Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

VANISHED por Karenlauren

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Me miraba. 


 


Lo sentía... No. Lo sabía.


 


Su gélido aliento se clavaba en mi nuca como un témpano pero cada vez que me giraba no había nadie, nada. Solo oscuridad. 


 


Le pregunté quién era. 


 


Le pregunté qué quería. 


 


Le pregunté cómo había llegado allí. 


 


Le pregunté si era producto de mi sueño. 


 


Le pregunté si me estaba volviendo loco. 


 


Cada vez era lo mismo. 


 


----------------------------------------------------


 


Me levantaba asustado, sudado con una erección de todo un doncel grande y con su risa grabada a fuego en mi memoria. Como si hubiese salido del sueño para atormentarme. 


Fui al baño y terminé de desahogarme solo hasta que Gaara entró adormecido pillándome en plena maniobra. Al principio parecía sorprendido pero me sorprendió a mi al devolverme unos ojos lascivos. 


- ¿Necesitas ayuda? - Se me bajó al momento. Pareció decepcionado. - Oh, bueno... supongo que otro día. 


Su rostro pícaro me hizo querer salir corriendo pero... esta era mi habitación. Cogí una toalla y me la pasé por la espalda. Corrí hasta el armario y saqué mi ropa super comoda para estar por la habitación y volví al baño a la misma velocidad, encerrándome dentro para que el pelirrojo no entrara esta vez. 


Una vez listo, me hice una trenza que casi me llegaba a la cintura y salí para volver a acomodarme en la cama, chafando a Gaara que había vuelto a meterse. 


- Buenos días. - dijo con un casi gruñido mientras trataba de zafarse de mi súper abrazo de pitón. - ¡Me estás ahogando gato estúpido! 


Aflojé el agarre cuando vi su cara roja. Me reí por lo bajo, parecía una cereza. Pero, de pronto, sus esmeraldas se tornaron oscuras. 


- ¿G-gaara? - tartamudeé con inseguridad. - Vale, no lo volveré a hacer pero no pongas esa cara. 


Agité una mano para ver si reaccionaba pero estaba como absorto en sus no tan privados pensamientos. Con cara de malicia, cerré los ojos para que no descubriese mi particular coloración. Me colé dentro de su cabeza y hurgué para saber qué le ocurría a mi mejor amigo. 


El color se fue de mi piel al averiguar la peor noticia en ese momento. 


Abrí los ojos de sopetón sin importarme que el pelirrojo pudiese descubrirme. Sin importar las tantas preguntas que surgieron en su mente. 


- ¿Naruto? - Me bajé de la cama y anduve hasta la otra punta de la habitación. - Tus ojos... 


- Por favor, vete. - Sentí su mano en mi hombro tratando de consolarme, quizá como humanos nuestra empatía rallaba la de un robot pero nuestros tatuajes, nuestras almas, sabían comunicarse. 


- ¿Qué ocurre? 


Era verdad, él no debía saberlo. 


Nadie debía saberlo. 


- ¿Naruto? - Tapé mis ojos con las palmas sangrantes de mi mano, me aclaré la voz. 


- Prométeme que siempre vas a ser mi amigo... - Él asintió, al darse cuenta que estaba de espaldas a él, susurró un suave "siempre...". Me di la vuelta a cámara lenta. Él me cogió las manos después de soltar un suspiro. 


- Eres un dramático Na... - Nuestros ojos se encontraron. 


Vi reflejada en sus ojos el origen de su horror. Dos ojos de gato, uno azul y piadoso como el mismísimo Cielo. El otro escondía en un tono rojizo las profundidades del más puro odio y terror. 


Gaara retrocedió.


Sin pensarlo dos veces eché a correr hacia la puerta, salí hacia el jardín de atrás dónde frené en seco. Allí se encontraban Sasuke y sus amigos vestidos con toda la elegancia del mundo. Estaban recibiendo a un hombre de facciones duras, demasiado serio para mi gusto. 


Todos me miraron como si no se pudiesen creer su mala suerte, era consciente que más tarde recibiría una paliza. 


- Maldita sea... - Sasuke se acercó a mi. O quizá no, quizá la recibiría ahora la paliza. O, a lo mejor, se la daría yo. Estaba cabreadísimo con el joven de facciones amargadas que le sostenía la mirada en un duelo eterno. 


¡Le iba a quitar a su mejor amigo! 


A su único amigo. Y eso no podía permitirlo. De ninguna de las maneras iba a dejar a Gaara en manos de ese cavernícola. Cuando Sasuke alzó el puño en un gesto amenazador, me desvanecí en el aire. 


- ¿Me buscas, cachorro? - Todos se giraron de espaldas. Subido en una de las ramas más altas de ese cerezo, ahí estaba yo, tumbado, colgando como un gato perezoso. 


- ¡Baja de ahí gato de mierda! - Le miré con sorna, cuando nuestros ojos se encontraron, los suyos se abrieron con sorpresa por unos momentos. Ambos nos dimos cuenta que Naruto se había ido lejos. En su lugar, jugaba una pária con su cuerpo como si fuese un titiritero. 


- ¿O sino qué...? - Todos contuvieron el aire excepto aquél hombre que me observaba des de que mi fragmentada alma salió a flote. Ambos éramos conscientes el uno del otro, yo no quería posar mi mirada en él por qué sabía lo que acontecería si daba el paso. - Pajarraco de pacotilla. 


Mientras me reía de mi propio chiste, la piel de mi contrincante empezó a brillar a medida que sus "amigos" retrocedían para ponerse a salvo.


Sasuke acertó un golpe al vacío. 


- ¡Parece que fallaste! - dije des del sitio dónde nos habíamos encarado por primera vez. - Necesitas una moneda de 200Y para volver a intentarlo. 


Vi esos ojos oscuros enfurecerse con total diversión, por primera vez en años sentí que podía hacerlo. Que podía descontrolarme. Sasuke se lanzó de nuevo. Sasuke volvió a fallar. 


- ¡Maldita sea! - Mirando a su alrededor, buscándome como un gato busca a un ratón muy molesto. - ¡No te escondas cobarde! 


Le puse una mano en el hombro y mi cuerpo se desvaneció en el aire cuando su puño lo alcanzó. Me puse detrás de Sasuke una y otra vez, agasajado por comprobar que era tan idiota que no veía a través de mis clones. Apenas eran burdas copias maltrechas por el tiempo, la poca práctica, pero él era un auténtico niño de papá para no poder ver a través de él. 


- ¿Quién ha dicho que me esté escondiendo? - susurré queriendo ir un poco más lejos con aquél Fénix, jugando un poco más con él. 


Él se giró a la velocidad de la luz con sus ojos endemoniados tratando de abalanzarse sobre mí de nuevo. Como si fuese un juego de niños correteé por la zona hasta llegar a la frontera con el bosque, me paré para girarme y encontrarme con Sasuke a punto de alcanzarme. 


Le sonreí socarrón, sus dedos no llegaron a rozar mi trenza.


-  ¿Qué...? - Nuestras miradas se encontraron de nuevo, le hice un saludo des de lo alto del árbol, a más de cinco metros de dónde él me observaba incrédulo. 


 


Luego fui una sombra. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).