Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El monstruo mecánico por Mustf

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bebés, estoy super fracasando, no tienen idea de cuan fracasando estoy, es 16 de octubr ey apenas llevo 4 oneshot de 16 que debería llevar y tengo dos atarsados (el 2 y el 5) porque super me atoré ya que no supe concluir la idea/minihistoria. Mándme mucha fuerza para que pueda salir de este apuro bebés xD

Este fanfic está dentro del reto FicTober de HARROWING, pero no tiene mucho de harrowing en realidad, pero aún así es parte del especial. Le quité el intro "jarcor" o tenebroso que uso en estos oneshots porque este es un fic más relajado xD

 

Edit 2019 - Olviden todo lo que hayan leído sobre reto o fictober. Super no lo logré. pero igual dejoe ste rico trio uwu

Notas del capitulo:

Jayce, desesperado por encontrar a Viktor, molesta a Ezreal pidiendole ayuda, e intenta activar una máquina que sirve como patrimonio de Piltover. Al final, el rubio lo abandona y las cosas se le salen de las manos a Jayce, pero termina con su final feliz y zukulento.

~Si eres un lector perdido que está aquí por razones que ni tú entiendes, espero que te guste :V!

Especial Harrowing 6: El monstruo mecánico
-Disco Duro-

-¡Ezreal!- Gritó Jayce entrando de golpe en el laboratorio.

De la impresión, el rubio dejó caer el cráneo que estaba revisando por lo que se le desprendió un pedazo. Frunció el ceño y volteó a ver su a mi amigo con molestia y le dedicó palabras amorosas:

-Jayce, pedazo de imbécil, mira lo que me hiciste hacer.- Se quejó evitando gritar.

-Te ayudaré a pegarlo luego, pero ahora necesito tu apoyo. Caitlyn no quiere escuchar.- Pidió casi suplicante.

Ezreal suspiró recogiendo el cráneo del suelo. -¿Qué diablos quieres?

-Viktor ha desaparecido.- Respondió logrando que el menor le mirara con reproche.

-Ah... ¿Tu amiguito de la infancia que enloqueció tratando de robar a la universidad de Piltover por lo cual le diste una tunda para que regresara a Zaun a inventar aparatos extraños que no funcionan porque no tiene la tecnología necesaria al estar en ese submundo?- Decía lentamente mientras movía el cráneo y el pedazo uniéndolos y desuniéndolos constantemente.

-Ehh... Sí, ese mismo. ¿Por qué lo dices de esa forma?- Preguntó sospechando del rubio.

-No me agrada. Ve y corre a buscarlo antes de que aparezca con un robot nuevo a tratar de asaltar una tienda de chatarra o algo así.- Respondió como viejo amargado.

-Ez...- Se acercó a él sonriente y le sujetó la mano quitándole el cráneo para dejarlo en la mesa. -¿Estás celoso?

-No.- Negó casi al instante enrojeciendo.

-Escucha, esto es serio, los vigilantes lo vieron merodeando sospechosamente por Piltover y cuando fui a encararle no estaba. Nadie en Zaun lo ha visto.- Explicó haciendo una voz suave.

-Pues deja que los vigilantes se encarguen, ese es su trabajo, no el tuyo.- Gruñó apartándose.

-No te enojes, por favor, ayúdame. Tengo una gran idea.- Pidió con amabilidad colocándole la mano en el hombro.

-Deberías dejar de preocuparte tanto por ese tonto, ya nadie lo recuerda en Piltover.- Gruñó de nuevo.

-Ez, deja de ser así, yo aún lo recuerdo, ven conmigo. ¡Usaremos el Incognium!- Anunció dramáticamente.

Ezreal se giró con los ojos bien abiertos. Era imposible, pero Jayce parecía muy seguro de ello. Ambos permanecieron quietos, el rubio esperaba que en cualquier momento su amigo dijera algo como "estoy bromeando" pero no sucedió. Lo había dicho seriamente.

...

Runaterra Incognium, o Incognium de Zindelo, un poderoso artefacto que gozaba de la fama de ser capaz de localizar a cualquier persona existente en los límites de Runaterra. Lamentablemente, su creador fue misteriosamente asesinado después de haberlo construido. El tiempo ha pasado y nadie sabe cómo hacerlo funcionar. Al final, terminó convirtiéndose en una atracción más de la ciudad del progreso.

-Aquí estamos.- Dijo Jayce contento. Prácticamente había traído al rubio a rastras.

