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RENACER DE LAS CENIZAS. por patjes

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Bailando en la oscuridad

Contigo entre mis brazos, descalzos

Tú eres perfecto,

No merezco esto

Ed Sheeran – Perfect.

 

En sus sueños, SeHun veía como BaekHyun permanecía a su lado, lo aceptaba y eran felices juntos, sus manos permanecían siempre unidas, sí, eso era lo que él deseaba, formar una vida cerca de la persona a quien siempre admiro, la cual amaba en secreto desde ya hace varios años; sin embargo, solo era eso, imágenes que creaba su subconsciente, BaekHyun aun parecía lejano, no importaba que tan cerca estuviera de él.

No obstante, sabía que comenzaba a despertar, el dolor le informaba que recuperaba la consciencia y que los rayos del sol que se colaba a través de la ventana lastimaban sus ojos. Su dificultad para adaptarse y mover el cuerpo le hizo pensar que estuvo algunos días en cama, se preguntaba cuantos, pues solo recuerda ver a Beom salvándolos y después, nada. Ahora mientras trataba de removerse un poco, logro sentir el calor que desprendía alguien que estaba cerca, que lo tomaba de la mano, y entonces pensó, tal vez Baek si puede sostener mi mano después de todo.

Necesito de unos segundos para poder girar su cuello, escuchándolo crepitar, para encontrar aquella cabellera rubia y una hermosa sonrisa rectangular; pero al girar, no fue precisamente una cabellera rubia lo que vio, era castaña, esa cabeza reposaba en la camilla y al lado había una mesa pequeña con una computadora portátil, era obvio que quien lo sostenía llevaba mucho tiempo ahí, y no solo cuidándolo, también trabajando.

Y aunque la sonrisa desaparecía al percatarse que no era BaekHyun el que lo sostenía, reapareció al notar la cara angelical de aquel chico intelectual con las gafas resbalándole por la nariz, estaba despeinado y babeaba sobre su antebrazo, sin embargo eso no le quito la parte celestial.

Con su mano libre quiso tocar un poco de aquel rostro sereno, pero el dolor lo regreso a su sitio, punzaba y estaba inmovilizado. La bala lo había impactado en la clavícula izquierda; y si lo piensa, fue afortunado al solo ser afectado en esa parte y no llegara a lastimar arterias importantes o incluso que no le diera en el corazón, porque seguro que ya estaría bajo tierra, viendo otra clase de seres celestiales.

-La bala impacto en tu clavícula izquierda, provocando una fractura abierta en el tercio medio del hueso, con un trazo oblicuo y ahora tienes una placa en el hueso. Tuviste suerte de no presentar una lesión nerviosa o un shock hipovolémico grave.  – escucho en una voz adormilada pero veloz que interrumpió sus pensamientos y como siempre, no entendió que carajos quiso decir, pero sonaba bien viniendo de él. – Ya era hora que despertaras, idiota. – primero le miro de mala manera, pero después le regalo una gran sonrisa de alivio que le hizo sentir mejor, y tal vez era producto de los medicamentos que le habían suministrado en este tiempo o que recién despertaba, pero fue la sonrisa más brillante que haya visto, casi cegadora.

Intento hablar, pero su garganta se sentía tan seca y rasposa que le costó incluso pasar saliva.

-No te esfuerces, déjame hablarle primero al médico para que te revise ¿de acuerdo? – pero, en lugar de dejar que fuera por el médico, apretó un poco más el agarre en su mano y se dedicó a mirarlo directo a los ojos, provocando que LuHan se sonrojara pero también que volviera a sonreírle y que afianzara el agarre de su mano, como transmitiéndole un todo estará bien, imbécil.

Permanecieron segundos transmitiendo bienestar con simples gestos, hasta que la puerta fue abierta, provocando que ambos se soltaran y que LuHan retrocediera.

-¡SeHun! – grito su amigo, provocándole un ligero dolor de cabeza. – Me alegra que estés despierto. – se paró a su lado, acariciando su cabellera y besando su frente. – LuHan, – llamo al otro, este asintió para hacerle saber que lo escuchaba. – ¿Podrías ir a avisar al doctor, por favor?

