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Beautiful por hana shia 26

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Notas del capitulo:

¡Capítulo con 8030 y más palabras! Léanlo con calma:)

 

Sasuke es pequeño y pasa desapercibido para las miradas curiosas de los universitarios que había en el campus. Sin amigos, jamás participaba más de lo normal y solo guardaba silencio sentado enfrente de la clase. 

 

Es un chico muy dedicado a su estudio y sobre todo inteligente, por supuesto no tenía derecho a perder su beca por una negligencia suya, después de todo, este era el único método que le permitía estudiar, eso y sus largas jornadas con sueldo mínimo.

 

A los maestros les agradaba, más bien a cualquier persona le causaba ese sentimiento, siempre iba con una sonrisa tímida bajando su mirada hacia sus pies y levantando sus lentes cada vez que se resbalaban por su nariz. Era lindo en todo el sentido de la palabra y todas las personas que alguna vez se cruzaron con el chico lo sabían, hermoso y puro son los pensamientos de las personas cuando ven al azabache.

 

 A comparación de sus terribles años de preparatoria, Sasuke se sentía bien, no era molestado por su rara y tímida forma de actuar enfrente de alguien, estaban en la universidad, burlarse de las diferencias de una persona era inmaduro.

 

Aunque el Uchiha lo pensara, no siempre pasaba del todo desapercibido, una belleza tan pura como la del azabache sería un pecado no observarla. La gente usualmente intenta acercarse a él, en busca de ser algo importante en la solitaria vida del ojinegro, pero siempre fallaban en el intento.

 

El ojinegro no necesita esas clases de relaciones, estaba bien de esta forma, cree que su forma de vida monótona es buena y su mente está en paz con que nadie vea a través suyo, y aprecien a un chico vulnerable ante las miradas ajenas. No desea que vuelvan abusar de él. 

 

Cree que es mejor no abrir su corazón y ser amable era la mejor opción para él.

 

A pesar de su fuerte deseo por alejar su pasado, la vida es cruel a traerlo en su presente. Sí, es deprimente ver a Naruto.

 

Por qué a la perspectiva de Sasuke, el rubio es un rayo de luz, que destaca entre la oscuridad abismal que existe en el mundo. Puede jurar que el motivo principal por el cual Naruto siempre está rodeado de personas, es como las luciérnagas atraídas por la luz. Y Sasuke no podía negar que él también está incluido, siempre buscaba al rubio entre la multitud de los pasillos, justo como lo hacía en la preparatoria.

 

El rubio siempre tenía gente alrededor suyo, pero parecía no gustarle estar con muchas personas, lo sabía por las expresiones de su rostro, pero siempre fue educado, y lo seguía siendo, se despedía de forma cortes del grupo que siempre le seguía y se alejaba de la multitud. Por un momento Sasuke cree ver en la mirada azul soledad, pero ¿Cómo sería eso posible? Si es tan amado.

 

Y el Uchiha no se equivocaba.

 

 Sasuke y Naruto eran similares, con el temor de ser lastimados y alejándose de la gente, tan solo había una diferencia. Naruto si quería estar con alguien, y ese alguien era el azabache.

 

Existía un mismo sentimiento entre ambos chicos, un amor enorme guardado. Una historia de amor que amerita ser vivida. Pero Sasuke no se dejaba llevar por las incontables veces en que ambas miradas chocaban y el sentimiento de estar unidos era más que evidente. Y Naruto solo  piensa que es la peor persona del mundo, pues solo se enfoca en los malos errores que su juventud torpe le trajo. Que no tenía el mínimo derecho de tener esos sentimientos egoístas hacia Sasuke, pero los tenía, debía hacer algo para merecer ser parte de la vida del azabache y sobre todo, que lo perdonara. 

 

Y como obra del destino lo encontró, más bien, Sasuke lo encontró a él, cuando tuvo aquellas decaídas que eran seguidas y esos momentos deprimentes que soportaba solo.

 

Oh Naruto, ¿Te sientes muy vacío?, ¿Tú conciencia sigue reprimiendo tus errores de juventud? Al parecer sí, ya que no consigues dormir a gusto a causa de los recuerdos tortuosos.  

 

Después de esa ocasión en que se encontraron, Naruto hará lo posible para que esta vez sea distinto, días después  se dio cuenta que le chico estudiaba en el mismo lugar que él, y en todo momento que tuvo oportunidad lo busco con la mirada, pero Sasuke no quería ser visto, aún no.

 

Así qué pasó días estando perturbado de no encontrarse con el ojiazul.

 

Pero la universidad es pequeña y tarde o temprano sería visto, esperaba que tarde, muy tarde, lo suficiente para graduarse y no ver jamás a Naruto.

 

Un día de esos no sería capaz de huir de esa mirada azul, y ese día había llegado. Cuando se encontró con la mirada azul por primera vez, sabía que no hay vuelta atrás, está perdido. 

 

"Sasuke" hablo cuando sostuvo la delgada muñeca del ojinegro, que se estremeció ante el contacto, agarro con fuerza la mochila que llevaba en sus hombros y bajo su mirada con temor. Naruto se quedó procesando lo delgado que estaba el brazo del Uchiha y que había casi doblado ese suéter gigante que tenía el día de hoy color mostaza.

 

"¿P-podrías soltarme?" Tartamudeo con nervios, el miedo recorría cada centímetro de su cuerpo, ¿A que le temía? ¿Acaso a mí?, pensaba Naruto, asustado por sus conclusiones.

 

"No", el azabache levanto su mirada sin comprender lo que ocurría, parecía un pequeño animalito asustado al ver a su depredador, pero la verdad es que a Naruto le causaba ternura, le gustaba la mirada angustiada del ojinegro, le encantaba verlo igual que siempre, pero claramente más delgado, y eso realmente le asustaba. No podía creer que en su mano cerrada en la muñeca del chico sobraba espacio. Pero a pesar de lo inquieto que se siente, una enorme felicidad lo abruma al ver que aun sigue teniendo esas grandes mejillas rojas y pálidas, que deseaba estrujar desde hace tiempo. Es su Sasuke, su corazón esta aliviado al tenerlo centímetros suyos. 

 

"P-pero"

 

"Vamos a tomar un café" no lo quería escuchar protestar ahora mismo, si deseaba quejarse y decirle lo basura que era le parecía excelente, si quiera golpearlo o maldecirlo, también era una buena idea, se lo merecia después de todo pero en ese momento, ruega por que le permita darle un poco de tiempo de hablar. Desea verlo detalladamente e intentar imaginar cómo pasaron todos esos cambios tan repentinos en su físico, quería indagar sobre lo que sucedió con Sasuke el tiempo que no estuvo con él. Así podrá tener su alma tranquila.