-Jum... Gracias por sacarme a estirar las piernas, no te hubieras molestado, nunca lo haces.- Reprochó cruzándose de brazos.

-Oye cambia esa cara, Ez. Vamos a usar esta cosa para encontrar a Viktor.

Jayce sacó de su bolsillo un aparato con forma de control. Miró a los lados asegurándose de que ningún transeúnte estuviera mirando y al verificarlo, encendió el objeto para luego conectarlo al incognium. El cual era una enorme esfera metalizada de un inmenso tamaño.

-Funciona, funciona, el “energizador” funciona.- Dijo Jayce con entusiasmo.

Ezreal se asomó con mucha curiosidad. Por un momento creyó que Jayce estaba haciendo lo impensable, hacer funcionar esa cosa vieja. Casi se emocionaba y todo, casi, pero entonces el aparato se apagó y comenzó a echar humo.

-¡Ah! ¡Se dañó!- Gritó el mayor soltando el control pues se estaba quemando.

-Ah... Jayce, esto es...- Hizo una pausa para suspirar.- Ni siquiera voy a calificar esta situación, me largo.- Dijo con resentimiento. Algo tenía ya rato molestando al rubio, pero no lo decía y Jayce tampoco sabía exactamente que era.

-Espera Ez, ¿adónde vas?- Fue tras él al verle alejarse.

-A casa, tengo cosas que hacer, adiós.- Dijo fríamente y continuó su camino ignorándole.

Jayce pensó seriamente en tomarle del brazo y confrontarlo, pero cuando el rubio se ponía así, era imposible razonar con él. Era como su menstruación. Al menos eso es lo que Jayce pensaba.

Volteando al incognium, miró con decepción como su idea, en la que había trabajado arduamente durante días, había fallado. Luego pensó en Viktor. Dónde podría estar. Hace días nadie lo veía, estaba preocupado.

...

Por la noche, Ezreal fue a dormir, pero algo raro hacía ruido afuera. Quiso ignorarlo, pero era muy insistente. Demasiada insistencia, Ezreal estaba empezando a molestarse. Sin poder soportarlo más, se levantó y al asomarse por la ventana vio una sombra muy grande, pero no pudo distinguir que era.

-¡Ezreal! ¡Ezreal!- Gritó alguien. Era la voz de Jayce.

-Ahora qué...- Gruñó con flojera.

Antes de que el rubio pudiera caminar a la puerta, un brazo mecánico de proporciones inhumana irrumpió rompiendo la ventana y parte de la pared. Ezreal retrocedió al instante mirando con terror como otro golpe destruía más el muro.

-¡Qué diablos! ¿Jayce?- Llamó por inercia recordando haber escuchado su voz.

Solo pudo escuchar como Jayce gritaba nuevamente su nombre, dos veces.

Los brazos mecánicos, porque ahora eran más de uno, acabaron destrozando por completo la pared y una enorme esfera metálica se asomó por la abertura. Ezreal se levantó espantado a medida que una luz lo escaneaba.

Evitó la garra de la máquina y salió de la habitación corriendo lejos. Pero, implacable, aquella "cosa" destrozaba por donde pasaba y seguía al rubio sin perder su rastro.

-¡Ezreal! ¡Ezreal!- Escuchó de nuevo.

Trató de esconderse, pero esos brazos mecánicos le descubrían y derribaban los muros o apartaban los objetos.

-¡Maldición! ¡Qué mierda está pasando!- Gritó histérico corriendo pero era imposible huir, no había alternativa. Ezreal no tenía su guante en ese momento, no podía responder con ataques.

Finalmente la máquina lo atrapó.

-¡Ezreal! ¡Ezreal!- Se escuchó.

-No puede ser...- Jadeó sintiendo su cuerpo aplastado por la mano mecánica.

La voz provenía del enorme robot. Y además, había otro detalle, algo que Ezreal no notó sino hasta estar en sus garras.

-Tú eres... ¡Nghhhh!

Se lo comió.

...

Mientras tanto, en el laboratorio de Jayce, este miraba de manera “tierna” dos fotografías. En una de ellas, estaba Ezreal semidesnudo, se la había tomado una noche que se fueron, y se pasaron, de copas. En la otra estaba Viktor. Misma historia, distinto personaje.

-Ah... Qué difícil es  la vida a veces.- Suspiró sin dejar de ver su enfermiza colección de fotos eróticas. Bueno eran solo dos, pero seguía siendo una colección.