-Sí, claro. – el castaño tomo su computadora y salió en busca del médico, haciéndole saber que no tenía planeado regresar por ahora,  y no lo malentiendan, a SeHun le encanto tener a BaekHyun cerca de él, siempre quiso tener así de cerca al rubio, quería con fuerza muchos de sus mimos pero, por ahora deseaba tener un rato más a ese chico extraño y angelical.

Permaneció una semana más en el hospital, al cuidado de su madre y más el de su amigo que no lo dejaba ni a sol ni sombra, a este paso se convertiría en un niño consentido y dependiente, aunque no le molestaba mucho, era estúpido pero divertido ver los avioncitos y ruidos que hacia BaekHyun para darle de comer en la boca, aunque no fuese necesario, podía perfectamente usar su mano derecha.

Y aunque su madre le dijo que se fuese con ella y su padre a vivir esos días de recuperación, prefirió tomar la palabra de BaekHyun y mudarse con él. Su primer día ahí, BaekHyun le organizó una fiesta de bienvenida donde recibió la visita de varios amigos y compañeros, no obstante, no estaba a quien quería ver. LuHan no había ido a visitarlo de nuevo y ahora tampoco lo hacía, una parte de su mente trataba de decirle que no era importante, pero la otra le decía estar molesto por la falta de interés del hombre, aunque realmente él no tenía por qué preocuparse, pero entonces que hacia junto a él el día que despertó.

Después no supo si sentirse más enojado o agradecido cuando llego un chico que trabajaba en una cafetería cercana y le entrego un pedido con un bubble tea de su sabor favorito con una nota que decía "Hey, cabeza de chorlito, recupérate pronto para que tú me invites uno a mí."

Hizo un mohín con los labios, porque no era exactamente lo que él quería, y por eso LuHan era malvado, o tal vez no tanto, pues al acercarse a la ventana logro ver al chico, asegurándose que el pedido fuese entregado correctamente para después alejarse de ahí.

Y ese pequeño acto le gusto más que el delicioso té de burbujas que adoraba.

✴✴✴

 

-¡ChanYeol! – Tal parecía que hoy no tenían planeado dejarle dormir hasta tarde; primero, Lucky había llegado hasta su cama para despertarlo con dulces besos por toda su cara, decidiendo que quería estar junto a él, o más bien encima de él, dejándolo apenas respirar; y después Kris le gritaba interrumpiendo nuevamente sus sueños. – ¡Ese maldito perro!

-Oh, Oh. – Abrió los ojos, desperezándose y sentándose en la cama. – ¿Qué has hecho esta vez, Lucky? – el perro solo ladeo la cabeza tratando de entender al humano. Escucho más maldiciones de parte del mayor y decidió que era mejor salir del cuarto y ver que sucedía.

-Perro asqueroso, maldito el día que te deje entrar a mi casa. – escucho lo reclamos de Kris mientras bajaba las escaleras.

-¿Qué sucede... – y paro la pregunta al ver a Kris limpiando su pie del excremento embarrado en el suelo, y trato, de veras que trato de retener las carcajadas y palmadas de foca demente, pero la escena ya era hilarante y la cara de repugnancia que Kris daba aumento la parte cómica.

-¡Tu! – señalo a Lucky, este solo se escondió detrás del cuerpo contorsionado en risa del menor.

-Hyung… – dijo entre risas. – No te enojes, yo… – siguió riendo y deformando su cara.

-¿Qué es tan gracioso? – trato de sonar amenazante, pero sinceramente gustaba de esa extraña risa.

-Ya,…lo siento. Prometo poner una puerta para perros, hoy mismo para que pueda salir cuando lo necesite.

-Y ahora vas a destruir mi puerta ¿Y por qué tienes mis pantuflas? – reclamo.

-Ah…, Lucky ya aprendió a traerme el calzado, solo que no sabe medir su fuerza con esos dientes y, las destruyo.

Kris giro los ojos. – Como sea, voy a bañarme y tú, – señalo a ChanYeol. – limpia esta mierda. – rió nuevamente y Kris se alejó gruñendo y refunfuñando.

-

Kris tallaba con fuerza para tratar de quitar por completo el olor del recuerdo de Lucky, tomándose mayor tiempo del que normalmente necesitaba, hasta que escucho la puerta del baño ser abierta.

