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RENACER DE LAS CENIZAS. por patjes

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La soledad comenzaba a molestarlo de varias formas, la primera vez que le había comentado a Kris que lo dejara acompañarlo, él se negó rotundamente porque “esto no es un juego, Yeol, es peligroso”.

Y claro que lo sabía, demonios; pero las dos veces más que lo dejo solo no lo soportaba, esas alucinaciones que tenía con BaekHyun despidiéndose de él le resultaban tortuosas, pero ya no solo era Baek, su padre llegaba diciéndole que se lo merecía, y su noona ya ni lo reconocía. En su cabeza estaba totalmente solo, abandonado por todos.

Entonces la siguiente vez rogo, suplico con todas las palabras que conocía, que lo dejara acompañar, Kris jamás lo había visto de tal forma, ni siquiera recuerda que le rogara cuando lo capturo, entonces…

-De acuerdo; – lo había convencido – pero tendrás que hacer absolutamente todo lo que yo te diga, no puedes exponerte solo porque sí, saldrás cada que yo diga y si te digo que esperes en la camioneta, esperas.

Le puso una cuantas condiciones más, entre ella que no podía ver desde donde salían o a donde llegaban, por lo que mantendría los ojos cerrados todo el camino, por su bienestar, claro.

 

Fue así como termino acompañando al mayor a sus trabajos, la mayoría del tiempo solo se quedaba encerrado en la camioneta, en lugares áridos y solitarios, con gente que parecía más peligrosa que Kris a su alrededor, solo sabía que trabajaban para un tal Andy, y que el camino era riesgoso, que las entregas debían ser rápidas y precisas. El trabajo parecía complicarse cada día más, por lo que después de algunas entregas, Kris lo dejo bajar de la camioneta, con la condición de estar pegado a él y de no hablar con nadie más.

“El chico mudo”, así lo apodaban cada que estaba al lado de Kris, y es que era realmente especial cuando estaba cerca de otros, no dejes que te toquen y ni una palabra a nadie, era lo que le repetía cada que lo ayudaba en las vigilancias y transportes de camioneta a camioneta.

Muchos tenían dudas de su paradero, era obvio que había cambiado mucho y que ahora parecía un poco mayor, por lo que nadie lo reconocía como ChanYeol, el chico que había sido secuestrado; y para él era mejor así porque sabía que esas personas no lo ayudarían; pero sí que trataban de sacarle palabras con algo que consumir.

-Mira chico, este plantita es muy famosa en Somalia, se llama Captagón, solo lo masticas y la magia llega pronto – le había dicho uno de los hombres que también trabajan en el transporte del producto, tomándolo por los hombros, como si de viejos amigos se trataran, y ChanYeol no pudo evitar poner una cara de curiosidad, pues sí, él sentía que necesitaba un poco de aquello; sin embargo…

-Aleja tus sucias manos de él. – le espeto Kris, alejando al tipo sin ningún cuidado, observando como el hombre se alejaba con una sonrisa ladina y levantando las manos en señal de rendición.

-Lo siento, K, no sabía que era tuyo de esa manera, no volveré a tocarlo. – y eso fue suficiente para Kris, de un puñetazo le saco algunos dientes al hombre, provocando que desde entonces nadie más lo tocara, porque Kris era de temer.

-Nunca tomes nada que te ofrezcan ellos, si quieres algo me lo pides a mí.

Y sí, Kris le facilitaba varias de las drogas que transportaban, no de todas, porque sabía cuáles eran las peores, pero sí que probo nuevas cosas, unas le gustaron y otras no, pero las que más le gustaban era la marihuana, la cocaína y una que otra anfetamina que le ayudara a rendir un poco más en su nuevo trabajo, porque Kris ya comenzaba a tenerle mayor confianza, y dejaba que lo acompañase a mas lugares y con nuevas personas, aunque siempre pasara desapercibido, no importaba, únicamente no quería estar solo.

Fue un 6 de mayo a primera hora del día que terminaron de transportar un pedido con destino a Seúl que ChanYeol hizo una petición a Kris, tratando de sonar discreta.

-Tengo hambre. – así había empezado.

-Compraremos algo en el camino, ahora tenemos que salir pronto. – por supuesto a Kris no le gustaba la idea de que ChanYeol estuviera en su ciudad de origen, expuesto a peligros que más bien creaba su cabeza, y es que era más el miedo que sentía pues aunque ChanYeol le había demostrado que podía confiar en él, no sabía si haría lo mismo en un lugar que reconocía como su hogar.

