Si Tú Me Quisieras
III
Con precavido entusiasmo Neville se admiraba por como progresaban las cosas. Por unos instantes pensó que cierto beta estaría con la guardia arriba por su atrabancada confesión de amor, pero no fue así.
Podía inferir que Snape aún estaba molesto por su arrojo pese a no demostrarlo, pues permanecía igual de seco que siempre, con su ceño fruncido dispuesto a señalar por todo lo alto sus errores; tal cual en la clase.
Aunque si lo pensaba detenidamente, su situación si mejoró un poco puesto que aumentaron para su emoción los momentos en que lo motivada con un "no está del todo mal" o un "muy bien Longbottom, ya no eres el mismo mequetrefe de antes" o cosas como esa que le hacían sentir complacido.
Cada día que transcurría estaba más enamorado del químico que le hacía pensárselo antes de actuar. Comprendía que ser precavido en su manera de acercarse era clave y aunque ya lo amenazó de lograr que sus sentimientos fueran mutuos… ¡no tenía la menor idea de cómo hacerlo!
Sabía que era un alfa, pero eso no quería decir que venía con un manual de como funcionaba la vida ni le daba ninguna ventaja real sobre un obstinado beta; además estaba seguro que de sorprenderlo de mala manera, retrocedería el escaso progreso que logró en esos 6 meses de acercamiento y sin falta Snape se cerraría en su concha para no volver a confiar nunca en él "o seguro me manda a freír espárragos..." se lamentó.
Mientras lo veía mover sus finos labios recitando las leyes de la termodinámica en voz suave, se le ocurrió una idea arriesgada ¿que era lo peor que podía decirle?
-¿Sabe lo que me motivaría infinitamente?- dijo como que no quiere la cosa desviando la mirada al lápiz que golpeteaba contra el papel sin ninguna línea escrita.
-¿Poner atención cuando alguien, con la poca paciencia que le queda, te está tratando de explicar algo para que entre en tu cabeza hueca?-
-Profesor no sea así. Si estoy aprendiendo y tiene que admitir que he mejorado. Ya logré sacar finalmente un 8. ¿Eso es bueno no?- el mayor bufó como no creyéndole mucho pese a ser el quien calificaba.
-¿Que más quieres Longbottom?-
-Me gustaría que me diera algo- Severus arqueó la ceja incrédulo -y antes de que diga algo, no me refiero a algo físico...-se ruborizo al pensar en el doble sentido en el que lo podría tomar y al recordar sus arreboladas facciones y expresión de placer bajo de él, comenzó a tartamudear –err... ah… s-s-sé que eso está fuera de cualquier negociación; además no quiero nada palpable pues no me gustaría que gastara su dinero en mi... Lo que me gustaría y determinaría como una meta, es algo simple que supongo no le molestara... O no tanto como es habitual-
-¿De qué se trata?- parecía algo interesado mirándolo por el rabillo del ojo.
-Me gustaría que pudiéramos tutearnos ya sabe... que usted me llame Neville y yo... S-Severus...-
"Dios fue más vergonzoso de los en pensé" se dijo sin abandonar el rubor de sus mejillas. Los ojos azabache se abrieron desmesuradamente antes de entrecerrarse como rendijas apenas visibles pero muy penetrantes.
Ya se estaba arrepintiendo de haber pedido algo, pero ya no podía retractarse.
-Tienes agallas para pedir algo así Longbottom- hizo hincapié en su apellido como un certero golpe a su pecho, pero no se amilanó, no a esa altura del partido.
-Pero sólo sería en nuestras sesiones... ¿En serio es tan malo?- "porque no me gustaría que se volviera un hábito para los demás querer llamarlo por su nombre" se dijo celoso al pensar que alguno de sus compañeros llegara a ver con distintos ojos al beta, no le gustaba para nada la idea.
Después de deliberar detenidamente con el ceño fruncido, Severus Snape suspiró un largo suspiró derrotado. Parecía estar a punto de llegar a una inflexión mental y prefirió exteriorizarlo.
-Está bien. Pero sólo si en el próximo examen sacas 9- Neville palideció ante la maliciosa sonrisa.
