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El obrero y el arquitecto por kurerublume

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Notas del capitulo:

Ay, hace rato intenté subir el capítulo nuevo, pero no agarró el formato :(

Pero por fin ya aquí está el cap XII.

¡Espero les guste! ¡Gracias por su apoyo! 

CAPÍTULO XII: ¿Te avergüenza?

 


Llegamos muy alegres al bar No son licuados que, como su nombre lo dice, no sirven micheladas [1] con gomitas o de sabores. No, máximo te dan limones, sal o algo de chile para acompañar tu cerveza.

Pero eso es todo.


Creo que es un muy buen bar, he venido con Gabo desde que tenemos edad para beber y aquí he tenido muy buenos recuerdos; unos que me dan mucha risa o mucha pena.


—Se ve de puta madre, como siempre —le dice Gabo a mi Rafa. Que diga, a RAFA, Rafa. No sé por qué sigo diciendo «mi Rafa».


—Lo que importa no es cómo se ve, sino lo que dan —contesta Rafa bromeando—. Pero en serio, hace mucho que no tomo cerveza. Te acuerdas que te conté, ¿no, Fer? —hace una carita de niño pequeño que me da risa.


Estaba a punto de decirle que realmente nunca me contó por qué, solo me platicó que antes, en la Universidad, solía tomar cada viernes. Pero que algo había pasado, y no me lo ha dicho. Aunque seguro no fue algo bueno.


—Pues entonces también te vamos a reinaugurar, Rafita —Gabo le dice abrazándolo por los hombros—. Es muy triste que hace mucho no tomes cerveza. No te preocupes, hoy será sí o sí.


Rafa entra por completo al bar, medio entusiasmado por esto.


Diego ya está adentro, en su celular.


—¡Gabriel, justo te estaba marcando! —se levanta de la mesa, casi corriendo, para abrazar a mi amigo.

Mis ojos se abren como platos al ver que le va a dar un beso, pero Gabo lo detiene con un muy bajito «aquí no». Y como si nada este Diego le sonríe y luego nos voltea a ver a Rafa y a mí—. Supongo que Rafa no sabía esto —bromea con la cara que está haciendo Rafa, casi se le cae la boca de tan abierta que la tiene—. Estoy saliendo con Gabo, Rafa. Perdón que te enteres así.


Él parpadea varias veces— No, no. Está bien, solo… me tomó por sorpresa. No sabía que eres homo, pero si ambos se gustan y así, pues bien —termina diciendo con un suspiro de alivio—. Perdón mi cara de susto —le sonríe y luego a mí, un poco avergonzado.


—No te disculpes, Rafita. La culpa es de este ansiosito que me quería besar de la nada —dice Gabo mientras codea a Diego y Rafa por fin se calma.


—Ya bésense, total ya medio bar los vio —les digo.


—No seas pinche exagerado, Fer —contesta Gabo jalando a su novio para que nos vayamos a sentar. Una vez en la mesa, empieza a dar sugerencias de lo que deberíamos tomar—. Bueno, ¿pedimos un misil? [2] Uno de 5 litros, ¿no? —cuando termina de hablar, Rafa vuelve a abrir los ojos del susto.


Decido acercarme a él para calmarlo—. Tranquilo, Gabo se tomará más de la mitad.


—Bien, bien. Eso espero —contesta entre risas.


—Ustedes también van a pedir eso, ¿verdad? —nos pregunta Gabriel— Porque los 5 litros son para nosotros dos —dice señalando a Diego y a sí mismo— No hay misiles de 10 litros, así que…


—¡¿Estás loco?! —grito histérico— No, no, no y no. Entonces solo pediremos unos tarros y ya. ¿Cierto, Rafa? —él no se lo piensa dos veces para decir que sí con muchas ganas.


—Qué aguados [3]—contesta Gabo—. Pero está bien, bien. Ya hay que pedir las cosas.


Llega el mesero y toma nuestra orden.


-----------


—Fer, creo que ya me estoy mareando —Rafa se pega a mi hombro, recargando casi todo su peso en mí.


—No es que estés mareado, es que ya estás ebrio.


Me sonríe con cara de sueño— No creo. Si estuviera ebrio ya te estaría besando a ti o a cualquiera. 


