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RENACER DE LAS CENIZAS. por patjes

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Esa noche había sido su primera calada, calada que le trajo por delante recuerdos, pero que pronto logro borrar de todo aquello, incluyendo las culpas, así que si era sincero, sí, le gusto, le gusto el éxtasis que sentía en su cuerpo, seguido de una buena relajación, no había tristezas, todo se había disuelto en aquel humo toxico.

De hecho, poco le importaba ya lo que sucedía a su alrededor; ni siquiera el haber regresado a ese oscuro cuarto de la planta baja le molesto, y es que ¿Qué motivos tenía ya para quedarse en la cama del mayor? No, prefería no incomodarlo, pero en cambio se atrevía a pedirle otros pequeños favores, qué tal otro porro, solo para calmar la ansiedad, claro; pero no siempre era posible conseguir de aquellos cigarrillos, porque para empezar, Kris no era adicto a esas sustancias, así que se tenía que conformar con nicotina o alcohol.

A Kris no le importaba tener que conseguirle algo que consumir que le hiciese sentir mejor, pues era más fácil hablar con ChanYeol, compartir historias y uno que otro dato curioso que le hacían conocer más del pelinegro.

Desde aquel primer día, habían tenido dos semanas en estado de calma, nada de discusiones ni reclamos, con una rutina ya planteada que les daba estabilidad; pero todo tiene un fin, y esa armonía y estabilidad fue rota el día en que Kris recibió una llamada que ya esperaba.

Andy…

Y Kris sabía que no podía simplemente ignorar la llamada, no era una opción con aquel mafioso, así que solo acepto la llamada con un simple, .

-Te jodiste a tres de mis hombres, cabrón – le decía con un tono alegre, pero Kris sabía que el hombre no estaba para nada feliz.

-Ellos llegaron a joderme a mi primero – Kris salió de la casa para evitar que ChanYeol le escuchara.

-¡Eso a mí me vale mierda, K! Esos hombres me eran útiles para mis negocios. – El hombre cambio a un tono más grave – Por lo que entenderás que las cosas no se pueden quedar como si nada.

-¿Qué es lo que quieres? – espetó, y se escuchó la risilla de Andy del otro lado del teléfono.

-Ya nos vamos entendiendo, mi querido K. Te necesito aquí ¡Ahora! Tengo varias cargas que proteger que me están llegando del medio oriente, y bueno, ya sabes cuál es tu labor, pero esta vez tendrás el triple de trabajo, estar atento y listo para eliminar cualquier estorbo, serán varias cargas por dos meses, por lo que te solicitare seguido.

-No, – prácticamente gruño la negativa – esta vez no puedo cuidar de tus cargas.

-¡Pero si no es pregunta, K! ¡Estoy diciéndote lo que vas a hacer!

Esta vez se escucharon las risas de Kris – Y si no ¿Qué?

-Bueno, si quieres jugar al difícil, está bien, pero no olvides que me perteneces, te tengo en mi manos, yo sé muchas cosas de ti; incluso ahora, el lugar donde te escondes, por lo que tal vez algún día me den ganas de ir a visitarte y, charlar como buenos amigos, ¿Mmh? ¿Qué me dices, K? o puede que realice una llamada anónima a tus amiguitos los policías y-

-No. – lo interrumpió, cosa que alegro al contrario. Lo tenía como nunca pensó, él era un alma libre, trabajaba para el que se le diera la gana, pero Andy, era un hueso duro de roer; y no es que Kris le tuviera miedo, sabia como defenderse, pero… y que tal si se atrevía a venir a su casa, o peor, que llegaran los policías junto a ese estúpido  inspector y encontraran a ChanYeol… no, no podía exponer a Yeol de esa forma, nunca permitiría que lo alejaran de él, nunca. – ¿A qué hora y dónde?

No tuvo más remedio, y ese mismo día tuvo que partir.

 

ChanYeol estaba un poco confundido ¿Por qué despues de tanto tiempo tenía que dejarlo nuevamente solo y con llave en ambas puertas? Se suponía que ya no desconfiaba de él, tengo que ir a  hacer un trabajo,  le había dicho con un semblante serio y… ¿preocupado? No sabe, pero que mierda era aquello.

El primer día, se puede decir que no le había afectado mucho la soledad, además de que Kris llego por la noche, con notorio cansancio y fastidio; pero bueno, ya había terminado su labor, ya podrían regresar a su rutina ¿no es así?