De pronto, a Jayce le nació la necesidad de atender sus pantalones. Pero no pudo hacerlo porque su propia voz a la distancia le sacó de sus pensamientos confundiéndole.

-¡Jayce! ¡Jayce!

-¿Eh? ¿Ese soy yo hablando?- Se preguntó extrañado levantándose al oirlo de nuevo. Iba a buscar la fuente del sonido, pero pronto no tendría que buscar más.

Estruendoso ruido de paredes cercanas destruirse alarmaron a Jayce. Tomó su martillo, cañón, arma híbrida, o lo que fuera, de mercurio; estaba listo para enfrentar cualquier amenaza, pero no estaba listo para ver el techo de su laboratorio abrirse de forma, (un poco random), dramática.

-¡Jayce! ¡Jayce!

-¡Pero qué...!- gritó viendo el enorme robot redondo asomarse y repetir su nombre varias veces. Lo más extraño es que la voz que se escuchaba era la del propio Jayce, pero venía de la máquina.

Los enormes brazos de la esfera trataron de atrapar a Jayce pero este se movió evitándolos y disparó una esfera de energía destruyéndole la extremidad.

-¡Eso es! ¡¿Quieres un poco del héroe más grandioso que existió en Piltover y Runaterra?!- Gritó con el ego por las nubes.

-¡Jayce! ¡Jayce!- Dijo la máquina escaneándole con la luz y su otro brazo fue destruido por otro disparo del cañón del héroe piltoviano.

-¿Te gusta? ¿Quieres más de papi Jay? Todas y todos quieren a papi Jay.- Alardeó empezando a reír hasta que el suelo se rompió, (también de forma muy random), y unos cables grandes y gruesos lo atraparon. -¡No, no, no, no!- Trató de usar su arma pero tarde.

Se lo comió.

...

Frío, muy frío, extremadamente frío, tanto como una nevera de carne. Y además estrecho, muy estrecho. Jayce bajó por un conducto muy duro, era el interior metálico del monstruo, robot o lo que fuera.

-Ah...- Se lastimó un poco al caer finalmente.

Estaba confundido, pero sabía que estaba atrapado y debía salir, solo que su arma había quedado fuera y no tenía cómo. ¿O sí? Bueno quién sabe, Jayce era impredecible.

Para la enorme, y grata, sorpresa de Jayce, no estaba solo. En el interior de esa cosa estaban dos personas que, de forma tierna y cariñosa, le dedicaron palabras de amor:

-Eres un imbécil, Jayce, debiste morir cuando te comió.- Gruñó un hombre de más o menos la misma edad de Jayce.

Sus ojos eran muy claros y su cabello era corto y sin canas.

-Todo esto es tu culpa, idiota, te detesto.- Escupió el rubio con evidente molestia.

-¡Viktor, Ezreal! Me alegra tanto verlos.- Estiró los brazos rodeándolos a los dos. Ambos quisieron separarse, pero por lo estrecho del lugar, no pudieron.

-¡No me toques!

-¡Suelta!

-Oigan, ¿ustedes también fueron devorados por esa cosa? No, no, primero lo primero; ¿Dónde has estado Viktor?.- Interrogó con autoridad.

-Escucha, loco desalmado...- Dijo Viktor tomándole del mentón con agresividad. -Ezreal ya me contó que estabas buscándome como maniático, y por ello trataste de activar el incognium. ¿Y qué crees?- Hablaba con molestia y un toque de sarcasmo -¡Yo estaba tranquilo, tomándome unas vacaciones al aire libre cuando el puto incognium apareció gritando mi nombre con tu odiosa voz y luego me comió!- A medida que lo decía, su voz se hacía más y más histérica.

-Qué... ¿Estamos dentro del incognium?- Preguntó sorprendido.

-Yo estaba durmiendo, Jayce, estaba tranquilamente descansando.- Dijo el rubio jalándole de la oreja. -¡Y esta cosa apareció, destruyó mi casa y me comió!- Le gritó enfadado. -¡Y encima he estado atrapado aquí con este otro tarado, se roba todo mi aire!- Se puso igual de histérico que Viktor. -¡¿Lo has oído respirar?!- gritó.

-¡Oye, tú también estás en mi espacio, rubito engreído!- Respondió con el mismo tono.

Jayce volteó los ojos y les tapó la boca a ambos con sus manos. -¿Y si se callan?

Ambos fruncieron el ceño más aún, si es que era posible, pero se tranquilizaron. Sus miradas chocaban con cierta rivalidad.