Eso me pone nervioso, muy nervioso, pero intento mostrarme tranquilo— ¿De qué hablas, Rafa?


—Sabes que hay ebrios que se ponen agresivos o llorones —espera hasta que le diga que sí para continuar—, pues yo soy de los besucones. Una vez casi beso a mi mejor amiga —se empieza a reír—, me dijo que fue porque estaba hablando muy cerca de ella, pegado a su cara, y cuando se volteó a decirme no sé qué, carajo, recuerdo ver sus ojos y que casi nos besábamos. Y mira que a ella siempre la he respetado y jamás he intentado algo, pero me pongo muy… horny cuando estoy ebrio. Sí, caliente y estúpido. Una vez casi…


El ambiente de risa cambia de repente— ¿Rafa? —le llamo cuando se queda en silencio varios segundos.


—Casi… —sus ojos se ponen vidriosos— no recuerdo muy bien, ¿sabes? No recuerdo cómo llegué a mi casa. Esa noche, yo…


—¡Hey! —grita Gabo— ¿Qué carajos le pasa a Rafa? ¿Está bien?


No sé qué responderle— Creo que no.


—Voy por agua para él —Gabriel se levanta a pedirle al mesero.


—Te acompaño —se levanta Diego mientras dice eso.


Aprovecho mientras estamos solos para hablar con Rafa— Oye, ¿qué pasó esa vez? ¿Te lastimó alguien o… lastimaste a alguien? Puedes decirme.


Se sienta bien en su silla y me mira con algo de sospecha— Pero no puedes decírselo a nadie.


—Lo prometo.


—Mira, Fer. ¿Recuerdas que te dije hace rato que una vez que haces algo que no te gusta ya es muy difícil que se vuelva a repetir?


—Sí.


—Pues lo dije por experiencia. Mira, sí estoy ebrio ahorita, no lo niego. Pero en la Universidad esto no era nada a comparación de las tremendas borracheras que me ponía —voltea a otra parte, no quiere mirarme—. Pensé que siempre tenía el control, pero una vez… solo, no tengo recuerdos de cómo llegué a mi casa. Al día siguiente vi que mi carro tenía una abolladura, yo creí… —su voz se quiebra y comienza a llorar— creí que había atropellado a alguien. Me sentí una mierda, Fer —se tapa su cara, intentando no llorar más—. Carajo, ahora me volví un ebrio llorón. Debo de conservar una reputación —se estira y se levanta, dejándome solo en la mesa. Solo viendo cómo se le acerca a una chava, a una pues… bonita. Y le empieza a hacer la plática.


—Fer, ya traje el agua. ¿Y Rafa? —señalo hacia la barra— Oh, no pierde el tiempo, eh —dice de broma, pero a mí no me cae como tal—. Se vería mal que le fuera a dar el agua ahorita, ni modo. Seguro con unos besotes se le quita.


—Bueno fuera.


—¿Y tú qué pedo? —lo miro extrañado. ¿Yo qué? — ¿No te ha gustado nadie? Ve a hablar con la amiga de la tipa esa que se quiere echar este Rafita.


Volteo hacia donde está ellos, como que no me anima eso de estorbar y ver cómo se quieren tirar entre unos.


—Paso.


—Paso nada, cabrón —me reclama Gabo—. Te me vas de aquí pero a la de ya. Lígate [4]  a esa de al lado. Lo peor que te puede pasar es que no la beses. Ya, bye —me empieza a empujar y cuando volteo ya está abrazando a Diego de lo más contento.


Pinche Gabo.


—¡Fer, vente! —grita Rafa. Me acerco a ellos— Te presento a Camila y Fernanda —me da risa que una se llame como yo.

Ellas me empiezan a barrer con la mirada y en eso me doy cuenta que le gusté a Camila por la sonrisa que me da. Porque Fernanda es la que anda coqueteando con Rafa.


—Mucho gusto —me sale medio nervioso mi saludo, pero es porque hace tiempo que no hago estas cosas—, soy Fernando —digo riéndome, y Fernanda hace lo mismo.


—Mi tocayo [5] —dice ella.


Rafa igual se ríe y me hace una seña con los ojos para que me quede con Camila.


