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RENACER DE LAS CENIZAS. por patjes

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No va a negar que el miedo lo mantuvo inmóvil durante un largo tiempo con el corazón frenético a un peligro ya inexistente, la vio cerca, pensó que en definitiva había vuelto el cruel demonio de Kris; no había pasado, y al menos podría sentirse tranquilo otro día más.

Era obvio que no lograría conciliar nuevamente el sueño, la luz del sol ya se filtraba por la ventana, así que simplemente dio fin a sus pensamientos y se levantó; recogió los pedazos de la lámpara esparcidos por el suelo y algunas cosas que fueron tiradas durante el arrebato, entre ellas encontró la figurilla que Kris tallaba en madera, la tomo entre sus manos, observando y delineando con detalle cada una de sus líneas y superficie, por alguna razón le llamaba la atención así que la coloco encima del buró donde la lámpara ocupaba espacio pues pensó que ese era un buen lugar donde podría apreciarle seguido.

✴✴

Kris manejaba de regreso a casa, el sol comenzaba a esconderse y la lluvia aumentaba el golpeteo en los cristales; al llegar detuvo el motor mientras observaba el movimiento de los parabrisas limpiar la torrencial lluvia; se miró frente al espejo retrovisor y, ahí encontró a su ser retorcido, su cara todavía tenía manchas de sangre al igual que su ropa; a su mente llego el recuerdo de aquella vez que ChanYeol le vio entrando al cuarto de la misma forma y como este se estremecía por el miedo que le producía, esa vez no le importo mucho, de hecho disfruto del miedo que imponía, pero justo ahora no quería que le viese de esa forma nuevamente.

Bajo de la camioneta y dejo que la lluvia enjuagara todo rastro de sangre, no le importo en ese momento sentir frío, solo se preocupó por limpiar evidencias.

Abrió el seguro de la puerta y subió hasta la habitación dejando rastros de agua por el camino, al entrar encontró al menor sentado sobre la cama, admirando la figurilla no terminada de madera del ave, la televisión estaba encendida, pero parecía no prestarle atención.

Carraspeo para llamar su atención – ¿Qué haces? – ChanYeol le volteo a ver y enseguida dejo el objeto en el mueble.

-Ah..., nada, yo solo... me gusta esa figura – señalo al ave.

Kris resoplo, no veía algo especial en esa creación, pero se sintió feliz por alguna razón – Bien, me iré a bañar – antes de entrar se detuvo al escuchar que en la televisión ya estaban comenzando las noticias, claro que tenía curiosidad por saber cómo había salido todo, pero no dejaría que el menor se enterara – Apaga la televisión, ya comienza a relampaguear y puede ser peligroso.

ChanYeol obedeció sin decir más, salió del cuarto y checo la gran cantidad de agua y lodo que había dejado Kris por los pasillos, maldijo, pero claro que no podría reclamar nada, así que solo tomo el trapeador y limpio los rastros de suciedad.

Después busco algunas cosas para preparar la cena, aunque solo encontró paquetes de fideos instantáneos, no importaba, tenía hambre pues no había comido apropiadamente, primero tomo un paquete y coloco el agua necesaria solo para él, pero demonios, sabía que de todos modos el mayor pediría un poco, por lo que coloco más agua y tomo otro paquete de la alacena y con refunfuños hizo comida para dos.

-

Kris dejo que el agua calentara un poco su cuerpo y que sus pensamientos lo envolvieran, se preguntaba si realmente valía la pena comportarse decente frente al pelinegro o si simplemente debía dejar que su parte oscura se apoderara para hacerlo suyo a la fuerza, no estaba seguro; sin embargo, de verdad necesitaba volver a ver esa sonrisa, al menos una vez más.

Bajo hasta la cocina, siguiendo el olor inundar sus fosas nasales, ahora que lo pensaba no había probado nada desde la mañana y moría de hambre, se acercó discretamente y espero a ver el siguiente movimiento del menor.

-Ah... ya está listo ¿Quieres... - dijo señalando la olla humeante, y vaya, Kris no se esperaba una invitación voluntaria.