 

"Yo... y-yo no puedo, lo siento" miro hacia abajo, sintiendo vergüenza a la mirada del rubio, no quería ver cómo tendría su rostro de enfado por no tener tiempo, Sasuke deseaba tenerlo, para poder ir con Naruto.

 

"Wow Sasuke, no tienes por qué pedir perdón" su mano se alejó de la muñeca  del azabache y se sintió mal en hacer sentir al chico intimidado con su presencia, fue mala idea acercarse al ojinegro de esa forma y ahora lo entendía, debió de ser sutil y ahora se estaba arrepintiéndose de esto pero estaba tan emocionado de volver a verlo, que Sasuke lo viera con aquellos ojos hermosos como cuando eran más chicos,  que no pensó detalladamente que debía hacer.

 

Que estúpido eres Naruto. Se dijo así mismo, viendo como el Uchiha sostenía su suéter teniendo la cabeza hacia bajo.

 

"Yo debería decir lo siento" susurró ante la vista que tenía del azabache "Mierda, soy un idiota contigo, no sé qué me ocurre para creer que me puedo acercar a ti y decirte que salgamos a tomar un café como si de mejores amigos se tratara, después de lo imbécil que fui contigo, estúpido Naruto" el chico se alejó de Sasuke diciéndose todas esas cosas mientras caminaba de un lado otro golpeando su cabeza "Puede que tú me odies y claro que lo tengo merecido, ¿Qué mierda pasa por mi cabeza?, yo lo siento Sasuke, entiendo por qué no puedes ir, lamento hacerte pasar esto" le dijo al Uchiha, quien ahora lo mira atento, Naruto se sentía pequeño y un completo idiota ante la mirada dulce del azabache "Y-yo... Yo solo quería..." ni siquiera sabía cómo decirlo, por qué no debía decirlo, quiero ser tu amigo, oh vamos Naruto, ¿Ser amigo de la persona que humillaste? Era una burla "Solo olvídalo, lamento haber sido imprudente y obligarte a pasar esta vergonzosa escena" susurró, ahora el bajando su cabeza sin tener el suficiente valor como para irse por qué todo su corazón y cuerpo gritaban querer estar aquí, enfrente de Sasuke, con la pequeña esperanza de recibir un si en su propuesta, aún que fuera una locura.

 

Pero el silencio era muy pesado, como si le estuvieran encajando dagas en el cuerpo a Naruto, debía de irse, y debía respetar que ahora, Sasuke lo repudiara, aún que Naruto estuvieran anhelando todas la noches ver a ese lindo chico. Pero ahora sabe que no importa cuánto pidiera ser perdonado, eso nunca pasaría.

 

No espero nada más y se giró, caminando a su paso, sintiéndose derrotado y con las ganas de hacer algo más, pero ya había hecho mucho en su juventud, y no había vuelta atrás para arreglar ese error.

 

Ni en lo más mínimo Naruto esperaba lo siguiente, o tal vez si,  esa esperanza que lo llevó a buscarlo y llamarlo por su nombre e invitarle a salir un rato si predecía esto.

 

Sasuke le estaba sosteniendo con ambas manos su brazo y el rubio estaba lo suficiente abrumado por la emoción que no escucho lo que dijo el azabache y se enfocó en sus mejillas rojas.

 

"¿Mande?" Hablo con intenciones de escuchar nuevamente las palabras del Uchiha "¿Podrías repetirme lo que dijiste?" La piel de Sasukee estaba muy roja por sus palabras y empeoro por tener que decir todo nuevamente. Naruto está en el mismo estado pues su corazón ya sabe las palabras que vienen.

 

"Y-yo dije que trabajo en una cafetería y tú... tú puedes ir ahí en mi descanso y-y charlar" se sentía muy estúpido con sus palabras y su forma de hablar es imposible que no  se arrepienta cuando hubo un silencio aún más abrumador que el anterior, pero el rubio esta estático procesando todo lo que Sasuke le había dicho, más bien de la fortuna que tiene, de las cosas buenas que le están sucediendo. "S-si quieres"

 

"Pero Sasuke... ¿No me odias?, por supuesto que quiero pero... tú... ¿Tú estás bien conmigo?" Tal vez era algo imprudente hacer esas preguntas, y en la mente del rubio la idea de molestar al ojinegro y hacerlo retractarse de sus palabras le provocaba un nudo en su garganta.

 

"Nunca lo hice" respondió con una pequeña sonrisa, una preciosa y tan sincera para el despreciable de Naruto que no entendía la reacción tan positiva de Sasuke.

 

Pero así era, el Uchiha era tan hermoso que ese sentimiento tan impuro como el odio no podía invadir al pequeño.

 

 

Había ya pasado 2 semana en las cuales Naruto siempre iba a la cafetería donde Sasuke trabajaba pero se quedaba en la entrada, arrepintiéndose antes de ser capaz de empujar la puerta de vidrio, reprimiéndose a sí mismo y yéndose del lugar avergonzado de su adolescencia inmadura, mientras tanto, Sasuke esperaba ansioso por ver entrar al ojiazul, pero eso nunca pasaba sin importar cuánto rogara que el chico apareciera en algún momento, el azabache siempre terminaba suspirando por la tristeza mientras limpiaba las mesas.

 

Ambos imaginando de lo que hablarían, qué harían, que cosas recordarían, si compartirían su número, si esto se volvería frecuente, pero todo se quedaba en su mente como una ilusión de lo que podría pasar entre ambos si dejaran de aferrarse a un pasado tóxico para ambos. Cuando supieran aprender a perdonarse serían capaces de compaginar en esta vida.

 

Pero parecía que a los dos, eso de aceptar sus errores y afrontarlos no les iba muy bien y parecían estar a gustos con ese remordimiento comiendo sus cabezas cada día más.

 

Naruto se molestaba mucho consigo mismo e intentaba darse ánimos cada noche que caminaba hacia la cafetería, tal vez esta noche era la indicada y entraría, pero su cuerpo se entumece antes de poder entrar al lugar, su mente es golpeada por una ola de recuerdos desagradables y el arrepentimiento llena su alma, hasta el punto que es cegado y vuelve por el mismo camino, pero esto no podía pasar siempre, un día iban a estar juntos, por qué se merecían esa oportunidad, solo debían aceptarla. Y el destino ya tenía escrito para ambos.

