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RENACER DE LAS CENIZAS. por patjes

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-LuHan me volvió a preguntar por ti. – comento BaekHyun mientras se sentaba en el espacio libre de la banca del pintoresco parque de Gajisan en Ulsan. – Aun no entiendo por qué no te pregunta a ti directamente ¿acaso tengo cara de mensajero? – SeHun se encogió de hombros, él también quería saber, o tal vez podía intuir algo, pero prefería pensar que se equivocaba, después de todo, él solo era el “cabeza hueca”. – Como sea, me dijo que ellas están bien, les consiguió un espacio donde vivir en un lugar tranquilo. – suspiro. – Debería de haber sido yo él que las ayudara y estuviera con ellas en este momento.

-Creo que LuHan lo ha hecho bien, no te debes preocupar por eso ahora.

-Es verdad. También me ha dicho que ha conseguido un contacto aquí en Ulsan, un detective privado que nos dejara usar su espacio para seguir con el caso de K. Su nombre es Huang ZiTao y le debe un favor enorme, así que el chico está vendido a LuHan. – su mente le dijo que ese chico no era el único. – Ese será nuestro futuro. Debí ofrecerle una cita más contigo antes de irnos, nos libraríamos al menos un poco de sus mandatos ¿no crees?

SeHun rodó los ojos.– Vayamos a ver al tal ZiTao.

La oficina privada del hombre estaba ubicada en una de las mejores zonas de Ulsan, cerca de una de sus playas más populares, con el espacio lo suficientemente amplio para trabajar, y según LuHan, con un equipo que les facilitaría la labor para descifrar las pruebas recolectadas.

Se decía que Tao era una gran rastreador, parecido a un lobo arrinconando a su presa, y que era alguien impresionante en el campo, con varias técnicas formadas a partir de diversas artes marciales. Debía ser un tipo grande e intimidante, pensaron.

-Buenas tardes, inspector ZiTao. – contesto BaekHyun apenas se abrió la puerta, saludando con una venia.

El tipo se les quedo mirando detenidamente, observando todo, desde sus calzados hasta su desaliñado cabello. – no habían tenido mucho tiempo para arreglarse, viajaban seguido, descansaban poco; y sí, se sintieron intimidados, y no exactamente porque el tipo tuviera un aspecto rudo o una mirada asesina; más bien era debido a su forma de pararse, a su vestimenta impoluta y de marca, mucho más cara de lo que usualmente ellos portaban, y esos ojos, juzgadores y ojerosos que parecían penetrar en los propios.

-¿Ustedes son los detectives de Seúl? – ambos asintieron. – Bien. – menciono con ceño fruncido. – Entren. Traten de no manchar la alfombra. – advirtió.

No parecía un tipo fácil de tratar. Y era verdad, trabajar cerca de Tao era por así decirlo… complicado; el hombre decidió inmiscuirse en el caso sin ser invitado, metiendo las narices como un niño mimado que no aceptaba negativas, y al ser el propietario del lugar que ocupaban no les quedo de otra que incluirlo en el caso, y aunque al principio parecía solo querer informarse por pura curiosidad, termino siendo de gran ayuda al saber los lugares necesarios para buscar más pistas.

Sus trajes llamativos y poco discretos les hicieron pensar que Tao jamás se mancharía las manos ni saldría el mismo en busca de tipos malhechores que pudieran soltar la lengua y dar información; sin embargo, sus bocas cayeron hasta el piso al verlo arremangarse las mangas y usar técnicas marciales que ayudaron a unos cuantos hombres a ceder a sus amables peticiones.

Por supuesto que BaekHyun y SeHun también hicieron lo suyo y juntos habían logrado armar parte del rompecabezas, llevándolos un poco más al sur, pues varios creían que de allá llegaba K, aunque nadie estuviera cien por ciento seguro; no obstante, LuHan creía que la flora que mostraba la imagen de la casa de K podría pertenecer a una zona boscosa de Busan.

