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Historias para Halloween por Anul Kazama

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Notas del capitulo:

Naruto obra de Masashi Mishimoto

Saint Seiya obra de Masami Kurumada

Saint Seiya: The Lost Canvas obra de Shiori Teshigori

MAGI: The Labyrinth of Magic es obra de Shinobu Ohtaka

Personajes que aparecen: Deidara, Itachi, Sasori, Tobi, Sage, Manigoldo, Sinbad y Judal

Todos creen que los animales no tienen razonamiento propio y son incapaces de sentir amor o amistad, ira o arrepentimiento; eso es lo que las personas creemos, pero, ¿Qué tal si no son lo que pensamos?

Esto paso hace mucho tiempo, esta historia se origina en un bosque, donde es común ver cuervos volando o posados en los árboles, que dan un aire de melancolía y arrepentimiento. Las personas les temen porque los asocian como mascotas de brujas y hechiceros, debido a su color negro que como saben, está asociado al luto cuando se asiste a un funeral. Pero en ese sitio, los cuervos anteriormente eran color blanco pero por apoyo al espíritu guardián, cambiaron el color de su plumaje.

Como dije hace mucho, los cuervos eran color blanco, el bosque era alegre y colorido. Los aldeanos iban y venían, pidiéndole permiso a la madre naturaleza para tomar sus frutos y vivir, es decir, presas como ciervo, conejos, codornices, madera, frutos, todo lo que el hombre necesitara para vivir. Pero había una criatura a la que se le debía pedir permiso para tomar otras vidas, algunos lo conocían como el nahual, capaz de convertirse en cualquier animal terrestre, acuático o aéreo, pequeño o grande, adorable o imponente, podía ser cualquier cosa.

Y esta historia relata a uno cuya transformación predilecta era el cuervo, pero aun así cuidaba a todos los animales y un día…

Corría lo más que podía, evitaba mirar hacia atrás porque sabía que sería mala idea hacerlo, su perseguidor era un enorme oso, pero no uno común, era un demonio que pretendía tomar al doncel pero este lo desprecio. El chico sintió que no podía más y por cansancio cayó al suelo

 - No… puedo más - con la respiración agitada

 - Ahora si - viéndolo con una mirada lujuriosa - se acabó el juego de correr

 - ¡Aléjate! - retrocediendo

 - No… prepárate por que hoy si te daré un motivo para gritar

 - ¡No! - arrojándole lo que tuviera a la mano

 - Te gustara, créeme…

 - NO

Cuando el joven se cubrió el rostro con sus brazos, en su lugar, vio la silueta negra de lo que parecía un joven con ojos rojos  y mirada penetrante, a su lado, yacía el destazado cuerpo del supuesto oso, que regreso a la forma de un orco

 - Pero que…

 - Vete - hablo la sombra - no debes estar aquí

 - Si - poniéndose de pie - gracias

El chico se fue, bajo la vigilante mirada de la sombra, quien tomo la forma de un ave para alejarse. Los días parecían seguir su curso, pero esa sombra no podía evitar recordar siempre esos ojos azules y cabello dorado, del cual, un mechón cubría parte de su rostro. Ese chico tenía algo que lo ponía inquieto. Así que decidió vigilarlo, al día siguiente

 - Me alegra que hayas salido vivo Deidara, te dije que no fueras solo

 - Tenía que hacerlo - respondió el rubio - mi madre estaba enferma y lo peor es que no pude conseguir esas bellotas amarillas - suspiro - no sé qué hacer, mi padre solo gasta en alcohol, Sasori

 - Algo se nos ocurrirá

Ambos chicos, que eran muy buenos amigos desde niños, pese a ser varón y doncel, dieron un fuerte suspiro cuando, el pelirrojo se puso de pie

 - Bueno Dei, debo irme, veré si alguien tiene alguna medicina para tu mamá

 - Gracias, Sasori - el varón se va - ¿ahora qué hago?, de no haber sido por ese orco