 

Esa noche Sasuke se sentía un poco mareado, y con el disgusto de sentir su desayuno en la garganta, siguió con sus labores. Salió a la parte trasera del local para tirar la basura en el gran bote que había ahí.

 

Limpio sus manos cuando depósito en su lugar esos desechos orgánicos, suspiró mientras levantaba su rostro observando la fría noche que era. 

 

Una parte de él le obligaba a quedarse, y fue lo que hizo, despejando su mente fumando un cigarrillo y dándose la libertad de tomar un descanso.

 

Naruto siempre estaba en la mente de Sasuke como prioridad, y en este momento lo era también, no entendía que había pasado mal como para que el chico no lo hubiera visitado, creyó que había sido claro en la propuesta y el rubio se veía desesperado en verlo.

 

Todo era demasiado extraño y en el fondo de su mente la respuesta empezó a formarse. El motivo principal por el cual había huido tanto de él, y su mente creía que era por  su apariencia. El humo salió de su boca cuando pensó saber la verdad, una basada en tonterías y más bien, que fue formulada por ese lado malo suyo que siempre veía las cosas mal.

 

Claro que no iba a venir, seguía dándole asco, porque nunca dejaría de ser ese asqueroso acosador, obviamente Naruto todavía le tenía repulsión y claro que sí, aún con todo el tiempo qué pasó tenía la misma apariencia suya.

 

Las ganas de vomitar fueron más fuertes ahora y el ojinegro sostuvo su vientre plano. Intentó encontrar un lugar estable para que todo dejara de dar vueltas y la única forma fue hincarse, el cigarrillo cayó en el concreto frío, y el azabache cubría con su mano la boca, pero eso no había sido impedimento  que regresa la poca comida que se encontraba en su estómago.

 

Las lágrimas se amontonaron en sus ojos al hacer un esfuerzo de regresar algo, cuando no tenía nada en su barriga. Tosió al sentir que le faltaba aire, la saliva caía de sus labios rojos y su cara que estaba empezado a colorarse por el esfuerzo.

 

Qué escena tan vergonzosa.

 

"Oh venga Naruto, no seas un amargado" Sasuke sintió como si corazón se salía de su lugar por el nerviosismo que invadió todo su cuerpo en un santiamén.

 

"Lo siento Shika, mañana tengo clases" le respondió mientras le sonreía y el chico con quien hablaba regresaba al bar que estaba al lado de la cafetería y que era separada por el gran pasillo oscuro donde se encontraba el azabache en mal estado.

 

Sasuke estaba llorando, rogándole a todos los dioses que le hicieran caso a sus súplicas. Que Naruto no lo vea. La oración era repetida en su mente, intento callar su respiración temiendo que fuera ruidosa y le delatará. El mal sabor en su boca le inundaba y el nudo en su garganta se formó.

 

Pero el Uchiha no fue ayudado está vez, y el rubio pudo ver al azabache, ni siquiera se cuestionó a preguntar quién era y solo se acercó, el chico era Sasuke, quien se hundió en el hueco  que había en sus piernas que abrazaba con fuerza, manchando su uniforme con el vómito que había en el piso y sintiéndose tan humillado, como asqueado de su apariencia tan deplorable, empezó a respirar con dificultad, ¿Tienen idea de lo horrible que es sentir todo tu cuerpo entumecido sin capaz de sentirlo? Porque Sasuke lo estaba sintiendo, estaba inquieto y desesperado por no sentir sus piernas, quería salir de este lugar, quería ser tragado por alguna fuerza sobrenatural y que decidiera llevárselo para siempre, para que no tuviera que pasar esta escena.

 

"Sasuke, ¿Qué te pasa?" Le preguntó asustado por las reacciones y como vio que el cuerpo pequeño del Uchiha se estremeció al oírlo, intentó tocarlo, para hacer que levantara su rostro y le respondiera pero reaccionó de la peor forma.

 

"¡No me toques!" Gritó, cuando la mano del rubio se depositó en su hombro, levantó su vista y Naruto fue testigo de las lágrimas secas que tenía, su rostro más pálido del que tenía y los labios resecos.

 

Por inercia se alejó, se quedó procesando la imagen que tenía y sin detenerlo, Sasuke volvió a su postura.

 

¿Qué estaba pasando? El rubio no tenía una mínima idea y no comprendía por qué había reaccionado de esa forma y como debía de ayudarlo, no tenía idea de que hacer y el pánico invadió su cuerpo también, provocando que un sentimiento de romper en llanto quisiera apoderarse de él.

 

"S-sasuke" susurró su nombre, acercándose lentamente al pobre chico.

 

"Aléjate" impuso molesto, sin mirarlo y estando en el mismo lugar.

 

"No me voy alejar Sasuke, dime que te pasa por favor" suplicó, queriendo saber una respuesta a este problema.

 

"¡Que te alejes maldita sea!" Volvió a gritar, mirándole molesto.

 

"Yo... yo no puedo dejarte así Sasuke" le respondió, arrinconando al chico sin libertad de huir más, pues el ojiazul a cada palabra que decía se acercaba.

 

"Tú me dejaste así" el rostro demacrado de Sasuke se había grabado en su mente, el remordimiento le invadió en su cuerpo y rompió en llanto. Por qué sabía que esto era su culpa y de nadie más.

 

Naruto despertó de golpe, respirado agitado y con el sudor cayendo por su frente, sostenía su playera en el lugar que estaba su corazón que latía con fuerza hasta el punto de doler. Los jadeos no cesaban y no paraba de mirar hacia todos lados sin creer que esto había sido una pesadilla, porque se había sentido tan real.

 

"Mierda" masculló, tallando sus ojos y limpiando el sudor de su rostro con su playera, enfadado consigo mismo "Maldita sea Naruto" golpeo la cama, cubriendo después su rostro, calmando su respiración y el impulso de volver a llorar y que sus lágrimas pasaran por el lugar donde estaban las secas.

 

El remordimiento había sido el peor enemigo del rubio y la única cosa que siempre le acompañaba por las noches y nunca lo dejaba.

 

Tenía que hacer algo, quería dejar de tener pesadillas y dejar de tener un paro cardiaco cada vez que despertaba. Necesitaba vivir tranquilo y arreglar su mal, pero no lo estaba haciendo nada bien, lo único que hacía como siempre era huir, tiene que dejar de hacer esto, por su bien y el de Sasuke que también debe tener malos sueños, y en efecto, los tiene.