 

-Entonces dices que K destapo las movidas ilícitas de su  última presa ¿Podría tratarse de un vengador tratando de limpiar Seúl? – sugirió Tao.

-No lo sé, no todos los occisos son políticos corruptos, no nos dio una explicación de la muerte de todas las anteriores víctimas; además, sus modus operandi ha cambiado desde hace un tiempo. Algo o alguien lo hizo cambiar. – BaekHyun estaba seguro de aquello. – Es posible que se deba a un cómplice.

 -Eso lo complica todo. – asintieron en acuerdo. – Bien, haré que uno de mis mejores grupos rastreadores vaya a todas partes de Busan, y puedes estar seguro de que lo vamos a encontrar. – los ojos de Tao parecían determinados, ya no era solo cuestión de pagar favores a LuHan, parecía incluso emocionado por descubrir a K.

BaekHyun y SeHun no se quedarían sentados, la ayuda de Tao sería una suma enorme a los esfuerzos, pero sin duda alguna, ellos querían estar ahí cuando K y quien sea que estuviera trabajando con él, cayeran.

✴✴✴

 

Kris tenía la cabeza de ChanYeol apoyada sobre sus piernas, su cara lucia adormilada, a punto de caer en los brazos de Morfeo, el pudin de chocolate que tenía en la mano estaba a punto de caer sobre su pecho, pero al parecer Lucky fue más rápido y le quito el vasito que solo alcanzo a derramaba sobre la mano del menor.

-Ojala te haga daño, perro loco. – le susurro con un gruñido que no tardó en ser correspondido por el canino.

ChanYeol se removió para acomodarse mejor, embarrándose el chocolate en la cara.

Kris no pudo evitar sonreír, ChanYeol seguía siendo un niño, uno al que no le habían permitido desenvolverse en su infancia, y que permanecía aprisionado en su interior, luchando por salir y disfrutar de lo que nunca pudo; a Kris le encantaría ver eso, pero tal vez él tampoco ayudaba a que eso ocurriera.

Le escucho roncar, un ronquido corto y discreto pero divertido, este chico tenía muchas cualidades escondidas ¿Qué más podría descubrir de él? Quería saberlo todo. Acaricio su cara, acomodando los cabellos rebeldes que la cubrían, trazando con su pulgar las cejas, sus ojos y labios, terminando por colocar su mano en uno de los costado del cuerpo.

-Aun sigues bastante delgado. – le reclamo esperando que su subconsciente captara sus palabras e hiciera algo por remediarlo. – Debes comer más. – no pudo evitar sentirse culpable, él se había prometido llenar esas mejillas, que esos hoyuelos se definieran de mejor manera, que sus costillas dejaran de ser prominentes; pero nada había hecho realmente para lograrlo, le había dejado intoxicar su cuerpo diariamente con sustancias insalubres, saltarse las comidas por un porro más, hyung,  y si bien su “trabajo” le había dado un poco de tono, aún seguía sin tener los nutrientes necesarios, y eso se veía no solo en su delgadez, también en sus ojeras, en sus insomnios repentinos y pesadillas que decía nunca recordar, pero que sabía que en ellas estaba un pasado que lo atormentaba.

Le dejo dormir un poco más; no solo por ChanYeol, también por él, pues podía admirarle y acariciarlo todo lo que quisiera sin dar explicaciones, memorizando cada relieve y curvatura de su cuerpo y ese sereno rostro que le parecía el más perfecto. Podía ser feliz solo con tenerle.

~

En sueños seguía comiendo ese delicioso pudin de chocolate que tanto insistió para tener; tal vez tenía hambre, no se había detenido a comer apropiadamente, se removió buscando con sus manos el vasito con el contenido cremoso.

-¿Dónde…? – pregunto con la voz adormilada, buscando por su abdomen y pecho.

-Lucky se lo llevo. – contesto Kris con cizaña. – Te digo que ese perro necesita ser educado.