-Es que no creo poder aguantar más, además se dé un lugar donde venden un muy buen café y bocadillos. – Kris lo miro con una ceja alzada, queriendo negar toda aquella locura. – Por favor, yo me quedare en la camioneta muy quieto y tú pedirás las cosas por la ventanilla.

-Hmm… – se lo pensó.

-Por favor. – y bien, Kris no podía contra aquella cara, así que asintiendo se dirigieron al lugar donde el pelinegro había indicado.

Pero lo que Kris no sabía, era que esa cafetería fue especial para el menor, y no exactamente por sus productos, era el lugar donde había tenido su primera cita con BaekHyun, y por lo tanto su lugar favorito para desayunar juntos en días importantes, como este día, cuando BaekHyun cumpliría sus 26 años, era como una costumbre, y en su mente se instaló la idea de que probablemente él iría hacia allá, aunque fuese solo, así que si era una buena corazonada tenía una buena oportunidad de encontrarlo, y comprobar de una vez por todas que todas esas palabras que escucho salir de su boca hace algunas semanas, eran solo ilusiones suyas, que BaekHyun aun lo amaba, que lo seguía buscando.

Estaban por llegar a aquel lugar, y Chan ya había planeado todo; si era capaz de ver a Baek cerca del sitio, él noquearía a Kris, quitaría los seguros de las puertas y saldría con velocidad hacia su BaekHyun, atraparían a Kris y no tendría que arriesgar a nadie, porque ahora sabía que él no tenía a muchas personas a su alrededor que vengaran lo que haría, y Lay estaría de su parte, sí, todo era perfecto.

Se dirigieron a la zona de pedidos de Drive-Trough, viendo el menú antes de que fuera su turno.

-¿Qué vas a pedir? – le pregunto Kris, pero ChanYeol solo quería que avanzaran un poco más para poder ver las zona interna y la externa, la cual solo se veía desde su lado.

-¿Ah? – Kris rodó los ojos, y se dio cuenta que se refería al menú – Ah sí, solo quiero una hamburguesa extra grande con doble carne, papas y un americano frío.

Kris rió un poco, pues cuando ChanYeol quería, podía comer muy bien, aunque eso no era muy seguido, pero se encargaría de que subiera al menos unos cuantos kilos para que se viera más sano y fuerte.

Y pronto llego su turno, y mientras Kris se detenía para hacer el pedido, ChanYeol se apresuró a buscar en las cajas y en las mesas de adentro, no encontró a BaekHyun, reviso más a fondo, pero nada, y en un segundo giro su cabeza a la zona externa del local, buscando una cabellera rubia, y la encontró.

Primero no estaba seguro si eran más alucinaciones de su parte, así que tallo con un poco de fuerza sus ojos, y al abrirlos… el seguía ahí, solo podía ver su perfil, se veía mucho más delgado y cansado, pero no podía equivocarse.

Ese era BaekHyun, su BaekHyunnie.

Solo tenía que esperar un poco para que no viera sus intenciones por el reflejo de las ventanas, seria cuidadoso, no podía fallar esta vez.

El auto estaba por arrancar nuevamente, y ChanYeol se preparó para lo que venía, así que giro nuevamente para ver a su novio y sentirse más fuerte, más seguro para hacerlo; sin embargo…

-No… – murmuro sin dejar que Kris le escuchara, aunque el sentía que el latir de su corazón se podría escuchar fuerte y claro en ese momento, y es que…

BaekHyun, su Baekkie, el amor de su vida,  no estaba solo, alguien lo acompañaba y ese alguien lo estaba besando, y sabía quién era aquel castaño con el que lo hacía, SeHun, el supuesto mejor amigo de su pareja.

No podía con aquello, entonces todas esas veces que veía a BaekHyun despidiéndose de él ¿eran verdad?, ahora tenía a otra persona a su lado. Cerró fuerte los ojos, no queriendo ver más aquella imagen, olvidando todo plan de escape, y es que ahora que confirmaba que BaekHyun realmente lo había olvidado, nada le quedaba, todo estaba mal, su vida se había desmoronado.

