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RENACER DE LAS CENIZAS. por patjes

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Aún no puedo creerlo

Es como si aún pudiera verte

Me digo a mí misma que es una mentira

Que no te has ido de mi lado.

Tu rostro sonriente en la fotografía

Los días que parecía que serían eternos

Pero un día, de repente

Te fuiste de mi lado.

Pero no lloraré para que no estés triste

Intentaré vivir sin ti

No importa cuánto duela

Ni cuántas lágrimas derrame

Sonreiré, Pensaré en ti y sonreiré….

 

I´ll smile even if it hurts. Ladies code.

 

 

Desde que había salido a la luz la muerte de ChanYeol, KyungSoo había cambiado, su actitud se volvió fría, más de lo que solía ser; solo ese día, JongIn lo había visto llorar y gritar desesperado, quitando desde entonces toda expresión en su cara, parecía no haber felicidad, entusiasmo, ni siquiera enojo; incluso lo había visto hablar de lo más tranquilo con BaekHyun, quitándole culpas.

Soo al principio claro que odio a BaekHyun, a la incompetente policía y en general, a todo el mundo; pero JongIn le había ayudado a darse cuenta que el dolor que sentía, si bien no era el mismo, era parecido al dolor de BaekHyun; entonces lo comprendió, tardo pero trato de remover la culpa de BaekHyun y BaekHyun trato lo mismo con KyungSoo, pero era obvio para ambos que el sentimiento no se iría en un buen tiempo, que estaban aferrados a recuerdos dolorosos y tan profundos que nunca podrían recuperarse de aquello y solo tendrían que aprender a vivir con eso.

 

JongIn quiso acompañar a KyungSoo en todo el proceso, no importándole cuanto durara o si pasaba a ser afectado en el proceso, él estaba dispuesto… porque lo quería. Él era más que un simple calentón, se volvió importante en su vida, lo quería en ella, de ser posible por siempre.

Pero KyungSoo comenzó a llamarlo solo para hacerles las mismas preguntas, una y otra vez, forzándolo a que le dijera más, a exprimir su cerebro, incluso llegando a ser amenazado con un arma, aunque Kai no temía, porque a estas alturas sabía que Soo no lo dañaría.

-¿Cómo conociste a K? ¿Cómo podemos encontrarlo? Solo dame algo más ¡maldita sea! – solo aquellas palabras, no había más así lo intentara.

Y JongIn, aunque deseaba ayudarlo, no era capaz. Y es que solo había conocido a K una vez que los pusieron a trabajar juntos para una carga grande de cocaína; Kai al igual que Kris, no tenía una mafia a la que perteneciesen, solo hizo un par de trabajos debido a sus habilidades y su buena puntería. Esa vez, K no dijo ni una solo palabra, Kai había intentado crear conversación, pero con el tipo era imposible, así que no le presto ninguna clase de atención y K no le dio ninguna pista que le hablara de su paradero, o de sus demás actividades.

Necesitaba ayudar a Kyung, y sus ideas se acababan, provocando que cada día se distanciaran más, ya no había miradas, ya no había palabras cómplices, y mucho menos había toques ni sentimientos.

Pero fue un día, conduciendo sin dirección alguna, que se topó con un lugar que podría ayudar a KyungSoo, incluso ayudar a BaekHyun. Él sabía que al principio lo querrían matar y dejarlo ahí mismo, pero también sabía que podría sanar un poco los corazones de ambos.

✴✴

BaekHyun llevaba encima muchas cosas pesadas, se sentía agotado, era como si el mundo entero estuviera en su contra y no hubiera nada bueno para él. Pensaba todo el tiempo que era probable que en su otra vida fuese un traidor, y que ahora estuviese pagando por sus pecados.

Y es que tenía mucho trabajo, junio comenzó a volverse caótico, y las personas enloquecían y se metían en problemas dejándolo sin descanso; también tuvo que pagar la deuda que tenía con SeHun y darle la cita que se merecía, él quería profundamente a su buen amigo, pero parecía que cada acción le consumía más energía; además, LuHan fue requerido por la ACIC (Agencia Central de Inteligencia Coreana) y tuvo que irse por un tiempo, prometiendo que los ayudaría aunque no lo quisiera, el hombre tenía palabra y cumpliría, solo no debían molestarlo por ese tiempo, tiempo que para BaekHyun era eterno y valioso.

