carraspeó tratando de parecer tranquilo.

-Claro, tu francesita debe de trabarte mucho para mantener la forma... Seguro y te ata a la cama para darte servicio-

-No es necesario, me gusta ejercitar- tuvo que mentir. Ese terreno árido era un tema tabú para él, pero la respuesta pareció complacer al omega que jugueteando su copa vacía, tomó el palillo con una aceituna y la devoró de un mordisco.

-Vale, vale. Entonces regresando al juego, diré que yo nunca tenido una pareja o algo similar. No lo he necesitado- sonrió relajado abriendo la nueva botella de vodka que no dudó en vaciar en su copa. Bill suspiró y le dió fin a su trago.

No le agradaba el juego, pero era adictivo conocerle que por tanto no se permitía decirle que no y dócil contestaba con honestidad.

-¿Como se llamó tu primera novia? Porque no te creo que tu dulzura francesa sea la primera- bailoteó sus cejas.

-No... Fue una chica llamada Mary Stewart. No duramos mucho, como la mayoría de mis novias posteriores, pero pues fue la primera- se dijo tratando de recordar el rostro de aquella chica que ahora permanecía solo como un nombre en su memoria. Era triste, pero eran la clase de cosas que hacían los chicos tratando de experimentar las delicias de la vida antes de tiempo.

Además su prioridad en su vida estudiantil siempre fueron los deportes, cuidar a sus padres y evitar que sus hermanos menores se metieran en muchos problemas.

-Seguro también fue tu primera experiencia en todo la muy afortunada señorita Stewart- Bill bufó.

-Solo se puede realizar una pregunta por turno, lo siento- el pelinegro amplió su sonrisa y asintió. -De acuerdo Billy, pero mas te vale que tu siguiente pregunta sea picosa, porque le quitas lo divertido al juego. Que clase de aseveración es: "yo nunca he usado un Lamborghini" o "yo nunca he ido a Italia" o "Nunca he comido ostras" ¡Por dios, que sueño!- fingió dormir sobre su hombro.

-Entendido. ¡Que humor! Yo nunca... mmm...- se lo pensó un momento - yo nunca he tenido sexo con otro hombre- hasta ese momento se había abstenido de hacer preguntas subidas de tono, pero ante la insistencia y la total deshinibición de sus filtros gracias al alcohol, comenzó a deambular en aguas peligrosas.

-Aww. Gracias Bill. Quería una pregunta así- apuró su bebida -aunque he de decir que me sorprende mucho que nunca hayas estado con un hombre, solo mírate. Debes de tener admiradores de toda clase-

-Nunca me fijé en admiradores. Además nunca sentí atracción hacia ningún hombre como para experimentar- "hasta ahora" se dijo mas abochornado de lo que deseó estar.

-Es por que no has probado una buena polla, querido mío- rió -o un buen culo-

-Esa no es la cuestión. Solo es algo que no había contemplado ¿Y tu porque no atiendes mujeres? Es lo mismo-

-¿Quien dice que no? He probado todo lo que hay en el reino del señor, William y prefiero que me de bien fuerte un hombre a una mujer. No se... me gustan las cosas duras, imponentes y los músculos- se alzó nuevamente de hombros -cuestión de gustos-

-Mucha información- dijo sintiéndose súbitamente mareado, pero Regulus pareció ignorarlo.

-Si eso te sorprendió, diré que: yo nunca he tenido sexo en una cama; ni siquiera con el bastardo de Barty... lo considero algo muy intimo... llámame chapado a la antigua si quieres- soltó una carcajada. Consideraba cientos de cosas a Regulus Black, pero "chapado a la antigua" no era una de ellas.

Sin decir nada tomó la siguiente bebida.

-¿Y cual es el lugar mas intenso en el que lo has hecho, bombón?-

-En el ascensor de un hotel en Mónaco. Tuve que negociar con el vigilante para que me diera la cinta y usar mucha persuasivo- ahora fue el turno de Regulus de desternillarse de risa.

-Mírate nada mas Bill, que pillo resultaste. Dándole profundidad al chico bueno de la oficina; me gusta, me gusta mucho eso-

Tenerlo tan cerca, respirando su aliento, incluso así como estaba divirtiéndose a costa suya era algo que no cambiara por nada en el mundo. Recordó el beso que compartieron, aquel que no era conmensurable con ninguno otro que hubiera dado y escapó de su boca una realidad que dolería en el alma a cualquiera que lo escuchara.

-Yo nunca me he enamorado... al menos creo no realmente- Regulus ladeó la cabeza intrigado, parando su risa al instante, percibiendo la seriedad de su confesión -he querido, me han gustado y he deseado a muchas, pero creo que nunca he amado con la intensidad de la palabra...-bufó con sus fosas nasales -después de todo mi predicamento y mi critica... ¿que tonto no?- suspiró llevándose la mano a la frente -creo que la bebida ya se me subió y...-

Pudo ver como tomaba un trago de la botella y aguantó la respiración.

-Pero creí que...- ¿Había estado alguna vez enamorado el omega solitario que aseguraba que el amor era una ilusión? Le parecía improbable, pero ahí estaba tomando hasta la ultima gota de su copa.