El doncel estaba por irse cuando vio una paloma frente a él, el rubio sonrió y entre sus cosas, saco un pedazo de pan que le dio al ave, la cual se acercó cautelosa y comió un poco de las migajas

 - Buen provecho - le dijo el rubio con una sonrisa

Dicho eso, Deidara regreso a su hogar siendo observado por la paloma. El doncel finalmente llego a su hogar, sencillo pero confortable de no ser por

 - ¿Dónde estabas? - pregunto su padre

 - Buscaba una medicina para mamá - respondió el rubio

 - Tu madre mejorara sola, mejor dedícate a buscar marido - dándole un trago a su botella - tenías que nacer doncel, de haber sido varón…

 - ¡Pues lamento haber nacido así!

Al decir eso, Deidara se dirigió a su habitación, no sin antes pasar a la de su madre para ponerle compresas frías mientras su padre seguía emborrachándose

 - Dei…

 - Hola mamá - dándole una sonrisa

 - Al menos ella se ve buena persona - pensó la paloma

 - Dime, ¿encontraste un pretendiente?

Tanto Deidara como la paloma se quedaron atónitos, ¿Cómo podía ser más importante un compromiso que la salud propia?, el ave simplemente no lo entendía. El rubio solo suspiro en silencio

 - Deidara…

 - Mamá, sabes que para mí es imposible, no tengo dote que otorgarle a mi futuro esposo y gracias a papá

 - Es tu padre no le faltes al respeto

 - Pero sabes que es verdad, un doncel o mujer sin nada que ofrecer no somos buenos partidos, así que no tiene caso

 - Y es peor quedarse…

 - Como un dejado, no importa, veo que ya estas mejor. Me retiro

El joven regreso a su habitación, dejándose caer en su cama, cuando escucho un ruido. Al acercarse a su ventana vio que era una rosa, eso le hizo dibujar una sonrisa en su rostro. La mañana siguiente fue igual, un lirio en su ventana, fresco y hermoso. Deidara la tomo para deleitarse con su suave aroma, al ver hacia afuera se encontró con un pequeño canario que lo observaba con atención

 - Hola - le saludo el doncel

Deidara estiro su mano y el pajarito se posó en ella, con la otra, luego de dejar el lirio en un florero, acaricio su cabeza

 - Eres muy bonito

 - ¡Deidara, ven un momento! - el joven respingo

 - Discúlpame - dirigiéndose a la ventana - cuídate - sonriendo

El canario voló de nuevo hacia el bosque, donde tomo su verdadera forma: la sombra que había ayudado a Deidara, dibujando una sonrisa

 - Tu eres el hermoso

Y ese día no fue el único, todas las mañanas, Deidara recibía una flor diferente entregada en por un ave distinta, eso le encantaba al joven y poco a poco le hacía sentirse especial a su mismo. Por su puesto, esto solo lo sabía Sasori quien comenzaba a sospechar algo

 - ¿Qué piensas?

 - Pues… no sé, si bien es un bonito detalle que cualquier chica o doncel envidiarían, ten cuidado

 - ¿Por qué?

 - Bueno… que yo sepa, no hay nadie que entrene aves que sirvan como mensajeros, a menos que fueran palomas - pensando - tal vez…

 - ¿Si?

 - Puede que se trate de un nahual

 - ¿Nahual?

 - Sí, es una persona que puede convertirse en el animal que desee, mi bisabuelo decía que eran peligrosos y nunca hay que confiar en ellos

 - No lo creo

 - ¿Por qué?

 - Bueno… no lo sé, pero creo que la sombra que se salvó del orco y estas aves…

 - ¿Crees que sea el mismo sujeto? - el joven asintió - no lo sé, pero mejor deja de aceptar sus flores, como dije, no se puede confiar en ellos

Deidara fijo su atención en el joven, sin que ambos notaran al cuervo blanco que estaba en el árbol. Pero el nahual, no tenía intenciones de detenerse, esta vez, cambio las flores por pequeños detalles. Luego de que al día siguiente, el doncel ya no vio una flor en su ventana por lo que se levantó y seguir con sus tareas; salió al corral para alimentar a las gallinas que tenían, pero o sorpresa, no había dichas aves.

