Taemin dejó la taza de té sobre la mesita al centro de la sala. Se sentó en uno de los sofas individuales, mirando hacia su cuñado. Le había sorprendido un poco la visita de Siwon, sobretodo porque Minho se encontraba trabajando; pero ahora que escuchaba su tácito discurso en el silencio, entendía perfectamente por qué.
-¿Té?- Siwon alzó una ceja, mirando el contenido en la taza que Taemin le había ofrecido.
-Aunque, te ves de humor para algo más fuerte como el café, no creo que sea lo adecuado para ti en este momento.- Respondió con una sonrisa mordaz, inquiriendo ante el aspecto del ángel mayor.
-¿Quién diría que te interesas?- Soltó una risa sin ganas, tomando un trago de aquel té de cerezo que Taemin amablemente le había dado. -Quien hubiese dicho en el pasado que algún día un demonio sería amable conmigo.
Taemin soltó un resoplido, rodando los ojos. Se echó ligeramente hacia adelante, cruzando una pierna sobre la otra, en un gesto retador.
-Me ofendes, creí que te agradaba. A mi me agradas, y eso es decir mucho.- Se encogió de hombros, fingiendo sentirse lastimado. -Minho sabe que si no fuera por él, y ustedes su familia, pondría a todos los ángeles en el mismo saco de ciegos seguidores de una ley que ya no rige.
Siwon ahogó una risa, torciendo los labios en una mueca algo ácida, pero sincera. Miró a Taemin, asintiendo sin más. Entonces volvieron a quedar en silencio. No era incómodo, sin embargo. Siwon, bebía de su té, mirando a través de la pequeña estancia, hacia la ventana. Taemin sólo le estudiaba.
Siwon y Minho eran tan parecidos, a pesar de los doscientos treinta y siete años de diferencia entre ellos. Ambos con un aura demasiado brillante, pero ligeramente apagada por las vivencias experimentadas. Y sobretodo, ambos buscando consuelo en el silencio. Ahogó un suspiro, dándose cuenta que tenía una gran debilidad por los ángeles lastimados, y oh infiernos, eso si que es un gran problema. Aun así, no evitó resaltar lo obvio. Le agradaba estar en el lado bueno del hermano mayor de Minho.
Y si Siwon quería estar en compañía de alguien que no fingiera que las cosas malas podrían mejorarse con un poco de miel, entonces quién era Taemin para negarle esa petición.
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