-Todos tenemos un pasado del que nos avergonzamos y que nos hace crecer... pero eso lo dejaremos para otro momento- sonrió acariciando su mejilla -eres encantador, Bill y estoy seguro que eso son solo dudas que surgen antes de casarte- quería rebatirle, pero era fútil siquiera intentarlo porque Rugulus ya se había ido.

-Eres un gran imbécil William Weasley... se dijo hundiéndose en el agua esperando que de donde sea que haya salido esa confesión, se cerrara para siempre y le permitiera regresar a su usual realidad.

…≈~°°*°°£Ï3°°*°°~≈…

La fiesta anual de navidad en la oficina era un tema que sonaba a lo largo y ancho de la empresa, profesando que era la mejor de trabajar ahí y estaba decidido a creer las habladurías.

Tras su traspiezo, decidió irse con cuidado y llevar la fiesta en paz. Tal vez no amaba a Fleur como le gustaría, pero la quería lo suficiente y se iba a casar con ella. No había vuelta atrás. Lo que sea que le transmitiera su jefe eran fantasías de su mente calenturienta fabricado con un absurdo deseo de tener algo que no podía ser suyo.

Ademas su futura esposa ya se encontraba de mejor humor y finalmente habían hecho las pases aceptando lo feliz que era en su trabajo y por táctica decisión omitían el hecho de que el omega mas exitoso de Inglaterra era su jefe.

Todo parecía estar bien.

Miró su reloj y deseaba no haberse dejado arrastrar por Regulus a la tercera tienda de disfraces que encontraron.

-¿Que se supone que eres?-

-Soy un conejito, mira- dijo divertido sacando una zanahoria de juguete. Cuando pensaba en un adulto disfrazado de conejo, lo primero que venía a su mente era una botarga, pero tener al pelinegro con su mas coqueta expresión, con un muy ajustado leotardo satinado de color obscuro y con medias de rejilla, no era lo que deseaba ver -¿A que me veo lindo?-

-Claro, si estas posando para una revista PlayBoy-

-No seas tonto Bill- Se regresó a ver al espejo -bueno, puede que tengas razón y sea algo exagerado. No quiero que a uno de nuestros inversionistas le de un paro cardíaco- le guiñó el ojo su reflejo y bufó exasperado.

Su cerebro entendía el dilema que enfrentaba y permanecía neutro, su corazón por otra parte latía presuroso y acalorado. No estaba siendo justo su organismo y se detestaba por ello.

-¿Que te parece este de policía? ¡Pon las manos en alto y prepárate para un registro!- sonrió desenfundando una pistola que parecía una replica muy bien hecha.

-Claro, seria muy efectivo si no tuvieras solo un par de placas cubriendo tus pezones- su pálida piel sin macula le hizo tragar con dificultad.

-Eres tan quisquilloso- negó con la cabeza volviéndose a meter al probador.

-Lo que no entiendo es porque tengo que ser yo quien juegue lo que usaras para la fiesta-

-Porque confío en tu decisión y que no me dejaras salir muy provocador- "lo que no me gusta es que esta jugando con mi corazón y ya no no soporto" chilló en su subconsciente. Agradecía aun tener control sobre su miembro más caliente de lo usual ya que no estaba seguro cuanto podía soportar y armar una muy embarazosa escena parecía estar solo a la vuelta de la esquina.

-¡Detengan los perros de caza, tenemos un ganador!- sonrió lleno de si mismo. Era una ironía andante. Un traje prístino de ángel muy corto que apenas cubría sus deliciosos muslos, con un par de botas y alas blancas a juego y una linda aureola sobre sus marcados rizos -estoy aquí para purificar tu alma, hijo mio- sonrió con cinismo.

Rodó los ojos.

-He sido salvado- contestó con ironía causándole gracia -me alegra que encontraras lo que estaban buscando y solo nos llevó...- revisó su reloj de pulsera -3 horas y 45 minutos-

-Suficiente con el sarcasmo, guapo. Quería verme lindo y esto lo consigue. Estoy muy satisfecho- asintió dándose un visto bueno -aunque no entiendo porque no aprovechaste para comprarte algo; porque quieras o no tienes que ir a la fiesta como mi flamante y muy competente asistente-

-No me la perdería. Ademas ya tengo disfraz- lo pensó. No era la gran cosa, pero su hermana Ginny tenía buen gusto y se lo había pedido por Internet.

-¿Es un traje de pareja con tu Dulcinea?-

-Algo así- se alzó de hombros. No había discutido aun con Fleur la fiesta ni nada, pero daba por sentado que con su buen humor, no diría que no. A ella le gustaban las fiestas y esa satisfacción de ser el centro de atención por su impresionante beldad, así que no era algo que le preocupara. "Aunque trajes a juego, lo dudo"

-¿Y no me vas a decir? ¿Aunque sea una pista?- pestañeó coqueto esperando sonsacarle algo jugoso, pero no le diría ya que ni el mismo estaba seguro.

-No. Quiero que sea una sorpresa-


 

Notas finales:

Es todo por el momento! Nos vemos en la siguiente parte de esta peculiar parejita :D

Besos!

Pd. Espero que hayan tenido una muy bella navidad y que tengan un precioso año nuevo ;3


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