Baek siempre trataba de ocupar su tiempo libre para visitar al pequeño ChanHyun a la casa hogar donde lamentablemente no impidió que lo llevaran; sin embargo, pudo convencer al gobierno de permitirles el tiempo suficiente para tratar de encontrar a algún familiar del niño y no lo dieran en adopción.

El inspector tenía un apego especial por ese bebé, era un niño muy risueño y adorable, reía cada que BaekHyun lo visitaba, tal vez las primeras semanas solo era por puro reflejo, pero ahora Baek podía jugar con sus manitas y haciendo caras que hacían que el pequeño riera y encantara sus oídos, había otra cosa que había notado en ChanHyun, y eran sus orejitas, eran un poco puntiagudas, sus ojos eran grandes y redondos con un color oscuro, haciéndole recordar a cierto hombre grandulón y hermoso.

Él se juraba que si se lo permitiesen, adoptaría en ese momento a ChanHyun, pero había requisitos que no cumplía, descartándolo sin oportunidad; aun así, sus contactos le dieron la posibilidad de visitarlo cuando el deseara e incluso tenia algunos pases que le dejaban sacarlo, aunque solo lo había usado hasta el momento una vez, una por su trabajo y otra porque aún era pequeño y frágil y temía alejarse y no saber qué hacer cuando llorara.

En cuanto el tema de los padres de ChanHyun, BaekHyun se había encargado de que SeoHyun y ChanHyuk tuvieran un espacio digno en el cementerio con nichos decorados con flores; en el de SeoHyun había puesto de manera especial, la foto de ChanHyun y él, para demostrarle que estaba tratando de cuidar bien de su pequeño. Eso era algo que decidió hacer él solo, la primera vez había dejado que SeHun lo acompañase y ayudase a meter las urnas con las cenizas de ambos, solo lo había permitido hasta ahí, era algo que quería hacer sin compañía para darse su tiempo de estar presente.

Por eso se le hizo raro que un día JongIn llamara para pedirle permiso de acompañarlo hasta el cementerio, la verdad era que quería decirle que no, pero el chico le insistió tanto que ya no pudo negarse; sin embargo había otro problema, JongIn quería reunirse con él el domingo próximo, un día que podían librarse más fácil de sus actividades, y eso era verdad, el problema era que ese día exactamente era 24 de junio… justo el día de su tercer aniversario de noviazgo con ChanYeol, y él solo deseaba un momento a solas.

~

Sin más el día llego, no podía faltar a su palabra, Byun BaekHyun no se echaba para atrás, así que cumpliría, aunque aún seguía pensando que era algo raro, y fue más raro cuando vio a JongIn llegar con KyungSoo.

BaekHyun les saludo a ambos, recibiendo solo respuesta verbal de JongIn y un ligero asentimiento de KyungSoo, lo normal.

JongIn llevaba en sus manos tres ramos de lirios de diferentes colores, y fue quien adentro a los otros dos que parecían no querer moverse de sus lugares.

-No es que me moleste pero… ¿Por qué estás aquí, KyungSoo? – le miro extrañado.

-JongIn me dijo que querías que viniera a acompañarte a visitar a SeoHyun.

-Ahh… – algo andaba mal.

-No sé porque quieres que te acompañe, BaekHyun, en verdad yo no creo en cosas como estas.

-Dijiste que eras cristiano. – trato de cambiar el tema un nervioso JongIn.

-No, te dije que mis padres eran cristianos, no yo. Ahora solo apuremos y ya. SeoHyun era una buena noona, pero no soporto estos lugares.

-Entonces apresúrense. – JongIn jalo a los otros dos apresurando el paso e impidiendo que saliera a flote otro tema. Una vez enfrente del nicho de SeoHyun se detuvo. – BaekHyun hyung, Do ¿Qué ramo les gusta más? – les pregunto enseñando los ramos.

-¿Y por qué a mí no me llamas hyung? soy un año mayor que tú, mocoso.

-Concéntrate, KyungSoo ¿Cuál les gusta? – le contesto JongIn.

-¿Qué no son iguales? A mí me da igual. – respondió KyungSoo, sin mirar realmente los ramos.

-¿Baek? Por favor elige.