 

Se levantó de su cama decidido y seguro, era sorpréndete verlo así después de tanto tiempo y de haberse encerrado en su caparazón para estar protegido.

 

Hoy era el comienzo de su plan para arreglar su error y que esto después, le llevará a ser cercano a Sasuke.

 

La valentía duro todo el camino hacia la universidad y siguió hasta que lo vio saliendo de su aula, sonriendo gentilmente a un chico pelirrojo que se despedía de él.

 

Ambos se miraron y Sasuke sonrió al verlo, fue ese preciso momento cuando Naruto perdió esa fuerza que había adquirido, retrocedió, mirando al piso concentrarse en mantener su cabeza baja y no ver al chico que lo ponía nervioso.

 

El ojinegro agarro su suéter con fuerza, pasando saliva ante la reacción del rubio, fue mala idea que se pusiera así, las idea erróneas se formaron en la mente del pequeño Uchiha. Dejo salir un suspiro y se esforzó en sacar una sonrisa.

 

"B-bueno días" saludo pero su voz parecía querer quebrarse cuando salió de su boca, pero el ojiazul no se había percatado de eso.

 

"Bueno días Sasuke" devolvió el gesto, levantó su cabeza y encontrando al chico mirando hacia otra parte mientras sostenía la orilla de su suéter, con la nariz roja y los ojos del mismo color carmesí.

 

Tenía que ser un idiota para provocar esto. Y ahora mismo Naruto se está arrepentido de sus acciones y maldiciendo bajo.

 

"Yo, b-bueno... creo que debería irme" susurró, mirándolo con sus ojos cristalinos y el rubio puede jurar que todos escucharon a su corazón estrujarse, culpándose de lo incómodo que se sentía el azabache.

 

"No te vayas" aquello se había escuchado como una súplica desesperada, y el más pequeño se quedó en su lugar, sabiendo que pronto rompería en llanto si seguía en ese abrumador silencio incómodo. "Y-yo... ¿Quieres almorzar conmigo?" Puso a prueba su suerte, mordiendo su labio esperando una respuesta negativa pero fue todo lo contrario para su sorpresa.

 

No podía creer que el chico había aceptado y ahora caminaban hacia la cafetería a lado suyo

 

El silencio era difícil de llevar. Pero antes de que Naruto pudiera tomar el valor suficiente como para entablar una conversación, Sasuke ya le estaba preguntado cómo le había ido.

 

Por lo menos en el camino, no fue tan incómodo al irse juntos, el rubio se extrañó que Sasuke solo pidiera una café.

 

"¿No tienes hambre?" Le preguntó, pues a lo que habían hablado, este era el desayuno de ambos y claramente, Sasuke no tenía nada en su estómago más que el café que estaba bebiendo.

 

"No tengo realmente" confesó con una tímida sonrisa.

 

"O... ¿Tienes algún problemas con comer enfrente de las personas?" Aquella pregunta era de broma sinceramente, no creyó que Sasuke soltará una risa nerviosa, encogiéndose en su lugar.

 

"Algo parecido" susurró, recogiendo el mechón de cabello que se salió de su ojera y acomodándolo atrás de esta.

 

"Vaya... pues no deberías, no conmigo" la mirada obscura del chico se enfocaba en el mientras Naruto se las ingeniaba para poder romper la tensión que se formó entre ellos nuevamente "Yo como de una forma asquerosa, así que no te sientas tan mal comiendo enfrente mío, estoy seguro que eres muy cuidadoso y delicado" río y Sasuke por lo menos dejo salir una sonrisa ya no tan forzada.

 

Ojalá fuese sencillo como lo dices. Pensó el azabache mientras volvía a sorber de su bebida caliente.

 

Había sido la mejor mañana para Sasuke después de tanto tiempo, y mientras atendía a los clientes en el pequeño local de su trabajo le era imposible no sonreír con tanta intensidad a los clientes que algunos terminaron embelesados por la belleza del ojinegro.

 

"Bienvenido" saludo alegre, girando su cabeza hacia la puerta cuando escucho la campanilla sonar, sus ojos mostraron un brillo peculiar cuando un chico alto rubio le sonreía sonrojado.

 

"Hola" Naruto había batallado mucho para tomar esa decisión de pasar por esa puerta y la verdad no se arrepintió, le encantaba ver a Sasuke, observar sus facciones finas con detalle y guardar esas pequeñas sonrisas que le daba cuando sus miradas chocaban, mientras el rubio esperaba que empezara el descanso del Uchiha.

 

Las tardes y mañana se habían basado en una rutina, la cual consistía en esperarse y almorzar juntos, hablar de cualquier cosa, mientras ambos se sonrojaban, Naruto iba a verlo en su trabajo y esperaba hasta que saliera para caminar juntos hacia sus respectivos departamentos, que para sorpresa de ambos estaba a 5 minutos de distancia entre ellos.

 

Sasuke se sentía tan feliz y se notaba, en cada acción que hacía y fue imposible que no pasara desapercibido el brillo intenso que había en su mirada, que hasta hace poco era triste y sin vida. Fue tanto tiempo que no se sintió tan motivado a despertarse por las mañanas y empezó a convertirse en algo esencial que ambos estuvieran casi todos los tiempos juntos.

 

Las personas notaban eso, y los rumores se esparcieron más rápido de lo que Naruto creyó, pero realmente no le interesaba, no importaba lo que dijeran de él, pero Sasuke era distinto, era muy nervioso y el rubio tenía miedo de que la misma historia se repitiera, la cuál era que el pequeño volviera a ser intimidado, así que el ojiazul se encargó de alejar los rumores de los oídos de Sasuke, y le había funcionado tan bien.

 

Está vez, Naruto no pudo escaparse de sus compañeros y la salida que llevaban tiempo planeando, y con todo el dolor del mundo, tuvo que cancelar la cita de siempre con Sasuke.

 

El Uchiha sonrió y le dijo que no ocurría nada, que estaba bien, pero internamente le dolió la idea de que el rubio estuviera en un antro donde hay cientos de mujeres hermosas y que Naruto... podría gustarle alguna chica, se alejaría de él y Sasuke volvería a sentir esa soledad horrible golpear a su corazón sin piedad. Malamente, para el Uchiha, se acostumbró estos últimos dos meses a la presencia del ojiazul a lado suyo.

 

El pánico invadió a Sasuke, y no pudo disimular su tristeza, ni  siquiera intentó dejar de extrañarlo y enfocarse en otra cosa, todo giraba en torno a Naruto, pues lo hacía sentir aliviado y feliz, si solo tenía en mente al rubio las otras cosas que lo atormentaban no serían tan claras.