 - Tal vez mi padre las vendió

El joven suspiro desganado, cuando su estómago empezó a gruñir, maldito vicio de su padre y su madre que quien sabe dónde iba después de que su salud mejoro. Había días en que ambos padres no estaban y eso creaba chismes, peor para el doncel pues eso lo perjudicaba para algún pretendiente.

Desganado, se disponía a entrar a su hogar cuando un ruido lo hizo voltear: un enorme lobo gris lo observaba fijamente, Deidara se puso nervioso, pues sabía que podía ser peligroso pero grande fue su sorpresa al ver al animal ir a unos arbustos y sacando una codorniz silvestre. Con cuidado, el canino se fue acercando al chico, dejando al ave al suelo, el rubio lo veía incrédulo y aunque le pareció una tontería

 - ¿Es para mí?

El lobo solo acerco más el ave con su nariz para retroceder un poco, Deidara se acercó lentamente, quitando por un momento su vista del animal para tomar la codorniz. De nuevo vio al lobo, quien se lamio la quijada para regresar al bosque. El doncel sonrió para volver a su hogar y cocinar el ave. Este acto se repitió más tarde, cuando unas dulces uvas y manzanas aparecieron en su patio, el rubio no podía evitar sonreír pero tenía cuidado cuando sus padres estaban, ya fuera ambos o solo uno.

Como las flores, estos presentes los fue recibiendo de animales diferentes: mapaches, zorros, osos, coyote y a cambio, Deidara le dejaba un poco de la comida que había guardado para su protector. Cuando el nahual regresaba a su forma humana, sonreía y aunque no era de su agrado la comida cocida, igual la disfrutaba.

Pese a las advertencias de Sasori, Deidara seguía recibiendo y aceptando los regalos de los animales, pero un día decidió saber que o quien se los enviaba. Sabía que podía ser un riesgo, pero su curiosidad era mucha. En silencio, luego de recibir unas fresas envueltas en una hoja de parte de un ciervo, espero unos minutos para empezar a seguirlo.

Fue una suerte que el ciervo fuera a paso lento, así no lo perdería de vista fácilmente, cuando el animal se detuvo, Deidara se ocultó tras un enorme tronco y ahí fue testigo de cómo la cornamenta del ciervo “regresaba” a su cabeza, su cola desaparecía y su piel se volvía blanca, las pezuñas delanteras se volvían manos que formaban parte de unos fornidos brazos unidos a una amplia espalda. El rubio se puso nervioso al ver que ese chico estaba desnudo, pero se dio cuenta que si trataba de un nahual.

El nahual, por su parte, terminaba su transformación mostrando piel blanca, un cuerpo trabajado y una cabellera negra sedosa que fue recogida en una coleta a la altura de la nuca. Cuando el joven se volteo, Deidara pudo ver unos bellos ojos negros, eso le hizo sonrojarse y más cuando vio que ese chico estaba completamente desnudo.

 - ¿Te gusta lo que ves? - eso sobresalto al doncel - sé que estas tras el árbol, anda sal… no te hare daño

Temeroso, Deidara salió de su escondite acercándose al joven, quien se colocaba una camisa encima seguido de un pantalón. Ya vestido, el joven sonríe al ver a su tímido visitante

 - Tú… - empezó el rubio- tú eres… quien…

 - ¿La sombra que se salvó del orco? - el doncel asintió - si y las aves y animales que te han llevado todos los detalles que has recibido

 - ¿Por qué?

 - ¿Porque? - acercándosele - no lo se

El chico avanzo conforme Deidara retrocedía en sus pasos hasta que su espalda choco con el tronco del árbol, quedando su cuerpo aprisionado poniéndolo más nervioso

 - No temas - tomando su fleco - no te hare daño, Deidara

 - ¿Cómo sabes mi nombre?