-Ahm... – se acercó a observarlos, realmente tampoco le importaba mucho, pero no quería ser grosero y aunque los ramos parecían iguales uno de ellos con lirios blancos fue el que más llamo su atención. – Este. – eligió para calmar los reclamos del menor.

-Okay. – JongIn coloco los ramos no elegidos en los floreros de SeoHyun y de ChanHyuk, respectivamente, y después se volteó a mirarlos alternativamente.

-¿Entonces para quien es ese? – pregunto Baek por el ramo que había elegido.

JongIn no contesto, solo se alejó un poco, cinco nichos más a la derecha para ser exacto, y con la mano llamo a ambos.

Saco  de la mochila que traía colgada a los hombros, un florero que sujeto con firmeza a la puerta del nicho.

-Pero, JongIn… ahí no hay nada. – menciono Baek al ver el espacio vacío, sin ninguna urna.

El menor arreglo el ramo y se preparó para sacar algo más de su mochila. – Por favor, no me odien o intenten matar. – comento, haciendo que los otros fruncieran el ceño con mayor curiosidad por lo que haría.

Saco entonces una foto con un marco de madera en color café oscuro y lo coloco en medio del espacio, los otros dos se acercaron a ver de quien se trataba y ahí, lo vieron, vieron la foto de ChanYeol.

-¡JongIn…! ¿Qué estás haciendo? – espeto KyungSoo, mientras BaekHyun quedaba estupefacto, solo viendo la foto de la persona que tanto amo, que tanto ama, con una bonita sonrisa y con apariencia joven, tal vez una foto que tenía KyungSoo guardada de su adolescencia.

BaekHyun sentía que su corazón se aceleraba, que sus ojos comenzaban a humedecerse, y un escalofrió repentino invadió todo su cuerpo; para él era difícil aceptar que su niño, su ChanYeol se había ido para siempre, y por un instante paso por su cabeza hacer justo lo que JongIn acababa de pedir no hicieran, tal vez asfixiarlo hasta que quedara morado, pero no podía hacer eso; además, de que él algún día pensó en hacer lo mismo, pero nunca se atrevió, nunca lo hizo porque era doloroso reconocer la realidad, saber que esa persona amada no está más para ti, que no te va a abrazar, a besar, a mirar, que nunca vas a poder tocarlo, nunca más, eso dolía. Él deseaba con fuerza abrazarse a la idea de que en otra vida se encontrarían, que ChanYeol siempre le esperaría y seguirían una vida eterna juntos; pero… ¿y si no?, y si ese era el final de su camino, como podría afrontar esta vida o cualquier otra sin él.

No aguanto más ese sentimiento, sus rodillas le fallaron cediendo ante la gravedad, tirado en el piso, con el corazón aprisionado y con el cuerpo rendido, sin saber cómo contener aquello.

JongIn se agacho a su altura, acomodando algunos mechones rebeldes. – Tan solo déjalo salir, BaekHyun. – susurro a su oído.

Y esas fueron las palabras que abrieron las lágrimas de BaekHyun, comenzando por sollozos ahogados, hasta hacerlo más sonoros; para BaekHyun era difícil dejar que los demás vieran sus debilidades, era un inspector que tenía mantener la imagen de alguien duro y capaz; así que desplomarse como estaba haciéndolo, era imperdonable, pera también era liberador; prácticamente se estaba vaciando, pero no solo hablando de lágrimas, su cuerpo parecía hacerse ligero con cada gota derramada.

-Lo lamento mucho, hyung. – le dijo JongIn con la voz entrecortada. – Yo no quiero hacerles daño, a ninguno de los dos. – miro a KyungSoo, quien permanecía en el mismo lugar y con el ceño aun fruncido. – Pero, alguna vez mi abuela me dijo que era necesario sacar todo, liberar el alma, y dar un buen adiós a los seres que amamos, así ellos también estarán en paz.

BaekHyun solo cerraba con fuerza los ojos, tratando de cerrarse al mundo y a la vez comprender lo que JongIn le decía entre su escandaloso llanto, y claro que sabía que JongIn no quería hacerles daño, de hecho era alguien valiente, no cualquiera se enfrentaría a ambos en tal estado.

-Quiero… solo, dejen- me solo. – les pidió entre sollozos.

Kai asintió y salió con KyungSoo fuera de ahí, para darle un espacio a BaekHyun y que se desahogara sin preocupaciones.