-Buenos chicos. ¿Cuánto tiempo han estado aquí? Este lugar está excesivamente frío y ustedes...- Los examinó mejor con la mirada.

Ezreal lucía un poco... ¿Azul? Quizá era idea de Jayce ya que el menor tenía esas marcas de magia arcana en sus mejillas. Por otro lado, Viktor estaba sin camisa "oie khe riko". Ambos estaban temblando. El mismo Ezreal llevaba ropa muy ligera. Ese estrecho lugar parecía un congelador.

-¿Jayces, por qué demonios está pasando esto?- Preguntó Viktor quitándose la mano de la boca. -¿Qué carajos hiciste?

-Bueno, yo probé utilizar un energizador en el incognium y no funcionó, así que cuando...-Volteó a ver a Ezreal. -...Alguien, me abandonó...- Volteó de nuevo a Viktor. -Me puse a probar todo tipo de cosas random. Traté de darle la orden sencilla para que nos ubicara a los tres pero no funcionó así que me rendí.- Explicó haciendo entender a los tres por qué el robot gritaba sus nombres pero con la voz del mayor.

-Eres el científico más idiota e inútil de este mundo.- Dijo Viktor con un poco de resignación.

-Viktor, por qué estás sin camisa…

-Ya te dije que estaba en unas merecidas vacaciones.- Gruñó.

-Ten mi chaqueta…- Ofreció moviéndose con dificultad para quitarse la prenda.

-No quiero, gracias.- Se negó orgulloso.

-Oye, por qué a él, qué hay de mí.- Se quejó el rubio jalándole el brazo.

-Bueno él está sin camisa, Ez…

-De hecho, ahora sí quiero.- Tomó la chaqueta y se la puso como pudo mientras miraba al rubio con superioridad.

Jayce, quién estaba en medio de los dos, pudo presenciar esa batalla de miradas de odio que los otros dos tenían. Fue entonces que entendió algo importante. Se peleaban por él. Sonriendo, llevó sus brazos discretos por debajo y los abrazó a los dos por la cintura.

-Chicos… Hay demasiado frío aquí.- Se quejó estrechando el agarre con ambos.

-Pues ahora Viktor ya no tiene tanto frío.- Murmuró el rubio tratando de apartarse, pero otra vez, al ser tan pequeño el lugar, no podía.

-Ez… Te daría mi camisa, pero no debes ser egoísta.- Dijo suavemente cerca de su oreja.

-Uhm…

-Entremos en calor, froten un poco sus manos.- Sugirió con ese mismo tono al tiempo que empezaba a frotar sus manos de las caderas de sus dos compañeros.

-Oye…- Dijo Viktor haciendo una mueca.

-Jayce, no.- Gruñó Ezreal enrojeciendo un poco.

-Qué se froten.- Ordenó bañando la oreja del rubio con su aliento haciéndole estremecerse.

Viktor frunció el seño removiéndose en su lugar con la intención de separarse de Jayce lo más posible, pero lo intensificaba las caricias. Por su lado, Ezreal se sonrojó y jadeó por lo bajo al sentir la lengua del mayor en su oreja aunque también trató de moverse.

-Jayce, estás loco…- Se quejó el rubio.

-Loco por ustedes.- Respondió en voz baja mordisqueando el lóbulo de la oreja del menor arrancándole por fin un gemido. Fue cortó y ahogado, pero fue un gemido. Jayce se sintió satisfecho.

Previniendo a Viktor, subió la mano por su torso reteniéndole y acariciando su pezón suavemente haciéndole temblar y gruñir como queja.

Ezreal ya había caído en el jueguito depravado. Era orgulloso, gruñón y creído, pero era fácil de domesticar. Viktor, por otro lado, era más difícil porque, aunque era igual que el rubio, era “un viejo”, y nada más complicado que aplacar un “viejo obstinado”.

-Te voy a golpear idiota…- Amenazó Viktor estremeciéndose.

-Me gusta cuando te pones agresivo.- Dijo seductoramente acercando su boca al cuello de Viktor.

Ezreal frunció el ceño disgustado y rodeó el cuello de Jayce con sus manos. Este le miró por el rabillo del ojo y sin miramientos metió la mano bajo el pantalón del chico palpando su miembro sobre la abultada tela del bóxer.

-Ah...- Jadeó bajito pues sintió esa mano grande cerrarse y apretar.

-Eres un enfermo…- Acusó Viktor alejando la cabeza.