Levanto su cabeza del regazo del mayor, mirándolo con un puchero. – Pero… – Kris se acercó hasta él, lamiendo a un lado de sus labios. – ¿Qué…? – pregunto confundido, volviendo a ser atacado con el mismo movimiento, un poco más hacia su mejilla. – Me haces cosquillas. – Rió.

El siguiente movimiento de Kris fue hacia sus labios, dejando el tiempo necesario para saborearlo. – Tenías un poco de pudin por aquí. – señalo sus mejillas.

-Eso explica el por qué sabes dulce. Me gusta.

-A mi realmente no me gustan las cosas dulces, pero debo admitir que tú le das un toque… único. Sí, mi sabor favorito.

ChanYeol sintió sus mejillas enrojecer, enserio ¿cómo hacia ese hombre para darle tantas emociones en un solo día?

-Entonces deberías comprarme pudin más seguido, que tal todo un paquete, así podríamos… no sé, degustar sabores. – le guiño el ojo.

-Demonios, ¿acaso quieres que tenga una erección tan temprano? Si haces eso atente a las consecuencias.

-¿Temprano? – miro hacia las cortinas, la luz del día comenzaba a filtrarse tímidamente. Al parecer había dormido toda la noche en ese sillón y… – ¿Acaso no dormiste nada? – se preocupó por el mayor.

Kris se encogió de hombros. – Tenía otras cosas mejores que hacer.

ChanYeol soltó una risa corta. – ¿Cómo qué? ¿Verme babear?

-Sí, también estuvo incluida en mis tareas por hacer. – se le acerco más, buscando más contacto, tirando de su labio inferior.

-Quiero pudin. – detuvo la acción de Kris.

-¿Es en serio? – gruño.

-Sí. Eso te pasa por no cuidar mi comida mientras estoy durmiendo. – le enseño la lengua.

-Pero si fue Lucky, debería ser él al que regañes no ha mí.

Lucky apareció al escuchar su nombre, moviendo la cola de un lado a otro y colocándose enfrente de ChanYeol.

-¡Lucky! ¡Tú, pequeño…! – Kris pensó que al fin tendría su venganza, si ChanYeol lo regañaba estaría más que satisfecho. – pequeño peludo y grandote consentido. – le hablo como si de un bebé se tratara, acariciándolo y mimándolo. – ¿Quieres ir a pasear? – el perro ladro. – Vamos entonces.

El mayor se quedó boquiabierto, ¿Por qué tenía que ser él siempre el perdedor? Maldito perro con suerte.

 

Kris salió después de un rato con un sobre lleno de documentos.

-¿Vas a algún lado? – ChanYeol se le acerco.

-Sí, necesito enviar esto a alguien y… bueno, pensé que podríamos ir por un poco de despensa, ya sabes, podemos comprar pudin, helado, no lo sé, ya veremos que se nos ocurre.

-Parece que ya tienes todo planeado. – tembló. – Presiento que será una noche muy activa. ¡Andando! – se dirigía hacia la camioneta con Lucky detrás de él.

-¡No! – ChanYeol salto por el repentino grito.

-Lucky no ira.

-¿Por qué?

-Porque… porque nos vamos en la motocicleta.

-Pero no sería mejor llevar la camioneta para cargar las cosas.

-No, no compraremos mucho.

ChanYeol rió en sus adentros, ¿Cómo era posible que Kris estuviera celoso de un perro?

 

Se dirigieron hasta un local de procedencia dudosa, con un montón de cosas por todos lados, parecía que el tipo encargado vendía de todo un poco, se preguntaba si detrás de la puerta también había órganos para el mercado negro. Se estremeció con el pensamiento.

El encargado era un hombre delgado, alto y con un aspecto inofensivo, escondiendo entre sus mangas un montón de tatuajes.

-Bang, necesito que tus hombres entreguen este paquete. – el hombre tomo del paquete y miro por todos lados el sobre.

