—Yamanaka-san. Esa es mi oferta. Acepta o no mi propuesta.
—Yo...— miró con duda al doncel.
—Sí sigue así quebraran por completo y jamás volverá abrir las puertas de su empresa. No quiero eso para esta empresa y su familia.
Lo que ese joven le ofrecía le daba todo para ganar y que su empresa volviera a salir a flote. Pero... Su esposa e hijos cruzaron su mente...
—Esta bien. Acepto su propuesta, Ōtsutsuki-san.
—Genial. Le enviaré a mi abogado para arreglar el contrato. Una vez que ese todo listo le haré llegar el dinero.
—Dios...
—No se preocupe. No dejaré que esta empresa quiebre. Este tranquilo.
El joven doncel abrió la puerta, y salió de la oficina sonriendo.
En cuanto puso un pie fuera varones miraron al atractivo doncel. Era sin duda uno de los más bellos donceles que haya visto en su vida.
—Solo esperó no haberme equivocado- soltó un suspiro mientras observaba cerrarse la puerta -. Lo hablaré con Shika.
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—¿Cómo te fue?
—Gracias a tí, excelente—Sonrió y besó la frente de su hermano —. Ya deja de jugar con los Yamanaka. Inicia con el siguiente objetivo.
—Entendido. ¿Plan A para los Inuka?
—El D para que los Nara no sospecha.
—Bien. ¿Con los Yamanaka?
—Envia a Kurama con el contrato.
Asintió y observó a su hermano —Te admiro.
Miró con sorpresa, era la primera vez que escuchaba eso —¿De verdad?
Se levantó y miró a su hermano mayor directamente a esos ojos azules -Si. Desde pequeño viste por mí. Eres un padre para mí. Eres mucho más que todo eso. Eres mi motor para seguir adelante... Tú y nuestro papá son mis ejemplos a seguir.
Sollozó y abrazó a su hermano —Nos recuperaremos.
—Extraño a papá, Naru.
—Yo también lo extraño, Gaara— abrazó fuertemente a su hermano menor.
A los dos años de que escaparon, y de estar viviendo en la calle, fueron adoptados por un viajero.
En un principio Naruto se negó a que los adoptará pero se convenció un día que Gaara enfermó y ese viejo (cómo él de decía) le ayudo con el hospital y las medicinas.
Todo por el bien de Gaara.
-Acepto, viejo. Pero te pagaré todo lo que gastes con nosotros. Te lo juro.
El nombre del viajero era Ōtsutsuki Hagoromo. Quien resultó ser el hombre más rico de Konoha. Pero tenía años que había abandonó Konoha.
Naruto no creía eso. Pues el viejo era un hombre muy tranquilo que no alardeaba de su riqueza como lo hacía su fam... Ex-familia.
Ōtsutsuki Hagoromo fue un hombre cariñoso y amoroso. Todos sus conocimientos se los heredó a ambos.
Les dió educación, una casa, y lo más importante: una familia. La familia que tanto desearon por años.
Lamentablemente había fallecido hace 3 años a causa del cáncer. No pudo ganar la batalla contra esa devastadora enfermedad.
Actualmente, ellos manejaban la empresa Bijū de la que su padre fuese dueño.
Naruto Ōtsutsuki a sus 27 años era dueño del 60% de Bijū y el presidente de la empresa. Mientras que Gaara seguía estudiando la universidad y era dueño del 40%.
Gaara hipeo, y Naruto rió.
—Aun no se te quita esa maña.
—Lo siento.
—Vamos—le limpió las lágrimas— Descansaremos por ahora. Mañana tienes que ir a la universidad, y por la tarde nos cambiaremos a la casa.
—¿Estas seguro de vivir en ese lugar?
—Por supuesto. Es la casa de nuestra padre. Además, es hora de nuestra venganza.
—Y si ellos....
—Jamás los perdonaré, Gaara. Éramos sus hijos, su familia y nos abandonaron. Ellos se merecen esto y un poco más.
—Bien... Terminaré de empacar.
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