-Sí – tomo el tazón que le pasaba, y ambos se sentaron enfrente del otro, ChanYeol abrió la tapa y antes de meter sus palillos dejo que el rubio se sirviera primero, evitando todo contacto visual.

Comían en silencio, con la lluvia y algunos relámpagos de fondo, todo tranquilo, hasta que un estruendoso rayo cayó cerca de la casa, provocando no solo un gran salto del menor, sino también que la luz se apagara, quedando en penumbras.

-¡Carajo! – soltó el menor, dándose palmaditas en el pecho para calmar a su agitado corazón.

Se escuchó la risa burlona del rubio por la reacción exagerada – No es para tanto, mañana regresara; ahora buscare una linterna – se dirigió a la sala de donde saco del cajón de un mueble la linterna, necesitó de algunos golpecitos para que encendiera, pero aun así la luz era casi nula ya que la linterna era vieja, pero recordó otra cosa.

Subió las escaleras y se dirigió hasta el cuarto del fondo, eran pocas las veces que entraba a ese sitio, era como una necesidad de hacer que las cosas en aquella habitación perduraran en la misma posición, por lo que siempre que tomaba algo o limpiaba, se encargaba de dejar todo en el mismo lugar; se acercó a una cajonera cercana a la cama y saco del fondo un par de velas, la verdad era que no quería usarlas, pero la situación lo ameritaba.

Nuevamente en la cocina saco un encendedor y prendió las velas, dejándolas en la mesa, frete a ambos cuerpos.

-Come – le dijo el mayor para que retomara nuevamente sus palillos.

ChanYeol se sintió un poco incómodo, pero siguió la orden y tomo de sus palillos para continuar, Kris también alzo sus palillos dispuesto a seguir, pero antes de tomar de su comida observo la cara del pelinegro, las sombras y la luz delineaban con cierto toque artístico cada parte de su cara, lucia sereno, concentrado en sus alimentos, y Kris dejo que un pequeña sonrisa saliera de sus labios, no era la misma sonrisa sardónica o burlona que solía mostrar, esta era una de la pocas sonrisas sinceras que él recordaba, pronto bajo la mirada y siguió su comida. Y bueno, tal vez si valía la pena su autocontrol, pues esa expresión del menor le gustaba, no había miedo o enojo, solo... paz.

Dejo que el menor subiera a la habitación con la lámpara, mientras Kris se dirigía a la sala con una de las velas; piensa en lo que ha hecho en la mañana con aquel mensaje, y sabe que si ChanYeol se llegase a enterar podría ser su perdición con la especie de calma que hay en ellos; pero no se arrepiente, de hecho ríe mientras se recuesta sobre el sillón y revive la escena, porque Kris es un maldito al que le gusta hacer sufrir a la gente, aunque al parecer ya tiene su excepción.

ChanYeol despertó a la mañana siguiente, se estiro y escucho el crepitar de sus articulaciones, observa que Kris no está en el sillón de enfrente, tal vez ya se levantó, piensa; revisa las luces y para su suerte han regresado, así que termina en la regadera dándose un relajante baño, al finalizar se seca todo el cuerpo y un poco de su larga cabellera que ya casi toca sus hombros, cada vez le era más difícil manejarla, nunca se había dejado crecer de tal manera y ahora es molesto hasta secarlo y ni se diga peinarlo, solo lo envuelve en un chongo y una vez vestido baja.

Antes de entrar a la cocina para buscar algo para desayunar escucha que alguien tose, el ruido proviene de la sala así que se dirige al origen y encuentra a Kris, aun dormido sobre el sillón, su cara luce roja, su respiración es un poco agitada, con suma precaución se acerca y le toca la frente, notando su alta temperatura, en su cabeza pasa la fugaz idea de ir a buscar una sábana y cubrirlo para calmar su temblor, pero otra idea lo frena de improviso.

Toma una figura de piedra que se encuentra sobre una mesilla. Sería fácil, está débil, un golpe y todo acaba, se acerca más, está enfrente de él, su pulso se vuelve tembloroso, alza la figura con ambas manos, respira hondo y se prepara, la figura toma vuelo en el aire... sin embargo, duda, y la figura queda a mitad de camino, sería un asesinato justificado, nadie lo culparía, pero, él no puede hacerlo.