Jayce no dijo nada, se limitó a morder el cuello de su colega succionando la piel, provocándole un temblor.

-Jayce… detente ahora…- Dijo en tono amenazante. Ya era complicado para él aceptar que el mayor se metiera entre sus piernas, y ahora encima estaba Ezreal ahí con ellos. -Jayce…- Advirtió nuevamente y sin más jadeó.

Jayce había jalado su ya duro pezón. Viktor trataba de convencerse a sí mismo que estaba duro por el frío y no por lo que estaba sucediendo, pero, el frío no explicaba su abultado pantalón. “Maldita sea”.

-Ah… Jay…- Se quejó Ezreal moviéndose un poco. Jayce le daba apretones largos y deliciosos excitándolo cada vez más.

-Hay papi Jay para todos…- Dijo con tono indulgente separándose del cuello de Viktor para unir su boca con la del rubio empezando a jugar con su lengua.

-Ugh…- Viktor intentaba pretender que odiaba todo aquello, pero al final, el morbo le estaba ganando, y los celos también.

Los dedos de Jayce apretaron el pezón de Viktor hasta que este le jaló del cabello para obligarle a separarse del rubio. -Idiota…- Le insultó para tratar de justificarse, pero de inmediato correspondió cuando “papi Jay” lo besó.

El mayor bajo lentamente su mano y la metió bajo el pantalón del zaunita para comenzar a hacer lo mismo con él; apretujarle suave y tortuosamente el miembro.

Jayce estaba jugando con los celos infantiles de Ezreal y las inseguridades de Viktor para rebotar de uno a otro. Lamía y mordisqueaba los labios del rubio. Chupeteaba la lengua del zaunita. Apretaba con malicia y lujuria sus miembros. Había logrado seducirlos a los dos en su sucio juego improvisado. Y bajo su pantalón, estaba más duro que la piedra, su largo tolete necesitaba liberarse y ser atendido.

-Ez…- Jadeó suave. -…Papi Jay necesita cariño.- Solicitó mordiéndole la oreja.

Ezreal jadeó y se tensó un poco llevando casi por instinto su mano a la cremallera del pantalón ajeno. Viktor, por su lado, le metió la mano entre la camisa acariciando su pecho. Jayce suspiró para luego morderse el labio. No sabía cuán lejos iba a llegar eso, pero estaba ansioso.

-Hazlo ya.- Demandó con voz grave.

El menor de los tres acabó por sacar el falo de Jayce y sujetarlo firmemente haciéndole jadear. Sin esperar más órdenes, Ezreal tomó la iniciativa empezando a mover de arriba abajo lentamente.

Jayce sonrió extasiado y metió ambas manos bajo la ropa interior de sus dos compañeros, pero en vez de tomar sus miembros, las guió a sus traseros para acariciar descaradamente sus entradas con los dedos.

Tanto Viktor como Ezreal se estremecieron, el primero quiso quejarse, quizá insultarlo como siempre, pero Jayce lo calló con sus labios, mientras, el rubio seguía moviendo su mano.

-Agh…- Jadeó Viktor separándose.

-¿Vas a dejar que lo haga todo Ez? ¿Ya perdiste el “toque”?- Le dijo a su colega tratando manipularle para que también le tocara el miembro, y lo consiguió. Viktor apartó una de las manos del rubio y tomó parte del falo de Jayce comenzando a masturbarlo también. -Sí…- Suspiró Jayce echando su cabeza tras.

-¡Ah!- Gimió y brincó Ezreal el al sentir dos dedos clavarse repentinamente en su entrada.

-Imbé…sil…- Viktor había sentido lo mismo, pero él se contuvo.

-Mastúrbense bebés… Mastúrbense…- Pidió extasiado. -Mastúrbese entre ustedes mientras papi Jay les da atención.- Insistió lascivo.

Ambos chicos se acercaron al rostro de Jayce. Los tres respiraban con fuerza, sus alientos se encontraron y combinaron, Ezreal jadeó cerrando sus ojos, sus mejillas estaban muy rojas, su cuerpo muy caliente, estaba sudando. Viktor también estaba muy excitado, pero él si lograba mantener mejor la compostura a pesar de todo, solo se limitaba a suspirar hondo. El mayor movía sus dedos hurgando más adentro

-Jay… Ah…- Gimió Ezreal arqueándose.

-Tócalo, Viktor, no seas malo, lo necesita.- Pidió Jayce sonriente.