-¿Qué sucede? – le pregunto al verlo de repente tan pálido y tembloroso, y solo pudo avanzar una cuadra más hasta que el menor le pidió que se detuviera, bajo rápidamente la ventana y vomito lo poco que quedaba en su estómago.

Kris solo pudo pasarle una pequeña botella de agua que tenia de su lado, el menor la tomo sin voltear a verlo, pues en ese momento se sentía tan estúpido y asqueroso que no deseaba que nadie lo mirara, para su suerte pocas eran las personas que transcurrían por esa calle, así que enjuago y volvió a meter la cabeza al auto, aun sintiéndose mareado.

-¿Te ofrecieron otra cosa esos idiotas? – pregunto con furia y buscando su mirada, pero ChanYeol negó.

-Solo comencé a sentirme mal de momento.

-Bueno, entonces regresemos y hablemos a Lay. – y eso a ChanYeol le extraño, porque hace mucho no hablaban con Lay, ni iba a visitarlos, además que muy seguido estaban fuera de casa; aun así negó, alegando que ya se sentía mejor y que pasaría pronto, aunque él sabía que no era el caso, esto lo había marcado de muchas formas, ni siquiera la marca física que permanecía en su hombro derecho lo había penetrado tanto como esto.

-Kris, – llamo su atención – antes de que nos vayamos, yo… es que quiero pasar a ver a alguien. – y de inmediato el ceño de Kris se frunció, pensando en alguien a quien él odiaba, y Chan se percató de aquello – No, no es él. – Dijo con un poco de tristeza y furia mezcladas – Es alguien a quien deseo ver para saber si se encuentra bien, ella me preocupa. – le contó algunos detalles y aunque Kris estaba poco convencido al principio, termino cediendo, como casi siempre que le pedía algo.

 

Regresar a su hogar nuevamente, después de tantos meses, era extraño, un poco perturbador si es sincero, pero a quien necesitaba ver no era nada de aquello. Kris iba todo el momento pegado a su espalda, siguiéndolo sigiloso, esperando a cualquier movimiento del menor; ambos se asomaron por un callejón, y en el momento exacto corrieron hacia una puerta trasera de la casa, con la mayor lentitud que pudo abrió la puerta sin permitir que rechinara, se asomó a todos lados, no vio a nadie, pero estaba seguro que podría encontrarla en la habitación de su padre y de ella.

Se apresuraron a entrar, la casa no era muy grande, pero si tenía varias cosas por todos lados, así que iban esquivando todo objeto. Con un poco de temblor, abrió la puerta de la recamara, y pronto, escucho el llanto de un pequeño niño dentro de la alcoba.

Se asomó y pudo ver la figura de su noona, ahora tan delgada, pálida y cansada, él sabía de su embarazo, la última vez que la vio apenas y si era visible, pero ahora que la ve así, se siente un poco culpable por no haber estado ahí para ella.

Observa que SeoHyun calma y le canta al pequeño, no la interrumpe, pues su voz aunque débil, suena hermosa, se pierde en sus pensamientos y de pronto reacciona cuando el bebé deja de llorar, entonces se adentra más a la habitación y cuando ella voltea y lo ve, sabe que ha sufrido.

-Noona… – la llama y no sabe que más decirle, solo se acerca a ella y la acoge con sus brazos y besa su frente sin tratar de hacer mucho ruido, pues el pequeño ser ahora duerme.

-Cha- Channie, – ahora ella acaricia su cara – estas vivo – ambos sueltan disimuladas lágrimas y aunque no fue pregunta, ChanYeol asiente y besa su mano. Entonces ella voltea a ver a otra persona que está en la puerta, como cuidando de aquella, y solo ve su espalda, pero tiene curiosidad, curiosidad que le transmite al pelinegro con la mirada.

-No importa, noona, ahora lo importante eres tú. – dice ahora con tristeza, delineando un corte en su labio y un moretón en el mentón, sabe que está herida, y muy delicada. – Fue él ¿cierto? – SeoHyun no contesta, pero para ambos es lógico, ella lo toma de la mano tratando de calmar la ira que comenzaba a recorrer su cuerpo.

ChanYeol se calma casi al instante, porque aunque su tacto es entrañable, también es frío y muy débil.