-Maldición – murmura con frustración - ¿Por qué yo no puedo dañarte? – sabe que esta ha sido su mejor oportunidad para ser libre desde que esta en este sitio, pero una parte de él se impone al hecho de convertirse en un asesino, no puede, no quiere; solo le queda confiar en la palabra de Lay, porque él no le fallaría ¿Verdad?

Comienza a bajar el objeto y está por colocarlo nuevamente en la mesilla de madera pero se detiene al escuchar otra voz.

-Hola, ChanYeol – le saluda un Lay alegre, mostrando sus peculiares hoyuelos, el menor se sorprende porque ni siquiera escucho cuando el cerrojo fue abierto. Se percata que Lay muestra otra expresión al ver la figura en la mano del joven - ¿Qué es lo que haces?

-Ah..., bueno, yo acomodaba esto – lo pone en su lugar – Lay, creo que Kris está enfermo ¿Puedes...? Ya sabes... - le señala indiferente la dirección del rubio y Lay logra ver a su amigo.

-Lo revisare – se acerca hasta él y coloca una mano en su frente – Vaya, tiene fiebre.

-Ayer llego totalmente mojado, tal vez sea por eso – el medico lo voltea a ver con una sonrisa – Gracias por preocuparte por él.

-¿Ah? Pues...– negó pero Lay ignoro el gesto.

-Podrías pasarme un paño – no le deja terminar y ve como se aleja, él busca lo que le pide.

-Aquí esta – les extiende el paño.

Lay sumerge el paño en la pequeña tina con agua y se la devuelve al menor – Tú encárgate de colocarle esto en la frente mientras yo voy al auto por algunos medicamentos ¿De acuerdo?

ChanYeol agranda los ojos – Pero... – Lay no le escucha y sale – Ah, lo que faltaba – se acerca al rubio, exprime el paño y con movimientos dudosos acorta distancia, da primero pequeños toques rápidos, casi con miedo; escucha que vuelve a toser y se resigna, suspira y ahora da toques ligeros y duraderos en  su frente, nunca había hecho esto, pero puede recordar como su madre hacia esto por él cuando enfermaba. Continúa mojando y colocando por su cara el paño y pronto ve el ceño fruncido del otro, probablemente no la esté pasando bien, lo sabe, pero por otro lado, ¿Por qué se preocupa por él cuando momentos antes estuvo a punto de matarlo? Maldita conciencia.

Lay regresa y observa la paciencia con la que ChanYeol trata de ayudar a Kris, y tiene ganas de decirle que Kris también lo cuido con mucho esmero cuando estuvo enfermo e inconsciente, pero decide guardar su comentario.

-Lo despertare para darle el medicamento ¿Puede pasarme un poco de agua, por favor?

Después de un rato ve a Kris ya un poco mejor, pero aun parece necesitar descansar y recuperarse, se dirige a la cocina y prepara un poco de té de limón y le agrega algo de miel, revisa la alacena pero no encuentra nada para hacer un desayuno decente, solo pone unas rebanadas de pan a tostar, les unta mantequilla con un toque de azúcar y las sube hasta el cuarto donde ahora se encuentra el rubio.

-Toma – es lo único que dice al pasarle las cosas.

Kris se sorprende, pero agarra la bandeja – No era necesario – el pelinegro solo se encoge de hombros, restándole importancia.

ChanYeol observa que hay un poco de tensión entre Lay y Kris así que les deja solos y cierra la puerta, más su curiosidad es grande cuando escucha a Lay alzar un poco la voz, algo no común en aquel tranquilo chico.

Pega la oreja a la puerta y escucha que hablan, pero no puede entender lo que dicen, si no se equivoca están hablando en mandarín.

-Tienes que dejar que él se vaya, ChanYeol ya está mejor, puede caminar y sus heridas están por completo curadas, yo le prometí que lo ayudaría cuando se recuperara – el pelinegro no entiende nada, pero sabe que hablan de él y su mente crea una pequeña esperanza porque sea a favor de su liberación sin ninguna clase de consecuencia.