 

Aun así intento seguir su rutina como lo era antes, hasta que llegó Naruto que por cierto modifico toda su vida en unos cortos meses. La rutina qué consistía en estar solo con sus pensamientos.

 

Suspiro cuando se liberó de las bolsas de basura, limpio el sudor que había en su frente y sacudió sus manos en su mantel.

 

Era viernes por la noche y ese día, el Uchiha acepto tiempo extra porque no le gustaba ya regresar solo a su casa y entrar a un lugar que lo hace sentir sofocado.

 

Eran las 2:10 am para ser específicos y la intensidad de la música del edificio que había enfrente podía escucharse, cuando vio aquel sitio la idea de Naruto estando con otras personas provocó que sus piernas temblaran.

 

Se sentía mal por querer monopolizar a Naruto y que ese sentimiento posesivo le invadiera cuando se trataba del rubio. Le molestaba que el ojiazul siempre provocaba ese sentimiento en él y hace sacar su peor lado, el mismo que lo hace sentir avergonzado.

 

Se siente mareado y pudo deducir que era por la falta de alimento, pues lo único que había comido en el día fue un panqué y  la verdad, se sintió muy mal en comer algo con tantas calorías. Esa sensación pesada y que disgusta seguía en su garganta, como el remordimiento de haber hecho algo malo permanecía fresca en su mente.

 

Se sentó en el suelo frío del pasillo e intentó aclarar sus pensamientos y calmar a su corazón que estaba impaciente.

 

Se sentía tonto por creer que tenía un lugar seguro en la vida de Naruto solo por pasar tiempo juntos y ya veía que eso estuvo mal, el rubio estaba siendo amable y el azabache tenía otras intenciones, porque el Uchiha anhelaba compartir sus sentimientos con el ojiazul, pero no deseaba ser rechazado como en su juventud, ese recuerdo siempre estaba presente cuando está con Naruto, mientras habla y ríe con él, ese recuerdo se transmite en su cabeza, pero no le toma importancia, la mayoría del tiempo.

 

Decide tomar un pequeño descanso, el estrés está empezando a hacer efecto en el cuerpo del ojinegro, saca la cajetilla de cigarrillos de sus pantalones negros de vestir y se sienta  en el sucio piso del pasillo oscuro en el que se encontraba, teniendo solamente a la luna como su compañera y testigo del remolino de sus dudas.

 

Siempre era un huracán de baja autoestima y frustración, pero siempre sabía cómo lidiar con eso, exactamente como cubrir esos problemas con una sonrisa gentil. Hace mucho tiempo que aprendió a controlar sus sentimientos, pero está vez le estaba fallando.

 

El miedo que siempre estaba presente ahora era claro, y eso llevó a la inseguridad del ojinegro. 

 

Una combinación muy mala para una persona que se autolesiona.

 

Era claro sus sentimientos hacia Naruto, esos imposibles e impuros sentimientos. Podía vivir siendo amigo del chico, puede estar bien con eso o eso creía hasta ahora, los seres humanos por naturaleza querían más de lo que tenían y Sasuke podía  mentirse así mismo pero él sabía que en fondo desea tener al rubio solo para él y hacerlo simplemente suyo, aún que eso fuese muy enfermizo, pero para que engañar, Sasuke sabía que estaba enfermo.

 

"¡Hey Naruto! No seas un aguafiestas" escucho el grito de un chico  con claridad aún con el ruido de la discoteca, cuando escucho ese nombre fue imposible no ver hacia ese lugar con la esperanza de verlo, y como si se tratara de un deja vu, el rubio estaba ahí riendo torpemente.

 

Sasuke se levantó del suelo y sacudió su parte trasera con intenciones de limpiar la suciedad que se hubiera pegado en el pantalón negro, apagó su cigarrillo y salió del pasillo para ir hacía Naruto porque se veía algo pasado de copas.

 

El azabache miro hacia las calles, esperando a que no pasara ningún carro y fue cuando aprovechó en cruzar. A pesar de que era un viernes por la noche, los alrededores se veían desiertos.

 

"¡Naruto!" Gritó para que el ojiazul detuviera su torpe caminata, se giró sonriendo cuando vio acercarse al Uchiha.

 

"¡Hola Sasu!" El ojinegro no espero ser abrazado por la cintura, ni tampoco que Naruto dejara su cabeza en su hombro, inclinándose, pues obviamente sus diferencias de estaturas era muy evidente.

 

El Uchiha se removió inquieto en los brazos del rubio por tenerlo  tan cerca y deseando que sus cuerpos no se tocaran de esa manera, temiendo manchar a Naruto con su ropa sucia era tal vez por ese hecho, de que se trata del rubio cerca suyo o el motivo verdadero que era el pánico que sintió el azabache al ser tocado. Realmente desconocía el motivo de su reacción. Intentó empujar el gran cuerpo que se dejaba caer cada vez más somnoliento.

 

"Eres muy delgado Sasu" dijo moviendo sus manos hacia su espalda baja y luego a su cintura "tienes una cintura muy pequeña" habló acercando aún más su cuerpo al del ojinegro, el cual empezaba a entrar en pánico.

 

"Naruto basta" su voz se escuchaba molesta y su cuerpo empezó a temblar cuando sintió la respiración del más alto en su cuello. "Naruto por favor deja de hacer esto" parecía que su voz se iba a romper en cualquier momento y Sasuke empezó a respirar pesadamente, sintiendo como el ataque de nervios quería aparecer pero se tuvo que contener para no hacer esa escena tan vergonzosa enfrente del Namikaze

 

"Eres tan lindo, pareces una chica Sasu, con tus curvas y tú gran trasero, ¿seguro que no eres una?" Río dejando un pequeño beso en la pálida piel descubierta del pequeño quien se estremeció por completo al sentir esa sensación de los labios del rubio con su cuello.

 

A pesar de que su cuerpo reaccionaba muy bien, Sasuke empezó a llorar y a temblar también por el miedo y el asco que sentía.

 

Las palabras y el toque del moreno lo hacían doblegarse. Esos halagos de la que era lindo y delgado, con curvas y llamativa retaguardia, eran ciertas, pero para Sasuke no lo era, porque enfrente del espejo seguía siendo ese chico gordo de rostro desagradable. No quería que el ojiazul estuviese diciendo esas cosas cuando eran falsas. Cuando su mente solo repite los recuerdos desagradables que unían a ambos.