Sin embargo no sería el único día que lo dejarían solo, Kris comenzaba a salir casi a diario desde muy temprano para llegar a altas horas de la noche.

ChanYeol no lo aguantaba, y no exactamente porque lo extrañara, pero su ansiedad se volvía cada vez más grande, y pronto se vio metido en el refrigerador acabando con las pocas botellas de cerveza, tomando de las cajetillas del rubio; pero no le eran ya suficiente, estaba solo, aburrido, incluso enojado y necesitaba de algo más fuerte, así que fue a su cuarta salida del mayor cuando le pidió que le diese algo con que lidiar sus emociones.

Ese día Kris solo tenía una pequeña bolsa con un polvo blanquecino, el mayor dudaba en darle de aquello, era evidente que ChanYeol era propenso a hacerse adicto, pero los ruegos del otro le ganaron y termino cediendo.

-Esto es-

-¡Lo sé! Yo también trabaje con esto ¿lo recuerdas? – sonaba exaltado, impaciente.

-¿Sabes cómo consumirla?

-Sí.

Y claro, ChanYeol no era un experto en eso, además que fumar marihuana era muy diferente a inhalar cocaína, él sabía que aquel polvo podía más con las mentes de sus consumidores de lo que la marihuana hacía, pero casi ni lo pensó al inhalar la primera hilera, su nariz ardió como el infierno, era una sensación nueva y extraña, pero no se arrepintió y siguió con lo demás, entonces, de lo único que se arrepintió fue de no haberle pedido más a Kris, era poca la dosis, y mierda ¿Ahora que hacia?

~

Estuvo paseándose por la casa por un buen rato, abriendo las ventanas lo más que las rejas le permitían, para que el aire entrara y bajara el infernal calor de las tardes; después prendió la televisión del cuarto pero por alguna razón no había señal en ningún canal.

Se echó un rato en la cama de Kris, observando el paisaje exterior y permitiendo que el viento soplara sobre su rostro; hasta que un ventarrón entro por está tirando algunas cosas de la alcoba, se levantó para cerrar un poco la ventana y recoger las cosas tiradas, entre ella logro ver la estatuilla del fénix, la observo por un rato, analizando los bordes y líneas que faltaban para terminarla.

-¿Y si…? – ChanYeol había visto la última vez donde tenía guardadas las gubias y demás materiales para esculpir la estatuilla de madera, ahora se preguntaba si el rubio se molestaría por tomar sus cosas y acabar de una vez con el trabajo.

Se lo pensó… ¿qué más daba?

Saco la caja de herramientas de la parte más alta del librero del cuarto prohibido, es decir, de la habitación de los padres de Kris, salió sin mover nada y se apresuró a la sala para continuar el arte.

Marco con mucha delicadeza cada borde faltante, muy meticuloso en la acción, jamás pensó ser tan bueno en esto, pero lo estaba haciendo muy bien, según su criterio, termino con las limas que le dieron la suavidad y textura necesarias. Estaba hecha, ahora… solo faltaba un detalle, un barniz que la protegiera.

Ya había visto otras figurillas en la casa que está seguro fueron hechas por Kris, y  que a la vez estaban correctamente barnizadas, así que debía de haber más de aquel líquido.

Subió corriendo en busca de aquello en el cuarto de Kris, no quería entrar primero al otro cuarto y terminar moviendo algo, o peor, rompiéndolo, así que busco bien por el ropero y en otras áreas, hasta que llego a las cómodas, busco en el primer cajón y no encontró nada, abrió el segundo y, no encontró el barniz; pero, si encontró un recorte de periódico, y curioso, lo desdoblo y observo la información, había una foto suya, así que se interesó más.

Aunque… no podía creerlo, BaekHyun de verdad había dado por terminada la búsqueda de su paradero; pero ¿Por qué?, dio la vuelta al trozo de papel, nada encontró, sabía que habían roto esa información, que estaba incompleta. Él necesitaba saber más; busco desesperado por la parte faltante del periódico; sin embargo, nada encontró.

Su corazón comenzó a latir con fuerza, casi lo podía sentir salir por su garganta, ¿tan pronto BaekHyun se había olvidado de él?

-No, no, no. Es muy pronto para darse por vencido, Baek… - entonces recordó que él también se había dado por vencido un tiempo atrás, ya no intentaba escapar, ni siquiera pedir ayuda, entonces ¿Por qué BaekHyun tendría que hacerlo?