-Lay, deja de meterte en mis asuntos, esto no es de tu incumbencia...

-¿Que no es de mi incumbencia? ¡Ese chico está aquí en contra de su voluntad! Tiene familia que le espera y tú...

-¡Basta! Lay, no quiero que vengas esta acá a darme sermones.

-No, no puedo pasar esto por alto, no más, Kris; él no tiene nada que ver con esto, lo tienes aquí porque él te g...

-¡No le tratare mal! ¿De acuerdo? Lo prometo, no voy a hacer nada para dañarlo.

-Pero-

-Tú puedes comprobarlo cuando desees, no lo dañare.

Lay no quiere ceder, está en desacuerdo con esto, aunque tal vez el menor le hace bien a Kris, ¿Pero que está pensando?, no sería nada justo, no debe. Definitivamente tiene una lucha interna, y ni sus años de experiencia en el área de psiquiatría le ayudan cuando se trata de su amigo, él de verdad quiere ayudarlo – No puedo permitirlo.

-No te estoy pidiendo permiso.

Lay titubea, sabe que perdió, de nuevo – No... - suspira –Volveremos a hablar de esto, vendré seguido, quiero que me dejes hablar con él para saber que está bien ¿Entendiste? – Kris asiente mientras rueda los ojos – Ah, ¿Cómo vas con el medicamento? ¿Te lo tomas como es debido?

-Lay...

-Si voy a acceder a esto tú también debes poner de tu parte.

Kris resopla – Lo perdí.

Escucha el gruñir de Lay – Te traeré otro frasco.

ChanYeol escucha pasos acercarse, así que corre hacia abajo para pretender que no escucho nada, que prácticamente así fue.

-ChanYeollie – le llama tiernamente el médico.

-¿Si? – Lay puede ver un pequeño brillo en los ojos del pelinegro, y se culpa.

-Toma esto – le da una tarjeta y Yeol se percata que son sus datos, un número y quizás la dirección de su consultorio – Si necesitas algo, lo que sea, dile a Kris que te permita llamarme ¿De acuerdo?

ChanYeol asiente, aunque lo que él necesita probablemente Lay no pueda dárselo – Te lo agradezco, Lay – y ve como el brillo desaparece de inmediato, porque él también presiente que tal vez, nunca tenga escapatoria.

-Te visitare pronto – le sonríe y le palmea la cabeza antes de retirarse, escapar.

  ✴  

Apenas si comió una rebanada de pan y un poco del té sobrante, su estómago rugía, pero no había nada en ninguna parte para comer y no puede despertar a Kris quien seguía recuperándose; suspira y se echa sobre el sillón tratando de pensar en otra cosa, como en  sus estúpidas ilusiones por ejemplo.

**

Eran cerca de las 5 de la tarde cuando Kris despertó, a regañadientes se tomó la pastilla que Lay le había dejado en el buró, pero cree que es hora de comer otra cosa, cuando baja busca al menor en la sala y lo encuentra acostado boca abajo quejándose audiblemente, lo que le provoca risa.

-¡Hey! – ChanYeol se voltea a ver al otro - ¿Qué sucede? – se recarga en la pared esperando respuestas.

-Pues... – vacila en decirle, pero el mayor no le quita la mirada de encima – Tengo un poco de hambre – sus mejillas se tiñen de rojo.

Kris ríe – Y... ¿Por qué no te has preparado algo?

-No hay nada en el refrigerador o en las alacenas – dice con la vista sobre el piso.

Kris toma las llaves de la camioneta – Ya vengo.

-¿A dónde vas? – pregunta con miedo de que le deje encerrado otro día mientras él se va a no sabe dónde y no pueda probar nada hasta el día siguiente.

-Comprare despensa, tal vez un poco de comida preparada – ve a Chanyeol ladear la cabeza - ¿Quieres... mmh quieres algo en especial?

ChanYeol agranda los ojos - Pero sigues enfermo.

-Yo estoy bien ¿Me vas a decir que quieres o me voy y traigo lo que me dé la gana? – suelta sin un tono en especial.