-Noona, tenemos que ir al hospital, estas muy débil y herida, necesitas ayuda, además el bebé necesita ser revisado y-

-Channie, – lo para – escucha, la partera me aseguro que él estaba bien y que está sano, sí, claro que necesita ver a un médico especialista, pero ahora-

-¡Pero tú no estás bien! – suelta de repente, provocando que el pequeño se remueva y termine por abrir sus ojos.

-Oh, mi pequeñito, calma, él… es tu hermano – y ChanYeol siente su cuerpo estremecer al escuchar aquello, y es entonces cuando fija toda su atención en la pequeña criaturita, acerca su mano y el bebé toma de su dedo fuertemente, mirándolo por un momento a los ojos.

-Es… hermoso.

SeoHyun sonríe – Cárgalo.

-¿Eh? Pero… y si…

-No tengas miedo, van a estar bien.

Y con suma precaución, lo levanta, aun sintiéndose tenso al tener aquella frágil bolita en sus manos, cuida de su cabecita y el pequeño vuelve a apretar su dedo con la intención de llevárselo a la boca, ChanYeol se ríe, y le pregunta bajito si tiene hambre.

-Es probable que sí – le dice su noona – La partera me dejo una formula justo ahí – señala un bote – Quisiera alimentarlo yo misma pero… - su voz se quiebra, porque también sabe que no está bien.

Así que ChanYeol se apresura a calentar el agua, siempre con la vigilancia de Kris en todas las puertas, porque aunque SeoHyun les aseguro que ChanHyuk no llegaría hasta el anochecer, no querían exponerse, no ahora.

ChanYeol vuelve a cargar al pequeño, ahora Kris se acerca un poco más, solo para ver las acciones del menor, SeoHyun logra verlo e identificarlo, pero no se alarma, para empezar no tiene la fuerza para hacer aquello y en segundo lugar, porque parece que Kris mira de forma especial a ChanYeol, aunque aún está preocupada, ¿Qué significaba esto? ¿Por qué ese hombre que había secuestrado a ChanYeol ahora estaba con él como si nada?

Tenía muchas  preguntas, pero poco tiempo.

Mientras Chanyeol alimenta al pequeñito, observa que tiene una pulserita de oro en su muñeca izquierda, la mira y descubre que al reverso tiene escrito un nombre.

-ChanHyun. – es lo que lee en la pulsera. – ¿Ese… es su nombre? – SeoHyun asiente mientras le sonríe. –  ¿Channie? – ahora pregunta sorprendido, y vuelve su mirada al pequeño, le sonríe con ternura, captando su mirada y tocando su pequeña nariz.

SeoHyun comienza a toser, y ChanYeol se acerca preocupado a verla, se apura a dejar al pequeño en su cuna y ayuda a SeoHyun a beber agua.

-Noona… es mejor ir al médico.

-ChanYeollie, solo toma mi mano ¿Sí? – y el menor obedece al instante, sonriéndole con nostalgia. – Me alegra verte de nuevo… – dice entrecortado, por la dificultad con la que continua – Has cambiado un poco, – su mano temblorosa va hacia su cabello amarrado en un chongo, palmea su cabeza y va hacia su rostro con un poco de barba crecida y más delgado – pero, sé que sigues siendo una buena persona. – ahora deja que la mano enorme de ChanYeol cubra las suyas, en un intento por calentarlas, aunque ella sabe que todo su cuerpo está volviéndose frío, que incluso ya no siente dolor, y eso es una señal para ella. – ChanYeollie, –  lo llama y él de inmediato se acerca. – mi bebé, él… no puede quedarse con ChanHyuk… – su respiración se vuelve rápida y entrecortada y con la última de su fuerza le pide: –  Aléjalo de tu padre, por…

-Lo hare, – asiente rápidamente, para dejarla tranquila – estará bien, lo prometo – suprime un sollozo y se miran sin decir nada, y después de un tiempo…, SeoHyun se deja descansar, entre los brazos cálidos del que considero un pequeño hermano, con el que compartió esperanzas y sueños, y también con la imagen de su pequeño ángel, aquel que sabe… no sufrirá como ellos, porque ChanYeol se lo había prometido, y ella le creía.

-ChanYeol… – lo llama Kris al notar la situación de la mujer.

-Shh…, lo sé. – es lo único que contesta, porque solo quiere que no lo molesten, solo quiere abrazar a su noona por más tiempo, y… pedirle perdón por no haberle cumplido la promesa de sacarla antes de ahí.