 - Te he seguido y observado - oliéndolo - desde que te salve, hay algo en ti que me atrae y no sé porque - al verlo temblar - no voy a comerte

 - Pero la gente dice que…

 - Se que dice que los nahuales no somos de confianza por que solemos tomar la forma de diferentes animales para engañarlos, pero créeme… no todo es lo que parece - sonriendo - será mejor que regreses

 - ¿Eh?

 - A esta hora es común que los ogros salgan y no dudaran en atacarte… más a un bello virgen

Al escucharlo, Deidara pensó que el joven había espiado de más y eso lo enojo, sin darse cuenta, su mano ya había dejado marca en la mejilla del atrevido

 - Eres un atrevido, hum - el joven se echó a reír

 - Tienes la mano pesada, para ser tan frágil - deteniendo la mano del doncel - créeme… no es bueno hacerme enojar

 - ¿Qué estás? - al sentir su aliento sobre su cuello

 - Vete - soltándolo - y mi nombre es Itachi por si quieres seguirme de nuevo

Deidara lo empujo para salir corriendo, bajo la mirada de Itachi, quien solo tenía una sonrisa en su rostro. Cuando el rubio salió del bosque, y se inclinó un poco para recuperar el aliento, percibió un aroma dulce; al pasar sus dedos por su cabello, se dio cuenta de que tenía una flor en su cabello. Al verla, tenía pensado tirarla pero después sonrió y decidió conservarla.

Y así los días siguieron, donde Deidara seguía recibiendo regalos de animales diferentes, hasta que un día, luego de recibir cerezas de un conejo

 - Itachi, espera - el conejito lo ve - yo… no es necesario que sigas haciendo esto - sentándose en la escalera - así que, gracias

El conejo se puso en dos patas al igual que sus orejas, causándole una sonrisa al rubio, poco a poco el animalito se fue acercando y el doncel no dudo en tomarlo para sentarlo en su regazo y acariciarlo. Deidara acaricio el suave pelaje del conejo para deleite del nahual, quien no tardo en regresar a su forma humana para vergüenza del rubio.

 - ¡¿Qué te pasa?! - el nahual se rio

 - No niegues que eso querías - guiñándole el ojo

 - Cállate - aventándole una sábana - y vístete, hum

El azabache sonrió por la muletilla del rubio, quien al ver que el mayor cubrió su cuerpo, dio un suspiro

 - ¿Quieres entrar?, prepare algo de comida y…

 - ¿Es una cita? - al ver una mirada asesina en el doncel - es broma, no miento que prefiero la comida algo cruda, pero acepto… tu padres

 - Ellos no están…

 - Lo sé - antes de que el rubio reclamara - anda, no queremos que se enfríe

Esa fue la primera de muchas comidas que compartieron y convivencias juntos, por supuesto, Sasori fue el único que se enteró prometiéndole al rubio guardar el secreto pese a que le advertía que tuviera cuidado, pero a Deidara no le importo y menos cuando se dio cuenta de que poco a poco se dio cuenta que se había enamorado del nahual. Y un día, que estaban en el bosque

 - ¿Estás bien, Dei?

 - No - suspiro - mis padres siguen insistiendo en que busque esposo, pero…

 - ¿Tú no quieres, cierto? - el rubio asintió - ¿Por qué?

 - Porque yo… bueno… no importa - el azabache entrecerró los ojos

 - ¿No importa? - acercándosele - yo creo que sí, anda, dime

 - No - esquivándolo

 - Anda, di… - olfateándolo - tu - viéndolo fijamente - estas en celo…

 - ¿Cómo? - nervioso

 - Si - olfateando su cuello - y el causante es…

 - No… espera…

Pero el rubio no término cuando Itachi lo callo con un beso, cuando se separaron por falta de aire, el ojiazul y el azabache se miraron fijamente, el doncel tenía un sonrojo en su rostro

 - Dei…

 - Hazlo… yo… no importa si después tu…

 - ¿Crees que te dejare después de esto?