Y así empezó eso de querer emborracharme a intentar que yo coqueteara. No lo hago mal, soy encantador y medio bromista. Supongo que si el físico le gusta a la otra persona lo demás no importa… tanto. O igual para estos casos de verdad no importa. Es obvio que si voy a salir con alguien será porque me atrae y me gusta su persona. Así, al menos, opino yo.


Pero por esta vez solo importa el físico y no ser tan idiota.


Me siento junto a Camila y volteo a verla muy tranquilo—¿Qué estudias? ¿O ya trabajas? —le pregunto sonriendo.


—Sigo estudiando, voy en el sexto semestre de Derecho.


—Cielos, una carrera muy difícil, eh.


—Sí que lo es, aparte de muy costosa. Si no fuera por mi beca, yo creo ni estaría estudiando. Mi mamá no podría costearlo ni tampoco yo. ¿Y tú? —acaricia mi hombro.


—Soy…


—Es arquitecto, igual que yo. Aunque él tiene más experiencia —dice de la nada este Rafa. Pero su comentario me molesta un poco.


Camila me sonríe— Arquitecto, huh. Otra carrera bastante difícil, Fernando —se acerca un poco más a mí y yo le abrazo sin pena. Pero algo me sigue molestando con ese comentario que hizo Rafa.


—Lo es, pero ya con la experiencia agarras el modo —de reojo veo a Rafa pegadísimo a Fernanda.


Y escucho cómo le empieza a decir cosas sobre la Universidad, qué trabajo tienen; se juntan más y más y eso ya es el colmo para mí.


—Camila, perdón, recordé que tengo algo que hacer —me levanto casi sin ganas—. Nos vemos después, Rafa —le hago una seña con la mano como despedida.


Voy a la mesa donde siguen Gabo y Diego, solo que ya se están comiendo la boca. Dejo el dinero que me tocaba enfrente de ellos, pero sin hacer mucho ruido porque no quiero un “sermón” de Gabriel.


Al salir, doy apenas dos pasos cuando alguien me sujeta del hombro— Fer, ¿estás bien? ¿Pasó algo? —su cara de preocupación me molesta aún más. Rafa no entiende.


—No, solo recordé que tengo que estudiar Arquitectura para gustarle a alguien —le digo sarcástico. Él me mira confundido, como si no acabara de entender lo que le dije.


—¿Te… te enojaste por eso?


—¿Tú crees? —contesto muy serio.


—No sabía que te ibas a enojar, Fer. Lo hice para ayudarte con Camila, solo eso.


—Porque si le decía que soy obrero seguro iba a correr espantada. Rafa, este es un bar para gente como yo. Ellas también son de por aquí, solo que pudieron estudiar como Dios manda. Es muy común.


—Lo hice de buena fe.


—Lo sé, pero eso quiere decir que me ves como alguien muy abajo, que mi trabajo no merece la pena decirlo con tal de no perder un ligue o una chava —intento calmarme. Me peino mi cabello con fastidio antes de volver a ver a Rafa a la cara—. Si piensas que soy poca cosa mejor no te juntes conmigo y punto. Si te avergüenza decir que tu amigo es obrero, entonces no lo seas y ya.


Me alejo de él, por más que me sigue jalando para que lo escuche.


—¡Fer, escúchame! ¡No seas terco! —me grita de la nada y eso tampoco ayuda a que me calme.


—¡Ahorita no te quiero escuchar, Rafa! Ve y lígate a esa Fernanda. Porque ahorita no quiero escuchar tus mamadas.


Lo empujo un poco para que entienda que hablo en serio.


Y funciona.


No me vuelve a insistir.

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[1]Combinación de cerveza con alguna otra cosa: clamato, limón y/o sal con chile.

[2] El misil es un recipiente para poner cerveza de entre tres y cinco litros. Normalmente se usa para cuando varias personas quieren cerveza.

[3] Se le dice así a la persona que está desanimada. 

[4] Ligar se usa para decir que le coquetees a alguien para que te corresponda.

[5] Se les dice tocayo a quienes se llaman igual. 

Notas finales:

So well jajajaja Rafa hizo enojar a Fer xD

¿Qué opinan?


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