~

JongIn dirigió a KyungSoo a una zona apartada, en la zona donde había tumbas, ahí, parecía que todo estaba tan calmo, solo se escuchaba el ulular del viento y el movimiento de las ramas y hojas de los árboles, podría ser incluso un lugar de tranquilidad para los vivos, o eso pensaba JongIn hasta que vio el rostro aun fruncido de KyungSoo.

-KyungSoo... yo-

-Él no solo era un buen amigo para mí, era mi hermano, se convirtió en mi hermano desde nuestra primera misión juntos, nos hundimos y salimos juntos de lugares de mierda; esta maldita vida llena de drogas y dinero sucio es más mierda, una locura, solo sabes que no tienes ninguna escapatoria; pero… - trato de aclarar su garganta pues toda la furia que traía dentro distorsionaba su voz. – con un hermano a lado no era tan malo. Aun así quería que ese idiota grandulón lograra huir de su padre y empezara una buena vida al lado de buenas personas; y entonces… – apretó con fuerza sus puños, dejando sus dedos blancos. – ¡Maldito bastardo! – grito, para después solo tomar su cabeza con fuerza.

-Está bien, Kyung-

-¡No intentes hacerme llorar a mí también! No más, ¿ves? – se señaló a sí mismo. – aquí no hay lágrimas.

-Lo sé. – soltó una risa corta. Ambos se miraron por un tiempo, sin hacer nada, solo mirándose, entonces JongIn corto el ambiente. – Golpéame.

KyungSoo rió amargo. – JongIn, no me tientes, si solo te dejas golpear terminaras muy lastimado.

-¿Y quién dijo que solo me dejare golpear? – trato de sonar duro. – Vamos, adelante, da el primer golpe, yo te lo regresare al triple. – provoco con señas de sus manos.

-Basta, JongIn.

-Vaya, no sabía que eras tan cobarde. ¿Qué paso con el señor, “no hay problema, yo puedo con cinco”? Ahora me temes a mí, solo soy uno. – siguió irritando al bajito, hasta que de pronto sintió un puñetazo en su mejilla izquierda que lo tiro al piso, con la cara ardiendo y muy adolorida. – No está nada mal, – le miro. – para un novato. – se burló.

JongIn sabía que provocar de esa manera a KyungSoo podría ser un error, puede que no saliera de este lugar y que su familia tuviera que buscar un nichito para él; pero no importaba, ayudar a KyungSoo nunca sería tan fácil de hacer.

Se levantó y su rapidez impidió que el siguiente golpe le diera, tacleo al bajito y ambos comenzaron una pelea de puños, patadas y maniobras de evasiva para impedir que su cara se deformara; aunque después de varios golpes acertados, ambos lucían poco agradables a la vista.

JongIn fue tirado una vez más, ya estaba agotado, era imposible ganarle a ese escurridizo hombre, tenía golpes rápidos y fuertes, no por nada lo llamaban algunos, SatanSoo. Bueno, ahora solo dejaría que lo golpeara, no podía mover ya nada más de su cuerpo.

KyungSoo alzo el brazo con el puño apretado, listo para golpearlo, JongIn solo cubrió su cara con ambos brazos y encogió sus piernas, para evitar ser golpeado en puntos sensibles; sin embargo, el golpe no llego, y en cambio escucho el cuerpo de KyungSoo tumbarse a lado suyo, con la respiración agitada.

JongIn lo miro, sus ojos estaban cerrados, y gotas de sudor bajaban por su cara; en ese momento pensó, ¿Cómo puede ser que otros lo vean tan aterrador? A él solo le parecía una mente incomprendida, o tal vez era solo el clima cálido, el viento que movía su cabello o esa cara tan pacifica la que lo hacían verlo tan bello y tierno, una persona que necesita ser cuidada.

JongIn quería eso, que KyungSoo bajara de vez en cuando las defensas y se dejara cuidar por otro, por él. Pero sabía que las partes principales que debieron cuidar de KyungSoo fueron las que lo expusieron a aquel mundo de desconfianza y  traiciones; sin embargo, JongIn solo deseaba que el chico volviera por lo menos a sonreír sinceramente.

-¿Te sientes mejor? – le pregunto a su compañero.

-Extrañamente… sí. Eres un maldito loco ¿lo sabias? Si hubiese querido te mandaba al hospital en partes.