-¿Y cómo pretendes que lo hagan si la dirección está incompleta? Aquí casi no me das nada, K. – ChanYeol se sorprendió al escuchar la voz tan grave del hombre, no acorde a su aspecto.

-Lo sé, pero vamos, para tus hombres es fácil, solo tienen que buscar a este chico. – señalo un nombre en el sobre.

-¿Acaso crees que somos unos estúpidos detectives para estar buscando a personas por el mundo? – se miraron fijamente por un momento. – Te costara más.

-¿Cuánto?

-El doble.

Kris agrando los ojos, pero aun así saco un fajo de billetes. – Tus servicios no son baratos, Bang. Espero que este paquete llegue a salvo hasta esa persona.

-Nunca he fallado, K, ten por seguro que llegara.

-Más te vale.

Salieron del lugar, subiendo a su moto para dirigirse a una pequeña tienda del centro, donde se abastecían de varios productos sin el peligro de ser descubiertos.

-Kris.

-¿Hmm?

-¿Qué fue lo que enviaste, y a quién? – pregunto aun tomando algunas cosas de la nevera.

-No es necesario que lo sepas. Vamos, tenemos que pagar. – Kris termino de pagar, dirigiéndose rápidamente hasta el vehículo.

-Sabes que mi curiosidad es grande ¿verdad? – se puso al frente sin encender el motor.

-Mierda que sí. – se lo quedo mirando, aun esperando para arrancar.

-Te diré, pero después nada de preguntas ¿de acuerdo? – asintió. – Envié algunos papeles importantes de papá, investigaciones originales, algunas copias y demás a... Lay.

-¿A La…? – dejo la pregunta al aire al ver la expresión de Kris. – Entiendo, no preguntas. Es hora de regresar.

~

Tomaron la desviación con camino no marcado para llegar a casa, pero algo parecía extraño.

-Frena. – ordeno al menor.

ChanYeol apago el motor y bajo junto con Kris, quitándose los cascos.

-¿Qué sucede?

Kris permaneció estático un momento, mirando su alrededor. – Algo está mal. – dio unos paso hacia adelante, agachándose para mirar el terreno.

-¿Qué es?

-Esto. – señalo hacia la tierra, ChanYeol pareció no entender. – Hay marcas de llantas, son recientes.

-¿Cómo lo sabe? Podría ser de la camioneta.

Kris negó. – No hemos usado la camioneta en más de una semana, llovió hace dos días, las marcas deberían haber desaparecido, al menos un poco y estas… – froto su cara con furia.

-Alguna de las personas con las que trabajas ¿tal vez?

-No, nadie conoce mi ubicación, a excepción de Lee, pero, él fue destruido, ambos lo hicimos ¿recuerdas?

-Sí, por supuesto ¿y entonces?

-Esto no está bien. Espérame aquí, iré a revisar.

-Ni siquiera lo pienses. Te acompaño, solo déjame esconder la motocicleta. – Kris quería seguir negando, pero sabía que ChanYeol lo terminaría siguiendo de todos modos, era mejor que estuviera a su lado, donde pudiera protegerlo.

Recorrieron a pie todo el camino hasta su hogar, Kris se convencía a cada paso que algo estaba mal, y todo tuvo sentido cuando estuvieron a solo metros de distancia de su casa.

-¿Policías? – pregunto ChanYeol con cierto temor.

-No lo sé, no llevan uniformes ni nada que los represente como tal. ¿Tienes tu pistola?

-Sí. – ChanYeol se preparó, sacando su pistola del estuche que escondía entre sus vaqueros,  buscando los mejores puntos de tiro a distancia.

-Verifiquemos cuantos son, en caso de no ser muchos, yo atacare. – ChanYeol quería contradecirle. – No, escucha, atacare, y tú me cubrirás la retaguardia.

Dos personas salieron de la casa con algunos documentos en mano que resguardaron en plásticos, dejándolos en su camioneta.

Solo tenían un medio de transporte, por lo que no debería de ser tantas las personas invasoras.