-Vaya que es perverso...-
-Tómalo o déjalo Longbottom- exclamó alzando la nariz creyendo que con eso lo desalentaría, pero sería todo lo contrario, estaba listo siempre para sus negativas y dispuesto para enfrentar los demonios que le pusiera encima.
-Lo tomo- dijo seguro de sí mismo. No se daría por vencido.
El reloj de pared de la pulcra casa repiqueteó a las 5 en punto dando a entender que el tiempo de la sesión de ese sábado había culminado. Los dos se concentraron solo en eso antes de regresarse a ver. El mayor con un gesto cansado cerró su libro antes de regresarlo a su estante.
-Recoge tus cosas y largo de mi casa Longbottom- exclamó con pausada calma.
-Vale profesor. Que este bien, que tenga buen domingo y...- hizo una pasa recordando algo que cosquilleó en su cabeza -¡se me olvidaba! Quería darle algo- rebuscó entre las cosas de su mochila y le extendió una bolsa arrugada al mayor que sólo lo miraba inquisitivo- es por lo de la otra vez... Ya sabe... El pantalón que le debía... No se lo pude dar antes porque estuve ahorrando mi mesada para poder comprarlo yo mismo- sonrió nervioso.
Los ojos del beta se abrieron desmesuradamente al notar un conjunto de color gris de pants y sudadera antes de volver su mirada con una lúgubre aura.
-¿Es enserio?- remarcó cada palabra con los dientes apretados.
-¿Que tiene? Creí que le gustaban las cosas cómodas para estar en su casa y estaban de oferta los conjuntos... Además le he visto usar muchas sudaderas-
-¿Pero es en serio que esperas que un hombre de casi 40 años use una sudadera con orejas de gato?- Neville ladeó la cabeza con curiosidad sin comprender a lo que se refería. En su imagen mental nada le gustaría más que ver a Severus Snape con orejas de gato.
-¿Qué tiene de malo? Creo que se verá lindo…-
-¡Largo!- lo empujó a través de la puerta sacándole de la casa para cerrar la puerta de golpe. Neville rio por la ofuscación y no podía importarle menos el golpe en la nuca. Sí que hizo una buena elección.
-¡Nos vemos el lunes en la escuela profesor!-
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Por un momento pensó que las cosas se tornarían extrañas y forzadas, pero Severus con sorpresa notaba que el alfa prepotente se mantuvo calmado y hasta bien portado sin reiterarle sus presuntos sentimientos logrando que conciliara su habitual humor. "Menos mal" se decía animado.
Las clases transcurrían casi normales, salvo que más de una vez pescó al muchacho viéndole con cara de tonto (más de lo usual) y aunque le incomodaba, no le molestaba realmente; era una sensación extraña por lidiar.
"Habrá de admitir que se esta esforzando y casi ya no le cuesta trabajo seguir el ritmo a las clases" se dijo meditabundo. Si que cuando se lo proponía era muy perseverante y testarudo, pues aunque lo rechazó olímpicamente y cada una de sus pequeñas muestras de afecto, este como si nada, con su dulce sonrisa lo seguía con redoblado ánimos.
-Es increíble la juventud de ahora- murmuró dándole un sorbo a su ginger ale. El lugar acordado ese Sábado era muy ameno, sin nadie metiendo las narinas donde no se le requería, con su media luz adecuada para dar la sensación de cómoda intimidad, sin caer en lo vulgar. Le dio el visto bueno.
-¿Que dijiste Severus?- cuestionó Lucius con su vino tinto y su mejor cara de aburrimiento.
Solían reunirse cada que estaban libres y como amigos incondicionales de años y en esa ocasión fue una clara excepción a la regla, pues era antes de la fecha acordada.
-Nada importante- se alzó de hombros.
-Te veo distraído Severus- lo miró de soslayo -¿algún nuevo amante delicioso que te está haciendo creer en las maravillas del amor?- ironizó con una burlona sonrisa dándole un sorbo a su trago sin apartar su gris escudriño.
Se lo pensó dos segundos. La cosa no iba por ahí.
-No es nada de eso- declaró. "Al menos no específicamente" se dijo torciendo el gesto.