JongIn tembló en respuesta para después reír de su ironía, porque claro que no le temía. – Al menos te hice sudar y resoplar. – se burló, provocando una pequeña risa en el otro que encanto al menor. – También te hice un corte en el labio. – se acercó y limpio con su dedo la sangre tibia.

KyungSoo se sorprendió por el toque repentino, abriendo más grande los ojos, haciéndolo ver más joven de lo que ya parecía, como un niño pequeño que necesitaba ayuda.

Cambio rápido su expresión. – ¡Hey! ¿Qué dices? Tu nariz está sangrando.

-Demonios, ¿lo está? – se tomó la nariz verificando que efectivamente, estaba sangrando, no era tan grave, pero no quería ir sangrando como si nada. Trato de taparlo con sus dedos, pero su mano fue quitada por un pañuelo que KyungSoo sostuvo por él. – Eh, si quieres yo lo tomo-

-Shh, cállate o sangrara más.

Después de algunos minutos sosteniendo el pañuelo, KyungSoo retiro la tela.

-Gracias. – le hablo con sinceridad. – ¿Ya te sientes tranquilo o aún hay mucha energía en ese pequeño cuerpo tuyo?

KyungSoo resoplo. – Creo que aun necesito quemar energía.

-¿Qué? – pregunto con un tono agudo, pues ya estaba agotado y no podía seguir peleando con KyungSoo. Ahora si estaba muerto.

-Ven. – le ordeno prácticamente, caminando hasta estar detrás de un árbol de buen  tamaño.

-¿Ahora que vamos a hacer? – pregunto con tono cansado.

KyungSoo no le respondió, pero lo jalo hasta dejarlo debajo de su cuerpo y lo miro provocadoramente, mordiendo ligero su labio inferior y pasando la lengua por algunas cortaduras pequeñas de sus labios.

-Oh, KyungSoo, estuve esperando esto desde hace mucho tiempo, pero ahora no tengo energía y no es el lugar apropiado; de hecho, creo que si lo hacemos aquí, iremos directamente al infierno, condenados por la eternidad.

-Hmm… por mí está bien, siempre y cuando nos vayamos juntos. – le contesto, logrando que JongIn tragara grueso. – Además, no te preocupes, tú no tienes que moverte, yo haré todo.

-¿Cómo? – pregunto asustado, mirando la cara picara del otro. – ¡Oh no! KyungSoo, espera, no… – pero al sentir una ligera mordida debajo de su ombligo, se estremeció, y mando todo al carajo cuando sintió su entrepierna ser deliciosamente apretada.

KyungSoo ya conocía sus puntos más sensibles, aquellos que lo hacían ver estrellas, y no desaprovecho ese conocimiento.

Lo acaricio dándole aún más calor.

-Este será un pago por tus servicios de psicología. – le dijo burlón.

-¿Qué? Ahm… – gimió al sentir la mano del bajito introduciéndose por sus pantalones, tocando el largo de su semierección. – No- no es necesario, yo- ah, KyungSoo.

-Tu solo relájate y disfruta. – le guiño el ojo. Comenzando a atacar, teniendo como testigos solo al viento y a los cuerpos que en paz trataban de descansar.

BaekHyun se levantó después de un rato, sacudió sus vaqueros y saco de su bolsillo un paquete de pañuelos desechables, se limpió la nariz y los rastros de lágrimas que aun tenia.

-Lamento que me veas así. – le dijo directo a la foto. – Sé que te gusta verme sonreír, y en este tiempo no he hecho más que tirarme a lamer mis heridas. Sabes, sí, todavía duele; pero creo… creo que estoy listo.

Saco el marco del nicho y lo pego a su pecho con toda ternura, después la volvió a alejar y paso sus dedos por el cristal que protegía la foto. – Realmente quería golpear a JongIn por hacer esto; pero, esto ha sido algo bueno, aunque ahora me siento exhausto. – sonrió. – Esto quieres decir que ahora puedo dejar que seas libre, un corto adiós, un buen adiós. No importa cómo, si es en otra vida o si renacemos, tú y  yo nos volveremos a encontrar y tendremos una mejor oportunidad, estoy seguro de eso.