Pero no le dejo responder al tomar sus labios con los suyos, mientras lo iba despojando de su ropa al mismo tiempo que llenaba su cuerpo de besos, arrancando suspiros al doncel. Antes de ir más lejos

 - Itachi… espera… - Deidara jadeante - ¿lo que dijiste

 - Es verdad, cuando un nahual elije a su pareja, es de por vida… así como tú ya eres mío, no me importan las costumbres de los humanos… si…

 - Jamás te mentiré, te amo

Apenas escucho eso, el azabache ingreso de una estocada en su amado, quien ahogo un gemido por el dolor para después gemir por el placer

 - Itachi... Itachi… más fuerte… ITACHI

Ante ese grito, el azabache lleno al rubio con su semilla para después salir con cuidado del menor

 - ¿Estás bien? - el rubio asintió - con esto - dándole un beso - significa que eres mío y nada puede separarnos

 - Soy tuyo hasta la muerte

Y así corrió el tiempo, hasta que un día y cuando menos se lo esperaba, Deidara había sido secuestrado por un pretendiente, como era costumbre en su villa, su galán lo tomo esa noche y al día siguiente se dio cuenta que no era virgen.

 - ¡Dinos, ¿con quién te revolcaste?! - su padre estaba furioso - ¡contesta! - pero el doncel no respondió - ¿sabes la vergüenza que nos has hecho pasar? - aventándole las sabanas - dinos, ¿Quién fue el que te desvirgo?, ¿fue

 - Sasori no tuvo nada ver, él es solo mi amigo

 - ¿Entonces? - el menor bajo su rostro- si eso quieres

Deidara cerro sus ojos, cuando su padre alzo una vara para golpearlo, pero al ver los regalos

 - ¿Quién te ha dado esas flores?

 - Yo…

 - Esas flores - hablo el pretendiente que estaba presente - solo crecen en los montes más altos cerca de la villa, nadie puede alcanzarlos, a menos que…

 - El nahual - hablo el padre del pretendiente - ¿te has metido con ese monstruo?

 - ¡Él no es un monstruo!

El doncel recibió un fuerte golpe de su padre, para después ser arrastrado hasta la plaza, donde su amigo Sasori al ver a su amigo, iba a intervenir pero el rubio negó. El pelirrojo sin saber qué hacer, hasta que vio un cuervo blanco, corrió hacia el bosque. Mientras tanto, de vuelta a la plaza, cuando el sacerdote se enteró de inmediato condeno al menor a la hoguera

 - Padre… madre…

 - Tú no eres muestro hijo - respondió el varón

 - A LA HOGUERA

De vuelta al bosque, Sasori se adentró lo más pronto que podía al lugar, llamando al nahual

 - Nahual… sé que estas aquí… necesito que salgas - viendo a todos lados- mi amigo te necesita

Sasori estaba a punto de rendirse, cuando un enorme jabalí se puso frente a él, naturalmente, sintió miedo al ver a semejante animal. Pero el chico se armó de valor

 - Si eres el nahual, escúchame

El pelirrojo se asombró al ver como el jabalí tomaba forma humana ante sus ojos. El azabache termino su transformación para ponerle atención al varón

 - Eres Sasori, ¿cierto? - el pelirrojo asintió - ¿Qué quieres?

 - Descubrieron que eres el amante de Deidara…

 - ¿Qué?

Dicho eso, el pelirrojo procedió a explicarle todo: un joven de buena posición pretendía en secreto a Deidara y como dictaba la tradición, la chica o doncel en la mira, tenía que ser secuestrado por su pretendiente y hacerlo suyo esa noche. Al día siguiente, su futura suegra y cuñadas, revisaban las sabanas donde la pareja tuvo su encuentro, si había sangre, el cortejo continuaba hasta la boda; de lo contrario, era una deshonra para ambas familias, provocando que la chica o el doncel fueran marginados o señalados.