-¡ChanYeol! – escucho la voz de Lay. Limpio rápidamente sus lágrimas y guardo el trozo de papel en su bolsillo, bajando a prisa para encontrarse con el médico.

-Hey. – le saludo tratando de verse bien, pero era muy difícil engañar a Lay.

-¿Qué sucede, ChanYeol? – el aludido negó contestando con un simple, nada. – ¿Dónde está Kris?

-Él… tuvo que salir a un trabajo o algo así.

Lay enarco las cejas. – ¿Y por qué te dejo encerrado? ¿Va a tardar? – ChanYeol solo se encogió de hombros, haciendo que el medico frunciera el ceño – Ven.

Lo llevo hasta el sofá, dándose cuenta al tenerlo tan cerca que desprendía un olor peculiar.

-Channie, ¿tomaste? – el otro no contesto nada, observo restos de un polvillo blanco en la mesa de la sala que tomo con su dedos, olfateo y probó, observando al menor más tenso. – ¿Por qué, ChanYeol? ¿Desde cuándo?

-Ah… – se puso nervioso – no pienses mal, solo fue por hoy y fue una cantidad mínima.

-Mínima o no, esto no está bien, Kris no debió de darte esto-

-No, yo se lo pedí – ni siquiera pensó en su respuesta, ni porque jodidas estaba defendiéndolo.

-Para mí no hay diferencia ¿Has tomado otras cosas?

-Yo… pues…

Y observo como se levantaba furioso de su asiento, casi asustándolo, porque no era algo propio de Lay. Lo observo sacar su celular, con intenciones de marcarle a Kris.

-¡No, espera! – impidió la acción, pues si le reclamaba sabía que ya no habría nada para él – Por favor, no digas nada, esto solo lo hice para experimentar y no volverá a pasar, lo prometo. – Lay seguía con una posición firme. – Por favor – le rogo.

Lay no sabía qué hacer, parecía que los ojos del menor ya de por si enrojecidos se volvían más rojos y aguados, ¿qué mierda estaba haciendo él? Estaba muy arrepentido, lo había dejado de ver por algunas semanas por el exceso de trabajo, además de  que la última vez Kris ni siquiera lo dejo quedarse más allá de 10 minutos, y ninguna de sus llamadas fue contestada, esto era un desastre, uno que bien puedo haber evitado.

Cerro fuerte lo ojos y los abrió para ver el aun demacrado rostro de ChanYeol – ¿Ya comiste?

Y eso para ChanYeol fue un alivio, significaba que Lay lo pasaría por alto, solo negó con la cabeza.

Lay se encargó de alimentarlo de forma adecuada, de revisar su estado de salud, el cual aún no era del todo bueno, su peso seguía más abajo del normal y parecía que no dormía adecuadamente.

Lay se alejó un momento para pensar en qué hacer con el asunto, hablar con Kris no era siempre tan eficaz, así que era hora de tomar las riendas, le diría directamente a ChanYeol que se iría con él, y lo sacaría de la casa hoy mismo.

-Channie… - pero el menor ya había caído dormido, parecía realmente cansado cuando llego a la casa, pero no quería dejarlo más tiempo con Kris. – Hey – le movió ligeramente para despertarlo, se sentó por delante de su cabeza, moviendo sus cabellos.

-Mmh… – se quejó, y solo se removió para estirarse y colocar su cabeza en las piernas de Lay.

El mayor no tuvo corazón para levantarlo a la fuerza, así que acaricio su cabellera y dejo que durmiera con tranquilidad en su regazo.

✴✴

Kris llego como era costumbre por la noche, esta vez su cuerpo había sido llevado a un mayor esfuerzo, después de todo suplantar a tres hombre no era tarea fácil, y si bien no era la primera vez que resultaba herido, esta vez podían verse más obvias sus raspaduras por varios lugares de su cara, así que solo quería llegar y acostarse en su cama para descansar hasta el día siguiente, disfrutar del día con ChanYeol y no hacer nada, pues era un día libre para él.

Sin embargo, sus intenciones quedaron solo en eso, intenciones; pues al abrir la puerta escucho un leve ronquido que se le hacía familiar y al asomarse a la sala pudo ver a ChanYeol, recostado en el sofá, pero eso no era todo, Yixing estaba al lado del menor, sosteniendo su cabeza y dormitando de igual forma.