Kris sacó su arma. – Me haré cargo de esos dos, después esperamos a ver si alguien más sale. Mantente alerta.

ChanYeol asintió; sin embargo, un ladrido hizo eco en sus oídos, Lucky era jalado con una correa por otro hombre, pero no era cualquier persona, esa voz era bien conocida por el menor.

-Hey, perrito, pensé que éramos amigos. – menciono quien trataba de calmar a Lucky, este comenzó a ladrar y a querer soltarse, era probable que ya les hubiese olido.

-BaekHyun, sube a ese perro a la camioneta de una vez por todas. – otra voz que ChanYeol conocía. SeHun.

-Dense prisa y dejen de perder el tiempo, no sabemos cuándo podría regresar. – les aviso otro chico con grandes ojeras, mientras daba órdenes a otras dos personas. – Larguémonos, ya vienen los refuerzos para acordonar la zona.

Kris instintivamente giro a ver al menor, sintiéndose molesto al ver el rostro estupefacto de ChanYeol, no sabía exactamente que estaba pensando, pero era obvio que aún le afectaba la presencia de Byun.

Su cuerpo comenzó a temblar, sentía rabia, ese inspector debió de estar muerto desde hace mucho, y ahora se arrepentía de no haberlo terminado.

Apunto su arma, ChanYeol intercalo su mirada entre él y el objetivo al frente, la persona en el blanco era BaekHyun.

-¡Espera, no! – detuvo el arma para impedir el disparo. – No…

-¿No quieres que lo mate? ¡¿Es eso?! Déjame adivinar, aun lo amas. – sus dientes permanecían apretados.

-No, Kevin, no, es solo…

-¡No me llames Kevin si vas a defenderlo a él! – soltó furia en su voz.

-Yo estoy contigo. – trato de tomarlo de la cara, Kris le alejo con las manos, tomo su pistola de nuevo e intento buscar su blanco, no obstante, BaekHyun ya no estaba a su alcance.

Él solo quería salir de su escondite detrás de esos arbustos, llenar de hoyos a ese inspector y a todo aquel que estuviera interfiriendo en sus propósitos, y evitar que le arrebataran a la única persona que le importaba en este mundo.

 -¡Es todo! – grito uno de los hombres. – Los refuerzos llegaran pronto, ellos se encargaran de lo demás. Todos subieron a la camioneta, incluido Lucky quien no dejaba de buscarlos con la mirada y de llorar mientras se alejaba.

ChanYeol tuvo ganas de correr tras él, pero ahora solo podía dejarlo ir y esperar que estuviera bien. – Vámonos, vienen más policías. Debemos huir. ¡Kris! – le insistió al ver que no conseguía llamar su atención.

El mayor soltó un gruñido de impotencia, se sentía muy enojado, traicionado. Su ira le cegó por un momento, se giró a gran velocidad y tomo a ChanYeol por el cuello, apretándolo hasta dificultarle la respiración.

-Kevin. – la voz de ChanYeol salió ahogada.

-¡Tú aun lo amas! – sus ojos se volvieron rojos, su mandíbula permanecía tensa.

-No. Kevin… Mírame. – trato de buscar sus ojos. – Estoy contigo.

El mayor le miro, tratando de buscar alguna mentira en su rostro. Le soltó al fin.

ChanYeol cayó de rodillas al piso, tosiendo y sobando ligeramente la zona lastimada.

Kris gritaba mientras golpeaba con las manos el árbol más cercano, jalaba su cabello con desesperación, caminaba de un lugar a otro, hasta dejarse caer al lado de ChanYeol. – Lo siento, no quise hacer esto, pero él… – se refirió a BaekHyun. – no quiero que arruine lo que tenemos. Nuestra familia. – le acaricio el rostro, ayudándolo a levantarse.

-Ahora estoy contigo. – se permitió reponerse un poco más. – Haré todo lo que tú me digas, te seguiré a todos lados. Solo nos tenemos el uno al otro ¿Qué no?