Comenzaba a desesperarse porque de cada 5 pensamientos que tenía, uno de ellos sin falta, siempre recaía en su mequetrefe estudiante Longbottom. ¿Apreciaba que estuviera aprendiendo y que sus calificaciones siguieran mejorado? claro que si; era su deber como docente y por obvias razones no eran amantes, claro que no. Porque Severus Snape no podía enamorarse así como así... ¿verdad?
Se estremeció. No, claro que no podía imaginar algo así.
Cuando el menor encontrara algo mas interesante que su persona o alguna cosa tierna y joven, seguro olvidaría sus mentecatos sentimientos de amor que profesaba "Estoy seguro de ello" se dijo con un suspiro. Aunque por supuesto, eso no le restaba el hecho de que Longbottom estaba como quería, tal cual un helado en un día cálido que no le importaría lamer todo si cuerpo...
Negó con la cabeza.
-Como sea...- carraspeó ignorando el calor que se disipaba por sus mejillas -¿Para qué me citaste Lucius? Dudo que haya sido para ponernos al corriente ya que eso lo pudimos hacer por teléfono-
-Cierto. Bien que me conoces Severus- asintió el rubio decidiendo ir directo al grano -Reg me llamó y dice que ya regresa dentro de una semana de su largo Tour de beneficencia o las tonterías que sabrá Dios está haciendo- se alzó de hombros -y quiere que la banda toque una vez más como en los viejos tiempos -
-Ya estamos muy viejos para eso…-
-Habla por ti amigo mió- sonrió con sorna -de todas maneras dudo que trasnochemos como antes, Draco tiene recital de violonchelo y ya me amenazaron que no puedo faltar-
-¿Fue Narcisa o el Pulgoso de Black?- el rubio hizo una cara de asco.
-Ni menciones a ese pesado... ya es una lata saber que esta enlazado con mi hijo y más aún que tenga la osadía de que le cuente a Draco de Remus. ¿Qué tonterías son esas?- negó con la cabeza. Ni que hacerse con los enlaces de por vida y Severus casi sentía lastima por su amigo.
Tendría que recorrer sus clases con Longbottom nuevamente porque estaba seguro que haría un drama y le iría a llorar a Lupin si cancelaba por dos semanas seguidas.
-Vale, pero no me puedo quedar hasta muy tarde-
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Estando nervioso como se encontraba Neville, solo pedía que no le hubiese ido muy mal en el examen.
Sabía que debía dar gracias si lo pasaba pues había estado más difícil que todos los anteriores juntos. Era como si Severus Snape hubiese querido sabotear la apuesta de tutearse.
"Claro… eso suena a algo que él haría" se dijo apesadumbrado viendo como Hermione leía precipitadamente sus respuestas, era claro que no le fue tan bien como espero. "Si ella está así, ¿Qué pasará conmigo?" se preguntó mordiendo el costado de su dedo. Una mala costumbre, pero nada podía hacer más que esperar a que el químico dijera su nombre.
-Cálmate hombre que te vas a acabar las uñas- dijo Draco a su lado cruzándose de brazos.
-No puedo evitarlo. Hermione se ve nerviosa y si ella esta así siendo ella una de las más inteligentes, temo por mi calificación- la castaña no tenía oído para nada y solo enterraba más su visión en esa hoja de papel que parecía que sus ojos se movían el doble de rápido de lo que es normal.
-Ella siempre se pone así con cualquier calificación que le entreguen, ni un "10"" es suficiente para ella, mucho menos cuando se enteró de la leyenda de que un maestro entregó un "11" hace cinco años…- se alzó de hombros.
El alfa no estaba tan desesperado por una calificación tan sobresaliente pues conocía sus propios límites, lo único que esperaba cruzando sus dedos era que en su reunión sabatina no se burlara de el por su desastrosa nota o peor, que ya no quisiera perder más su tiempo enseñándole.
-Neville Longbottom- tembló de pies a cabeza. Era su turno y no estaba listo. El rubio tuvo que darle un empuje para poder ponerse a andar hasta el escritorio del adusto profesor que parecía alargarse con forme se acercaba.
-Parece ser que esa torpe cabeza sobre tus hombros no está del todo vacía como das a entender- exclamó con su mejor expresión de molestia –bien hecho-
"9.1" meditó aun sin podérselo creer.