Y no sabe porque, pero le molesto la escena, sabía que su amigo era muy protector con ChanYeol, le hablaba y trataba como a un hermano menor,  pero el ver como reposaba su mano en la cabeza del pelinegro con toda delicadeza, le hizo querer sepáralos pronto.

Se acercó y movió el hombro de Lay, tratando de no ser tan grotesco, rápidamente el medico abrió los ojos y al mirarlo le regalo una de esas bellas sonrisas que provocaban que se marcara un hoyuelo en su mejilla, pero al ver la seriedad en la cara del otro dejo de sonreír.

-Ven. – le había ordenado, Lay no lo pensó más y con sumo cuidado dejo la cabeza del menor sobre el cojín del sofá.

-¿Qué te sucedió en la cara? – fue lo primero que le dijo al verlo de frente.

-Eso no importa ahora. – se alejaron un poco más hasta casi la salida. – ¿Por qué estás aquí? – le increpo.

Lay frunció el ceño al recibir una pregunta de forma tan brusca, pues tenías años que no le hablaba de esa forma, tan amenazadora. – Pues vine a ver a ChanYeollie y… a ti, claro. Además, ¿Por qué no has contestado mis llamadas? Sabes que debo de saber cómo esta él, fue nuestra condición.

Kris rodó los ojos ante el mote cariñoso con el que llamaba a Yeol. – De acuerdo, ya lo viste, está bien. Ahora te puedes ir, Lay.

-¿Qué? – Arrugo el ceño – No, espera, quedamos en algo y no lo has cumplido, no has contestado mis llamadas; además, él no está bien, ya viste lo delgado y débil que aún se ve. ¡Se va conmigo!

-¡Ni lo pienses! – alzo un poco más la voz.

-No te estoy preguntando, Kris, ¡Dije que él se viene conmigo!

-¡NO!

Los gritos habían despertado a ChanYeol, y pudo identificar la voz de rubio – ¿Kris? – le llamo, quería saber qué demonios estaba pasando.

Lay estaba por adelantarse y llevárselo de una buena vez – ¡ChanYeol, tú te vie-! – pero no puedo terminar lo que decía, porque Kris lo tomo por la camisa, le quito las llaves de su casa y lo hizo salir por la fuerza de la misma, cerrando la puerta con fuerza.

-¿Pero qué haces? ¿Por qué le hiciste eso? – se escuchaban los toquidos en la puerta con insistencia.

-Solo me está molestando por el medicamento. – la cara del menor le decía que no le creía del todo. – Sube al cuarto, yo hablare con él, esto es solo entre nosotros.

Sin otra alternativa subió al cuarto, esperando por varios minutos, hasta que Kris subió. – ¿Ya arreglaste las cosas con él?

-Sí. – contesto cortante, manteniendo el silencio y las miradas por un momento. – Encontré esto abajo – mostro la figura del fénix, y un ligero estremecimiento fue notable en ChanYeol, como si de un niño que han cachado en su travesura se tratara, Kris sonrió ladino – Te quedo bien.

-Yo… yo solo lo termine. – mantuvo la mirada baja, rascando su brazo.

-Y… ¿me puedes decir ahora que buscabas en el cuarto de mis padres?

El menor alzo rápidamente la vista, mirándolo estremecido – Lo siento, solo buscada un poco de barniz, pero te prometo que no moví nada, puedes revisar si quieres, esta vez solo-

-Ya, – Detuvo el parloteo – está bien, te traeré el barniz y…, si quieres también un poco de pintura. – Chan tardo un poco en procesar aquellas palabras, pero termino asintiendo torpemente. Camino unos pasos para ir a buscar los materiales, pero se detuvo un momento para volver a mirarlo – También, puedes entrar a la habitación…, puedes tomar de los libros y salir un rato por el balcón, solamente tienes que dejar todo en su lugar y, ahí de ti si llegas a romper algo – dijo en una amenaza no tan grave.

El pelinegro estaba impactado, nunca creyó que Kris le perdonara nuevamente el entrar a esa habitación, pero ahora hasta le daba la libertad de entrar en ese sitio “sagrado” ¿Qué demonios le pasaba? Y Kris se preguntaba lo mismo, ni siquiera a Lay que tenía ya tantos años conociéndolo lo dejo entrar a aquel cuarto, ¿entonces por qué Chanyeol; por qué su presa, exactamente? Definitivamente estaba enloqueciendo cada día más.

