—¿Tú hiciste eso?— mostró el periódico frente a su hermano mayor.
—No.
—Naruto.
—No he sido yo. Ha Sido Kurama el que organizó todo. Además, ¿que te preocupa? Tarde o temprano se sabría.
—Significaría que sus socios...— miró a su hermano mayor —. ¿Eso es lo que querias?
Sonrió —Por supuesto. ¿Por qué esperar seis meses? Si podía hacerlos caer ahora.
—Naru. Olvida esa venganza.
—No Gaara. No lo haré. Les regresaste todo el desprecio que nos hicieron.
—Naru. Tú no eres así.
—...
—Tú no eres malo. Ni rencoroso. Recapacita, Naru.
—Lo sé Gaara. Pero quiero que paguen un poco de lo que nos hicieron. Además, nuestro padre tenía planeado esto para la ciudad.
—siempre pones a nuestro padre. Una más de estas cosas y se acaba todo.
Naruto frunció el ceño —¿Los quieres?
—No pero si a nuestros hermanos, ellos sufrirán.
—Ino tiene su propia empresa, y Menma tiene un excelente trabajo con los Hyūga. No tienes que preocuparte.
—Naruto— se acercó y se sentó en su regazo —. No quiero que vivas lleno de ira y venganza. No es bueno. Papá no lo querría.
Acarició los cabellos rojos —Lo sé. Pero esto es nuestra venganza. Lo que nos hicieron no tiene perdón Gaara. Agradezco que no recuerdes tanto como yo lo hago— una lágrima surcó su mejilla —. No conoces el dolor de que tus padres te rechazen frente a tus hermanos. El que te hagan a un lado... El que te miren con tanto odio. Como si uno tuviese la culpa de haber nacido doncel.
Abrazó a su hermano —Lo siento. No me gusta recuerdes esas cosas.
—No es tu culpa. Tú no la tienes. Los señores Namikaze sí. Por ello pagarán Gaara. Desearan jamás habernos hecho a un lado. Te lo juro— besó la mejilla llena de lágrimas —. Te amo Gaara. Eres mi familia. Por tí haré lo que pidas, menos desistir de mi venganza.
—Naru.
—Ahora ve a la universidad. Toma mi auto.
—¿Cómo te irás?— miró con resistencia la llave.
—Es todo tuyo— le entregó las llaves— Se que siempre lo quisiste desde que lo adquirí. Te daría uno nuevo pero el dueño no quiere hacer otro. Ya sabes "modelo único". Mi nuevo auto no tarda en llegar.
Sonrió maravillado y besó la mejilla del rubio —Gracias.
—Nada de subir a tus miles de novios— dijo con burla.
—Narubaka— le dió un zape —. Sabes perfectamente que nunca tendré novio.
—Eso mismo digo yo... Y mírame, ya tuve dos novios.
—Sí. Pero te recuerdo que huyeron despavoridos cuando intentaron tocarte de más.
—¿Qué tiene? No quiero acostarme con el primer varón que vea.
—Lo sé — Gaara sonrió con ternura. Su hermano podía ser el doncel más "despiadado" del mundo de los negocios, pero el doncel más inocente referente al sexo. Agradecía a su padre por todos los consejos que les dió sobre varones.
— Vamos. Se hace tarde— tomó sus cosas y siguió al pelirrojo al nueva ala de la casa, un gran estacionamiento para 5 autos.
Gaara sonrió al ver el auto. Siempre había amado ese auto negro.
—Ve. Se hacer tarde
Gaara subió al auto y lo arrancó. A los segundos una grúa apareció con un auto deportivo negro. Todo una belleza —Muy bonito auto.
—Lo sé. Es uno de los más seguros que encontré. Anda. Ve a clases.
—Nos vemos en la empresa— arrancó el auto y se dirigió a la universidad.