-Hay dos baños más, vete a orinar a otro lado. – le había dicho al menor.

-No vengo a orinar. – la cortina del baño fue abierta, descubriendo a un ChanYeol desnudo. – También me siento sucio.

Era verdad que ChanYeol había bajado las defensas, dormían juntos, trabajaban juntos y hasta cometían crímenes juntos, sin embargo, jamás se miraron por tanto tiempo desnudos, en el sexo se miraban y tocaban, claro; pero eran cuestiones efímeras, ninguno de los dos deseaba ser analizado por el otro, porque estaban marcados, habían cicatrices que no querían recordar estaban ahí, por eso no invadían el espacio personal del otro de aquella manera; aunque, Kris no se negó a tenerle ahí, cerca, dejando de lado todo prejuicio.

-¿Estás seguro? – pregunto Kris.

ChanYeol hizo una mueca de no saber de qué hablaba, aunque sabían que si entendía, solo querían alejar un poco aquella incomodidad.

ChanYeol comenzó a enjabonarse y a poner shampoo sobre su cabeza, tallando concienzudamente. Ese momento fue aprovechado por Kris para admirarlo, era verdad que su cuerpo tenia cicatrices de su pasado, esas ya las había visto, más nunca las había visto como ahora, quería tocarlas, sentir sus bordes y hacerle saber al menor que aun así, para él era perfecto.

Delineo con su pulgar algunas cicatrices de la espalda, haciendo que ChanYeol se tensara por un instante, Kris se pegó un poco más a él, transmitiéndole calor y comenzando a besar su cuello, distrayendo para continuar el tacto; siguió con los bordes de su pecho, donde eran menos pero más sensibles a sus roces; levanto su muñeca, esa que le recordaba que un día quiso terminar con su vida, la acaricio con su labios dejando un fugaz beso y por fin, llego a su hombro izquierdo, tocando de forma suave y calma las líneas que había marcado en su piel, la K que había hecho por un motivo cruel, pero que ahora le gustaba en esa piel tan suya, su mente perturbada le decía que era un símbolo del amor que crecía cada vez más en su interior.

-Me gusta cómo se siente esto en ti. – le susurró al oído, notando el estremecimiento del otro.

ChanYeol se había girado, quedando de frente ambos cuerpos, la curiosidad dirigió su mano hacia la marca que dejo aquella quemadura de un pasado tenebroso, donde todo le fue arrebatado, esa cicatriz que le dijo lo cerca que estuvo de morir junto a sus padres. – Esto, – toco todo su costado. – tampoco se ve mal en ti, creo que... te hace lucir poderoso. – hablo su alter ego, dominando cada vez más su cuerpo, dándole un alma y una mente retorcida y negra, parecida a la de Kris.

Entonces comenzaron los toques, un juego sexual desde la regadera, acariciando, provocando sus deseos carnales hasta llevar su lujuria a la amplia cama que algún día fue destinada para sus padres, pero que ahora compartían en complicidad. Aún estaban mojados, pero rápidamente evaporando por la calentura y ansiedad de sus cuerpos, posicionándose frente a frente.

Kris saco de un cajón lo que necesitaba, colocándolo en la cama a la vista de ChanYeol y aumentando la excitación.

 -Quiero que usemos esto. – le enseño las esposas que habían tomado de su última víctima.

ChanYeol se lo permitió, dejo que le inmovilizara las manos a la cabecera, entregándose y confiando por completo en esa mente macabra.

Kris temblaba por la anticipación, tratando de evitar escuchar las risas que comenzaban a perturbar su mente, no quería que nada arruinara este momento, por lo que saco de otro cajón un porro que encendió y dio varias caladas para tratar de olvidar esas voces de su mente y solo disfrutar del chico que tenía a su merced.  

-No los escuches a ellos. – menciono ChanYeol, conociendo ya el estado de su mente. – Escúchame a mí, mírame solo a mí. – menciono con tono seductor que logro erizarle la piel. – Ahora, dame un poco de eso. – refiriéndose al cigarrillo.

Kris se lo acerco a los labios y dejo que le diera una buena calada, llenando el espacio de humo gris, contaminando sus cuerpos y mentes.