 

"Naruto" suplicó sintiéndose asqueado de sí mismo y rogando que tan solo fuera real lo que decía el rubio para no sentirse tan mal al ser tocado.

 

No soporto más y aún que nunca quiso lastimar al Namikaze empujó con toda la fuerza que esos delgados brazos le brindaba, al cuerpo que le doblaba el peso y la estatura, el alcohol también había ayudado que Naruto no tuviera su misma fuerza y tardará en reaccionar, por eso había caído hacia el piso.

 

"Auch" se quejó, pues se pegó en la parte trasera de su cabeza la cual tocaba y miraba sorprendido sus dedos.

 

"Oh Dios mío... es sangre" se alarmó el Uchiha acercándose rápidamente al rubio quién parecía perdido "oh no, no, no... Y-yo yo lo siento mucho" se disculpó varias veces mientras que el más alto reía sin comprender.

 

"Sasu tengo sueño" avisó el chico dejándose caer en frío concreto y cerrando sus ojos en el acto.

 

"No... no, no... ¡Naruto despierta por favor!" Tuvo miedo  cuando el chico dijo aquello y empezó a mover de forma brusca al ojiazul que se reía. ¿Qué era lo gracioso? Se preguntaba Sasuke al borde de perder la compostura creyendo torpemente que había lastimado a Naruto al punto que quisiera desmayarse.

 

"Umh Sasu... duérmeme" entre abrió sus ojos con esa pequeña sonrisa que tenía y que alivio al Uchiha. "Sasu es mi ángel" confesó cuando el nombrado con toda su fuerza levantó al rubio que se dejó ayudar, el azabache tenía su mano en la cintura del Namikaze en cambio este tenía su brazo en el hombro del más bajo "Sasuke es mi ángel, ¿Sabes que Sasuke es mi ángel?" Cuestionó mirando raro al ojinegro que tenía el rostro rojo por haber llorado pero que estaba más calmado al sentir el contacto del rubio "¿Tú quién eres?"

 

"Soy Sasuke, tonto" río mientras que Naruto le veía raro, más bien  confundido y eso pasó después de 5 minutos que dejo salir una gran carcajada.

 

"¡Eres Sasuke!" el Uchiha río, dejando a un lado ese nudo en la garganta que hasta hace poco no quería desaparecer. "Sasuke quédate conmigo, ¿sí?" El rostro de Naruto se puso de repente muy desanimado "Te necesito Sasu y quiero que estés conmigo para siempre y jamás vuelvas a irte, prométeme que te quedaras conmigo" el azabache detuvo su caminata mirando lo serio que se había puesto y como Naruto era su estrella en esta noche tan desolada. 

 

"¿Está bien que me quede?" El rubio asintió con una pequeña sonrisa.

 

"Si tú te quedas podré ser feliz, porque tú me haces feliz y me haces sentir bien, no me siento tan solo, me haces sentir como en casa, ¿lo sabes?"

 

"No lo sabía Naru" le respondió " tú eres mi casa, ¿lo sabías?" El Namikaze negó.

 

"Me alegro que lo sea"

 

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El rostro de un Sasuke llorando era lo único que podía recordar Naruto cuando despertó con un dolor de cabeza y una jaqueca horrible.

 

Estaba en una habitación que no reconocía y a lado de donde hasta hace poco descansaba, hay una mesa con un reloj que marcan las 6:00 am.

 

Se levanta quejándose del dolor de su parte trasera de la cabeza y camina hacia la salida del dormitorio, tiene que entrecerrar los ojos por la fuerte luz que había en el lugar que era pequeño y veía a Sasuke sirviéndose un vaso de agua con su ropa de dormir.

 

"¿Sasuke?" La voz ronca hizo que el ojinegro se alarmarla pero cuando se giró y vio al rubio se relajó.

 

"Hola Naruto, ¿te sientes mejor?" Cuestionó con una sonrisa gentil.

 

"Mejor supongo, me duele la cabeza"

 

"¿Quieres una pastilla? ¿Tienes hambre? Puedo cocinarte algo" sugirió mientras habría el refrigerador antes de recibir respuesta del más alto.

 

"No Sasuke, no te preocupes" el Uchiha se detuvo avergonzado e intento ver al rubio pero se puso muy nervioso después de todo lo que le dijo hace horas, por eso bajo su cabeza y agarro sus manos por detrás de su espalda. Y eso hizo que el rubio pasara saliva nervioso.

 

Recordaba lo que hizo antes de caer al piso y golpearse en la cabeza y tenía muy en claro la imagen de Sasuke llorando.

 

Se sentía fatal porque el azabache volvió hacer ese gesto tan roto y asustado como antes, no podía creer que le había hecho al Uchiha después de lo mucho que habían avanzado y que se prometió jamás provocar ese gesto en el ojinegro o si no el mismo se alejaría de la vida de Sasuke, no quería causarle más daño, quería hacerlo feliz pero parecía que siempre provocaba lo contrario.

 

"Yo... Lo siento" se acercó e intentó tocar el brazo del más bajo quién por costumbre la alejo, a Naruto le había dolido eso más de lo que creía y sintió como ese pesado sentimiento en su corazón empezando a crecer "Yo me tengo que ir" el chico se alejó y Sasuke levantó su vista sin entender.

 

"¿Qué? ¿Por qué?" Preguntó confundido y antes de dejar que el rubio se pusiera los zapatos pues ya estaba enfrente de la puerta.

 

El rubio se quedó en ese sitio, sintiéndose la peor persona del mundo en causarle daño a alguien tan lindo y pequeño como Sasuke.

 

"Yo lo siento mucho Sasuke, dije cosas muy estúpidas, me comporté como un total idiota"

 

"Pero no dijiste nada tonto" su voz sonó algo asustada y sus ojos ya estaban llorosos, pues creía que Naruto por culpa del alcohol había mentido respecto a sus sentimientos y le dolía imaginar que todo fue por culpa este pero la verdad es que  todo lo que dijo había dicho era  real.

 

"Olvida lo que te hice, perdóname" se levantó y toco el picaporte pero antes de girarlo, sintió como el azabache le abrazaba por la cintura.

 

"No  hiciste nada malo, Naruto" cerró sus ojos intentando impedir que sus lágrimas no salieran. El ojiazul mordió su labio inferior y frunció el ceño.

