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Feeling your desire por Mit Hydeist

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Tetsu seguía sin comprender qué pasaba con Hyde... y a decir verdad sus actitudes seguían poniéndolo algo nervioso... Los días siguientes al ensayo Hyde no había hecho más que tratar de seducirlo, de una forma cada vez más alevosa. Tetsu sólo trataba de no prestarle mucha atención, pero se sentía terriblemente mal porque amaba mucho a Hyde. No podía quitarse la frase “soy un tonto” de la cabeza.


“La persona que tanto amo trata de seducirme una y otra vez y yo no hago más que rechazarlo? Realmente debo ser un imbécil...”


Pero sabía bien por qué hacía lo que hacía. Estaba convencido de que Hyde no lo amaba, que sólo quería “divertirse”. Tetsu tenía miedo de que un paso en falso arruinara su larga y profunda amistad. Desde luego todavía no se le quitaba el poco de rencor que tenía ahora hacia Ken y Yukkie, luego de lo que Hyde le había confesado... “¡¿Cómo pudieron?!” Le molestaba mucho que ninguno de ellos se lo haya dicho...


Ken y Yukkie con seguridad notaban que Hyde coqueteaba ahora con Tetsu pero se alegraban de que las cosas entre ellos se hayan solucionado. Claro que eso pensaban porque no conocían la situación real entre los dos miembros de la banda...


Tetsu recopilaba mentalmente las actitudes que Hyde había tenido hacia él recientemente, mientras subía por el ascensor del alto edificio de la compañía disquera:


Te quedó un resto de crema de café en el labio, Tet-chan” había dicho Hyde para luego acercarse a él y lamer el supuesto rastro de crema de los labios de Tetsu...


Me duele el tobillo. Creo que me lo doblé mientras ensayábamos... Me ayudas a quitarme los pantalones, Tet-chan?” Tetsu se había quedado con la boca abierta el escuchar eso y sólo atinó a mirar a Hyde sin saber bien qué hacer o decir. Al no obtener ninguna respuesta Hyde le había pedido a Tetsu, no de muy buenas maneras, que saliera del vestuario. Un par de minutos después Hyde salía de la habitación vistiendo distinto, tardando muy poco tiempo para alguien que debe quitarse un ajustado pantalón de cuero teniendo el tobillo supuestamente lastimado...


No piensas salir así, verdad?” le había dicho Hyde en otra oportunidad estando solos en el vestuario “Déjame arreglarte eso” Hyde se había acercado a Tetsu y comenzado a acomodar el ruedo de los pantalones del bajista. Tetsu ni siquiera pensó en la remota posibilidad de que lo que estaba haciendo Hyde tuviera algún tipo de fundamento: sin dudas era otra de sus excusas... Estaba a punto de pedirle que se detuviera cuando Hyde empezó a acomodar quién sabe qué en la entrepierna de Tetsu, pero Yukihiro justo entró al vestuario pidiéndoles que se apresuraran...


Como esos ejemplos había muchos más pero, aunque no tan patentes, Tetsu había perdido la cuenta.


Llegó al piso veintitrés y encontró a Yukkie y a Ken tomando café en el living que estaba al lado de la sala de grabación.


-Ne, Tet-chan, es tu turno de ir a buscar a Haido –le dijo Ken apenas lo vio llegar.


-¿Qué le pasa? –preguntó él (aunque la pregunta completa que había pasado por su mente era “¿Qué le pasa ahora?


-No lo sé. Que aún esté delineándose los ojos es una posibilidad –bromeó Ken- Eso o... tal vez quiera hablar contigo.


-En todo caso dile que se apresure –acotó Yukihiro- Ken y yo ya fuimos a decirle y no nos prestó mucha atención... y fue hace como 15 minutos...


Tetsu dio un suspiro de resignación y se dirigió hacia el vestuario. Tocó un par de veces, diciendo quién era, antes de que Hyde le respondiera del otro lado: “Pasa, Tet-chan”. Dio unos pasos adentrándose en la habitación, pero no vio a nadie. Luego escuchó la puerta cerrándose tras él... y cuando pudo reaccionar Hyde estaba colgado de su espalda ^_^


-Haido-kun, ¿qué haces?


-Te extrañé, Tet-chan –dijo Hyde dulcemente, abrazando la cintura del bajista con sus delgadas piernas y acariciando su pecho con sus manos.


-Basta, Haido, por favor –Tetsu lo obligó a bajarse y se volteó para estar frente a él- Sé muy bien que esto es un juego para ti, pero para mi no lo es, ¿entiendes?


-Házme el amor, Tet-chan –susurró Hyde sensualmente en la oreja de Tetsu, abalanzándose sobre él. Por poco no logró besarlo.


-Haido, ¡¿no me escuchaste?! ¡Termina con este juego de una buena vez! –gritó Tetsu apartándose con algo de rudeza- ¡Lo único que haces es pensar en ti mismo! ¡¿Por casualidad alguna vez te has preguntado cómo me siento yo?!


