Minho suspiró, Taemin había estado de mal humor toda la mañana, y todavía no lograba descifrar por qué. Preguntarle sería una excelente opción, si Taemin no tendiera a soltar mordidas rabiosas cuando estaba enojado. Y ese era un buen motivo por el que Minho no lo hacía.
Prefirió sentarse a su lado, observando cuidadosamente cómo Taemin aplastaba en su puño las palomitas que había hecho minutos antes, hasta dejarlas reducidas a pequeñas masillas de nada. Tampoco parecía muy atento a la película que estaba en la televisión. Minho observó de hecho que el gesto molesto de Taemin estaba también un poco viciado hacia su gesto de concentración. ¿Qué podía tenerlo tan concentrado y molesto?
A penas había abierto la boca, en un acto atrevido para poder preguntar, cuando ligeros golpes a su puerta los interrumpieron. Minho secretamente agradeció que quien sea que estuviese llamando prefiriera tocar la puerta, en vez de usar el timbre. Con el mal humor que Taemin cargaba, probablemente hubiese saltado de su lugar y empezado a ladrar su molestia, justo como Sweetheart lo hacía cuando tampoco quería ser molestado.
En cambio Taemin suspiró, rodando los ojos.
-¡Al fin!- Jadeó, poniéndose en pie. Y como si se hubiese dado cuenta de algo tangible, sonrió. -¡Está aquí! Al fin puedo comenzar.
Minho se sentía perdido, y mucho, sobretodo cuando Taemin corrió por el departamento hasta la puerta para poder abrirla presurosamente.
-Hola vecino, dejaron esto frente a su buzón porque claramente no cabía y pensé en traerlo.- La chica del departamento de a lado dijo, claramente dándole algo a Taemin. Minho no lo vió, pero alcanzó a escuchar.
-Muchas gracias Hwayoung, en realidad estaba esperando que me llegara el mensaje de confirmación para bajar yo mismo por él. Creo que se les olvidó enviarlo, he estado esperándolo toda la mañana.- Suspiró. –Me has salvada, eres un amor de persona.- Agregó, con ese tono único en Taemin, que incluso Minho sbaía que iba a compañado de una sonrisa seductora.
No lo vio, pero alcanzó a escuchar la risa infantil de la chica. Ella probablemente había salido corriendo hacia su propio departamento como una colegiala, después de las palabras de Taemin. Ella había sido la primera en el edificio por caer en el hechizo natural de Taemin, y Minho no podía evitar sentirse tan sólo un poquito mal por querer reírse de eso en una sutil burla. Tal vez estaba ya demasiado influenciado por Taemin. Era que, Taemin al principio estaba horrorizado de vivir rodeado de humanos, pero rápidamente había cambiado de opinión cuando vio que tenía tantas ventajas.
Alzó una ceja, cuestionando a Taemin cuando lo vio volver a la sala. Tenía una enorme sonrisa en la boca, y entre sus manos llevaba una caja de esas en las que te entregan los productos cuando pides el mandado por internet y te lo entregan directo en casa. Sólo que no eran víveres lo que llevaba Taemin en su caja.
En vez de sentarse de nuevo en el sofá, llegó hasta el comedor, cruzando la habitación, y empezó a sacar todo lo que había comprado. Minho se sorprendió al ver que Taemin había pedido cosas de una mercería, como arcilla para modelar, hilos demasiado gruesos de color rojo y azul, además de alfileres, pegamento y otras cosas más.
-Amor, ¿qué vas a hacer?- Frunció el ceño, tal vez cuestionándose si debía preocuparse o no.
Taemin se giró a penas, mirándole con una sonrisa traviesa. Colocó su índice sobre sus labios, indicándole que no revelaría su secreto.