~

La noche comenzaba a apoderarse de Busan, el frío invierno seguía presente en febrero, castigando la piel de la cara de ambos cuerpos. Se dirigieron con su único transporte por entre la frondosa naturaleza del sitio, con Kris manejando en silencio, enfocándose en el camino.

-¿A dónde vamos? – le pregunto por tercera vez, quebrando más la voz a causa del temblor que se generaba en su cuerpo para conseguir calor.

Kris se detuvo, bajo de la motocicleta y de un movimiento se quitó el chaleco que traía encima. – Póntelo.

-No…

-Es una orden.

Tomo la prenda sin reclamar más, al menos evitaría que su espalda y trasero se le congelaran.

El mayor le indico con un gesto que lo siguiera. – Aquí. – señalo una especie de viejo granero, el cual abrió de un solo golpe, el polvo los recibió a la entrada. – Al menos podremos pasar la noche sin congelarnos.

Solo había tallos de paja, algunas mantas viejas y rotas, maderos por todos lados y un montón de polvo y basura adornando cada esquina.

Kris limpio un espacio, colocando algunos maderos encimados y yesca de las virutas de la madera. Saco su encendedor y pronto comenzó una fogata que ilumino el lugar y aumento la temperatura de sus cuerpos.

Se quedaron en silencio, mirando los colores de la fogata, perdiéndose en los leños que ardían y las chispas que se elevaban, colocando las manos más cerca del fuego.

-Kevin. – interrumpió el silencio que los albergaba, notando entonces la mirada ida del mayor. – Hyung ¿pasa algo? – no le contesto. – ¿Tienes hambre? Aún tenemos las compras de hoy.

Con la frente arrugada se levantó para acercarse al mayor, notando un ligero temblor y… miedo en su mirada. Se quitó el chaleco y lo coloco sobre los hombros de Kris, mirando hacia donde él lo hacía, entonces lo entendió. Se sentó a su lado, esperando a que él le quisiera hablar.

-¿Por qué me siguen hasta aquí? ¿Por qué simplemente no pueden irse? No me dejan en paz. – sus ojos se encontraron por un segundo, antes de que Kris girara al mismo lugar. – Yo no estoy loco, créeme. Ellos están ahí.

Podía sentir su desesperación, la frustración porque alguien lo entendiera y le creyera, necesitaba no sentirse como un demente, debía ayudarlo. Le tomo de la barbilla para que lo mirara. – Yo te creo.

Kris negó. – Es mentira.

-No. Sé… que están ahí. Les veo. – se mordió el interior de la mejilla, no solo estaba tratando de comprenderlo, estaba entrando en su mundo, sin saberlo se anexaba a las demencias que torturaban la mente y desgastaban el cuerpo.

-Entonces, ¿puedes hacer que se vayan? – nunca le había visto tan vulnerable como ahora, parecía un niño pidiendo a sus padres que espantaran al monstruo debajo de la cama.

-Lo intentare. – le sonrió para tranquilizarle. – No permitiré que te sigan molestando. Ellos se irán.

Kris asintió.

ChanYeol se levantó de un solo movimiento – ¡Lárguense! – tomaba trozos de basura y maderos que encontraba, aventándolos con fuerza hacia la dirección que miraba Kris. – ¡No se atrevan a venir hacia nosotros! ¡Malditas escorias, lárguense! – soltó un grito a todo pulmón, espantando más que nada a los animales que intentaban resguardarse del frío. Se detuvo un momento, recuperando el aliento ¿Qué más debía hacer? Tal vez esto no era suficiente para alejar a esos entes ¿o sí?

Kris comenzó a reír, ChanYeol le volteo a mirar confundido. – Lo has hecho. – rió más fuerte. – ¡Los has echado!

ChanYeol soltó un suspiro, seguido de risas que igualaban a las del mayor, se acercó a él y dejo que se aferrara tanto como quisiera.