Se quedan un buen rato, ChanYeol en la misma posición junto a su noona y Kris vigilando la puerta, la tarde empieza en todo Seúl, y hay movimiento y ruido por todas partes, pero no en el cuarto, ni siquiera hay lagrimas o llantos de un niño, adentro se respeta el luto.

-Creo que es mejor que nos vayamos. Si quieres… podemos llamar a un vecino para que-

-Él la mato.

-¿Qué?

-ChanHyuk, mi padre, él la mato. – su voz ahora sueña dos tonos más grave.

-Yeol…

ChanYeol se levanta, y mira al pequeño en su cuna, lo acomoda con cuidado y lo pone de lado para evitar que se ahogue – Espérame un momento, pequeño Channie, no te preocupes, nadie te lastimara. – acaricia al infante y se para erguido, como hace mucho que no lo hacía, Kris podía ver algo diferente en su cara, algo había cambiado, y no sabía porque, pero le provoco un repentino escalofrió.

Lo ve besar la frente de SeoHyun y murmurarle un: lo siento, ya no soy aquella persona buena que conociste, espero lo entiendas, y salir sin miramientos, y aunque el rubio trata de detenerlo y pedirle explicaciones, sabe que no se detendrá y que hará lo que tenga que hacer.

Sale de la casa, Kris detrás de él, caminan hacia otro callejón y sin pedir permiso entran en una bodega.

Adentro hay un hombre mayor que lo mira con asombro, Kris permanece un paso atrás para evitar ser visto.

-JooIn, ¿Dónde está mi padre? – el hombre mayor le contesta que ha salido a hacer algún trato con una mujer famosa en el área del narcotráfico, después quiere decirle que lo habían extrañado y otras cosas, pero ChanYeol no tiene tiempo para eso, quería darle una sorpresa a su padre cuando regresara – Por favor, dile a todos que salgan por la puerta de atrás. – el hombre quiere negar, pero ChanYeol le inventa una buena excusa, el hombre sabe que miente, pero ese hombre había apreciado tanto a ese pequeño de orejas grandes, que ahora solo deja que haga lo que desee, así que por altavoz saca a todos los hombres presentes, incluido el hombre mayor, quien se encuentra feliz por tener un día para su familia.

ChanYeol entra en una de las puertas de la gran bodega, saca una garrafa pesada que arrastra hasta la zona principal de empaque, puede oler todas aquellas sustancias con las que trabajo por años, sabe que Kris lo está mirando, pero deja que haga lo que quiera, comienza a verter de aquel liquido por toda la bodega.

Kris toma dos paquetes de marihuana, porque sabe que es lo que hace y antes de que se queme con todo, tomara solo un poco, ah y también algunos cigarrillos que encontró. – Eres un desquiciado – le dice sonriendo, pero ChanYeol lo ignora y continúa con su labor, vaya que fue cansado, pero termina de vaciar hasta tres garrafas por el lugar, especialmente en la oficina del jefe, su padre.

Se acerca hasta Kris – ¿Tienes fuego?

-Por supuesto, cariño. – sigue sonriendo ladino y saca de su bolsillo trasero un encendedor. – Solo que esto se ve peligroso ¿no crees?

No le da tiempo de responder, porque escucha una tercera voz en el sitio.

-¿Qué estás haciendo? – se voltea para enfrentarlo.

-Hola… padre. – y Kris se sorprende, pensando en la situación tan emocionante que estaba por suceder.

-ChanYeol ¿Por qué? – señala el líquido regado por el sitio, el olor delatando lo que era.

-Wow, pareces tan feliz de verme después de tanto tiempo ¿no es así?

-¡Pensé que estabas muerto! – lo dice con un tono frío, y a Chan eso no le sorprende, sabe del carácter del hombre.

El menor ríe – Sí. Seguro me buscaste como desesperado, y te sentiste muy triste por la noticia. – menciona con sorna.

El hombre gira la cabeza, soltando un suspiro y una risa burlona. – Sabes que no tengo tiempo para tus juegos, niño, y ya que regresaste, porque no me pagas lo que me debes ¿Eh?

-¡Mataste a SeoHyun! – el hombre lo voltea a ver sorprendido, pero aun así, sus emociones no van más allá. – Esta es tu ultima oportunidad, – gira para recibir el encendedor de Kris – ¿Dónde está mama y noona? ¿Qué les hiciste?