Sorbió su nariz. – No te preocupes, yo nunca, nunca te voy a olvidar, seguiré buscando tu cuerpo, y atrapare a esa persona. Lo sé, sé que ya no me quieres ver como un loco buscando por doquier sin descanso, así que prometo darme mi tiempo ¿sí? Dormiré y comeré mejor, viviré esta vida honradamente para cuando nos volvamos a encontrar estés orgulloso de mi.

Siguió mirando por un buen rato mas la foto, recordando los buenos momentos, lo mucho que se amaron y lo divertido que fue pasar tiempo juntos; pero ahora solo necesitaba ir a descansar.

Salió del lugar sin encontrar a KyungSoo ni a JongIn por ningún lado, estaba a punto de hablarles cuando los miro salir.

-Pero ¿Qué demonios? ¿Están bien? – se acercó a ambos. – ¿Los han asaltado?

Escucho las risas de los dos.

-No, hyung. Digamos que fue una terapia. – contesto JongIn.

-¿Terapia? Pero JongIn, ¿por qué caminas así? Debemos llevarlos al doctor.

-No. – contesto KyungSoo. – Solo llamemos a ese bastardo de SeHon, porque al parecer ninguno de los tres puede manejar.

-Sí, creo que eso es verdad.

-¿Pero qué demonios les paso a ustedes? – les había preguntado SeHun a los tres hombres de mal aspecto al llegar por ellos.

-¿Qué jodidos importa? – le dijo KyungSoo, solo se subió a la parte trasera del coche junto con JongIn. – Apúrate ¿quieres? Quiero llegar a dormir.

BaekHyun le guiño el ojo para hacerle saber que después hablarían y que dejara pasar el comportamiento del bajito.

Dejaron a los dos hombres heridos en la casa de KyungSoo, según ellos, sus golpes solo eras superficiales y no requerían de ninguna asistencia médica, pero que aun así las tratarían y que no estuvieran jodiendo más con aquello.

SeHun llevo a BaekHyun a casa, Baek se había dormido en el camino, evitando toda pregunta, pero sabía que al llegar a casa no podría zafarse del interrogatorio del otro.

Al entrar a su casa, SeHun lo tomo por el mentón, examinando sus ojos hinchados, su cabello alborotado y su vestimenta fuera de lugar.

-Lloraste. – le afirmo.

BaekHyun no lo negó, ya no deseaba hacer eso, y solo asintió aunque no era pregunta.

-Déjame dar un baño ¿Si? – le pidió soltándose.

-Está bien, mientras yo iré por algo para comer.

Al entrar al baño, miro su reflejo, sus ojos aún estaban hinchados y sus cabello estaba alborotado; pero, pudo encontrar algo que no había podido percibir desde hace mucho, una sonrisa, era apenas perceptible para él, era diferente a toda sonrisa que dio desde el día en que había perdido a ChanYeol, pensó que nunca más la volvería a ver en lo que restaba de su vida; sin embargo, tal vez podía comenzar a demostrar más ese gesto de forma sincera, después de todo, tenía amigos, familia, una hermosa ahijada que estaba cerca de llegar a este mundo, y tenía a SeHun, todos apoyándolo y cuidándolo.

Así que cuando salió de la ducha y miro nuevamente las fotos y pertenencias de ChanYeol, no lo hizo con tristeza, lo hizo pensando solo en ellos dos, recordando buenas cosas y atesorándolas en su corazón.

Al final, tomo el collar con el dije de ala que siempre cargaba el menor, lo observo con detenimiento y lo colgó en su cuello, con la promesa de cuidarlo y seguir adelante con fuerza.

La puerta se abrió y SeHun entro con una bolsa con comida. – Lamento la demora, había mucha gente esperando.

BaekHyun le sonrió, diciendo mudamente que no había problema, guardo el dije dentro de su playera, como protegiéndolo de todo.

-Creo que ya es tarde. Debería simplemente irme y dejarte descansar ¿verdad? Ah, pero no olvides comer primero, si no lo haces lo sabré por-

-SeHun. – le corto.

-¿Si?

-Quédate.

-Ah- ¿quedar?

-Sí, quédate conmigo. – la cara de SeHun le dijo que no entendía del todo. – Toda la noche, quédate y veamos películas, como antes. ¿Quieres?

SeHun sonrió por la invitación a la vez que su corazón se aceleraba y una chispa crecía en su interior. – Lo haré. Estaré siempre que quieras.


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