-Min, amor ¿qué haces?- Taemin se acomodó a un costado de Minho, mientras le observaba mirar con paciencia la pecera. Minho llevaba una pequeña pecerita en una mano, y la redecilla para sacar peces en la otra.
-Daisy ha estado actuando raro, creo que está enferma. Debo aislarla.- Comentó, mientras le pasaba la pecera a Taemin, y removía con cuidado la tapa del tanque.
-¿Daisy? ¿Cómo sabes que es ella?- Taemin frunció los labios, acercándose a la pecera, mientras veía que Minho introducía la redecilla y la sacaba con cuidado. Le acercó la pecera pequeña y observó cuando Minho la pasaba con cuidado a su hogar provisional.
-Es muy fácil, cada uno tiene personalidad diferente. Además, Daisy es la única pez transparente con franjas rosas.- Sonrió. –Daisy es muy dulce, y algo tímida.- Le acercó la pequeña pecera. –Pero ahora, se encuentra algo decaída, ¿lo notas? Desde ayer la noté nadando mucho más cerca de la superficie, y hoy en la mañana cerca del filtro. Me está preocupando un poco.
-¿Crees que está enferma?- Miró dentro de la pecera.
-Eso me temo, y no quiero que contagie a los demás.- Asintió.
-De acuerdo, mañana llamaré a la veterinaria para poner una cita con alguien que sea de peces.- Taemin exhaló. –Pobrecita. Al menos la supiste identificar. Tiene suerte de ser reconocible.
Minho rio, negando suavemente con el rostro. Dejó la pecera pequeña a lado de la grande, y le hizo a Taemin un ligero movimiento de cabeza para que se fijara en el cúmulo de peces que se aglomeraba en una esquina.
-Estos dos de aquí, ambos transparente con franjas verdes, ¿cierto?- Señaló. –El de aquí es Byungsoo, suele nadar rápido y busca estar dentro de los grupos. En cambio, ella es Euijoo.- Señaló a la otra pececita. –Siempre al frente, y normalmente es la primera en llegar a la comida. Se ven iguales, pero son diferentes.- Le explicó, ganándose un pequeño wow como respuesta. –Y, este de aquí.- Señaló al goldie indicado. –Miki #2, él es el que más resalta de sus especie.
-¡Omo!- Taemin dio un paso hacia atrás. -¿L-lo sabes?
-Por supuesto que lo sé.- Rio. -¿Crees que no me di cuenta cuando el aura de Miki era otra? ¿O que cuando lo compré sólo le quedaban tres semanas de vida?
-¿Estás enojado?- Bajó la voz, tratando de esconder la mirada.
-No.
-¿En serio?- Y eso le tomó por sorpresa.
-¿Por qué me lo escondiste, Tae?- Minho le tomó por el rostro.
-No quería que te enojaras con Launcelot, no fue su culpa…- Gimió. –Además, te ibas a poner triste. Yo…No quería, no quiero que te pongas triste por mi culpa.- Admitió.
-¿Por qué no?
-Porque te amo, y si estás molesto conmigo, me duele…
-Así que lo hiciste por amor.- Le sonrió. –No puedo reclamarte nada, sabía que iba a suceder tarde o temprano. Y aun así, tú pensaste en mí, y en que me amas. Eso me conmueve, amor.
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