Kris comenzó a tocarlo, a besar cada parte de su cuerpo, volviendo a dejarla húmeda y brillante, y aun con el porro en mano detuvo la mirada en el pecho blanquecino de ChanYeol, altercándola con el fuego del cigarrillo.

-Se lo que quieres hacer. – le dijo en tono bajo. – Hazlo, no te detengas y márcame de nuevo.

El mayor dio y dejo que ChanYeol dieran otras caladas más y, lo acerco al pecho del pelinegro, apagándolo ahí, provocando una contorsión y jadeo del menor que no solo implico dolor, enfermamente lo había disfrutado. Kris observo la marca que había dejado, otra marca provocada por él, sonrió con satisfacción y lamio y beso la misma área en recompensa.

Rieron, como los dos desquiciados que eran, ChanYeol aprovecho los momentos en que el mayor se le acercó para morderlo en varias partes del cuerpo, dejando su propia marca, y no hubo la suficiente preparación a la invasión, sin en cambio, disfruto de cada penetración salvaje que recibía, de la exposición de su cuerpo y de la sensación de probar cosas nuevas, de sentir como nunca lo había hecho, de dejarse correr sobre su abdomen y sobre el de Kris, sudando sus cuerpo y ensuciando sus mentes.

Y justo al término de sus liberaciones, Kris se dejó caer en él, tratando de llegar a las esposas para soltarlo y permitirle moverse a libertad, pero aun permaneciendo unidos. – Pronto será tu cumpleaños. – menciono con la respiración afectada por la resiente excitación, saliendo despacio de él, besándolo y colocándose a lado.

-Es un tema raro para este momento, a no ser que tengas planeado algo similar, tal vez pueda ser yo el que te tenga a merced. – menciono con burla, dándose vuelta y apoyando la cabeza en el pecho de Kris.

-La moto… – comenzó el mayor.

-¿Qué con ella?

-Ahora es tuya. – ChanYeol se levantó ligeramente para verlo a la cara, notando la seriedad en sus palabras. – Pero, solo puedes llevarlo conmigo, ¿entendido? – el asintió emocionado.

Escucharon a Lucky rascar la puerta.

-Creo que él piensa que me estabas haciendo daño.

Kris resoplo. – Claro que lo hacía, pero a ti te gusto.

Ni siquiera podía negarlo, claro, le había gustado, habían encontrado a una alma gemela perfectamente destructible.

-Limpiémonos y bajemos. No has comido nada. – Kris le reprocho.

-De hecho, me siento satisfecho.

No desaprovecho su nuevo regalo, esa motocicleta implicaba no solo velocidad y libertad, también excitación en su cuerpo, entendió que amaba la adrenalina que provocaba el desenfreno de su nueva vida, su larga cabellera moverse a la par de los varios kilómetros por hora recorridos y, a cierto rubio que no solo era su acompañante en aquella exposición, también lo impulsaba y disfrutaba junto a él de la vida dependiendo de un hilo.

Si, gustaba de esta vida, gustaba de sentirla al límite, la muerte ya no era motivo de miedos, ahora era una amiga que les acompañaba a cada aventura.

Pero hasta los demonios crueles de vez en cuando disfrutan de la calma y calor de alguien a quien desean.

-¿A dónde vamos? – pregunto al ver a Kris preparar la camioneta y guardar algunas cosa.

-Ya te dijes que dejes de preguntar, tan solo sube y guarda silencio.

-¿Podemos llevar a Lucky?

Kris gruño, miro mal al perro y después de pensarlo y ser molestado por ChanYeol, acepto, si lo pensaba no era tan mala idea, igual y podía “perder” al animal por el rumbo.

No tardaron mucho en llegar al lugar en destino, ChanYeol ni siquiera se había percatado del camino, solo se dejó guiar y se dedicó a estirar la mano para mimar al gran can que lloriqueaba cada que lo soltaba.

-Llegamos. – Kris anuncio.

ChanYeol bajo para estirarse un poco y después le abrió la puerta al perro, para después fijarse en el lugar en que se encontraba, el olor salado y la mágica imagen que daba el océano reflejando en sus olas la luz del sol.

La boca de ChanYeol se abrió de manera graciosa y expectante, se quedó clavado en la arena, sintiendo como sus tenis se hundían ligeramente ante su peso; Lucky mas bien parecía emocionado, no tardó mucho en correr y jugar con las olas del mar, mojando el pelaje de sus patas. 