-Sé que me deseas, Tetsu. ¿Qué más tengo que preguntarme? –respondió el vocalista algo molesto- Dime con total sinceridad que eso no es cierto y dejaré de fastidiarte, si es eso lo que hago según tu punto de vista... ¿Me deseas o no, Tet-chan?


Tetsu se sumergió en un elocuente silencio que no pudo romper. La pregunta de Hyde lo había sorprendido totalmente desprevenido. Era más que obvio, y con toda seguridad Hyde se había dado cuenta, que la respuesta era un rotundo “sí”.


-Bueno, vamos a ensayar –dijo Hyde cambiando de tema, aunque se notaba en su voz una especie de tono triunfante- Seguro venías a decirme que me apresurara, ¿no?


Hyde salió del vestuario, dejando a su colega sumido en la confusión. Unos minutos después Tetsu fue a reunirse con los demás y no le sorprendió ver a Hyde sentado en el sofá muy cerca de Yukihiro, haciendo una trenza con tres mechones del largo cabello del baterista.


-Me pueden los bateristas! –dijo Hyde alegremente.


Tetsu tragó saliva. La situación ya lo había sobrepasado y tenía que terminar el asunto lo antes posible, sea como sea. De repente se le ocurrió una idea y habló para todos: -¿Qué les parece si hoy vienen a cenar a mi departamento?


Ken y Yukkie estuvieron de acuerdo... y lo mismo Hyde.


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Ya pasadas las once de la noche los cuatro miembros de Laruku se sintieron satisfechos con los okonomiaki que Hyde había insistido en preparar él mismo, porque le encantaba cocinar. Desde luego aclaró que él no lavaría los platos.


-Ne, es mi turno, Yukkie –reclamó Hyde por segunda vez. Yukihiro y Tetsu, sentados en la alfombra frente a la amplia pantalla del televisor, no dejaban los controles de la PlayStation desde hacía casi media hora– O tú, Tet-chan... –Hyde se volteó hacia Ken, que estaba sentado en el sofá- ¿Qué nadie conoce mi obsesión por matar zombies? Ken-chan, diles que me dejen jugar.


Ken se quitó el cigarrillo de la boca y lanzó una pequeña risita: -Te comportas como un niño, Hai-chan –Enseguida se puso de pie diciendo que estaba cansado y que se iría a casa. Tetsu dejó el joystick inmediatamente y fue con él a abrirle la puerta (y Hyde, ni lento ni perezoso, aprovechó para arrebatarle su lugar frente al televisor). Quince minutos más tarde Yukkie también se iba y así Tetsu y Hyde quedaron solos jugando al Biohazard 2.


Hyde no lo sabía, pero todo iba según los planes de Tetsu. El bajista hizo a un lado el joystick y se puso de pie.


-Tengo algo para ti, Haido-kun –le dijo al vocalista- Enseguida regreso.


Hyde, sorprendido, también se puso de pie y caminó hacia Tetsu cuando éste volvió llevando una caja cuadrada envuelta en papel brillante y con un gran moño entre sus manos.


-Toma –dijo Tetsu alcanzándole la caja- Lo vi hoy en una tienda de antigüedad y no se me ocurrió otra cosa más que “sin dudas, esto es para Haido”.


Hyde abrió el paquete con rapidez y sacó una estatuilla de forma extraña hecha de radiante cristal azul.


-GENIAAAAL! –gritó Hyde lleno de entusiasmo, mirando la estatuilla por todos los ángulos.


A Tetsu no le extrañó que la reacción de Hyde haya sido como la de un niño cuando recibe un nuevo juguete, pero sí lo tomó por sorpresa que su amigo dejara rápidamente su obsequio sobre la mesa ratona y se lanzara tan veloz sobre él, que perdió el equilibrio y cayó sentado en el sofá con Hyde encima.


Sus rostros estaban muy cerca y ambos se quedaron inmóviles.


-Voy a responder a tu pregunta, Haido –dijo Tetsu de repente- Sí te deseo... pero sobre todo... te amo... ¿entiendes? Y si algún día tú... te acuestas conmigo... no quiero que sea sólo por diversión... sino porque también me amas...


-Entonces, con todas mis actitudes hice que te enamoradas de mí, supongo... –Hyde abrazó a Tetsu y lo miró con sus sensuales ojos- Ahora es tu turno, Tet-chan. El regalo fue un buen comienzo. Haz que me enamore de ti.


Tetsu acarició con dulzura el rostro de Hyde, luego lo abrazó y lo besó profundamente. Era justo lo que había estado esperando durante tantos años, y eso lo hacía infinitamente más placentero. Algo parecido sintió Hyde. Todas las veces que había tratado de seducir a Tetsu... ¿sería que en verdad él también siempre sintió algo más que sólo deseo? Ambos quedaron casi sin aliento y Hyde parecía sorprendido.


-¿Cómo dejamos pasar tanto tiempo sin besarnos siquiera una vez, Tet-chan?


El bajista se sonrojó ligeramente mientras acariciaba el cabello de su compañero. Trató de decir algo pero Hyde lo interrumpió, susurrando en su oreja:


Sí que eres rápido. También te amo, Tet-chan”.


FIN


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