-¿No se está burlando de mí? ¿Lo logré?-
-Brillante deducción Longbottom, parece que con este último parcial se te quemaron las últimas neuronas que te quedaban- los alumnos de frente se rieron a su espalda, pero para él era solo un murmullo que poco podía importarle -Largo, ve a tomar asiento-
Perdido como estaba en sus pensamientos al evocar sus ojos negros, Neville no pudo juntar sus pensamientos en algo coherente lo que restó de la hora, mucho menos pudo entender de qué iba la elaboración de esa reacción escrita en jeroglífico sobre la pizarra.
Podía llamarle "Severus" cuanto quisiera. Y solo eso importaba. Ya le decía así en su mente, pero decirlo en voz alta era un privilegio que no esperó tener en tan poco tiempo.
Sin pensarlo dos veces tomó sus dos matraces y sin notar cual era cual, vertió el que le pareció mejor. El vidrio comenzó a calentarse de manera alarmante y comenzó a oler muy mal. Su mano no soportó el terrible calor del recipiente pese a no querer soltarlo para no ocasionar problemas, pero antes de poder hacer algo, lo soltó, generando que este se rompiera al instante contra el suelo.
-Bien hecho, Longtonto- se burló Zabinni desde su lugar haciendo que se avergonzara. El mal olor se esparció y el severo semblante del profesor no se hizo esperar.
–Simplemente perfecto… Salga todo el mundo- gruñó y algunos alumnos entre pánico y risas obedecieron dejándolos a la puerta del salón solo a ellos dos, en lo que esperaban que la habitación se ventilara -¿Qué demonios hiciste, Longbottom?-
-Lo siento profesor…-
-¿Cuál es la primera regla que te enseñé de la química?- sus oscuros ojos negros centellaban furiosos en llamas que estaba seguro que lo quemaría. "Y ahí quedó la confianza que había ganado…" se quedó pensando tristemente antes de contestar.
-Que nunca hay que dar de beber agua a un ácido…- dijo en voz baja –pero en mi defensa, no era un ácido muy fuerte así que…-
-Sigue siendo un riesgo Longbottom- sus labios se curvaron en una mueca de desagrado –ni te atrevas a cometer un nuevo maldito error porque te costará caro-
-Es que me distraje…-
-¿Es por la estupidez de tutearnos?- arqueó la ceja incrédulo y Neville asintió –entonces lo dejaré de lado ya que parece que es demasiado para ti-
– ¡No! No puede hacer eso, trabajé muy duro para lograr avanzar…-
-Entonces deja de cometer estupideces Neville porque si sabes lo que te conviene, no volverás a cometer semejante atrocidad- su corazón dio un brinco en su pecho al escuchar su nombre por primera vez en los labios de su amado. "Se escucha tan bien…" se dijo sin importarle su tonta sonrisa.
-Entendido Profesor Severus…-
-¡No me llames así en la escuela!- gruñó apretando su corbata, pero Neville ya no lo escuchaba.
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Con el baile de invierno ya en pleno apogeo y con él mismo determinado a pasar un buen rato, se tomó un par de fotos en la entrada de su casa con sus queridos padres que le reiteraban lo orgullosos que estaban antes de decidirse ir a la escuela en esa noche despejada.
Invitar a Draco al baile había sido lo correcto, pues ir entre amigos sin sentimientos de por medio era menos aterrador que siquiera insinuársele a la persona que amaba.
"Se ve tan hermoso..." se dijo para sí mismo recordándose respirar entre más lo miraba. Su semblante estricto y gallardía figura envuelta en esa tela negra que parecía de textura suave era perfecta para él.
Tal vez era porque estaba enamorado que todo lo veía bien, pero no le molestaba mientras pudiera verle un poco más.
Draco lo sacó de su ensoñación.
-Realmente te dio fuerte- Neville sintió como el calor se expandió en sus mejillas al escucharlo.
-No puedo evitarlo. Se ve lindo… hoy más que otros días- regresó a ver a Severus quien recorría de un lado a otro el salón de baile con el cabello acomodado hacia atrás a diferencia de su usual caída como cascada a los costados de sus mejillas con ese elegante traje negro con plata entallado dejando ver la silueta de su cuerpo y dos botones de su cuello desabotonados invitandole a echar un vistazo a la tersura de su piel, insitandolo a perderse en ella.