-¿Y bien? – escucho la pregunta del mayor, él solo pudo mirarlo con cierto brillo que emanaban sus ojos, no sabiendo que decir. – Me dijiste que nunca habías pisado una playa, así que pensé que te gustaría esta, aquí casi nunca viene nadie. Espero que disfrutes tu cumpleaños.

Kris no espero la reacción de ChanYeol, se había aventado a sus brazos, apenas logrando sostener su delgado pero largo cuerpo, tambaleándose intentando recuperar estabilidad y el ritmo de sus latidos; y entonces lo supo, hasta su demonio sintió la punzada y aceleración del corazón, este no solo latía para sobrevivir, justo ahora latía con fuerza y calidez, aceptando el cuerpo, –lleno de marcas- pero perfecto para él, y el que definitivamente… amaba.

-Gracias. – la voz de ChanYeol subió de tono sin darse cuenta, emocionado por la bella creación de la madre naturaleza que tenía enfrente, y del mar; sí, porque ChanYeol se sintió feliz al conocer el mar, pero su corazón se aceleró más por el recibimiento que Kris le obsequio, quería estar a su lado.

Y como un niño, ChanYeol corrió hasta la orilla del mar, hubiese querido mojar con esa agua salada e inmensa todo su cuerpo, pero el frío ya comenzaba a calar sobre los cuerpos, así que siguiendo el ejemplo de Lucky, mojo sus pies por un rato y después, solo se quedó al lado de Kris, mirando el vaivén azul, disfrutando con admiración el atardecer hasta despedir los últimos rayos del sol.

Kris se encargó de prender una fogata para calentarse y permanecer un rato más en el tranquilo lugar.

-Me gusta la calma que tiene este lugar, parece como si el sonido de las olas quisiera arrullarte. – menciono ChanYeol.

-Lo sé. Solo vine aquí una vez para explorar, pero siempre supe que era un buen sitio para pasar el rato. – miro al menor. – En especial si estas con alguien valioso. – no sabe ni como logro soltar eso, sus mejillas parecían hervir, pero no se arrepentía porque ChanYeol tenía aquella sonrisa, no la de foca demente, esa que era tierna y bella que lograba reflejar la sinceridad del gesto.

-Préstame tu celular. – le pidió. No pregunto para qué, solo se lo entrego y poco después, la melodía comenzó a salir de la bocina.

ChanYeol dejo en la arena el celular y se levantó de un brinco, extendiéndole la mano.

-¿Qué sucede? – Kris le pregunto curioso, pero aun así se dejó ser guiado hasta estar de pie, enfrente de ChanYeol.

-Esta canción es buena ¿no crees?

-Pues, si tú lo dices.

ChanYeol miro hacia el mar, dándole la espalda y, su cuerpo comenzó a balancear ligeramente de lado a lado, al ritmo de la música y casi podía jurar, que al ritmo de las olas.

-¿Qué haces? – le pregunto desde atrás.

-Me muevo. – dijo con toda lógica, haciéndole fruncir el ceño. – Hace frío, quiero entrar en calor. Tú deberías hacer lo mismo.

Kris siempre se consideró una persona directa, nunca hablaba ni entendía los mensajes entre líneas, pero, esta vez lo supo, sabía lo que ChanYeol quería pero que se avergonzaba en pedir,

Se acercó a él por detrás y lo envolvió entre sus brazos, dejando que el movimiento del otro fluyera con su cuerpo.

-Eres perfecto, y, alguien como yo no merece esto. – menciono algunas palabras de la canción de fondo.

-No me importa que pienses, tan solo quédate a mi lado y hagamos juntos los mayores disturbios y después, disfrutemos de nuestra soledad, tengamos lejos de aquí un lugar parecido a este y divirtámonos hasta que el infierno nos reclame por completo, dejemos que la oscuridad se vuelva nuestro espacio.

Sus almas se volvieron oscuras, eran dos personas condenas, sabían que juntos solo podrían lastimarse, pero estaban dispuestos a arriesgarse y permanecer unidos aunque, eso significara perder todo rastro de luz, consumirse en el infierno.


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