Apenas Itachi escucho eso, de inmediato se convirtió en una enorme águila, pero cuando llego era tarde: su amado Deidara había sido quemado en la hoguera

 - Y así hijos míos - hablo el sacerdote - hemos librado esta aldea de un consorte de un peligroso demonio, que el cielo se apiade de su alma

 - Más bien… - se escuchó una voz - que se apiade de ustedes

La gente se giró al mirar a un joven vestido con una capa negra

 - ¿Quién?, ¿Quién eres? - el sacerdote con miedo

Itachi miro a la gente con molestia, pero después vio el cuerpo quemado del chico que amaba, cambiando su negra mirada a una roja con tres aspas

 - Deidara… - acercándose al cuerpo - mi amor, ¿Qué te hicieron?

 - Demonio, te ordeno que te alejes que este pueblo, en nombre de…

Pero el hombre ya no término cuando Itachi lo decapito, la gente lo miraba completamente asustados, solo unos cuantos valientes le hicieron frente, pero el azabache los mató de inmediato. La gente corrió asustada, sin embargo a Itachi solo le importaba recuperar el cuerpo de su amado, pero al recibir un balazo en su brazo

 - Tu… maldito monstruo - cargando el arma - ¡tú corrompiste a mi hijo, nos trajiste la deshonra!... tu…

 - Así que - aun dándole la espalda - tu eres mi suegro - volteándose - a ti te ira peor, que a todo este maldito pueblo

Dicho eso, Itachi se convirtió en un enorme oso que de un zarpazo, le corto el cuello al padre de Deidara, luego escucho el grito de una mujer, la madre de su rubio a quien reconoció por su aroma

 - ¡No te…

 - ¿Acerques? - Itachi con una sonrisa - lo siento, pero - sacando la mano del pecho de la mujer - vaya… no pensé que tuviera un corazón

Dicho eso, la mujer vio su corazón en la mano de Itachi, quien había regresado a ser humano. Acto seguido, los aldeanos sin importar edad o sexo, fueron asesinados de la manera más cruel posible, Itachi estaba lleno de furia, a los pocos minutos, Sasori le dio alcance y al ver la escena

 - ¿Pero qué?

El pelirrojo cayo de rodillas en completo shock, cuando sintió alguien poso su mano llena de sangre sobre su hombro, asustándolo y retrocediendo de

 - ¡¿Qué hiciste?! - empezando a llorar - ¡¿Qué diablos hiciste?!

 - Se lo merecían… todos - viéndolo serio - a ti te perdono, por él - viendo el cuerpo

 - ¿Dei? - palideciendo al ver a su amigo quemado

 - Me hablo de ti, no negare que sentí celos, pero después… me conto lo que hiciste y solo por eso - empezando a caminar - te dejare vivir

Sasori miro de nuevo a su alrededor, muertos por doquier y la sangre pintando la tierra, no pudo evitar llorar para luego ver, con delicadeza, como Itachi desataba el cuerpo quemado de Deidara y lo colocaba en el suelo, al mismo tiempo que lo miraba con tristeza

 - Perdóname amor - acariciando su rostro - perdóname por no llegar a tiempo

Itachi de nuevo puso sus ojos rojos provocando llamas negras, asustando más a Sasori

 - ¿Qué haces?

 - Este pueblo estará maldito, habitado por fantasmas que revivirán una y otra vez este suceso, ahí se recordaran todo y empezaran a vivir de nuevo lo que sucedió hoy - viendo al chico - te recomiendo que te vayas, aunque les expliques no te creerán y terminaras como mi Dei

 - ¿Cuánto tiempo vivirán…

 - Cuando supere mi duelo - sonriendo

En silencio, Itachi tomo el cuerpo de Deidara para adentrarse en el bosque, mientras Sasori lo veía asombrado viendo como el rubio recuperaba su forma. Suspiro, tomo sus cosas y se fue de la villa al día siguiente. El azabache por su parte, llevo el cuerpo de su amado hasta un campo de flores, donde lo coloco con cuidado, beso sus labios de nuevo para romperse en llanto, cuando un lobo negro apareció

 - Itachi

 - Sé porque estás aquí Tobi… no me importa, ellos me quitaron a mi amado y yo maldije al pueblo

 - Sabes que no podemos hacer eso… pero lo hecho, hecho esta, como sabrás

 - Llegas tarde…

 - ¿Qué has?