-Ah, sí ¿podrías traer un poco de Tteokbokki? – ChanYeol no es bueno para la comida picante, pero desde hace un tiempo el platillo le ha rondado la cabeza – Y... helado de té verde.

Kris trata de contener la risa cuando ve al pelinegro pedir todo con tanta vergüenza y cierto brillo, estaba seguro que hasta le vio babear un poco – Bien, ¿Algo más?

ChanYeol niega – no porque no quiera nada más, pero no siente confianza de alargar la lista.

✴✴

Kris llega al pequeño mercado del centro de Busan, va a diferentes puestos para abastecer la alacena y termina en pequeños puestos de comida; al terminar se dirige a la camioneta, pero antes de subir algo llama su atención.

Se dirige al puesto de periódico y ve en la portada la noticia sobre la falsa alerta de bomba en Seúl; Kris se ríe, realmente causo un gran alboroto por allá, sigue leyendo y encuentra otra nota interesante; toma el periódico y paga por él, pero el anciano del puesto de periódico se lo queda viendo.

-Chico ¿Te conozco de algún lado? - Kris niega inmediatamente - ¿Seguro? Siento que te he visto en alguna parte, ¡ah! ¿Tal vez eres uno de esos famosos idols?

-No, me confunde – Kris trata de alejarse rápido.

-Oh, bien, lo lamento, este viejo ya no tiene buena memoria – le entrega el cambio y Kris sale rápido del lugar subiendo su capucha, porque sabe que algunas imágenes de su descripción han llegado hasta los periódicos en Busan y no quiere arriesgarse a ser descubierto en su sitio.

  ✴  

Kris vuelve a casa y encuentra todavía al menor tirado sobre el sillón, probablemente delirando pues lo escucha cantar, bajito y grave contra el asiento, le parece una escena graciosa aunque también le resulta encantador, la voz de ChanYeol le gusta y la verdad es que no quiere interrumpirlo ya que está intentando averiguar qué cosa es lo que canta; pero es el olor de la comida lo que lo saca de su ensoñación.

-Oh, llegaste – rápidamente se pone de pie, se coloca sus pantuflas y se acerca al rubio, ayudándole a cargar algunas bolsas y se sorprende al encontrar en una de ellas el pedido que le había hecho.

-Traeré algunos platos – anuncia dejando las demás bolsas sobre la encimera, el rubio piensa en mostrarle el nuevo recorte del periódico que tiene para él, pero decide que es mejor esperar para luego.

 

Nunca había visto al menor comer de esa manera, parecía degustar cada bocado, aunque también termina enchilado y lagrimeando, pero parece recuperarse con el helado.

-¿Te lo vas a comer todo tú solo? – le mira fijamente.

-Pues... tú estás enfermo, no puedes comer de esto y... de hecho ya me lo acabe – muerde su labio nervioso.

Kris sonríe ladino – Como sea, es tarde, es hora de dormir.

Esta vez ChanYeol insiste en que Kris duerma en su cama y él se va dormir al colchón del cuarto de abajo; se siente extraño entrar de nuevo ahí, hay malos recuerdos, pero algo bueno saca, pues dentro de la funda de una almohada encuentra el recorte de periódico con la cara de BaekHyun impresa, solo se concentra en eso y permite que el sueño se apodere de él.

No recuerda exactamente qué es lo que estaba soñando, pero despierta con la respiración un poco agitada y con sudor en su frente, sabe que tiene que ver con él y BaekHyun, pero en qué situación, no lo sabe, todo se borró en el momento en que abrió los ojos. Observa que el sol ya está saliendo, aún es temprano pero ya no puede continuar en aquel colchón, esconde el pedazo de periódico y sale de aquella aterradora habitación.

Su estómago duele, quizás no debió comer tanto en la noche, pero si lo piensa valió la pena, ahora solo toma un vaso de leche y come una rebanada de pan con mermelada de fresa; después sube hasta la recamara y ve que Kris aún sigue profundamente dormido, gira sobre sus pies dispuesto a irse, pero se detiene al principio de las escaleras y observa el cuarto del fondo.