No era como si Viktor le obedeciera ni nada, simplemente empezó a sentir esa extraña necesidad de hacerlo. Llevar su mano libre al pantalón del menor y palpar su miembro con fuerza para luego empezar a masturbarlo.

-Ez… Sé bueno con él.- Ordenó Jayce sacando su lengua para lamerle el labio inferior.

Ezreal estaba más dominado por el placer que por otra cosa, y en movimiento espejo, llevó su mano al pene de Viktor para empezar a masturbarlo.

Los tres empezaron entonces a acelerar el ritmo. El rubio se arqueaba, el zaunita se inclinaba, el mayor ladeaba la cabeza. Estaban tan calientes, era algo tan sucio, tan extraño.

Jayce estaba feliz, Viktor seguía preguntándose por qué accedía y Ezreal solo se sentía satisfecho de estar con Jayce a pesar de tener al otro con ellos.

Jayce sacó su lengua y rebotó lamidas a los dos. Ambos se acercaron todavía más, sus alientos eran uno solo. Ezreal cerró los ojos sacando la lengua empezando a sentir las de los mayores en un baile grotesco. Los tres compartían sus salivas fuera de sus bocas. Los dedos de Jayce se hundieron más y se inclinaron apretando sus próstatas. Los movimientos de las manos de Viktor y el rubio se aceleraron empezando a sentir un fuerte hormigueo.

Jadeaban, gemían, sobretodo Ezreal. La saliva les escurría por sus mentones, habían perdido la noción de todo, estaban rojos, calientes. El rubio fue el primero en venirse completamente sobre la mano de Viktor mientras gemía agudamente. Pero, el zaunita seguía apretando casi como exigiendo el mismo trato, y lo recibió de parte del menor quién se retorcía levemente. Cuando el zaunita se corrió, finalmente dejó salir un gemido fuerte llenando la pequeña mano del chico con su semen.

Jayce, dominado por la lujuria, sacó repentinamente sus dedos y sin miramientos, llevó sus grandes manos a las cabezas de sus dos amantes, los sujetó del cabello y los empujó abajo doblándolos para que sus rostros quedaran a la altura de su falo, estaba  a punto de venirse. Presionó con fuerza sus cabellos y los agitó expresando su desespero, anunciando que se correría y exigiendo que aumentaran la velocidad. Y así fue.

Finalmente, con un largo gemido ronco, se corrió abundantemente manchando los rostros de ambos, sus ropas, además de sus manos, también su propio pantalón e incluso el metálico “suelo”. Su excitación había sido demasiada, ya había venido previamente erecto, y encima tener a esos dos ahí y lograr que le siguieran el juego sucio. Había sido demasiado, Jayce  lo había disfrutado muchísimo.

“Bang”

-¿Huh?

-¿Huh?

-¿Huh?

Desde afuera, la Sheriff, su compañera y otros vigilantes y taumaturgos habían logrado detener al monstruo. Luego de que el robot destruyera parte de la ciudad, ellos descubrieron que actuaba así por un disco duro externo que había hecho algún tipo de corto extraño en el flujo tecnomágico. Era un disco duro firmado por “el héroe del Piltover”.

Cómo sea.

De forma totalmente random, la Sheriff y los vigilantes logaron romper la gran esfera revelando, ante una enorme multitud, el cuadro más obsceno que jamás verían en las ostentosas calles de Piltover: Viktor y Ezreal inclinados sobre el regazo de Jayce con semen de los tres por todas partes.

-…

-¡Aaaahhhhhh!

-¡Aaaahhhhhh!

-¡Aaaahhhhhh!

Notas finales:

Bebés, el incognium de zandelo es en realidad un objeto real dentro del universo canon de league of legend. Hay quienes creen que es solo una leyenda urbana pues, en teoría, este artefcato termatúrgico de tecnología hextech nunca estuvo en funcionamiento ya que su creador fue asesinado después de crearlo.

Obviamente, estaba jugando mi ranked flex y me salió un "SABíAS QUÉ" hablando del incognium. Me llamó la atención, lo invetsigué y BOOM, fanfic de harrowing con monstruo mecánico :V

Por cierto. JaycexViktorxEzreal es algo super mega raro que yo no he visto jamás en el fandom pero honestamente creo que es interesante xD

Ni siquiera he visto esto en el porno random de tumblr, y eso es mucho decir xD Espero que mi idea no sea demasiado enfermiza y a alguien le guste :v

Nos vemos en el próximo relato. Rezen por mí y porque pueda cumplir este reto culero :,v


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).