Tobi vio como Itachi, con ayuda del poder que le quedaba, sepulto a Deidara y el mismo se volvía un cuervo, pero no uno blanco si no negro

 - Itachi… no tenías que…

 - Pero lo hice, a mi amado le di una sepultura digna y yo - su voz se escuchaba afligida - vendré aquí cada año, hasta nunca Tobi

Sin que Tobi pudiera hacer algo, Itachi alzo el vuelo y para sorpresa del segundo nahual, vio una parvada de aves que poco a poco se volvían negras…

Narración normal

 - Y el nahual cumplió - tomando su café - se dice que los cuervos eran blancos en aquella región a la que visite, pero debido a que Itachi prefería transformarse en ellos, para acompañarlo en su dolor, cambiaron su plumaje a negro y su graznido se volvió

 - Tosco - completo Manigoldo

 - ¿Y qué paso con Itachi? - pregunto Judal

 - La gente, dice que año con año, ven una villa donde el tiempo se detuvo, los que se quedan a pasar una noche, son testigos de una cruel matanza entre los mismo habitantes. Al día siguiente, creen que todo fue una pesadilla porque todo regresa a la normalidad

 - ¿Usted estuvo ahí? - pregunto Sinbad

 - Solo pase cerca, pero

La pareja vio como el mayor se acercó a su repisa donde tomo un marco, al verla

 - Es real - expreso Judal

 - Lo es, esa foto es de hace un año y esta - sacando otra - de hace tres años

En la imagen, se veía a un cuervo negro parado sobre una roca

 - En otras palabras - hablo Sinbad - ese cuervo está de luto

 - Lo estará por siempre

Notas finales:

Abajo les dejo una descripción real del nahual, en este fic, les recuerdo, solo es ficción. Espero que les haya gustado. Lo que menciono es que esta criatura forma parte del folclor mexicano, a menos que haya otras criaturas parecidas en su país de origen.

Gracias por leer

Nahual o nagual, incluso nawal,r03; (en náhuatl: nahualli, ‘oculto, escondido, disfraz’) dentro de las creencias mesoamericanas, es una especie de brujo o ser sobrenatural que tiene la capacidad de tomar forma animal. El término refiere tanto a la persona que tiene esa capacidad como al animal mismo que hace las veces de su alter ego o animal tutelar.r03;

El concepto se expresa en diferentes lenguas nativas, con diferentes significados y contextos. Más comúnmente, entre los grupos indígenasse denomina nahualismo a la práctica o capacidad de algunas personas para transformarse en animales, elementos de la naturaleza o realizar actos de brujería.r03;

En maya, el concepto se expresa bajo la palabra chulel, que se entiende precisamente como "espíritu"; la palabra deriva de la raíz chul, que significa "divino".

De acuerdo con algunas tradiciones, se dice que cada persona, al momento de nacer, tiene ya el espíritu de un animal, que se encarga de protegerlo y guiarlo. Estos espíritus usualmente se manifiestan sólo como una imagen que aconseja en sueños o con cierta afinidad al animal que tomó a la persona como su protegida. Una mujer cuyo nahual fuese un cenzontle tendrá una voz privilegiada para el canto, pero no todos tienen un contacto tan leve: se cree que los brujos y chamanes del centro de Mesoamérica pueden crear un vínculo muy cercano con sus nahuales, lo que les da una serie de ventajas que ellos saben aprovechar, la visión del gavilán, el olfato del lobo o el oído del ocelote pasan a ser herramientas de estos videntes e incluso se afirma que algunos, más preparados, pueden adquirir incluso la forma de sus nahuales (véase teriantropía) y utilizar esta habilidad de diversas formas, no todas ellas bienintencionadas, según la tradición popular.


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