¿Debería? Se pregunta y debate entre su curiosidad y la razón; su curiosidad gana. Gira la perilla de la puerta con lentitud, como preparándose para encontrar cosas horribles detrás de esa puerta; asoma primero la cabeza, el cuarto esta oscuro así que prende las luces y lo que encuentra no le provoca miedo, de hecho le gusta.

El cuarto luce un poco abandonado y tiene cierto olor a humedad, pero dentro hay una amplia cama con un bello dosel en color crema, un balcón con una silla doble, muebles rústicos y con sutiles adornos en ellos, piezas, figuras, y lo que más le llama la atención es un librero de gran tamaño, repleto de historias y otros papeles.

-Wow – exclama mientras pasa el dedo por el lomo de varios libros, nota en su dedo un poco de polvo, sopla sobre este quitando las pelusas, la mayoría parecen ser libros antiguos pero bien cuidados.

Toma con precaución uno y checa la portada. "La divina comedia" es el primero en sus manos, recuerda ese libro y no se imagina a Kris leyendo aquel ejemplar porque ni el mismo sabe que pensar del cielo y el infierno, no está seguro si en verdad existen seres celestiales, un dios o ángeles caídos, pero como en el relato de la historia en el recorrido de Dante, ChanYeol piensa que en este mundo terrenal él ya ha pisado el infierno, el purgatorio y el cielo, aunque no en ese orden, pues, su cielo y ángel se han quedado atrás con esa bella luz que iluminaba su camino, su BaekHyun que le daba paz; el infierno lo había pisado al enfrentar a su padre, al entrar a aquel sucio trabajo y sobre todo al toparse con Kris, un demonio en persona; y ahora puede que estuviera pasando por el purgatorio con un continuo arrepentimiento de sus pecados, no hay paz, aunque tampoco siente el calor infernal.

Cierra el libro y con cuidado lo deja donde era su lugar, toma otro y esta vez se sorprende al encontrarse con "El principito", Chan sonríe para sí mismo, fue uno de los últimos libros que leyó su madre para él, aunque fueron años después que logro dar significado a varias de esas palabras, pero aun así, no es ni remotamente capaz de proteger su flor. Mientras pasa las hojas de aquel libro algunas hojas sueltas caen al piso, ChanYeol se agacha a recogerlas, cuando las tomo se da cuenta que son varias cartas y dibujos de una madre que amaba a su hijo.

-Kevin – leyó al pie de varias hojas, si bien Kris le había contado gran parte de su historia, él jamás le había mencionado el nombre que su madre le había dado, ni tampoco algunos detalles personales, pero ChanYeol no necesito de gran esfuerzo mental para darse cuenta que aquellas imágenes se trataban de Kris y sus padres – Su nombre es Kevin – repitió y confirmo al encontrar una fotografía de los tres, el padre de Kris o Kevin era idéntico a su hijo, excepto por el color de su cabello y ojos, esos lucían iguales a los de su madre.

Siguió revisando otros papeles y encuentra algunas cosas de las investigaciones del señor Wu, también ve actas de nacimiento y papeles médicos del joven YiFan o Kevin Wu donde lo diagnosticaban con esquizofrenia, y ChanYeol tal vez intuía que algo andaba mal en su captor, pero saberlo de esta forma le volvía a llenar de pavor. Cerró todos los papeles a prisa, sentía que toda su piel se erizaba y debía guardar todo pronto, pero... no se esperó ser encontrado.

-¿Qué demonios haces aquí? – escucho en un tono varias octavas más grave de lo normal y sabía que estaba en problemas, al intentar meter todo a prisa termina tirando varias de las cosas y Kris se acercaba a pasos rápidos hacia él, hasta tomarlo por el cuello de su camisa y mirarle fijo de mala manera.

-Yo... lo siento. Solo... eh... solo estaba aburrido y encontré tus libros, quería leerlos pero sin querer termine tirando algunos papeles, pero ya los recojo – decía nervioso intentado liberarse del agarre de Kris.

ChanYeol cerró los ojos, no sabía que esperar, pero en cambio ambos escucharon otra voz desde la planta baja que le salva.