-Los alejare por ti cada que sea necesario. Esas… cosas no nos volverán a molestar. – le prometió con firmeza, no sabiendo si realmente podría cumplir con aquello, ¿Qué pasaría cuando Kris tuviera crisis más fuertes ahora que se volvía a quedar sin medicamento? No importaba, él estaría ahí para ayudarle, para alejar a esas cosas de sus vidas.

Sintió los labios de Kris, besando, mordiendo y succionando cada parte de su boca, sus lenguas jugaban, amoldándose al movimiento; solo separándose cuando el aire era necesario.

-Eres mío. – le reclamo, volviendo a usar su expresión y lenguaje normal, aliviando al menor.

Asintió. – Todo tuyo.

Kris se alejó un momento para ir por las bolsas con las compras, saco su cajetilla de cigarros y los vasitos con pudin.

Prendió a prisa el primer cigarrillo, dejando que la nicotina entrara a su cuerpo. Le saco el suéter y la playera al menor, dejando su torso al descubierto, haciendo una pausa para devorar sus labios y quitarse su ropa para hacer una cama donde pudiera recostarlo y no pasar frío.

-¿Lo haremos de nuevo? – ChanYeol señalo con su mentón el cigarrillo, sonriendo por la idea.

-Tal vez. Pero en esta ocasión será especial.

Su cuerpo tembló  en anticipación. – ¿De qué forma? – la sonrisa  lasciva de Kris le debió de informar que no sería nada sano o inocente; sin embargo, quería saber hasta dónde llegaría, que pasaría con su cuerpo.

Terminaron de desvestirse mutuamente, Kris se colocó encima de ChanYeol, aspiro una vez más de su cigarrillo y dejo que las cenizas ardientes cayeran al centro de su pecho.

ChanYeol gimió al sentir el ardor en su piel, pero nada dijo, dejo que el mayor hiciera lo que le fuese en gana, después de todo, él pertenecía por completo a ese hombre, podía hacer con él lo que deseara.

Kris siguió dejando que las cenizas calientes cayeran por su pecho, le besaba y tocaba como recompensa en cada línea roja que iba dejando, después le ofreció un cigarrillo especial relleno de marihuana cuando miro en su ojos algunas lágrimas.

Soplo cuando sintió que era suficiente, quitando todo rastro de cenizas, dejando ver la creación que había hecho en el centro de su pecho.

-Esta K es especial. Olvidemos esta marca, – señalo la K de su brazo derecho. – solo valorare esta. – se refirió a la nueva herida sobre su pecho. – Siempre serás mío.

-Lo seré. – se dejó guiar por Kris, mirando como hacía con su cuerpo lo que le apetecía; esta vez, sintió todo su cuerpo ser marcado por las caricias urgidas del mayor, tomándolo como si nunca más lo fuese a hacer, besando y mordiendo cada rincón de su cuerpo, mirando el pudin ser vertido por su vientre, siendo quitado por la lengua experta de Kris.

Kris miro hacia un lado por un momento. – Alguien más quiere entrar al juego.

Y ChanYeol casi estuvo seguro de sentir la caricia de un tercero sobre su piel.

✴✴✴

 

Tardaron más de un año buscando, mirando cómo se les escapaba de las manos, se burló de ellos; y sobre todo, BaekHyun habían sentido el destrozo de ser apartado de la persona que más amaba en esta vida; no obstante, estaba un paso más cerca para dar con K y encontrar el cuerpo de ChanYeol, por fin podría calmar un poco de sus culpas, tener un nicho lleno al cual visitar, recordarle por siempre como era debido.

-¿Has encontrado algo de interés? – SeHun le había sacado de su ensoñación. – Digo, llevas viendo ese papel por más de cinco minutos, algo importante debiste ver en este.

-Oh, pues… – SeHun se mofo.

Miro a su compañero clasificar información. – Esto. ¿Lo ves?

BaekHyun puso atención a lo que su compañero le indicaba.