Los ojos negros le devolvieron la mirada seguido por un movimiento con la cabeza indicando que lo siguiera. Tembló de pies a cabeza tomándolo como una clara invitación que su mente febril jugándole malas pasadas le hacía pensar que tal vez se iba a repetir aquel encuentro.
"Tonto, tonto, tonto… claro que no es nada de eso… seguro es sobre la clase del sábado…" se dijo tratando de poner los pies en la tierra.
-Se nota que te mueres por seguirlo como perrito faldero. Vamos ve, te doy chance- chasqueó el rubio poniendo sus manos en su cintura.
-¿Seguro?-
-De todas maneras no planeaba quedarme mucho tiempo- Draco se alzó de hombros y Neville acomodando su chaqueta, disipó unas pelusas invisibles esperando con ello lucir mejor.
-¿Es enserio que no me veo tan mal?-
-Qué no, hombre, hasta diría que te ves apuesto. Seguro y Snape quiere meterte mano porque no puede resistir tu encanto- se ruborizó hasta las orejas esperando secretamente que ese fuera el caso, dejándose empujar por el valor que le daba Draco -¡animó tigre!-
Caminó hacia el quimico dispuesto a un memorable último baile de su vida preparatoriana. Si lo mandaba al averno, lo aceptaría gustoso.
-¿Me llamaba profesor Snape?- preguntó colocando ambas manos tras su espalda con su mejor mirada de inocencia.
-Sí. Quería discutir sobre la sesión de mañana- su voz apocada le provocó tristeza porque aunque quería autoengañarse al esperar algo más del profesor, eso era lo lógico por decir viniendo de su parte. ¿Por qué siquiera esperó algo más?
-Tendremos que moverla a la siguiente semana nuevamente porque no podré atenderte. Considero innecesario que vayas a mi casa solo por dos horas de clase, además hasta donde tengo entendido tu casa queda como a media hora de la mía-
-Iré- declaró solemne. Si podía pasar aunque sea cinco minutos de su vida en compañía con Severus, solo ellos solos; no le importaba la distancia –además, ayer me mencionó de un libro que podría servirme. Así que estaría bien comenzar a leerlo- El mayor apretó desganado el puente de su nariz.
-Bien. Has lo que quieras- declaró.
La música suave del vals regresó y notando las parejas que bailaban tan pegadas, le entró una desmesurada necesidad de imitarlos. Estar con su pareja decidida, eso era lo que deseaba. Acercándose lentamente al mayor, notó como este se puso en guardia al instante, cuestionando con la mirada su motivo.
-¿Quieres bailar conmigo, Severus?- preguntó en su oreja como un secreto, que erizó en su lugar al mayor.
-Estoy de guardia Longbottom y Lupin se reportó enfermo así que no hay adulto responsable-
-¿Y la profesora McGonagall? ella puede vigilar su cuadrante...-
-Bailando por allá- El químico se le quedó mirando con severidad a la dama que bailaba muy pegada l director.
-Valía la pena intentarlo ya que realmente me gustaría tener ese recuerdo de haber bailado con usted en este mi último año como un muchacho antes de ser un adulto- sonrió ladeando la cabeza. Pudo escuchar el bufido del mayor. Tal vez estaba presionándolo de más, pero conociendo su corazón de oro que se cercioraba de mantener oculto, sabía que lo doblegaría.
-Maldita sea Longbottom ¿realmente piensas que vas a hacerme sentir mal con tus tonterías?-
-No señor- pudo notar la cetrinas mejillas teñirse de un pálido rosa antes de que su mano estrechara su mano con timidez. Su corazón dio un salto en su pecho al percibir su roce y como se entrelazaban sus dedos en una ligera presión que no esperó.
-Más te vale estar feliz, mocoso...- gruñó desviando su mirada, sin separarse ni un ápice. Aquella muestra de afecto era justo lo que necesitaba y para que su pecho se expandiera llenándolo de todo su amor.
-¡Muchísimo!-