ChanHyuk le evita las preguntas – Veo que ahora te juntas con delincuentes mayores, o acaso ya te gustan altos. – mira a Kris.

-¡Contéstame!

-¿O si no que? Tiraras ese encendedor y nos quemaras a todos, por favor ChanYeol, no seas ridículo.

-Pues sí, es lo que hare. – espeta con determinación, y su padre nota que no está jugando.

Vacila un poco más en la respuesta, de pronto ve que ChanYeol está por darle vuelta a la rueda del encendedor. – Te lo diré. – Y nota como se acerca un poco a él – Ellas… están muertas.

Fue como un balde de agua fría para ChanYeol, había pensado en la posibilidad, pero que ese maldito lo confirmara, fue su chispa.

-¡Maldito asesino! – se lanza hacia su padre y lo tira al piso, comenzando una guerra entre golpes y jalones, el menor recibe un puñetazo que lo tira al piso y ve que Kris está por intervenir, pero le grita que no se entrometa por nada del mundo, eso era algo que resolvería solo él y su padre.

Están cansados y el padre no puede seguir con el ritmo, así que, saca de su bolsillo una navaja, a ChanYeol no le importa, así que sigue golpeando y esquivando el filo.

Alcanza a cortar solo un poco en su brazo, ChanHyuk nota un espacio, una oportunidad para atacar y se lanza hacia su hijo, comienzan una guerra por poseer la navaja, ChanHyuk empuja al menor y ambos caen al piso, esta vez… con ChanYeol un poco por encima, siente algo tibio entre sus manos, se aparta un poco y puede ver que la navaja ha entrado en el abdomen del otro.

 Se levanta a prisa y mira como su padre se retuerce un poco por el dolor, y nota como la sangre comienza a manchar el piso.

-Hijo… - intenta decirle algo, pero ChanYeol lo interrumpe.

-Hace años que no me llamabas así – y su padre lo voltea a ver a la cara, buscando algo de arrepentimiento en el menor; pero no ve aquello, no ve nada en la cara de la persona que crió, la cual era una persona preocupada por los demás; entonces se dice que es su culpa, que él lo había convertido en eso, tiene ganas de decirle más cosas, cosas importantes, entre ellas un perdóname, hijo,  pero el arma ha atravesado órganos importantes, así que solo lo mira.

ChanYeol retrocede varios pasos, sin quitarle la mirada al hombre que le dio la vida, por un momento cree ver arrepentimiento en la cara del otro, pero no se deja engañar. Recoge el encendedor.

-Dame eso. – Kris le arrebata el encendedor y prende un cigarrillo al que le da una larga calada – Yo lo haré, tu aléjate.

El pelinegro voltea a ver a Kris, le quita el cigarrillo, le da dos caladas grandes y empuja al rubio hacia la salida, y sin mirar atrás… empuja con los dedos aquel cigarrillo y pronto el lugar comienza a arder.

Pasos adelante, ChanYeol voltea a ver la bodega, las llamas comienzan a agrandarse y mira un poco hacia arriba, las nubes parecían adaptarse al rojo fuego que salía del lugar, era una tarde roja, llena de dolor y venganza.

Kris ha prendido otro cigarrillo, se lo pasa al menor quien lo toma sin rechistar y prende otro para él.

-Es hora de irnos – le dice.

-Aun no, el pequeño, –  voltea a verlo – yo prometí que estaría bien.

-Está bien, y ¿Qué propones?

ChanYeol se quedó pensando. – Tan solo esperar, no tardaran en venir a investigar, y el primer lugar donde buscaran será en la casa.

Se aseguraron de que el pequeño estuviera bien, podían escuchar las sirenas de los bomberos, patrullas y ambulancias llegar hasta el sitio, así que salieron del lugar, dando una última mirada a SeoHyun y al pequeño Channie.

Y como ChanYeol había predicho, los oficiales llegaron pronto a la casa del menor, no se fueron hasta ver que un oficial de redondos cachetes y ojos gatunos se llevaba consigo al pequeño.

-Hablen a los paramédicos… y a los forenses.

-Sí, oficial MinSeok.

Salieron del sitio, antes de que se llenara de más oficiales arrancaron, con un ChanYeol de expresión indescifrable, un tanto fría, con la mirada a la nada, el corazón dañado y un alma condenada, después de todo… era su padre al que había matado.


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