-Wu FanMi. – menciono el nombre que más aparecía en aquellos papeles. – Kwon JiSung, Kim JunHo, JungYunho, Son Byung Hee…. – menciono otros nombres que aparecían mientras leía. – ¿Qué no varios de estos nombres fueron víctimas de K?

-Exacto. Esto es una colaboración y patrocinio para la creación de un  medicamento para la esquizofrenia.

-Si mal no recuerdo, algunos de ellos tienen a su nombre la patente de varios medicamentos ¿Pero, por qué nunca se habló nada del tal Wu FanMi? – el silencio reino por algunos segundos. – SeHun, necesito que investigues quien es FanMi. – asintió. – Mantenme informado.

-Claro. – salió del cuarto para hacer su propio trabajo.

Todo parecía muy confuso, había varios espacios en blanco, alguien había mentido y no entendía el por qué.

-¿Qué intentas K? – pregunto al aire.

Siguió buscando entre algunos de los papeles que había recuperado, encontrando un acta de nacimiento, Kevin Wu, busco el nombre desde su computadora.

-Murió a los 9 años, junto a sus padres, Wu FanMi y Stephanie en un accidente que incendio toda una empresa. – suspiro, todo parecía complicarse más ¿Qué tenían que ver estas personas en todo esto? Si ha muerto por qué parecían tan ancladas a los asesinatos.

Un pedazo de hoja salió volando al piso, BaekHyun se dio el tiempo de ir a recogerla, mirándola con detenimiento, tenía partes calcinadas por el fuego, pero aun así se veía con claridad el dibujo de dos personas, madre e hijo, sonrió por un momento, pensando en lo mucho que una madre hace por un hijo. Su sonrisa desapareció al encontrar al lado de la hoja la inicial de una letra.

-K. ¿K? – se quedó pensando con el papel en mano. – ¿Cómo sería posible? – negó, se supone que K era por Kris, pero ese solo podría ser un alias.

Reviso un poco más, encontrando una fotografía de unos padres con su pequeño hijo, sus ojos se clavaron en el hombre mayor. La fotografía era vieja, pero podía observar los rasgos del hombre; busco en su computadora el retrato descriptivo dado por el difunto cantinero, víctima de K, aunque con el cantinero no había sido tan personal como con las otras víctimas, más bien eso había sido una amenaza a todos los que se atrevieran a hablar.

Eran muy similares, el retrato y la foto, pero sabía que no se podía tratar del mismo hombre, pero que tal un hijo.

Su mente empezó a maquinar, del homicida no se tenían huellas ni datos que lo relacionaran con alguna persona, y ¿Por qué razón podría pasar esto? Una, porque no existía, otra podría ser que se tratara de un niño, a los niños no se les mete en la base de datos de policías, no hasta que causaran algún disturbio, claro; sin embargo sabía que esto no era obra de un niño, solo pudo suponer lo siguiente:

El hijo de Wu FanMi y Stephanie no había muerto en el mismo accidente que sus padres, solo fue deducido, todo había sido reducido a cenizas, adjunto a un accidente, así que no hubo gran investigación en nada; y, si lo piensa, ¿por qué solo habían muerto los Wu? Era extraño que nadie más hubiese salido lastimado.

Necesitaba saber el tipo de sangre que eran Stephanie y FanMi, comparar con la sangre encontrada en las escenas del crimen.

Había mucho por hacer; pero, si varios de los mencionados en la creación de ese medicamento habían muerto, eso significaba que debía haber otros en peligro, eran varios nombres para saber hacia quien se dirigía, pero el hecho de que empezara a dar detalles de esos fraudes, indicaba que estaba próximo a acabar, a dar a conocer todo lo que realmente había sucedido en ese lugar, con los Wu.

BaekHyun no deseaba regresar hasta encontrarse con K y hacerle hablar sobre ChanYeol; sin embargo, debía dar aviso, regresar a Seúl y ser él mismo quien lo atrapara para evitar más muertes en la ciudad.


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