 

"¿Por qué eres así?" El Uchiha no entendió a qué se refería y solo se separó un poco por temor a la voz molesta del más alto "Realmente no lo entiendo..." se giró y el azabache se distancio un poco, manteniéndose aún cerca del Namikaze. "Te destroce Sasuke y tú aún me dices que no he hecho nada malo, ¿Es en serio? Te hice hacer el mismo rostro lloroso y destrozado dos veces, ¿Por qué no me golpeas?... ¡Hazlo maldita sea! Desquita todo esos años de sufrimiento en mí y te juro que no me defenderé" el rostro el rubio mostraba un dolor que jamás Sasuke vio en su vida, tan roto y frágil a pesar de lo fuerte que se ve en el exterior, lo feliz que es, cuando realmente es tan pequeño y lastimado.

 

"Naruto cálmate"

 

"No Sasuke... Mierda ¡Enfádate! Guárdame odio y deséame lo peor, me lo merezco por un cabron"

 

"Yo no puedo hacerlo Naruto" Sasuke bajo su cabeza sintiéndose mal por ver tan molesto al ojiazul y sentir frustración por decir que no podía pues no le había hecho nada malo, pero esa oración se quedaba atorada en su garganta, porque realmente si había hecho algo, lo estaba haciendo.

 

"Me enfada tanto que tú estés tan tranquilo cuando esos bastardos tienen una vida normal y feliz, mientras tú estás tan destrozado, Y Sasuke, no me puedes mentir, no tengo que buscar mucho cuando estás muy delgado y eso no está bien, ¡Puedo sentir tus huesos!, ¿Tú crees que está bien que tus costillas sean visibles? Y todo por culpa de mí y de esos hijos de puta, lo peor es que estoy bien, ellos lo están, gozan de una vida feliz de la cual tú no lo puedes hacer por qué estás jodido."

 

Naruto estaba tocando una cicatriz abierta sin cuidado y que estaba infectada. No le importo. Sasuke podía soportar el dolor pero no por mucho tiempo.

 

No le gustaba sus días donde no comía nada, no le gustaba la forma en que sus huesos se veía como si una fina sabana las cubriera, aquella que era su piel pálida, claro que no era un orgullo provocarse el vómito por no sentirme bien con su físico, por qué frente a un espejo él no podía ver el mal que se estaba haciendo o tal vez sí, pero prefería eso a estar obeso y que lo molestaran.

 

Sabía que estaba jodido y que su estabilidad mental estaba hasta el caño, pero se esforzaba, realmente lo hacía, pero el azabache ya no podía contra todo el mundo ni con sus prejuicios, había ya luchado tanto que ahora estaba cansado y deseaba por lo menos descansar 5 minutos y juraba que si tenía esos pequeños minutos de descanso, iba a estar bien, que lucharía contra sus pensamientos, eliminaría sus temores pero jamás podía tener esa relajación que añoraba. Las personas se cansan en algún momento en su vida, y Sasuke hace tiempo que se había cansado.

 

"Debiste de haberme escupido en la cara, haberme humillado y lastimado porque yo era testigo  cuando te molestaban ¿Y qué hice? no hice  nada, hasta fui parte de eso, a pesar de que tú ya no estabas bien, que  tus ojos parecían no tener motivos para seguir en vida, justo como ahora" el rubio rompió en llanto ante la frustración que tenía, con el corazón siendo estrujado sin compasión y dejar salir el remordimiento de su vida, sin importarle, que ahora sí, ... estaba haciéndole daño a Sasuke "Yo... yo no hice nada, aún que me rogabas con la mirada que te ayudara no hice nada, nadie hizo nada... Por mi culpa seguiste siendo la burla para la preparatoria aún que no estuvieras en ella y posiblemente estabas llorando solo en tu cuarto, incapaz de recibir la justicia que te mereces... así que si puedes Sasuke... tienes muchos motivos para hacerlo"

 

"Entonces, ¿Qué quieres que haga? ¿Qué te golpee?, No Naruto, yo jamás te humillare porque si lo hago me convertiré en la clase de basura que son ustedes" el enfadado invadió en algún momento al Uchiha cegándolo y ahora se sentía arrepentido, cubriendo su boca y rompiendo en llanto, no quería decir eso, no para Naruto, era verdad que le estaba haciendo daño, pero Sasuke era capaz de ver el arrepentimiento del rubio y realmente, jamás guardo rencor a nadie, era tomarle importancia a personas que no se lo merecían.

 

El rubio sonrío entre las lágrimas que caían en sus ojos "Tienes toda la razón Sasuke, eres mucho mejor persona que nosotros, me alegro que pienses así" habló, mirando como el ojinegro lloraba y deseando poder abrazarlo con fuerza, reconfortarlo y consentirlo hasta que dejara de llorar, pero no podía hacerlo, ya no quería hacerle más daño, así que se salió del departamento, dejando a un Sasuke llorando y sofocando sus sollozos con su mano, dejándose caer lentamente en el piso.

 

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Sasuke no fue a la escuela durante 4 días, el primer día Naruto pensó que lo estaba evitando y sabía bien que el chico estaba en todo su derecho de alejarse de él, después de la escena que había formado. Pero la verdad es que no se arrepentía, quería decir eso pero no de esa forma. El segundo día fue a buscarlo en su última clase, cuando sus horarios compaginaban, y ambos podían irse al restaurante donde el azabache trabaja, ese día había faltado justo como el pasado. Cuando fue el cuarto día sabiendo que Sasuke no había ido a la escuela ni al trabajo se decidió en buscarlo a su departamento.

 

Se sentía avergonzado de ir, tenía miedo de Sasuke lo rechazara y que lo odiara, pero no lo culpaba, había tocado una herida que aún no sabana por completo.

 

Intentó calmar su respiración cuando se encontró enfrente de la puerta de Sasuke, sus manos sudaban y sus piernas temblaban, estaba inquieto por lo que pasaría, tocó la puerta 3 veces llamando al Uchiha pero no recibió respuesta alguna.

 

Cuando volvió a llamarlo con más fuerza y sin escuchar la voz del Uchiha a pesar de estar insistiendo mucho, cuando sus gritos empezaron a desaparecer y cada vez era más fuerte los golpes en la puerta, fue en ese momento que entro en pánico por lo que podía estar pasado al otro lado de la puerta.

 

La puerta del departamento de Sasuke se abrió para la sorpresa del rubio quien no dudó ni poco en entrar, su cuerpo temblaba y por alguna razón, sentía que algo malo estaba pasando pero aun así con el miedo empujó la puerta de madera para poder adentrarse en el oscuro departamento.

