—Esa caja a la habitación 3. Y esa a la 6— ordenó un doncel rubio.
—¿Esto donde?
Leyó el contenido -Al despacho. Tres puertas a la derecha.
—No puedo creer que papá tuviera esta casa completamente vacía.
—Dijo que donó todo a la caridad, y luego comenzó a viajar.
—Ya veo. ¿Estas seguro de todo lo que compraste?
—Si— tacho el número de la caja que acaba de pasar a su lado —. Es necesario para vivir. Solo espero que no destruyan nada.
—Eso es imposible, Naru.
—Lo sé. Pero mantengo la esperanza.
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Namikaze y Uchiha miraban asombrados la cantidad de carros de mudanzas que iban y venían. Se miraba que uno de los donceles supervisaba todo.
De pronto el ruidos de un carro se escuchó. Otro auto último modelo entró a la propiedad, casi atropellando a los de la mudanza.
—Por dios Deidara. Casi los matas.
—¡Pero no lo hice!
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—Ese es...
Miraron a Sai—¿Lo conoces?
Asintió —Es el artista Deidara. No solo hace pinturas, sino también maneja arcilla. Es un doncel soltero muy cotizado.
Cierto azabache miraba el contoneo de caderas que hacía el rubio mientras se aproximaba a de la sudadera.
Dos autos mas entraron a la propiedad. Del auto rojo se trataba de un hombre alto y pelo rojo. Claramente era varón. mientras que del auto negro se trataba de una mujer peli azul y un varón de cabello naranja.
Ambos saludaron de abrazó a dos de los donceles y entraron a la casa.
—Al parecer tendremos varios vecinos.
—Estoy segura de que he visto a esos dos antes.
—¿De verdad?
—Si. Pero no recuerdo.
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—Naruto.
—¿Qué sucede Kurama?
—Tenemos espías en la casa Uchiha.
Alzó la mirada y los vio... Allí estaban esos dos traidores. Observó a la rubia y al muchacho junto a ella —Ino
.. Menma.
Kurama miró a todos, y miró mal a cierto rubio y pelirroja. Notó el extraordinario parecidos de Menma Namikaze con Naruto —¿Vas hablar con tus hermanos?
—Por ahora no...— nuevamente miró a sus hermanos.
Ino y Menma siempre lo buscaron. Le llevaban juguetes para ambos. Había ocasiones en que Ino cuidaba de Gaara mientras él limpiaba la cocina con ayuda de Menma. Una ocasión Menma se hizo pasar por él cuando enfermó y viceversa, gracias a eso fue atendido por los médicos y sus "padres".
Sus hermanos nunca lo hicieron a un lado como sus padres. Siempre le llamaban Naruto-niichan.
Por esa razón quería a sus hermanos. Los amaba. Eran su otra mitad. Muchas ocasiones sentía lo que sus hermanos sentía. Desconocía si a ellos les pasaba lo mismo.
—Vamos. Entremos a la casa— ordenó y el pelirrojo lo siguió.
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Menma sintió de golpe tristeza y melancolía. Miró a uno y ella asintió.
Algo le pasaba a su hermano.
Lamentablemente no podía ir con él, no sabían donde estaban.
—Niiichan.
—Dijiste algo, Menma..
—Nada, Mikoto-san. Será mejor de ver a los vecinos. Creerán que somos chismosos.
—Si.
Uchiha y Namikaze entraron a la casa a tomar la merienda.
————
Todos estaban formados como soldados frente al rubio.
—No quiero desorden. En unos días veré lo del personal de servicio y seguridad. Por el momento, no quiero sus desastres.
—Si.
—Deidara. No explotes tú estudio. Correrás con los gastos si lo haces.
—Sí, Naru.
—Kurama.
—Aquí.
—Tu... Sigue siendo tú— dijo con suspiro cansado.
—Ustedes dos... Nada. Ustedes nada.
Sonrieron felices, y le hicieron burla al rubio.
—No quiero que den declaraciones o algo. Nadie debe saber quiénes somos. No por ahora. ¿Entendieron?
—¡sí, señor!
Sonrió —Señorito. Ahora vayan y desempaquen.
—Si, señorito.