 

Pinto con esmero cada zona, en hermosos tonos rojos, naranjas y amarillos; lo barnizo para proteger su obra; y se dio el gusto de deleitarla, era perfecta.

Se sintió tranquilo, ese día y al siguiente, cuando en frente de la mirada del rubio entro a la habitación antes prohibida, era bella y acogedora. No perdió tiempo y tomo con afán uno de esos libros que deseaba con ansias, lo leyó sentado en una silla mecedora que estaba en el balcón, disfrutando por ratos la extensa naturaleza y el vaivén de los árboles que refrescaba su cuerpo.

No había ningún problema, pero apenas al siguiente día cuando Kris volvió a salir por situaciones del trabajo, sintió una especie de miedo, de pronto la casa era bastante grande y los ruidos del crujir de la madera y de algunos animales del exterior, asustaban. Trato de calmarse, así que se sentó en el balcón con un libro en mano, pero su mente lo llevaba a otros lados, con otras personas.

Una corriente de aire llamo su atención, era un aire cálido y confortable, así que despego los ojos del libro que tenía en sus manos, acerco su cuerpo, colocando sus brazos en el barandal, y lo que vio, para él era hermoso; pero no era posible ¿o sí? Quito los brazos y tallo sus ojos, la figura seguía ahí mismo, sonriéndole, se levantó a prisa y acerco su cuerpo lo más que el barandal le permitía.

-Channieescucho esa dulce voz que bien conocía.

-¿B-BaekHyun? Tú… estiro la mano, como intentando alcanzarlo ¿vienes por mí? ¡Ayúdame Baek! La puerta está cerrada y-

-No, Channie.

-¿No? Baek, es que no puedo abrir, ambas puertas tienen cerrojo y esta alto para intentar brincar.

-Cálmate, lo reconforto, para luego hundirlo solo vine a decirte adiós… – dijo aun con su tono dulzón, ese que derretía a ChanYeol por lo hermoso que sonaba en él, pero que ahora le provocaba escalofríos – Es momento de rehacer mi vida. Tú ya pasaste al pasado, ahora hay una nueva persona, una a la que amo y que también me ama.

Un gemido escapo de sus labios, tal vez estaba escuchando mal, sí, eso era, había entendido todo mal – ¿De qué hablas, mi Baekkie? Tú me amas y yo a ti, “siempre juntos” recuerdas.

Una risa socarrona se escuchó, mezclándose con el ligero aire. – Tú no volviste, incluso cuando tuviste más de una oportunidad. Ahora mírate, – lo señalo – pareces feliz con tu nueva vida.

-¿Qué? No Baek-

-Te entiendes bien con ese hombre, dejas que te toque y te hable como si nada, puede que ya hasta hayas hecho el amor con él, y ¿acaso pensaste en mí en esos momentos? ¡No, tú me olvidaste! Y ahora es mi turno.

-Baek, no amor, yo te sigo amando a ti, perdóname… – dijo entre sollozos, reteniendo las lágrimas que amenazaban con salir y empapar su rostro; sin embargo, ese rostro tan acusador y lleno de odio que le daba BaekHyun era demasiado y, no aguanto más, sus lágrimas rodaron hasta caer en el reverdecido césped – Si no me fui fue por miedo, no quería que te lastimaran, yo… soltó un jadeo de sorpresa al ver que la figura de la persona que tanto ama, esfumarse – ¡No, Baek, no, vuelve! por favor… – gimoteo más fuerte, y es que para él había sido tan real… BaekHyun le había abandonado, y él no pudo hacer ya nada.

Esa noche no pudo más que salir corriendo en busca de un poco de polvo blanco y alcohol, sabía que todo había sido una alucinación, que Baek nunca estuvo allí, pero no podía contra el dolor que se instauro en su pecho, ese era muy real.

Así que solo se dejó ahogar en su pequeño río saldo, siendo consiente que sus lágrimas no borrarían aquel dolor que de pronto emanaba de sus entrañas, pero que al menos le permitiría respirar sin la sensación de ardor.

Esa fue la peor de todas las noches para él, pues al menos había alguien en su memoria que lo mantenía cuerdo, pero incluso su mente le traicionaba ahora, no podía dejar que esto volviera a ocurrir, realmente dolía, la soledad le traicionaba de la peor manera, casi desvaneciéndose con la cruel ilusión de su BaekHyun.

Así que por favor, ¡no me dejes más desvaneciéndome yo solo!


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