-¡Kris! – Llama Lay - ¡¿Dónde estás?!

Kris dejo libre al menor y simplemente se dio la vuelta para saber qué es lo que quería el médico.

-¿Ahora que sucede, Lay? – pero sus palabras se quedan en el aire al notar que no se encontraba solo.

-Lo siento, Kris, estos tipos entraron conmigo cuando abrí la casa – se disculpó aun teniendo en su cabeza una pistola que le apuntaba.

Les observa, tres tipos que conocía, hombres de Lee.

-Que tal Kris – saludo burlón uno de ellos – Andy me ha dado el trabajo de buscarte, creo que se alegrara al saber que lo logre ¿Verdad?

-¿Cómo carajos llegaron aquí?

-Oh, Kris, no me subestimes.

-¿Qué quieren?

-Pues el señor quiere que te dejemos en claro que con él no se juega, necesitas una lección y enfrentar tus errores, que tal si empezamos con este tipo – presiona la pistola aún más en la cabeza de Lay y Kris se sobresalta ligeramente – Entonces si te importa este chico ¿Eh? – rió.

-No – intenta mentir – Vayamos a afuera y hablemos, él no tiene nada que ver conmigo.

Se escucha la risa de los intrusos – Bien, pues si no te importa... Rick, atraviésale la pierna.

-Como digas – y Kris ve como baja el arma dispuesto a disparar, no iba a permitirlo, así que sin pensarlo dos veces se le avienta, un sonido de disparo se escucha en el aire, pero él sigue luchando hasta quitarle el arma y golpearlo fuertemente con la empuñadura, dejándolo inconsciente. Otro de los tipos saca un arma para disparar al rubio, sin embargo Lay es rápido y le empuja con fuerza hasta tirarlo y sacarle el arma, comenzando los dos una lucha por tomarla.

Kris va hacia el otro, patea con fuerza el estómago del intruso, haciendo que este retrocediera, rápido se acerca y le toma de las manos para evitar que disparara contra ellos, el hombre le da un cabezazo que le deja un poco perturbado, pero no se detiene; en un ligero descuido el hombre alza el arma, Kris se pega a él y luchan por el control hasta que otro sonido de un disparo se escucha; Kris baja la mirada y observa el gran charco de sangre, el abdomen de su enemigo había sido atravesado por la bala; cae retorciéndose en sus últimas respiraciones y él no duda en dispararle nuevamente; cambia de objetivo y dispara sin remordimientos al hombre inconsciente, solo queda uno.

-¡Alto! – Al girarse observo al último de ellos apuntar a Lay, quien se encontraba de rodillas con varios golpes en la cara – Tira el arma – no le quedo de otra que obedecer – Pagaras por esto – dice con rabia – dile adiós a tu amigo.

-¡No!

Y un estruendo se escucha en la sala...

-¿Pero qué...? – Kris no podía creerlo, pero ahí estaba ChanYeol, parado detrás de un inerte hombre al que le había roto una figura de piedra en la cabeza.

ChanYeol temblaba, había escuchado todo el alboroto desde arriba, al bajar y ver la pelea y amenazas sus pies se movieron automáticamente, y termino por intervenir, pero ahora que el hombre yacía tirado en el piso con un lago de sangre alrededor de su cabeza, le hizo paralizar. Suelta los pedazos de la figura que aún quedaban en sus manos, siente parte del líquido rojo sobre él, las mira sabiendo que ha hecho algo que estaba evitando a toda costa.

 Su mente se encarga de repetirle que ahora el también... es un asesino, y otra vocecita le dice que si lo piensa, lo era desde hace tiempo atrás, pues había participado indirectamente en la muerte de todos esos chicos a los que les vendía sustancias ilegales y su adicción les había ganado.

Piensa que si probablemente el purgatorio si existía y después de su muerte llegaba ahí, se quedaría por un tiempo eterno expiando sus pecados, o quizás... nunca saldría del infierno, porque él era un asesino. 

Notas finales:

Lamento la tardanza al subir los cap por aqui, pero hoy les subire dos (^^)


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