 

Hasta el final del pasillo había una entrada sin puerta donde podía ver un poco de luz o más bien un que reflejo se veía en el suelo de azulejo.

 

"¿Sasuke?" Indagó para saber si la presencia del azabache estaba aquí pero lo único que lo recibió fueron sollozos a la lejanía que era audibles mientras se acercaba cada vez más a la habitación mencionada.

 

Las personas jamás nos damos cuenta del daño que hacemos hasta que lo vemos con nuestros propios ojos y nos obligamos a estar en el mismo lugar de esa persona.

 

Naruto entendio la tempestad que había comenzado, no era una herida abierta, eran varias heridas que están infectadas y que tenían una engañosa apariencia de estar sanas.

 

Sasuke era pequeño y débil a simple vista, realmente tenías miedo de llegar a lastimar a alguien tan frágil así que todo el mundo le trataba como si fuera un cristal. Realmente el rubio jamás pensó lo mal que estaba el azabache hasta que lo vio.

 

Llorando de una forma tan desesperada con su cuerpo esquelético temblando, con los ojos hinchados y rojos como señal de haber derramado lagrimas por mucho tiempo, los sollozos eran callados por la comida que el Uchiha decidía meter en su boca.

 

La luz que se veía, era el refrigerador abierto, alrededor de basura y envueltos de comida alrededor de Sasuke.

 

Naruto tardó en reaccionar porque su vista no se separaba del bote a lado del ojinegro, ni la forma tan desesperada de llenar su boca con alimentos, supuso que cada vez comía más y lo vomitaba.

 

Sasuke parecía haber estado así por mucho tiempo, por su cabello todo revuelto y por qué seguía teniendo la misma ropa de esa noche o tal vez era el olor nauseabundo del vómito y la comida echada a perder.

 

El rubio se acercó lentamente al Uchiha con temor de ahuyentarlo, con miedo de tocarlo y lastimarlo más, se veía mucho más débil, viendo cómo la columna vertebral era clara para él. Sasuke parecía ausente ni siquiera se había percatado de su presencia y solo se enfocaba en ver a un punto muerto y comer lo que estuviera cerca suyo, sin ver que era lo que se llevaba a la boca.

 

Realmente Naruto tenía miedo, su mano estaba temblando y con torpeza toco el hombro de Sasuke el cual volteo a verlo.

 

"No me toques" su voz era neutral, sus mejillas tenían lágrimas secas, y alrededor de sus labios había residuos secos. El cuerpo del más bajo estaba frío, justo como su mirada, los ojos negros estaba perdidos y debajo de ellos había ojeras, Sasuke parecía un muñeco de trapo, un cuerpo sin vida y Naruto había empezado a llorar con desesperación, ahogando sus sollozos.

 

"Sasuke" suplicó para que lo viera y que esa imagen hubiera sido un producto de su imaginación, quería volver a tocar su hombro para que girará pero tenía miedo de romperlo, más de lo que estaba.

 

"¿Qué haces aquí? ¿Vienes a burlarte de mí estado?" Cuestionó sin mirar a Naruto aún y negando tan desesperadamente sin poder articular palabra alguna "Por qué puedes hacerlo, soy muy patético... hazlo, ríete" ahora volvió a mirarlo con esa sonrisa retorcida mostrando el verdadero interior de Sasuke, el que estaba roto y muerto en vida que se empeñaba en esconder, creyendo que podía contralor sin sus medicamentos.

 

"Lo siento, lo siento, lo siento" repitió todas las veces que podía, dificultando su respiración al decirlo seguido sin pausar. "Lo siento tanto Sasuke, yo provoqué esto" dijo alejando la basura que rodeaba al azabache para estar cerca de él.

 

Y así lo hizo, cuando estuvo cerca, lo abrazo con toda la fuerza que podía hacer sin lastimarlo, Sasuke tenía sus manos a los costados teniendo aún esa expresión perdida que rompía la alma del rubio.

 

"Lo siento tanto Sasuke, lo siento" no sabía cuántas veces lo había dicho ya pero no se iba cansar de decirlo, esperando qué tal vez el Uchiha saliera de ese trance, que le respondiera y que su arrepentimiento le llegara "Estás tan mal cariño, lamento no haberlo visto, lamento haber dicho esas cosas, y reaccionar de esa manera, lamento dejarte y causarte esto, yo no quería te lo juro... yo solo quiero hacerte feliz..." se separó del cuerpo de Sasuke quien le miraba inexpresivo "Te amo Sasuke, ¿me escuchas? Te amo y quiero hacerte feliz está vez... así que por favor, te lo ruego, dame una última oportunidad" beso las manos frías del ojinegro " Te amo Sasuke, te amo mucho" repitió dándole besos a las manos pálidas y frías del azabache quién no soporto nuevamente e hizo un gesto, arrugo su nariz y su ceño fruncido tembló, las lágrimas no se hicieron esperar y por lo menos, Sasuke ya no parecía estar muerto.

 

"¿Tú amas esto?" Se refería a él y a su estado de probable y humillante, Naruto sonrió gentil, limpiando sus lágrimas.

 

"Amo cada parte de ti, sea buena o mala, quiero que me dejes amarte y ayudarte" respondió, abrazando nuevamente al menor y siendo correspondido al instante, sintiendo los dedos del Uchiha aferrarse en su espalda, y el llanto del ojinegro "Está bien, bebé, sácalo todo, deja que salga" susurró en su oído mientras acariciaba la espalda de Sasuke, besando sus mejillas de vez en cuando "Ya no estás solo, ¿entiendes? Estoy aquí, ya no vas a pasar esto solo nunca más, jamás volverás a sentirte solo por qué yo estaré contigo y te ayudaré, vas a salir de esto" afirmó, sonriendo y limpiando sus propias lágrimas, sosteniendo con fuerza las manos del azabache esperando que dejaran de estar tan frías.

 

"¿Me ayudaras aún que tardes toda la vida?" Cuestionó con su voz temblando y mirándole con sus ojos cristalinos, suplicando amor de cualquier forma. "¿Me amarás para siempre?"

 

"Me quedaré para siempre a tu lado toda la eternidad, para ayudarte y amarte siempre ¿entiendes?" el rubio pudo ver ese pequeño brillo regresar de nuevo, y no pudo dejar sentirse tan aliviado, tan feliz al ver como el ojinegro rompía en llanto nuevamente por qué esas lágrimas le aseguraban que es chico estaba vivo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Recuerden: ¡Aún no termina!

falta el extra:) espero que les guste 

¡Muchas Gracias por leer! 


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